Disclaimer: Los personajes de Rurouni Kenshin no me pertenecen, solo la idea de la historia es mía.
Escrito por : Alcione Yil de Cfiro / RinKo InuKai (estos dos son mis nicks).
Nupcial: Rompiendo las barreras del AmorCapítulo 3: Invitación... Dudas del presente ... café sabor Moka
Primera Parte
Roma, Italia, 26 de Febrero del 2005... Hospital, hogar para niños enfermos ...
La enfermera se quedó parada en la puerta, observando al joven de cabellos castaños peinados en punta, llevaba en sus manos una fila de sabanas blancas. Escuchó atentamente las palabras del apuesto chico, todo indicaba que la razón de tenerle en ese lugar, era para verle.
- Pues si quería verme, ya lo ha hecho, retírese – respondió la señorita con voz fría, avanzando hacia un ropero abrió un cajón de madera decorado rústicamente, sacó de bolsillo una llave dorada de mediano tamaño, para introducirla en el cerrojo de una de las puertas del ropero, deposito las sabanas limpias en el lugar y lo cerró sin mucha prisa.
- Vaya recibimiento señorita – dijo Sanosuke con un tono molesto en su voz, se acercó a la enfermera sin quitarle la mirada de encima.
- No sé, que esperaba joven Sagara – respondió Megumi caminando tres pasos hacia atrás de su lugar para poner distancia de por medio, entre el apuesto caballero y ella.
- Pues... que tal un saludo más cálido, que haga sentir cómodo a la persona que viene de visita – dijo Sanosuke haciendo desaparecer la distancia entre ambos.
- Entiendo, le parece que le reciba de esta manera – dijo Megumi acercándose más a él, pegando sus cuerpos, para rodear el cuello de Sanosuke con sus delgados y delicados brazos, acercó su rostro lentamente hacia delante, quedando a escasos centímetros sus bocas, Sanosuke tragó saliva, nunca imagino que su bella enfermera resultará con tal iniciativa, después de todo el beso que le había perdonado en la primera ocasión, ahora no se dejaría escapar, por fin, después de tanto añorar sus labios, los tendría pegados a los suyos degustándolos, para así probar cada rincón de su boca. Megumi intentaba actuar de la manera más natural posible, escondía sus nervios a la perfección , aunque sabía que sólo era una venganza por lo que este hombre le hiciera la primera vez que se conocieron, correría el riesgo, sabía de sobra que si algún miembro del instituto la encontraba en aquellas circunstancias perdería su trabajo y toda oportunidad para ayudar a todos los niños que necesitaban de sus cuidados... de algo estaba segura... no sería ella la que suplicaría por un beso.
- No imagine que fueras atrevida preciosa – susurro Sanosuke contra su rostro, sintiendo la chica el roce de sus aliento golpear sus labios.
- Ya ve ... que le parece un abrazo... – Sanosuke poso sus manos delicadamente en las caderas de la mujer – que le parece un beso – Megumi se acercó un poco más rozando sus narices, Sanosuke sintió una corriente recorrerle la medula espinal, era la primera vez que más que deseo, sentía ternura, cariño por una mujer.
- Así es sólo un beso – pronunció en voz baja Sanosuke, cerrando sus ojos espero impaciente el contacto con los labios de la mujer, que en vez de un beso, le soltaba tremenda bofetada en su mejilla, su mano se había marcado en la bronceada piel de su mejilla izquierda.
- Una buena tunda es lo que usted se merece Señor Sagara, es usted un aprovechado, un cretino, un miserable, que pensó que me tendría fácilmente en sus brazos, rendida a sus deseos, pues se equivocó si creyó ver en mi, esa clase de mujeres, que consigue en cualquier esquina... sepa que a pesar de no tener dinero, tengo dignidad y merezco respeto – dijo Megumi molesta al sentirse casi presa de ser ella la que cediera a posar sus labios sobre los del apuesto caballero que aún la tenía asida de sus caderas.
