Capítulo 5
La chica que odiaba a Harry Potter
-¡STEVENSON!
La chica de tez morena y ojos azules sentada en la última fila dio un salto del susto. Toda la clase se giró para verla mejor –para ver un buen espectáculo-. El profesor Severus Snape se acercó a ella echo una furia. La chica no pareció sentirse intimidada. Su compañera de al lado le dio un codazo para que reaccionara y pusiera una cara más humilde.
-¡Kate...! –le susurró apremiante.
Ups. Demasiado tarde. Snape ya estaba allí. La compañera se fue rápidamente a su caldero y siguió con lo suyo como si no conociera de nada a su amiga.
-¿Se puede saber qué está haciendo? –le exigió Snape con un tono de voz peligrosamente bajo.
-La poción –contestó ella sin immutarse.
-¿La poción? –repitió Snape como si se tratara de un chiste (sin ningua gracia, todo hay que decirlo, aquel hombre no se reía ni aunque Harry Potter se pusiera a bailar encima de una mesa claqué)-. Entonces será usted tan amable de explícarme por qué el humo que sale de su poción es lila y no amarillo como el resto de la clase.
-Pues... se habrán equivocado, qué se yo, nunca antes había hecho esto.
Snape dio un resoplido.
-O puede que por una mera casualidad, sea usted la equivocada.
-Todo es posible –asintió ella.
Snape estaba empezando a perder la paciencia.
-Quizá es que no le han enseñado a leer y por eso no entiende las instrucciones que hay escritas en la pizarra.
Kate hechó un vistazo a la pizarra. En efecto, se había olvidado de uno de los ingredientes más importantes.
-Ah, sí. Ojos de rana. Claro... de ahí el color... Gracias profesor Snape, me ha sido de gran ayuda.
Snape iba a replicar pero se le adelantó.
-Oiga, ¿no tendrá usted por casualidad? Es que, verá... a mi madre no le gusta que compre estas cosas (ya sabe, por si llevan alguna enfermedad, o qué se yo) y no tengo.
Para Snape aquello fue el colmo. Quitó cincuenta puntos a Ravenlcaw, le puso deberes extra y una detención.
-... y si la cosa sigue así tendré que hablar con su madre...
* * *
-¿Con su madre? –repitió Harry con asombro-. ¿Des de cuando los profesores de Hogwarts hablan con los padres?
-Des de que Snape lo ha dicho –repuso Ginny-. El caso es que esa chica es muy rara.
-¿Es amiga de Luna Bienquerida*?
-Mmm... no, Luna me dijo que Kate era demasiado rara para ella. Dice que no se puede entablar una conversación racional con ella.
-Dios, esa chica es un mostruo. Ya me extrañaba que yo no le gustase...
La cara que puso Ginny hizo a Harry callarse al instante.
-El caso es que te odia a tí... pero Snape la odia a ella... ¿no deberían ser aliados o algo así? –refelxionó Ginny.
-A saber cómo funciona la cabeza de esos personajes... pero la verdad es que es bastante raro... Malfoy y Snape me odian y son aliados... ¡¿Qué?! ¡Es verdad! Por muy novio tuyo que sea me sigue odiando.
-Es cierto, el efecto de la poción desapareció, me he dado cuenta. A pesar de todo...
-... seguimos odiándonos, Ginny, eso jamás cambiará. No quieras hacer milagros.
-No lo pretendo.
-¿Qué es lo que no pretendes, Ginny? –preguntó Hermione curiosa, mientras se sentaba al lado de Harry.
Ginny se puso muy roja y empezó a comer como si no la hubiese oído.
-¿Qué pasa?
-Nada, nada. Bueno, chicas, me voy que tengo cosas que hacer...
-No irás a... –empezó a decir Ginny alarmada, mirando hacia la mesa de profesores.
-Nah, eso es agua pasada. Me voy a estudiar.
Harry cogió la mochila –ante la mirada desconcertada de Hermione- y fue hacia la puerta del Gran Comedor.
-¿Pero qué pasa? ¿De qué habláis vosotros dos? ¡No me estoy enterando de nada!
-Son... tonterías.
-Ginny...
-Sólo hablabámos de Kate Stevenson. Hoy en pociones ha armado un jaleo...
¡CRASH! El rudio de platos rotos las interrumpió. No tardaron mucho en averiguar qué pasaba y dónde.
