Capítulo 4

Érase una vez, en un baño de prefectos...

       -Hermione está enfadada contigo.

       -¿Por qué? ¿No es la costumbre enfadarse con Ron?

       Ginny chasqueó la lengua sin quitar los ojos de lo que estaba haciendo.

       -Últimamente tienes un humor muy ácido.

       -¿No es mejor que cabrearme cada dos por tres? Es la solución que he encontrado para controlarme. Burlarme cruelmente de las personas. Aunque dicho así suena peor -murmuró Harry pensativo.

       -Te vuelves más idiota por momentos.

       -¡Eh! -se quejó Harry tirándole a la cara el trapo con el que estaba limipiando.

       Ginny se apartó el trapo furiosa.

       -¡Es por tu culpa que estamos aquí, limpiando estos estúpidos trofeos de Filch!

       -Yo no te obligué a esconderte debajo de mi chaqueta -repuso Harry, tranquilamente, volviendo a coger su trapo para proseguir con su tarea.

       Ginny murmuró algo entre dientes incomprensible para Harry.

       -¿Cómo dices?

       -Nada... sólo que... creo que tengo un horrible gusta para con los chicos.

       -En eso no te discuto.

       -Ya no te aguanto.

       -¿Qué vas a hacer? ¿Decirle a Snape que ya no quieres estar castigada? Un buen plan -dijo Harry sarcástico-. Estoy seguro de que concederá tus deseos gustosamente.

       -No. Simplemtente voy a dejar de hablar contigo.

       -Buf. Entonces esto va a ponerse aún más aburrido.

       Ginny no contestó.

       -¿Por qué no me lo cuentas?

       Ginny parpadeó, pero continuó sin decir nada.

       -Explícame... cómo te hechizó Malfoy.

       Aquello fue demasiado para Ginny. Hacía mucho tiempo que deseaba contárselo a alguién, aunque fuera de aquella manera. No pudo resistir la tentación de soltarlo todo, olvidando que no debía hablarse con Harry.

       -Pues, verás..., todo empezó en un baño de prefectos...

       Hace... un tiempo. Cuando iba a ducharme, siempre iba a una hora exacta en la que sabía que no había nadie en absoluto. Ya sabes que yo soy muy vergonzosa... Pero un día, mientras me enjabonaba el pelo con Chanson d'Oir, entró alguién. Me asuté mucho quité la ducha para que no supieran que estaba allí y me puse la toalla con el pelo aún enjabonado. Oí que se trataba de un chico y que además cantaba -muy mal, por cierto-. Esperé a que se metiera en la ducha, entonces me quité el jabón y salí. Fui rápidamente a coger mi ropa... pero no la encontré. Sólo pude divisar la ropa del chico. Así que me la puse rápidamente. El chico parecía estar muy entretenido cantando la macarena y no se dio cuenta. Pero cuando ya estaba a punto de salir por la puerta, el chico salió de la ducha. Claro, él pensaba que no había ab-so-lu-ta-men-te nadie. Él... no se preocupó en... cubrise. Le ví lo que se dice... en pelota picada. Ambos nos quedamos... perplejos. Hasta que él reaccionó y se tapó rápdiamente -aunque tarde- con una toalla.

       -T-t-tú ¡Weasley! -exclamó él furioso.

       -Malfoy -repliqué yo sin poder evitar sonreír.

       Ambos nos volvimos a mirar de arriba a abajo.

       -¡Qué haces con esa ropa! Quítatela.

       Malfoy me fulminó con la mirada. Aunque, su ejem... estado en aquel momento no era muy temible. Estaba chorreando, su pelo rubio lo llevaba pegado a la cara y no dejaba de gotearle, y se aguantaba cómo podía la toalla intentando mantener la compostura. Cosa que le hacia tener una postura realmente ridícula.

       -¿No crees que no sería muy indicado?

       -¡Me da igual! Es mi ropa.

       -Lo siento. No voy a desaprovechar esta ocasión en la que una Weasley está por encima de un Malfoy.

