Infidelidad o amor

Lis Jade Black

Capítulo 18

Un perdón siempre se espera.

Después de llorar en su pecho me encontré en una situación extraña. No sabía qué hacer. Ella estaba muy indecisa, pero aquel silencio tan molestoso la espantó por completo, entonces al fin se resolvió en huir. Estoy seguro de que al hacerlo estaba más que conciente en que yo la perseguiría… Hasta el final del mundo. Sí, que ridiculez, son las cosas que te hace decir y hacer todo este asunto del amor.

Seguí su rastro hasta salir del salón de fiesta. A lo lejos pude observar como Sirius y Lys se alejaban en su taxi especial para disfrutar de su felicidad. Sin embargo no pude alegrarme por eso. Entonces regresando a la realidad me encontré con Hermione, esperando en la línea de taxis, maldiciendo por su mala suerte al no haber conseguido ninguno que facilitara su "escape". Desde su espalda pude notar como llevaba sus manos a su rostro, para frotarse los ojos y secar las lágrimas.

Qué extraño… Antes solíamos decir cualquier cosa, pero la verdad es que todo cambia cuando estás de cierta forma molesto. Es como si una especie de barrera te impidiera hablar y decir lo que tienes en mente. Claro está, el miedo logra fácil sus propósitos si no te le opones… y en esos momentos yo no me oponía en lo absoluto. Era como si quisiera estar molesto, no… no como si quisiera, quería estarlo. En todos los aspectos, me sentía con la necesidad de herirla, hacerla pasar cada vez peor por el daño que me había proporcionado.

Qué actitud más egoísta… Yo no podía ver más allá de mi propio daño, ella ya estaba sufriendo lo suficiente por tener casi todo el peso de esa incómoda y dolorosa situación. Había sido tan valiente… y yo no supe valorar eso en lo absoluto. En fin… me acerqué a ella justo cuando se aproximó un taxi. La empujé a entrar y luego lo hice yo, cerrando la puerta bruscamente. Le indiqué mi dirección al señor y más ninguna otra fría palabra se volvió a cruzar en ese trayecto.

Apenas llegamos al edificio, tomé a Hermione de la mano y le jalé suavemente hacia fuera. Ella miraba el suelo fijamente, mientras disimulaba pobremente una despreocupación total. No hizo falta que la dirigiera porque ella sola lo estaba haciendo, como si me temiese, y de algún modo eso… me gustaba.

Ahora por ese simple sentimiento de gusto me siento asqueado, pero en aquel día la satisfacción era increíble. No sé de qué se trata éste sentimiento, pero en un estado normal no puedo pensar en el simple hecho de que pudo gustarme intimidar a mi propia mejor amiga/novia. ¿Qué clase de sujeto era cuando me molestaba? ¿Por qué aquella frialdad? ¿Cuanto daño más daño puedes repetirle a la persona que te hirió?

Sin darnos cuenta… a veces, cuando estamos heridos hacemos mucho más daño que el que nos han hecho… pero eso… no es suficiente entonces.

Ya estando dentro de mi apartamento me dirigí a la cocina. Planeaba preparar un poco de té para calmarla, o quizás en realidad para "hacerme el bueno". Cuando ya lo tuve en mi mano la encontré a ella sentada en el mueble de la sala. Si alguna vez tuvo un bonito maquillaje, ya estaba todo deshecho. Me acerqué a su lado y la acompañé en su asiento. Puse en sus manos el té, sin embargo no probó ni un sorbo.

Me agaché débilmente frente a ella, y traté de que su mirada se encontrase con la mía, pero no lo lograba. Entonces tiré de ella al suelo, junto a mí, y la besé. A pesar de su indiferencia, me correspondió aquello. Estuvimos unos segundos así, hasta que olvidé instantáneamente todo y comencé a murmurar a su oído con suma dulzura cosas que minutos antes jamás creí oportunas en ese momento.

-Te amo… - Volví a besarla y repetí lo mismo – Te amo… Te adoro, déjame amarte hoy… - Hermione continuaba llorando, pero posaba sus manos en mi espalda y se aferraba a mí con seguridad.

-Harry… espero que algún día me perdones de corazón.

-Shhh, no hables de eso, vamos a olvidarlo ahora.

-De verdad que no te entiendo Harry – Comentó tratando de salir de mis brazos – Suéltame, ya basta de esto. No podemos pretender por cinco minutos que todo está bien y nada ha pasado, porque en los siguientes cinco igual no me habrás perdonado. Deja de jugar ya conmigo, podría jurarte, aunque no tenga la necesidad de hacerlo, que lo mío no fue intencional… pero esto… esto sí que lo es Harry.

