Capítulo 2

¡Pues vaya con Harry!

            -¡Porfa, porfa, pofi! Harry, hazlo por Ronie.

            -Que no, pesada.

            Ginny llevaba todo el día persiguiendo y acosando a Harry para que fuese con ella al baile. Y no había conseguido ningún progreso. Era frustrantre hablar con Harry.

            -¡Por mi héroe favorito!

            -¡Que no!

            -Eh, Potter, cuidado por donde vas –se quejó una voz fría que arrastraba las palabras.

            Harry miró y vio que era Malfoy. Vaya. La persona más indicada.

            -¿Por qué los Gryffindor...? –empezó a decir Malfoy con la intención de soltar alguna provocación, pero antes que pudiese continuar, Ginny lo interrumpió.

            -¡Draco! Harry lo sabe, no hace falta que seas maleducado –le regañó Ginnny cuando se hubieron apartado un poco del jaleo.

            Draco miró sorprendido a Harry. Harry hizo una mueca y miró para otro lado. Draco abrió la boca, pero no articuló palabra. Se le iluminaron los ojos y abrazó a Harry.

            -¡Quita! –se quejó Harry apartándole de un empujón.

            -Oh, Harry, estoy tan contento de que lo sepas... me alegro tanto que creo que voy a llorar.

            -¿Pero qué le pasa a este imbécil? –preguntó Harry asombrado por el comportamiento de su peor enemigo.

            Ginny se mordió el labio inferior pero no dijo nada. Harry la miró interrogativo y luego volvió a mirar a Draco.

            -Oh, Harry, Harry, oye, me alegro tanto... –decía Draco una y otra vez.

            Harry le dio un puñetazo en la cara  a Draco a ver si reaccionaba.

            -¡Harry! –exclamó Ginny alarmada.

            -¿Qué? Tenía que hacer algo.

            Draco se puso la mano en la mejilla y miró a Harry sorprendido y con los ojos vidriosos.

            -Harry, la violencia es algo muy malo. No debes hacer uso de ella. Pero como eres tú, te perdono...

            -¡Está loco!

            -Que no, Harry, es que...

            -¿Qué le has hecho? Se ha convertido del tipo más malo del colegio al tío más coñazo.

            -No, no es eso. Es que, verás... a mí me gustaba por como era, pero... era tan frío... y distante... que le pedí a Hermione ayuda para hacer una poción sentimentalista.

            -¿Sentimentalista? ¿Hermione? ¿Cómo...?

            -Es una poción que ablanda a las personas... pero me pasé con la proporción... y ahora pasa esto.

            -Pero con otra gente...

            -No, sólo es así conmigo.

            -¿Y Hermione? ¿También lo sabe?

            -No... le dije que... le dije que era para tí –balbuceó Ginny con nerviosismo.

            -¿Para mí? –se alarmó Harry.

            -Sí... eh... para que vinieras conmigo al baile.

            -¿No me habrás puesto en la comida?

            -No, tonto, sólo se lo di a Draco.

            -¿Pero esto es para siempre? –preguntó Harry mirando de reojo a Draco, que le hacía una sonrisa tonta. Harry hizo una mueca de asco al verle. Apartó al mirada rápidamente.

            -No, es cuestión de la persona... puede durar dos días... un mes... un año...

            -¿Tanto?

            -Pues sí –se lamentó Ginny.

            -Menuda la has hecho.

            -¿Qué es lo que ha hecho mi querida? –intervinó Draco.

            -Nada, nada.

            -Te quiero mucho, cariño –dijo Draco con voz empalagosa.

            -¡Cállate! Te puede oír alguién.

            -¿No vas a darle un besito a tu querido, eh, Ginny? –preguntó Draco con voz melosa.

            -Eso, Ginny, dale un besito para que todos se enteren –se burló Harry.

            -¡No tienes que sustituir al cruel Malfoy! –le espetó Ginny enfurecida- Está... está en un mal momento.

            -Toda su vida es un mal momento.

            -Harry –le dijo Draco cogiéndole un brazo y poníendose muy serio. Harry le miró con asco-. Te lo pido por favor. Haz de tapadera de Ginny en el baile.

            -¡Iros a paseo los dos! –bufó Harry apartándolo de él y marchándose.

            -Es más difícil de lo que pensaba –suspiró Ginny.

            -En cambio yo soy un chico muy fácil. ¿Qué tal un encuentro nocturno hoy en el baño de los prefectos? –le sonrió Draco con voz seductora.

            -No estoy de humor.

*          *            *

            -Oye, Hermione qué guapa estás hoy.

            Hermione miró de reojo a Harry.

            -¿Qué quieres?

            -¡Librarme de Ginny! –dijo Harry con voz suplicante.

            -¿Pero qué dices? ¿Por qué... por qué iba a hacer algo así?