- Auchhh... bueno Señora¿ a usted qué le sucede? – preguntó Sanosuke sumamente molesto por la reacción de la joven, con los sentimientos de un hombre no se jugaban... mucho menos con los de él, eso no se quedaría así, ahora le perdonaría, puesto que más que a la fuerza, la tendría a su lado cuando ella se diera cuenta que el único hombre merecedora de ella, era él, sin embargo había lastimado su orgullo, aquel que celosamente cuidaban los miembros de la familia Saito, debía reconocer que ello lo había heredado de su padre.
- Señora , por Kami, me ofende, soy una señorita le parezca o no y le exijo que me suelte – dijo Megumi intentando liberarse de la prisión de las fuertes y grandes manos de Sanosuke .
- mmm... le recuerdo que quien se acercó a mi provocativamente, fue usted SEÑORITA ... usted se colgó de mi cuello, usted se moría por robarme un par de besos – dijo Sanosuke soltándola y quedando a una distancia razonable.
- Sólo quería darle una lección, no puede aprovecharse de la amabilidad de la enfermera como yo – dijo Megumi mirándole de reojo, una vez que cruzaba sus brazos a la altura de su pecho.
- Bien, señorita, la lección la recibió usted, ya que no necesito de sus miserias, hay muchas mujeres que querrían tenerme por un segundo como usted me tuvo, así de cerca ... usted se lo perdió, que tonta – dijo Sanosuke, las cosas empeoraban entre ellos en lugar de avanzar, un caso perdido, ahora dudaba si la joven frente a él era la mujer de su vida, lo que más le inquietaba era que no estuviera a la altura de su madre.
Las palabras ya habían ido demasiado lejos¿ Cómo se atrevía hablarle de esa manera, ella reconocía que se le había pasado la mano, pero de eso a tratarle groseramente, no lo soportaría... ese chico Sagara se arrepentiría de sus palabras o dejaba de llamarse Megumi Takani.
- Cada quien piensa lo que le conviene¿recuerda, la verdad puede que sea otra y le afecte emocionalmente joven – dijo Megumi con un tono frío y extremadamente marcado lleno de molestia.
Las cosas habían llegado a su limite, la enfermera jugaba con fuego, algo delicado para una señorita que no sabía ni siquiera lo que era un cerillo, Sanosuke colmo su paciencia, decidido a darle una probadita de su propio chocolate se acercó a ella tomándola por la cintura acercándola bruscamente topando con su bien formado cuerpo, ahora la que tragaba saliva era ella, los nervios se apoderaban rápidamente de cada parte de su cuerpo, debía disimular... no debía quedar a su merced... si no resistía estaba completamente perdida... Una tortura... tomando en cuenta como principal detalle que el chico que le tenía en sus brazos era condenadamente guapo, sintió el aliento del joven cerca de sus mejillas, maquilladas de un tono rosado por la sensación enloquecedora que le hacia palpitar el corazón de manera desbocada, no podía más deseaba esos labios... tanto como la primera vez que le había tenido cerca y por desgracia el joven había abandonado toda actitud de llevar acabo su cometido.
- Cobarde ... – susurro Megumi completamente perdida, cerrando sus ojos, Sanosuke le miró con una sonrisa victoriosa, tenía razón no había mujer en el planeta que pudiera resistir a sus encantos.
- El valiente vive hasta que el Cobarde quiere , dice un dicho popular – susurro Sanosuke cerca de su oído, frotaba con sumo cuidado su espalda, masajeando cada una de la zonas que la conformaban.
- Eres igual que los demás hombres... se aprovechan de las circunstancias para sólo robar un beso por nada – dijo Megumi pasando sus delgados brazos por el cuello del joven completamente derrotada, resignada a perder ante aquel chico que le cortaba la respiración sólo con el hecho de pensar en él... aunque deseaba que él le besará... otro deseo escondido en la razón le pedía ser liberada ... había alguien más ... a quién no conocía... que le quitaba el sueño ... su enamorado secreto.
- Te equivocas cariño, no soy un ladrón ... tú me provocaste recuérdalo, yo no te pedí un recibimiento de ese tipo al que acostumbras con otros, sólo pedía respeto... aunque pensándolo bien un beso no estaría mal – dijo Sanosuke besando la sueva piel del rostro de la joven, muy cerca de sus delineados, irresistibles y rosados labios.
