Antes que nada quiero ofrecer una disculpa por el retraso. Pero han sido tantas las trabas que se me han presentado que apenas me ha dado tiempo para hacer hoyeste 3er. episodio... ojalá sigan disfrutando este fic ...

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La pesada puerta de barrotes se cierra estruendosamente con un ruido chillante y metalico detrás de la muchacha de pelo largo y negro que acaba de entrar.

Una mujer rubia de mediana edad y mirada desafiante la observa desde un rincón mientras fuma pesadamente un cigarro. Kagome inmediatamente sintió sobre si esa mirada y trató de no ponerle atención mientras se sentaba pesadamente en el camastro situado enfrente de la puerta de entrada. Entonces un silencio incomodo cayó en el lugar.

En si la celda no era pequeña, era bastante espaciosa teniendo en cuenta lo que espacioso significa en una prisión; Tenia espacio para cuatro reos dos a cada lado del cuatro en camastros de madera remachados y con una barra en cada extremo para poder soportar el peso de el ocupante. Aparte estaban el lavabo y el retrete q estaba "escondido" entre los camastros de lado derecho. Despues de una eterna media hora sin sonido alguno el silencio solo fue roto por un barullo debil que iba creciendo a cada momento.

De un momento a otro, se abre la puerta de acceso y un policia sale volando por ella. Segundos despues, entre maldiciones y groserias de alto calibre, una chava de pelo negro a los hombros y no más de 1.70 se quitaba a puñetazos a los agentes que trataban de controlarla. Ella tenia un par de esposas en cada mano que no habian podido ponerle y, ya con la ropa hecha jirones, ella luchaba, no por escapar, sino por patearle el trasero al idiota que hacia un minuto la habia manoseado y que, para su ¿buena? fortuna, aun traia arrastrando del cuello con la cadena que ella siempre cargaba en sus pantalones.

Como movidas por un resorte, ambas mujeres se levantan de sus camastros y se pegan a los barrotes contemplando incredulas como los oficiales trataban de zafarle la cadena del cuello a aquel pobre infeliz dado que ya estaba morado y casi ni se movia. En un movimiento desesperado, uno de ellos la toma por el cuello y otro le rocia gas pimienta sobre el rostro pero esto mas que calmarla la hizo enfurecer más y, gritando de dolor, ella sacudia violentamente la cadena mientras trataba de morderle los brazos a quien la tenia trenzada. Otro de ellos, al ver que no servian sus intentos por soltarlo, toma una silla metalica y quebra una de las patas a puntapiés. Grita algo ininteligible y varios de sus compañeros se mueven.

Segundos despues le suelta un golpe a esta chava, quebrandole ambos pulgares. Y, sin darle tiempo de reaccionar, uno de ellos le jala la cadena de sus manos al tiempo que otros dos hacen lo mismo a su vez pero arrastrando a esta chava hacia dentro de una celda mientras se retorcia de dolor. La sueltan y ella cae estrepitosamente entre el lavabo y el retrete. Entonces uno de ellos grita horrorizado:

— Ambulancia... LLAMEN A UNA AMBULANCIA! – al tiempo que trata de llevarse a su compañero de ahi.

Uno de ellos se vuelve sobre si y entra a la celda vociferando y pegandole de patadas en donde pudiera. Unos trataron de calmarlo pero otros más se le unieron y ahi fue una verdadera batalla campal que solo fue interrumpida por el potente y seco disparo de un proyectil .44 que hizo volar una lampara. Entonces se hizo un silencio absoluto...

En el pasillo, un hombre alto, de apariencia cuarentón miraba friamente a sus subordinados al tiempo que volvia a enfundar su escuadra Desert Eagle hecha a mano; Su mayor tesoro...

Se acercó a el grupo de oficiales que permanecían inmoviles sin apartar la vista en ningun momento de su Teniente. Este, cuando estuvo lo suficientemente cerca de ellos, tomó a uno por el cuello y lo sacó de la celda de un empujón. De inmediato se volvió hacia los demás y antes de que dijera media palabra ya estaban afuera. Levanta a la chica y la azota contra el retrete. Y asi, sin decir nada, se da la media vuelta y se sale dejando que el guardia cierre la celda. Kagome y su compañera de celda, quienes no han hecho ni un solo ruido hasta ese momento, continuan en silencio observando atentamente como la chica de enfrente, todavia aturdida por el golpe, se revisa sus heridas con el odio grabado en su rostro.

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— Estas segura que no quieres que me quede, Sango?

La chica que responde a ese nombre mira a su interlocutor con una mirada mezclada de malicia y ternura. A pesar de todo el tiempo que llevan juntos, ninguno de los dos se ha decidido a dar el gran paso que les hace falta. No han sido las pocas veces en las que pareciera que todo se venia hacia abajo pero por una y otra razón siempre habian salido hacia adelante...

Normalmente se le achacaria a él el hecho de que no hayan podido lograr nada aún, pero gran parte de la culpa la tiene ella. Ella siempre se ha sentido bien asi y siente que si se formalizaran más las cosas se echaria a perder, pero aun asi se achaca el no poder ser más segura de si misma cuando no esta frente a un uniformado.

— Porque te ries? – soltó Miroku intrigado – Tengo algo en la cara?

Sango suelta una pequeña carcajada y lo abraza del cuello.

— Nada fuera de lo común – lo besa – aunque feo ya estas!
— Ahh si?

Miroku se lanza encima de la chica y comienza a jugar con ella. Segundos despues vuelven a besarse

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Kagome volvió a sentarse en su camastro y volvió a ensimismarse en su maraña de pensamientos. No asi su compañera que aun seguia parada junto a los barrotes observando a la recién llegada mientras fumaba su inseparable cigarro. En eso una señal de esta saca de trance a Kagome y, al levantar la vista, observa que le señala la celda de enfrente.

