Capitulo 15.

Infidelidad o amor.

Mírame…

- Uff, esta se murió – Soltó Vanessa "preocupada" - ¿Ahora qué decimos?

- ¡No seas tonta! – Exclamó Erika – Se ha desmallado por la sorpresa, ya se le pasará… ¿Y si nos vamos?

- No creerás que está tan loca como para creer que ella se hizo todo eso sola y en sueños… - Comentó Verónica con un poco de miedo a l a respuesta - ¿O sí? – Preguntó luego tímidamente.

- ¡Basta chicas! Me parece buena la idea Erika, ¡Escapemos! ¡Ya! ¡A las tres y llevo dos! – Gritó Vanessa – O no… esperen… Antes debemos hacer algo.

- ¡Sí! ¡Ir al baño! – Las dos niñas miraron a Verónica extrañadas – Oh… bien… entonces ¿Qué?

- ¡Pues arreglar todo! ¿Qué nunca piensan? Si no dejamos rastro de nuestra visita tal vez piense que está loca y que todo fue un sueño… Sí… así como dijiste Vero…

- ¡Wui! ¡Vane ha dicho que he acertado en algo! – La pequeña dio unos saltitos de alegría, que rápidamente fueron detenidos por la mirada fulminante de Vanessa.

- ¡Shhhh! ¿Es que no sabes hacer silencio? – Pronunció con voz baja – Si se despierta nada funcionará.

- Bien, nosotras limpiemos la cocina Vero, y tú… pues arregla el baño – Después de escuchar el plan de Erika, las tres se fueron sigilosamente a terminar su misión.

Minutos después…

- Esperen un segundo chicas…

- ¿Ahora qué Vane? – Suspiraron las otras dos niñas con obstinación.

- ¡Nos hemos olvidado completamente de Carol! Vamos a dormirla. Misión: "Hora de la siesta criatura indefensa" ¡Manos a la obra!

- ¿Qué se cree esta? – Se preguntó Erika elevando una ceja como de costumbre.

No tardaron más de diez minutos en arreglarlo todo. Estaba perfecto, como si ni la misma dueña hubiera entrado. Verificaron que Hermione continuara en su nube y prosiguieron con Carol. Al parecer esa niña odiaba una siesta, porque bien estuvieron casi media hora tratando de hacer que se calmara. Le suplicaron que no dijera nada de lo que había visto y que sólo pretendiera dormir con su madrina pacíficamente. La pequeñita "aceptó" la propuesta de sus "amigas" por unos cuantos chocolates y caramelos.

- Que bueno que siempre traigo caramelos en el bolso… – Comentó Erika con una sonrisita de satisfacción - ¡Chao Carol!

Carol se despidió con una risita, observó como las niñas salían cautelosamente del apartamento y después se acostó junto a su madrina. Saboreó lentamente los chocolates hasta que de lo empalagada y aburrida se quedó dormida. Así ambas durmieron el resto de la tarde sin ninguna molestia.

************

Draco y Harry terminaron la conversación justo después de esa noticia, y se despidieron de una forma muy seca, después de todo aún estaban "algo enfadados".  Daniel salió de su habitación enseguida y vio a su padre fijamente, se apreciaba perfectamente que estaba muy confundido. Le preocupaba que aquello no se solucionase pronto, puesto que cualquiera de los dos, siendo adultos como eran, podían tomar decisiones bastante drásticas y necias.

- No sé que hacer Dan… Tengo unas ganas horribles de correr hasta ella y decirle que la amo, que la perdono… pero por lo que hizo no me lo puedo permitir… quiero… pero yo mismo lo impido – Harry se llevó las manos a la cara y suspiró – Me pregunto si darme un tiempo es lo mejor…

- Para qué hacer algo después si sabes que puedes hacerlo ahora. ¿No crees que si vas y la escuchas, el dolor que sientes ya no será tan profundo? El perdón es liberador… ¿Por qué no lo intentas? – El hombre miró a su hijo desconcertado. Tenía razón, ¿Por qué no escuchaba lo que ella tenía que decirle?

