N.A.: Feliz Navidad a todo el mundo! Este es mi muy especial regalo de Navidad; el último capítulo del amor está en el aire con la talla extra-larga! JoJoJo! Bueno sí, me he retrasado, pero lo he escrito que, como digo siempre, es lo que cuenta. La verdad es k tuve una pequeña crisis, después de leer el sexto libro de Harry Potter, los que lo hayan leído me comprenderán y para los que aún no lo hayan hecho... bueno, ya lo verán. Pero bueno, ya sabía desde un principio k no podía acertar con este fic los pensamientos de la autora... (y mucho menos escribiendo las cosas k yo he escrito). Y eso. Pues nada, k voy a contstar los reviews (k, por cierto, m he enterado k se puede contestar directamente o algo así, pero como hay reviews anónimos a los k no podría contestar, pues como k lo voy a hacer a la manera tradicional).
Maye Evans: bueno, pues de nada por contestar el review, la verdad es k siempre m alegra muchísimo recibir reviews, así k, k menos k contestarlos? Pues nada, no voy a continuar con el trabalenguas de k si me encanta k te encate mi fic... bueno eso, k ya nos entendemos. Espero k disfrutes de este capi! X cierto, gracias, por dejarme dos reviews, eso siempre anima.
Eri Mond Licht: me alegra k el anterior capítulo no te pareciera mal... espero k pienses lo mismo de este de talla extra-larga. Bueno, siempre m han gustado las sorpresas y aquella de Draco y Ginny m pareció muy graciosa...Ron y Hermione... bueno, no te hablo de esos dos pk lo tienes k leer tu misma. Espero k te guste el desenlace final y k sigas leyendo alguno de mis otros fics.
Sirenita: si supongo de debe parecer un sueño de nuevo k haya vuelto a actualizar... y además con el último capítulo! Pk, a decir verdad, siempre da pena acabar con una historia... pero más vale no abusar. Vas a ver como termina, a ver si te lo esperabas, si t parece bien, si no te gusta como acaba,etc, etc... Ya me dirás.
Irtay Rowling: te has reído con el anterior? Bueno, ese es siempre mi objetivo principal. En lo referente a lo k se encontrará Harry... bueno, tú misma lo leeras... Sólo te digo k siempre me han gustado las sorpresas, los encuentros, desencuentros... bueno, tú leelo. Y Ginny... pues claro¿con quién iba a acabar si no?
Lokixima: siento haberlo dejado donde lo dejé, esta vez si k termina bien terminado (bueno, eso creo :D). Bueno, ya me contarás k tal...
Maghika: bueno, como ya te dije, el capítulo es extralargo, como regalito de navidad. Bueno, y supongo k tendrás k volver a leer los anteriores pa acordarte, pk ya hace tanto tiempo... Pues nada chica, disfrútalo!
Y nada, k aunque sea el último capi me gustaría k siguierais dejando reviews, más k nada x saber si os ha gustado, como os gustaría k fuera el próximo fic... Además como ahora puedo contestar directamente a los reviews... ¡Venga, que es Navidad¡K lo paséis muy bien!
Ciao!
Capítulo 12
¿… y comieron perdices?
Aquello estaba siendo un desastre. Ya sabía Harry que aquello de hacer de celestino no iba a ir bien… Porque, para empezar, tanto él como Ginny, estaban tan preocupados de sí mismos que olvidaron por completo su plan. Cuando Harry llegó a la habitación donde habían estado encerrados Ron y Hermione, pudo comprobar que la eficacia de Ginny era la misma que la suya. Tampoco estaba allí. Claro, si se la había dejado bañándose... Pequeña inconsciente...
-¿Quieres abrir la puerta de una vez? –dijo Kate, impaciente, que le había acompañado hasta allí.
Harry la miró sorprendido, se había quedado bobo mirando la puerta... Más que nada, por miedo a lo que pudiera encontrarse dentro.
-Maldita sea, Harry¿tienes la llave o qué? –preguntó ella exasperada.
-Sí, sí, claro –aseguró rápidamente Harry sacando la llave. Sólo que el siguiente movimiento no fue el de meter la llave en la cerradura, sino que volvió a quedarse quieto con gesto reflexivo.