- Yo... – quiso hablar Megumi sintiendo un nudo en la garganta, ese chico le había llamado mujerzuela de manera encubierta, con sus duras palabras – no quiero su lastima ... vaya con sus admiradoras a repartir amor – dijo la enfermera abriendo de golpe sus párpados para mirarle con ojos cristalinos, la había lastimado una vez más ... pero ... tal vez ella tenía la culpa por comportarse como una chica sin principios... se sentía avergonzada ... si sus padres la vieran... volverían a morir por su comportamiento tachable ... se había equivocado ...- pensé que usted era un caballero ... lo siento – terminó Megumi ahora pidiendo de buena gana que el joven le soltase – le pido de favor que me suelte... ya ha sido suficiente grosería por el día de hoy – dijo Megumi bajando su mirada... no podía sostenerle la mirada... si lo hacía rompería en llanto – quiero que le quede claro antes de que se marche ... siempre soy muy distante con las demás personas que me rodean, cero afecto, cero interés – terminó de decir Megumi dispuesta a salir de la habitación, sus fuerzas no le ayudarían a resistir por más tiempo.
Sanosuke escucho en silencio, sin interrumpir a la joven que hablaba decidida y segura de sí misma, cuando la enfermera le pedía de buena gana que le soltase sin pensarlo si quiera, le complació en su petición, seguía escuchándole con atención, se maldecía por su imprudencia... no se explicaba como era el As de la conquista y con una joven no podía tenerla en sus brazos exigiéndole aunque fuera una inocente caricia... esa chica tenía algo especial... le irritaban sus palabras y le afectaban de sobremanera, cosa extraña puesto que las otras mujeres podían desgastar su voz hablando incoherencia sobre su persona, incluso maldiciéndole y él ni caso les prestaba, en cambio esta joven con el simple hecho de no brindarle toda su atención le hacia sentir incomodo y desesperado. Lo sabía ... la había herido, en sus orgullo de persona... de mujer... ni una tonta disculpa o un sincero lo siento lo repararía ... tenía que pensar en algo y rápido... estaba ensimismado en sus pensamientos ... fue un minuto... del cual regreso a topar con la realidad cuando sintió que la linda mujer de la que se estaba enamorando hacia su intentó por marcharse.
En un intento por detenerla Sanosuke extendió su mano, tomándola delicadamente de su brazo, Megumi se detuvo escuchando la suave y varonil voz del muchacho.
- no se como decir que no era mi intención herirte ... no te vayas... – dijo Sanosuke abrazándola ahora por la cintura quedando pegado al cuerpo de la joven a su espalda... ella frente a él. – a veces puedo decir cosas sin pensar ... gomen – terminó diciendo Sanosuke aspirando el perfume del cabello de la enfermera.
- Yo... tengo que irme – dijo Megumi que intentaba soltarse de la prisión de los brazos y cuerpo del atractivo joven.
Se abrió la puerta de golpe.
- Por fin te encuentro hermana mía – dijo un adolescente de cabellos negros.
Al escuchar el sonido que hacía el viento al abrirse la puerta, Sanosuke soltó con rapidez a Megumi, ella se separo unos cinco paso de él... para no levantar sospechas ... después de todo ninguno de los dos quería tener problemas o que los tuvieran a causa uno del otro.
- Yahiko, me asusté, para que me buscabas – preguntó curiosa Megumi.
- Ahhh tienes compañía hermanita... vaya tú si que tienes galanes – dijo Yahiko mirándola fijamente... conocía muy bien a su hermana mayor... algo andaba mal.
- No es lo que tú crees... el joven ya se iba – dijo Megumi mirando hacia otra dirección... no quería que su hermano se preocupara por ella.
- ¿ Qué ocurre Megumi? ... ¿ por qué tienes tu mirada triste y tus ojos vidriosos, acaso este joven te esta molestando – preguntó con mirada muy seria el jovencito mirando con molestia a Sanosuke.