- Lo haré… Pero esperaré hasta después de la boda de Sirius. Es mañana… además, hoy no siento más ganas de escuchar a nadie. ¿Qué tal si esta noche vamos por unos helados?

- Claro – Se callaron por unos segundos - ¿Qué me recomiendas que vista mañana?

- ¡Ajá! ¿Irá Andre, no? – Los dos rieron graciosamente – Pues a ver… Tiene que ser algo especial, porque seguro que ella va como una princesa. Mejor adelantemos la ida a comer helados y compremos de una vez algo para que te pongas mañana.

- Perfecto, iré por un abrigo.

Era un chiquillo inteligente, cómo podría arrepentirse de haberlo adoptado… El único problema ahora era Hermione. Porque… quién podría asegurar el destino de esa relación, hace tan pocos minutos parecía eterna y ahora…  ahora una pluma nueva le marcaba débilmente un posible final. ¿Por qué resultaba tan difícil perdonar? Todos tenemos la capacidad de hacerlo. ¿Es simplemente orgullo?...

- ¿Sigues aquí pa? – Harry reaccionó al instante y sonrió a su hijo. Ambos salieron del apartamento sin palabra alguna.

Y de camino a la "ropa y helados"… menos articularon palabras…

Pudo haber sido perfecto… estupendo… grandioso… Pero ¿Por qué acabo así? Sé que digo que las cosas pasan por algo… pero si al menos supiera cuál es el fin de esto… Realmente no quiero pensar que lo nuestro acabó pero… no veo otro final… y sé que parezco un ridículo pensando cosas así… Pero realmente ahora lo único que me preocupa es si… podré entonces dejar de amarla

- Casi chocabas… - Soltó Daniel sin mucha importancia - ¿Qué tanto piensas? ¿Qué haces que no corres ya a sus brazos?

- Ya te dije hace un rato Dan que lo haré pasado mañana…

- Es que no puedo comprender por qué sigues pensándolo… Mañana quizás te arrepientas, y con tu terquedad serías incapaz de querer perdonarla otra vez… Cuando la veas en la boda de Sirius… ¿No te gustaría que ambos pudieran estar juntos? Haciendo esas cositas de besitos y eso… No es nada del otro mundo, sólo debes ir a su apartamento y decirle que estás dispuesto a escucharle todo lo que tenga que decirte – Mantuvo un tono serio pero muy amistoso, quería convencer por completo a su padre… pero éste se ponía cada vez más necio.

- No voy a arrepentirme, por favor Dan… Olvidemos el asunto por un rato y disfrutemos de la tarde… Mira… allá veo una tienda de ropa elegante… ¿Por qué no nos salimos de eso de una vez?

- Como digas… pero evadir no te llevará a nada – Juntos caminaron hasta el establecimiento – Bien… ¿Tengo que usar corbata, o puedo esperar hasta entrar a Hogwarts? – Su padre rió.

- Tendrás que usarla… Te verás como todo un pequeño príncipe, que tierno ¿No? – Harry soltó unas cortas carcajadas.

-  ¡No! ¡Sin cursilerías pa! – Exclamó su hijo – Creo que una azul marino estaría bien… no quiero llamar mucho la atención.

- ¿Ni siquiera la atención de Andrea? – Preguntó el hombre con una sonrisa pícara – Bien, bien… dejaré de molestarte… - Agregó al ver la expresión del pequeño.

- Tú usa verde, compra aquello y vámonos… odio estar de compras… - A Harry le impresionó el comentario de su hijo, enseguida lo miró impactado y se aseguró de haber escuchado bien.

- ¿En serio? Pues vaya… que bueno – Cogió las cosas que le había señalado el niño y caminó hacia los probadores.

Se probaron pieza por pieza de los trajes, como afortunadamente todo les quedaba bien no tardaron mucho en decidir. Harry el verde y Daniel el azul. Pero lamentablemente no pudieron deshacerse de esa actividad tan rápido como pretendían, cuando llegaron a la caja notaron como cierta extensa fila de personas crecía y crecía cada vez más. Era extraño que en una tienda de trajes elegantes hubiera tanta gente.