            -Porqué... eres mi mejor amiga y ella es tu cuñada.

            -Por favor, Harry, ni que Ron y yo estuvieramos casados.

            -No. Pero lo parecece.

            -Tonto. Ahora sí que no te ayudo. Además, no estás siendo razonable. No tienes nadie con quién ir al baile, ¿por qué no con Ginny? Ella es una chica muy maja, ¿no crees?

            -No, no lo creo –contestó Harry tajante-. Vale, pero si la ves, no le digas que voy a la Biblioteca ahora.

            -¿A la Biblioteca? ¿Sin mí? ¿Qué mosca te ha picado, Harry?

            -Una muy venenosa. Bueno, que me voy. Recuérdalo.

            -Está bien...

            -Hasta luego.

            -No vuelvas tarde.

            -De acuerdo, señorita prefecta, como usted mande –se burló Harry.

            Hermione le hizo una mirada severa. Harry la ignoró y se ahorró comentarle su gran parecido con la profesora MacGonagall. Cogió su mochila y salió corriendo por el agujero del retrato. Cuando salió, se cruzó con Ron.

            -Ei, Harry, ¿Qué tal si luego...?

            -Ahora no, tengo prisa –dijo Harry sin pararse.

            Ron se quedó delante del retrato con la palabra en la boca.

            -Decía que luego –murmuró Ron.

            -¿Luego qué? –le preguntó Ginny, que en aquel momento venía.

            -Luego hablaré con Harry.

            -Bueno –asintió Ginny encogiéndose de ombros-. ¿Entramos?

            -S... sí.

            Entraron juntos por el retrato y se encontraron con Hermione sentada en una de las butacas, leyendo.

            -Hermione –la saludó Ron dándole un beso-. ¿Sabes lo que le pasa a Harry?

            -No sé. Está muy raro, ¿verdad? Me ha dicho que ahora se iba a la Biblioteca...

            -¿Qué querrá hacer allí? Oye, Ginny, tú...

            Ron se giró, pero no vio a su hermana. Se había esfumado.

            -¿Dónde está Ginny? He entrado con ella

            -¿Con Ginny? ¡Uix...!

            Ginny bajó las escaleras a toda prisa. Quizá llegaba a tiempo y lo encontraba en la Biblioteca.   

            -¡Weasley! –la llamó alguién.

            Ginny se paró en seco y miró a ver quién era. ¡Au! La profesora MacGonagall.

            -Una prefecta no debería correr así por los pasillos. ¡Imagínese qué ejemplo les dará a otros alumnos de cursos inferiores!

            -Lo siento mucho, profesora MacGonagall.

            -¿Qué es eso tan urgente que debe hacer?

            -Esto... busacaba a Harry...

            -¿Potter? Me preguntó por la profesora Pirula. Puede que esté en su despacho.

            -¿Cómo? Me dijo que... bueno, nada.

            -La próxima vez le descontaré puntos.

            -De acuerdo.

            -Y ahora vaya andando.

            -Sí, profesora –dijo Ginny obediente.

            La profesora MacGonagall siguió su camino y Ginny fue a paso ligero hasta el despacho, que no estaba muy lejos de allí. ¿Pero, por qué estaba en el despacho de la profesora si le había dicho a Hermione que iba a la Biblioteca? Pronto su pregunta fue contestada.

            Cuando Ginny llegó hasta la puerta del despacho, vio que estaba entreabierta. Ginny no llamó y miró por el rabillo de la puerta. Al principio no vio nadie, pero luego oyó un ruido. Se acercó más y entonces la vio... besando a alguién. Y por las gafas que vio en el suelo, pudo adivinar de quién se trataba. Ginny se apartó de la puerta corriendo.

            ¡Dios! Ahora ya sé lo que sintió Harry al vernos a Draco y a mí... pero... ellos sólo se están besando, ¿verdad? ¿VERDAD?

            Ginny no quiso saberlo, así que volvió a su sala Común.

*          *            *

            -¡Harry! Por fin vienes... nos tenías preocupados.

            -¿Preocupados? ¿Por qué?

            -Verás, yo no quería decírselo, pero... sin querer, le dije a Ginny que estabas en la Biblioteca. Y como ella a vuelto tan pronto y tú has tardado tanto... nos tenías preocupados...

            -Pues yo no he visto a Ginny. ¿Dónde está ahora?

            -Arriba, en el dormitorio. Dice que no quiere hablar con nadie –dijo Ron preocupado-. ¿Podrías hacer algo?

            -Algo, ¿Cómo qué?

            -Hablar con ella.

            Harry miró indeciso a Ron.

            -Bueeno.

            -¡Gracias, amigo!

