Todo lo que ya hayan leído en los libros de JK Rowling, es pura y exclusivamente suyo. Lo demás, es totalmente inventado. Sin fines de lucro.
Capitulo 5-¿Qué sugieres que hagamos, entonces?- preguntó Hermione levantándose del sillón que compartía con Harry.
-No lo sé.- respondió él. –Creo que con salir como amigos cariñosos por la calle bastara para ponernos al frente de esta... ¿competencia?-
-¿Competencia? Creo que esto es más parecido a un duelo de gladiadores en un foro romano que a una simple competencia. Involucramos a todo Londres. ¿No te parece que dejó de ser una competencia tonta entre nosotros cuatro?-
-No. Sigue siendo lo mismo que cuando empezó. El que la gente se haya involucrado no es más que la prueba de que los medios de comunicación tienen más influencia sobre ellos de la que debería tener.-
-¿Y eso¿Desde cuando haces análisis políticos del cuarto poder?- cuestionó ella, divertida.
-No te burles. Si hay algo que he aprendido en la Academia, es que no todo son hechizos. Hay que desarrollar también esto y pensar por uno mismo- contestó, señalándose la sien.
-Me parece bien. Es un buen objetivo. ¿Quieres algo para desayunar?.- ofreció la joven, caminando a la cocina.
-Bueno.- accedió, siguiéndola.
-¿Qué?-
-No lo sé. Lo que estés por tomar tú, da igual.-
-Como quieras.-
Hermione abrió su heladera y extrajo tres envases diferentes: de mermelada de duraznos, de cerezas y de dulce de leche.
Harry miró extrañado este último y lo tomó entre sus manos.
-¿Y esto?.- preguntó intrigado, girando el envase con los dedos y leyendo los ingredientes del contenido desconocido.
-Oh, se supone que no deberías ver eso.- comentó ella, sacándole el tarro de las manos bruscamente y guardándolo nuevamente en la heladera.
Harry levantó una ceja en señal de confusión y Hermione soltó un largo suspiro.
-Parecerá estúpido, pero acordamos que no se lo diríamos a nadie.- explicó con total naturalidad, como si Harry tuviera que comprender aquello.
El gesto de su amigo se intensificó y ella decidió explicar propiamente las cosas.
-¿Recuerdas el viaje que hice a la Argentina con Ginny, en el verano en que ella terminó Hogwarts?(1)- Harry asintió. –Bueno, entre las tantas cosas que encontramos allí, conocimos al que sería nuestra perdición.- abrió el artefacto de nuevo y extrajo del mismo el envase que había guardado momentos antes. –El Señor Dulce de Leche.- anunció.
El moreno apretó los dientes en un intento sobrehumano por contener esa carcajada que pedía a gritos salir de su garganta. Tras unos segundos de lucha, una risa estridente salió de sus labios, sin que él tuviera posibilidad alguna de retenerla.
Hermione esperó paciente a que su acceso de burla terminara, aún con el envase en su mano derecha.
-¿El... Señor... Dulce de... Leche?- preguntó al tiempo que intentaba inhalar aire por su boca.
-Si.- respondió ella, seria. –No sé si lo recordarás, pero Gin y yo volvimos con... unos kilos de más.- continuó, avergonzada. –Acordamos guardar el secreto de nuestra nueva adicción y pusimos como excusa el cambio de horario y la mala alimentación durante el viaje a nuestra nueva figura.- agregó.
-Eso es algo completamente estúpido.- dijo Harry, dejando de reír.
-No lo creo. Nos preocupaba bastante que pudieran pensar ustedes de nuestro nuevo figurín cuando regresamos. ¿Sabes? No parece, pero nos preocupamos mucho por cómo nos vemos, nosotras las mujeres.-
-Pienso que estabas muy bonita cuando regresaron.- confesó Harry inconscientemente.
Cuando se dio cuanta de lo que había dicho, no podía creerlo. ¿De dónde había salido ese comentario?
-¿Sí? Bueno, muchas gracias.- escuchó a Hermione responderle, mientras ponía pan a tostar.
Parpadeó un par de veces, aún preguntándose el porqué de su comentario.
-Debo irme.- dijo de repente, aún confundido.