Mientras buscaban la razón de tanta cantidad de personas, la hilera se hacía más y más larga. Ninguno de los dos fue capaz de entrar en una, permanecieron tan embobados buscando explicaciones que olvidaron por completo que también tenían que pagar la ropa que habían elegido.

- ¡Mira pa! ¡En la entrada de la tienda dice que toda la ropa tiene un 50% de descuento! Por eso es que hay tanta gente…

- ¡Oh…! Que… ¡Dan! Ponte en la fila de allá, yo me quedo en esta ¡Rayos! Ahora hay más personas… Creo que nunca llegaremos…

Cuando ya ambos estaban en las filas, y habían ya avanzado tres puestos, escucharon por el altavoz algo que… realmente no les resultó muy agradable… Ni siquiera a las demás personas: "Señoras y señores, tenemos un problema con el sistema, sentimos la molestia pero requerimos de unos minutos para arreglarlo, por favor sean pacientes… Gracias"

Quejidos y más quejidos resonaron entre aquellas cuatro paredes. Algunos se resignaron a esperar, así que los dos, padre e hijo, avanzaron bastante. Harry ya no sabía bien si era mejor seguir el ejemplo de esos "algunos", o esperar a que repararan rápido el problema. Su hijo le miraba impaciente cada cinco segundos, después miraba el reloj y marcaba en su rostro una expresión de desgana total.

No tardaron mucho en resolver sentarse en el suelo a esperar. Al menos era mucho mejor que estar de pie. Después de una hora en espera, por fin oyeron una señal de movilización: "Señoras y señores, les informamos que la caja 1 está ya funcionando, les agradecemos un poco más de paciencia…"

Era una gran lástima que Harry estuviera en la caja 6 y Daniel en la caja 4. Las personas que aún quedaban corrieron hacia la caja uno, arrasando con cualquiera que estropeara el paso, y la verdad era que entre esa multitud, ni padre ni hijo estaban incluidos. Ya parecerían bastante quedados y torpes a los ojos de los demás. Tuvieron que colocarse de últimos sin ninguna queja.

- Recuérdame por qué estamos aquí Dan…

- Porque tenemos una boda mañana y necesitamos ropa.

- ¿Por qué no vamos con cualquier cosa?

- Porque es una boda importante y sería falta de desconsideración si vamos mal vestidos…

- Bien…

Continuaron esperando, un milagro quizás tan sólo para salir de allí. La hilera avanzaba un poco, pero no era suficiente una persona atendiendo, sobre todo para la cantidad de gente que estaba en la tienda… Pero… no había de otra, la mala suerte les acompañaba.

- El siguiente – Manifestó una chica casi en murmullo. Harry afinó su oído para comprobar que aquello era verdad.

- Es decir… ¿Nosotros? – Una luz parecía alumbrar el rostro del hombre, exponiendo libremente una sonrisa de plena satisfacción.

- Disculpe… señor, ¿Qué le sucede?

- ¡Nada! – Exclamó el niño – Es sólo que no ha dormido muy bien últimamente, ya sabe… cuestiones de trabajo…

- Oh sí… claro… ¿Van a pagar? – Preguntó la muchacha un poco distraída mirando sus uñas.

- Sí… Tenga, sólo esto – Aguardó hasta que la mujer terminara de pasar los precios y, posteriormente, sacó de la billetera de su padre el dinero que requería para pagar y largarse de una buena vez.

- Muchas gracias por su compra, vuelva pronto – Murmuró ella sin muchas ganas, aún observando sus uñas.

- Mmm de nada, vamos pa – Jaló a Harry hasta la salida y por fin pudieron cambiar de ambiente.

