Disclaimer: Los personajes de Rurouni Kenshin no me pertenecen, solo la idea de la historia es mía.
Escrito por : Alcione Yil de Cfiro / RinKo InuKai (estos dos son mis nicks).
Nupcial: Rompiendo las barreras del AmorCapítulo 4: Dudas del presente... café sabor Moka
Segunda Parte
Roma, Italia, 27 de Febrero del 2005- Sanosuke¿ qué es eso tan importante que tienes que decirme? – pregunto curiosa una mujer mirando a un joven recostado en su cama.
- Recuerdas que te dije estaba enamorado de una de las jovencitas del hospital a donde llevas tu donativo y haces visitas a los niños para darles ánimos para vivir – decía el joven con sus brazos cruzados tras la nuca.
- Así es, tuve que llamarle al chofer para que me recogiera... el mensaje me lo dio Yahiko el hermano de Megumi, ella es una chica con una reputación intachable, mujeres como ella, deberías de buscar entre tus amiguitas – dijo Tokio molesta recordando el tipo de mujeres que su hijo frecuentaba, rogaba al cielo que la mujer que había conocido fuera buena joven y no una casa fortunas - por cierto hijo¿ por qué le dijiste a Yahiko que eras mi sobrino? -
- Madre, estoy en un gran problema, he hecho un lío terrible, sabes la señorita Megumi Takani es la joven con la que fui a tomar un café precisamente ayer... aparte me he enterado de algo que no imagine jamás... – dijo Sanosuke clavando su vista al techo.
- Lo sé... que la señorita de la que te has enamorado... es la misma mujer por la cual Shogo ha estado suspirando por más de 6 meses... estas en serios problemas hijo mío... ahora me dirás la razón por la que le has mentido... diciendo que eres un Sagara y no un Saito – dijo Tokio seria, su hijo algunas veces se comportaba como un adolescente y las cosas se le salían de control.
- Mamá¿cómo lo sabes? – preguntó curioso Sanosuke sentándose en la cama.
- Sanosuke todos en el hospital lo saben; Shogo no tiene ojos para otra mujer, no hay día que no vaya a visitarla, le invite a comer, a cenar y le dé obsequios que Megumi como toda una dama le rechaza, Megumi no quiere ilusionar al joven, es una buena chica quedo huérfana hace algunos años y se hizo cargo de su hermano, las monjas le dieron trabajo en el hospital, su vida son los niños que cuida con mucho amor- dijo Tokio mirando a su hijo.
- No sabía que la señorita Takani había sufrido esa perdida – dijo Sanosuke bajando su rostro, recordando los encuentros que habían tenido... en especial el último.
Abría la puerta caballerosamente permitiendo que la joven que le acompañaba entrará antes que él, sin anunciarse tomó una mesa cerca de la ventana en el área de no fumar para no ser interrumpidos.
- Gracias – dijo Megumi sentándose en el lugar que Snosuke le había señalado para sentarse.
- De nada – respondió Sanosuke satisfecho de que la joven estuviera en un lugar a donde siempre hubiese querido ir... era él quien le cumplía su sueño.
-...- Megumi guardaba silencio, observaba maravillada el lugar, era cierto lo que escuchaba decir de las otras personas, un lugar acogedor con la decoración fina y elegante.
- Les tomó su orden – preguntó un mesero amablemente.
- Si, me permites que ordene por ti – preguntó Sanosuke tocando la mano de la joven para regresarla al tiempo presente.
- Hai – Megumi asintió sonrojada sintiendo el contacto cálido de la mano de su acompañante, safándose del agarré.
- Para la señorita traiga un café sabor moka frío, galletas de chocolate y para mí puede traer un café americano y pan de dulce por favor – dijo Sanosuke.
- Sí, señor – dijo el mesero retirándose.
- ¿Te gusta el lugar? – preguntó Sanosuke.
- Sí es precioso... no puedo creer que me hayan convencido de venir... ahora pienso que es una locura... debe pensar usted que soy una mentirosa que sale con chicos ricos para aprovechar oportunidades – dijo Megumi bajando su vista.
- Nada de eso... recuerda, estamos aquí por mi falta de caballerosidad... te invité... no olvido lo difícil que fue convencerte, fue más la ayuda de tu hermano que mis palabras – dijo Sanosuke mirándole con dulzura.
- Esta bien – sonrió Megumi, era la primera vez que le obsequiaba una sonrisa a un joven que no fuera su hermano alguno de los niños del hospital.
