Todo empezó un lunes, uno de esos días en que tú tienes la idea fija en que van a ser igual que todos los demás… nunca he lamentado tanto por alguna equivocación que haya cometido, hasta llegar a ese fatídico día.
Me levanté con el mismo desgano de siempre, mi primera pregunta de la mañana era por qué tiene todo el mundo la maldita manía de que deben comenzar las jornadas a las ocho y media de la mañana, si siempre terminan acostándose después de medianoche.
Es un total misterio, sobre todo para Hotaru Rukawa, a la que yo, más por costumbre que por otra cosa, hago llamar comúnmente "mamá". Ni siquiera el fundamento de que esa mujer me haya dado la vida, es suficiente peso para mí para llamarla de ese modo…
Si me preguntan cómo es, casi podría decirles que no tengo la más mínima idea. Lo único que sí puedo decirles con certeza es que su mayor defecto es que le tiene pánico a envejecer, y esa es otra razón por la que la odio…
…Se avergüenza de mí.
Nunca me ha presentado a uno de sus tantos novios como su hijo sino como su hermano menor; jamás ha dicho que tiene casi treinta y ocho años, sino sólo treinta, y he sido testigo para ver cómo se cuida para aparentar tener esa edad.
Irónicamente, hasta los doce, sólo me cuidaron las niñeras; de ahí, sólo he dependido de mí mismo para salir adelante.
Creo que la ven con más frecuencia sus amantes que su propio hijo. Nunca he llegado a entender cuáles fueron sus razones por las que quisiera que me quedara a su lado; al menos con papá, podría acompañarme y conocer más a fondo a mis medios hermanos; que lo prefiero mil veces que sentirme sumergido en esta soledad y que ella se burle, diciéndome que mi mejor amigo, no es nada menos que un "tonto balón naranjo".
¿Saben qué es lo peor? Que a pesar de todo, es la mujer más atractiva que he conocido en toda mi vida. No es por decirme hermoso, a mí esas cosas me importan un soberano pepino, pero la única diferenciaentre Hotaru y yo es su cabello castaño claro; que lo tiene largo, puesto que dice que sólo las mujeres mayores no se dejan crecer el cabello.
También tiene un precioso cuerpo, bastante perfecto, toda chica de mi edad se lo envidiaría. No la quiero, pero juro que me dolió, cuando la oí decir que no quería tener más hijos porque dañaría su cuerpo, ignorando que hay montones de mujeres que darían lo que no tienen por tener uno… A veces no sé en qué planeta vive…
Les cuento que mis padres se divorciaron cuando yo tenía diez años y siempre le eché la culpa a mi padre, puesto que fue él quien terminó con la relación y también, por un tiempo, lo odié. Aunque, con los años, he logrado entenderlo, que teniendo a una mujer con tantas infidelidades e exigencias, puede aburrir a cualquier tipo de hombre. Espero que algún día me perdone por ese error.
Pero ahora que lo pienso mejor ¡qué estupidez digo! Si no me hubiera quedado en Kanagawa, jamás lo hubiese conocido… él es la única razón por la cual vale la pena levantarse antes de las siete de la mañana; como también recuerdo que él es la única razón por la que soporto esta porquería de vida que llevo…
Después de esta reflexión matutina, me levanté para ver si estaba Hotaru. Y para mi sorpresa, es primera vez en el mes, que está en su casa a las siete y media de la madrugada.
- Hola Kaede ¿cómo estás? – me saludó alegremente, la muy cínica, como si le preocupara.
- Bien – le contesté ¿qué otra cosa más podía decirle?
- Me alegro mucho – me respondió con una sonrisa, pero lo que agrega me deja atónito – porque hoy te haré una visita al gimnasio de Shohoku, para ver como entrenas.
En ese momento, me empecé a dar cuenta que ese día no sería como los otros…
- ¿Qué? – le pregunté, eso sí que me sacó de mi indiferencia. No sabía si echarme a reír o darle un puñetazo.
Nunca en los diecisiete años de vida que tengo, le interesó verme en un partido y tampoco le agradaba que tuviera ese "hobbie" ¿Ahora por qué le interesaría verme en un mísero entrenamiento?
Por lo tanto, ni siquiera le creí, así quepasé de largo.
