REVIVIR EL PASADO
Por Sabrina Zaldívar y Haruko Sakuragi
CAPÍTULO 5Tomoya estaba parado frente a la casa de Hitomi, tenía 5 minutos ahí y aún no se animaba a tocar el timbre… que se supone que le diría, no sabía como comenzaría a hablar, que palabras usaría, estaba nervioso... quería explicaciones, quería saber porque no estuvo con él durante tanto tiempo, porque no le dijo nada… de pronto escucho el sonido del timbre que provenía de la casa que tenía enfrente, se giro para ver su dedo haciendo el trabajo que su cerebro inconcientemente le había ordenado. El pelirrojo no tardo en salir
—Buenos Días Señor Sakuragi –Saludo Tomoya
—Buenos días, pasa por favor-– dijo un sonriente Hanamichi…que te paso en el ojo? – pregunto al ver que el ojo izquierdo del chico.
—Ehh, nada, me golpee con una pelota – mientras entraba a la casa de su padre
—Hitomi no está, fue a comprar algunas cosas, pero no creo que tarde
—Yo… no venia a ver a Hitomi.
—Ah no?
—No… yo quería hablar con usted – dijo apenado Tomoya
—Conmigo?
—Si
—Y como de que…
—Bueno yo… - que decir, no sabía como empezar, como le diría – yo sé lo que paso entre mi madre y usted.
—Ehhh?... – Hana se quedó sorprendido, así que Haruko le había platicado de ellos, no entendía por que, además que podían hablar ellos de eso – la verdad no se que te pudo haber dicho que te haya echo querer hablar conmigo.
—Cómo que qué?... pues… yo lo sé todo… sé la verdad.
—Que verdad
—Hola Tomoya, no sabía que estabas aquí, que te paso en el ojo – entro Hitomi – Interrumpo algo? – preguntó al ver que ambos se habían quedado callados
—Tomoya estaba a punto de decirme la verdad
—Que verdad?
—Eso es lo que yo pregunto – padre e hija voltearon a ver a Tomoya
—Sé que usted es mi padre – soltó de una buena vez Tomoya
—¡¡¡¡¡¡QUUUEEEE¡¡¡¡¡¡¡- gritó Hanamichi sorprendido ante tal disparate – mira niño, no se que te habrá dicho Haruko, pero créeme, yo no soy tu papá.
—Pero usted y mamá salieron hace 16 años y…
—Y nada, entre tu madre y yo jamás paso nada…
—Pero yo escuche a mamá hablar por teléfono – Tomoya hablaba más para sí
—Tal vez malinterpretaste o escuchaste mal
—No… la oí perfectamente, le dijo a alguien que mi papá era también el padre de Hitomi – Tomoya se giró para salir, iría a buscar a su madre.
—A donde vas? – escucho tras él la voz del pelirrojo
—A casa
—Te acompaño – Tomoya asintió, Hana volteo a ver a Hitomi, que no había abierto la boca en todo ese rato – vienes?
—Si – si ambos no hubieran estado tan metidos en sus pensamientos, hubieran notado lo nerviosa que estaba Hitomi, y como no estarlo, sabía que de hoy no pasaría que las cosas se aclararan. Tenía miedo de la reacción de Hanamichi, tenía miedo de perder a su familia, a pesar de que era muy singular, y que había personas que consideraban que homosexuales no debían tener a su cargo niños, ella sabía que en ningún lugar le darían el amor que sus padres le daban.
Poco recordaba del orfanato en donde vivió sus primeros 6 años de vida, no es que fuera un mal lugar, es solo que con tantos niños, era difícil pudiera sentirse especial ahí, no era como en las películas, no los obligaban a trabajar ni había cuartos oscuros, simplemente que nadie la arropaba para ir a dormir, nadie le cantaba, y nadie estaba ahí cuando tenía pesadillas, estaban los otros niños, pero contarles a ellos solo serviría para asustarlos también. El día que los vio llegar se sorprendió por la altura de ambos hombres, creyó que eran gigantes, jamás había visto personas de ese tamaño, los vio entrar a las oficinas, después salieron al patio en donde jugaban todos, al verlos, la mayoría de niños se intimidaron, hasta que el pelirrojo recibió un globazo de agua, cortesía de Yutsuko, no había visitante que se salvara de tal bienvenida, el pelirrojo se fue a perseguirlo, parecía muy enojado, pero Hitomi notó que en cierto modo le había divertido el gesto, y si no a él, si su acompañante que esbozaba una pequeña sonrisa. Vio al pelinegro voltear hacía donde ella estaba, Hitomi se acerco a él, y le preguntó si venían por un niño para su familia, él contesto que si…
—Y donde esta tu esposa?