- Oh no, ya te lo dije el joven Sagara ya se retiraba... había venido a saludar a los niños... pero en mala suerte ellos están dormidos – dijo Megumi mirando a su hermano sin entender si quiera por que encubría al joven Sagara – sólo estoy cansada Yahiko –
- Sí es así, no te interrogó más, lo olvidaba vine a dejarte las rosas de tu admirador secreto hermanita – dijo Yahiko con picardía en su tono de voz... estaba seguro que este hecho regresaría la felicidad al rostro de su hermana y no se equivoco le conocía muy bien.
Olvidándose de todo, incluso de Sanosuke Megumi sin pensarlo dos veces tomó las rosas que Yahiko llevaba entre sus manos acercándolas a su rostro aspiro el dulce aroma a rosas rojas ... las rosas del amor. Una sonrisa se dibujo en su rostro que no paso desapercibida por los dos jóvenes que le acompañaban.
- Son preciosas – dijo Megumi tomando en sus manos el sobre , sacando de este una notita que tenía la leyenda " Quiero que nos conozcamos ... no resisto un día sin ti... ", el brillo de los ojos de la enfermera regreso al leer la nota y sin darse cuenta pensó en voz alta – pero como te enviaré la respuesta -
- Por eso ni te preocupes, me dijo el repartidor que mañana que el venga a dejarte las rosas, le entregues un sobre donde respondas – dijo Yahiko sonriendo.
Sanosuke estaba feliz de ver la reacción de la joven al recibir las rosas... su plan había funcionado ... aunque ... después de lo de hoy ya no estaba seguro que la chica estaría feliz de que el fuera el famoso admirador secreto, que le enviaba rosas desde hacia días... tenía que pensar en algo y rápido ...
- Meg, no ignores a tu amigo... sólo por el hecho de que el amor de tu vida te diga algo lindo – dijo Yahiko esperando una buena reprimenda de parte de su hermosa hermana.
- El joven no es mi amigo Yahiko... no digas cosas que no son el podría molestarse – dijo Meg dejando las rosas en el florero de siempre, guardó la tarjeta en el bolsillo de su bata.
- No hay cuidado, puedo ser su amigo si me lo permite – dijo Sanosuke.
Megumi estaba sorprendida del cambio del joven, su actitud era otra... como si algo le hubiera hecho cambiar de personalidad... si como si fuera otra persona... pero ni a Kilómetros de ser tan especial como lo era su enamorado secreto, este último si era un caballero de verdad.
Megumi no respondió , estaba absorbida en sus pensamientos.
- Entiendo no piensa darme su perdón... no acepta mis disculpas – dijo Sanosuke clavando su mirada al piso – soy algo malo para dejar a un lado mi orgullo, haré lo que más a usted le guste , dígame que es – terminó diciendo Sanosuke levantando su vista, mirándole insistentemente, esperando una respuesta positiva.
- Yo ... – Megumi fue interrumpida por su hermano, la conocía, así que sabía que por más que ella quisiera no le diría nada sobre ella... así que le ayudo un poco... sabía que a la larga le agradecería su gesto ... aunque antes de ello el supiera que estaba expuesto a pasar a mejor vida.
- Verá Joven Sagara, mi hermana Meg, es una adicta al café de Moka, no hay cosa más deliciosa para ella e irrestible que un frío café con galletitas de chocolate acompañándolo... ¿ que de que lugar ... ? pues siempre va a una cafetería llamada "Lemur"... sin embargo una vez la escuche decir que daría cualquier cosa por ir a la cafetería "Ragatzzi" – terminó diciendo el chiquillo, su hermana le quería eliminar con la mirada.
- ¿ Le gustaría ir a tomar un café conmigo en la cafetería "Ragatzzi" ? – preguntó el joven esperando una respuesta afirmativa de su parte.
- No lo creo, tengo trabajo – respondió Megumi.
- No tiene que ser hoy... puede ser en su día de descanso – dijo Sanosuke muy interesado.
Yahiko observaba divertido la escena así que siguió con su ayuda fraternal... era un hecho el moriría esa noche ...
