JESZAS111: Hola, me alegro que te hayan gustado estos dos capítulos, espero que tanto como a mi, y que la continuación no te desilusione, también es un deseo que tengo ahora mismo. Weno, ya no se que decir... Te dejo ya, y lees tranquila. Cuidate tu también. Atte: Cherry-flower
Mirokus wife: Weno... la verdad es que de ahora en adelante quiero contestar a todos los reviews. Y otra cosa, aparte de que me alegra que te gustara, también me alegra que te provocara curiosida, pero no puedo decir nada, y el motivo del secuestro ya lo irás viendo poco a poco. Y por ello no te niego que sea alguna de las posibilidades que diste. Cuidate. Atte: Cherry-flower
Unidos por sangre
Capítulo 3
Sango llevaba puesto unos jeans y una camiseta blanca con un girasol bajo la chaqueta de sport de color naranja. Iba corriendo a la cafetería, no queriendo llegar tarde y que Kyo le cogiera manía. Cuando en la calle contraria ya se podía divisar la cafetería en la calle contraria, Sango se paró en seco cuando vio a Miroku delante de la cafetería, y con el una chica que le daba un beso en la mejilla antes de irse, aunque la noche anterior Sango había sacado la conclusión de que no sentía nada por Miroku, algo en su corazón la hizo sentirse triste, borrando su alegre sonrisa del rostro. Miroku que la vio a lo lejos venir lentamente, corrió hacia ella.
-Miroku: Hola.
-Sango: Hola –dijo con una voz triste y mirando al suelo.
-Miroku¿Te pasa algo¿Te encuentras mal?
-Sango: No es nada –dijo pasando de largo y yendo a la cafetería dejando en la calle a un preocupado Miroku.
Se cambió donde la tarde anterior y salió a la estancia principal donde ya estaba Miorku cambiado (n/a: es que es muy rápido). Miroku le iba a decir algo pero en ese momento entraba una pareja de chicas así que Sango aprovechó para atenderlas y evadir a Miroku.
-Sango: Buenos días¿mesa para dos?...
Miroku un poco triste porque Sango lo evadía comenzó también con su tarea.
-Miroku pensando¿Acaso me odia¿Qué hice mal?
Sango por su cuenta se dio cuenta de que Miroku no mostraba la alegría de siempre y eso la entristecía.
Pasadas unas tres horas, Kyo se dirigió a Sango y Miroku.
-Kyo: Chicos podéis descansar diez minutos.
-Sango: Gracias.
-Miroku: Si –dijo con pocas ganas.
Ese hecho no fue inadvertido por Sango y Kyo, pero ninguno de los dos dijo nada.
Los dos entraron en la trastienda donde tenían preparado un te y unas pastas. Sango se sentó en una silla y comenzó a beber sorbo a sorbo, muy lentamente pensando que demonios le sucedía a Miroku.
Miroku por su parte se sentó en una silla y apoyó la cabeza en su mano de mala gana. Mirando a la pared, sin decir nada, ni hacer nada.
-Sango: Aikido…
-Miroku¡Que! –contestó bruscamente, pero cuando se dio cuenta, miró a Sango, que ahora miraba el suelo -. Lo siento, no quise hablarte así.
Sango asintió con la cabeza pero no dijo nada.
-Miroku: Oenishi¿te molesta mi presencia?
-Sango¿Qué?
-Miroku: Nada déjalo, hay que ir a trabajar.
Pero aun las palabras de Miroku, Sango si le hizo caso a esas palabras analizando el contexto.
-Sango pensando¿Qué si…¿Me molesta? –dijo poniéndose roja –pe-pero yo…
-Kyo¡Oenishi! –sonó la voz de Kyo al otro lado de la puerta.
-Sango¡Ah¡Si ya voy! –y pasando por la puerta retomó su labor de camarera.
Esa misma tarde
Sango estaba sentada, frente a su mesa de estudio haciendo sus deberes. Entonces entró Kohaku.
-Kohaku: Hermana al teléfono, es Kagome –le dijo antes de salir de la habitación.
Sango suspiró y se levantó a ver que quería Kagome.
-Sango¿Si diga?
-Kagome: Hola Sango, espero no molestar pero es que… te quería ofrecer el ir mañana por la tarde al parque de atracciones.
