Hola a todos, estoy muy agradecido por todos los reviews que he recibido de vuestras dadivosas personas, espero que sigan llegando y llenando mi bandeja de entrada. Muchas Gracias a todos.

Bueno, les daré un pequeño preámbulo sobre algunas cosas, primero, no sé si lo mencioné en el capítulo anterior, pero tuve algunas confusiones con las edades y a eso se debe a que ingresó tan joven. Aparte, yo creo que KND no haría mal incluyendo entre sus filas a Joey Beattles... no creen? XD.

Aps, bueno, el preámbulo, el preámbulo; en este fic se mostrará mucho sobre el pasado de Nick y algunas cosas de las reacciones de Flavius tras el abandono de KND por parte de su maestro. Advertencia: Estén muy atentos, que puede que luego no se den cuenta de algunas cosas interesantes.

Finalmente antes de comenzar deseo recalcar que este fic deberá su continuidad exclusivamente a la cantidad de reviews que reciba, no quiero tener que gastar horas de escritura para no ser leído. Por favor, no lo tomen como una amenaza, simplemente deseo que se manifiesten sobre mi fic.

Nota: Hay algunas partes bastante aburridas, lo siento, pero hay que dar explicaciones de varias cosas y mi cerebro está demasiado quemado por los estudios como para pensar una manera más amena de presentarlos.

Fic: Operación: T.R.A.I.C.I.O.N. (Parte Tres)

Capítulo III: El sector Alpha

Transmisión reestablecida.

Operación: T.R.A.I.C.I.O.N.

Trasgresora

Represalia

Aparentemente

Ineludible

Contra

Ingrato

Operativo

Notable

Flavius se encontraba aburrido, de brazos cruzados observando de mala gana el escenario. Se encontraba nuevamente en el gran salón de la Base Lunar; hoy era un día triste para la organización, uno de sus buenos hombres debía retirarse, un excelente espía. Pero a Flavius ya no le interesaba, su trabajo era simplemente presenciar el espectáculo y si el agente que iba a ser eliminado decidía por tratar de escapar él debía con un grupo de fieros soldados detenerlo.

-Compañeros – comenzó Número 361 –, deseo entregarle la palabra a nuestro gran espía, el más grande de todos, un agente digno de admiración, su nombre es sinónimo de excelencia...

-Vamos 361 – intervino 85 –, que el público se va a aburrir...

-¡Oh! Lo siento mucho – dijo avergonzado a 86, luego volvió su mirada al público y prosiguió –, mis estimados, con ustedes; ¡Leonard, número 25!

Un escuálido muchacho moreno, de grandes ojos azules se acercó al estrado, sus compañeros de equipo se encontraban llorando detrás suyo, ya era el segundo en irse, poco antes 15 lo había hecho y no faltaba para que 35, 45 y 55 los acompañaran en ese fatídico recorrido.

Número 55 se acercó y le entregó un micrófono. Leonard se sintió conmovido, estimaba mucho a su amiga y a toda la organización de KND, no quería dejarla.

-¡Qué fastidio! – pensó Flavius desde su asiento –, ese equipo era bueno, pero no el mejor y hacen tanto escándalo por ellos. Eso me enfurece, yo y los míos deberíamos ser los felicitados.

Leonard se acercó al micrófono, observó los alrededores, tomó una gran bocanada de aire y comenzó:

-Agentes, compañeros, amigos todos – inició con sus siseante voz, casi era como escuchar a una serpiente, el coliseo estaba mudo, atento a las siseos –, hoy es un día triste, no lo debería ser para ustedes sino para mi. Yo he dado todos los años en los que he estado en esta organización para ayudar a los niños a combatir la tiranía de los adultos y de los adolescentes. Ahora, aunque no es mi voluntad, debo integrarme a ellos. Ruego que este paso no sea perjudicial para ustedes ni para mi, ruego que aunque pierda mis conocimientos nunca los ataque ni sea manipulado por los adolescentes... Ojalá que mis plegarias sean escuchadas...

La pequeña 35 se acercó con una triste mirada en sus ojos.

-Feliz cumpleaños 25... – dijo entre sollozos.