Se incorpora y observa que la recién llegada mete una mano en su entrepierna. Sorprendidas, ambas se quedan viendo como esta hurgaba en su ropa interior. Despues de unos momentos, saca un pequeño bulto y con esfuerzos lo abre. Ya habia ido un paramedico y le habian entablillado ambos dedos pero no la dejaron salir para que se le checara en un hospital. Ordenes de arriba.

Como haya sido, no parecia importarle demasiado a ella dado que estaba algo impaciente por abrirlo. Extiende el papel higienico con el que estaba relleno y lo lleva al camastro de arriba, quita las sabanas y deja la madera descubierta, entonces vacia el verdadero contenido sobre la madera y saca una pequeña tabletitas de plastico de sus zapatos.

Kagome y la otra mujer no alcanzaban a ver lo que hacia porque se habia enconrvado de tal forma que no se podia distinguir que hacia en realidad, pero el silencio que reinaba era lo suficientemente profundo como para que se alcanzaran a escuchar una especie de "golpeteo" muy leve. Entonces se escuchan unos ruidos extraños y alcanzan a ver a esta chica cuando comienza a toser moderadamente. Entonces ella se vuelve hacia sus "colegas" con la nariz congestionada y una mancha blanca en la derecha de su nariz.

Entonces fue que una de ellas rompió el silencio...

— Asi que porfin caiste – dijo la compañera de kagome–.
— Ahh, te cae?– contestó a su vez en un tono por demás acido –.
— Pero no manches, no que nunca te iban a agarrar? – comenzó a decir la rubia de tal forma que cambió la mirada de su interlocutora – Kikyo, la invisible!.
— Ayame, me creerias que no recuerdo porque demonios me pusieron asi?
— Esa chingadera te esta haciendo daño – decia Ayame entre risas – Te esta pudriendo el cerebro.
— Ahh, dejame!– En ese momento se queda observando directamente a Kagome sin decir nada; Despues de unos momentos se dirige hacia su amiga – Quien es esta?
— Esta? – la mira de arriba para abajo – Sabe... O es muda o no le gusta hablar... No ha dicho nada desde que llegó.
— Hey, niña! – Kagome se mantenia al margen pero debido a la insistencia de aquella optó por voltear – Si, tu!... Como te llamas?
— Yo?
— Nooo, babosa!... el ogro de allá atrás... Por supuesto que a ti!
— Ahh... Ka... Higurashi... Ka-kagome.
— La de la matanza? – Kagome la voltea a ver inquisitiva, ella aún no sabia la razón de su confinamiento – Siii!... una señora, un niño y un ruquito... – Al decir esto, Kagome levanta la vista y la muestra llena de terror – Te das cuenta de lo que causaste?... Revuelo nacional, más audiencia en los noticieros... jejejee... y mi maldito arresto!
— Ahhh... – soltó sorprendida Ayame –.
— Si!... por andar ai de babosa viendo que onda con ella un wey pone dedo y me echan la placa encima. – le pide un cigarro a su amiga y se va a sentar mientras enciende el cigarro – Todavia te recuerdo en la escuela.

Esto tomó por sorpresa a Kagome...

— Si, que dias aquellos... ahh los dias de la primaria!
— Los dias de tu primera...
— Nuestra primera vez! – la interumpió kikyo mientras ambas soltaban una risotada abierta – es cierto... jejejeje... ahh... no te acuerdas de ella?–dijo señalado a Kagome–.
Ayame trató de hacer memoria pero la verdad no la ubicaba — No, la verdad no.
— Se sentaba enfrente de mi. Sus jefes eran de billetes... ella no batallaba por nada... – y una sombra de melancolía se asoma por sus ojos – fue cuando me desafané y saz! aqui estamos otra vez... Pero quien pensaria que fueras una perra con los ovarios suficientes para chacalear a tu propia familia!.
— Yo... yo-yo no hi-hice nada! – soltó Kagome, ofendida por esa insinuación – Yo no soy capaz de matar a nadie!.
— Pues te hallaron ai fugandote... más sospechoso no se puede, o si?
— Nel –contestó Ayame sin dejar de fumar–.
— Ai ta.
— P-Pero ... yo
— Ya!... el pedo no es si lo hiciste o no lo hiciste... pq esa madre no te la quitas tan facil... estas casi asegurada para el penal... para ti hasta ahora todo ha sido florecitas, corazoncitos y ositos cariñositos...
— Jejejejejeje –soltó Ayame–.
— Pero ahora estas en la mierda... y a donde vas hay morras que no les pesa matarte por clavarse tu plato de comida... Será mejor que te prepares...

En ese momento les traen la comida y, ni tardas ni perezosas, las dos amigas comienzan a darle masacre a lo que les trajeron... pero Kagome seguia pasmada por esas palabras. La habian encarcelado por algo de lo que ni siquiera estaba segura, se acaba de encontrar con una ex-compañera de primariam que era una peligrosa criminal y era muy posible que las enviaran juntas a ese lugar que le acababa de describir...

— Chica! – kikyo llamó a kagome desde su celda – Bienvenida a la mierda! – dijeron al unisono ambas mientras "brindaban" por "la nueva" sinsaber que una figura ya lasacechaba en las afueras...

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Antes que nada tambien quisiera agradecer a Kazuhi-chan, a Alba, a Kashouy a todos aquellos que pierden su tiempo leyendo estos jales avionados que se me ocurren ;P... de ahora en adelante trataré de sacar episodios más seguido pq ya tengo varias ai sin actualizar... Y CON EPISODIO(S) TERMINADO(S) o.O!... ahhh, no tengo remedio...