Todo lo que ya hayan leído en los libros de JK Rowling, es pura y exclusivamente suyo. Lo demás, es totalmente inventado. Sin fines de lucro.
Capitulo 9-¿Quieres que tomemos un taxi? Son bastantes cuadras desde aquí.- ofreció Harry, aún con semblante serio y hasta un poco avergonzado. Aún no podía sacar de su mente la imagen de él mismo besando a su amiga.
-No, caminemos.- dijo ella tomándolo por el brazo. Parecía que ella sí había podido olvidar lo que había sucedido hacía un rato (o, por lo menos, lo disimulaba muy bien su incomodidad) y que todo volvía a ser como antes.
Harry, resignado, caminó a su lado.
Ésa sería una de las pocas veces en una amistad que duraría toda una vida en la que ninguno de los dos supiera cómo sobrellevar la situación: por su parte, el ojiverde estaba excesivamente confundido como para tratar de actuar normalmente. Hermione, por otro lado, no tenía idea de porqué su amigo seguía tan incómodo, si habían arreglado todo hacía tan sólo un rato.
Así, callados y ajenos, llegaron a la discoteca.
Desde una amplia puerta negra de algún material consistente que Hermione no pudo reconocer, se extendía, siguiendo la dirección y forma de la vereda, una larga fila que se extendía más allá de su vista (la chica supuso que llegaría mas allá de la esquina).
Encima, un cartel luminoso de neón rezaba The Hacienda (1). Las letras eran verdes y cada unos cuantos segundos cambiaban de color, pasando por azul, rojo y violeta.
Parados en la entrada, dos robustos hombres (que hicieron recordar a Hermione casi de inmediato de Hagrid) custodiaban la cuerda roja extendida entre dos postes plateados y bajos. Cuando la gente pagaba su entrada y su ingreso era aprobado (la casa se reservaba el derecho de admisión), alguno de aquellos dos hombres destrababa el gancho que lo sostenía y así permitía el ingreso de la persona en cuestión.
Esperaron unos cinco minutos a la altura de la puerta (Harry había asegurado que no tendrían la necesidad de hacer la fila), hasta que vieron doblar la esquina a Ron, acompañado de la rubia Luna Lovegood.
Hermione reprimió las crecientes ganas de pegarles a ambos y, en cambio, sonrió soberbiamente, acercándose inconscientemente más a Harry.
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Doblaron la esquina y vieron a Harry y Hermione esperándolos cerca de la puerta de entrada.
La castaña los vio acercarse y se juntó más al cuerpo del ojiverde. Ron rió para sus adentros.
-Hola Harry.- saludó Luna alegremente, dándole un beso en la mejilla al moreno. –Hermione.- dijo, haciendo lo mismo que había echo antes con el muchacho con ella.
-Hola, compañero.- apeló Ron, antes de darle un medio-abrazo a Harry. –Hermione.- saludó. Se acercó a la chica y le dio un aparente beso amistoso, demasiado cerca de la comisura derecha de su boca. Vio con satisfacción cómo ella se ruborizaba violentamente y trataba de esconderlo.
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Cuando cruzaron la calle, pudieron ver el final de una larga fila que, seguramente, empezaba en la puerta de entrada al boliche. Ginny podía recordar haber escuchado que era una de las más famosas y exclusivas de Londres.
Casi en la otra esquina, la fila finalmente terminaba y la puerta de la discoteca esperaba por ellos. Harry y Hermione estaban parados juntos, con Ron y Luna enfrente, aparentemente esperando en una incómoda situación. Ginny se preguntó porqué Hermione estaba tan ruborizada y Ron sonreía de aquella manera.
Con una clara mirada de Compórtate para Draco, la pelirroja llamó la atención de los otros cuatro.
-Hola, chicos.-
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Harry giró inmediatamente la cabeza en dirección hacia la voz que había dicho Hola, chicos, indudablemente, perteneciente a Ginny.
Sonrió al verla, pero su gesto rápidamente desapareció, al ver a Malfoy parado al lado de ella.
-¿Qué haces aquí, descarado?- preguntó, con furia, separándose de Hermione y acercándose al rubio, dispuesto a pegarle.
Y lo hubiera echo, si no fuera porque Ginny se interpuso en su camino.
-No, Harry.- advirtió, seria. –Él viene conmigo.-
-¿Qué?- preguntaron, al mismo tiempo, incrédulos, Harry y Ron.