-Gracias 35 – respondió con ternura –, pero nunca he tenido un cumpleaños tan triste...

Leonard, conocido como Número 25 apagó las velas y cumplió la primera parte de la condena. Luego fue llevado a la recámara de eliminación, Flavius se reincorporó de su silla y siguió al nuevo eliminado a través de un pasillo.

-Número 5, cuida de los Chicos del Barrio...

Flavius lo miró de reojo, pocas veces habían tenido la oportunidad de cruzar palabras, pero él sabía que Leonard sentía una cierta admiración por él.

-Descuida... – respondió un tanto desconcertado.

Ahí estaba el prototipo de la máquina que hace algún tiempo había creado la discípula de Nick; 86, todavía imperfecta, pero una obra de arte en el fondo. Flavius sabía lo que iba a pasar, por eso estaban sólo él, 85, 361 y Leonard.

-Grita Lenny... – dijo 361.

-¿Qué? – respondió con duda Número 25.

Flavius lo tomó del codo y comenzó a apretárselo con mucha fuerza. Esa era una de las técnicas favoritas de su maestro. Leonard comenzó a gritar inmediatamente y muchas luces se comenzaron a prender y apagar. Tras el suplicio apareció entre la nada pareció un colosal chiquillo de cabellos largos; el antiguo Número 15.

-¡15! – dijo con sorpresa Leonard, tras ver a su compañero mientras se sobaba el codo - ¿Por qué estás aquí?

-Lo que sucede – comenzó a explicar rápidamente – es que nuestro grupo ha tenido tanto éxito en sus misiones que se le ha permitido continuar tras la eliminación.

-¿O sea sigo siendo un Chico del Barrio?

-Si, pero debes disimularlo, estar entre los adolescentes y ser uno de ellos – explicó rápidamente Flavius –, ahora debes salir y pretender que te borramos la memoria, ¡Rápido!

-Eh... Está bien – dijo tembloroso Leonard.

Leonard salió disimulando no entender nada, su grupo estaba llorando, eso le rompía el corazón. Pero entendía que debía evitar decírselos. Flavius estaba un tanto asqueado de tanta emotividad y se apresuró a volver a su recámara; pronto debería dar clases y deseaba leer algunas cosas más del expediente.

En la ida a su "oficina" se encontró con varios de sus alumnos y los instó a que fuesen a clases más tarde. Y respondió una que otra duda de los agentes que llevaban poco de salir de la Base Ártica.

Finalmente tras llegar, abrió su pequeña nevera, sacó una soda, se arrellanó en su cómodo sillón y continuó leyendo. No habían encontrado nada sobre eso de haber tratado con la Paradoja, pero creía haber escuchado algo sobre eso de su maestro. Ojeó el colosal compendio y repentinamente una subcarpeta se cayó al suelo desparramando algunas páginas, las recogió e inmediatamente le llamó la atención; era sobre un ataque a la casa de Padre hace algún tiempo atrás: La captura de Padre. Eso realmente le llamó la atención.

Comenzó a leer, estaba asombrado. Entendía que habían muchos detalles y datos que habían sido omitidos, pero para su suerte su maestro le había contado algunas anécdotas dispersas entre miles de conversaciones y todas juntas junto al documento terminaban la información. Se reclinó en su sillón y comenzó a imaginar, imaginar ese momento.

Flashback:

Era una triste mañana, el paisaje que se podía observar por la ventana era mucho peor que deprimente; el espacio infinito. Nick cada vez que lo observaba sentía un gran sentimiento de vacío; él era tan pequeño y el universo tan grande; era una vista sobrecogedora.

Se levantó de su cama bostezando sin ningún pudor. Miró a un lado, luego al otro como si buscase algo mientras se rascaba la espalda; y encontró lo que buscaba: su clásica ropa, ropa bastante sobria y conservadora.

Tomó una ducha. Su habitación parecía casi de hotel de cinco estrellas, tenía una especie de bañera de burbujas y todos los lujos que podría desear un niño en su alcoba, de todos modos lo merecía; él era el creaba a los grandes agentes, él era el gran maestro. Hoy le tocaba ir a asustar unos cuantos cadetes en la Base Ártica, por eso no estaba con todos su ánimos; no podía asustarlos mucho.