       Hice una sonrisa malévola. Estaba disfrutando de lo lindo... en cuanto se lo contara a Ron...

       -¡NO SE LO CONTARÁS A NADIE! -me amenazó.

       -Y si no, ¿qué? -dije desafiante. Puede que me arrepienta durante el resto de mi vida habelo hecho. No se juega con un Malfoy. Aunque estés por encima de él, una mente astutamente malvada siempre tiene una salida.

       -Si lo cuentas... yo contaré que... me estabas acosando. Que me has perseguido hasta el ASEO DE LOS CHICOS.

       Todo mi valor se esfumó y el horror me dejó paralizada.

       -No serás capaz...

       -Oh, sí, ya lo creo que serás capaz, pequeña Weasley... ¿cómo crees que reaccionará tu hermanito, el amigo inseparable de Potter? Y, si no me equivoco... también tenías un amiguito Ravenclaw, ¿no es así?

       Aunque hubiese roto hacía unos días con Michael Corner y ya no me importase prácticamente nada... ¡lo que no podía permitir era que Ron pensara eso de mí!

       -B... bueno.... hagamos un trato...

       -No estoy seguro de querer hacerlo.

       -Yo me voy ahora... como si esto no hubiese ocurrido. ¿De acuerdo?

       -No, no... ¿y mi ropa?

       -¿Acaso quieres que se enteren de lo chiquitina que la tienes?

       -¡Eh! Yo no...

       -Me da igual. Lo contaría, si fuera preciso...

       Malfoy se quedó mirándome pensativo.

       -De acuerdo.

       Des de aquel día no podía dejar de reírme imaginándome a Malfoy andando por los pasillor helados semidesnudo, con una ridícula toalla. Aunque claro, no podía contarle a nadie qué me hacía tanta risa... Unas semanas después, me enteré que él entontró mi ropa... y que no tuvo más remedio que desfilar con la falda de Gryffindor hasta su residencia. Aquello también fue muy divertido de imaginar.

       Lo malo fue... que Malfoy se puso en plan vengativo... y siempre estaba provocando a Ron... Y hacía lo que podía por complicarme la vida. Yo no estaba acostumbrada a ser atacada de aquel modo y siempre salía perdiendo... Hasta que idee mi propio plan de venganza, harta de sus burlas y sus insultos. No fue muy original por mi parte... pero era lo que sabía que más molestaría a Malfoy.

       Volví al baño de los prefectos -des de aquel día, no había vuelto a ir-, me escondí y esperé pacientemente que él apareciera cantando su macarena. Mi plan era gravarle con un artefaco muggle que me había dejado Hermione. Eso era, le gravaría duchándose y cantando la macarena y luego lo divulgaría por todo el colegio. Sería recordado durante décadas... aunque me descubriesen y me hecharan... valdría la pena.

       Tuve que esperar nueve horas y siete imbéciles hasta verle entrar. Encendí el aparato. Un sonrisa malévola se dibujó en mi rostro. Aquello sería realmente legendario. No lo olvidaría en la vida.

       Y Malfoy también ponía bastante de su parte, estaba haciendo un magnífico streptease. Cuando Malfoy se metió en la ducha, Ginny apagó la cámara y se dispuso a marcharse intentando hacer el menor ruido posible. Fue hasta la puerta, giró la manecilla y...

       -¡Accio aparato! -dijo la voz de Malfoy detrás de mí.

       La cámara se me escapó y fue hasta Malfoy, que vestía unos pantalones vaqueros y llevaba una camisa descordada. Era evidente que se había vestido rápidamente cuando se había metido en la ducha.

       Yo no podía salir de mi asombro. Tarde un rato en volver a cerrar la boca para intentar articular alguna palabra. Pero él se me adelantó.

       -Buen intento. Pero falló -dijo haciendo una desagradable sonrisa.

       -¿Lo sabías?

       -Te ví entrar -repuso él tranquilamente.

