Infidelidad o Amor.
La separación.
- Esa voz, me parece conocida- Dijo Hermione afinando sus oídos- Creo que es de...
- Vamos Draco, párate de ahí ¿O a poco también vas a seducir a la bailarina frente a tu hija?- Ya a ninguno le cabía duda de quien era aquella mujer. A lo lejos vieron a Ginny algo, o mejor dicho, muy exaltada, algo muy común en ella.
- ¡Pero Gin! Te juro que no la estaba seduciendo, ella simplemente estaba... – Su esposa no siguió escuchando las excusas de su marido y tomó a su hija la cual daba pataditas murmurando cosas inexplicables.
- No hay ningún pero, tu siempre poniendo los ojos en donde no debes, pensé que ya se te había acabado la manía de verle a las mujeres, hasta los huesos, pera ya veo que no- Carol chillaba llorando exigiéndole a su madre con sus movimientos, que la bajase de sus brazos- ¡Quédate quieta Carol!
- Vamos Gin, no me digas que tú no vas a otros hombres, si bien he visto como...- Draco observó a Harry a lo lejos, éste se acercaba junto con Hermione a ver de cerca aquel escándalo. – A... a ¡Harry! Sí que todavía te gusta un poco, aún sientes atracción.
- ¡Por Dios! ¿Cómo se te ha ocurrido tal barbaridad? ¡A mí ya no me gusta Harry! Si me gustara ¿Por qué estaría casada contigo? – Dejó a Draco un poco pensativo.
- Porque estabas embarazada de Carol. Sabes que nos casamos cuando supiste que estabas encinta, recuerdo que lo decidimos para que tus padres no pensaran mal de nosotros – La mujer quedó boquiabierta.
- ¿Qué insinúas? ¿Que te casaste conmigo sólo por Carol? ¿Acaso no hay amor? Te desconozco... No entiendo...
- Bien, la he metido bien feo No, no es eso Gin, escucha cariño, si alguna vez estuve con otra, nunca sentí lo que siento contigo. Tú y Carol son mi vida, no me malinterpretes – Ella se le acercó y le dio una bofetada.
- ¿Me estás aclarando que me has sido infiel? Draco Malfoy... – Suspiró – te odio – Pensaba acabar la conversación en ese momento, pero él no quiso.
- ¡Claro que no! Quiero decir que antes ninguna me había hecho sentir como tú... No me estás entendiendo. Mira, ésta muchacha sólo cumplía su trabajo de danzar, eso hacen en los restaurantes árabes, así como me lo hizo a mí y la vi, pudo hacérselo a cualquiera... yo no tengo amantes, entiéndelo por favor. Te amo... – Él le colocó una mano sobre el hombro.
- ¡No me toques! ¡No te me acerques! No sigas mintiendo, no te va servir de nada – El hombre parecía estar perdiendo la paciencia.
- Que mierda, a todo le buscas problema. Me largo de aquí – Se volteó y se fue dirigiendo a la salida.
Harry y Hermione que observaban de lejos los miraban atónitos. Ginny parecía retener sus lágrimas, como siempre, no le gustaba mostrar su tristeza, y Carol parecía asombrada, se llenó de lágrimas y comenzó a llorar. Harry que ya estaba cerca la retuvo entre sus brazos mientras que consolaba con palabras a la mujer. Por su lado, Hermione se hallaba confundida, nunca había visto a esa pareja pelear de aquella manera.
- Gin ¿Quieres que te acompañe a casa?- le preguntó amablemente el hombre que tenía al lado.
- No gracias, voy yo sola, no quiero arruinarles la cita. No se preocupen por mi ni por Carol, estaremos bien, nos vamos a la casa – Y reteniendo su furia le arrebató al chico su hija y encaminó a la salida.
Los dos esperaron silenciosos a que la mujer saliera del restaurante. Luego aguardaron un rato en silencio y se dirigieron a su mesa. Aún estaban un poco impactados por el reciente suceso, jamás imaginaron que eso pasaría, sabían el carácter de los Weasley, pero eso nunca. Se sentaron tranquilos tratando de no expresar con miradas y gesto nada de lo ocurrido. Así se quedaron hasta que Harry la tomó de la mano cariñosamente y se la besó. Ella le sonrió y bajo la mirada tímidamente.
- ¿Qué te parece si nos vamos también? – Le susurró en forma de pregunta. Ella asintió dulcemente aceptando la propuesta.
Se levantaron después de pagar la cuenta, tomados de la mano se fueron caminando hacia el carro. No separaban sus miradas, los deseos de besarse se volvían cada vez mas intensos, era una pasión indescriptible, algo que carece totalmente de sentido pero era tan bonito. Dos enamorados son como flores frescas, abiertas y alegres, expuestas al sol y a la lluvia en su debido momento.