-¿De qué hablas?- agregó Ron.
-Draco está conmigo.- repitió Ginny, impasible, mirándolo de una manera que no admitía réplicas.
Harry la tomó por un brazo bruscamente y la alejó un poco del núcleo de la reunión.
-¿Qué haces con él?- cuestionó, bajando un poco la voz.
-Eso no te incumbe.- replicó ella, mirándolo fijamente a los ojos, con fiereza. -¿Desde cuando tengo que darte explicaciones?-
-¿Qué diablos haces con Malfoy, Ginny?- volvió a preguntar, como si ella no hubiera dicho nada.
La chica liberó su brazo de la captura de la mano de él.
-Ya te dije que no te interesa. Ni a ti, ni a nadie.-
Sin decir otra palabra, dio media vuelta y volvió con el resto del grupo. Malfoy se acercó peligrosamente a su oído y le susurró algo. Ella hizo una seña, como diciéndole que no tenía importancia. Harry sintió una furia incontenible crecer en su pecho. ¿Qué hacía Malfoy allí?. ¿Porqué Ginny lo defendía?.
Como si el rubio hubiera adivinado eso, pasó su brazo derecho por la cintura de la pelirroja y la acercó más a él, provocando que Harry diera un paso hacia ellos, dispuesto a matarlo a golpes.
Sin embargo, su tentativa fue cortada por Hermione, que había caminado hasta él y ahora lo tomaba por el brazo, impidiendo que montara un espectáculo en la mitad de la calle.
-Harry, basta.- advirtió. –No vas a montar un espectáculo aquí¿o si?. Mañana saldrás en la portada de cuando diario exista.-
-¿Tú sabías que vendría?.- preguntó de pronto.
-Yo.. Bueno, si, lo sabía.-
-¿Y porqué no me lo dijiste entonces, Hermione?. ¿Sabías que este patán vendría y no me dijiste nada?-
-Yo... bueno.. Creo que no debemos darle tanta importancia¿sabes?. Después de todo, Ginny confía en él.- argumentó.
-Eso no es garantía de nada.-
-Vamos, no la menosprecies de ese modo. Ginny sabe elegir su compañía.-
Harry la miró, escéptico.
-¿Sabes que estamos hablando de Malfoy, o no?.-
-Si, lo sé. No me convence de ninguna manera. Pero sólo confía en Ginny, Harry, por favor. Dijiste que querías distraerte, no arruines tu noche por él¿si?.- pidió, suplicante.
El chico la miró unos momentos antes de asentir despacio con la cabeza.
-Bien, no haré nada. Pero lo vigilaré de cerca.-
Hermione sonrió, satisfecha, y caminaron de nuevo hacia los demás.
Ron le decía algo al oído a Luna y la castaña sintió sus mejillas colorearse de la impotencia.
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Ron veía cómo Harry y Ginny discutían unos metros más allá y lanzaba miradas asesinas a Malfoy de vez en cuando. Lo hubiera matado por atreverse a estar siquiera cerca de su hermana, pero la mirada reprobatoria de Hermione y las manos de Luna, fuertemente aferradas a su brazo, se lo impedían.
Luego de cortos minutos, Ginny volvió con el grupo y Malfoy le dijo algo al oído. En ese momento, sintió su furia aumentar más y más. Dio un paso tentativo hacia delante, pero las manos de Luna aún lo sostenían con fuerza.
Hermione dio media vuelta y caminó hasta Harry, tomándolo por el brazo para que no pudiera hacer nada contra Malfoy.
-Ginny.- llamó seriamente. Hizo un gesto con su cabeza, dando a entender que quería cruzar unas palabras con ella más allá. –Ven.- ordenó, cuando las manos de Luna finalmente lo soltaron y pudo moverse.
Unos metros alejados de la puerta, hacia la izquierda, intercambiaron calurosas y desafiantes miradas, antes de que Ron atacara.
-¿Se puede saber que diablos haces con Malfoy, Ginny?. ¿En qué estás pensando?.-
Ginny puso los ojos en blanco antes de contestar.
-¿Es que no pueden confiar en mi sentido común?. No estaría con él si no estuviera segura de sus intenciones, Ronald. Él es mi amigo.- explicó, exasperada.