Kate suspiró.
-Dame –le ordenó ella, tendiéndole la mano.
-¿Cómo? –preguntó Harry, que ése día andaba un poco corto en reflejos.
-Que me des la llave para que abra la puerta.
¡Buen plan¿Cómo no se le había ocurrido antes la idea? Darle la llave a Kate, la cual, tenía el don de no ser perturbada por nada... bueno, por él sí... ¡Daba igual! Que se cargara ella con el marrón... dependiendo de la cara que hiciera ella, ya miraría o no lo que había dentro de la sala.
-¡Harry!
¡Otra vez se había quedado parado! Harry le tendió rápidamente la llave a Kate, temiendo que ella se estuviera planteando si dejarle el mismo día que habían empezado a salir. Sería un record, desde luego.
Kate cogió la llave a Harry con brusquedad y la introdujo en la cerradura. Tuvo que darle varias vueltas a la llave hasta que finalmente la puerta se abrió. Kate asomó la cabeza y rápidamente volvió a sacarla.
-Vaya por Merlin –fue todo lo que ella pudo decir.
-¿Qué¡¿Qué¿Qué pasa ahí dentro? –exclamó Harry con nerviosismo.
Kate tomó aire.
-Pues... será mejor que lo veas tú mismo –le aconsejó ella, dejándole paso para que viera con sus propios ojos.
Harry se adelantó a ella tragando saliva con serias dificultades. ¿Y ahora qué¡¿Y ahora qué!
Puso una mano sobre la puerta y la abrió completamente.
Vaya.
No era exactamente lo que esperaba.
Lo que vio Harry fue lo siguiente: Hermione estaba en un rincón de la habitación, moviendo la cabeza como si fuera autista. A su lado, en la pared, había unas marcas que parecían señalar el paso del tiempo. En el centro, donde estaba la mesa que antes había estado repleta de comida y bebidas ahora estaba totalmente vacía. Ron estaba justo al lado, haciendo una montaña muy artística con los pasteles.
Desde luego, no era lo que esperaba.
-¡Harry! –exclamó Hermione, cuando le vio, roja de furia.
Harry estuvo tentado de volver a cerrar la puerta. Pero en lugar de ello se quedó donde estaba.
-¡Harry! –exclamó Ron al darse cuenta que estaba allí.
-¡SE PUEDE SABER QUÉ OS HABÉIS CREÍDO¡OS VOY A MATAR, A TI y a... ¿dónde está Ginny?
Hermione había ido corriendo hasta Harry chillando a pleno pulmón, hasta que salió de su pequeña cárcel y vio que Ginny no estaba allí. Ron también se apresuró en salir de allí.
-Eso. ¿Dónde está mi hermana? –preguntó Ron.
-La última vez que la vi se estaba dando un baño...
-¿Un baño¡NO OS HABRÉIS BAÑADO JUNTOS! –aquella vez fue Ron el que gritó.
-No, no, si ya no salimos...
Ron le miró desconfiado.
Fue entonces que llegó Ginny con una radiante sonrisa. Valiente feliz, pensó Harry.
-Ey, chicos... –la sonrisa de Ginny se borró rápidamente- eh... ¿se ha muerto alguien? –preguntó ella, tratando de aliviar la tensión. No hace falta decir que su fracaso fue estrepitoso.
-Tú y Harry sois los que os vais a morir –dijo Hermione, con voz peligrosa.
-Oye, sólo tratábamos de ayudar... ¿verdad, Harry?
Harry, por precaución, se había quedado momentáneamente mudo.
-¿Harry? –le llamó Ginny, desconcertada.
-Ehh... –dudó Harry, al ver las caras de Ron y Herimone- ¿puedo pedir el comodín del público?
Hermione soltó un bufido.
-¡Y encima se lo toma a cachondeo!
-No, no, qué va...
-¿Entonces también decías en cachondeo lo de el baño con Ginny? –siseó Ron haciendo una mirada asesina.
-Oíd, no, esto se está liando, en realidad, yo...
-Ya, ya. Porque me muero de ganas de ir al servicio, que si no... te enterabas –le advirtió Hermione-. Ya hablaremos.
