Y seguimos con Primavera! Ya casi había dado por perdida esta historia, pero por fortuna mi amiga Alicia guarda todo lo que le mando, y he podido recuperar los capítulos perdidos en el formateo de mi ordenador.
Himari-la hija de Neji y Sakura-ya ha cumplido tres años. Una fecha delicada para los Hyuuga. ¿Qué hará Neji¿Qué decisiones se tomarán en la noche del cumpleaños de la niña?
Disfrutad de este capítulo cortito y sobre todo, dejadme un review! A ver si llegamos a los cien! Porque un fanfic con reviews es un fanfic FELIZ!
-¡Haz algo¡Va a matarle!
-No lo hará si le devuelve el juguete- respondió Neji con calma.
-¡Como que si le devuelve el juguete?-gritó Ino, haciendo ademán de abalanzarse sobre Himari para salvar a su hijo-¡Ishida!
-No- dijo Shikamaru, agarrando a su mujer por el vestido para detenerla- Que aprenda a salvarse él solo. No querrás tener un hijo pusilánime.
Ino miró con estupor a su marido.
-¡Lo que no quiero es tener un hijo muerto!- exclamó. Le dirigió una aprensiva mirada a Neji -¡ Tu hija ha activado el Byakugan¡Detenla antes de que le haga daño!
-Ah, no pasa nada- respondió el Hyuuga, con la misma irritante serenidad que antes, como si no estuviera presenciando el estrangulamiento del hijo de Shikamaru e Ino a manos de la suya.- Se le activa de manera involuntaria siempre que se enfada. Aún no lo controla. Pero pronto lo hará, se regocijó internamente.
En ese momento, Sakura entró en el comedor con el pañal para cambiar a Himari y se quedó atónita al ver el cuadro: su dulce hija, transformada ahora en un pequeño demonio colérico, apretaba con las manitas al cuello de Ishida, su mejor amigo, con la pretensión de quitarle el juguete que éste tenía agarrado como si le fuera la vida en ello.
Sakura dejó caer el pañal al suelo y se puso los brazos en jarras.
-¡Pero bueno, qué está pasando aquí?- bramó, enfadada- Himari!
Al oír a su madre, Himari aflojó la presión en torno al cuello de su amigo, pero no le soltó. Se limitó a mirar a Sakura con sus encantadores ojos pálidos abiertos de par en par.
-¡Suéltale ahora mismo¿Te parece bonito, estrangular a Ishida?
-¡Eso!- saltó Ino, indignada- La salvaje de tu hija iba a acabar con él!
-Él podría haberlo evitado- intervino Neji, molesto porque tildaran de "salvaje" a su pequeño ángel- Ishida sólo tenía que devolverle el juguete. Si no lo ha hecho es porque no le ha dado la gana, o porque es un masoquista.
Ino le fulminó con la mirada.
-Mi hijo no es un masoquista!
-Pero es terco como una mula- concedió Shikamaru con calma.- Si Sakura hubiera tardado un minuto más en entrar, habría encontrado a Ishida muerto, pero agarrado al juguete.
-¿Y por qué no se ha vuelto contra ella?- preguntó Sakura, sorprendida.
Shikamaru sonrió y miró complacido a su hijo, que ahora le sacaba la lengua a Himari.
-Porque es un caballero, y sabe que a una mujer no se le levanta la mano por un juguete-dijo.
Sakura le lanzó una mirada de reproche a Neji.
-¿A que no has hecho nada para detenerla?
-Himari tiene que aprender a controlar su ira. Si hubiera matado a Ishida, habría aprendido que sus actos tienen consecuencias y en adelante sería una persona mucho más cauta.
-¡No uses la muerte de mi hijo como aprendizaje para la tuya!- gritó Ino, ultrajada.
-Pero si no está muerto-señaló su marido.
Ino le miró con rabia.
-Y tú de qué parte estás?
-De la de Himari, evidentemente. El juguete es suyo.- le recordó Shikamaru con tranquilidad- Él ya sabía a qué se exponía si le quitaba el muñeco. Así que le toca asumir las consecuencias.
Ino soltó un bufido de incredulidad, pero antes de que le pidiera el divorcio a Shikamaru allí mismo, Sakura intervino con una sonrisa apurada.
-No te preocupes, Ino. Himari quiere mucho a Ishida, nunca le haría daño. Además, tampoco podría. Ishida es más fuerte que ella.
-No por mucho tiempo-oyó que decía Neji por lo bajini. Sakura le lanzó una mirada de reproche.
-Sí, es bastante pequeña para su edad- atacó Ino- Con tres años ya podría ser más alta.
Aquello llamó la atención de Shikamaru.
-¿Tres años, eh?- murmuró, dirigiéndole una discreta pero inquisitiva mirada a Neji.