- Que bella eres cuando sonríes – dijo Sanosuke perdido en su mirada.
- Gra...cias joven Sagara – dijo Megumi mirándole incomoda.
- Deja de llamarme Joven Sagara... sólo dime Sanosuke o Sano... somos amigos, los amigos se tratan con familiaridad – dijo el joven.
- ¿Somos amigos? – preguntó Megumi curiosa.
- Claro, eres una joven amable, respetuosa, estoy seguro que no saldrías con un desconocido, aparte tu hermano me dijo que no salías con cualquiera – dijo Sanosuke recordando las palabras de Yahiko.
- Pues si... – dijo Megumi recordando que su hermano moriría esa noche.
- Entonces no habrá excusa para rechazar otra invitación – dijo Sanosuke
- No lo sé, ya se me ocurrirá una... – dijo Megumi con su tono coqueto.
- Entiendo – dijo Sanosuke sonriendo - Me gusta tu compañía Meg –
- Megumi... dígame Megumi por favor... somos conocidos, las cosas marchan despacio... podemos caer y accidentarnos – dijo Megumi.
- Como quieras... sólo promete hacer a un lado las formalidades – dijo Sanosuke sin quitarle la vista de encima.
- Esta bien – Megumi asintió sonriendo con el objeto de evitar iniciar otra discusión con el joven.
Llegaba el mesero dejando las tazas de café y los alimentos que los acompañarían en la mesa, no fue mucho tiempo el que pasaron conversando... ni siquiera fue una platica profunda... superficial... las razones por las que era enfermera... para ayudar a los niños que necesitaban de esperanza para luchar por vivir... el joven hablaba sobre su profesión... sobre lo importante que era para el su familia, después de terminar de tomar sus café la señorita se despidió de Sanosuke... necesitaba llegar a su casa... se encontraba confundida después de todo el joven había resultado ser un caballero con carácter... por otro lado se encontraba su enamorado secreto... que respuesta le tendría.
- No te vayas, aún es temprano – dijo Sanosuke suplicando a la joven que le acompañará otro rato más.
- Lo siento Sanosuke, no puedo, necesito llegar temprano a casa, tengo un hermano a quien cuidar, que tengas linda tarde y muchas gracias por esta invitación... no la olvidaré – dijo Megumi poniéndose de pie.
- No tienes por que agradecer... espero se vuelva a repetir – dijo Sanosuke interesado en la respuesta de la joven.
- Tal vez... no puedo asegurarle nada – dijo Megumi dispuesta a marcharse.
- Espera no te vayas así... déjame llevarte a tu casa – dijo Sanosuke poniéndose de pie y alcanzando a sostener el brazo de la joven parando su andar.
- Ya has hecho suficiente, no es necesario que lo hagas – dijo Megumi nerviosa intentando soltarse del agarre.
- Si piensas que es una molestia, estas equivocada... déjame dejarte a salvo en tu hogar... que tipo de caballero sería si dejo que una señorita tan linda se vaya sola hasta su casa... las calles son peligrosas Megumi – dijo Sanosuke sin soltar a la joven.
- No es necesario, no insista... si quiere que esto se vuelva a repetir hágame caso – dijo Megumi moviéndose con fuerza logrando liberar su brazo de la prisión.
Megumi se marchó dejando a un Sanosuke parado delante de la mesa sin saber como actuar... el escuchar la palabra repetir, le paralizó... quería confiar en lo que la linda joven le había dicho... obedeció a su corazón... por el momento la había dejado ir... luego la buscaría...
- Te voy a pedir que si no estas pensando en serio con Meg, más te vale que dejes que Shogo siga intentando conquistarla... ya tiene competencia... ese chico misterio que se las ha ingeniado para llegar al corazón de la joven enviándole rosas – dijo Tokio haciendo que Sanosuke regresará de su ensueño.
Sanosuke alzó su vista interesado, sonrió... Tokio conocía esa sonrisa de victoria que los Saito ponían cuando sabían que tenían ganado algo grande.
- ¡OH, noooo!- Abrió sus ojos de par en par - tú eres ese joven... el enamorado secreto de Meg... Yahiko no deja de hablar de que a su hermana no se le había visto más contenta que en estos días que recibe las rosas –dijo Tokio mirando con reproche a su hijo.