            Harry no dijo nada y subió las escaleras. Llamó a la puerta del cuarto de las chicas de un año inferior al suyo. Nadie contestó. Harry giró la manecilla y vio que la puerta estaba abierta. Entró, pero no vio nadie en la habitación. Entonces oyó un sollozo. Harry se fijó bien y al fin vio a Ginny en un rincón de su cama hecha un ovillo. Harry se acercó a ella y se sentó en la cama.

            -¿Ginny?

            -¡Harry! –se sorprendió Ginny de verle. Se secó rápidamente las lágrimas con las sábanas. Y miró el suelo con ojos enrojecidos-. Qué... ¿Qué haces aquí?

            -He venido a verte. ¿Qué te ocurre?

            -¿A mí? Nada. Querrás decir qué te ocurre a tí.

            -¿Qué pasa conmigo?

            -Te he visto. Te he visto con la profesora.

            Harry no se imutó. Se encogió de ombros.

            -¿Y?

            -¡Cómo que y! Os... os... ¡os he visto enrallandoos! –gritó Ginny furiosa.

            -No sé que te hace pensar eso.

            -¡¿Cómo?! ¿Vas a negármelo? ¡Te he visto, te lo puedo asegurar! Igual que tú nos viste a mí y a Draco.

            Entonces, en contra de todas las suposiciones de Ginny, Harry sólo se rió.

            -¡Pues yo no le veo la gracia!

            -Es sólo... que... tiene gracia... que justo tú hayas sido la que no ha visto. Eso te pasa por acosadora.

            -¿Cómo? Que me pasa a mí...  Y encima ahora no lo niega, el muy... ¿¡Pero qué te pasa a tí, pedazo de cavernícola!?

            -Es sólo una aventurilla, nada importante.

            -¿Nada imporante? Harry, es una profesora –le dijo Ginny, la cual se pareció mucho a Hermione en aquel momento.

            -Bueno, por eso es un secreto y no volverá a ocurrir.

            -¡Aja!

            -¿Qué?

            -Es un secreto.

            -¿Y qué?

            -Que si no quieres que cuente nada para que no te expulsen, tendrás que ir conmigo al baile.

            Entonces Harry se puso muy serio.

            -Ginny. No creí que fueras de esas. Pero por lo que se ve Malfoy te ha contagiado.

            -¡No me mires así, tonto! Lo decía de broma, yo jamás querría que te expulsaran...

            -Pues no hagas más bromas, Ginny, que tienes más poca gracia que un elefante bailando claqué.

            Ginny no pudo evitar reírse.

            -Qué malo que eres.

            -Perdona que te diga, pero tú también eres mala.

            -Está bien... ¿irás conmigo al baile?

            -Tú no te rindes, ¿eh?

            -Nop. Jamás.

            -Bueno. Lo haré solo para que te calles y dejes de acosarme sexualmente. Que por lo visto tu novio no te satisface.

            -¡Idiota! –bromeó Ginny dándole con un cogín en toda la cara.

            -¡Ei! –se quejó Harry cogiéndole el cogín para que parase. Se lo quitó de las manos y lo tiró lejos de allí-. Por si acaso.

            -¡Mi cojín!

            -Ahora, dime. ¿Por qué estabas llorando?

            Ginny se mordió el labio inferior, vacilante.

            -Es que...

            -¿Qué?

            -Creí que... es que, como te cabreaste tanto cuando te enteraste... de eso... y luego no querías ir conmigo al baile... pensé que...

            -¿Qué? –preguntó Harry impaciente.

            -Creí que estabas celoso. Y al verte con otra... pues eso...

            -Oh. Pobrecilla. Así que a pesar de todo sigues enamorada de mí.

            -¡No!

            -Sí, es eso –dijo Harry burlón.

            -¡Qué no!

            - Que sí.

            -¡Te he dicho que no!

            -Pues yo que Sí.

            -¡No!

            -Sí, sí, sí.

            -¡NO, NO, NO!

            -Entonces, dime ¿por qué te afecta tanto?

            -No lo sé. Dime tú por qué te afecto tanto lo de Draco.

            -Porqué es mi peor enemigo. Dime porqué llorabas.

            Ginny se calló, imperterrita.

            -No tienes razón –dijo ella finalmente.

            -Di lo que quieras. Yo sé lo que sé.

            Harry se levantó y fue a la puerta. Ginny también se puso en pie, cogió el cojín que le había tirado Harry y se lo tiró. Harry lo paró con la mano y le sacó la lengua.

            -Adiós, pequeña.

            -¡TONTO! –oyó que decía detrás de la puerta cuando ya hubo salido. Harry hizo caso omiso y bajó a la sala común.

            Cuando Harry se sentó al lado de Hermione y Ron, estos tardaron un rato en darse cuenta de su presencia. Es decir, cuando dejaron de besarse.

            -¡Harry! –exclamaron ambos a la vez poniéndose como un tomate.