—No tengo esposa
—Entonces quien será la mamá? – preguntó Hitomi confundida
—No habrá mamá… pero a cambio habrá dos papás
—Pero quien prepararía las galletas y cantaría en la noche?
—Hanamichi cocina muy bien… - Hitomi volteo a ver al pelirrojo quien trataba de alcanzar a Yutsuko, que estaba trepado en un árbol - aunque canta pésimo, pero creo que yo podría hacerlo
—Y se quieren mucho?...
—Si…
—Como un papá y una mamá
—Mucho más.
Hitomi regresó al presente al escuchar a su papá decirle que si pensaba bajar del auto, ya habían llegado… sentía que su corazón palpitaba de tal manera que en cualquier momento saldría disparado de su pecho.
Los tres entraron a la casa y se sorprendieron al ver en la sala a Rukawa sentado y a Haruko saliendo de la cocina con una bandeja de té. Cuando Rukawa vio al pelirrojo entrar junto con Tomoya, creyó que el cielo se le venía encima, se sintió de nuevo aterrado, aun no estaba preparado, a pesar de haber pasado tanto tiempo pensando en como decirle la verdad, en ensayar conversaciones, en escoger la palabras que diría, ahora se hallaba simplemente en blanco, pensó en mentir una vez más, pero la voz y la mirada de Hanamichi le hicieron saber que esa ya no era una opción.
—Kaede – Hanamichi lo miraba completamente desconcertado por su presencia ahí
—Mamá tengo que hablar contigo – Tomoya camino directamente hacía su madre ignorando por completo a Rukawa
—Yo también – Hanamichi se olvido momentáneamente de Rukawa él también quería una explicación – como es eso de que soy el padre de tu hijo, ambos sabemos que eso es imposible – le reclamo molesto
—… - Haruko estaba pálida, no sabía que decir, e instintivamente volteo a ver a Rukawa
—Yo te escuche hablar por teléfono mamá, oí lo que dijiste
—Porque no nos sentamos – Hitomi tomo del brazo a su padre y a su novio para llevarlos a uno de los sillones, ellos no pusieron resistencia, pero no apartaban la vista de Haruko.
—Cuando paso? – Hanamichi trataba por todos los medios de no perder los estribos.
Habían llegado a su casa una hora después de que terminaron de hablar con Haruko y Tomoya. Después de escuchar el nombre del padre de Tomoya, Hana se quedó estático, esperando la hora en que alguien le dijera que era una broma, pero no paso, Haruko estaba a punto de soltarse a llorar y Kaede estaba serio, más serio que nunca, entonces volvió a ver en los ojos de su pareja ese temor y se dio cuenta que era verdad. Buscaba en su mente algún momento, alguna actitud, algo que lo hiciera pensar que ellos se veían. Escucho que Haruko comenzaba a hablar pero no entendía bien lo que decía, no podía quitarle la vista de encima a Kaede, no podía pensar con claridad, se sentía traicionado…. "Y CUANDO PENSABAS DECÍRMELO" de repente el grito furioso de Tomoya lo saco de su ensoñación, "PENSABAMOS HABLAR CON USTEDES HOY" Escucho contestar a Haruko, se sentía tan confuso y sólo había una manera de arreglar eso.
—En una fiesta…unos días antes que terminaran –
Kaede supo desde que vio que Hana no reaccionaba que eso no era nada bueno, pensó que lo vería enojarse, gritar, aventar cosas o de plano agarrarlo a golpes, pero nada de eso paso, el pelirrojo simplemente no reaccionaba, parecía perdido en sus pensamientos, como si tratara de concentrarse y no pudiera lograrlo, pensó en acercarse a él, pero cuando lo vio estrellar su cabeza en el piso desistió, la confusión había terminado.
—Por que? – pregunto Hana serio
Hanamichi le dijo a Kaede que se quedara a hablar con su hijo, que el lo esperaría en casa, cuando vio a Hitomi acercarse con la intención de irse con él no se lo permitió "Quédate, Tomoya va a necesitarte"
—…. – Kaede no sabía que decir
Después de hablar con Tomoya, o bueno, después de escuchar a Haruko hablar con Tomoya y ver como este sumamente alterado salía de su casa seguido por Hitomi, se dirigió a su casa, era hora de hablar con Hanamichi.
