Todo lo que ya hayan leído en los libros de JK Rowling, es pura y exclusivamente suyo. Lo demás, es totalmente inventado. Sin fines de lucro.

Capitulo 14

Quince días antes...

-Sí, me gustaría ver a Harry Potter, pero no responden al timbre.- adujo. -¿Podría usted dejarme pasar?.-

-¿Qué tiene usted que ver con el señor?.- interrogó el portero, ajustándose a las medidas de seguridad que le habían dicho debía seguir si alguien quería entrar en el edificio.

-Yo... soy una amiga, que él no ve hace mucho tiempo.- respondió, con una sonrisa boba con la que intentó ganarse la confianza del hombre.

-No puedo dejarla pasar sin nada que compruebe eso, señorita, lo lamento.-

-Bien, como quiera, esperaré sentada.- dijo, mordaz, con una mirada de profundo desprecio.

Se sentó en la escalera de la entrada y esperó. Después de unos diez minutos, una mujer subió los peldaños y puso su llave en la cerradura.

-¿Quiere pasar?.- preguntó, con la puerta a medio abrir.

Ella se volteó hacia la mujer y observó que el portero se había ido de allí, probablemente a cumplir con la limpieza matinal de los pasillos.

-Sí, gracias.- aceptó, levantándose y entrando al edificio con ella.

-No es nada.- dijo la mujer, y desapareció por las escaleras laterales.

Metió una mano en el bolsillo de su saco y sacó un papel blanco.

Harry Potter.
Rotterdam Avenue 556
Piso 5, Departamento H.
Londres, Inglaterra. UK.

Llamó uno de los ascensores, presionando el botón colorado a un lado de la puerta tijera y aguardó que llegara a la planta baja. Cuando lo hizo, subió en él y se dirigió directamente al quinto piso.

Una vez allí, caminó por el pasillo buscando la unidad H. La encontró en el fondo del ala derecha.

Tocó la puerta con el puño, pero no obtuvo respuesta. Espero unos cinco minutos, pero nada sucedió. Volvió a tocar y dentro aún no había señales de vida. Tamborileó ansiosamente con los dedos su cartera.

¿Qué iba a hacer ahora?. Tenía reservado y programado un traslador esa tarde para regresar a Portugal. No podía irse sin haber arreglado las cosas con el estúpido Potter y su amiguita lunática.

Había viajado el día anterior, luego de que llegara a su casa en la península ibérica un ejemplar de El Quisquilloso, enviado por su madre, adjuntado a la siguiente nota:

Querida hija,

Hace unos días ha llegado esto a casa. ¿Cuánto hay de cierto en esto, por favor?. Recuerda que a John no le caerá nada bien la noticia, como están dadas las cosas. Sería mejor que intentaras mover tus contactos para arreglarlo. Espero tu respuesta.

Con amor, mamá.

Por supuesto, lo primero que vio fue la fotografía de Harry y Hermione en la tapa, confundida. ¿Qué tenía que ver todo aquello con ella?. Supuso lo que tenía que hacer y buscó en el índice la nota de tapa, yendo a leerla inmediatamente.

Sin embargo, fuentes confidenciales han anunciado ayer por la noche que dicho romance ha terminado por razones que aún no han salido a la luz, pero que tendrían que ver con una infidelidad por parte del joven Potter, descubierto con las manos en la masa por su ahora ex-novia Hermione Granger.

Nuestras fuentes han informado que la tercera en discordia sería Cho Chang, con quien Potter mantuvo una relación amorosa durante su quinto año en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.

La muchacha, de 22 años, uno más que el joven Harry, que había viajado a Portugal al termino de sus estudios escolares, habría regresado hace unas semanas y se supone que, desde entonces, ha mantenido encuentros clandestinos con el muchacho en cuestión.

Casi sufrió un paro cardíaco. John, su marido, no estaba en casa porque habían tenido una fuerte discusión a partir de la cual él había decidido que "necesitaba un tiempo" para pensar lejos de ella.

Estando dentro del mundo periodístico como lo estaba, podía asegurar que la noticia no tardaría en llegar a sus oídos, lo cual empeoraría más las cosas puesto que, en su estado de confusión, John creería sin reparos la falsedad que había publicado la revista.

Pensó en qué era lo que podía hacer para solucionar el embrollo. Regresó a la primer página de la revista y revisó el staff directivo, publicado en una fina columna a la derecha. Lo mejor sería hablar con los cabecillas y exigir una replica por parte de la publicación.

Directora: Luna Lovegood, leyó. Lovegood, Lovegood. Aquel apellido le resultaba conocido de algún lado... ¡Claro!. Ravenclaw, Hogwarts. Lunática Lovegood.

¿Cómo contactar a la loca?. No había forma. No tenía una dirección a la cual escribirle y la revista tampoco publicaba ningún medio de comunicación.