Hermione se fue sin decir una palabra más...
-Sí, bueno... lo mismo que Hermione pienso yo –dijo Ron, siguiendo a Hermione.
-Yo me he dejado algo a medias. Luego nos vemos, Harry –dijo Ginny, marchándose a su vez.
Harry suspiró, abatido.
-Exactamente¿cuál era el plan? –dijo Kate, que había estado todo el rato allí pero que hasta ese momento no había dicho nada.
Harry se sorprendió de verla aún allí.
-Supongo que tú también te irás.
-¿Quieres que me vaya? –preguntó ella.
-¡Claro que no! –exclamó él, rápidamente, acércandose tentativamente hacia ella.
-Entonces me quedo...
Harry iba a besarla cuando sonó la alarma del reloj de ella.
-¡Ostras¡Tengo que irme!
Kate le dio un rápido beso en la mejilla y se fue corriendo.
Y entonces Harry se quedó solo.
Ginny iba paseando tranquilamente por los pasillos de Hogwarts cuando alguien la detuvo.
-Virginia... –murmuró Draco saliendo de un oscuro rincón.
Ginny dio un salto del susto.
-Draco... ¿qué haces aquí?
-Te esperaba.
-¿En serio? –se sorprendió ella-. Oye... lo de antes...
-Lo de antes ha sido fantástico.
-Sí, lo sé, pero...
-Lo nuestro no puede ser –terminó él la frase por ella.
Ginny asintió con la cabeza.
-Volveríamos a tener que decir las mismas mentiras... y la historia se repetiría... y volveríamos a sufrir.
-Exacto.
Ginny no podía creer que por una vez estuvieran de acuerdo. Aunque, la verdad, hubiera preferido que no fuera así.
-Entonces... no volveremos a vernos.
-No.
-Vale pues... adiós –susurró ella.
Ginny pasó delante de él sin siquiera mirarle. Él se quedó un rato mirándola, pero ella no se giró ni una sola vez, hasta que finalmente él dio media vuelta y se fue.
Ginny miró tras ella para ver si él seguía allí, pero él ya había doblado la esquina. Suspirando, Ginny subió las escaleras.
-¿No crees que deberíamos decírselo?
-No.
-Pero es nuestro mejor amigo...
-Lo que hizo estuvo muy muy mal y lo sabes.
-Sí, lo sé, pero de no haber sido por ellos tú y yo no habríamos vuelto.
Hermione arqueó una ceja.
-No seas ingenuo. Con o sin ellos, tarde o temprano hubiésemos vuelto.
Ron meneó la cabeza, no muy convencido.
-Ya, pero esto de dejar de hablarle... no creo que esté bien. El pobre... encima que acaba de romper con Ginny... estará hecho polvo.
En aquel momento, apareció Ginny y se sentó en uno de los asientos de la mesa de Gryffindor del Gran Comedor. Tenía la cara apagada y ni siquiera reparó en que su hermano y su cuñada habían estado todo el rato ahí cuchiceando.
-¿Ginny?
Ginny levantó la vista.
-Ah, hola, Ron –dijo ella lacónica.
-¿Te ocurre algo? –le preguntó Hermione con cierta preocupación.
-Qué va. Nada. Estoy perfectamente.
Hermione le hizo una de esas miradas suyas de no creerse ni una palabra.
-Oye... si te sientes culpable o algo por lo que tú y Harry nos hicisteis a Ron y a mí... no tienes porqué, en realidad, ahora volvemos a estar juntos...
-¿En serio? Me alegro mucho –les felicitó Ginny tratando de parecer alegre.
-Creo que no se siente mal por eso –murmuró Ron, al ver su cara.
-Estoy bien, de verdad¡dejadlo ya! –dijo Ginny, levántandose de golpe y marchándose.
-Ya está. Es por Harry –dijo Ron, finalmente, haciéndose el entendido.
-Oye, Harry. Que nos van a ver.
-Me da igual.
Harry volvió a besar a Kate en el cuello. Ella gimió.
-Ya, pero... nos van a ver.
Harry paró y dirigió la mirada hacia los ojos de ella.