- Mamá tenía que hacer algo... nuestro primer encuentro no fue color de rosa... nuestro carácter chocó – dijo Sanosuke.
- ¿Chocó?... de seguro quisiste pasarte de Listo, Meg es una joven con una reputación intachable... muy celosa con su trabajo... seguro se sintió invadida... normal con un desconocido como en esos momentos lo eras tú- dijo Tokio sonriendo imaginando el encuentro entre su hijo y la linda enfermera.
- Mamá mi amor por ella es verdadero, no puedo olvidar su rostro... estoy decidido a luchar por ella... ahora necesito saber si ella esta interesada en mí aunque sea un poco – dijo Sanosuke tomando la mano de su madre entre las suyas – Que me aconsejas hacer -
- En primer lugar debes sincerarte con ella, decirle que eres un Saito y no un Sagara... en segundo lugar debes decirle que tú eres el enamorado secreto... tercero debes decirle que sientes por ella... en cuarto debes hablar con Shogo para que sepa quien es su rival y sea una batalla justa... y quinto convencer a tu padre de que Meg es la mujer que quieres para el resto de tu vida a tu lado – dijo Tokio dando ánimos a su hijo con una mirada comprensiva.
- Lo primero no puedo hacerlo hasta no estar seguro que ella me quiere por ser Sanosuke y no un Saito, no existe en toda Italia una sola persona que al escuchar el apellido Saito piense en una fortuna, lo segundo lo haré si ella respondió afirmativamente a mi último mensaje, lo tercero lo haré una vez que estemos juntos en nuestra segunda cita, lo de Shogo me cayó de sorpresa, pero tienes razón hoy mismo iré hablar con él para decirle y con respecto a mi padre necesito estar seguro que ella me ama, si es así no importa contra quien tenga que luchar lo haré – dijo Sanosuke decidido, un brillo vivo en sus ojos se hizo presente.
- Suerte cariño... sabes que mamá te apoyará siempre que la joven en la que estés interesado sea Meg, ella no es ninguna casa fortunas... si le explicas ella entenderá... pero debe ser pronto, antes de que haya malos entendidos y la pierdas por tus estúpidos descuidos – dijo Tokio en forma firme.
- Si mamá gracias – le besó la mejilla y salió de su habitación... necesitaba una respuesta.
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Sentada en una silla de madera se encontraba una jovencita perdida en sus pensamientos, clavaba su mirada en el liquido negro que se encontraba en la taza blanca frente a ella.
- Estoy hecha un torbellino en mi mente... que puedo hacer... que debo escribir como respuesta al enamorado secreto... el joven Sagara, no es un mal chico... por kami que debo hacer... quiero volver a verlo... no puedo quitar de mi mente sus lindos ojos y su sonrisa – pensaba la joven de ojos marrones.
- ¿ Pensando en tus enamorados?... tu lista se amplia día con día... primero el joven Amacuza, luego el chico de las rosas y ahora el joven Sagara, dime hermanita¿cómo estuvo el café? – decía un chico sacando del refrigerador leche.
Megumi interrumpió sus pensamientos para responder a su hermano.
- Mas te vale guardar silencio Yahiko, ayer te salvaste de que te matará... pero hoy puede que sea tu último día – dijo Megumi con mirada asesina.
- Esta bien... yo sólo quería ayudarte, eres muy linda hermanita, no quiero termines sola... te lo digo en serio quiero sobrinos... – dijo Yahiko mirando como oveja a su hermana.
- Te quiero tanto... que te perdono... también quiero tener una familia – dijo Megumi bajando su vista.
- No lo dije para hacerte sentir mal... Meg eres preciosa... quiero lo mejor para ti... que el hombre que este a tu lado te cuide... tal vez yo no pueda cuidarte toda la vida – dijo Yahiko abrazando a su hermana.
- Gracias Yahiko, eres el mejor hermano... – dijo Meg con una sonrisa.
- Si necesitas ayuda... A mi me agrada el Joven Sagara... se ve que es un buen hombre... sabes algo Meg, él es sobrino de la señora Tokio... cualquier cosa puedes preguntarle a ella si te conviene – dijo Yahiko sonriendo para dar ánimos a su hermana.
- ¿Cómo lo sabes? – preguntó interesada Megumi.
- El joven Sagara me lo dijo – dijo Yahiko saliendo de la cocina.
- Entiendo... – dijo Meg siguiendo a su hermano – ¿a dónde vas?
