Culpables
Track 8: Buscando la felicidad
Hiro llegó al edificio donde vivía Shuichi. Sí, Shuichi venía divertido, pero algo opacó esa diversión.
Yuki tenía a Hikari fuertemente en sus brazos, y apenas murmuró.
–… Tohma
–¡YUKIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!
Yuki miró a la persona que pronunció su nombre. Esa voz tan dulce… esa voz que a veces le mareaba, pero estaba vez sólo necesitaba oírla.
Todos quedaron quietos. Yuki y Tohma miraban a Shuichi, Hiro y Shuichi miraban a Tohma que apretaba el cuello de Yuki.
–¡Shuichi! – pronunció fuertemente Yuki
–Diablos, Shindou-san…
Tohma agarró a Yuki y comenzaron a correr. Yuki trataba de ir en dirección a Shuichi, pero no podía, pues tenía a la niña en brazos. Shuichi corría hacia Yuki, y Hiro se subió a su moto para atraparlos.
Tohma llegó hasta su auto y subió a Yuki, que con fuerzas impedía entrar al auto. Shuichi había llegado hasta Yuki. Estiró su mano para encontrarse con la de Yuki y ayudarlo, pero fue imposible. Tohma había arrancado, y Yuki se afirmó a Shuichi con fuerzas y lo besó dulcemente, mientras lágrimas brotaban de ambos. Shuichi cayó al pavimento. Hiro lo recogió y salieron persiguiendo a Tohma y al escritor.
–No llores más, Eiri-san
–¡Onegai¡Déjame ir!
–No
–Aunque sea unos minutos… ¡Por favor!
–¡No!
–¿Es por la niña¡No te preocupes, quédatela!
–¡No! No quiero que te vayas… ¡Quédate conmigo¡Ai shiteru, Eiri-san!
–¡Pero yo a ti no! Es más… ¡Te odio¡No me dejas en paz¡Me atas a ti con esta niña, y con la excusa de que con Shuichi no puedo ser feliz!
–Pero si tú…
–¡Se acabó¡Ya no me importa el pasado¡Me importa el ahora¡Por favor, déjame ir!
–¡NO!
–¡Tohma, por favor¡Estás loca¿Te das cuenta de las cosas que has hecho¡Me has tenido secuestrado por casi 3 años! - Yuki se quedó callado, cuando escuchó a Hikari que lo llamaba
–Papá… papá… papá…
–Hikari… - Yuki la miró y se abrazó a la niña
–¿Ves¡Si todo el mundo me odia¡Nunca me ha dicho mamá!
–¡Y te lo mereces!
La niña comenzó a llorar, y Yuki y Tohma dejaron de discutir.
Mientras, Hiro y Shuichi seguían aun a Tohma. Mucha gente miraba la persecución, mientras Shuichi gritaba a todo pulmón el nombre del escritor, haciendo que llamara mucho más la atención.
De repente, aparece un auto negro al lado de Hiro y Shuichi. Bajan el vidrio. Eran Mika y Tatsuha. Shuichi les esbozó una sonrisa. Tohma vio por el espejo retrovisor el auto de Yuki.
–Debe ser Mika – musitó. Yuki se asomó para mirar. Bajó el vidrio disimuladamente
La gente vio a Yuki y comenzó a gritar, llamando a la policía y a quien pudieran. Shuichi seguía llamándole.
–¡YUKIIII¡NO TE VAYAS, POR FAVOR!
–Sólo quiero decirte una cosa. En serio me gustaría poder salir de aquí, pero no puedo. Quiero que sepas que siempre te voy a llevar en mi corazón, nunca te voy a olvidar, Shuichi Shindou
A pesar de la distancia, Shuichi entendió cada una de las palabras de Yuki.
–¡No digas eso, Yuki¡Yo te amo!
–Y yo a ti, baka… - dijo Yuki, tristemente, causando la sorpresa de Shuichi
Mika perdió el control del auto. Se quedó cruzado en la carretera. Hiro frenó de repente y Shuichi apenas tuvo tiempo para afirmarse. La policía, que había llegado, no pudo avanzar porque el auto estaba atravesado. Hiro trató de poner en marcha la moto, pero vio que se había agotado la bencina. Shuichi se tiró al suelo pegándole al pavimento llorando de rabia.
–Estuve tan cerca… ¡Tan cerca¡TE ODIO TOHMA¡TE ODIO!
Mika movió el auto y la policía comenzó a pasar. Hiro abrazó a su amigo para que este llorara. Mucha gente miraba lo que había ocurrido.
–Hiro¿por qué me pasan estas cosas? – dijo Shuichi entre lágrimas
–Ojalá la policía atrape al loco de Tohma. Por ahora no tenemos nada que hacer
–¿Los llevo?
–Yo me voy con la moto, aquí cerca hay una bencinera. Gracias de todos modos, Mika-san
–¿Y tú, Shindou-san?
–Está bien. Mejor me voy
Mika llevó a Shuichi a su casa. 3 horas después llamó la policía, diciendo que no habían tenido éxito.
NA: Golpéenme, soy malvada. Estoy poseída. ¡Pero por lo menos se dieron un beso¡Y Yuki le dijo que lo amaba y muchas cosas lindas! Espero les guste la faceta paternal que le di a Yuki, encuentro que está muy linda. ¡R&R, onegai!