El fantasma de Canterville
Basada en el cuento de Oscar Wilde "El fantasma de Canterville".
Capitulo cinco:
La inscripción de la ventana.
-
-
-
Hola, soy Ginny Weasley y me considero una chica divertida.
No hace mucho que mi papá y mi mamá se llegaron a mudar a la antigua y fantástica Mansión de los Canterville, ante cede de la propiedad de lord Lucius, teniendo como esposa la tal milady de Narcisa y un chico que, por desgracia, aun no e tenido la oportunidad de ver.
Esta mansión es muy famosa y escalofriante por que, según se dice, habita un tal fantasma desde hacía siglos, que se hacía llamar Sirius Black.
No sé ni estoy muy enterada de él, fantasma que sí existe y e tenido oportunidad de ver... algo aterrador, tengo que decir, pero la circunstancias que os ví son mucho más aterradoras de lo que creen.
En primer lugar: los mozos de la mansión están inmiscuidos con él.
O al menos un par.
Yo, como esto es una especie de diario que acá a un lado me obligan a escribir y a narrar, expondré algunos detalles que yo y sólo yo y alguno que otros, muy pocos, tuvieron la oportunidad de apreciar.
No os preocupéis, pues yo os diré cosas curiosas que, aunque de carezcan de importancia, pondré. Espero les guste!
Todo empezó una mañana de un viernes. Amo dibujar!! Les dije que yo era una de las mejores dibujantes de mi antigua escuela?! Oooyyy, y mis hermanos ya les habrán comentado? No?! pues mal por ellos. Amo a los caballos, son mis animales favoritos, junto los conejos, pájaros y ardillitas... pero en primer lugar están los caballos. Estaba yo afuera de la mansión por el área oeste, donde el sol se fundía y moría por el horizonte, mientras arriba subida en unos tablones, justo enfrente de los establos. A sus alrededores estaba Fang, el perro gigante del igual gigante guardabosques que no-sé-cómo-se-llame. Este gigante ocupase, pues, alimentar y limpiar a los caballos, mientas yo les dibujaba. Alguien me tocó el hombro, y con sorpresa divisé que era nada menos que... ¿cómo era...? ¡así! ¡Germayony Greinger! la que me llamaba.
- Srita. Weasley – me saludó cortes pero fríamente. Supongo que era así por que estaba acostumbrada a como debía comportarse con sus antiguos amos – me encarga la señora que le avisase que ya llegó de comprar y que consiguió para usted una gran caja de colores oleo para que os ilustrase sus magníficos dibujos.
- Que raro. Mi mamá sólo me conseguía pinturas así cuando a mi papá le daban aumento cada 6 meses...
- Recordad que ahora con todos estos acres, bosques y recursos como el majestuoso nombre de la mansión, podréis decir que son más ricos que nunca.
Fruncí el seño ¡que raro hablaba! Parecía saca de la novela de Arthur Conan Doyle.
- Ehm... dile que ya voy.
Ni eso. Salí volada literalmente apenas la perdí de vista ¡colores nuevos! ¿desde cuando no tenía colores? Y miré mi cuaderno, dibujos trazados de madera e carbón. ¿Para que utilizar carbón si ahora tengo colores? Tiré esos pequeños pedazos y tan pronto puse pie en la antesala, grité con todas mis fuerzas:
- ¡¡MAMÁAAAA!!
Pero nadie contestó.
Y di un gruñido.
- ¡¡MAMÁAAAA!!
Todo estaba desierto.
Y luego caí en balde: mi mamá se había llevado a mis hermanos y a la criada ama de llaves (y seguramente también a mi papá) para las compras del mes. El cocinero cabello grasoso era muy estricto conforme a eso, le daba una lita que ni la misma la ama McGonagall entendía, sólo lo pedía en una tienda y se lo daban en una bolsa engrapada y los traía. Eran tantas cosas que entre mis hermanos podrían cargar, y mientras que también aprovechaban a comprar toda la comida que nos serviría sin agotarse pro las próximas 3 o 4 semanas. Debía de estar en la cocina, que estaba un subnivel, bajo del primero, casi en el sótano (Harry se esfuerza en que lo llamemos mazmorra). Filch debía de estar reparando una gotera del baño del segundo piso y ya sabemos de la tal... Herniamen o cómo sea y del gigante.