-¿Tanto te avergüenzas de mí?
-Es que... después de cómo te he tratado... sería raro.
-Ya, entonces lo de anunciar en público nuestro compromiso¿nada? –dijo Harry, sarcástico.
Kate le golpeó el hombro con la palma de la mano. Harry sonrió y le cogió la mano.
-Eso no lo digas ni en broma... –le amenazó ella.
-Vale, vale. Pero sabes que tarde o temprando la gente tendrá que enterarse... yo sé de más de una pareja que lo ha mantenido en secreto y al final...
-Pero esto es el principio. Y yo necesito que el principio no sea público.
-Está bien. ¿Entonces cuando entremos al Gran Comedor no podré besarte?
-¡Deja ya de hacer broma, que me pones nerviosa!
-Mira quien fue hablar... con lo mal que me lo hiciste pasar ayer...
-Eso era completamente diferente. Te di tu merecido, por intentar envenenarme.
-¡No quería envenenarte!
-No, sólo querías que te encontrara irresistiblemente atractivo por medio de una poción, es totalmente diferente...
-¡Oh, por favor, cállate ya!
Kate no pareció darse por aludida, así que Harry la besó para que tuviera los labios ocupados en otra cosa que no fuera criticarle... Si no fuera porque le gustaba tanto besarla, no la aguantaría.
Ginny salió del Gran Comedor para tratar de aclararse las ideas. Aquello de Draco la estaba afectando más de lo que creía, y no debería ser así. Si estaba haciendo aquello era precisamente para evitarse futuro sufrimiento... Aunque claro, si en aquel momento ya se encontraba mal, tampoco es que aquella táctica le fuera de mucha utilidad. ¡Basta! Debía dejar de pensar en el tema, debía dejar de pensar en novios y en...
Sus pensamientos fueron interrumpidos por las risas ahogadas de una romántica pareja. Ginny no les vio, pero se escondió para que no la vieran. Lo último que ella quería es que pensaran que era una pervertida o algo así y que le gustaba ver a las parejas tontear. Permaneció un buen rato oculta entre las sombras, pero aquella pareja era más empalagosa de lo que pensaba. Estuvo a punto de salir de su escondite y de decirles cuatro cosas sobre el código de conducta, pero entonces (por fin) se despidieron.
Ginny se quedó con la boca abierta al ver de quien se trataba. Ella entró en el Gran Comedor, mientras que él se quedó en el corredor con sonrisa de bobo.
-¡Harry!
Harry ahogó un grito al ver a Ginny salir de su escondite.
-¡Ginny¿Q-qué haces aquí?
-Pues ya ves, dar una vuelta, ver como te besuqueabas con Kate Stevenson... –comentó Ginny, como quien habla del tiempo.
Harry hizo una mueca.
-... ¿nos has visto?
-Pues va a ser que sí –asintió ella, sarcástica.
-No dirás nada¿verdad?
Ginny hizo como que se lo pensaba.
-Ahora mismo me estaba acordando yo de una situación muy muy parecida que vivimos tú y yo. Aunque los papeles se hayan cambiado en este caso.
-Yo te encubrí –le recordó Harry.
-A tu manera, sí. Aunque, claro, tampoco olvides la de sermones que me diste acerca de Draco, sobre si era un buen chico o no...
-¿Qué quieres? –preguntó Harry, mirándola de soslayo.
-¿Yo? Nada, nada. ¿Cómo puedes ser tan desconfiado?
-No, yo sólo pensaba...
-¡Ajá!
-¡Pero si no he dicho nada...!
-Venga, suéltalo…
-Pensaba que… podrías hablar con Draco.
Harry se quedó un rato mirándola, con los ojos entrecerrados.
-¿Perdón?
Ginny se retorció el jersey con las manos.
-Quiero que averigües si le gusto –dijo con la boca pequeña.
-¡Perdón!
-¡Chico¡Pareces un disco rallado!
Harry no se salía de su incredulidad.
-Pues eso. Me lo dices y, entonces¡pluf, como si por unos segundos yo hubiese sido ciega –dijo ella, mostrando de una manera muy gráfica el significado de sus palabras-. Y cierra la boca, que pareces bobo. Bueno, hasta luego.