Cuando por fin entraron en el auto no pudieron aguantarlo más, acercaron sus labios y los juntaron apasionadamente. No hacía falta pedir paso, ya era como una reacción, sus lenguas se habían acostumbradas así de rápido a aquel dulce sabor. Sin control alguno, Harry tiro de ella hacia la parte trasera del carro. En seguida después del acto soltaron unas risitas, simplemente era gracioso. Él comenzó a deslizar sus manos por su cintura y ella a alborotarle poco la camisa. De pronto, se vieron con unas terribles ganas de despojarse de todo, de sus ropas, preocupaciones incluso del mundo. Querían una noche solos en el mundo.
Comenzaron a pasar sus besos por todas las partes de sus cuerpos, no llevaban control sobre sus acciones, estaban, de hecho, teniendo relaciones en un aparato muggle y no parecía importarles. De la nada se encontraron un poco desarreglados y peor aún, apenados. Pero no era pena por el estado en que estaban, pena porque los estaban viendo, bueno, a decir verdad sólo era un oficial de policía quien golpeaba la ventana débilmente reclamándolos la escenita que llevaban montada ahí dentro. Claro que en vez de lamentar, reían como dos pequeños niños que acababan de hacer una travesura. Rápidamente, Harry se pasó a la para la parte delantera, dejando a la muchacha atrás. Encendió el carro y comenzó a rodarlo sin hacerle caso a las señas que hacía el policía para detenerlos. Ni preguntó a dónde quería ir, sólo se fue en dirección a su casa.
- Harry, debiste haber parado, pobre oficial – Hermione no podía evitar seguir riendo – Mmm, ¿A dónde me llevas?
- A donde quieras – Hermione lo hizo detener en plena carretera, por suerte no habían carros circulando. Jaló de él hacia atrás y lo volteó. De nuevo empezaron a besarse, esta vez en una posición ciertamente incómoda. Pero nada que ver, su primera vez juntos de esa manera de ninguna forma sería en un carro y mucho menos uno ajeno, porque bien se sabía Hermione el cuento de lo antecesor de la cita. No pudo evitar que todo aquello le causara gracia, aunque ese no fuera el caso. La decisión estaba tomada, para algo privado se necesita un lugar privado. Esta vez se hablaba de intimidad, eso no era un tema cualquiera, para tratarse de cualquier forma.
Así que decidieron dejar eso para otro momento, no había apuro, el amor hay que disfrutarlo. Se acomodaron y condujeron hasta un lugar tranquilo. Total terminaron por encontrarse en un parque algo solitario. Las hojas caídas se revolvían en el suelo, parecían estar vivas, jugaban junto con el viento a volar. Eran aproximadamente las diez, el cielo ya estaba totalmente oscuro, pero apenas se asomaban unas estrellas. Por doquier había silencio, solo se oía el murmullo del aire, el sonido de los árboles moviendo sus ramas y golpeándose unos con otros, y el ruido de sus pasos. Hasta que él se detuvo, al no oír ella mas que sus pasos le imitó, se quedo parada esperando que él dijera algo.
- Herms... – La mujer le miró fijamente – Te amo – Ella no pareció aguantar las ganas y corrió a sus labios para besarlo. Amaba a ese hombre, con un amor intenso, más fuerte que ella misma.
Él le correspondió con el mismo cariño. ¿Cómo ese amor había dado frutos tan pronto? Había sido algo de un momento a otro, un día sintieron atracción y el siguiente ya todo había sido amor, o no, o era que aquello había empezado antes... bien no sabían, pero algo si era obvio es que estaban tan enamorados como Romeo y Julieta, y también dispuestos a lo que fuese por no perder ese sentimiento. Sus besos, siendo tan pocos, ya que se tornaban tan apasionados, era algo nuevo para los dos, algo hermoso, algo inexplicable.
- No quiero que esta noche se acabe – le dijo Hermione al oído – Vamos a quedarnos juntos hasta que amanezca...
- Júrame que esto no es mentira – La mujer se rió dulcemente ante el comentario, después sonrió y le puso un dedo en los labios.
- Claro que no tontico. Esto es mas real, imposible.
- Muéstramelo a ver, que tan real es... – Hermione lo miró pícaramente, le sujeto de la mano divertidamente y salió corriendo, claro primero quitándose los zapatos porque con esos tacones se le haría imposible.
- ¿A dónde me llevas? – Se imaginaba mas o menos a donde, pero quería asegurarse, de todas formas ella no le respondió.
Siguieron corriendo, atravesando todo el parque, estaban yendo hacia la playa, una pequeña y tranquila que estaba por allí cerca. Siempre estaba solitaria, un lugar perfecto para una cita. Era más bien perfecto. Con la velocidad que iban llegaron rápido, estaba tal cual como todo el tiempo. Vacía. Apenas pisaron arena se encontraron cansados y agitados, respiraban irregularmente y sentían como el calor azotaba cada extremo de sus cuerpos. A Harry no le parecía muy graciosas las bromillas de su novia, ya de por si su día había sido bastante agotador.
