Todo lo que ya hayan leído en los libros de JK Rowling, es pura y exclusivamente suyo. Lo demás, es totalmente inventado. Sin fines de lucro.

Capitulo 8

-Bueno, creo que ya debo irme.- anunció Draco, levantándose del sillón que compartía con Ginny en el departamento de ella. -El té se ha extendido demasiado¿no crees?-

-No, no tanto. Vamos, quédate a cenar.- invitó, sonriente. Hacia bastante tiempo que no tenía la posibilidad de hablar con alguien como lo había echo las tres horas anteriores con el rubio: desde que todo el circo de Harry y Hermione juntos había comenzado, la pelirroja no había tenido muchas oportunidades en las que hubiera podido charlar con su amiga sin la constante preocupación de ganar puntos.

-Esa es una propuesta tentadora, pero tengo una cita con la que debo cumplir.-

-Oh. No sabía que estaban con alguien.- dijo Ginny, frunciendo el entrecejo en señal de confusión.

-No, no estoy con nadie.- se apuró él a aclarar. -Debo cenar con mi madre-

En ese momento, su teléfono móvil sonó, desprendiendo una alegre tonada que a Ginny le resultó conocida de alguna parte, aunque no pudiera precisar de dónde.

-¿Hola?... Hola, mamá.- saludó a través del apartado. -¿Si?... Oh, está bien... No, no te preocupes... Por supuesto, madre... Si... Mándale mis saludos... Si... Si, si... adiós.-

Cerró la tapa negra y guardó el móvil en el bolsillo de su pantalón otra vez.

-Bueno, creo que no tengo más remedio que quedarme contigo. Mi abuela ha llegado de improvisto desde Holanda y mi madre quiere visitarla.- explicó.

-¿Y tú no vas a ir a verla?- preguntó ella, extrañada.

El celular del rubio volvió a sonar y esta vez, Ginny pudo identificar la tonada: Los Simpsons.

Draco atendió y cruzó unas palabras con su interlocutor antes de volver a cortar.

-Del hotel.- dijo, señalando el aparato negro en su mano derecha. -No, no iré. Es protocolo que cene a solas con mi madre primero cada vez que viene.- contó, encogiéndose de hombros.

-Bueno, entonces no te quedará otra opción que quedarte.-

-Creo que no.-

°°°°°

-Muchas gracias, Luna, en serio.- agradeció Ron, por enésima vez.

Estaban propiamente vestidos otra vez, preparando algo ligero de comer en la cocina, antes de la cena. Hacia aproximadamente cuarenta minutos, Hermione había desaparecido de allí, luego de ver la aparente comprometedora escena.

-Voy a cansarme de escuchar eso si no te callas de una vez.- reprochó ella.

En ese momento, el teléfono de la casa sonó, lejano.

Ron salió de la cocina, caminó hasta él y atendió.

-¿Hola¿Hermione?- preguntó, mirando significativamente a Luna, que lo había seguido hasta allí, y señalándole el teléfono en un gesto burlón. -¿Si?... No, nada... Oh, no me acordaba... Si... Bueno, perfecto... ¿Nos encontramos allí?... Bueno... Espera... ¿puede venir Luna?...- consultó, mirándola a la rubia otra vez y riendo silenciosamente. -Perfecto... Si, a las nueve y media entonces... Si... Adiós.-

Colgó el teléfono en su lugar y se giró hacia la puerta.

-¿Estás de ánimo para ir a bailar?- preguntó a Luna, que aún estaba aparada en el marco de la puerta.

Ella sólo sonrió amplia y perversamente.

-Por supuesto.-

°°°°°

Estaba revolviendo el puré de tomates en la olla cuando el teléfono sonó en la sala.

-¿Podrías atender?- le pidió a Draco, sin desviar su atención de su tarea.

El muchacho caminó a la sala de estar y contestó al incesante timbreo.

-¿Si?... Draco¿quién es allí?... Oh... si, enseguida.- dejó el tubo gris a un lado del soporte y regresó la cocina con Ginny.

-Granger.- anunció, en tono monótono y cansino. -Vamos, atiende.- incentivó, ante la mirada dubitativa de la pelirroja. -Yo me encargo de eso.- aseguró, arrebatándole de la mano derecha la cuchara de madera con que estaba mezclando los ingredientes para la salsa, en la olla plateada.