Ginny se fue.
Y Harry se preguntó qué era exactamente lo que había ocurrido.
-Chantaje. Eso es lo que ha sido, ni más ni menos.
-Estás exagerando. Tan sólo ha sido… un consejo.
-Ja. Ja. Muy gracioso. Fíjate cómo me parto de la risa. Mira, mira, me destornillo, me caigo al suelo de la risa que me hace –dijo ella, con la cara hiper-seria-. Fíjate que me hace tanta gracia que he alcanzado un nivel superior en el que mis facciones están rectas. ¿Lo ves? Fíjate.
-Por favor, estás sacando las cosas de quicio.
Kate enarcó una ceja, observando con reprobación a Snape.
-Has amenazado en suspenderme si tus "sospechas" de que ando con Potter son ciertas.
-Ésas no son las palabras que yo he utilizado –se defendió él.
-Además, ya te lo he dicho. Le odio. A muerte. Jamás se me ocurriría liarme con un energúmeno como él. Lo sabes.
-¿Entonces lo que vi el otro día eran imaginaciones mías? –preguntó él, no muy convencido.
-Por supuesto. Si no le soporto.
Kate fue directa a los labios de Harry en cuanto le vio entrar en el aula vacía. Pero algo fallaba. Harry no parecía responder. Kate se separó ligeramente de él, pero sin llegar a dejar de rodearle el cuello con sus brazos.
-¿Qué ocurre?
-¿Qué? –preguntó él, como ido.
Entonces Kate apartó los brazos de él.
-Vamos. Dímelo.
-Nada. Te juro que nada.
-Ya, ya.
Kate le miró de soslayo.
-No se lo habrás dicho a alguien.
-¿Yo? –reclamó él, con una voz excesivamente aguda-. Qué va.
-Vale. ¿Quién es?
-Te digo que…
Kate empezó a dar vueltas alrededor de Harry. Harry empezaba a estar realmente nervioso. Temía a aquella mujer.
-Harry…
-¿Qué? –murmuró Harry, con un ligero temblor de voz.
-… ¿tú eres virgen?
A Harry le dio un tremendo ataque de tos.
-¿C-cómo dices?
-Digo que si quieres tener alguna esperanza de tener hijos… hables de una vez –siseó ella, deteniéndose justo enfrente de él y mirándole directamente a los ojos.
Harry supo en aquel mismo instante que hablaba en serio.
-Ginny.
-¿SE LO HAS DICHO A TU EX! –vociferó Kate, hecha una fiera.
Harry se puso detrás de una mesa para protegerse de ella.
-¡Yo no se lo he dicho, nos ha visto mientras… bueno, eso.
-Ah –murmuró ella, algo cohibida.
Silencio.
Harry se mantuvo detrás de la mesa, por si acaso le daba otro arranque.
Kate tenía la cabeza agachada, y no decía nada.
-… ¿Kate?
-Y… -empezó a decir, pero no continuó.
-¿Si? –preguntó Harry, con cautela.
-Humm… ¿mantendrá el secreto?
-Bueno… si hablo con Malfoy –dijo Harry con un suspiró, mientras trataba de hacer una maniobra de acercamiento.
-¿Malfoy? –exclamó ella. Harry volvió a alejarse-. ¿Qué coño tiene que ver él con todo esto¿También lo sabe?
-¡No, claro que no! –se apresuró a asegurar Harry-. Es que… bueno, me dijo que averiguara si estaba enamorado de ella.
-Ah, bueno, eso –dijo ella, con un respigno-. Pues no hace falta que le preguntes, lo está.
-¿Lo está?
-Enamorado de ella.
-¿En serio?
-Sí. ¿Por qué te parece tan raro?
-No sé. Creía que sólo era algo sexual.
-Ah. ¿Cómo lo nuestro?
-¿Lo nuestro?
-Lo que hay entre nosotros.
-Que… ¿eso es lo que hay? –preguntó Harry, inseguro.
-Sí¿no? Tú no me quieres¿verdad?
-¡Por supuesto que no! –aseguró él rápidamente. Pero pronto se arrepintió de haber hablado tan deprisa.