       No sabía si reír o llorar. El muy imbécil había estado jugando conmigo. Debía recuperar la cámara cómo fuera.

       -Tut-tut -siseó él dádole unos golpecitos a la cámara-. Esto se queda confiscado.

       -Ni siquiera sabes para qué sirve.

       -Sé que es un objeto muggle y que estabas observándome con él. Sospecho que este aparato también me estaba observando.

       -Pues... pues... está muy equivocado -dije a la desesperada (si colaba, colaba)-. Eso es para... para... comunicarse a larga distancia con las personas.

       ¡Joder, menduda chorrada que solté!

       -¿Comunicarse?Con esto... -dijo observando la cámara- ¿Estabas retransmitiendo mi baño?

       -No... no. Estaba hablando con mi hermano y... y... te ha oído cantar la macarena.

       -No te creo.

       -Pues no lo hagas. Pero devuélvemelo.

       -Ja, ja. No.

       -¡Ni siquiera es mía!

       -¿Es de la sangre sucia, no?

       Aquello fue demasiado para mí. Nadie insultaba a mis amigos. Fui hasta él y le di un puñetazo en toda la cara. Él no se lo esperaba y cayó de bruces dentro de la ducha.

       Entré detrás de él en la ducha.

       -¡JAMÁS, NUNCA! Llames así a una amiga mía -le amenacé.

       Malfoy no pareció asustarse, más bien le pareció divertido. Se levantó y me miró desafiante.

       -¿Es una amenaza? ¿Y se puede saber qué vas a hacerme?

       -Dejarte otro ojo morado, por ejemplo -contesté sin immutarme.

       Pero Malfoy parecía estar cada vez más divertido. Eso me indignaba aún más.

       -Ui... qué miedo... -susurró acercándose a mí peligrosamente (si cabía en aquel espacio tan reducido).

       -¡Devuélveme la cinta! -dije intentando quitarle la cámara que tenía en la mano.

       Malfoy no la soltó y la sujetó con más fuerza. Forcejeé con él hasta que oímos que alguién entraba en el baño. Paramos y nos pusimos a esuchar.

       -¿Hay alguién ahí? -oímos que decía la voz de Snape.

       Aguanté la respiración y miré asustada a Malfoy. Él también me miró pero no hizo nada.

       ¿No le decía nada a Snape?

       -¿Hola? -insistió Snape.

       Anduvo entre las duchas y, al cabo de un rato se marchó. Cuando la puerta se hubo cerrado, suspiré y volví a intentar quitarle el aparato a Malfoy.

       -¡No! -se negó Malfoy cogiéndome los brazos con una mano para que me estuviera quieta. No podía soltarme, era muy fuerte. Aquello me hizo estar aún más desesperada.

       -¡Déjame, idiota!

       -¡¿Vas a estarte quieta?!

       -¡NO!

       Malfoy me empujó con brusquedad contra la pared y me besó. Me dejó tan sorprendida que me quedé paralizada. En seguida se separó de mí y me soltó las manos.

       -Así está mejor -siseó él fríamente.

       Le miré con los ojos muy abiertos. ¡Estaba loco! Le di otra torta en la otra mejilla y salí corriendo de allí.

       Me dejó en una especie de estado de shok. Me dejó tan desorientada que me olvidé de la cámara y de todo mi plan. Pero... pero... ¿Qué significaba aquello? ¿QUÉ? ¿Y ahora qué? ¿Qué debía hacer? Tal vez lo que debería de haber hecho des de un principio y como aconsejaba Hermione... ignorarle.

       Lo que yo no sabía era que fingir que una persona no existiera fuera tan difícil. Sobretodo si era alguién con quién te cruzabas cada día por el pasillo. Y, para colmo, tenía la sensación de que me perseguía... ahora más que nunca me lo encontraba siempre por los pasillos. No sabía si era por que me lo parecía o porqué realmente fuese así. El caso es que mi vida en Hogwarts empezaba a ser bastante insoportable. No sólo por Malfoy, también por tener a Ron siempre encima, preguntándome si me pasaba algo. Porque el caso es que era innegable que estaba más rara que de costumbre. Pero por encima de mi cadáver Ron se enteraría de lo que había pasado. Aunque en realidad no fuese por mi culpa... no debía saber nada de nada.