¿Y Harry, se preguntaran? Quién sabe. Allá él. Como dice el cocinero, que parece ser el cuidador y protector del plebe ese: Nunca discutas con un esquizofrénico. Sabio eso. Ese chico me da tanta pena....
Es más: de ese chico loco voy hablar.
Caminaba yo aburrida, triste por tirar mi carbón y de no tener pinturas, cuando me dirigía para mi cuarto, en el tercer piso, cuando di con accidente con la biblioteca en la segunda planta. Estaba entre abierta, y se oían murmullos...
Lo que vi me erizaron mis cabellos: Era Harry Potter, platicando con el espectro de Sirius Black.
- ¡No te inmiscuyas en lo que no te importa! – vociferaba el espantoso fantasma, sin uno de esos extravagantes disfraces, si no con una camisa mullida y unos grilletes sin cadenas en los pies descalzos.
- ¡Sólo te digo la verdad! – enfrentaba Harry, con una expresión de desafió y confianza que jamás vi en él.
- Eres sólo un pequeño psicópata y loco – musitó Black que, para mi eterna sorpresa, se encogió de hombros y se recalcó en un asiento al lado de la ventana.
- Puedes llamarme psicópata, loco o cómo quieras, Sirius Black, pero te juro, por mi honor, que lo que digo es verdad.
- ¿Desde cuando tienes honor y desde cuando dices la verdad?
- ¡Ustedes los fantasmas, siempre tan acomplejados...!
- ¡¡A QUÍEN OSAS LLAMAR ACOMPLEJADO!! – ese grito de pudor di que diera un gemido ahogado, afortunadamente, del nudo en la garganta que tenía.
- A vos.
- ¡No tengo por que estar aguantando tantas estupideces! ¡Dices que soy fantasma por que tenía sangre mágica y morí de tal forma que yo no encuentro libertad, ¿verdad?! ¡Pues metete esa verdad por tú culo! Tú no eres nadie para estar aquí y decírmelo.
- ¿Entonces por que estás aquí, escuchándome? – dijo Harry frunciendo el seño.
- Sí, por qué – dije para mí desde mi lugar.
El fantasma pareció meditar tal pregunta, por que se calmó de pronto y se desplomó cabizbajo en el asiento. Harry estaba justamente parado frente de él, firme y sereno, con la manos en su espalda.
Este espectro murmuró algo por lo bajo, inantigible para mis oídos.
Harry contestó con una mirada llena de melancolía.
- Sí, sólo puedo hacer eso, escuchar sus lamentos cuando no tengas a nadie quien te escuche. Dime: ¿cómo fue que te moriste?
Sentí un frío recorrer mi espina dorsal.
- Yo morí por que...
- ¡No! ¡no cómo moriste literalmente!
- ¿Huh? – dijimos al unísono yo y el Black.
- Quiero decir ¿cómo te sentías?
- Ah... oh... ¡ah!
- ¿Para que hizo era pregunta tan estúpida?
- ¿Cuál pregunta estúpida, Ginny? – dijo una voz curiosa detrás de mí.
- ¡P-papá...!
- ¡Hola! – exclamó mi papá abriendo la puerta de la biblioteca – Harry ¿qué haces aquí tan sólo?
- Yo no hacía nada, señor Weasley. Vine a ver qué podía limpiar.
- Esta biblioteca está muy sucia, tardarías mucho. Ginny puede ayudarte. Os aconsejo que empezáis por la ventanas: están tan llenas de polvo que ni el menor rastro de luz entra por ellas.
Harry afirmó con la cabeza y cuando mi papá se volteó, para examinar mejor aquel cuarto, el primero me miró de tal manera que sentí el mismo escalofríos como cuando vi por primera vez al fantasma.
Él sabía que lo había escuchado todo.