            -Ya está arreglado –les informó Harry satisfecho de su don de gentes.

            Ron y Hemione se miraron.

            -¿El qué?

            -Lo de Ginny. Voy a ir con ella al baile.

            -Ah. Muy bien. Me alegro.

            -Bueno, os dejo solos... para que continueis con lo vuestro.

            Harry dio unas palmaditas al sillón sonriendo y subió las escaleras.

            -¡Pues vaya con Harry!

            -¿Cómo?

            -Creí que tenía una carta reservada y que por eso no invitaba a Ginny. El pobre no liga nada.

            -Es famoso. Claro que liga. Además, ¿qué tiene de malo mi hermana?

            -Nada. Pero si tardaba tanto, era por algo, ¿no crees?

            -Psé. Él sabrá. Lo héroes son muy raros. Son como los artistas.

            -Ay... mi pequeño artista... –se bruló Hermione dandole un beso en la punta de la nariz.

            Ron se puso del color de su pelo.

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(qué mono el Ronie, Eh?)t.d.

N.A.: Hola! Soy yo otra vez, la pesada de la última vez. Sí, bueno, pero hoy ya estoy mejor... sí, em... no voy a soltar más tonterías, en vez de eso, voy a contestar vuestros reviews, ¡pero antes! Tengo q amonestaros por no haber comentado nada de la profe Piruleta... como podéis ver... hay tela marinera con la profe esta... aunque no creo que salga más, sí, em... es q me caen fatal las pijas. Bueno, allá van los reviews.

FleurBeax...

Sí, em... como podrás ver, en este capítulo no hay ningún flash back de R&H, pero lo habrá, te lo aseguro, como buena persona que soy... pero por ahora tengo demasiadas cosas en mente en el presente, ya habrá tiempo para el pasado. Otro día me pasaré a ver tu fic, hoy estoy líadisima

Sil

Me encanta que me hayas avisado, porqué la verdad es que no me he leído el 5 libro, así que, sintiéndolo mucho, te tendrás que ahorrar el comentario... Es que, verás a mi esto del inglish... como que no (soy un poco paletilla, ya ves; a las duras y a las maduras me entero yo de las intstrucciones q me da el manager este para bajarme los fics)... y lo de leermelo en internet por gente q lo ha traducido (q buena gente, por cierto)... tampoco, es que, soy un poco clásica, y me gusta hacer las cosas bien y aguantarme la impaciencia para leerlo y disfrutarlo bien. Sin embargo, puedes hacerme otra clase de comentarios... como por ejemplo... por ejemplo... bueno, ahora mismo no sé, pero ya se me ocurrirá algo.

Luna(...)

No creo que Ron se entere

Nao

Yo no he anomado a Harry, ha sido la profe

Ginny no-se-cuantos –numeros(broma)Aida

Como he dicho antes... lo de flash back del baño de los prefectos (aparte de q cabrearía un poquillo a Harry, pobrecillo..., sí tengo problemas con él, no nos entendemos, él no quiere que escriba sobre él... y... al tema) en otro momento, pero te puedo asegurar q será... la bomba. Y si no, algo será.

Lolit

Me gusta eso de enumerar las cosas que se quieren decir... vamos a ver... dime tú si lo hago bien, pk soy muy inexperta. Ok? 1No me parece muy bueno en estos momentos parecerse a Harry, sabes? 2.Lo siento, Harry no pudo resistirse a la peliroja 3y4¿Sabes? El otro día me tomé cuatro cafés de más y... eso... por eso estaba tan idiota (perdón) paranoica. Hoy sólo me he tomado tres. 5ya está hecho 6.¡Leelo! 7.Gracias...

Brujita

El baile al próximo capítulo ok?

Hoy no voy a hacer publicidad (leed historia de una Ravenclaw), no, eso es publicidad subliminal, no la auténtica y si no sabeis lo que significa averiguadlo. Qué simpática qué soy, ¿eh? Apuesto a que la Rowling os trata mejor. Juju... pero ella no es tan divertida como yo así que tendréis que aguantarme... ¡no, por favor no os vayais! Vale, ya me callo. Continuad leyendo, que al próximo capítulo hay baile. ¡Será espectacular! Y también la torta q se llevará Harry ¡ui! No debí decirlo. Bueno, me largo antes de soltar más chorradas, que cuando me lío a escribir no puedo parar.

Tá luego!

Atentamente, Tasha Dawn

Ejem... postdata: si tardo en volver a actualizar (cosa que pasará muuuy a menudo cuando empiece el curso –ahora aún no, pero queda poco¡buá!-) no os preocupéis y no me abandonéis, q tarde o temprano yo siempre hago las cosas. Y soy personaje de palabra de honor. Ahora sí q sí, me voy. Bye!