- ¿Con qué quiere jugar, eh? – El muchacho se abalanzó sobre la chica lanzándola contra la arena. Él cayó sobre ella y comenzó a hacerle cosquillas alocadamente. Hermione no paraba de reír.
- ¡Basta Harry!, ja, ja, en serio, ja, ja, basta. Sabes que odio las cosquillas – Trataba de huir de Harry pero no lograba mas que moverse entre sus brazos, y cada vez que hacía ,mayores intentos de escapar él la retenía con más fuerza, haciéndola reír a viva voz.
- No te dejaré, me encanta oír tu risa – le dijo también muerto de la risa. Estuvieron así hasta que se cansaron.
Hermione quiso seguir jugándole bromillas a su novio, pero no sabía que hacer. Aguardó un rato pensativo, y luego, inconscientemente se levantó y se metió en el agua. Lanzó un leve gritito pues el agua estaba realmente muy fría, después de eso Harry no sabía bien si meterse o no. Pero cuando la chica comenzó a llamarlo no dudó más y corrió al agua, dejando sus lentes en la arena. La salpicó bastante para que le cayera a ella, aunque a la vez estuvieran congelándosele todos los miembros de su cuerpo. Más fría no podía estar, estaba apunto de salirse cuando Hermione se le acercó a hacerle un poco de cariños.
- Ven acá – Le dijo ella abriendo sus brazos con una vocecita mimosa – Ven para que te mime. Desde hoy vas a ser mi bebé pequeño.
- ¿Entonces hasta Dan va a ser mayor que yo? - Le preguntó con ternura. Ella lo abrazó y le acarició el cabello, alborotándoselo también.
- Sí, tú eres el más chiquito. Es que mírate esa carita que tienes, pareces un angelito, sólo que tienes un poco de pelitos en la cara, y en los brazos... Y... y en quien sabe que más lugares. Eres entonces mi niñito prematuro – Le plantó un beso en la frente y luego se rió divertidamente – Y por ser un bebé debo cambiarte los pañales, a ver, dame tus pantalones.
- Hey, hey, hey, eso lo que es, es una mami corrupta – Hermione no lo dejó continuar y con movimientos rápidos pudo lograr sacarle los pantalones a Harry. Cuando ya los tuvo entre sus manos hizo que él se resbalara y cayera el agua de espaldas. Aprovechó esos momentos para salir corriendo con la ropa del chico hacia cualquier lugar que estuviese cerca.
Le costó un poco salir del agua después de haberse resbalado. Cuando por fin pudo levantarse, y ya se hubo sacudido el agua de los ojos, visualizó a Hermione haciéndole señas. Ya estaba fuera del agua, no podía verle bien puesto que no llevaba sus anteojos, pero sí podía sentir un frío terrible en ese mar de hielo en el que estaba, y aún más ahora que no cargaba puesto su pantalón. Se movió un poco para calentarse porque no quería salir en ese estado, esperaba que Hermione terminara por entrar y devolverle su ropa, pero ésta no parecía tener esas intenciones, así que no tuvo otra opción que salir con aquel frío.
- Dámelos Herms... – Ella lo miró juguetonamente y siguió alejándose de él poco a poco. Pero de pronto se vio tan cerca de él que tuvo que comenzar a correr.
Harry comenzó a perseguirla. Era una escena ciertamente graciosa, él detrás de ella, corriendo y en interiores. Realmente eso era lo que Hermione quería lograr, diversión, claro que de esa diversión se podían sacar provechos, o mejor dicho, podía sacar provechos. Se alejaban más y más del parque, eso implicaba también al carro y eso quería decir que hasta podían perderse. Pero no pensaron en ello, simplemente siguieron jugando a "Atrápame si puedes" por toda la playa. No se hallaron muy agotados hasta que recorrieron más de la mitad. El primero en detenerse fue Harry, no soportó y se paró en plena persecución. Ella también se detuvo.
- ¿Qué pasó Harry? ¿Tan pronto te cansaste? – No se molestó en responderle, le dirigió una mirada amenazadora la cual ella enseguida captó. La seguiría persiguiendo hasta atraparla, sólo eso podía significar.
- Ya verás como te atrapo.
Ya no había más lugares hacia donde correr, estaban aproximándose al fin de la playa donde habían algunos árboles, así que no podían pasar. Sin salida alguna, Hermione comenzó a buscar con la vista un lugar donde esconderse, pero por encima no encontró nada. Harry ya estaba prácticamente a su lado cuando logró ver escondida lo que parecía ser una cabaña. Sin pensarlo más se dirigió hasta allí seguida por el chico. A simple vista parecía estar abandonada y eso esperaba, porque más que pena le daría entrar de esa forma. Pero es que, sinceramente no creía que nadie viviera ahí, con aquel aspecto.