-¿Qué¿Porqué¿Te estoy preparando un delicioso desayuno y tu te vas?- replicó Hermione, haciéndose la ofendida.
-No.. No...- balbuceó él como respuesta. –Debo irme.- repitió.
Sin más, desapareció de allí con un leve ruido.
°°°°°
-Bueno, creo que podrías ir a buscarme esta tarde a mi entrenamiento.- dijo Hermione, a través de la línea telefónica. –Ginny estará allí.- agregó ante el silencio de su amigo.
-Si, supongo que estará bien mostrarnos delante de ella.- guardó silencio por cortos minutos. –Aunque debo reconocer que ya quiero que esto termine. Pasaron sólo dos semanas, pero estoy empezando a cansarme de este teatro. Cada vez que la veo, mis ganas de abrazarla y besarla se incrementan más y más.- confesó.
-Te entiendo. A mí me pasa lo mismo con Ron. –reconoció ella. –Pero no puedes negar que nosotros pasamos muy buen tiempo juntos también.-
-Si, pero no es lo mismo, Mione. Tú eres como mi hermana.- aclaró él, sintiendo un nudo gigante formándose en su garganta.
Sin poder evitarlo, recordó lo que le había dicho a su amiga la mañana anterior. Pienso que estabas muy bonita cuando regresaron. ¿Porqué no había sido Pienso que estaban muy bonitas cuando regresaron o Pienso que Ginny se veía especialmente bella cuando regresaron¿Porqué había dicho estabas?
-Si, tú también lo eres para mí, Harry.- escuchó a Hermione responder desde el otro lado del tubo. –Pero lamento decirte que ya nos hemos metido demasiado en esto. No creo que haya posibilidad de salir ilesos.-
-En eso estoy de acuerdo. Pero¿no podemos sólo blandir la bandera blanca y pedir paz?- propuso, temeroso de la reacción de ella.
-¿Y rendirme ante los Weasley!- estalló Hermione. –Estás completamente loco.- agregó.
-Está bien, como quieras. Llevaremos esto hasta el final si así lo deseas.- aceptó, resignado.
Hermione calló.
-Bueno...- empezó, vacilante, luego de unos breves minutos. –Si quieres que terminemos con esto, lo haremos. No quiero que te veas sometido a un capricho mío.- dijo, con voz inocente.
-Hermione, no uses esa voz conmigo.- advirtió Harry. –Sé que no pararás hasta que acepte continuar, así que no gastes más tus palabras. Llevaremos esto hasta el final.- aseguró.
-Gracias, Harry.- agradeció ella. –Sabes que esto significa mucho para mí¿no es cierto?-
-Sí, lo sé. Por eso lo hago.-
-¿No lo haces por Ginny también?-
-En un principio, sí.- reconoció. –Pero ya no. Creo que ahora sería capaz de decirle todo, sin importarme el rechazo ni cualquier otra cosa.-
-¿Y porqué ese cambio de parecer?- preguntó la joven.
-No lo sé.- se sinceró él. –Creo que el hecho de haberla visto aunque sea un poco celosa en el Caldero aquel día me hizo comprender que le importo, aunque sea un poco, a pesar de que tú ya me lo habías dicho.-
-Me parece muy bien.- Hermione pausó unos momentos y prosiguió. –Escucha, tengo una propuesta que hacerte.- anunció. –Seguiremos con esto una semana más. Si para entonces las cosas siguen iguales, nos rendiremos¿sí?-
-¿Porqué?- quiso saber él.
-Aprecio mucho que estés haciendo esto por mí, y no quiero que te veas obligado a hacerlo por tiempo indefinido, hasta que yo decida que ha sido suficiente. Si las cosas siguen iguales de aquí a una semana, me tragaré mi orgullo y le diré todo a Ron.-
-¿De verdad?- preguntó Harry, esperanzado.
-Sí. Tenlo por seguro.- prometió.
-Creo que esta conversación se ha tornado un tanto filosófica.- dijo él, luego de unos segundos de silencio. -¿Dónde entrenan esta tarde?-
-Donde siempre, en el polideportivo del centro.-
-Bien. ¿A qué hora paso a buscarte?-
-Terminamos cerca de las cinco. Nunca se sabe si antes o después.-
-Por las dudas, cuatro y media estoy ahí.- aseguró el ojiverde. –Después de todo, me gusta verte jugar.-
Lo había echo otra vez. Me gusta verte jugar. ¿De dónde estaban saliendo esos comentarios poco apropiados para una amiga?