Se alejaron con velocidad de la tienda y caminaron un rato. Los pasillos estaban repletos de negocios de todo tipo, las personas iban y venían de todos los sitios, hasta que de repente los que ya eran más conocidos se desvanecían… y sólo para dar paso a nuevos rostros. Se detuvieron en una heladería, después de todo uno de los motivos de aquella salida era "comer helados".

***********

- Perdóname Harry… – Murmuraba entre sueños Hermione – Mmm qué… ¿Dónde estoy? Por qué siento que… uysh… me arde todo…

- ¡Malina! ¡Despertaste! – Exclamó su ahijada alegremente.

- ¡¿Pero qué mier…?! ¡Carol! ¿Qué ha sucedido? – Se despertó exaltada - ¿Por qué tengo todas estas rayitas y… - Miró fijamente el espejo que tenía frente a su cama – Oh dios… Oh… No…

Corrió hacia el espejo y miró de nuevo. No podía creer lo que su reflejo mostraba, ¿Acaso estaba loca? ¿Se había hecho todo eso ella misma?... Corrió al baño desesperada y colocó su cabello bajo el agua. Hacía el vano intento de quitar las manchas negras, pero ya era demasiado tarde, estaba hecha un desastre, y los dolores musculares no la ayudaban mucho.

- ¿Ahora qué sigue? – Preguntó para sí en voz alta - ¿Me va a caer el techo encima o un huracán va a destruir el edificio? ¡No estaría nada mal! A ver si en la otra vida dejo esta mierda de mala suerte ¡Ush!

- No te pongas bava malina – Murmuró la pequeña – No me usta vete ashí.

- Ni a mí estar así Carol… Pero estoy que… ¡Ni yo misma me soporto!

Se dejó caer al piso, al igual que dejó rodar unas lágrimas por sus mejillas… Que fueron perseguidas por más y más gotitas de dolor. Algo no le convencía, pero no lograba recordar nada de lo que había sucedido antes de despertar. Carol le abrazó por detrás amigablemente, y se lo agradeció… quizás se lo agradecería de por vida.

- Vamos a salir Carol… ¿Sí? ¿Me acompañarás? Iremos a que me pinten el cabello y a comer unos ricos helados – La niña dio unos saltitos de felicidad y aceptó satisfechamente.

- ¿Y luego me leerás un cuento?

- Claro que sí nena, leeremos muchos cuentos – Trató de sonreír, y aunque no fue muy real la sonrisa, fue válida.

Se vistió lo más rápido que pudo, cubrió todas las heridas de los brazos con una camisa manga larga negra, y eligió unos jeans no muy ajustados. Recogió su cabello en un moño y encima se colocó un gorrito bastante disimulado. Usó un labial rosa, pues no le gustaba el maquillaje en exceso, además no le iba tan mal estar al natural.

Salieron apresuradamente del apartamento. Hermione pretendía realmente que más nadie, apartando los que debían, la vieran con aquella pinta. Por ello tomaron con prisa un taxi y fueron camino a la peluquería. El hombre ya les miraba a las dos extrañado, y no era para menos, parecían dos locas… ambas.

- Muchísimas gracias – Agradeció Hermione al hombre del taxi – Espero que le hayamos asustado.

- No… para nada señorita ¿Quiere que la espere?

- No hace falta, creo que esto puede tardar mucho, de todas formas gracias – La mujer abandonó el taxi sin más preámbulos. Cogió la mano de Carol y caminó de forma veloz, pero que definitivamente no podía denominarse "correr".

- ¿Por qué tan rápido malina? – Se dignó a preguntar su ahijada muy inocentemente - ¿Te tas haciendo pis?

- Ya quisiera que fuera solo eso, ¡Mira! ¡Allá hay una peluquería Carol!

Por más que intentaba no lograba pasar desapercibida, y la verdad era que su desesperación terminaba siendo un poco contagiosa. Podía sentir todas las miradas asaltándole, aunque bueno… no podía esperar que en esos momentos algo le saliera bien. No era por ser pesimista ni nada por el estilo, pero después de los sucesos recién acontecidos no lograba creer que la suerte estuviera de su lado, por lo menos no ese día… y muchos otros también…

- Buenos días señorita, ¿En qué podemos ayudarle? – Cuestionó de forma muy amable una de las empleadas del sitio.

