REVIVIR EL PASADO

Por Sabrina Zaldívar y Haruko Sakuragi

CAPÍTULO 4

Haruko sintió que se le paro el corazón cuando vio la figura parada frente a su puerta, pensó que era su hermano que había olvidado algo, pero se equivoco. Habían pasado varios días desde que cenaron con Tomoya, y sabía que su niño había ido a su casa un par de días más, el hecho que el muchacho no dijera nada y se viera feliz, la tranquilizo un poco…

–No veo porque te sorprendes – dijo Rukawa – sabías que tarde o temprano vendría a pedirte una explicación.

–Pasa – trato de mantenerse serena, pero verlo después de tantos años, aun más sabiendo a que venía…- siéntate.

–No gracias

–Preparare té – se dio la vuelta y camino hacía la cocina

–No es necesario, no me quedare mucho tiempo…

Ella no le hizo caso y se metió a la cocina, necesitaba pensar, sabía que este día llegaría, pero aun así, la había tomado por sorpresa, no sabía que hacer, que decir, tenía que tranquilizarse pero por más que lo intentaba no podía. Un rato muy largo después salió con la charola, vio que el se había sentado después de todo, sirvió el té, y comenzó a tomar, no sería ella quien comenzará la conversación que había estado evitando esos 16 años.

–Es mi hijo?

–…. – no se sorprendió de la pregunta, él siempre había sido así, directo. - Si

–Por que no m…

–Para qué

–Como que para que

–Que hubieras hecho… te hubieras casado conmigo

–….

–No tenía caso

–Pude haberme hecho cargo de él, ayudarte

–No quería tu ayuda… – gritó enojada, se levanto, trato de tranquilizarse – sé que no tenía derecho a negarte la paternidad de Tomoya, pero tenía miedo, estaba confundida, aleje a Hanamichi de mi lado por que no me soportaba yo misma, sabía cuanto me amaba y aún así lo traicione, me odie por eso… y te odie a ti – a estas alturas las lagrimas ya se habían escapado y corrían por todo el largo de su rostro, todo lo que había estado reprimiendo durante tantos años por fin salía.

Kaede la miraba, la ultima vez que la vio fue en las mismas condiciones, y la había dejando sola, conocía un poco del dolor que ella sentía, el había estado callando durante años también, siendo conciente de que si ellos jamás hubieran hecho lo que hicieron, ahora Hanamichi y Haruko estarían felizmente casados.

Haruko se sobresalto al sentir los brazos que le rodeaban, alzó la vista y ahí estaba Kaede, sonriendo tiernamente, se apretó a él y comenzó a llorar con más fuerza; lloró todo lo que no había llorado durante tantos años, comenzó a sentirse liberada, aunque sabía que Kaede apenas era el comienzo, aún venía lo más difícil.

El llanto poco a poco se fue apagando hasta convertirse en leves sollozos y después suspiros, hasta que se quedo dormida en los brazos de quien fuera su primer amor.

Se despertó varias horas después, pensó que no había nadie, se levanto y camino hacía la cocina, al cruzar por el comedor, vio que Rukawa aún estaba en su casa, miraba fijamente las fotografías de Tomoya que estaban sobre una repisa, una en especial, estaba en la primaria, no tendía más de 6 años, tenía un cuadro grande cargando con sus pies pintados en el y escrito con grandes letras azules "papito seguiré tus pasos", tras de él, Takenori sonriendo.

–Perdóname – Kaede volteó, aun tenía los ojos hinchados

–Ya no importa

–Será difícil para los chicos cuando lo sepan

–Lo sé

–Afectará su relación… no debí dejar que se relacionaran, debí haber hecho algo…

–Es un poco tarde para pensar en eso.

–Hanamichi lo sabe

–No – Kaede tomo la foto que tanto le había llamado la atención.

–Se lo dirás?

–si

–No va a tomarlo bien – le advirtió Haruko

–Lo sé – que si lo sabía, estaba aterrado con la posibilidad de perderlo, pero no podía seguir callando.

–Aun así se lo dirás?