-¡MALDITO POTTER! ¡Deja de tropezarte conmigo! –vociferó Kate, des de la mesa de Ravenclaw.
Todo el Gran Comedor volvía a mirar a Harry y a Kate expectante.
-¡Perdona, pero esta vez has sido tú la tropezadora!
-¡¿CÓMO?!
-¡He tratado de evitarte a toda costa durante toda la semana! Pero se ve que no puedes evitar acercarte a mí...
Al contrario de lo que espersaba Harry, la chica no se cabreó aún más. Si no que se tranquilizó.
-Sólo haces daño allá dónde pones el pie. ¿Por qué iba a querer acercarme a tí?
-No tengo ni idea. Tú sabrás.
-Mira, Potter, lo único que quiero es comer en paz. Así que mejor lárgate.
-No entiendo por qué me odias.
-No te odio, Potter. Me repugnas.
-¿Pero qué te he hecho yo a tí, dime? ¿Por qué la tomas conmigo? ¿Por qué te repugno? ¡Te echa una bronca Snape y los pagas conmigo! ¿Es eso? ¡Pues que se la cargue él, no yo!
-Bueno, bueno, bueno. Pero si son mis dos alumnos favoritos. Y además están hablando de mí.
Mierda.
* * *
-Tla-tara-tararí... tara-rar-rar-la-ri-to –cantaba Kate mietras fregaba el suelo.
Harry la miró desconcertado des del suelo, donde quitaba una mancha negra muy fea.
-¿Cantas?
La chica continuó cantando ignorándolo por completo.
-¿Sueles venir a limpliar la Biblioteca muy a menudo? –insistió Harry.
Kate se paró de golpe y le miró enojada.
-Pues sí. ¿Acaso importa?
-¿Snape también te tiene manía?
-Puede.
-¿Por qué?
-Pues... por mis padres.
-Qué casualidad. ¿Los tuyos qué le hicieron?
-Nada que a tí te importe.
-¿Te cuento mi caso?
-Todo el mundo lo conoce, no necesito conocer la historia de primera mano, Potter.
-¿Por qué eres tan mala conmigo?
-Porqué me caes mal.
-¿Y por qué te caigo mal? –la tanteó Harry vacilante.
-Porque eres un preguntón.
Harry se quedó mirándola.
-No, en serio.
-Bueno, eso y... que eres arrogante, estúpido, creído, mentiroso...
-Q... ¿Cuando he echo yo todas esas cosas? –replicó Harry cabreado.
-Tú no mereces el perdón de todo el mundo por ser huérfano.
-No, tan solo por salvar el mundo –dijo Harry sarcástico.
A la chica no le pareció nada gracioso. Le fulminó con la mirada.
-¿Ves? A eso exactamente me refiero.
-Pero es la verdad... ¿no serás una de esas que me cree mentiroso...?
-No digo que lo seas. Sólo digo... que si siempre te las arrelgas tan bien, ¿para qué necesitas que nadie te proteja?
-¿Por qué debería molestarte a tí quién me proteje o deja de protejerme?
-Porqué sí. Y punto. ¿Dejamos ya de hablar?
-Vale, vale.
* * *
-¿Y eso te dijo? –preguntó Hermione con asombro.
-Literalmente.
-Voy a tener que hablar con el profesor Snape, no puedo creer que te pusiera esa nota solo por despecho.
-Bien dicho.
-Harry me habló cosas horribles de tí, pero la verdad es que eres una chica adorable.
-Gracias. Oye, y siento haber recurrido a tí, pero es que el jefe de prefectos de mi casa... eh... digamos que no me llevo con él, así que... te he visto una chica tan simpática y comprensible.
-Gracias, Kate. Eres muy amable. Iré ahora mismo a hablar con Snape.
-Te lo agradezco mucho, Hermi.
Hermione le sonrió y se marchó.
Kate se sentó en una de las sillas que tenía al lado satisfecha. Miró alrededor suyo. La verdad es que había hecho muy buen trabajo con la Biblioteca. Filch tendría que agradecérselo... igual que haría dentro de poco Snape.
-Ju-ju.
BUM!
Una pila de enormes libros cayó sobre su mesa. Kate dio un salto en la silla del susto. Miró hacia arriba. Uhg. Su cara era de muy pocos amigos.
-¿¡Qué tiene tanta gracia?!