-Oh. Claro. Pues lo mismo yo –dijo ella, con un tono muy poco convincente.
Harry hizo un intento de sonrisa.
-Lo que yo imaginaba.
-Te quiere.
-¿Me quiere?
-Sí, eso es lo que he dicho.
-¡Oh, Harry, Harry! –exclamó Ginny emocionada, abalanzándose sobre él para abrazarle.
En otro rincón de la sala común, alguién cuchicheaba mientras les observaba.
-¿Lo ves? Todavía se quieren –susurró Ron.
Hermione no las tenía todas consigo.
En aquel momento, Harry la apartó de entre sus brazos, azorado.
-Bueno, ya está. Ahora te toca a ti.
-Por supuesto Harry. Ni siquiera sé de qué me estás hablando.
Harry sonrió, con alivio.
-Por cierto… ¿te lo dijo él?
-Mmm… en realidad fue Kate.
Ginny frunció el ceño.
-¿Kate¿Y ella cómo lo sabe?
-Pues no sé… pero te aseguro que ella siempre tiene razón.
Ginny soltó un resoplido.
-Pues buenos estamos.
-Oye¿por qué no olvidamos todo este tema de una vez por todas¿no estás harta de mentiras y secretos?
Ginny hizo una mueca.
-Supongo que… -Ginny se interrumpió abruptamente, sus ojos se habían clavado en cierto lugar de la Sala Común-. ¡Serán cabrones!
Harry siguió el dedo acusador que levantó Ginny hasta que sus ojos llegaron a unos muy acaramelados Ron y Hermione. A pesar de que Harry se sintió algo indignado por el hecho de que sus amigos le hubiesen escondido algo tan importante (como que habían vuelto a volver), su cabreo no tenía ni punto de comparación con el berrinche que se cogió Ginny.
-¿Qué significa esto! –rugió Ginny, dirigiéndose a grandes zancadas hacia ellos y sin bajar el dedo acusador.
Hermione, que estaba encima de Ron, cayó al suelo, llevándose un duro golpe.
-Auch… Ginny –refunfuñó Hermione, enderezándose-, oye no te pongas así…
-¡Que no me ponga así!
Harry tuvo que retenerla de los brazos para que no se abalanzara sobre Hermione.
-Ginny, contrólate –le susurró Harry al oído.
Y, para sorpresa de Harry y del resto de los presentes, se tranquilizó. Sin embargo, se zafó de Harry con brusquedad.
-Está bien. Explicaos.
Hermione y Ron intercambiaron una mirada.
-Bueno. Pues lo que ves. Hemos vuelto –sentenció Ron.
Ginny asintió con la cabeza nerviosamente y parpadeó un par de veces.
-¿Y ya está? Es decir, que encima de que Harry y yo os ayudamos para que volvieráis¿no nos decís nada?
-Ehh… -carraspeó Ron.
-Verás, Ginny, por muy agradecidos que pudiéramos estar por ayudarnos a volver a estar juntos, ese es un asunto que no os incumbe. ¿Cómo te sentirías tú si yo decidiera que ahora debes estar con Harry o con cualquier otro chico? No sienta bien que la gente quiera dirigir tu vida.
Ginny hizo una mueca y miró hacia otro lado, algo avergonzada.
Aprovechando el silencio, Ron habló.
-Por cierto… hablando de todo un poco –dijo, como quien no quiere la cosa-; ¿qué es lo que hay ahora entre vosotros dos?
Harry levantó una ceja y miró a Ginny. Ginny hizo una media sonrisa.
-¿Eres un cotilla, eh, Ron? –le reprochó su hermana pequeña.
-Mira quién fue a hablar.
-Sólo somos amigos –dijo rápidamente Harry, antes de que la cosa pudiera ir a más.
-Pero… no lo entiendo… ¿si no queréis a otra persona, por qué no salís juntos?
Buena pregunta.
Kate cogió un par de piedras. Fue hasta la orilla del río y lanzó una. Se quedó observando como rebotaba en el agua. Qué cosa más curiosa. Siempre se había preguntado cómo podían rebotar esas piedras en el agua. Sí. Un asunto que árduamente le había carcomido la cabeza. Desde luego, un tema en el que pensar si se tenía tiempo. O si no se quería pensar en otra cosa.