–Ya es hora de acabar con todo esto, he dejado pasar demasiado tiempo ya – Kaede dejo la fotografía en su lugar y comenzó a darse la vuelta para quedar frente a Haruko – deberías hacer lo mismo con Tomoya… - paro de hablar al notar que no eran los únicos en la casa….

Hanamichi no acostumbraba salir en las mañanas, le agradaba quedarse en casa, arreglar un poco y recibir a su familia con una sabrosa comida. Ya era bastante tarde y Kaede no regresaba, le dijo que le habían llamado de una de las tiendas de deporte que habían abierto hacía unos años, así que fue a ver cual era el problema, se le hizo raro que no le pidiera ir a él, a Kaede no le agradaba lidiar con gente que no conocía, y más si eran mujeres que babeaban por sus huesitos, así que siempre que había algún asunto que arreglar, era él quien iba, sin embargo su zorrito se había estado comportando muy extraño esos días, demasiado atento, cariñoso, podría decirse que hasta meloso…

Salió en auto a comprar algunas cosas que necesitaba para la comida, hubiera podido ir caminando, pero tenía algo de prisa, era tarde y quería tener todo listo para cuando ellos llegaran a casa; andaba él muy en su mundo pensando que su querido zorrito y la deliciosa noche que habían pasado, salió del minisuper con algunas bolsas cargando, en eso vio caminando en la acera de enfrente una figura que se le hizo demasiado conocida..

–¡Tomoya, Hola! – le grito, ese muchacho le caía realmente bien.

–Buenos Días Señor Sakuragi – saludo Tomoya mientras veía como este cruzaba la calle.

–A donde vas, aun es temprano, no deberías estar en la escuela?

–Voy a casa, no tuve las ultimas clases

–Y Hitomi

–Ella tenía otra clase más, no la espere porque no he visto bien a mi mamá estos días, y quería estar con ella.

–En serio – preguntó Hana, se sintió preocupado, con el paso de los años había aprendido a no guardarle rencor a Haruko, es más, en cierto modo, agradecía que las cosas hubieran terminado, después de todo si no hubiera sido así, no tendría la familia que tenía y adoraba ahora.

–Si

–Pues si quieres te llevo

–No quisiera desviarlo de su camino

–No te preocupes

–Ahh, pues gracias

En el camino fueron platicando mayormente de Hitomi y algunas anécdotas de cuando estuvieron en Shohoku, cuando Tomoya le señalo la casa vio como Hana se había puesto muy serio, y se dio cuenta que miraba extrañado el auto oscuro que estaba estacionado frente a su casa, el también se pregunto de quien sería, pues jamás lo había visto, pero se dio cuenta que no era la situación de su acompañante, ambos bajaron del auto y caminaron hacía la puerta, Tomoya le pregunto si sabía de quien era el auto, a lo que Hana contesto que era de Ru, la noticia no fue muy bien recibida, pues imaginaba que el padre de Hitomi había ido a interrogar a su madre, cosa que no le pareció en lo más mínimo y más sabiendo el estado en ella se encontraba. Hana pensaba exactamente lo mismo, no podía creer que Kaede y su extraña preocupación por Hitomi llegara tan lejos. Entraron a la casa y en vez de entrar con su acostumbrado grito, Tomoya completamente en silenció, estaba molesto, podía tolerar que Rukawa le preguntará cosas incomodas a él, pero no permitiría que molestará a su madre.

Escucharon murmullo provenientes del comedor, ambos se dirigieron hacía allá, y conforme avanzaban los murmullos comenzaron a tomar forma

–Se lo dirás?

–si

–No va a tomarlo bien

–Lo sé

–Aun así se lo dirás?

–Ya es hora de acabar con todo esto, he dejado pasar demasiado tiempo ya – Kaede dejo la fotografía en su lugar – deberías hacer lo mismo con Tomoya…

–Acabar con que? – pregunto Tomoya, Hana ni siquiera hablo, no dejaba de ver a Kaede mientras buscaba dentro de su mirada una explicación, pero solo podía ver miedo, y eso no era nada bueno, pues si estaba ahí por esa repentina preocupación por Hitomi, no tendría porque tener esa mirada.