- Pues… Quisiera teñirme el cabello, pero realmente necesito que sea en un lugar apartado… Y si es posible que usted misma me atienda.

- Oh… Claro, pase por aquí, tenemos un cuarto donde puedo trabajárselo… Pero ¿Sabe qué? Aquel hombre es una maravilla con sus manos, y creo que es exactamente lo que usted está buscando – Hermione sonrió – Pase por aquí, enseguida le aviso que vaya.

- Muchas gracias – La mujer siguió el camino que le había indicado la chica, y con un suspiro de alivio miró a su ahijada – Ya Carol, después de esto… todo tendrá que ser diferente…

- Hola guapa – Saludó un hombre por detrás – Siéntate por favor linda, dime que deseas, ¿Un corte? Tengo muchas revistas llenas de modelos que pueden interesarte.

- Pues… no estaría nada mal un cambio total… - Propuso tímidamente mientras se quitaba el gorrito – Tuve un pequeño accidente con… supongo que pintura negra y…

- ¡Tranquila preciosa! Sé que te va a encantar lo que te voy a hacer, te verás como nueva – El hombre no esperó a que ella dijera algo más, simplemente tomó un cepillo, un secador y comenzó a trabajar.

Todo quedaba revelado ante el espejo. Le sorprendió ver su cabello liso en pocos minutos. Mechones y más mechones de su cabello en el suelo, estaba logrando definitivamente un gran cambio y aún no había culminado. Escuchó como pedía un tinte a una de las empleadas, y de pronto ya estaba vertiéndolo sobre su cabeza. No supo el color hasta que lo leyó en el potecito. "Negro"

Carol se divertía… Sí, como cosa rara lograba encontrarle el lado divertido a todo. Jugaba con una niña que estaba cerca, de la misma edad, ambas reían tanto que Hermione ni se preocupó por seguir vigilándola. Se concentró en observar como él cortaba, mejoraba y realizaba tantas maniobras efectivas con las tijeras. Se dio cuenta que en un abrir y cerrar de ojos ya el hombre había acabado y ante el espejo se hallaba el reflejo de una mujer que… era muy diferente…

Y no… No se veía mal. Ahora su cabello estaba permanentemente liso y ondulado en las puntas. Era de un color negro brillante, y le descendía escalonado hasta los hombros. De hecho le gustaba mucho, se sentía como… ¿Nueva?

- ¡Quedaste preciosa guapa! – Rió el hombre, que ya parecía ser un poco… extraño – Pareces otra, ¿No te dije que te encantaría? Pareces una mariposita libre y…

- Emmmm, oh sí, muchísimas gracias señor, sí me ha gustado mucho pero tengo un poco de prisa… Si fuera tan amable de decirme donde cancelo… - Pidió Hermione tratando de evitar que él terminase su comentario…

- ¡Claro! Como no… Ve con Martita que ella te dirá cuánto es, ya sabes Martita, lo de siempre – Le guiñó un ojo a la chica, y ésta sonrió nerviosamente.

Mucho más aliviada, Hermione logró pagarle a la joven y continuar tranquilamente por los pasillos del lugar. Carol se había resistido un poco en irse, puesto que se estaba divirtiendo con su amiguita, pero por suerte la madre de la referida también debía irse, así que no hubo problema después de todo. Ahora las dos caminaban, y ciertamente la "madrina" mucho más tranquila.

- Te ves muy linda malina – Alegó Carol con un tono dulce – Pareces una pincesita de esas de los cuentos de hadas ¿Dónde ta tu píncipe?

- Ay… - Suspiró – Ya quisiera saberlo nena… Y quisiera saber si va ser capaz de rescatarme de mí misma ¿Crees que pueda perdonarme?