       No me quedó más remedio que tomar medidas... deshacerme de todos mis prejuicios y mi miedos... y hablar con él. Dejar las cosas claras. Aquello jamás había ocurrido y nosotros no nos conocíamos de nada.

       Y, como no, nuestro encuentro se produjo en el baño de los prefectos. Puesto que siempre estaba desierto, era el mejor lugar. En lo que no pense yo es que tal vez fuese mejor que sí hubiera gente... testigos... que la protegieran para que no volviera a producirse un accidente como el de la última vez.

       Yo me estaba vistiendo cuando entró Malfoy en el baño. Era el momento.

       -Weasley -dijo él a modo de saludo.

       -Malfoy -escupí yo con desdén.

       Malfoy solo sonrió y se fue hasta uno de los bancos.

       -No sé si mi cara de asco se expresa lo suficientemente bien.

       -¿Perdón? -preguntó él con tono inocentón.

       -Quiero que me dejes en paz. Que me ignores. Que nosotros no nos conozcamos. Quiero que aquello que pasó no pasase.

       -Lo siento. Creo que me he perdido, Weasley. ¿Es cosa de familia o es que de verdad no sabéis comunicaros con las personas normales? Porque no te comprendo.

       -¡LO SABES MUY BIEN! -estallé yo-. ¡Aquello que pasó jamás ocurrió, eso es todo lo que quiero...!

       Malfoy arqueó una ceja. Se quedó mirándola pensativo.

       -¿El beso?

       -¡ESO!

       -¿Por qué?

       -¡PORQUE NO; PORQUE NO PUEDE SER; Y YA ESTÁ!

       Malfoy sonrió divertido.

       -Cálmate, por favor.

       -¡NO QUIERO!

       -Virginia Weasley, ¿voy a tener que hacer lo de la última vez para que tener que tranquilizarte?

       -Por supuesto que... ¡¡NO!!

       -¿Vas a escucharme, Virginia?

       -Weasley para tí, idiota.

       -Pues no me vuelvas a llamar idiota, mi pequeña comadreja*.

       -¿Es tan difícil para tí comprender el concepto de que ME DEJES EN PAZ?

       -Solo quiero que me escuches.

       -No tengo nada que escuchar de tí -dije levántandome y cogiendo la bolsa, dispuesta a irme. Malfoy se levantó detrás de mí.

       -Vas a ecucharme.

       -¿Y la palabra mágica, dragoncito?

       Malfoy no pareció comprender.

       -por favor.

       Malfoy no se dio por entendido. A pesar de todo, prosiguió.

       -No es fácil para mí decir esto.

       -No pretendo que sea fácil, sólo quiero librarme de tí.

       -Virginia, tú me gustas.

       Funcí el ceño. Le observé. Sonreí. Me sonrió.

       -Ja, ja.

       -Ja -contestó él.

       No pude evitarlo. No me pude reprimir. Solté una carcajada por todo lo alto. Aquello era demasiado gracioso como para poder contenerse.

       -¡No es broma!

       Pero yo no podía dejar de reír. Me aguante la barriga del dolor de tanto reír.

       -¡Qué gracioso! -dije sin aliento-. Ai... que me matas...

       -¡NO ES BROMA! -bramó él.

       Me pegó tal susto que dejé de reírme para mirarle con una sonrisa estúpida.

       -No es cierto.

       -Lo es.

       La sonrisa se me desencajó. Empecé a sentirme muy mal y un enorme nudo la garganta que no me dejaba hablar. Negué con la cabeza.

       -No -murmuré con un hilo de voz.

       -Sí.

       -Estás loco.

       Dicho esto, salí por la puerta. Pero Malfoy no se dio por vencido así como así.