–Tomoya – Haruko también se asusto – Hanamichi – volteo a ver a su ex novio

–Que haces aquí? –pregunto Hana ignorando a Haruko

–… - Rukawa no contestó, que decir, como explicar, podía repetir la excusa de antes, decir que quería hablar con Haruko de Tomoya y de hecho no era del todo mentira, pero aún así, otra vez el valor se había ido al infierno.

–Rukawa vino a hablar de Tomoya y Hitomi – dijo Haruko al ver que Ru no pensaba contestar

–Ahhh, era eso, Kaede, me hubieras dicho, podíamos haber venido juntos – dijo el pelirrojo serio, no sabía porque pero no le había convencido esa explicación.

–…. – Kaede volteo a ver a Haruko, y le dio las gracias con la mirada, aunque realmente no estaba seguro si seguir con la farsa era lo mejor.

Llegaron a casa después de un rato, pues aprovecharon para tomar el té con ellos, Kaede sabía que Hanamichi no había quedado muy convencido con la explicación de Haruko, aún así no le preguntó nada, y eso lo hacía sentirse peor.

Tomoya lanzaba su pequeña pelota de goma hacía la pared, mientras pensaba en su relación con Hitomi, desde hacía varios días la chica había estado extraña, la pelota rebotaba y volvía a su mano, le quedaba viendo más veces que de costumbre, y hacía preguntas extrañas acerca de que qué haría si volviera a ver su papá, o si lo odiaba, o… bueno, otras tantas que el simplemente no respondía o lo hacía con evasivas, no es que no le tuviera confianza, solo que como odiar a una persona que jamás había conocido, o como imaginar una reacción frente a una persona completamente desconocida, además en cierto modo no entendía ese interés de Hitomi… pensando en eso estaba cuando no se percato que la pelota había cambiado de rumbo y ahora no se dirigía a su mano sino a su cabeza, más específicamente a su ojo izquierdo, el golpe le dio de lleno, y entre maldiciones bajo por algo de hielo para ponerse en su lastimado ojito.

Escucho a su madre hablar por teléfono, estaba en el pasillo, y por lo visto no se había percatado de que él estaba muy cerca, tanto como para escuchar lo que ella decía aunque hablara en susurros.

—y tu ya se lo dijiste?

—……….

—No es tan fácil, no puedo llegar y decir simplemente, Tomoya he decido decirte quien es tu padre, nada más que resulta que es también el padre de tu novia

Tomoya se quedó paralizado, camino lentamente hacía atrás, llegó a las escaleras y subió a su habitación, pero que demonios significaba esto, como que el padre de Hitomi era su padre… recordó entonces una conversación en la cocina hacía una semana…

Recuerdo…

Estaba por entrar a la cocina cuando la voz de su tío lo hizo detenerse.

La verdad es que no se como te fijaste en semejante idiota – esto descoloco totalmente a Tomoya, como que fijarse, acaso su mamá había estado saliendo con alguien y no le había dicho nada.

No hables así de él, sabes que no tuvo la culpa de que termináramos – Oh, genial, había salido con alguien, había terminado con ese alguien y el ni se había enterado.

Aún así, no puedo creer que después de 16 años volviéramos a encontrárnoslo – ahh, vaya, así que hablaban de un antiguo novio de su madre, bueno, menos mal — más aún, que fuera el padre de la novia de tu hijo, y yo que pensé que no volvería a ver a ese mono pelirrojo – "pelirrojo"… "ohh, por dios… mi mamá y el señor Sakuragi… no puede ser… Hitomi lo sabrá?... no, no creo, ya me hubiera dicho algo"

Fin del Recuerdo

No dijo nada entonces, por lo poco que había entendido las cosas no quedaron muy bien, por eso a lo mejor no lo habían comentado… pero ahora…

Tomoya se sentía muy confundido, la voz de su madre diciendo que su padre era el padre de Hitomi también, no salía de su cabeza, como pudo ocultarle algo así, tenía más de un año enamorado de la chica, le había platicado de lo inusual de la familia de ella, sabía desde el principio que Sakuragi Hanamichi era uno de los padres de Hitomi y no le dijo nada… su padre era él, había estado con él y no le había dicho, porque sin duda lo sabía, con quien más podría estar hablando por teléfono… ahora entendía la actitud del pelirrojo para con él, Hitomi le había platicado lo molesto que solía ser a veces con los amigos que había llevado a su casa, sin embargo a él lo trato muy bien.