-¡Pero es Malfoy!.- replicó Ron, como si eso zanjara el asunto.
-¿Y?. ¿Es que la gente tiene prohibido cambiar?.-
-No.- negó él dudoso. –¡Pero es Malfoy!.- repitió.
-Por favor, Ron.- pidió Ginny. –Sólo date la oportunidad de comprobar por ti mismo que ha cambiado. No es el Draco que conocimos en Hogwarts, eso puedo asegurártelo.-
Ron consideró las palabras de su hermana y suspiró profundamente.
-Está bien, Ginny. Si tú lo dices...- accedió finalmente. –Pero no dudes que lo estaré vigilando muy de cerca.- advirtió, levantando el dedo índice de su mano derecha.
Luego, se reunieron con Malfoy y Luna otra vez. Ginny caminó directo hacia Draco, que la abrazó de nuevo y Ron se paró a un lado de Luna.
-¿Tú sabías de esto?.- preguntó en voz muy baja a la rubia, acercándose a su oído.
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-¿Tú sabías de esto?.- le preguntó.
Ella simplemente miró hacia otro lado. Por supuesto que lo sabía. Después de sus vacaciones en Barbados, Ginny le había comentado todo acerca de su encuentro con Malfoy allí.
-No.- negó, finalmente.
Ron la miró escéptico. Luego, él giró su vista hacia Harry y propuso que entraran ya a la discoteca.
En ese momento, Luna deseó que la tierra se la tragara o que alguno de los animales fantásticos que había visto en su último viaje con su padre llegara volando y se la llevara de allí. Después de todo, las cosas no estaban resultando tan divertidas como ella pensó que lo harían.
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Esa tarde, poco después de las cinco, en el Ministerio de Magia...
Después de entregar sus papeles en la cabina que los dos hombres le habían indicado, salió del departamento de transportes mágicos y se dirigió al de Residencia y Localización, al final de largo pasillo del segundo piso.
Cho Chang ingresó en la puerta que rezaba Localización y caminó por la sala hasta la única ventanilla abierta.
-Buenas tardes.- saludó amablemente la empleada, del otro lado del vidrio. -¿En qué puedo ayudarla, señorita?-
-Señora, por favor.- corrigió. –Necesito confirmar una dirección.- y le extendió un papel que sacó del bolsillo de su abrigo.
Esperó unos minutos a que la oficinista volcara los datos en un corto formulario e hiciera una simple encantación.
-Si, señora.- dijo, cuando terminó con su tarea. –El señor Harry Potter sigue viviendo en ese domicilio.- confirmó, devolviéndole el papel.
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Harry se acercó a uno de los robustos hombres que custodiaban la entrada, con los demás siguiéndole en tropel.
-¿Podrías llamar a Alex, por favor?- pidió.
El hombre asintió fuertemente con la cabeza y, dejando a cargo a su compañero de la entrada, ingresó al establecimiento a través de las pesadas puertas.
-¿Quién es Alex?- preguntó, extrañada, Hermione.
-Un amigo. Lo conocí en mi viaje a Alemania, hace dos años. Íbamos en el mismo contingente turístico. Es el dueño de esto.- explicó, señalando el cartel de neón que brillaba sobre sus cabezas.
-Oh.- soltó, sorprendida.
En ese momento, el guardia de seguridad salió de nuevo por las negras puertas y, detrás de él, iba un joven rubio, alto y de anchos hombros, que sonrió ampliamente a Harry cuando lo vio.
-¡Harry!.- saludó jovialmente. -¿Cómo has estado amigo?.- preguntó, dándole unas palmadas en la espalda.
-Bien, muy bien, Alex. Veo que esto funciona de lo mejor¿o no?- dijo Harry, señalando la larga fila de gente que aún esperaba ingresar al recinto.
-Si, no puedo quejarme.- respondió Alex, su pecho hinchándose de orgullo. -¿Quieren pasar?.- ofreció al pequeño grupo, abriendo una de las puertas y sacando el gancho que sostenía la cuerda roja entre los postes bajos, para permitirles el paso. –Cortesía para un amigo.- aclaró, sonriendo ampliamente a Harry.
Él respondió el gesto y, con un Gracias, Alex, entró al lugar, seguido por Hermione, Luna, Ginny, Ron y Malfoy.
