Culpables
Track 3: Plan
-¡¿NANI?!
-Yo no quería que supieras... ¡Era una niña! Hice cosas sin pensar en las consecuencias y me vi condenada a vivir así
-Pero... ¡Y Mika! ¿Acaso ustedes dos nunca...? – Tohma negó con la cabeza
-Mis conocidos nunca se enteraron, y cuando crecí se acostumbraron a que ya era como hombre. Decían que era por mi trabajo y lo tomaban por naturalidad
-Fueron tantos años... ¿Por qué nunca dijiste nada? Hubiera preferido que dijeras la verdad
-Sé que me odiarías y yo no quería eso... porque te amo, Eiri-san
La droga comenzó a hacer efecto, Tohma aprovechó las circunstancias. Vio que Yuki se adormeció y lo dejó dormir. Para cuando él abrió los ojos, Tohma se había puesto una peluca rosada y todas luces estaban apagadas. Tohma llevó a Yuki hacia la habitación... y ya sabrán lo que pasó. Tohma le mintió a Yuki, y quizás ese sería el error más grave de su vida, y que muchos inocentes pagarían.
Yuki abrió los ojos y se encontró en un departamento que no reconocía. Nadie estaba a su lado. Se sentía mareado. Decidió levantarse, y cuando fue a la cocina encontró a Tohma.
-¿Qué diablos... hago aquí?
-¿No recuerdas? ¡Oh, de veras que estabas sedado!
-¿De qué hablas, maldito...?
-Por favor, te dije que soy mujer – Yuki gruñó -... ayer Yuki... en la noche... nosotros dos...
-No estarás diciendo que nosotros hicimos...
-Hai, Eiri-san
-Pero si yo recuerdo que era...
-Era yo... disfrazada de Shindou-san
-¿NANI? ¡No, yo me voy inmediatamente de aquí!
-¿A dónde vas? – rodeó su cuello con su brazo, ahogándolo, y puso un pañuelo en su boca, haciendo que Yuki se durmiera
Cuando Yuki despertó estaba en un auto, amarrado de manos y pies y vendado, y el conductor era Tohma.
-¿Qué te pasa? ¡Estás enferma, déjame ir!
-Ya fuiste mío, y no sabes lo feliz que me hiciste... aunque pensabas que era Shuichi
-¡Cállate! ¡No hagas cosas de las que luego te arrepentirás!
-No me arrepiento de hacerte mío, Eiri-san
-¿A dónde vamos? – dijo, enojado
-A un lugar especial
A las 2 horas de viaje y discusiones, llegaron a una cabaña que estaba a la orilla de un lago, en un hermoso bosque, lejos de todo.
-¿Y para qué me traes aquí? ¿Quieres que llame a la policía acaso?
-¿Con qué teléfono?
-Me escaparé
-No viste el camino
-¡Te odio!
Esas palabras calaron hondo en Tohma. Su amado Yuki, después de tantos años de mentira por amor, no podía decirle que la odiaba.
-No te creo...
-¡Créeme! ¡Me traes aquí, me estás secuestrando! ¡Me engañaste!
-¿Te engañé o por mi engaño engañaste a tu Shuichi?
-... ambas
-¡Deja de pensar en ese baka!
-¡Cállate! ¡Eres más baka que él! No sé... - dijo, cambiando de enojado a triste, y sus ojos dorados se apagaron – no sé cómo podré volver a casa y contarle todo a Shuichi
-No te preocupes, no volverás
Shuichi estaba muy preocupado. Yuki no estaba a su lado esa mañana, y por más que llamaba al celular no respondía, y claro... si Tohma lo había roto.
Cuando llegó a NG, notó que estaban todos afuera, junto con Mika.
-¿Qué pasa? – preguntó Shuichi
-Shuichi-san... - dijo Mika, inhalando mucho aire – Tohma anoche desapareció de la casa... estoy segura que fue en dirección a la tuya... ¿no sabes si fue para allá?
Shuichi abrió los ojos muy grandes. Recordaba haber sentido que Yuki refunfuñaba y se paraba y caminaba en dirección a la puerta, pero estaba tan cansado...
-Yuki... - murmuró Shuichi - ¡Yuki también desapareció, Mika-san!
-¿Qué?
-Sí... anoche sentí el timbre, pero no me levanté pues tenía sueño, y Yuki fue a abrir... no lo sentí volver, pero en la mañana no estaba y... el celular no contesta
-Fui a ver al departamento que tiene Tohma y... encontré un celular roto. Pensé que era de la basura de algún vecino... pero debe ser el de Yuki
-Seguchi-san... - dijo Shuichi, enfadado
-El jefe no contesta su celular – llegó corriendo Sakano
-Espero que estés bien... Yuki
NA: Muajaja pues no, mi querido Shuichi. Por más que yo ame a Yuki, no está bien (pobrecito que soy mala (). Por favor, R&R, no cuesta nada.