       -¡Virginia!

       -¡Déjame!

       -¡Por favor!

       -¡NO!

       -¡Te quiero!

       Me paré tan bruscamente que él casi choca conmigo.

       -¿Por qué a mí? ¿Por qué me haces esto? Acaso es un plan maquiavelico para hacer la puñeta a mi hermano y a Harry.

       -¡No! Nadie lo sabe, nadie debe saberlo.

       -Sigo sin comprender.

       -Me pareces interesante, eso es todo. Tu plan de mi streptease me pareció tan divertido...

       -Vale -le corté tajante-. No hace falta que continues.

       -¿Encontes qué?

       -¿Qué de qué?

       -¿Quieres ser mi novia?

       -N-no -dije vacilante.

       Aquello no paso inadvertido para Malfoy.

       -¿No que sí?

       -No. No que no.

       -Venga... -dijo dando un paso hacia mí.

       -Te digo que no -dije sin poder moverme.

       -Venga... -se acercó aún más.

       Continué sin moverme. Estaba tan cerca de mi que casi nos tocábamos. Podía oler su crema hidratante y sentir su calor.

       -¿Sí...?

       Me atravesó la mirada con sus fríos ojos grises. No pude contestar. No tenía fuerzas. Las piernas empezaron a flaquearme. Malfoy sonrió maliciosamente.

        ¡Maldición! ¿Por qué siempre se  salía con la suya...? Tal vez porque no podía resisitirme a él... a sentirme tan atraída...

       Malfoy me rodeó con sus fuertes brazos, me estrechó...

       -Vale, ya es suficiente -la cortó Harry.

       -¿Por qué? Justo ahora venía la mejor parte.

       -Lo sé -asintió Harry con amagura-. Ya es la hora.

       Ginny le miró preocupada.

       -Harry...

       -Vámonos.

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¡No quédate, porfi, HArry, quédate! ~~~~ΩΩΩ§ΩΩΩ~~~~~~~ Bueno, no pudo ser~~~~chorradas aparte, al tema~~~~

*N.A: *Weasel, en inglés, significa comadreja -º-

N.A.: Bueno, bueno... ¿Qué os ha parecido mi versión de D&G? No creo que la autora haga ningua, así que lo mejor es inventarse una propia. Si creeis que esto debería haberse planteado de otro modo o queréis comentarme algo... no teneis más que dejar RR!

¿Y qué pasa con Harry? ¿Por qué creeis que se ha mosqueado? Las apuestas están abiertas.... yo también estoy abierta a vuestras sugerencias. ¿Creeis que debe volver a salir la chica que odia a Harry Potter -para la cual ya tengo algunos planes de futuro sorprendentes-? ¿Debería reaparecer Cho Chang?  -si es que nuestra querida autora no nos la mata...-. ¿O no queréis que siga con el pobre Harry y me centre más en otros personajes? La verdad es que me daría penica abandonarle así, sin pareja... Bueno, vosotros me diréis... Si no me decís nada no sé cómo continuar, así que ya sabéis ¡a dejar reviews, y cuantos más mejor, estoy abierta -como ya he dicho antes- a cualquier crítica!

¡Próximo chapter... no tengo ni idea... SE NECESITAN IDEAS; POR FAVOR!

Y ahora, reviews…

Brujita

Como tú mandes, la Ravenclaw volverá a reaparecer con muchas sorpresitas… Bueno, volveré –es una amenaza-

Lily

Como puedes ver, te he hecho caso, aunque no en la misma linia de la historia… al próximo sí que sí, Gracias!

Lolit

Veo k te gusta Kate, eh? Bueno, no te preocupes, a mi tb, asñi k volverá a salir próximamente… Gracias, no dejes de dejar reviews!

Brujita

Pues vaya con la Ravenclaw, ha arrasado, eh? Bueno, al otro k viene saldrá…Hasta pronto!

Bueno, hasta luego, amigachos,

Atentamente, Tasha Dawn