-Sango: Pe-pero…
-Kagome: Vamos… no quiero ir sola –dijo poniendo voz de caprichosa –anda…
-Sango: Pero Kagome¿y los deberes?
-Kagome: Jo Sango si apenas había ya los acabé.
-Sango: Ya pero yo estuve la mañana trabajando.
-Kagome: Ya pero si te pones ahora los acabas. Así que, te dejo si me prometes que vendrás. ¿si?
-Sango: Está bien… -dijo derrotada.
-Kagome¡Perfecto! Entonces mañana a las cuatro te paso a buscar, estate lista –y colgó sin despedirse siquiera.
Sango miró el teléfono como queriendo ver a Kagome.
-Kagome: Ay Kagome, porque eres buena, sino… -colgó el teléfono y se fue a su habitación a acabar los deberes.
A la tarde siguiente
Kagome llamó a la puerta de Sango y esta fue a abrir. Cuando Kagome la vio, no pudo evitar abrazarla.
-Kagome¡Ne, Sango¡Estás muy guapa¡Ya verás como se quedan!
-Sango¿Qué?
-Kagome: Quise decir los otros que fueron al parque, ja ja ja ja –dijo Kagome queriendo enmendar su error.
Las dos se fueron y cuando llegaron al parque Kagome comenzó a actuar de manera extraña. Parecía buscar a alguien.
-Sango¿Kagome¿Qué haces?
-Kagome: Nada, nada –dijo empujando a su amiga hacia la entrada.
Cuando llegaron a la entrada, unas voces masculinas las sorprendieron por detrás.
-Kagome¡Inuyasha! –exclamó abrazando al muchacho de larga cabellera -. Hasta que se decidieron aparecer.
-Inuyasha: Si bueno…
-Sango: Kagome –dijo seria Sango captando la atención total de su amiga, luego se la llevó a un lado –con que no querías ir sola. Pero si ya habías quedado con Aikido y Koh. Para que demonios me dijiste eso.
-Kagome: Es que… -dijo temerosa –no quería ir sola con dos chicos, por eso parte de lo que dije tenía razón, además, mejor aquí que encerrada en casa –dijo llevandosela hacia la cola de entrada donde les esperaban Miroku e Inuyasha.
-Inuyasha¿Pasa algo?
-Kagome: No, no es nada. Bueno vamos.
Los cuatro entraron y fueron de atracción en atracción.
-Kagome¡Ah! Yo quiero repetir –dijo Kagome saliendo de la montaña rusa en la que acababan de subir.
-Sango: Yo me quedo abajo.
-Miroku: Si yo también.
-Inuyasha: Yo…
-Kagome: Anda Inuyasha, sube conmigo –dijo suplicante.
-Inuyasha: Bueno.
-Sango: Esto… Kagome yo me voy a pasear por el parque¿nos vemos en la entrada en dos horas?
-Miroku: Yo te acompaño.
-Kagome: Vale. En dos horas nos encontramos. Chao –dijo yéndose cogida del brazo de Inuyasha.
Con Sango y Miroku
-Miroku: Bueno¿adonde quieres ir?
-Sango: Eeee… bueno a ver, quiero… ir a otras atracciones como la casa de los espejos, la casa del terror o…
-Miroku: Bueno ¿pues comenzamos por la de los espejos?
-Sango: Si –dijo mientras seguía a Miroku hasta la atracción.
Cuando estuvieron dentro se divirtieron mucho riéndose el uno del otro, o jugando para crear imágenes más divertidas. Ahora soy gordo y bajo, alto y delgado, etc.
Cuando hubieron salido siguieron riéndose, recordando las imágenes.
-Sango: Ja ja ja, esa última fue muy buena, estabas muy bien.
-Miroku: Oye que tu también te viste en ese espejo. Estabas igual que yo.
Sango que se iba adelantando habló.
-Sango: Si bueno, pero no me voy a reír de mi cuando tengo por quien hacerlo.
-Miroku¡Que¿Te estabas riendo de mí?
-Sango¿De quien si no?
-Miroku: Pues de ti.
-Sango: Ya ya, sigue soñando. Bueno ¿vamos a la casa del terror?
-Miroku: Vale.
Dentro de la casa del terror
-Miroku: Bueno, hace un rato que no sale nada.
-Sango: Si –dijo aburrida.