Ya había terminado de bañarse y vestirse y con mucha pereza se acercaba a la perilla de su puerta cuando, tras abrirla, escuchó una potente alarma. Era una grave emergencia, o por lo menos eso intuyó, la alarma hacía vibrar todas las ventanas con gran violencia. Corrió hacia el gran auditorio donde ya se encontraba ahí 361 explicando la delicada situación en la que se encontraban; un importante agente había sido secuestrado: Número 6, su mejor alumno, Esteban Rendón.

Nick estaba casi enojado tras saber que en una rutinaria excursión a las cercanías de la casa de Padre este había logrado capturarlo. Lo reprendería al volverlo a encontrar. Se decidió y se levantó. Nadie estaba muy seguro si debían ir a rescatarlo o no; Padre aparentemente tenía un nuevo aliado. Ahora levantó la mano y dijo:

-Yo y el sector Alpha nos volveremos a reunir y atacaremos la mansión de Padre.

Hubo un gran silencio, únicamente tres veces antes en la historia de KND se había conformado el grupo Alpha y habían sido en catástrofes colosales. Número 361 miró a Nick a los ojos y comprendió que tenía razón, no tardaron mucho y conformarlo, eran cinco, pero los cinco mejores.

-Muy bien, déjame ver si lo entendí bien – dijo 361 tras conformado el grupo y en privado con Nick–, son: Número 661, o sea tú, Samantha Weatherby; Número 91, Yeoshuá Volosky; Número 123, Piere Nercaseaux; Número 159 y finalmente Matsumoto Isabasaki, Número 209.

-Exacto, ellos ya se encuentran afuera a la espera de nuestra misión.

-Muy bien, te acompañaré – respondió un tanto preocupado 361, él sabía que esos eran por mucho sus mejores hombres, y perder a uno de ellos en esto significaría una gran calamidad.

Una vez afuera Número 361 les explicó a todos la misión: Esteban Rendón estaba cautivo en la casa de Padre, aparentemente ahora era aliado de un genio maligno, no se sabía mucho de él, sólo que estaba loco y era un gran científico. Finalmente les deseó suerte y los dejó irse; el grupo Alpha estaba impaciente de realizar su primera misión.

-Esto será fácil – dijo a viva voz Número 159, Piere Nercaseaux, mientras sacaba su fiel honda -, mi sector ha vencido varias veces los planes de Padre, y ahora con ustedes será mucho más fácil.

-¡No seas tan confiado Piere! – le contestó Número 91; Samantha Weatherby, mientras estaba sentada en el suelo abrazando sus rodillas y con su rostro escondido detrás de estas –, sabes que Padre es de temer y confiarnos es lo último que podemos hacer, mi Sector ha sido atacado muchas veces por Padre. Y muchos han sido torturados por él... Esos recuerdos... son... tan... terribles...

-Pero Sammy – respondió Piere –, no seas tan llorona, tu Sector nunca ha sido muy bueno, pero ahora estás con los mejores.

-Tiene razón Samantha – continuó Número 209; Matsumoto Isabasaki, mirando de reojo mientras observaba al horizonte.

-¡Pero vamos! ¡No se desanimen! ¿Qué mejor que luchar todos juntos? Somos los mejores, y ojalá la pasemos bien en esta gran misión – dijo casi gritando Número 123; Yeoshuá Volosky.

-Silencio – dijo calmamente Número 661 –, ya he planeado algunas cosas, gracias a unos planos que ha extraído Samantha hace un tiempo de la mansión de Padre he definido una estrategia a seguir – estiró un plano y comenzó a explicarle a su equipo, el cual quedó asombrado de los nuevos implementos que Padre tenía ahora.

-¿Y realmente vale la pena? – dijo Matsumoto con voz cansada. Todos los observaron con reproche, pero sabían en el fondo que era demasiado complicado, incluso para ellos.

-Sí, vale la pena – respondió Nick –, ese agente es de los mejores. Además, es nuestro deber.

-Entonces, ¡Que la fiesta comience! – Gritó Piere mientras apuntaba a un imaginario Padre con su honda.