El Hyuuga no respondió, pero su semblante se había quedado mortalmente serio. Sus ojos escrutaban ahora a su hija, perdido en profundas cavilaciones. Al advertir aquel repentino cambio de humor, Shikamaru supo que había hurgado en una herida no cerrada. Sakura también se había percatado y su expresión se ensombreció.
Esa noche, cuando por fin todos los invitados se hubieron marchado y la casa quedó en silencio- para alegría de Neji- Sakura fue a su dormitorio, y encontró a su esposo con la niña en brazos, de espaldas al resplandor de la luna primaveral.
-Neji…-le llamó suavemente, no osando interrumpir la quietud del momento.
El Hyuuga se volvió ligeramente hacia su mujer. El pelo le caía a un lado del rostro, como ala de cuervo, y a pesar de la oscuridad Sakura adivinó la expresión triste de su semblante.
-No sé qué hacer, Sakura- murmuró él, acariciando el rostro de la niña dormida en sus brazos. Suspiró- No sé qué debo hacer.
Sakura se sentó en el futón, junto a él, y le cogió el rostro con delicadeza.
-¿Hacer respecto a qué, Neji?
-Respecto a continuar una tradición que ha ayudado a perpetuar mi sangre durante siglos- respondió él, abatido- Ahora mismo, no sé qué debo hacer.
-Neji- le dijo ella, con firmeza. Ya sabía a qué se refería.- No lo hagas. Ella no tiene la culpa.
-Aunque yo sea patriarca, sigo siendo un miembro sellado del Bouke, Sakura- repuso él.- Como hija mía, ella también debería llevarlo.
Sakura dejó caer la mano con que le acariciaba el rostro y con un gesto decidido le quitó a la niña de los brazos y retrocedió un paso.
-No vas a sellar a mi hija, Hyuuga Neji- le advirtió, con el más duro de los tonos.La niña se movió en sus brazos, molesta por el ruido- No va a pasar por una estupidez semejante.
Neji se puso en pie. Percibía la distancia que se había creado entre él y sus mujeres, y se sintió dolido.
-Estoy tratando de ser justo, Sakura- dijo- De hacer lo correcto.
-¿Crees que condenar a tu hija a pasar por lo mismo que tú es correcto?-replicó Sakura, herida. Apretó posesivamente a la niña contra su pecho y le dijo- No he llevado a esta niña durante meses en mi vientre para traerla a una existencia de humillación.
-Sakura…
-No, Neji- dijo ella, firmemente- Siempre tienes razón en todo, pero no en esto. Si sellas a mi hija, te abandonaré.
Neji se llevó las manos a las sienes y se las frotó ligeramente. Cada latido de su corazón le dolía como una aguda puñalada. ¿Cómo podía decirle eso¿Cómo podía pensar siquiera en abandonarle? Ella y su hija eran su vida, su mayor orgullo. Neji se sintió como si le hubieran arrancado el alma de cuajo.
Sakura debió percatarse porque se arrepintió de haber hablado de aquella manera. Se acercó vacilantemente hacia él y bajó la cabeza.
-Lo siento, Neji…estoy muy nerviosa- sintió que las lágrimas afloraban- Es sólo que no puedo dejar que lo hagas. Si Hinata te cedió a ti el patriarcado es porque supo que tú podías cambiar para siempre la familia y convertirla en algo muy distinto de lo que tus antepasados concebían.
Neji asintió lentamente.
-Tengo miedo, Sakura- confesó, en susurros- Estos ojos son una bendición pero también una maldición. Sin el sello, Himari se expone a ser raptada para robarle la barrera de sangre.- se volvió hacia ella- Me volvería loco si eso sucediera. Habría sido por mi culpa- musitó.
Sakura se acercó a él y reposó la cabeza en su pecho. Podía oír el latido agitado de su corazón, y cerró los ojos.
-Eso no tiene por qué suceder, Neji. Hay una manera mejor de protegerla- dijo.
Neji bajó la vista.
-¿Cúal?
-Haz de ella una gran ninja- respondió Sakura, con los ojos brillantes por la determinación- Haz de ella una mujer que sepa protegerse y proteger a los suyos. Ella ha nacido para ser lo mejor de tu familia. Hazla fuerte y no necesitará ningún sello.
Neji se quedó pensativo.
-¿Crees que puede salir bien?
Sakura sonrió por primera vez desde que entró en el cuarto, y le tendió a la niña.
-No lo sé. Pero conmigo tu entrenamiento hizo maravillas.-respondió- Imagina lo que puede hacer por una niña con el Byakugan.
Neji no dijo nada, pero no era necesario. Miró a Himari, dormida en sus brazos, y una sonrisa de satisfacción se dibujó en su rostro.
Oh, si. Aquella niña iba a librar batallas de gloria. Él se encargaría de convertirla en la mujer más fuerte de Konoha.
Ya sólo queda un capítulo (el de la adolescencia y amores de Himari)! Dejadme un review contándome qué os ha parecido este !