Tiró la otra piedra.
Ésa cosa. Ése tema, temita, tema.
Humm… tendría que ir a buscar más piedras si quería aparentar que estaba haciendo algo. Buf.f… pero le daba tanta pereza.
En fin. Podía hacer algo útil, como ir a la biblioteca y estudiar. Jo. Vaya plan.
Se dejó caer sobre el suelo. Qué pereza le daba hacer cualquier cosa. Lo único de lo que se sentía capaz en aquel momento era de sentarse y quedarse mirando el lago, embobada.
Ay, auix… iba a quedarse dormida allí mismo. Mmm qué sueño.
Entonces oyó los pasos de alguien tras suyo. Pero ni siquiera se molestó en girarse. Él llego hasta donde estaba ella y se sentó a su lado.
Suspiro.
Kate alzó las cejas y se giró hacia su compañero de suspiros.
-¿Qué haces aquí?
Draco se giró también hacia ella.
-¿Y tú?
-Ya. Puede que después de todo no seamos tan diferentes.
-¿A qué te refieres? –preguntó él, suspicaz.
Kate apoyó la barbilla sobre sus brazos, que a su vez reposaban encima de sus rodillas.
-¿Por qué no estás con Weasley?
Él ladeo la cabeza, con una sonrisa burlona.
-Eso no es de tu incumbencia.
-Bueno –murmuró ella, encogiéndose de hombros-. No me contestes, si no quieres.
Y volvió su vista hacia el lago.
Finalmente se dio por vencido. Suspiró.
-La primera vez no funcionó. ¿Por qué esta iba a ser diferente?
-Quizá porque habéis aprendido de vuestros errores –se aventuró a decir ella.
-¿Y desde cuando tú sabes tanto de estos temas?
Kate tomó aire. Volvió a girarse hacia él.
-Desde que también soy víctima.
-Muy poético.
Ella asintió levemente con la cabeza. Él se quedó un rato observándola con un brillo en los ojos.
-Es Potter¿verdad?
Kate se mordió el labio inferior, vacilante. Ella se limitó a agachar la cabeza.
-¿Cómo lo sabes?
-Bueno… ya sabes, soy un experto con las relaciones de amor-odio.
-Ya… -Kate miró hacia otro lado, pensativa y luego volvió a mirarle-. ¿Sabes? No estoy segura de que esas relaciones puedan… funcionar.
Draco frunció el ceño.
-¿No? Hace un rato decías lo contrario.
-¿Pero te das cuenta de lo que dices? Se trata ni más ni menos que de Potter. Jamás creí que podría caer tan bajo.
-Bueno, eso no te lo niego.
Kate le miró algo dolida.
-Muchas gracias por los ánimos –murmuró ella sarcástica.
-Si quieres a alguien que te diga lo que quieres oír búscate alguien que no sea de Slytherin. Pero ya sabes que hablando conmigo sólo conseguirás escuchar grandes verdades. Podrán doler, sí… pero serán siempre verdades.
Kate hizo una media sonrisa.
-Tienes un sentido del humor muy curioso…
-No era broma –contestó él, tajante, sin una gota de gracia en la cara.
-Oh –se limitó a decir ella, levantando las cejas-. Pues nada chico, me voy.
-¿Te vas?
-Sí. Debo arreglar un asunto. Y creo que tú deberías hacer lo mismo.
Él se limitó de hombros.
-Puede. Un día de estos.
-Virginia…
Ginny se dio la vuelta y vio que Draco salía de detrás de una columna. Ginny se quedó un poco parada al verle, pero luego supo reaccionar.
-Ya te he dicho mil y una veces que ése no en mi nombre…
-¿Realmente prefieres que te llame Ginebra? –preguntó él, con un gesto burlón.
-No¡con Ginny basta y sobra! –dijo ella en un cuchicheo, mirando a ambos lados del pasillos.
-Bueno, eso no importa ahora, en realidad yo quería… -Draco carraspeó, sin sabes muy bien sin seguir o no.