- Clalo que chi, tú eles su pincesa ¿O no? – El rostro de su madrina se entristeció un poco, y al notar eso, Carol agregó – No te peocupe malina, todo va a salí bien – Sonrió inocentemente.

- Sí… todo va a salir bien… ¿A dónde quieres ir primero? – Dijo cambiando drásticamente de tema - ¿Helados, no?

- ¡Chi! ¡Helaos!

Cerca distinguieron un establecimiento de helados, no dudaron en dirigirse enseguida hasta él. Se veían bastante provocativos. Carol saltaba animadamente pidiendo una y otra vez un helado de "limón".  Terminaron comiendo ambas sabor a limón. Vieron muchas mesas vacías, pero prefirieron sentarse en las butacas que estaban  puestas en hileras al lado de los helados, así podían seguir mirando los distintos sabores que tenían.

Mientras Carol seguía fascinada con todos los colores y sabores, Hermione miraba a las personas con un toque de melancolía. Escuchaba todas las voces, alegres, fuertes, débiles, ásperas, resonando en su cabeza, pero entre cada voz desconocida que lograba captar, se destacaba una en especial. Temía voltear y enterarse de que era lo que realmente pensaba.

- ¿Sabes Dan? Creo que después de esto podemos ir al cine, así la tarde terminará genial ¿No crees?

Su corazón pareció detenerse en seco, no pudo evitar que su mirada permaneciese inmóvil en un vacío sin fin. Sus labios se entornaban buscando una posición correcta, pero no conseguían adquirir una forma definitiva. Palideció. Empezó a sentir frío, mucho frío, esa voz no le permitía continuar en paz, pues zumbaba… y sentía la culpa en cada una de las palabras que ésta pronunciaba. Era uno de esos momentos en que reaccionar podía ser mejor un acto razonado.

**********

- Claro pa, también me parece una idea genial. Pero antes me gustaría…

Quién iba a imaginar que sería una tarde de tensión al final del caso. Todo en cuestión de segundos. El gritito agudo de una niña hizo que reaccionara rápidamente volteando hacia atrás, de donde creía haber escuchado provenir el sonido. Se encontró con una linda sorpresa, pero vaya sorpresa…

- ¡Palino! – La pequeña corrió a los brazos de Harry lo más rápido que pudo - ¡Dani lindo!

- ¡Nena! ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Con quién has venido? – Poco a poco su mirada iba trepando por la carita de la niña hasta llegar a las piernas de una mujer, y por una razón que bien conocía,  no quería y le era muy difícil llevar sus ojos hasta el rostro de "ella".

Pero tenía que hacerlo… Y aunque no quería lo hizo. La miró. Estaba allí, realmente estaba allí sentada, con la mirada perdida en el laberinto de la suya.  Expresaba tantas cosas a la vez que no alcanzaba a distinguir cuál de ellas era verdad. Dolor, rabia, tristeza, sufrimiento, pérdida… pero sobre todo… amor. Mientras la miraba y apreciaba todos aquellos sentimientos mezclados, podía percibir la ternura que le pedía a gritos otra oportunidad. Y si las lágrimas no corrieron… fue porque no tuvieron razón.

No se fijó en su cambio, no le importó nada, sólo quería descifrar la verdad a través de ese gesto que ella hacía, el que le pedía por medio de miradas lo que no se atrevía a decir con palabras "Mírame… ¿Acaso crees que puedo vivir sin ti?". Y sin embargo, aunque ya estaba deshecho ante el dolor de su… novia… Fue completamente incapaz de dirigirle una sola palabra. No sonrió, no movió sus labios ni un centímetro, sólo expresó en sus ojos la llama de rabia que aún… aún entonces seguía encendida.

- Carol… nena... Nos vemos mañana. Dani y yo entraremos al cine, estamos un poco apurados ¿Has terminado tu helado, hijo? – El chico asintió con debilidad, desviando la mirada hacia otro lugar para evitar las lágrimas.

- Sí pa… Vayamos ya… - Y aunque no dijo nada, Harry pudo sentir el dolor en las palabras de Daniel.