-No fue intencional… de acuerdo, lo mío sí, pero, ¿Sabes cuál es mi intención? – Respiré hondo – La verdadera intención de todo esto… es saber si después de este día contigo puedo olvidarte.

-¿Acaso esto te hará feliz? – Me preguntó con el corazón en la boca.

-Yo… creo que… s… - No me dejó terminar la frase, puesto que se lanzó a mis brazos y unió sus labios contra los míos.

-Bien… eso tendrás.

Noté como a medida que me besaba movía sus manos por mi traje, buscando alguna forma de quitármelo. Al igual yo hacía con su vestido, aunque he de aceptar que mi trabajo con ese vestido era mucho más sencillo. Ella parecía entregarse a mí por completo, y yo parecía estar muy satisfecho de aquello, sentía que complacía a ese "yo" tan extraño que ahora me perturba los pensamientos.

Es como si me pusiera una máscara contra dolor después de uno. El antifaz trata de evitar cualquier daño directo o indirecto, pero a pesar de sentirme fuerte y pensar que realmente los estoy evadiendo, lo que logro es hacer crecer la herida más y más. De esa forma hago más daño aún… Es una cosa llevando a la otra, y así hasta que encuentre un final.

Las horas transcurrieron lentas, pero podría decirse que apasionadas, contando todos los hechos. Tras aquellos besos desenfrenados, caímos dormidos por un buen rato. Sin embargo sabía que ella intentaría despertarse primero para irse sin decir más, eso no se lo quise permitir, así que apenas dormí. Esperé atentamente que despertara, mientras pensaba en lo confundido que realmente estaba.

No pasó mucho rato antes de que sintiera como se levantaba sigilosamente de la cama. Cogió su ropa y se dirigió al baño. Pensé que se pondría su vestido y saldría apresuradamente de la habitación, pero no fue así. Escuché el agua de la ducha caer. Enseguida me levanté de la cama y entré al baño. Ella estaba dándome la espalda sin querer, por lo tanto no se percató de mi presencia.

Miré su cabello, ahora mojado, cayendo libremente por su espalda, en todos los aspectos, ella me encantaba. No soporté la tentación y abrí la puerta de vidrio cerraba el ambiente de la ducha. Coloqué ambas manos a cada lado de su cintura, y mientras seguía de espaldas, besé su cuello. Luego, lentamente subí mis manos por sus brazos, y al llegar a sus hombros, le di un suave giro.

Sus labios intentaban decirme algo, pero no quise oír nada. La apoyé contra la pared y nuevamente la besé. Como deseé y deseo hacerlo todos los días a cada momento. Ella me abrazó, y yo le correspondí indudablemente. Poco a poco nos fuimos separando, me miró tiernamente y sonrió. Aquello me llenó por completo, y al menos por cinco segundos hizo que realmente todo quedase olvidado.

-Harry… Esto sólo está haciéndote más daño… - Dijo en voz bajita, con suma tranquilidad, pero dolor en sus palabras.

-Sí… porque me dejas como un estúpido ciego tan sólo con esa sonrisita…¡Porque ahora lo único que deseo es volver contigo! ¡Porque…!

Hermione salió de la ducha y tomó la toalla más cercana. La observé mientras secaba su cuerpo y su cabello. No sabía que decirle, y lamentablemente ése fue mi momento para decirlo todo. En un abrir y cerrar de ojos ya estaba vestida y dispuesta a salir. Claro está, que antes se detuvo a decir sus últimas palabras…. Sin siquiera mirarme.

-Creo que lo mejor es dejarnos de ver por un tiempo… Así cada vez que me veas no sentirás rabia… pues no me verás… Creo que así podrás aclarar tu confusión.

Me quedé callado.

-Cuando estés listo me encontrarás fácilmente. Sea cual sea tu decisión… sin embargo, tú seguirás tu vida… y yo tendré… que seguir la mía.

-¿Qué pasará con Dan? También eres…

-Pues creo que necesitarás algo de compañía… Dile que lo adoro, y en verdad siento esto, pero que le mandaré muchas cartas. Ya nos veremos cuando haya pasado un tiempo… cuando tú estés bien.

-Es una tontería… todo esto.

-Vaya que sí… Hasta creería que es otra película rosa de amor… pero entonces… Sólo es caso de esperar.