Incómoda me sentí cuando empezamos a limpiar nosotros dos la biblioteca. No era que Harry me lanzase miradas furtivas, pues no lo hacía. Si no aquella mirada pasional antes, que me llenó de frío y miedo al mismo tiempo. Él tarareaba sin prestar menor incomodo en mi persona. Limpiaba las ventanas que papá le había dicho que limpiase. Y que sólo era una, y muy grande, justo detrás de un viejo y gran escritorio, un tintero con telarañas y una silla mullida. Yo sacudía y sacaba por orden de cómo estaban acomodados los libros lleno e polvo, hollín y de otras cientos de cosas que ni me molestaré en agregar.
- cof cof – tosí mientras sacudía el alfeizar de la viejosísima chimenea - ¿desde cuando no limpian este lugar?
¡Parecía de siglos! Harry seguía limpiando aquella ventana.
- ¡Hola! ¡Hola! ¿Qué tenemos aquí? – exclamó él de pronto, dejando aun lado el trapo sucio.
Me puse junto con él. Léase impreso en la ventana en siguiente rezo:
Cuando aquel fantasma impreso,
se dejase algún día de lamentar,
y sus palabras pidiesen a gritos
algo de libertad
haced lo que cualquier fantasma
hiciese en su lugar:
que con caridad
y oratoria,
y buena fe señalar
cada uno de sus pecados
para encontrar manera de justificar.
Yo fruncí el seño, totalmente confusa. La cara de Harry reveló algo así de triunfo y satisfacción.
- ¡Eso es! – exclamó - ¡ya lo tengo! ¡Así Sirius encontrará la paz!
- ¡Pero chamaco! ¿Qué dicéis...?
- ¿No lo entiendes?
- ¿Entender qué?
- ... olvídalo. No lo entenderías, eres una muggle.
- ¡¿Mugre?! – grité colerizada.
- ¡No! Mug....
- ¡Grosero!
Me levanté indignada, enojada por el insulto que me soltó ese desdichado loco y su mente paranoica. Lo siguiente que recuerdo luego de eso, fue a mi hermano Ron que corría hacia mí, desde la puerta lateral del recibidor.
- ¡Ginny! – me dijo - ¡Qué bueno que llegas! ¡a qué no sabes! Te perdiste ahora una de los mayores acontecimientos desde que la familia Weasley puso un pie en esta casa. El fantasma apareció hace minutos en el comedor donde estábamos todos. La señora McGonagall, mi papá, mi mamá, mis hermanos y el señor Snape. Había soltado una fría y cínica carcajada apareciendo de la nada por debajo de la mesa y paf y choca y vodca todo el estofado que el señor Snape había inventado con la insistencia de mi mamá para ayudarle también (osea, todos esclavizados en la cocina cortando y echando cosas al montón....) y púsose Snape (¡el único que no se asustó!) encabrizado, agarró todos los platos que estuvo a su alcance y se los azotó al fantasma gritando "¡Jodido seas, Black! ¡¡Tirando la comida por la que tu te moriste...!!" y pusosé estático, mirándole asustado. Y a todos nos dio miedo. Si literalmente uno puede matar por la mirada ¡todos seríamos fantasmas con echarle la ojeada a Snape! El fantasma se desapareció tan rápido como se salió y el señor Snape se asomó por la puerta para echarle el grito a Filch para que limpiase todo el desastre que causó. Recién terminamos yo y mis hermanos a limpiar, pues madre exponiendo cómo os somos capaces que siendo tan jóvenes, no ayudemos a ese anciano.
Dio un suspiro y se sacudió las rodillas llenas de polvo.
- ¿Y vos? – me preguntó curioso - ¿dónde estabas?
- Limpiaba la biblioteca con Harry... ¡Dios! Siglos debe de llevar desabitada para estar tan asquerosa. Encontré tres libros hechos grabillo, igual como cuando agarras una esponja y se deshace a pedazos en tus manos, y los demás simplemente estaban empolillados.
A mi hermano no debió de convencerle esa respuesta pues se cruzó de brazos y empezó a mover el pie, con el seño fruncido.
Suspiré.
Y le enseñé el extraño rezo que Harry descubrió al limpiar la ventana.
- Wow... está grabado en el cristal y perfectamente delineado... – comentó luego de un minuto de observación – esto es el trabajo de un experto.
- ¿Pero qué quiere decir?