No era ni muy grande ni muy pequeña para ser una cabaña, le recordaba mucho a la de Hagrid en aquellos tiempos de Hogwarts. Apenas pudo abrió la puerta de un golpe y se encontró con una gran cantidad de sábanas y telas que bien se veía que cubrían la mayoría de los muebles. Lo más extraño era que no se sentía polvo por ningún lado, como si la casa hubiera sido abandonada la noche anterior. No tardó sino unos tres segundos en llegar Harry, por su respiración se podía reconocer su agotamiento, pero también sin embargo que no parecía querer rendirse ante el asunto. Colocó sus brazos alrededor de ella y se quedó así un rato hasta que dejó de jadear.
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Odiaba que todo lo que hacía fuera símbolo de problema, en verdad no le hallaba lógica a los rollos constantes que tenía con Ginny, para él todo iba perfecto, pero para ella... Los celos parecían llenar más espacio que el amor que sentía, eso le molestaba, y más que eso, le hacía perder la paciencia, ya bastante había soportado.
Lo primero que quiso hacer fue irse a un lugar donde pudiese olvidarlo todo, quería tomar, beber le hacía olvidar. Se acercó a un bar, cualquiera estaría bien, para él todos eran iguales, después de todo terminaba siendo haciendo lo mismo. Buscó a alguien que le atendiera en la barra pero casi no había gente que atendiera. Un poco cansado, se apoyó contra sus brazos y se quedó así un buen tiempo. Los minutos corrían y corrían y él parecía estar quedándose dormido, no sabía que realmente quería, tomar o dormir, o quizás ninguna de las dos, eso fue hasta que se le acercó una mujer a ofrecerle un trago, pero no era precisamente a una que trabajase allí, sólo era una chica común y corriente.
Su tez era pálida al igual que la suya, llevaba su cabello recogido en un moño que en ciertas partes dejaba caer unos bucles perfectamente formados. Era de color castaño claro y en las puntas tenía un poco de amarillo. Iba vestida de rojo y negro, una ropa muy sencilla pero al mismo tiempo bien combinada y delicada. Cargaba unos tacones altos y varias pulseras al igual que anillos. No tenía ni la mínima idea de quién era aquella mujer, pero le resultaba terriblemente atractiva y mientras fuera por el camino de las copas no dudaba que pudiese terminar en un hotel con ella.
- ¿Draco Malfoy, no? – Preguntó dejando al chico sorprendido. Si le conocía era porque seguro era una bruja.
- Sí y... ¿Tú eres? – La muchacha le sonrió amablemente y sacó una tarjeta donde salía su apellido y nombre, Draco acercó su vista al papel pues no veía bien la letra de lo medio dormido que estaba.
- Zara Foxworth – Leyó notando aquella letra perfectamente hecha a máquina. Su nombre le parecía conocido, se quedó allí analizando un poco y tratando de recordar, cuando volteó a verla, ella ya tenía dos tragos en la mano y llevaba una gran sonrisa en el rostro.
- Soy periodista, supongo que mi nombre te pareció conocido y por eso lo andas pensando. Fue una gran casualidad encontrarte aquí, pensé que los magos no asistían a éste lugar porque yo normalmente vengo mucho pues escribo sobre muggles y nunca vi a nadie conocido.
- ¿Tú eres la que escribe los reportajes sobre el comportamiento de los muggles? Ah, con razón tu nombre me sonaba conocido. Pensé que tú investigabas de otra manera... no asistiendo a bares – Ella le miró curiosa y acercó el vaso a sus labios. Tomó un sorbo y luego volvió a mirar para hablar.
- ¿Y cómo pensabas que lo hacía entonces? – Él tomó su ejemplo y también tragó un poco del líquido que tenía en manos.
- Pues qué sé yo... en libros... periódicos, revistas, no sé. Jamás me figuré que sería así – Recibió de la mujer una mirada dulce que le hizo sentirse de alguna forma muy bien.
- Supuse que dirías eso... Es lo que normalmente haría, pero me gusta ver las cosas por mí misma, guiarse de los rumores no muchas veces es bueno... sabes, la gente suele mentir, entonces creo que prefiero asegurarme de lo que escribo – Se detuvo un momento y le echó una mirada al anillo que el chico tenía puesto - ¿Te peleaste con tu esposa?
- «Como carajo ésta mujer sabe eso...» Emmm pues sí ¿Cómo lo sabes? – Ella asintió levemente y echó una risita.
- Es que es muy obvio. Mira, tienes un anillo de bodas en tu mano y estás solo en un bar tomando, y hablando con una mujer que ni conoces y que crees que es con quien terminarás por pasar la noche. Pero si no estuvieras peleado con tu mujer, estarías o en tu casa o aquí pero con ella – Cuando finalizó Draco se quedó con una expresión llena de sorpresa fijada en el rostro. No sabía que una persona pudiera analizar tan fácilmente a otra apenas conociéndola.
- ¿Te gusta analizar bastante verdad? Me imagino que es por tu trabajo – Pero al finalizar la frase la mujer negó con la cabeza.
- No... más bien es porque siempre me ha gustado relacionar todo, me parece muy interesante.
- Y te hace ver interesante – Concluyó el hombre.