Al principio no había entendido eso, sí, era algo más claro que el agua, pero yo estaba tan cerrado a ideas que no capté. Cada película de esas de amor, en que los protagonistas siempre peleaban, incluso mayoritariamente por una causa como la nuestra, terminaban por perdonarse y ser felices. Sólo es cuestión de esperar…

-¿Otra vez con esa historia pá? – Preguntó Dan entrando a la sala con un panecillo en manos – Debe ser como la milésima vez que la cuentas.

-No… me la ha contado más veces que eso – Agregó Draco.

-Oh vamos, par de exagerados – Dijo Harry sonriendo.

-Yo creo que hasta mi Carol se la sabe de memoria. Deberías simplemente…

-Ya, ya, ir a buscarla, ese cuento ya es viejo. Saben que no lo haré, en lo absoluto, no podría… soy un tonto, terminaría arruinándolo… - Interrumpió Harry, dejando a Draco con la palabra en la boca.

-Sí, la verdad es que si eres bien tonto – Afirmó el rubio – Nada te cuesta intentarlo.

-Y a ti nada te cuesta reconciliarte con Ginny, ¿Crees que no me he fijado en las miradas que le echas?

-Bueno está bien, no te fastidio más – Finalizó

Ambos sabían lo que tenían que hacer y sin embargo se hacían los tercos. Harry estaba muriéndose por ir donde Hermione y perdonarle. Draco se moría de celos sólo al ver a Ginny sonreírle a otro. Que maravilloso trabajo hacía el orgullo entonces… Cosas de las que se termina arrepintiendo al final…

En aquellos meses que habían transcurrido, Hermione había enviado una serie de cartas, semanales, a Dan. Indirectamente, Harry siempre preguntaba por ellas, por ejemplo, "Por qué sonríes", "Por qué esa mueca" "Te he notado alegre, qué te cuenta", su hijo siempre reía antes de responderle, pero terminaba por contar todo lo escrito. Exceptuando claro… unas partes, de las cuales no se podía enterar.

En cada carta, Hermione le describía a su hijo cómo iba su embarazo. Se había enterado de aquella noticia desde la primera carta que leyó, pero junto con esa información venía claramente "Por favor, no le cuentes a tu papá…", ella quería que él regresase porque la perdonaba realmente… no por un hijo.

Pasados cinco meses, se anunció entre los que estaban concientes del embarazo, que sería una niña. Aquello era justo lo que deseaba Dan, una hermanita, pero a pesar de que le emocionaba mucho, el hecho de que su padre aún no había decidido perdonarla le preocupaba mucho. Tenía la ilusión de que eso ocurriera antes del parto, pero ya se acercaba la cumbre de esos nueve meses. Se encontraba entre una gran indecisión, no aguantar más y decírselo… o esperar que una luz le alumbrara el cerebro a Harry.

Sí… se preguntaba eso nuevamente… y nuevamente hacía el intento de no fallarle a su mamá.

-Pa… ¿Sabes? En las últimas cartas he sentido que a mi má ya le haces muchísima falta… - Harry le interrumpió.

-No empieces de nuevo Dan, cuando haya pasado más tiempo volveremos… a ser amigos.

-Tiempo, tiempo, como… ¿Dos semanas?

-NO, además… ¿Cuál es el apuro tuyo? Me vas a volver loco si sigues con esas… Ah… ya, eso es lo que quieres para convencerme que vaya con Hermione.

-Bueno… algo parecido. Pero, ¿Qué tanto tiempo más tienes que esperar? Han pasado meses… ya es hora.

-No creo que eso lo decidas tú. Además… por más que he intentado… no sé que podría decirle si la vuelvo a ver. Ya ves que perdí mi oportunidad de hacerla quedarse, por mi terquedad… Ahora no sé.

-Ahora estás cometiendo el mismo error.

-Lo sé hijo… - Admitió Harry con un suspiro. Se levantó y caminó hacia su habitación.


-Prima, voy a bajar a preparar un poco de té.

-No deberías estar bajando y subiendo a cada rato, recuerda tu estado, mejor yo voy.

-No… me quedaré abajo hasta la noche, ¿Te parece? Tú sigue en tu trabajo.

Hermione sonrió abiertamente. Desde pequeñas se habían llevado de maravilla, y apenas había enterado a su prima de la noticia, ella le había abierto la puerta de la casa sin dudar. Cuando eran niñas se habían prometido ayudarse cuando fuese necesario, y hasta entonces esa promesa se había mantenido intacta.