—¡¡¡¡¡POR QUE?!!!!! – el control de Hanamichi estaba acabando.
—No lo sé – Kaede sabía que la paciencia del pelirrojo había llegado al limite, ahora había que tantear sus palabras si no quería hacerlos enfadar más, aunque dudaba mucho que eso fuera posible
—¡¡¡¡¡COMO QUE NO LO SABES... MALDITA SEA… TE ACUESTAS CON UNA MUJER Y NO SABES PORQUE!!!!!
—Yo… Hanamichi… - que se supone que le diría, que la odiaba, que quería hacerle daño, que envidiaba su cuerpo por creer que compartía largas horas de amor con el suyo, lo diría si supiera que eso acabaría con la furia del pelirrojo.
—Ella estaba bebida – Hana pareció recuperar la compostura un poco al verlo tan indeciso, temeroso, jamás lo había visto así, con tanta inseguridad
—Lo sé – sabía que esto lo enojaría pero ya no quería mentir más.
—Aún así tú…
—Perdóname – Kaede lo interrumpió antes de que terminara de hablar
—Y cuando pensabas decírmelo… porque pretendías hacerlo según escuche -
—Yo… jamás tuve el valor para decírtelo – reconoció
—Prometimos que no nos ocultaríamos nada – Hanamichi le hablo con amargura al darse cuenta que la promesa estaba rota aún antes de comenzar.
—Lo sé
—Pero durante 16 años me estuviste viendo la cara de idiota
—No es así
—¡¡¡¡NO!!!! ¡¡¡¡NO!!!!, ¡¡¡¡ENTONCES COMO ES… DIME… COMO ES!!!!
—Te amo – que más decir, no había excusa que lo salvara
—Claro, me amabas tanto que te acostaste con mi novia para que me dejara y pudieras consolarme, haciendo que me enamorara de ti como un estúpido, por que creía que tu jamás me traicionarías como lo había hecho Haruko, que tu siempre serías sincero… un plan perfecto
—No fue así
—Debiste decírmelo
—Tenía miedo de perderte
—Y tenias razón – Hana subió furioso a su cuarto, somato la puerta y aunque Kaede le suplico que saliera, el no respondió.
Hitomi encontró a Tomoya en uno de los parques que había cerca de su casa, se acerco a él y lo abrazó. Se quedaron en silencio en esa posición por largo tiempo, hasta que Tomoya se decidió a hablar.
—No me esperaba algo así, cuando me di cuenta que por más que lo intentara mamá no me diría el nombre de mi padre, lo acepte, pase estos últimos años creyendo que jamás lo conocería…. Y ahora esto.
—Tomoya… yo no sé que decir.
—No es necesario que digas nada, con tu compañía me basta Hitomi – vio como su novia le sonreía mientras le acariciaba el cabello – me siento estúpido.
—Por que?- preguntó extrañada Hitomi
—Pues mira nada más como reaccione, en cambio tú siempre te mantuviste tan serena – vio como la expresión de Hitomi cambiaba mientras giraba la cabeza evitando su mirada, Tomoya no comprendió el comportamiento de su novia – que pasa Hitomi? — al ver que ella bajaba la mirada lo comprendió – lo sabias? – Tomoya la tomo de la barbilla girando su cabeza para que lo viera de frente – Hitomi… lo sabias?
—Si… papá hablo conmigo hace unas semanas – reconoció Hitomi, dándose cuenta por la expresión de Tomoya que no le estaba gustando nada la noticia.
—Unas semanas, lo sabias desde hacía unas semanas y no me dijiste nada
—No era yo quien debía decirte nada
—Por… por eso todas esas preguntas… -Tomoya recordó ese extraño interés que le había surgido de pronto a Hitomi por su padre - todo este tiempo lo supiste, debiste haberte divertido mucho no
—Tomoya deja de decir tonterías
—No son tonterías
—Claro que si, entiende que yo no era nadie para…
—¡¡¡¡ERES LA MUJER QUE AMO, CLARO QUE TENÍAS DERECHO!!!! – gritó enfadado
—Eso no me daba derecho de decidir si debías saber…
—Eras mi novia
—Tomoya, Soy tu novia
—No… ya no
CONTINUARÁ...