Pasaron algunas horas antes de que llegaran a la casa de Padre, fueron depositados en el patio, un tanto lejos de la mansión en si debido a que era muy peligroso dar aviso de manera tan obvia de que estaban llegando. Pierre alzó la vista y con su vista de águila miró a los alrededores. Un tanto de miedo y palidez se notó en su rostro.

-Nick, hay una horda de robots que vienen para acá.

-¿Qué? – dijo Nick - ¿Cómo nos descubrieron?

-Probablemente no activaron el equipo de invisibilidad contra radares cuando nos dejaron aquí – respondió seriamente Matsumoto.

-¡Demonios! – dijo Nick.

-Nos van a matar... nos van a matar – comenzó a decir Samantha.

-Descuiden – dijo Piere con una amplia sonrisa – Yo me encargo de ellos.

Pierre se elevó por encima del pasto alto y con su honda comenzó a apuntar contra uno de los gigantescos robots que se acercaban hacia ellos, eran unos monstruos hechos de un metal oscuro, de unos cinco metros de altura y llenos de sierras y espadas con las cuales rebanarían fácilmente a cualquier entrometido que se les acercara. Estaban a más de cuatrocientos metros, un tiro casi imposible para una honda, pero Pierre estiró la banda elástica, que era increíblemente gruesa muy por detrás de su cabeza, tenía ambos brazos estirados; soltó la carga de la honda la cual voló varios segundo a través de aire hasta que impactó al primero de los robots el cual estalló lanzando algo semejante a metralla a dos de los que estaban en las cercanías haciéndolos estallar también.

-¡Qué les lanzaste! – gritó Yeoshuá.

-Les lancé una M.A.R.B.L.E. – respondió inmediatamente Pierre con una gran sonrisa mientras apuntaba contra otra máquina.

-¿Pero que las M.A.R.B.L.E. no sirven exclusivamente contra barcos?

-Bueno, ahora vez que no exclusivamente – respondió riéndose mientras hacía estallar otras pocos monstruos metálicos; los últimos.

-Compañeros... creo que debemos apurarnos... – comenzó a hablar tímidamente Samantha –, ya deben saber que estamos aquí... nos van a empezar a bombardear...

-Tienes razón Sammy – respondió Nick –, ¡Ocúltanos!

-De acuerdo.

Samantha sacó de su mochila una lona creada por ella de alta tecnología la cual logró camuflarlos perfectamente con el verde pasto del jardín de la mansión. Todos estuvieron muy contentos con esa manta, excepto Pierre al cual le faltó un robot por destruir.

Comenzaron a avanzar a través del jardín dando la mayor cantidad de rodeos posibles para evitar que pudieran predecir la trayectoria por la cual entrarían. Pasaron algo más de una hora vadeando la seguridad del jardín hasta que llegaron a una de las murallas, era ya obvio que tras entrar sabrían donde estaban, así que ya no valdría la pena seguir con tanta sutileza.

-Oye, Pierre préstame una de esas... – dijo Yeoshuá.

Pierre le entró una M.A.R.B.L.E., Yeoshuá sacó algunas herramientas y comenzó a modificar el arma con una serie de pinzas y diferentes objetos que encontró botados en los alrededores. Finalmente había creado una pequeña esferilla de color morado, la cual impregnó en barro y la dejó pegada a una de las paredes, luego, como si esa esfera morada fuese como un gel lo repartió en forma de una letra "U" invertida y le ordenó al resto del equipo que se alejara. La hizo estallar creando una seguidilla de suaves explosiones que apenas eran perceptibles, ese sector de la pared cedió creando un diminuto agujero por donde apenas entraban y nadie tomaría en cuenta.

-Excelente – dijo contenidamente Nick –, ahora, Samantha, tú te escabullirás y tratarás de apagar los sistemas de defensa; ellos no saben cuantos somos por lo cual nosotros atacaremos directamente concentrando las fuerzas en nosotros y despejando tu camino, luego nos reuniremos en la antesala e iremos a darle unas pataditas a Padre.