Como era de costumbre, Hermione bajaba todas las mañanas a prepararse un té y continuar leyendo su libro. Claro estaba que se había estado leyendo los mil y un títulos de cómo cuidar un bebé, qué era malo y qué era bueno… Típico de ella.

-Mmm… cómo te voy a llamar nena… Tiene que ser un nombre muy especial y original…

Tomó su taza de té para beber un poco más, pero otro de sus mareos la debilitó un poco. Resbaló de sus manos sin más, derramando té por todas partes, esencialmente su libro, su vestido y el piso. Golpeó el suelo con firmeza y se rompió en varios pedazos. Hermione apenas lograba divisar la trayectoria de la pobre tacita, pues el mareo le impedía ver con facilidad.

Estando todo borroso, por arreglar el desastre, se levantó a coger los restos de la taza. Los chillidos de su prima apenas llegaban a sus oídos. Se agachó, pero al trata de coger los pedazos sintió un dolor descomunal que la llevó a apretar su mano con fuerza hacia su vientre. Las lágrimas salieron automáticamente, no tuvo más opción que dejarse caer al suelo, pues no aguantaba más a que su prima llegase.

-Herms… Qué tienes, dime qué sientes ¿Es ya hora?... Oh demonios… ¿No puedes hablar verdad? – Sólo recibía como respuesta quejidos y más quejidos - ¿Llamo al doctor? ¿Te llevo a la clínica? – Echó unos berrinches y se puso a llorar también junto a Hermione – Por qué me tiene que pasar esto a mí, yo de embarazos no sé ni cómo se dan… Bueno eso sí primita, eso sí que lo sé y muy bien… pero tu me entiendes ¿verdad? No vaya a ser que creas que no sé cómo de dan y ya llegué a los veinticinco.

-¡Cállate de una buena vez y llévame a la maldita clínica!

-O-O-Okkk, ya voy primis, pero relájate, todo va a salir bien.

-Sí, más le vale que salga bien, porque como no le caiga a Harry---

-Hermi tranquila, modera tu lenguaje como siempre lo haces ¿Bien? Te ayudaré a levantarte y vamos al carro.

El proceso fue un tanto complicado, sobre todo el levantar a Hermione. Apenas podía caminar pues el dolor era cada vez más fuerte, pero tras grandes maniobras pudieron montarse en el carro. Casualmente cuando estaba por encender el auto, apareció el dichoso vecino que las había ayudado durante todos esos meses, de hecho, se había hecho muy amigo de Hermione.

-¡Robbie! – Exclamó Laurence, la prima de Hermione – Apúrate, vente que mi prima está pariendo.

-¡¿Ah?! ¡¿Qué?! – Rápidamente tomó asiento en la parte trasera del auto, junto con Hermione - ¿Estás bien? ¿Te duele mucho?

-¡Noooo! ¡Para nada Robbie! – Respondió ella muriéndose del calor.

-Tranquila, tranquila… calma y cordura en todo momento. Recuerda… como en las películas… Respira, inhala…. Exhala. Vamos Hermi, tu puedes.

-De pronto me siento tan deprimida – Dijo llorando mientras se tomaba en vientre con ambas manos – Pensé que Harry ya estaría conmigo en estos momentos… Vaya tonta que fui…

-Shhh, no pienses en él ahora, yo estoy contigo – Dijo él acercándola a su pecho – Shhh, ya… llora todo lo que quieras, yo estoy contigo.

A pesar de lo aceleraba que iba Laurence manejando, tuvo tiempo para voltear picaronamente y ver la indirecta que Robbie le lanzaba a su prima. Hacía unas semanas que él le había confesado que le gustaba Hermione, pero que no pretendía arrebatársela al tal "Harry" a pesar de que era un inepto.

-Roby… Eres tan tierno, gracias – Se acercó a sus labios y le plantó un rápido beso. Él se sonrojó hasta el tope – Pareces un adorable tomatito… Siento tanto no poder corresponderte.

-Tranquila Herms, yo sé que tu lo amas a él – Le respondió Robbie, sonriendo dulcemente – Pero si ese… no te perdona, siempre puedes decírmelo ¿Eh?

-Claro que sí, tienes el primer puesto después de él.