Dentro, encontraron una ruidosa multitud que bailaba al ritmo de The dark of the matinée, de Franz Ferdinand, un grupo muggle que estaba teniendo mucho renombre por aquellos días en el Reino Unido.
Antes de que pudieran alejarse demasiado, Alex se acercó al grupo una vez más.
-Pueden ir al salón VIP (2) si así lo prefieren.- exclamó por encima del ruido de la música y la multitud.
Ellos asintieron y el dueño del lugar sacó del bolsillo derecho de su pantalón unas cintas amarillas fluorescentes de papel que colocó en las muñecas de los jóvenes. Harry pudo notar cómo se quedó mirando detenidamente a Luna cuando le colocó la cinta a ella.
Luego, el muchacho rubio señaló a Harry una escalera a la derecha, que conducía a un salón en el entrepiso del lugar.
El grupo caminó hasta allí y, un hombre parecido a los que estaban en la entrada verificó sus pases y finalmente subieron la escalera.
En el salón, encontraron cómodos sillones y una barra exclusiva. Se podía decir que uno se sentía VIP al tener acceso allí. El ruido se sentía menos y podían hablar con más soltura.
Alex se acercó otra vez a Harry.
-¿Esa chica rubia tiene novio?- preguntó, enviando descaradas miradas a Luna, que seguía al lado de Ron y parecía no darse cuenta de la actitud del joven.
Harry optó por hacerse el desentendido.
-No lo sé.- contestó. -¿Porqué no se lo preguntas a ella?- sugirió pícaramente.
Una sonrisa se dibujó en la cara de Alex y, sin decir otra palabra, se alejó de Harry, acercándose a la rubia.
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-Hola.- dijo seductoramente a su oído. Luna giró sobre sí misma, sorprendida. Encontró a Alex, el amigo de Harry, parado frente a ella con una sonrisa bonachona decorando su rostro. Frunció el entrecejo, confundida.
-Hola.- respondió educadamente, con una mirada que decía claramente Aléjate de mí.
-No puede evitar notar que está usted muy bonita esta noche, señorita...-
-Luna.- aclaró ella, con una sonrisa torcida. Aquel muchacho le gustaba cada vez menos.
-Luna.. qué hermoso nombre.- elogió, intentando ganarse su simpatía. Lo que no sabía era que se estaba rifando una cachetada y él tenía todos los números (3).
-Sí, lo sé.- respondió ella, mirándolo ya de mala manera. –Discúlpame, pero tengo que irme con mi novio. Adiós.- dijo, cortante.
Luego, caminó hasta Ron, tomó su cara entre sus manos y le robó un beso, para que Alex lo viera y la dejara en paz de una vez por todas.
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Ginny bailaba con Draco muy gustosa. Casi se había olvidado que, en un principio el objetivo era hacer sentir celos a Harry para ganar puntos. La verdad era que pasaba muy buen tiempo con el rubio y que ya podía considerarlo como uno más de sus amigos, aunque nunca iba a terminar de convencerle el echo de que perteneciera a una ascendencia interminable de mortífagos.
Vio por el rabillo del ojo cómo Harry la miraba atentamente y luego se llevaba un vaso a la boca. Recordó de pronto la batalla que estaban librando y, casi en forma automática, rodeó el cuello de Draco con sus brazos y se acercó a su oído.
-¿Recuerdas lo que charlamos hoy?.- preguntó tentativamente. –Necesito que lo pongamos en práctica ahora.-
Draco la separó un poco de él y la miró a los ojos. Vio una determinación imposible de vapulear allí.
-Bien.-
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Hermione miraba despreocupadamente alrededor. Vio a Alex tratando de entablar una charla con Luna, pero ella parecía dispuesta a no darle cabida. Luego de cruzar unas palabras, la rubia se dio vuelta y tomó a Ron por la cara, para luego plantarle un beso de película. El pelirrojo le correspondió casi inmediatamente.
Hermione abrió la boca en un gesto mudo y se volteó rápidamente hacia la barra. Tomó un vaso con algo anaranjado y, conducida por la rabia, vació la mitad del contenido de un solo trago. Tenía un gusto fuerte, pero agradable.
Miró a su alrededor una vez más y distinguió a Harry. Caminó hasta él.
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El ojiverde se volteó al contacto de una mano con su hombro.
-Prueba esto, Harry.- Hermione estaba tomando de un vaso que contenía una sustancia naranja. Harry lo miró con duda y declinó su oferta, haciendo un leve gesto con su mano.