- Sí... puede ser, si eso te parece.
Nunca, en toda su vida, había establecido una conversación tan agradable con una persona desconocida. No sabía como iba a terminar aquello, pero algo le decía que ella iba a jugar un papel importante en su vida... o quizás no en la suya pero sí de alguien cercano. De eso estaba seguro.
Mientras aguardaban silencio, Draco pudo sentir como la muchacha lo veía fijamente y investigaba cosas que no hacía falta decirlas con palabras, algo así como las miradas que dicen más que mil palabras. De pronto notaba la mirada de él sobre la suya, entonces se volteaba y tragaba otra porción del líquido que tenía sobre la mesa. Así pasó unas cuantas veces seguidas hasta que uno de los dos se dispuso a cortar el terrible silencio que los embargaba. Y eso en realidad tomó su tiempo.
¿Cómo había sido posible un encuentro tan casual? Mientras permanecía sin transmitir palabra se quedaba pensando en algunas sospechas, pero lo peor era que ni siquiera sabía de qué trataba ese asunto de las sospechas. Hablando en serio, la razón de sus "sospechas inexplicables" era que no tenía en qué pensar y definitivamente no quería poner en su mente el tema "Ginny Weasley", porque más coraje que el que tenía no le hacía nada de falta.
- ¿Quieres otro trago o algo? – Preguntó amablemente Zara cortando el silencio. Draco levantó la mirada y trató de responder con ella.
- Claro, pero ésta vez yo invito. No es justo que las mujeres estén pagando por hombres despechados, es en este momento cuando nosotros debemos gastar nuestro dinero en tonterías.
- Vaya forma la de ustedes de ganar dinero. Yendo a bares y emborrachándose. Yo me sigo preguntando, ¿Será que ustedes no pueden vivir sin tragos, mujeres y sexo? Parecen un ciclo, siempre repiten lo mismo – Él quería responder a su pregunta, pero no tenía bien ordenada la idea.
- No lo sé... Tal vez no o tal vez sí – Ella lo interrumpió.
- Por lo menos tú Draco, yo te veo a ti como esos hombres que necesitan de una mujer que los mime y les complazca en todo ¿A que sí? – Finalizó.
- Figúrate que sí. Antes no era así, antes no necesitaba de nadie que me ayudase, ni que me amase, simplemente era yo de tercero, segundo y primero. Era un yo-yo como quien dice... No me importaban los demás, me gustaba la soledad, o creía que me gustaba ¿Pero a quién puede gustarle? Muchas veces nos juramos que nunca sentiremos o haremos algo pero acabamos haciéndolo. Es como una regla incontrolable. Nos traicionamos a nosotros mismos a veces pensando así – Se detuvo – Y también me encanta que me complazcan y es que ¿A quién no? Siempre solía abusar de los favores, pero considero verdaderamente que he cambiado... No es imposible cambiar, sólo es cuestión de proponérselo.
- ¿Te sientes solo ahora? Me imagino que no ha de haber sido nada fácil pelear con tu pareja, ¿No tienes a nadie quien te apoye en estos momentos? Sabes, un amigo.
- Sí… tengo un amigo, pero él está muy ocupado esta noche en su primera cita formal después de varios años. Eso pasa ¿quién dijo que todo era como queríamos? – Paró de hablar para pedir dos tragos. Luego dejó que ella prosiguiera.
- Sí... claro eso pasa. Sin embargo, ¿No hay otra persona? En estos momentos lo mejor es hablar con alguien, quedarse con las cosas adentro es lo peor que se puede hacer. No te llenes de problemas.
- Cuando uno no busca problemas ellos vienen a ti. Toma eso como una regla de toda tu vida.
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¡Todo aquello parecía estar pasado tan rápido! De pronto Harry ya había vuelto a comenzar a besar a Hermione apasionadamente. Parecían máquinas de besos de tantos que se daban. No sabían si era porque creían que habían perdido tiempo de amor o porque estaban tan enamorados que llegaban al punto de desesperarse. Ahora sí, ahora sí que no deseaban aplazar ese momento que en antiguos casos quisieron aguantar, ya no soportaban la pasión que se desbordaba de sus cuerpos. Aquello era mucho más fuerte que su fuerza de voluntad. Era un momento en que dejarse llevar era la única opción para saciar el deseo.
Aún empapados por el reciente baño que se habían echado prosiguieron besándose y haciéndose cariños. Harry se fue hacia la espalda de su novia, y lentamente, mientras bajaba las tiras del vestido, rozaba sus labios con la piel que después de estar ocultada salió al descubierto. Una gran satisfacción llenó el rostro de Hermione al sentir ese sueva roce, entonces ella deseó también hacer lo mismo. Pero dejó que continuara pues no quería que se detuviese. El hombre rodó su boca por todo el cuerpo de la muchacha hasta que terminó de bajarle el vestido. Ese día ella no llevaba sujetador de ningún tipo puesto que el vestido no requería de uno, además de que se vería mal.