Todos asintieron frente al plan de Número 661 y comenzaron con la operación. Samantha se escabulló por el agujero con gran facilidad y comenzó a arrastrarse por el techo del corredor, sus compañeros la miraron con admiración; ella conocía a la perfección la casa de Padre, muchas veces había sido traía ahí para ser torturada, o para rescatar a sus amigos, aparte del hecho de ser bastante bonita y ser tan disimulada como si de un caracol en el tejado se tratara, pero con la velocidad y gracia de un jaguar.

Yeoshuá miró al resto de sus compañeros al ver que Samantha se había perdido ya de vista y mostró unas cuantas bombas que había preparado mientras en su rostro se creaba una amplia sonrisa y con un gesto irónico, simulando cámara lenta las lanzó por el pasillo opuesto. Todos se cubrieron y en unos pocos segundos más una de las alas de la mansión de Padre estalló y voló por los aires fragmentándose en una lluvia de astillas.

-Excelente trabajo Yeoshuá – dijo Matsumoto.

-De nada – respondió mostrando sus dientes en una sonrisa tétrica.

Todos entraron, una gran polvareda los encubría y caminaron ágilmente a través de ella, varios metros. El polvo no bajaba y encontraban demasiado sospechoso el ambiente: demasiado silencio.

-Aquí algo me huele mal – dijo Matsumoto de reojo a sus amigos.

-Probablemente seas tú – respondió al instante Yeoshuá.

-Silencia – sentenció Nick –, hay robots cerca, los puedo sentir.

-Déjalos venir – dijo pretenciosamente Pierre estirando su honda.

Entonces se disipó el polvo, en efecto habían caminado en la dirección correcta, pero gracias a la niebla no se habían percatado que ahora estaban rodeado de robots, unos robots llenos de laceres y armaduras sofisticadas de última generación.

-Estamos rodeados – dijo pausadamente Matsumoto mientras desenfundaba una katana láser.

-Bravo eres un genio – le respondía Yeoshuá mientras sacaba desde dentro de su abrigo una serie de pequeñas granadas de fragmentación y explosivos varios.

-Descuiden amigos – gritó Nick tratando de apaciguar los ánimos mientras desenfundaba su arma legendaria: Cegadora de Almas –, podemos contra ellos...

-Les apuesto el almuerzo del fin de semana a que yo mato más – dijo Pierre mientras cargaba su honda con unas cuantas municiones.

-Si tanto anhelas perder – respondió Matsumoto mientras se lanzaba con su katana contra uno de los robots rebanándolo en dos - ¡Uno!

-¡Maldición – gritaron el resto al unísono –, no ganarás Matsumoto!

-Muy tarde, dos...

Y entre miles de disparos de láser comenzaron a dar lo mejor de si contra los nefastos robots. Eran débiles, eso era notorio, pero eran demasiados, cada vez que mataban uno aparecían dos en su lugar y tras llevar algunos minutos peleando parecía que hubiesen más que cuando comenzaron.

-¡Demonios, - gritó Nick – Yeoshuá, lanza la bomba en la que andabas trabajando!

-De acuerdo jefe – dijo Yeoshuá mientras descargaba su mochila, presionaba unos botones de un aparato de muchas luces que habían en el interior de esta, luego, sirviéndose de la oreja de la mochila tomó impulso y la lanzó por encima de los robot – ¡Cuerpo a tierra!

Entonces estalló la bomba destruyendo cientos de robots.

-Mil doscientos uno, mil doscientos dos... – contaba Yeoshuá mientras caían las cabezas – creo que gané.

-Son mil doscientos cuarenta – terminó diciendo Matsumoto –, superaste al jefe por un robot...

Entonces las cadenas de la Cegadora de Almas se lanzaron contra Yeoshuá, el abrió sus ojos sorprendido "¿Su jefe se habrá enfadado tanto por eso?", a penas logró esquivar el ataque, y tras lograr hacerle el quite sintió un grave ruido metálico detrás suyo.

-¡Casi me matas!

-Peores noticias – dijo Pierre indicando detrás de Yeoshuá.

Este se dio la vuelta lentamente y vio la hoz de la Cegadora de Almas incrustada en la hojalata de dos robots que estaban apuntando directamente a él.