- ¿A qué hora terminas? – me preguntó.
- A las siete – le respondí con incredulidad.
- Ahí estaré – me contestó feliz de la vida.
- ¿Y a qué irás? – le pregunto con cierta curiosidad.
- A verte ¿para qué otra cosa podría ser? – me contestó como si fuera la madre más abnegada del mundo y me aguanté las ganas de contestarle las cien razones posibles por las cuales podría ir a la preparatoria de Shohoku, entre ellas, mi profesor de biología, que hasta el día de hoy me pregunta por "mi hermana".
Ahora sí que encontré extraño todo esto, pero si sigo pensando, llegaré tarde a la preparatoria.
En mi bicicleta, no pude quedarme dormido, el sólo pensar que Hotaru iría a verme ya me parecía de lo más incongruente.
Y tengo que aclarar, al contrario de lo que todos piensan, que rara vez me quedo dormido en la bicicleta ¡En serio, no se rían! Aparento que me quedo dormido, si no, explíquense ustedes cuál es la razón por la que yo atropello todo los días "casualmente" a la misma persona.
Él es el único lo suficientemente torpe para no darse cuenta de ello y me alegro por eso.
Es inocente… sinceramente, es lo que más amo de Hanamichi…
Parezco un desgraciado al decir que lo hago siempre, pero tengo un motivo para justificarme, es una de las pocas veces por las que yo puedo comunicarme con él; prefiero que me trate con odio a que no me dirija la palabra nunca.
Eso me hace sentir que estoy presente, de algún modo, en sus pensamientos.
Así que, como todos los días, lo atropellé… pero…
- Oye zorrito, fíjate por donde andas, deberías tener más cuidado, podría pasarte algo– me lo dijo con un tono suave, no estaba alterado para nada.
Sin mirarle, abrí los ojos ¿se preocupó por mí ¿cómo? Bueno, eso no es importante, sólo de saber que él pudiera sentir lo mismo que yo, mi corazón latió a mil.
Y, esta vez, de puro distraído, choqué con un poste.
Después, con algunos moretones, me fui a mi salón y los profesores se maravillaron que estuviera en clases despierto; esos tipos deben estar locos si opinan que al fin senté cabeza, tengo cosas más importantes en que (o mejor dicho), en quien pensar.
Su actitud me había sorprendido, pero no significa que me haya disgustado. Me pregunté por qué estaba tan de buenas conmigo. Llegué a la conclusión que tal vez se le declaró a esa niñita, que no supe que existía hasta que él le prestó atención, lo más probable es que ésta le dijo que sí y ya eran novios.
...Soy una persona realista, estaba feliz por lo que había pasado esta mañana, pero no me había hecho ilusiones de ningún tipo...
A la hora del descanso, me di cuenta que esa tonta me miraba como una babosa, no me explico aún que le habrá encontrado, sin embargo, me imagino que debe tener la pura cara de mosca muerta.
Al final, resolví no pensar entonterías, me dejaría llevar por la alegría interna que volvía a mi cuerpo.
Aunque duró poco. Si no era eso ¿entonces?
La hora del entrenamiento, fue la más amena que había tenido desde que entré a la preparatoria, Hanamichi hasta me felicitó por mis jugadas. Hasta podría contarles que fue él quien se ofreció para que jugáramos en el mismo equipo... y yo, más derretido que una chiquilla de secundaria. Estos son los momentos en que entiendo lo que deben sentir mis admiradoras, pero no me malinterpreten, jamás me pondría una de esas falditas ni lo animaría con pompones.
Pero compréndame, estaba tan dulce conmigo, que por primera vez desde que lo conozco, decidí que iba a declararle mis sentimientos. Lo haría al final del entrenamiento.
Déjenme decirles que la práctica se me estaba haciendo eterna, lo único que quería era tomar a mi pelirrojo y hacerlo mío hasta que ya no tuviera aliento, pero me contuve.
Eran casi las siete de la tarde, y por una de esas casualidades de la vida, me acordé de Hotaru, no habían señales de vida de ella. Me lo esperaba, no tenía ninguna razón especial para venir, yo no cuento…
Cuando dieron las siete, como soy el capitán, dije con mucho nerviosismo que se acababa el entrenamiento. Me fui volando a las duchas para que no se fuera antes que yo, apenas me lavé para ser el primero que estuviera listo, para no dejar que se me escapara. Al terminar, me di cuenta que en el vestidor estaban todos menos Hanamichi, así que me puse a buscarlo.