- Pues voy a la clínica, la hermana superior me pidió que le ayudará a mover unas cosas – dijo Yahiko – vengo al rato-
- hazme un favor, dile al mensajero de las rosas que le diga al joven enamorado que le respondo dentro de tres días... que me dé tiempo – dijo Megumi bebiendo de su taza de té.
- Esta bien... yo le digo... ¿te traigo las rosas? – preguntó curioso el adolescente.
- No es necesario, dan más alegría al hospital – dijo Meg observando a su hermano desaparecer por la puerta.
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- Yahiko que gusto verte, dime ¿ dónde puedo encontrar a tu hermana? – preguntó curioso un joven de cabellos castaños lacios que caían a la altura de sus hombros.
- Buenos días joven Amacuza¿cómo esta? – saludó el joven.
- Bien... gracias – respondió el joven con una sonrisa.
- Sobre mi hermana, hoy es su día de descanso, viene hasta mañana¿ quiere que le de un recado de su parte? – dijo Yahiko interesado en la respuesta.
- Sólo dale mis saludos, gracias – dijo el joven con tristeza en sus palabras.
- Disculpe la señorita Takani – preguntó un joven de estatura mediana y con una gorra cubriendo su cabello.
- ¿Quién la busca? – preguntó curioso Yahiko.
- Soy mensajero de la florería "Cristal", me han enviado a dejar unas rosas para la señorita y también vengo por una respuesta – dijo el joven entregando una caja llena de rosas al adolescente.
- Yo se las haré llegar, sobre la respuesta dígale al joven que mi hermana le dará una respuesta hasta dentro de tres días, antes nada – dijo Yahiko divertido observando la cara desorbitada del joven Amacuza.
- Ok. Gracias... hasta mañana – dijo el mensajero dando media vuelta para retirarse.
- ¿Rosas?... ¿ respuesta? – preguntó el joven que no quitaba la vista del estuche.
- Así es, Un nuevo admirador de mi hermana, le envía rosas todos los días... se hace llamar enamorado secreto y creo que va dar el segundo paso... por fin va dar la cara... pero mi hermana no esta segura de conocerle – dijo Yahiko observando al joven.
- Entiendo... un rival – el joven movió la cabeza inconforme – Nos veremos después – dijo el joven retirándose molesto.
- En realidad son dos – dijo Yahiko por lo bajo – y uno de ellos es de su agrado – eso lo pensó, no tenía idea de la forma en que reaccionaria el joven Amacuza si llegaba a enterarse que el otro joven había conseguido en una tarde lo que el no había podido conseguir en más de 7 meses.
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- Buenas tarde, habla el joven Saito Sanosuke – dijo el joven por la línea de teléfono.
- Buenas tardes, joven Saito, le atiende Melisa¿ qué se le ofrece? – dijo la joven al otro lado del teléfono.
- Envió rosas a una joven llamada Megumi Takani, trabaja en el Hospital de la calle centro, quiero saber si tiene un mensaje para mí – dijo el joven con la esperanza de que fuera positiva... así pronto se acabaría el misterio de la entrega de rosas.
- Permítame un momento – silencio – Tengo un mensaje para usted, dice que la Señorita Takani no le dará respuesta hasta dentro de tres días – dijo la joven – ¿Desea algo más joven? – preguntó la señorita amablemente.
- Sólo que siga enviando las rosas, ya hablaré yo después para saber la respuesta y para cancelar el servicio – dijo Sanosuke desilusionado.
- Como usted guste joven, que tenga buena tarde, hasta luego – dijo la chica.
- Hasta luego – dijo Sanosuke cortando la llamada.
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Roma, Italia, 1ro. de marzo del 2005... Hospital, hogar para niños enfermos ...
- Buenos días Megumi¿cómo has estado? - Saludo una jovencita de cabellos castaños y ojos verdes.
- Muy bien señorita Sayo ¿ y Usted como ha estado?- respondió al saludo la enfermera.
- Bien, tranquila con los preparativos de mi boda – dijo con la sonrisa Sayo.
- Me alegro de que así sea – dijo Megumi acomodando las camas de los niños.
- Y dime ¿ ya has pensado en lo que dije¿Irás a mi Boda? – preguntó interesada la señorita Amacuza .
- Lo siento señorita, no he tenido tiempo de averiguar si estaré libre para ese día, pero le prometo que si ese día estoy de descanso iré – dijo Megumi con una sonrisa.