Al encontrar de nuevo sus miradas se dijeron todo. Los sentimientos, todo lo que sentían se transmitió a través de sus miradas, no hizo falta comentar, simplemente quisieron seguir besándose y continuando con lo que ya antes habían empezado. Harry, que aún conservaba su camisa y su ropa interior, se apegó al cuerpo de su novia y poco a poco lo fue dirigiendo hacia el mueble cubierto que tenían al lado. No la lanzó salvajemente a él pues no quería parecer desesperado, sólo la dejó caer débilmente. Después de que ella ya se hallaba sentada entre aquellas sábanas blancas, tomó su mano y la acarició tiernamente, luego la atrajo a sus labios cuidadosamente y esperó que después de ello sonriera, y así lo hizo. Allí dejó de moverse y hacer gestos lindos para con ella, porque luego la muchacha quiso hacer algo. Divertidamente desabrochó los botones de la camisa que aún él cargaba puesta y la tiró hacia un lado. Volvió a verle y ésta vez muy sensualmente. Sabía que él no podría resistirse a esa mirada, y efectivamente, después de eso los besos se volvieron extremadamente incontrolables.
No pasaron muchos más minutos para que ya se hallaran completamente desnudos. El tiempo había pasado volando, en vez de sentirse los minutos como horas, sintieron las horas como minutos. No querían darle fin a ese momento, se sentían tan bien juntos que comenzaban a desconocer la palabra "separación". Aún pasaban sus manos alrededor de sus cuerpos, como aprendiendo cada vez más sobre la piel del otro, como si la piel tuviera un lenguaje que sólo los amantes enamorados podían descubrir. Estaban agitados y cansados, pero eso no les hacía querer dormir, mejor dicho, lo único que ellos querían era que la noche fuera infinita, que por más que pasase el tiempo la noche no.
Pero de igual manera sabían que todo se acaba, y que de una u otra forma ya pronto sería hora de que regresaran a sus respectivas casas. ¿Pero cómo podrían sentirse bien al despertar y ver que no estaban juntos? ¿era acaso eso posible? Ya no se sentían capaces de eso, pero sin embargo debían hacerlo porque por muy enamorados que estuviesen ninguno parecía tener la intención de casarse e incluso pensar en matrimonio. Claro que también estaba la opción de vivir juntos, pero apenas estaba recurriendo su primera noche juntos, ya tendrían tiempo de sobra para pensar en ello, hay que vivir todos los días como si fueran el último.
Dieron final con un beso. Otro de muchos, pero cada uno más especial que el otro. Éste sin embargo fue más calmado. Apenas unieron sus labios se quedaron un rato tranquilos tratando de memorizar el sabor de sus bocas, para que en el resto de la noche no lo extrañaran. Y así fue, durante toda la noche recordaron aquel dulce sabor, y en la mañana pudieron asegurarse de que todo había sido verdad.
*********
Entró en la casa silenciosamente. Dejó las llaves a un lado y fue en busca de un vaso de agua. Sin hacer ruido se sirvió un poco y trató de hacer café, pero nunca había aprendido así que terminó por hacer un desastre. De paso estaba completamente borracho, así que de nada le serviría intentar algo. Al tomar el vaso se le resbaló de las manos y eso hizo un gran sonido que obviamente los que estaban en la casa lo escucharon. Se agachó a recogerlo y luego lo botó.
- Coño – Pronunció en voz alta – Que mierda de vasos tenemos en esta casa... Ahora lo que me falta es que llegue Ginny...
- Vaya… Llegaste – Escuchó decir a una voz que se acercaba - ¿Dónde estabas Draco? – Su voz sonaba triste y llena de furia.
- ¿Te importa mucho? Supongo que lo debes saber, seduciendo mujeres por todas las calles y bares. Me acosté con cinco a la vez ¿Qué te parece? Y vaya que lo disfruté, mientras tú estabas cuidando de Carol, yo estaba disfrutando de sexo, sexo y más sexo – Comentó sarcásticamente.
- Ya veo. Vaya crianza para tu hija, aprenderá a ser la mejor puta de todas, ni siquiera lo pongas en duda. ¡Eres un hijo de perra, ¡¿cómo carajo fue que creí en ti?!, Debí suponerlo, eres igual a tu padre. ¡¡Te odio!! – Se le acercó y le plantó una gran bofetada en la mejilla derecha.
- ¡Con lo que me importa que me odies! – Se fue aproximando a la salida de la cocina y salió de ella sin decir más.
Ginny le persiguió amargamente, con pasos definidos y lágrimas en los ojos. Nunca llegó a imaginarse que tal cosa pasaría, pero pasó. Draco entró en la habitación y se lanzó sobre la cama ya deshecha, se colocó una almohada sobre la cara y se quedó allí sin querer escuchar más nada proveniente de su esposa.