Unos niños de primero me dijeron que después de la práctica, se puso a practicar unos tiros y que además había alguien que lo estaba esperando.
Corrí hasta el gimnasio para ver si él estaba allí, pero ya estaba vacío, para variar, el muy tonto se le olvidó cerrarlo; lo voy a hacer yo, pero de eso me encargaré después. Volví a los vestidores y me dijeron que no había aparecido.
¿Qué le habrá pasado a mi torpe?
Salí para buscarlo y vi de reojo, en un rincón de la escuela, una cabeza roja conversando con alguien… pude observar que la persona que lo acompañaba era una mujer… Me puse a espiarlos para oír lo que estaban diciendo, pero no podía verlos muy bien.
- ¿Ya creíste que ya no vendría? – le dijo ella acariciándole con un dedo el rostro, obteniendo un sonrojo de él como respuesta.
Esa voz me era conocida, pero no creí que fuera… No, no puede ser.
- A este talentoso no le falla nadie y tú no serías la excepción, preciosa – le contestó Hana muy sensualmente, consiguiendo que mi cuerpo reaccionara por su voz.
Luego estallé de los celos al ver que empezaron a besarse. Primero fueron besos simples, que cada vez se volvían más apasionados, comprobando que la lengua de ella se había entrometido completamente en su boca. Estaban tan distraídos, que decidí acercarme, hasta ver claramente quien era ella… Al hacerlo, mis piernas comenzaron a temblar, mis ojos se pusieron vidriosos y, por raro que suene, sentía que tenía algo clavado en el pecho.
Me di cuenta que él nunca me amaría como yo lo amo a él…
Y ratifiqué que ella sí tenía una razón más importante que venir a verme jugar con el estúpido balón anaranjado…
Hotaru Rukawa había escogido su próxima presa… y ésa era Hanamichi Sakuragi.
¡Vaya triángulo amoroso que he formado!. Y sé que más de alguien debe pensar que una persona como Hotaru es irreal, pero no es tan así. Cada es más común ver que algunas mujeres, para sentirse jóvenes, salen con muchachitos y no asumen su verdadera edad. Espero que les haya gustado y verán si nuestro amado Kaede podrá conquistar el amor de Hanamichi…
Un abrazo y un besito… Paulyta.
REVIEWS
Shadir: Jajajajaja, que bueno que encuentres original la historia, espero que te guste, porque Hotaru es como dicen, una vieja verde.
Inuyashaluchi: Bueno preciosa, ya nos conocemos, creo que ya has dejado reviews en otro fic mío (Coincidencias), así que me da gusto que también te guste éste y que me sigas leyendo… Un beso.
Khira: Bueno, como quería leer Lágrimas de Hielo II, tenía que leer la I (obvio). Y a medida que la leía pensaba que casi todos los fics, tratan los problemas familiares de Ru (que se muere toda la familia, que lo abandonan, que le pegan, que lo violan, que lo odian, que le dejan la media herencia, etc), y seguí pensando que lo único que falta es que… Y bueno, en cuanto a la familia de Rukawa, prácticamente es lo único que falta… Que la madre se metiera con Hanamichi. Bueno espero que te siga gustando esta historia… Un beso y cuídate… Y muchas gracias por el consejo…
Ran-k: Ay guapísima, cuando leí tu review, me asusté mucho… Cuando las personas te dicen esas cosas, eso significa que esperan mucho de ti y que no puedes defraudarlos en la continuación, además fue un halago que me dijeras que está bien redactado, siendo que eso no es mi fuerte. Espero que no te haya decepcionado… Un besito.
Mashou No Tenshi: Tuviste que esperar, la vida en la selva universitaria es muy complicada y no se tiene todo el tiempo del mundo para continuarla. Espero que te haya gustado, cuídate mucho.
Io a lo anónimo: No sé a quien le dijiste pedófila, si ami mente retorcida o a la madre de Ru… Pero no te preocupes, mi Kaede precioso se encargará de que esa vieja no se quede con Hana, jejejeje.