-Nada, nada –dijo ella rápidamente mirando al resto de la gente, que se había quedado mirando.
-¿De qué hablabas con Hermione?
-De... de nada.
-¡Parecéis muy amigas!
-Oye, Weasley, no voy a robarte a tu cuñada.
-¡No es eso!
Kate echó un rápido vistazo hacia la mesa de Madam Pince.
Mierda.
No estaba. Tendría que arreglárselas ella sola con el cabreo de la chica. Bueno. Sería difícil. Pero podría dominarla.
-Ejem. ¿Entonces qué es, querida? –preguntó Kate con voz ténue.
-Te estoy vigilando. Sé que estás conspirando contra Harry.
-Por favor. Como si no tuviese nada mejor que hacer.
-¿Ah, no? Entonces qué es, ¿eh? –le dijo con una mirada de loca peligrosa.
-¿Qué. Te. Importa. A tí?
-Es mi amigo. Me preocupo.
-No es tu novio. Deja de agobiarlo.
-¿QUÉ?
-Nada, me callo, retiro lo dicho.
Kate recogió sus cosas apresuradamente.
-No huyas.
-Si no hay más remedio... lo haré.
Ginny dio un respigno.
-No me extraña que nadie te aguante.
-No me extraña que Hermione diga eso de tí.
-¿Eso? ¿Qué eso? ¿Qué dice Hermione de mí?
-Oh. No creo que te guste saberlo.
* * *
-Sirius Black.
-¿Q-qué? –tartamudeó Ronald Weasley.
-En tu tercer año. Te ataco, ¿no es así?
-O-oh. Apenas lo recuerdo.
-¿Sabías que era el padrino de tu amigo, Potter?
-S... no. ¿E-en serio? ¿Y tú qué sabes de eso?
-Oí rumores. ¿Sabes si es cierto?
-No estoy seguro.
-Bueno. Es igual. Gracias por tu ayuda. Hasta luego, Ron.
-Hasta luego, Kate.
* * *
-¿Vamos a tener que quedarnos todo el día aquí?
-Ai, lo siento, Draco. Es que no quiero volver a la sala común... y encontrarme con Hermione. Tuvimos la mayor bronca de la historia.
Draco iba a hablar, pero Ginny le puso el dedo índice en los labios.
-Sé prefectamente lo que opinas de Hermione, gracias. Por eso prefiero que te calles. Cada vez que hablas de mis amigos nuestra relación peligra.
-¿Debo disculparme antes de hablar?
-No, tonto. Lo que quiero decir es que calladito estás más guapo.
-No sé si tomarlo como un cumplido o como un insulto.
-Mejor un cumplido.
-Entonces qué hago, ¿no hablo?
-Exacto.
Draco se encongió de ombros.
-Bueno.
Cogió a Ginny por la cintura y empezó a hacerle cosquillas.
* * *
-Sé lo que estás haciendo.
-¿En serio? ¿Qué estoy haciendo?
-Buscarte problemas.
-¿Puedo conocer el significado de esta conversación? Porque lo que es yo, no tengo ni idea de lo que me estás hablando.
-No te hagas la tonta.
-No podría aunque quisiera.
-Ja. Ja. Y ja. –dijo Harry sin el menor reflejo de risa en su cara.
-¿Vas a decírmelo o tendré que leerte el cerebro?
Harry la miró asustado.
-¿Puedes hacerlo?
-No, ingenuo. No sabía que fueras tan idiota.
-Eh, que yo...
-Bueno, chaval, que me tengo que ir. Tá luego, Potti.
Kate se fue corriendo, dejando Harry en la estacada.
-Maldita Ravenclaw –murmuró entre dientes.
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Cuidado, Harry, ¡tu temperamento!
¿? POTTI ¿A quién se le ocurre semejante mote? A mí. A claro. Normal. ¿Insinuas algo? ¿Yo? No, nada ^^cara de inocencia^^
Bueno, amigach@s, ¿Qué tal? ¿Cómo os va la vida? Bien? Sí, a mí también. ¿Cómo? Ah, sí al tema. Pues eso, al tema. Que... eso, que que os ha parecido... bien? Mal? Horrible? De una escala del 0 al 10... ¿-5? No sé, vosotr@s diréis, quien menos lo sabe soy yo así que... ya sabéis, a dejar reviews que para eso están.