Así permanecieron en silencio hasta que llegaron al hospital. El único hombre se hizo cargo, por supuesto, de llevar entre brazos a Hermione hasta una camilla. Tuvieron suerte de que la atendieron en el momento…

El doctor había decidido, al revisarla, hacer el parto ese mismo día para evitar complicaciones. Hermione no hallaba la forma de avisarle a Dan, y la desesperación del momento no la dejaba pensar con claridad. Su prima tampoco era de mucha ayuda, pues los nervios la hacían hasta comerse los dedos. Robbie, en cambio, le tomaba la mano con fuerza y no se alejaba de su lado en ningún momento.

-¿Alguien tiene una pluma y un papel? – No le quedaba de otra que escribirle una carta a Dan… para cuando pudiera llegarle.

-No pero… te lo consigo ya – Afirmó él sonriendo.

-Tendrás que ir a la casa y buscar mi lechuza, Lau.

-No lo creo, desde que salimos de la casa, esa nos anda persiguiendo – Señaló la ventana, y claramente pudo ver la figura de Hedwig – Creo que iba a entregarte una carta justo en ese momento.

-¡Ah! ¡Estoy de suerte! Por fin… Déjala pasar, sé que ella podrá llevar la carta antes del anochecer. Menos mal que no es lejos…

Apenas le entregaron la pluma y el papel, escribió rápidamente, sin pensarse mucho la redacción "Tu hermanita está por nacer, ven lo antes posible al hospital que ya te dije en las cartas anteriores. Date prisa. Con amor, Hermione"

Ató la carta velozmente a Hedwig y le suplicó que la llevara con prisa donde Harry. Sabía que lo lograría, por ello pudo respirar aliviada. Aquel problema de cómo anunciarles el parto a los demás la habían hecho olvidar el dolor, pero ahora que estaba relajada lo sintió y mucho peor. Sólo esperaba que Harry pudiera llegar a tiempo…

Sintió aquel picoteo en la ventana, y enseguida acudió a abrirle. Tantos años con ella le habían transformado automático el reconocerla. Traía atada en una de sus patas lo que parecía una simple nota. Decía que iba asignada a Daniel, pero la curiosidad le venció y terminó por abrirla. Leyó una y otra vez, una y otra vez…

- ¿Qué demonios es esto?

Notas de la autora

Este sí es el capítulo… Es cortito, pero me ha gustado sí… me ha gustado XD Bueeh, me he tardado siglos… pero aquí está.

Respondo reviews:

Arabella-G-Potter-Black: Gracias por tu review - que bueno que IoA te parezca excelente, de verdad me halaga mucho, espero que sigas leyendo.

Ginny-Shelena: Ves que no me olvido de ti? Bueno en este capítulo sí… pero, ya ves. Graxie loca, tus rws nunca faltan :P

Gwen Evans: Bueno… ya ves en este chap que Harry es un cabezadura XD Me alegra que te guste la relación Siri/Lys, creo que nadie lo había dicho… sigue leyendo!

Gaya Lunae: Wenasssh! Si buenu, le debía a Eva una… Y con respecto al bebé, sería una excusa perfecta para volver, sí, pero Hermi no quiere que él vuelva con ella sólo por eso… y sí… ¡ya hace falta que se reconcielien! Que cosas… que mala que soy XD Thanks tambien por siempre dejar review.

Titi Potter de Parry: Seeeeii, muajajaja!!! El peor día de su vida… ey � yo soy Lys… u.u bueno… x. está bien… nombraré a Remsie más… en otro fic XD Y espero que las partes HH se repitan más ahora, quién sabe.

Isarema Malfoy: Calma y cordura… quizás llegue el momento. Dudo que pueda complacer con otro fic HH, pero terminaré los que me faltan. Sigue leyendo!

Nelly Esp: Que bien que cada vez te guste más! Eso significa que no lo ando haciendo tan mal… :D Vamos a ver qué pasa con las reconciliaciones…

Onag Radcliffe: Me alegro que te haya gustado, y tranquilo, que más vale tarde que nunca, sigue dejando reviews please

Y… "Anónimo": Wenash, está muy bien tu pregunta, ella debería poder perdonar a Ron, pero no lo ha hecho… Sin embargo ella no pierde sus esperanzas de que Harry la perdone, tú tampoco lo harías si estuvieras en su lugar. Como todo ser humano comete errores, sin embargo, precisamente por eso ella también tiene que aprender a perdonar, y tal vez cuando lo haga… es cuando logre entender la posición de Harry.

Gracias a todos por sus reviews - sigan dejándolos porfas. Y no se olviden de pasar por Harry Argentino y votar por IoA… Tranquilos, no es una amenaza… sólo un acto de buena fe.

Hasta la próxima!!

Lis Jade Black