- Confiaré en tu palabra – dijo Sayo.
- Por cierto, me tienes intrigada¿ya sabes quien es el caballero que te envía las rosas? – preguntó curiosa Sayo.
- Aún no, pero no hay día que no las envié – respondió Megumi con una sonrisa
- Ya veo, es un chico que va enserio en el amor contigo – dijo Sayo.
- No sé que responderle – dijo Megumi distraída pensando en el joven de cabello castaño y desordenado.
- Lo que te indique tu corazón – dijo Sayo sonriendo.
- Gracias, eso haré – Megumi miró por la ventana – Pero... -
-No te preocupes por mi hermano, en el corazón no se manda, el amor llega de manera inesperada, lo sabré yo – dijo Sayo posando su mano en el hombro de la enfermera – Ese chico te agrada ¿cierto?-
- No la puedo engañar, hay algo en el misterio que me despierta el interés por saber de quien se trata – dijo Megumi.
- Date una oportunidad, si no es lo que esperabas... sólo agradécele el detalle diario de las rosas y listo – la joven guiñó un ojo en complicidad con la enfermera.
- Gracias por escucharme – dijo Megumi más tranquila.
- Que agradeces... cuentas conmigo, sé que tú harías lo mismo por mí- la joven le obsequio una sonrisa.
- no lo dude – respondió Megumi – Señorita Sayo puedo preguntarle algo –
- Dime – dijo Sayo mirando a la joven.
- Usted conoce al sobrino de la señora Tokio, el joven Sagara – preguntó temerosa Megumi.
- Claro que sí, El joven Sagara es mi prometido, es un hombre divino, como él no hay dos – dijo Sayo imaginando a su apuesto novio – ¿por qué lo preguntas? -
- Perdón... una pregunta más – dijo la joven desconcertada - ¿el joven Sagara tiene hermanos? -
- No, mi prometido es el único hijo que el señor Zouzou, hermano mayor de la señora Tokio, tiene – dijo con sumo interés Sayo, era extraño que Megumi le preguntará sobre su futuro esposo cuando el nunca había puesto un pie por el hospital y ella nunca le había hablado de él... aunque tal vez Tokio San había hecho algún comentario de él o de su hijo Sanosuke.
Las palabras golpearon directo al corazón de la joven, no podía procesar otra frase en su mente... no podía ser, el joven que le había coqueteado, que le había invitado un café, no era otro más que le prometido de la señorita Sayo... no quiso hacer problemas... se prometió en silencio volver a dirigirle la palabra... era un hombre prohibido... ahora estaba segura de la respuesta que le daría a su enamorado secreto.
- Lo siento debo retirarme, olvide que tenía una reunión con la madre Superior, cuídese mucho y suerte en su matrimonio – dijo Megumi saliendo del lugar lo más aprisa que podía, ahora entendía las palabras del atractivo joven... "ahora somos amigos"... él sólo quería su amistad, claro con esa hermosa joven como prometida, que podía ser ella para él... aunque no dejaba de preguntarse el por que a su insistencia en salir juntos en otras ocasiones... era algo que iba averiguar... la persona más indicada y neutra en esta situación era la señora Saito... ella le explicaría el por que de que su sobrino estuviera enamorándola, cuando ya tenía una hermosa y elegante prometida...
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Hola chicas! Disculpen la demora... ahora si que tardaré menos tiempo en actualizar estoy de vacaciones, lo único que hago es escribir, es por eso que por día saco dos capítulos de mis historias para dentro de tres días ya tendré otros capítulos de otras historias que espero subir a red pronto... sigo sin Internet pero bueno ya podré estar en contacto más seguido.
Este capítulo esta dedicado 100 a mi amigui Andre, espero que te guste, (lamento la demora, pero más tarde que nunca) el otro capi ya casi esta listo sólo dame cuatro o seis días y lo tendrás en red.
Pobre Sanosuke se le junta todo les voy adelantar algo de lo que leerán el próximo capi... Sanosuke enfrenta a Shogo, Megumi se entera de quien es el enamorado secreto... ya se darán cuenta como resuelve esto el joven Saito.
Agradezco a: Andrea, Lara,shysie gabyhyatt, muchas gracias por seguir leyendo y por apoyarme, ya actualizaré cada semana, ya he adelantado mucho estos días...
Felices fiestas ... besos y abrazos.
Les quiere Alis Chan.