-Bien.- la chica lo dejó terminando con la tarea y caminó hasta la sala para levantar el tubo otra vez. -Hermione... si... No, por supuesto que no... ¿Qué?... Oh, larga historia... No, nada, Hermione... Es mi amigo... bueno, no hagas tanto escándalo... bas-... bas-... ¡basta¿qué es lo que quieres?... Oh... no, no lo recordaba... si... ¿a que hora?... ¿nueve y media?... si... ¿dónde?... si, la conozco... oh, bien... Bien, estaremos allí nueve y media... ¿con quién más?... con Draco, Hermione... ¿qué problema hay?... Bueno, no iré entonces... No lo dejaré sólo un sábado por la noche... No, Hermione... Acepto eso, pero no iré de todas formas... Si quieres que valla, iré con él... no... no... no... no hay forma de que me convenzas de lo contrario... no, estás completamente loca si piensas que haré eso... no... ¡no!... bien, así me gusta... si eso fuera a pasar, no estaría en mi casa ahora... Si, que no te quepa duda... ¡No!... ¡Basta, Hermione!... Te veo nueve y media allí... bas-... ¡Adiós!- y colgó bruscamente el tubo telefónico.

Volvió a la cocina y tomó la cuchara de madera de manos del rubio, sin mediar palabra.

-¿Problemas?- quiso saber, habiendo escuchado todo lo que la pelirroja decía desde la sala.

-No, ninguno.- respondió ella, sin levantar la mirada del rojo contenido de la olla. -¿Estás de ánimo para ir a celebrar las dos semanas de Harry y Hermione?-

-¿Qué?- preguntó Draco, sorprendido.

-Oh.- soltó la pelirroja, notando que no le había contado nada de la supuesta relación entre sus amigos. -Larga historia.- dijo simplemente.

-Que deberás contar.- aseguró el rubio.

-Si, pero no ahora. Ahora, necesito que me ayudes.-

°°°°°

-Bien, ya está.- anunció Hermione, una vez que hubo colgado el teléfono en su sitio. Giró sobre sus talones para mirar a Harry, que estaba aún sentado en el sillón que habían compartido hasta minutos antes.

Sus miradas se cruzaron y él la desvió rápidamente, incómodo. El recuerdo de la comprometedora situación que había vivido con su amiga hacía tan sólo un rato invadió su mente por completo.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Cuando una pizca de sentido común y razón se hizo presente en su cerebro, y se dio cuenta de lo que estaba haciendo, separó sus labios de los de ella y la miró a los ojos, como pidiéndole infinitas disculpas por aquella inexplicable actitud.

Sin encontrar las palabras adecuadas, abrió la boca en el vano intento de explicar lo que había sucedido momentos antes.

-Yo...- empezó.

Pero rápidamente notó que no había explicación alguna para lo que acababa de acontecer.

Ella lo miraba con una profunda confusión en sus ojos.

Sin decir nada, se alejó rápidamente del contacto de su cuerpo con el de ella, tratando de cortar la tensión que se había producido ente los dos. Salió de su habitación y caminó a la sala de estar, su mente trabajando a mil revoluciones por segundo.

¿Qué había sucedido¿De dónde había salido el impulso que lo había obligado a besar de aquella forma tan descarada a su amiga, sin razón aparente¿Qué había sucedido con él¿Qué estaba sucediendo?

Por su parte, Hermione seguía parada en la mitad de su cuarto, estática. No podía entender porqué Harry la había besado de esa forma. Pero algo que la angustiaba todavía más, era el hecho de saber que aquel beso le había gustado. Y que había lamentado profundamente el momento en había terminado.

Una llave pareció accionarse en su cabeza y las preguntas comenzaron a caer una detrás de otra, en efecto dominó. ¿Por qué había disfrutado de aquella inapropiada actitud¿Por qué estaba deseando que Harry volviera y la besara hasta que le faltara el aire¿Qué estaba sucediendo con ella?.

Como saliendo de un profundo y prolongado trance, salió del cuarto.

Caminó por el pasillo hasta donde comenzaba la sala. Vio al moreno sentado en el sillón de dos cuerpos, con la cabeza entre las manos. Respiró profundo y se acercó a él.

Se sentó a su lado, insegura. No sabía que era lo que podía estar pensando él.

Finalmente, levantó su mano y la posó sobre el hombro derecho de él.

-Harry...-

-Disculpa, Hermione.- dijo Harry gravemente, cortándola bruscamente, levantando la cabeza y mirándola. -Yo... No sé que fue lo que pasó allí dentro.- continuó, bajando la cabeza otra vez. -Disculpa.- repitió.

-Harry...- empezó ella, un nudo enorme formándose en el centro de su garganta, impidiéndole hablar. -Yo tampoco sé que fue lo que pasó. Pero...- pausó un momento antes de continuar. -Creo que debemos hablar de eso.-

-¿Qué quieres que te diga? Ni siquiera sé que es lo que pasa conmigo. No sé porque hice eso. No sé porqué, si tengo a Ginny grabada en el centro de mi cerebro en forma indeleble.- soltó, de repente.