- No lo sé, pero me parece que quiere dar a entender que para encontrar la paz, el "fantasma" en cuestión tiene que corregir sus errores, supongo.
Y le conté todo lo que yo habría presenciado entre la conversación de Harry y del fantasma.
Él, por obvia, no me creyó. Pero le recalqué que si yo tampoco no lo hubiese visto con mis propios ojos y escuchado con mis oídos. Tal debió ser la gravedad de mi cara pues su cara se fue ensombrecido conforme cada palabra decía.
- Ese fantasma es una amenaza para todos – exclamó eufórico - ¡entonces es él quién os lava la mente a Harry!
- ¡Ya te dije que este se quejaba por decirle que era el fantasma de un mago!
- Y a mi me llamó mugre la semana pasada.
- Le preguntaré por qué.
- ¡¿Estas loca!? ¡no le digas nada!
- ¿¡Por qué?!
- Sí ¿por qué no, Ron? – preguntó Harry saliendo de la nada.
- ¡Aahhh!
- ¡Harry!
- ¡Ginny!
- Hola.
- ¡Hola!
- ¿Hola?
- Hola. Oye, Ron, ¿por qué no? – preguntó denuevo mirando con una sonrisa a mi hermano. Yo intenté discúlpame, y me escabullí, cuando tuve la oportunidad, por el pasillo entre estantes que daba a la puerta, dejando a mi hermano atrás, entre el muchacho y la ventana.
Hay... yo ya quiero terminar aquí, pues lo siguiente que tengo que decir no es de tanta importancia... bueno, tal vez sí, pero no tiene nada que ver con el fantasma (¡sí! ¡tengo ya pinturas a óleo! ¡y ya los voy a estrenar!) y si me es posible decir, los dejaré a contnuación con el punto de vsta de mi hermano.
-
-
-
-
-
¡Sigo viva para su desgracia!! ¡No me e muerto! Aunque más de uno así lo quiera ¡mi más sincera disculpa! ¿desde cuando no actualizo...? ¡no sé! No tengo justificación... ¡ninguna! Soy una irresponsable. Está en mi sangre. U Me lo he escrito de un jalón, en el trascurso de dos días, y estaba un poco apresurado.... en fic ¡vamos con los reviews!
Ehm... y no sé pero me parece que últimamente parezco algo reseca al escribir ¿les parece? ¡díganmelo!
-
-
Safrie: Safrie n.n ya te debía desde hace mucho un review, qué bueno que lo hayas leído ¿te gusta? XD gracias, me haces sonroja. Bueno.... Harry, para empezar, no está tan loco como le dicen todos. Para mí es uno de los más sabios y mal apreciado de la historia XD no te digo más, más adelante lo sabrás. Sí, fue lo único que mi pobre creatividad fue capaz de hacer: poner a Snape de cocinero. Pero es uno bueno! nñ te lo aseguro. Aun amargado pero bueno al fin.
Nah, hasta la Hermione de Rowling está amargada, no esperes milagros, y lo de Black, que sufra todo lo que le a hecho sufrir a MI Sevie XD
Bueno, a tu pregunta.... nop, Severus es el protector de Harry y dudo mucho que aunque le irrite el plebe, lo aprecia mucho para rebajarse para darle simples plantas alucinógenas, para eso están las drogas!! ¬¬ digo! No, no le da nada XD
Y Harry no está desquiciado, sólo un poco loco...
Pero muy, muy poco...
Sí le continué, fue para que no me matases XD y me gustó mucho tú review y en una parte hasta me hizo reír. Espero te guste este cap. El que sigue trata de Ron. Faltan los gemelos, Harry y Severus.
-
-
Dany Black: ¡Muchas gracias! me gusta escribir a personajes acomplejados. Espero tu review de este cap
-
-
Algo se me dice que por algún tiempo no habrán muchos reviews este año... Y para los lectores de "Segunda Identidad" os informo que ya publicaré nuevo cap y aprovecho para darle publicidad a un nuevo fic que estoy haciendo "Una nueva Generación" de Harry Potter y ya que están por ahí algún vistazo a "Lo que él no sabe" de Sherlock Holmes ¡vamos! ¡un vistazo no les hará daño! XD