- ¡No seas cobarde! ¿No te da vergüenza? Piensa en tu hija… Pero ¡no! ¿En tú hija? ¿Qué hija, verdad? Si tú no tienes una hija porque resulta que ella se hizo sola por obra de un milagro. Para qué pensar en alguien que no existe ¿Cierto? Ni siquiera te pido que pienses en mí, sino en tu hija Draco, no sabes lo que ella te adora y no creo que a ella le guste que su padre ande revolcándose por ahí con cualquiera.
- ¿Qué dices? Ni sabes de qué hablas. Carol ni siquiera sabe que significa matrimonio. ¿Quién puede asegurarte que yo me acosté con otra mujer? ¿Por qué piensas que me conoces tanto? ¿Crees que no quiero a mi hija? ¡Pues te equivocas y mucho! A esa niña la adoro, no hay nada más en el mundo que quiera más que a Carol, ¡Por supuesto que pienso en su bienestar! Y he allí el problema, yo no he hecho absolutamente nada para darle un mal ejemplo, porque resulta que tú crees que lo hice, perola verdad es que no. No siempre se tiene la razón, deberías comenzar a tomar eso en cuenta.
- ¡Por Dios Draco! Llegas a la casa a las tres de la mañana, borracho y con el peor aspecto en que te haya visto. ¿Qué coño piensas que voy a creer? ¿Que jugaste muñecas con unas chicas? ¿Que fuiste a una fiesta de pijamas? No me creas tan imbécil, porque lo fui al creerte, pero ya no será así.
- No me he acostado con nadie, pensé en hacerlo pero no lo hice, fíjate que llegué a ser más imbécil que tú al creer que si llegaba aquí hablaríamos y todo se solucionaría, pero no, siempre estás tú ahí para tener la razón de todo. Ser la sufrida en todo. ¿Sabes qué? Eso yo no me lo aguanto más. Eres una celosa, no sé cómo rayos no me di cuenta de eso antes. ¡Todo es un problema!
- ¿Una celosa? ¡Pues lo soy, está bien! Pero entonces no me niegues que tú eres un mirador de primera clase. Te la pasas con un ojo en mí y otro en el culo de la otra, ¿De veras crees que no me doy cuenta? ¡Hasta a la novia de tu mejor amigo miras!, a veces pareciera como si tuvieras esposa ni hija. ¡A lo mejor, lo mejor hubiese sido que no nos hubiésemos casado! Pero claro, como siempre el maldito pero… Nos pasamos de irresponsables y que surgió de eso, ¡Carol!, porque resulta que a ti tampoco te gusta usar ningún tipo de protección, ni siquiera una poción.
- Te equivocas, estás diciendo en pocas palabras que Carol fue un gran error, y no es así. Me siento demasiado orgulloso de tener una hija y sobre todo una como Carol, así que la culpa no la tiene ella. Yo me casé contigo porque te amaba, no inventes tonterías. Además ni hables porque tú tampoco usabas ningún tipo de protección. Ah, porque ¡Claro! Los hombres son los que siempre deben usarla. Al diablo contigo. Incluso te olvidas de que existió "amor", porque después de que peleas conmigo te olvidas te todo lo que yo hago por ti, es como si entre tú y yo lo único que hubiese habido es puro SEXO.
- ¿Pol qie glitas papi? ¿Y qie es seso? – En ese preciso momento entró Carol con una expresión confusa y casi llorona - ¿Estlan peleandlo?
- ¿Qué haces aquí Carol? – Preguntó su madre – Me haces el favor y te me vas ahora mismo a dormir. Esto es entre tu padre y yo.
- No le hagas caso tu madre Carol, ven a dormir aquí conmigo – Ginny negó con a cabeza desaprobando. Luego cargó a la pequeña y la mantuvo en sus brazos.
- No Draco, esto lo solucionamos ahora, además no quiero que ella presencie esta pelea, no es bueno ni correcto – Por fin decidido, se levantó y se aproximó a su mujer, haciendo que ésta no tuviera más remedio que soltar a la niña.
- ¿Qué quieres que haga para que dejes de chillar? Para la pelea, esto no nos va a guiar a más nada que gritos, y eso no es bueno para Carol, ¿No es eso lo que quieres? ¿El bien de Carol? Entonces dime, ¿Qué quieres que te diga? – Ella permaneció en silencio – Tal vez que… ¿Que eres la mejor mujer del mundo? ¿O que no hay nadie más atractiva que tú? O quizás prefieras que te lo demuestre.
Haciendo caso omiso a lo que ella dijera, la atrajo salvajemente hacia sí y comenzó a besarla descontroladamente. Ella en parte cedía y en parte no. Arrancó sin ninguna delicadeza su camisa de dormir y la lanzó hacia un lado. Carol aún estaba allí, presenciando aquello muy impresionada. Su madre se dio cuenta por lo que empezó a gritar "¡Basta!", pero Draco tampoco le hacía caso. Y no era para más si estaba completamente ebrio.