Los hechos conducían a un único recurso final: Harry Potter. Cho podía recordar que él y Luna eran amigos en Hogwarts y supuso que podría contactarse con él para que intercediera y arreglara aquel lío.

Y ahora estaba parada frente a su puerta, pero él no respondía.

Estiró la mano y palpó el borde que sobresalía de la puerta en la parte superior. Nada.

Bajo el felpudo. Bingo. Llave de repuesto. Después de todo, las películas yanquis enseñaban buenos trucos.

Introdujo la llave en la cerradura y giró, empujando hacia adentro. La puerta se abrió sin problemas y pronto se encontró dentro del departamento. Todo estaba muy silencioso y parecía que realmente nadie estaba allí.

Volvió a cerrar la puerta y dejó la llave sobre una mesa baja cercana. Caminó silenciosamente por la casa, estudiándola. Decidió dejarle una nota, contándole lo que pretendía que hiciera.

La escribió con un papel y lapicera que sacó de su bolso y buscó su habitación, para asegurarse de dejarla en un lugar en el que él la viera seguro.

Caminó por el pasillo y abrió las puertas lentamente, metiendo la cabeza por el resquicio para comprobar la función de cada una en la casa.

Cuando abrió la tercera a la derecha, su sorpresa fue tal que dejó caer la nota que llevaba en su mano.

En una aparentemente muy cómoda cama de dos plazas, Harry Potter dormía en posición sospechosa con Hermione Granger.

Se lo preguntó muchas veces después de ese día, pero nunca supo la respuesta. ¿Porqué lo hizo?. Suponía que al ver tal escena, se le habían representado claramente los momentos en su sexto año, mientras tenía con él algo que se asemejaba a un intento de noviazgo, en los que Harry hablaba constantemente de "su amiguita" como si ella no colmara sus expectativas.

Los celos que había sentido en esas ocasiones, volvieron a ella como un torbellino imparable y se adueñaron de su razón.

Venganza mediática, pensó, antes de sacar la cámara que había cargado esa mañana en el hotel y disparar. El flash no se accionó porque entraba luz por la ventana; de otra forma, ellos se hubieran despertado.

Luego de unas cuantas tomas explosivas, volvió a apagar el aparato. Salió del departamento tal y como había entrado, habiéndose olvidado por completo el motivo de su visita.

Ya encontraría la forma de arreglar las cosas con John.

°°°°°

La noche anterior, en la fiesta de cumpleaños de Harry...

El timbre sonó por enésima vez en menos de 10 minutos. Ginny volvió a abrir y esta vez Ron estaba del otro lado.

-Hasta que te dignaste a venir.- recibió.

-¿Es muy tarde?.-

-No, pasa.-

Ron entró en el que recientemente había dejado de ser su departamento y fue directamente a saludar a Harry.

-¡Feliz Cumpleaños, compañero!.- deseó efusivamente.

-Gracias, Ron.- agradeció el aludido, recibiendo por parte su amigo un caluroso y bonachón abrazo.

Después de eso, unas cuantas personas más llegaron. La música sonaba alta y los vasos (la mayoría de ellos conteniendo sustancias N/N) iban a un lado para el otro como moneda corriente.

Así pasaron cerca de tres horas, sin ningún sobresalto o escena digna de destacar.

Pero entonces las cosas cambiaron.

Con alcohol hasta el tope de la cabeza, Ron se dejó caer en un sillón vacío de dos cuerpos. En el mismo estado, Hermione cayó a su lado unos cinco minutos después.

-Houlaa...- intentó saludar, sin demasiado éxito que digamos.

Ron respondió con un ligero y precario gesto de su mano.

-¿Sabess?.- empezó Hermione, levantando el dedo índice derecho hacia su rostro. Quiso posarlo sobre su boca, pero erró al blanco y su dedo terminó metido en su ojo izquierdo. Lo sacó de allí luego de un fuerte Ahuu! y una risita descontrolada. –Estuve pensando muushoo en lo del oro día.-

-¿Si?.- preguntó Ron, aún sin comprender demasiado bien lo que ella le estaba por decir. La cabeza seguía dándole vueltas significativamente y su estomago pedía vaciarse a gritos.

-¡Y soy una toounta¡No te dije ue te ámooo!-

La música que salía de los parlantes dispuestos en las esquinas del living permitió que sólo Ron escuchara lo último.

Él sintió cómo el alcohol en su cerebro bajaba violentamente a su estómago, haciendo experimentar unas nauseas sumamente desagradables.

Hermione seguía riéndose nerviosamente, pero se notaba que ella también había reaccionado ante lo que había dicho.

Se miraron un momento, tratando de comprobar que las palabras de ella no eran producto de su deplorable estado.

Ron vio que no era así, pero antes de poder decir algo, su sistema digestivo lo empujó al baño. Salió corriendo del living, con una mano en la boca y otra en el estómago, como si con ese gesto pudiera detener el inevitable proceso orgánico.