Ginny cada vez estaba cada vez más nerviosa.
-¿Qué, qué?
-Verás, no es tan fácil…
-Oye Draco, lo que sea que tengas que decirme dilo ya, porque de un momento a otro vendrá mi herm…
-Vale, vale –la hizo callar él, ahora más nervioso que ella (si es que eso era posible)-. Mira, Ginny, yo…
Ginny se acercó a él, porque el tono de su voz había ido bajando hasta convertirse en un murmullo incomprensible. Sólo fue hasta que estaba a unos pocos milímetros de él que se dio cuenta de su error: se había acercado demasiado. El olor, ése perfume… ésa pasión y deseo que durante tanto tiempo habían estado contenidos…
Draco abandonó todo intento de explicarse con palabras, para cogerla, abrazarla y besarla con ése deseo ardiente que le carcomía por dentro. ¿Cómo se le podía haber ocurrido poder vivir sin ella?
No fue hasta unos segundos más tarde, justo en el momento más interesante (ella había empezado a desabrocharle la camisa mientras que él investigaba regiones muy interesantes de su falda), que su pregunta fue contestada.
-¡MALDITO¡ALÉJATE DE MI HERMANA!
Aquel, no hace falta decirlo, era Ron.
-¿Entonces os pilló en plena faena?
Una ojerosa Ginny con muy malas pintas asintió.
-Sí –suspiró ella, abatida-. Si lo vieras… fue horrible.
-Puedo imaginarlo –aseguró Harry, haciéndose una imagen mental muy clara.
Ginny se giró hacia él.
-Sí, es cierto, tú también lo viviste. Y además desde los dos puntos de vista…
-Pues sí, ahora que lo dices…
Su discurso fue brutalmente interrumpido por el choque frontal con alguien.
-¡Kate!
-¡Harry!
Miradas incómodas. Especialmente las dirigidas hacia Ginny.
-Bueno, chicos, yo debo irme a clase –se apresuró a decir ella, desapareciendo escaleras arriba.
-Menuda cara… -comentó Kate, por decir algo, ya que un silencio sustancialmente desagradable se impuso en aquel momento.
-Uy sí, terrible… su hermano la pilló de pleno con Malfoy.
-Buf… qué horror.
Silencio. Más miradas.
-Creo que debemos hablar sobre un tema –dijo finalmente Kate.
-¿Un tema?
-Ajá.
-Pues tú dirás.
-Bueno, el otro día dijimos que… lo que había entre nosotros era sólo sexo y esto…
-Eso dijimos, sí –afirmó Harry.
-Pero… bueno, no sé…
-¿No crees que sea correcto enrollarte con alguien a quien no quieres?
-Exacto –confirmó ella, aliviada por el hecho de que lo hubiera dicho él.
-¿Y qué sugieres?
-Bueno, em… pues, creo que…
-¿Quieres que lo dejemos?
-No, no –se apresuró a negar ella-. ¿Es que tu si?
-No, qué va, qué va.
-Pues iba a decir que… no tiene por qué ser amor, pero… un ligero afecto sí… Más que nada por nuestros padres.
-Claro. En su memoria.
-Eso es.
Volvieron a quedarse un rato en silencio. Harry la miró de soslayo, casi sin atreverse.
-¿Puedo besarte ya?
Kate le miró algo sorprendida, pero luego se rehizo.
-No sé a qué estás esperando.
Harry no lo pensó dos veces, la empujó contra pared, la rodeó con sus brazos y la besó. Ella pasó sus manos por encima del pecho de él y le devolvió el beso con igual pasión. Tan sólo se separaron breves segundos para respirar, cuando se dieron cuenta que alguien les observaba.
-Ginny… -la llamó Harry, sin llegar a soltar a Kate.
-Hola, chicos, sólo me quedé por… -los labios le temblaron-. ¡Joder¡No puedo creer que mi hermano nos pillara así…!
Kate y Harry se miraron mutuamente y luego volvieron a dirigir la mirada hacia Ginny.
-Vale, vale¡ya me voy!
Y esta vez, sí, subió por las escaleras para ir a clase.
Kate y Harry se sonrieron y volvieron a besarse.
Fin