-Bueno, te veo allí entonces.- respondió Hermione, aparentemente sin notar el supuesto comentario inapropiado de su amigo.
-Si...-
-Gracias por hacer esto por mí, Harry. En serio.-
-Basta. Ya he dicho lo que tenía que decir. Deja de agradecer, por favor. Bien sabes que lo detesto.-
-Sí, lo sé. Gracias, Harry.-
-No es nada, y lo sabes. Deja de agradecer.-
-Está bien, como quieras. Te veo esta tarde. Adiós.-
-Adiós, Mione.-
°°°°°
Cuando llegó al polideportivo, el entrenamiento aún no había terminado.
El grupo de handball al que asistían Hermione y Ginny cada semana, desde que habían regresado de la Argentina, estaba dividiéndose en dos equipos de siete personas cada uno. (2)
Casualmente, la morena y la pelirroja eran las capitanas de cada uno de ellos.
Harry bordeó la cancha por detrás de los arcos y tomó asiento en un banco de madera, parecido a los que había en las plazas, preparado para ver un buen partido.
Mientras Hermione ordenaba a su equipo antes de comenzar el encuentro, miró a su alrededor y vio a Harry sentado en el banco. Le sonrió y saludó con la mano, mirando de reojo a Ginny, quien acomodaba a sus jugadoras en su mitad de cancha.
Al sonido del silbato del arbitro, el partido comenzó y Harry tuvo un flash de sus días en Hogwarts, cuando solía jugar al Quidditch.
Las jóvenes se movían con gracia, pero también con rudeza y determinación.
De vez en cuando, Hermione atrapaba bolas en contra-ataque (3) y anotaba goles imperdibles, ganándose miradas devastadoras por parte del equipo de Ginny y, más que nada, de parte de su capitana.
Al notar la actitud de la pelirroja, Harry sonrió para sí.
Cuando Hermione llevó a cabo una jugada especialmente difícil, colándose por entre medio de dos defensoras del equipo contrario, realizando una finta (4) digna de mundial, y metió un gol desde el aire mediante un tiro suspendido (5), Harry se levantó efusivamente de su asiento, aplaudiendo exageradamente a su amiga.
-¡Bravo, bravo!- gritaba. –Ésa es mi chica.- remató.
Ginny lo miró con furia, incrédula, mientras corría a su puesto en la mitad de cancha para el saque desde el medio.
Hermione lo miró mientras marchaba a la defensa en la línea de seis metros(6), riéndose a carcajadas ante la actitud de su amigo y la cara de su amiga pelirroja. Si que la hiciste, Harry.
El partido siguió su curso.
Hermione metió otros tantos goles, pero Ginny tampoco se quedaba atrás. El encuentro estaba empatado y parecía más un duelo entre las dos muchachas que un partido común y corriente.
Para echar más leña a la cabeza de la pelirroja, Harry seguía alentando efusivamente a la que se suponía su novia, a lo que Hermione respondía con sonrisas pícaras y besos enviados por el aire.
Luego de otros diez minutos, el equipo de Hermione había sacado una ventaja de cinco goles, por lo que el arbitro del partido, y profesor del grupo, dio por terminado el encuentro, robándole a Ginny la mirada más asesina que se hubiera visto jamás. El haber sido derrotada por la morena no ayudaba a mantener su cordura, ya vapuleada por la actitud de cierto ojiverde que había estado observando el partido desde los bancos al costado de la cancha.
Al sonido del silbato, las jóvenes detuvieron su juego y aplaudieron (7).
Hermione miró a Ginny, vacilante, mientras las demás jugadoras caminaban a los vestuarios. Una idea pareció gestarse en su mente y representarse en su cara, mediante una sonrisa macabra.
-¡Harry!- exclamó, corriendo hacia él. Cuando estuvo frente a su pseudo-novio, se detuvo en seco. –Oh, disculpa que no pueda abrazarte, amor.- dijo en tono meloso, lo suficientemente alto como para que la pelirroja la escuchara. –Mira cómo estoy.- agregó, señalando su remera, empapada de sudor y haciendo puchero con la boca, guiñándole un descarado ojo al joven.