- Hay Meg, te esta fallando la memoria hermanita... tu día de descanso es mañana y de hecho por el día de hoy ya has terminado tu jornada... recuerda tuviste guardía ... cuando tienes guardia sales a las tres de la tarde, a que bien solo faltan 15 minutos ... de hecho el doctor me dijo que te fueras a divertir que bien merecido te lo tenías ... puedes empezar desde ahora... por mi no hay problema... yo comeré algo ligero – dijo Yahiko mirando de reojo a Sanosuke dándole la señal de que insistiera, Sanosuke comprendió el mensaje a la perfección y siguió el juego del chiquillo.
- Entonces no veo por que no pueda ser hoy señorita Takani – dijo Sanosuke sonriéndole sensualmente.
- Así es Megumi, puede ser hoy – repitió Yahiko, ganándose una segunda mirada donde se reflejaba las letras R.I.P. grabadas en una roca junto a su nombre.
- Es que ... – dijo Megumi pensando en una buena excusa por decir.
- Es que nada hermanita, vete con el joven Sagara, verás que no te arrepientes ¿verdad? – dijo Yahiko mirando a Sanosuke amenazantemente.
- Por supuesto que no hay de que arrepentirse - respondió Sanosuke mirando a Megumi al borde la resignación para aceptar su invitación.
- Esta bien usted gana joven Sagara , sólo espere a que me cambie – dijo Megumi saliendo de la habitación – Estos niños tienen un sueño pesado... pensé que se despertarían con tanto escándalo – pensó Megumi saliendo del lugar... aún no entendía como le habían convencido.
- ¿ Puedo pedirte un favor? – preguntó Sanosuke al hermano de la enfermera.
- ¿Cuál? – preguntó Yahiko.
- Buscar a la Señora Tokio Saito y decirle que su Sobrino se ha retirado a tomar café con una hermosa señorita ¿ podrías hacerlo por mí? – dijo y preguntó Sanosuke interesado.
- Claro que sí , la Señora Tokio es un amor de mujer... que afortunado eres de tenerla como familiar – dijo Yahiko.
- Gracias Chiquillo – dijo Sanosuke mirando a Yahiko, saliendo de la habitación para dejar dormir a los niños.
- A quién llamas Chiquillo, mi nombre Yahiko, más respeto o ahora mismo hago que mi hermana diga que no a tu invitación – Yahiko con una sonrisa de Triunfo ante la mirada desencajada de frustración que ponía Sanosuke.
- Tú ganas YAHIKO – dijo Sanosuke.
- Así esta muy bien, cuida mucho de mi hermana, le agradas – dijo Yahiko mirando de reojo al joven .
- por que lo dices – preguntó curioso Sanosuke.
- Por que acepto salir contigo, nunca lo hace, a pesar que le ruegan no lo hace, no sale a comer, ni almorzar, ni mucho a cenar con nadie ... – dijo Yaahiko sonriendo.
- mmm... es que tú me ayudaste recuerdas ... – dijo Sanosuke recargándose en la pared, cruzando sus brazos frente a su pecho.
- No creo que fuera por eso, te lo digo conozco a mi hermana, ella nunca accede, mira que el joven Amacuza tiene ya más de 6 u 8 meses , si no es que más pretendiéndola y ella siempre le rechaza, día que viene le invita a comer, día que de la manera más cordial le rechaza, era para que ya desistiera , pero él sigue y mi hermana sigue en su postura no saldré con usted¿entiendes ahora?- dijo Yahiko.
- Si ahora entiendo – dijo Sanosuke en confusión a sus pensamientos, no podía creerlo la mujer de la que su amigo hablaba era su linda enfermera... no tenía derecho de jugarle a la mala, eran amigos desde niños, era su deber decirle que la joven le gustaba tanto como para casarse con ella y sentar cabeza, debía decirle también que de buenas a primeras ella había aceptado su invitación y que se encontraba encantada con las rosas que le enviaba.
Ahora si que estaba en serios problemas ...
continuará...
tuve que volver a subirlo, me equivoque en una fecha