Mírame… ¿Acaso crees que puedo vivir sin ti?

¿Y crees tú que yo sí?

- Yo tampoco puedo vivir sin ti… Hermione – Susurró muy bajito, con cierta nostalgia en cada palabra que conseguía proferir.

- Entonces eres un tonto. Estaba allí.

- Sí… yo era el que no estaba allí – Musitó – Las miradas encierran un gran camino que recorrer, y es muy difícil… llegar al verdadero final.

- Pa… perdónala por favor… No aguanto verla así, se me hace un nudo en la garganta y lo peor es que… no tengo el valor de consolarla. Además… ella no necesita el consuelo de nadie… Sólo que tú hables con ella. Si te las has encontrado aquí casualmente, debe ser por algo ¿No crees?

- Quizás… pero eso ya qué importa.

********

- Wao, que gran cambio… En serio te ves ¡Genial!, ¿A dónde fuiste? Pero no pareces muy alegre… ¿Sucedió algo? – Comentó su amiga con preocupación – Espero que Carol no haya hecho nada malo ni…

- No… no ha sido Carol, ella es un ángel. Más bien soy yo… sabes… problemas… confusiones, no debes preocuparte Gin – No sonaba muy convincente, pero se veía que le estaba pidiendo un poco de soledad, aunque no de una forma muy directa.

- Bueno… Te dejo sola. Nos vemos mañana Herm… – Se despidieron amablemente.

- Sé que no hablaremos… porque ni él ni yo somos capaces de dar la iniciativa…

Dicho esto, extrajo una pluma y un pergamino de la gaveta de su escritorio, y delicadamente inició una carta con su perfecta caligrafía.

 AUTOTEXTLIST Querido Harry:

            Realmente no tenía intención de escribir una carta… pero dadas las situaciones y oportunidades que hemos tenido de conversar, y que… pues no se han llevado a cabo, quiero que leas esto… Si no eres capaz de escucharme.

            Puedo entender que estés tan molesto, si yo estuviese en tu lugar también lo estaría… Sé que estás pensando que te escribiré "No es lo que parece"… Pues no, sé que esa excusa no me sirve, además te aseguro que sí lo era. Yo admito que estaba en mí cama acompañada por Draco… No te lo puedo negar, es más, no creo que llegue a conseguir un pretexto por haberlo hecho. Ni siquiera yo puedo entender como pude cometer semejante tontería… Pero es mí culpa… Porque… Pensé en ti… y no me atreví a detener el acto.

            No sé si puedas imaginarte lo mal que me siento… Sabes que después de el engaño de Ron… pues odio eso de la infidelidad… y ahora yo he terminado siendo igual de descarada y desconsiderada contigo… por la misma razón. Mi intención jamás ha sido herirte, bueno, la verdad es que no sé como pude pensar en ese momento que esa no era mi intención… porque quién no terminaría lastimado al hallar a su novia con otro hombre.

            Te doy todo el derecho de odiarme, de querer gritarme las mil y un verdades que merezco, pero no el de olvidar que, aunque ya no lo creas, te amo muchísimo. Sí… sigo haciéndolo… aún sabiendo que no merezco decirlo por lo que hice. No pretendo que con esto te sientas culpable… ni acabes por perdonarme… Sé lo difícil que es perdonar, pues yo no he logrado disculpar a Ron. Sólo quiero que sepas que… Pase lo que pase, me creas o no, te seguiré queriendo Harry…Y si lo imposible no existe ¡No importa! Porque sí es imposible que deje de sentir esto por ti.

            Y si piensas que… no he podido enamorarme tanto de ti en tan poco tiempo… Te equivocas. Porque yo no te quiero sólo como mi novio… yo te amo también y más que todo por haber sido mi amigo durante tanto tiempo... ¡sí! Lo sé… ¿Soy una tonta, no? Acabé con lo nuestro… con todo, destruí en un día lo que sembramos juntos por tantos años. Me odio… sí… Detesto comportarme como la propia idiota y lo hice.  