-Bueno, creo que eso no me importa.- respondió él, también con intenciones de que Ginny lo escuchara claramente. A pesar de que había decidido que ya no era necesario darle celos para que pasara algo entre ellos, había llegado a la conclusión de que hacerla sufrir un poco sería divertido.
Se acercó seductoramente a Hermione, mirando a la más pequeña de los Weasley, quien observaba atenta la escena, por el rabillo del ojo.
Tomó a su amiga por la cintura y pasó su mano libre por su nuca, acercándola a él. Sonriendo para sí, la besó apasionadamente, provocando que la furia que la pelirroja sentía por dentro se incrementara más aún.
Cuando se separó de Hermione, volteó su vista hacia la derecha y vio que Ginny ya había desaparecido de allí.
-Granger y Potter, dos; los Weasley, uno-
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1: Sinceramente, no sé de donde viene esta atracción de los personajes de mis historias por Buenos Aires. Creo que es porque vi a muchos británicos en los últimos meses caminando por mis calles...
2: En los equipos de handball, hay siete posiciones: el central, los dos laterales, las dos puntas, el circulador y el arquero.
3: El contra-ataque, en handball, se considera cuando uno de los equipos está atacando al arco contrario y la defensa del equipo atacado roba la pelota, iniciando el ataque hacia el arco del equipo que había atacado primero.
4: Una finta se da en un juego uno a uno, atacante-defensor, en el ataque de uno de los dos equipos. Consiste básicamente en un cambio de dirección y velocidad del atacante para sobrepasar al defensor: se ataca por el lado izquierdo (o derecho, depende si el atacante es diestro o zurdo) y se cambia rápidamente el peso del cuerpo hacia el pie contrario, en este caso el derecho, para girar el cuerpo y poder atacar por la derecha.
5: En una cancha de handball, el área en que un jugador puede entrar para tirar al arco está delimitada por una línea curva a seis metros del mismo.
Mediante un tiro suspendido, un jugador puede invadir esta área, siempre y cuando no tenga la pelota en la mano cuando sus pies tocan el suelo otra vez, por más que caiga dentro del área.
El tiro se realiza dando tres pasos (los reglamentarios que se pueden dar con la pelota en la mano) y saltando, tratando de ganar la mayor altura para sobrepasar el bloqueo de la defensa. Con esto, se logra un tiro más cerca del arco, más preciso y con mayor intensidad, con lo que es muchísimo más difícil para el arquero atajarlo.
6: La línea que delimita el área que un jugador puede invadir. Se llama así porque está dibujada, justamente, a seis metros del arco en la cancha.
7¿Cómo cuando los niños de voley cuando marcan tanto?
Bien, el quinto capitulo original era mucho más largo, así que decidí cortarlo en dos. Por lo tanto, espero poder terminar de corregir pronto el capitulo seis y publicarlo lo antes posible.
En caso de que esto no suceda antes del sábado, día del GRAN evento, lamento comunicar que la actualización tardará muuuuuuuuucho más. Creo que la lectura del Half-Blood Prince consumirá mi tiempo desde el sábado hasta que empiecen mis clases otra vez.
Pero prometo hacer lo posible por publicar el próximo capitulo antes del sábado.
Ahora, las respuestas a sus reviews:
SpyWitch: Y seguimos sin hablar! Buuu! Pero en fin... Bueno, me alegra muchísimo que te guste :-). En serio. A mi también me gusta tu nueva historia, así que hicimos intercambio en gusto de shipers, aunque sea por un rato! Jaja. Besote!
PaLoMiA VoLDy: Bueno, muchas gracias por haber leído The Scientist y por estar leyendo esta historia ahora. Me alegra mucho que te guste. Gracias por leer!YOGINNY: Ya habrá noticias con respecto a Cho. Con respecto a tu historia, prometo pasar cuando tenga un mínimo rato. Muchísimas gracias por seguir leyendo!
Ginny Potter W: Muchas gracias por leer! Me alegra que te hayan gustado los capítulos anteriores y espero que éste también lo haya echo.
Ahora sí, me despido de todos ustedes. Muchísimas gracias por seguir leyendo esto!
Dejen reviews!
Saludos!