-Creo...- aquellas palabras de la boca de Harry la habían dejado muda. Ahora que escuchaba los sentimientos de él hacia Ginny, se daba cuenta de que otra melena roja también ocupaba sus pensamientos en forma constante. -Yo... Tampoco sé que fue lo que sucedió conmigo hace un momento.-

-¿Contigo?- cuestionó él, intrigado. De repente, todo cuestionamiento que su conciencia le estuviera haciendo acerca de su reciente comportamiento quedó completamente anulado. El saber que Hermione estaba también cuestionándose lo que había sucedido lo dejó fuera de órbita.

-Si...- empezó, temerosa. No sabía que era lo que podía esperar de su propia boca. Las últimas semanas habían sido una caja de sorpresas literal, por parte suya, por parte de Harry y por parte de los hermanos Weasley. Ya no sabía con qué iba a encontrarse al momento siguiente, ni siquiera en su propia mente. Ansiosa por descubrir qué era lo que sucedía, continuó. –Yo... No sé porqué disfruté ese beso.-

-¿Qué?-

-Bueno, eso. Disfruté ese beso y no sé porqué. No se suponía que lo hiciera¿o si?-

-No... pero tampoco se suponía que yo te besara en un principio.- justificó, moviéndose en el sillón y mirándola de frente. La situación se había librado de todo tono vergonzoso que había tenido al principio. Parecía que estuvieran discutiendo plácidamente su próxima jugada en aquel sucio partido.

-¿Porqué lo hiciste entonces?- preguntó, incapaz de contener el interrogante crucial.

-Yo..- Harry pausó unos largos minutos antes de proseguir. –Yo...- las palabras parecían haberse trabado en el centro de su garganta y, según parecía, estaban dispuestas a quedarse allí todo el tiempo que les fuera posible.

Ése era el quid de la cuestión. No sabía porque había reaccionado de aquella manera al tenerla tan cerca, cuando habían pasado más de diez años juntos, como hermanos.

Hermione estiró su mano hasta la rodilla izquierda de él y, con un movimiento sutil, la presionó levemente, en señal de comprensión y entendimiento.

-Creo... Creo que dejé de verte como a mi hermana desde que empezamos con todo esto.- dijo finalmente. –Nunca antes había estado contigo en la forma que pretendí hacerlo las últimas dos semanas. Nunca antes habíamos tenido un contacto tan íntimo, aunque haya sido fingido.-

Hermione simplemente guardó silencio. Ahora que lo escuchaba, sonaba más que coherente.

Habían pasado las últimas dos semanas pretendiendo ser los enamorados más fogosos frente al mundo. Era simplemente imposible que sus hormonas soportaran tanta presión sin reaccionar de alguna forma u otra. Después de todo, los dos tenían poco más de 20 años y aquello resultaba una reacción absolutamente normal, por más incómoda que fuera. Por más incómodo que sonara, debía reconocer que una sólida soga de atracción corporal se había gestado entre los dos.

-Yo... Creo que estoy de acuerdo con eso.- se mordió el labio inferior, meditando sus próximas palabras. –Pero... No quiero sentirme en la forma que me siento ahora mismo con respecto a ti, Harry. No se supone que una amiga sienta por un amigo... esto.-

-Lo sé. Yo tampoco quiero seguir sintiendo esto... Es demasiado extraño, demasiado ajeno... incluso para mí.-

-Creo... Creo que lo mejor será que terminemos con todo esto.- dijo Hermione, sonando segura. –Si todo esto ha provocado esta situación, no quiero seguir. Antes que nada, está nuestra amistad. Eso es algo que no quiero perder por nada del mundo.-

-Yo tampoco. Pero... pensé que te haría bien cuando acepté ayudarte. Yo... Nunca quise que esto sucediera. Sinceramente, nunca. Ahora mismo siento que empeoré las cosas.-

-No, no digas eso. Simplemente, nada salió como pensé que lo haría.- reconoció ella. –Pero he aprendido algo. Ahora sé que no debo mezclar las cosas. Ahora sé que la cobardía nunca es el mejor camino.-

-Pero...-

-No, no hay pero que valga. ¡Qué estúpida he sido¡He puesto en riesgo nuestra amistad!- exclamó de repente, levantándose bruscamente del sillón y comenzando a caminar por la sala como leona enjaulada. -¡No puedo creer que haya echo esto!- agregó, tomando su cabeza entre sus manos. -¡Oh, Harry¡Discúlpame¡No puedo creerlo!-

El chico, por su parte, había quedado totalmente estático. La repentina reacción de Hermione lo había tomado desprevenido y aún no había podido reaccionar.

-Debo terminar con esto urgentemente.- continuó con su perorata Hermione. -¿Qué he hecho, por Merlín?-

-¡Hey, Hermione!- apeló finalmente Harry. –Deja eso.- ordenó. –Supongo que ambos tenemos un poco de culpa en todo este lío¿o no?-

La muchacha se quedó callada, aún con un gesto profundamente preocupado en su rostro.