Pero su decisión cambió repentinamente cuando vio por encima del hombro de su amiga a Ginny, bailando muy pegada a Malfoy. Sintió su mundo caer y pidió a Hermione el vaso que antes había rechazado, para vaciarlo de un tirón.
Sintió el alcohol bajar por su garganta, quemando. Cerró los ojos fuertemente, tratando de olvidar aquella penetrante sensación. Cuando los abrió, vio a la pelirroja con los brazos alrededor del cuello de Malfoy, diciéndole algo al oído. Sintió otra vez esa enorme piedra caer en su estómago y una renovada necesidad de un fuerte trago. Caminó decidido a la barra y vació uno de los vasos preparados en su boca. La sensación de ardor volvió, con menos intensidad, permitiéndole disfrutar el sabor de la mezcla en su boca. Vio a Hermione acercarse a la barra por el rabillo del ojo. Ella tomó una medida de vodka no bien llegó a su lado.
La noche iba a ser larga.
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1: The Hacienda es el nombre de la famosísima disco que funcionó en Manchester en los 80 y primeros años de los 90's. Fue fundada por Tony Wilson, dueño de Factory Records, sello discográfico que dio vida a bandas como Joy División, New Order y Happy Mondays, todas ellas fantásticas.
Decidí ponerle al boliche de esta historia el mismo nombre simplemente porque es uno muy cautivante (?). Hablando en serio, me gusta mucho. Además, The Hacienda representó mucho en el campo de la música británica y sentí que era un culto necesario (si quieren saber más, vean la película 24 Hour Party People, un fabuloso documental-drama dirigido por Michael Winterbottom).
2: Very Important Person: Persona Muy Importante.
3: Esa es una frase que usamos mucho en Argentina. Para el que no sepa, es como decir que se iba a ganar la cachetada sí o sí.
Bien, he regresado. No tengo palabras para disculparme por haber tardado tanto con esta actualización. Lo único que tengo para decir a mi favor es que estuve muy, muy ocupada con el colegio y que aún lo estoy, pero hoy decidí que no podía hacerlos esperar más.
Me costó muchísimo corregir este capitulo, pero finalmente ha quedado así.
Espero que esa focalización múltiple no los haya mareado. Considero que hice lo posible porque quedara medianamente entendible.
Les comento que la semana que viene terminan mis exámenes, al menos por unos 20 días. Así que espero poder subir el próximo capitulo el próximo sábado. De todas maneras, si no llego a hacerlo, juro que no tardaré otros 20 días en actualizar.
Respuestas a los reviews:
YOGINNY: Me encanta que te siga gustando y que lo sigas leyendo. Espero que hayas disfrutado este capitulo! Gracias!
Spy Witch: Hola, Agus¿Cómo estás? Y si... a todos nos pasa... la mayoría de los profesores son horribles¿o no: - (... Y bueno, qué se le va a hacer... Me alegra mucho que sigas leyendo esto, a pesar de las parejas. Y quiero agradecerte por la charla que tuvimos el otro día (con nuestros comentarios sobre los actores hollywodenses!). Necesitaba que alguien alegrara esa noche! Graciaaaas: - )
Aseneth: Bueno, capitulo 9. Muchas gracias por seguir leyendo! Tus reviews siempre son muy gratificantes y te agradezco infinitamente por seguir dejándolos: - ) Gracias!
gabYgriNt: Si, la verdad que es un martirio. Juro que daría lo que fuera porque sea diciembre! Pero bueno, creo que es algo por lo que hay que pasar. Muchas gracias por seguir leyendo!
Paula GM: Sisi, opino igual. Pero, sería agradable si el colegio fuera sólo un poquitín más fácil¿o no? Jajaja. Muchas gracias por leer, Paula!
Cornamenta: ¿Qué decir? GRACIAS! Recibir tu review fue una de las mejores cosas que me pasaron esta semana. De verdad. Que a uno lo alienten de esa forma, es lo mejor que existe. Muchísimas gracias, en serio! Espero que hayas disfrutado este capitulo: - ).
Gracias a todos por seguir leyendo! Y, de nuevo, disculpen la demora!
Adío!
PD: Se invita a todos los señores lectores a visitar Trouble, en último fiction de La Prisionera De Azkaban.