-¡Maldición! – vociferó mientras golpeaba el suelo – Tal vez hubiera resistido esos disparos... ¿Por qué Pierre no fuiste tú el que les disparó?

-Calla y sigamos – le respondió Pierre.

Simplemente refunfuñó y siguieron adelante en busca de Padre. Pasaron por unas cuantas pruebas más pero Samantha no se demoró mucho en desconectar el circuito de alarma y volver con ellos, lo cuales se encontraban en la antesala de donde se suponía que tenían a Esteban capturado.

-¿Listos? – preguntó Nick.

-Siempre – respondieron todos, con sus característicos tonos.

Dieron una fuerte patada a la puerta y al entrar vieron un gran tubo de color verde, en el cual se encontraba suspendido Esteban, Número 6. Miraron en todas direcciones y vieron un sinfín de máquinas y herramientas muy extrañas y la mayoría aparentemente utilizadas para acciones sórdidas.

-Este lugar me da escalofríos – dijo temblorosa Samantha –, me recuerda a la cámara donde me torturaron...

-Descuida, no pasará de nuevo – respondió rápidamente Pierre.

Poco a poco se acercaron a Esteban. Todo estaba despejado, todo se veía aparentemente despejado y fácil. Yeoshuá se acercó al tablero que estaba a los pies del tubo donde estaba Esteban y comenzó a descifrar como liberarlo. Pasaron algunos minutos y cuando ya faltaba poco para que Esteban fuese liberado se escuchó una voz a la lejanía.

-Vaya, vaya, vaya... – dijo Padre a contra luz de la puerta de entrada –, pero si son los Chicos del Barrio que vienen a rescatar a su amiguito.

-No te saldrás con la tuya Padre – le gritó Nick.

Padre iba a articular palabra pero un certero golpe de Pierre entre ambas cejas lo dejó tumbado inconsciente.

-Bien hecho Pierre – gritó de felicidad Samantha.

-Tal vez lo hayan vencido a él, pero les aseguro que están muy lejos de vencerme a mi... – dijo una voz macabra que provenía de entre los tubos y máquinas.

-¿Quién eres? – gritaron al unísono.

-¿Yo? – dijo con una ironía altamente notoria – Yo, yo soy A.N.S.W.E.R..

Interferencia

Transmisión Interrumpida

No tengo palabras para describir lo contento que estoy por la cálida respuesta que he obtenido de ustedes. Bueno, eso y muchas cosas más, etc, etc, etc. XD

Ahora, mientas escribía y llegué al punto final pensé poner una nota de autor que digiere "No sería este un buen lugar para cortar la transmisión", luego me fijé en todas las páginas que llevo y me di cuenta que debía cortarlo. Lo siento, para la próxima será el resto, pero ya que entré en período de vacaciones podré avanzar más rápido.

¡Ahora SI! ¡¡¡Saludos personalizados!

Número 10:

¿Cómo se te ocurre? Este lo terminaré aunque muera en el intento. Jejeje, bueno, tú ya conoces a 661. Ha aparecido en nuestras misiones. ¿O no?

Napo-1:

Gracias por los halagos, muchas gracias. Me agradan y yo le agrado a ellos. ¿Ups... en que iba? A si, bueno, y volviste a aparecer... ¿Cómo la ves?

Axia:

Lo de pequeño, bueno, error de cálculo. Jejeje. Y sobre lo de Makita... bueno... este, ¡No ha dejado reviews! XD Y como la veo... en una de esas tendrás que traducirlo al inglés jajajaja XD

Gaby:

Bueno, en eso estoy... ¿No?

Y eso es todo... ok? JAJAJA XD ¿Alguna duda? Bueno, si desean especular de lo que pasará sería bastante de mi agrado jejeje, siempre es interesante saber lo que piensan los lectores.

Y no se olviden de ver el siguiente capítulo donde quedará, como se dice en buen chileno (Pero no con tanta grosería XD), la escoba XD jajajajaja. Capítulo 4: La ascensión.

Se despide vuestro amigo y vecino

Master, the Gambler

(Conocido como Frostbite Q. Kelvin)

Y Sí, a la publicidad innecesaria!