-¿Cómo hacemos para terminar con esto? Está demasiado embrollado...-

-Por lo pronto, me quedé con las ganas de esa salida a la discoteca muggle.- dijo casualmente.

Aquella charla le había abierto los ojos. Había recordado lo mucho que amaba a Ginny, y que nada podría cambiar eso nunca. Que, por más atracción física que hubiera sentido hacia su amiga, nada podría igualar o hacer tambalear siquiera lo que sentía por la más pequeña de los Weasley.

-¿Qué¿Cómo puedes pensar aún en eso?-

-Vamos, Hermione. Reconoce que debemos olvidarnos de esto y despejarnos un poco. Si no lo hago, pasaré el resto de la noche pensando en lo que hice hace sólo un rato.-

-Pero...-

-No, no hay pero. Vamos, avísales a los otros dos. Hoy, probablemente sea nuestra última salida como... bueno, tu sabes.-

Hermione pausó unos momentos, decidiendo se le hacía caso o no.

-Bien.-

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

-Hey, tú.- llamó ella.

-¿Qué?-

-¿Qué pasa?-

-Nada.-

La chica frunció el entrecejo.

-Bien, veo que no me dirás nada más. Voy a cambiarme. Quedamos en encontrarnos nueve y media.-

-Yo también voy a prepararme entonces. ¿Te encuentro aquí?-

-Ajá. ¿En media hora?-

-Perfecto.-

Harry desapareció de la sala de Hermione con un ligero crack.

La chica se quedó unos momentos parada en la mitad de la sala, sin saber porqué. Pensaba en todo lo que había sucedido en los últimos cuarenta y cinco minutos. Pensó en todo lo que había puesto en riesgo al empezar con aquel juego. No pudo evitar reprimirse internamente por su inconciencia.

Ahora que paraba a pensarlo, se daba cuenta de que siempre había sido conciente del peligro en que había puesto su relación con Harry. Y se dio cuenta de porqué lo había echo: Ron. Todo se reducía a él. Todo lo que había arriesgado, todo lo que había echo, todo había sido por él.

Y sintió miedo.

Miedo de esa dependencia que se fortalecía día a día, y que parecía ya irrompible.

Sacudió ligeramente su cabeza, intentando alejar aquellos pensamientos filosóficos y dejarlos para otro momento más propicio.

Giró sobre sus talones y caminó hasta su cuarto, para comenzar a prepararse para la salida.

Media hora más tarde, estaba en la sala esperando por Harry. Él llegó un par de segundos más tarde, pocos minutos después de las nueve.

-¿Vamos?-

Hermione, sin saber porqué, suspiró profundamente. Algo le decía que aquella salida no había sido una buena idea y que no podría sacar nada fructífero de ella.

-Vamos.-

°°°°°

MIL perdones por la demora! La semana pasada empezó el colegio otra vez y los profesores volvieron con todo! Parece que se cargaron las pilas las dos semanas de vacaciones y que pretenden que estemos como a principio de año otra vez... Quiero que llegue noviembre y sacarme de encima ese feo edificio al que tengo que ir todos los días :-(.

Pero bueno, lo importante es que finalmente logré corregir el octavo capitulo y que ya está acá. Espero que lo hayan disfrutado.

Respuestas a los reviews:

SpyWitch: Aguus! Cómo estas? Hace mucho que no tenemos una charla propiamente dicha... siempre este colegio maldito en el medio... ¿cuándo llegará noviembre? Falta mucho todavíaaa! (. Bueno, muchísimas gracias por seguir leyendo! Besote!

YOGINNY: Compartimos gentilicio entonces! Yo tengo familia en Tucumán... que comentario colgado! Bueno, no importa. Acá lo interesante es decir que pasé por tu fic, pero que no llegué ni siquiera a terminar el primer capitulo por falta de tiempo y por eso mi firma no está allí todavía. Pero prometo que en el primer momento que tenga libre, dejaré mi huella. Muchas gracias por seguir leyendo! Saludos!

Aseneth: Sisi, definitivamente el Half-Blood Prince es un GRAN libro. Bueno, me alegra mucho saber que te gusta y que seguís leyendo! Gracias! Saludos!

palomys29: Sisisisis, tranquila! Esto es definitivamente un H/G, R/Hr... pero nada puede ser demasiado fácil! Sino, no tiene gracia! jajaja. Muchas gracias por seguir leyendo! Saludos!

Paula GM: Bueno, acá esta el capitulo. Espero que te haya gustado! Muchas gracias por leer! Saludos!

gabYgriNt: Capitulo 8, a la orden. Espero que te haya gustado! Gracias por seguir leyendo! Saludos!

Muchísimas gracias a todos por seguir leyendo!

Saludos!

PD: Se invita a todos los señores lectores a visitar Warning Sign, el último fiction de La Prisionera de Azkaban :-)