-Miroku: Veo que no tienes miedo.
-Sango: Bueno, la casa del terror que hacíamos en el pueblo para las fiestas era más tenebroso –dijo sonriendo nostálgicamente recordando su pasado.
-Miroku¿No te gusta esta aquí?
-Sango: Si, si me gusta pero… ese lugar era único, con gente única.
Sango comenzó a hablarle sobre su pueblo a petición de Miroku.
-Muerto¡Aaaah!
Sango que no se lo esperaba se asustó.
-Sango¡KYAAAA! –gritó abrazando a Miroku y cayendo al suelo sobre el, a causa del impulso.
-Miroku: Sango.
-Sango: Que susto, no me lo esperaba –dijo sentándose sin darse cuenta de donde se encontraba.
-Miroku: Sango escucha.
-Sango¿Si? –dijo mirándolo y dándose cuenta de la situación, sin poder evitar ponerse roja. Se levantó de golpe y mientras Miroku se levantaba le pedía perdón una tras otra.
-Miroku: No pasa nada.
-Sango: Si bueno –dijo aún roja.
-Miroku¿Vamos? –dijo sonriendo al haber advertido el sonrojo de Sango.
-Sango: Si.
Los dos salieron de la atracción y decidieron caminar un rato.
-Sango: Bueno, ya solo nos da tiempo para una atracción más.
-Miroku: Si.
-Sango¿A dónde quieres ir?
-Miroku: Quiero subir allí –dijo señalando a una gran noria.
-Sango: No nos dará tiempo.
-Miroku: Si tienen que esperar, no les pasará nada –dijo cogiendo de la mano a Sango y llevándola a la gran noria. Cuando los dos estaban dentro, ninguno decía nada, Cada uno miraba el paisaje por un lado diferente.
-Sango y Miroku: Oye… -dijeron a la vez.
-Miroku: Di tu primero.
-Sango: Si, gracias. Bueno, tenía curiosidad, como conociste a Kagome y Koh, porque parecéis muy amigos.
-Miroku¡Ah! Bueno, ellos dos son amigos des del parvulario y yo les conocí en la primaria.
-Sango¿A si? Pues por como os lleváis yo diría que los tres erais amigos des del kinder. Lo que no entiendo entonces es como Kagome comenzó a salir con Koh el año pasado y no antes.
-Miroku: Bueno, eran tan amigos que no querían romper y acabar su amistad, así que Inuyasha salió con otra chica y Kagome se puso muy celosa y discutieron y bueno, ya te puedes imaginar –dijo riendo recordándolo todo.
-Sango: Vaya, eso no me lo contó Kagome.
-Miroku¿Y tu?
-Sango¿Qué?
-Miroku¿Has salido con alguien?
-Sango: Bueno, estaba saliendo con alguien pero cuando le conté que me iba, rompió con migo y al día siguiente ya estaba con otra –dijo triste mirando al suelo.
-Miroku: No debía quererte mucho.
-Sango: Supongo que no… -pero aunque ella lo reconociera, su tristeza no desaparecía de su rostro.
-Miroku¿Oye, y no podrías olvidarle conmigo? –dijo haciendo levantar la vista sorprendida de Sango.
-Sango¿Qué?
-Miroku: Sal conmigo por favor.
-Sango: Pe-pero –tartamudeaba roja.
Miroku se acercaba lentamente a ella y cogiéndola por la nuca se la fue acercando hasta que consiguió besarla. En un principio Sango sorprendida no se movió pero luego respondió a la muestra de cariño que le era mostrada por Miroku.
Cuando se separaron los dos se miraron con los ojos vidriosos y una sonrisa dibujada en sus rostros.
En la entrada
-Kagome¡Hola chicos! –dijo alegre al ver llegar a Miroku y Sango, que iban cogidos de la mano.
-Sango: Disculpad el retraso es que…
-Kagome: No pasa nada, se que estaban ocupados –dijo mientras comenzaba a salir del parque, seguida de Sango y los chicos.
-Sango¿Qué?
-Kagome: Inuyasha y yo les vimos en la noria, íbamos unas cabinas más adelante.
-Sango¿QUÉ! –exclamó roja.
-Kagome: Bueno, al final si que sientes algo por él ¿no?
-Sango: S-si –dijo derrotada, mirando el suelo.
Continuará en el capítulo 4