Nadie supo de él por unos 10 minutos, que Hermione ocupó sentada en el sillón, pensando dificultosamente –a causa del fuerte dolor de cabeza que empezaba a apoderarse de ella- en lo que había dicho.

No podía creer que hubiera necesitado estar en un avanzado estado de coma alcohólico para poder decirle a Ron lo que sentía por él. Menos en la fiesta de Harry, menos delante de otras 50 personas –aunque sabía que nadie más que él la había escuchado-. ¿Tan difícil hubiera sido hacerlo en forma privada, con el ritual que la confesión ameritaba?. Sí, definitivamente.

Ron regresó y volvió a sentarse a su lado, esta vez derecho. Ella se acomodó y se puso rígida en el otro cuerpo del sillón.

-¿Estabas hablando en serio?.- preguntó Ron, luego de unos minutos de silencio.

Hermione lo miró y luego bajó la vista a sus manos, sus dedos machacándose unos a otros.

-Sí.-

-.-.-.-.-.-

Desde el balcón, a través del ventanal de vidrio, Harry y Ginny miraban divertidos la escena.

Vieron cómo Ron volvía del baño y se sentaba a un lado de Hermione; cómo callaban unos minutos y luego él le decía algo a ella; cómo ella tardaba en responder, pero luego lo miraba como pidiéndole que lo hiciera.

Y él lo hizo.

Desde su posición, pudieron ver cómo Ron se le acercaba tímidamente y finalmente la besaba.

-¿Nosotros dimos tantas vueltas?.- preguntó Ginny, volteándose hacia Harry, con el vaso de vidrio en su mano.

-No.- negó Harry, también volteándose hacia ella para mirarla a los ojos. –Muchas más.-

Se sonrieron mutuamente y se besaron en forma suave y tierna, disfrutando al máximo el momento. Cuando se separaron, volvieron a mirar dentro del departamento a través del vidrio. Hermione y Ron habían desaparecido de allí.

-.-.-.-.-.-

Los apareció en el mejor sillón de la casa.

Lo que había empezado tímido, inexperimentado y hasta temeroso, era ahora desaforado, pasional y desesperado.

Su beso se profundizó hasta extremos inesperados.

Pronto, no fue suficiente. Las manos entraron al juego y sus pieles entraron en contacto por primera vez, en forma corpórea, –muchas veces antes, lo habían hecho en los sueños de los dos- en una forma tan íntima.

Susurros, gemidos ahogados y suplicas se mezclaban en el aire, incomprensiblemente. Todo era mucho más mágico de lo que cualquiera de los podría haber llegado a imaginar nunca.

El compartirse de aquella manera superaba toda añoranza, toda idea premeditada.

Nada podía compararse con el amar y saberse amado de la forma en que ellos se sabían en aquel momento.

Habían esperado años y años porque ese instante, esos minutos de intensa e irremplazable felicidad llegaran. Y ahora que finalmente sus sueños se volvían realidad, no podían esperar nada mejor del otro, ni de sí mismos.

En un tiempo que ninguno de los dos podría llegar a precisar jamás, se sintieron completos. Ya no se distinguía le término de uno y el comienzo del otro.

Y así comenzó. Lo que sucedió esa noche, ninguno de los podría olvidarlo nunca. Había sido tan mágico, tan perfecto e inigualable a cualquier otro placer terrenal, que nada podía quebrar aquella situación de indiscutible perfección.

Excepto, por supuesto, por la visita de una iracunda Ginny a la mañana siguiente.

°°°°°

Notas de la autora:

-En el capitulo anterior, hay dos fragmentos basados en el Pop-Art de Andy Warhol (la conversación de Ginny y Hermione y el after-party de Harry). Tal vez hayan notado que eran bastante diferentes al resto de la narración, pero fue la mejor forma que encontré de demostrar los sentimientos de los personajes en esas situaciones específicas (para más información, revisar The Scientist, basada en los mismos principios)

-La escena de Cho, fue la primera que escribí para esta historia y sufrió muy pocos cambios desde su versión original. Para que aprecien desde cuando está este fiction en mi cabeza, creo que escribí esa parte hace cerca de 10 meses, junto al primer borrador de Trouble

-Hermione habla mal a propósito en la escena del cumpleaños de Harry. Toda esa escena está basada en una muy parecida que realmente sucedió.

-Este capitulo es terriblemente corto y suave porque el próximo es terriblemente largo y duro. Cuando lo lean comprenderán a qué me refiero.

Gracias a YOGINNY, Cornamenta, Catiis, Solcis y a Soffa! por sus reviews en el capitulo anterior.

Toda sugerencia, critica, tomatazo, ramo de flores (?) será recibido cordialmente en ese pequeño lugarcito que se llama review, al que pueden acceder con un simple click en GO. Ojalá hayan disfrutado el capitulo. Gracias a todos por seguir leyendo!

Adío!

PD: Se invita a todos los señores lectores a visitar Out of Tears, el último fiction de La Prisionera de Azkaban.