La mujer le hacía señas a su hija para que se fuera a su cuarto, pero la pequeña no se movía, permanecía estática viéndolos. Él besaba el cuello de su esposa con mucha pasión, mientras ella sólo lloraba sin saber cómo actuar. ¿De verdad deseaba aquello? ¿No quería acabar con eso de una vez? Tenía tantas dudas, y ninguna verdaderamente definida.
- ¡Basta, por favor Draco! ¡Basta! – Ella lo separó de su cuerpo, empujándolo hacia atrás – está tu hija...
- ¿Entonces qué es lo que quieres? No puedo hacer más nada, y mucho menos milagros, tal vez si te equivocas de persona, lo que tú necesitas es ser reina, para que en todo se te complazca. Bueno, vete preparando porque te tardarás bastante en serlo.
- ¡Detente! Deja de herir tanto con tus palabras, déjame en paz, yo no necesito nada de ti, y tampoco creo que tú de mí. Lo que quiero decir es que yo quiero…
- ¡Dilo de una vez! A ver si te callas por fin y no haces tanto escándalo, anda, ¡Dilo! – Draco parecía estar suficientemente estresado, la cabeza le daba vueltas, vueltas y más vueltas, lo que él quería era dormir tranquilo.
- No sabía si decir eso… ¿Y si estaba equivocada? Pero... ¿Cómo saberlo si no hacía nada? ¿Se quedaría toda su vida preguntándose lo mismo? No podía saber si estaba en lo correcto o no si no decía o hacía nada. Pero le daba miedo. Miedo a dañar algo que puede ser que no estuviera mal. A lo mejor nunca debió casarse, o a lo mejor sí y esto no era más que un capricho. Quizás él no era para ella, ¿Quién puede saberlo? ¿Quién podía aconsejarla en un momento así, si era ella misma la que tenía que tomar la decisión? Nadie puede escoger la vida de los demás, cada quien toma sus decisiones, porque quien no lo haga no es más que un cobarde.
- Yo quiero… quiero… quiero el divorcio Draco.
Notas de la autora:
Muajajajaja! ¬¬ ¿El divorcio? Jejejeje. Me tardé bastante como de costumbre con este chap, de veras espero que así no sea con los demás, pero lo dudo ahora porque tengo muchísimos exámenes. ¿Qué tal el chap? Jijiji Bueno esta vez como no tengo nada que decir responderé reviews.
Gracias a Beli por ayudarme, y a Mariale y titina ¿Me faltó alguien? ¬¬
Nenela: O_O waaaaao, (Lis está demasiado sorprendida) Waaaao, no puedo creer que de veras me dejaras tantos reviews, uno por cada chap. Muchísimas gracias! Gracias a ti pude llegar a los cien.
Damaris: Hey! Pues mucha gracias. A poco y te pones a llorar? Vaya, me halagas mucho, ¡Gracias de veras! ^^ De pana que menos mal que se decidieron, pero bueh, quien sabe que depara el futuro de este fic.
Nati: Por fin! Mi review! Lo que me debes por tantas ideas que te doy siempre, porque osea! Sí ¬¬ Dan es muy pila, por lo menos más que tú XDDDDD jajaja, ahora déjame TODOS mis reviews de los chaps que vaya escribiendo ¬¬ sino olvídate de los tuyos.
Beli: Por qué pensaron que era Chola???? Jejeje pues nop, era Gina, jajaja Gracias por el review! Y por ideas también.
Tina: Muy expresiva tú en tu review! XDDDDD de todas formas muchas gracias!
Vane Radcliffe: ¿Y ahora tú enumeras lo que vas a decir? Tramposa, como se ve que es pa que los reviews se te vean más largos. Después te quejas de que los míos son demasiado cortos. Jajaja. Gracias.
Karolyna Silver: Wao... tu eres otra… Lok, cada vez el tamaño del review se alarga ¿No te has dado cuenta? A lo mejor y terminas haciendo el review del mismo tamaño que el capítulo. Jejeje me tardaría mucho respondiendo todo tu review, así que solo te doy las mil y un gracias por los mejores reviews que recibo!!!!!
Miércoles Radcliffe: si... sé que me tardé bastante con el chap, pero bueno, ahí estaba, y aquí está este. ¿por qué le dio asco acostarse con chola? ¿Todavía te lo preguntas? Jejeje Gracias por el review.
Titi Potter: jajaja XDDDD no era chola, lero lero, muajajajaaja no acertaste! Veamos si hhr siguen siendo una pareja oficial jejeje, de todas formas HHr4eva, ya sabes el próximo chap tú me lo revisas.
Vegalone-elrnia: o.Ô ¿Cuándo te pusiste eso tan enredado de Elrnia? Jejeje, lok! Tanto tiempo! XD que bueno que te gustó el chap. Gracias por tu reviewm y que se repita XDDDD
Muchas gracias por sus reviews ^^Pero ahora no se olviden de dejarlos.
Hasta el próximo chap.
Es decir, hasta el año que viene XDDDD
Lis Jade Black