—Lo sabrá el señor Rukawa…Claro, seguramente que sí, y si no, lo sospecha, después del interrogatorio, es obvio que sí – Tomoya hablaba para sí mismo, tratando de armar el rompecabezas, y Hitomi, su pobre Hitomi, como lo tomaría ella, ella era hija de su padre al fin y al cabo, eso los hacía hermanos, aunque ella fuera adoptada…. Pero él la amaba, y no podía permitir que eso la separara de ella, ya buscaría una solución, primero tenía que, antes que nada, hablar con su mamá

Bajo corriendo, le exigiría una explicación, y esta vez ponerse a llorar no funcionaría, recorrió toda la casa, pero no había nada, llegó al refrigerador, había una notita para el:

Tomoya, salí de urgencia con tu tío, no salgas… espera a que regrese por favor.

Tomó el papel molesto, claro que la esperaría, necesitaba una explicación, el ruido de un auto lo hizo acercarse a la entrada… era su tío… sólo…

—Y mamá

—No lo sé

—Pensé que habían salido juntos

—No la he visto desde la mañana… que te paso en el ojo? – preguntó su tío al verle el ojo algo hinchado

—Pero…- Tomoya ya no dijo nada, se puso sus zapatos y salio de casa

—A donde vas? – pregunto Akagi cuando lo vio tan apurado

—A casa de Hitomi – dijo mientras se alejaba, estaba decidido a descubrir todo de una vez, y si no podía hablar con su madre lo haría con su padre.

—De que querías hablar? – Haruko le había citado en un cafetería cerca de su casa.

—Yo… yo no puedo hacerlo sola, necesito que me acompañes a hablar con Tomoya. – pensó que se negaría, bastantes problemas tenía él con saber que debía hablar con Hanamichi, pero no lograba juntar el valor para enfrentar a su hijo.

—Cuando quieres que lo hagamos

—Creo que será mejor cuanto antes

—Vamos

—Que vamos a decirle

—La verdad

—…- Haruko asintió

Llegaron a su casa en poco tiempo, pero en vez de encontrar a Tomoya, sólo encontró con su hermano quien la vio llegar extrañado al ver a Rukawa haciéndole compañía a su hermana.

—Hermano, que haces tan temprano en casa?

—Vine a recoger algunas cosas que se me olvidaron – camino hacía su habitación, mientras que Haruko se dirigía hacía la de Tomoya, después al resto de la casa, pero no lo encontró.

—No haz visto a Tomoya-kun – se asomo a la habitación de Takenori.

—Salio a casa de Hitomi… te estaba buscando…- camino hacía ella con los papeles que había ido a buscar - que haces con Rukawa? – le preguntó antes de salir.

—Yo… ehhh… me lo encontré en la calle y se ofreció a traerme a casa.

—No me digas – contesto incrédulo – No me gusta que me mientas Haruko – Haruko se sintió mal, durante todo el tiempo que había pasado desde que termino con Hanamichi hasta el día de hoy, siempre pudo contar con su hermano, aún cuando se entero que estaba embarazada y se negaba a decirle quien era padre, él estuvo con ella… no se merecía que le mintiera.

—Te prometo que hablaremos cuando regreses.

—Eso espero.

Ambos salieron de la habitación rumbo a la sala, en donde esperaba un impávido Rukawa. Akagi se fue dejándolos solos.

—Que hacemos? – preguntó Rukawa

—Quieres ir a tu casa? – preguntó Haruko, sabiendo que si decía que si, lo más seguro era que se encontrarían con el pelirrojo y tendrían que hablar con él también.

—No… mejor lo esperamos.

CONTINUARÁ...