            ¿Sabes? Realmente jamás tendré en valor de decirte esto en persona…. Creo que para mí es mucho más sencillo expresarme por medio de la escritura… y aunque de seguro quieres que…

- Soy una tonta… sé que jamás podría enviarle esto… - Unas lágrimas se derramaron sobre el papel, haciendo que la tinta, en algunas partes, se difundiera sin dejar leer algunas letras – Dime Harry… ¿Podrás algún día perdonarme?

Continuará…

Notas de la autora:

T_T snif snif, no puedo creer que por fin haya acabado esto. No sé cuántos capítulos faltan, pero sí, el final se acerca ^^ fiesta! Wuiiii xD Bien… ¿Qué les ha parecido el cambio de look de Hermione? ¿Se lo esperaban? Supongo que sí o.o Bueno… A ver que más pasó… o.o mmm ¿Saben? Jajaja iba a tumbar en este capítulo a Hermione por las escaleras MUAJAJA pero no lo hice o.o me puse buenita ^^ para que no perdiera a la pobre criaturita, porque sino JEJEJE

Respondo sus hermosos reviews o.o

- Hermione de Potter: Esperen… Creo que todavía estoy enferma… *_* Leíste!! No puedo creerlo mujer o.o mmm ¬¬ pides mucho! Pero bueno… a ver si una de tus peticiones se cumple MUAJAJAJAJA Sigue leyendo!

- Airam akari: Pues sí, por la escuela :P Pero muchísimas gracias por tus tres reviews, wow! ^^ No le puse mucha fuerza a esa conversación porque no se si te has fijado que Harry en este fic tiene una personalidad… Muy tranquila, aunque sí, herido si está :P Bueno, sigo, ya sé, todos quieren que los reconcilien, y siendo sincera aún no me decido. Pero algo les puedo decir, NO ES SEGURO UN HAPPY ENDING FOR EVERYBODY ^^U Ojalá sigas la historia!

- Gaya Lunae: Saben? Creo que si soy mala xD Debe ser o.ó porque así parece… Este, sorry, es igual de corto u.ú pero es que como ya queda poco que narrar quiero dividirlo en más capítulos para que no se acabe tan pronto jejeje. Muchísimas gracias por tu review! Me gustó tu sugerencia, gracias! Me encanta que me ayuden! Pero la verdad es que ya tengo algo planeado MUAJAJA Ya verán jujuju

- Valery Ryddle: Muchísimas gracias por tu review! Que bueno que te haya encantado, en serio, me alegra mucho que guste el fic n.n

- Miércoles Radcliffe: Wuiii! Sus reviews nunca faltan! Gracias. Confieso algo… posi no se han dado cuenta… creo que no ha pasado mas de dos días XD Solo que el fic se ha demorado específicamente en esa parte… Y se sigue demorando! Espero sus reviews! Besos!

- Titi Potter de Parry: Mi fiel amiga muajaja gracias por el review ¬¬ y sí, te perdono por no haberlo dejado XD pero que no vuelva a pasar

- Karolyna Silver: Mamita… XD Tu review es muy largo para responderlo en un minuto, así que te doy las GRACIAS!!! Y tú como siempre… los reviews mas bellos n.n  THANKS AGAIN

- Mane Black: uff, gracias por tus dos reviews! Ya ves, le continué. Te digo. Puede que no todo se arregle, hasta ahí llego XD Sigue leyendo!

- Faith-Iris-Sukni: Gracias por el review! Dios, cuantas mujeres xD MUJERES AL PODER, a veces parece que los hombres ni existen… Sorry, respondiendo tu review, mmmm no sé… un final feliz? Quizás XD

Por cierto, los que dejan mensajes en HA, muchas gracias también! Pero me gustaría que, si dejan mensaje de un fict en específico por favor me lo dijeran para poder responderles.

Gracias por sus apreciados y hermosos reviews! No se olviden de seguir dejándolos n.n

Hasta la próxima actualización (Me voy de vacas)

Lis Jade Black