Este dolor
No, no puede ser, el no puede irse, no de esta forma, no tan repentinamente, no así, por favor, que mi mente me este jugando una broma, que mis sospechas no sean ciertas, que no se haya ido, que no me haya dejando, aquí sola, porque sola estoy, quien me entiende si no el, quien me comprende si no el.
¿Quien?
Regreso sobre mis pasos lentamente, dolorosamente, regreso sobre mis pasos sin entusiasmo, regreso y mi corazón poco a poco se va desgarrando, cada segundo va desgarrando mientras acelera mas su paso, cada segundo que pasa la habitación se encoge o es mi encierro, mi propio encierro, siento un sabor salado recorrer sobre mis labios, un sabor amargo, un sabor que hace mucho no probaba con tanto dolor. Mi mirada se dirige a esa carta, sobre la cama, la que provoca este dolor, mi dolor, la que causo mis sospechas, la pieza que confirma, la pieza que lastima, que hiere, es la pieza que desgarra, que me desgarra.
Una punzada en mi pecho me dice que no puedo mas, no puedo, no puedo creerlo, no quiero, no quiero confirmarlo, que estas sospechas se las lleve el viento para no volver jamás, que estas sospechas me dejen para así no sentir morir, solo quiero que me dejen.
Gotas caen al frió suelo pesadamente, caen sin esperanza, caen para seguir cayendo, caen para desahogar, caen para aligerar este dolor tan intenso que me carcome por dentro, solo caen, pero no aligeran, no desahogan, no ayudan.
Mi cuerpo no resiste más, aunque se encoja mas no puedo llegar, mis pasos ya no son pasos, no puedo mas, no puedo soportarlo, sigo el camino de estas gotas, estas gotas de las cuales no tengo control, mis rodillas comprueban el frió del suelo, siento la humedad en mi rostro, en el suelo, las siento en mi, siento el dolor.
Quiero gritar, quiero decir que no puedo, no quiero aceptarlo, quiero gritar que ya no puedo mas, no puedo mas con este dolor, quiero gritar para ser escuchada, para ser despertada de esta terrible pesadilla, de esta tortura, quiero gritar pero no puedo, mi voz es silencioso, mi voz no la escucho, mi voz no tiene sonido.
El ruido del corazón siendo desgarrado, siendo torturado, disturbe el silencio, la oscuridad me inunda, me envuelve, me aferra a ella y no me deja salir, no me deja librarme.
Mis fuerzas se pierden en su total, me dejan inútil e incapaz de ir tras el, me dejen frágil, frágil ante la luna, el testigo de mi sufrimiento, frágil ante mi.
Estas sospechas tan repentinas, estas sospechas que derrotan en menos de un segundo, estas sospechas que no quiero confirmar, estas sospechas que destrozan en mil pedazos, estas sospechas que clavan como una daga sobre mi corazón, clavan sin piedad y sangra, sangra por el dolor tan intenso que me ahoga, que me debilita.
Pero son solo sospechas las que me hieren, no quiero confirmarlas pero debo, no puedo estar así negando este dolor sin razón, poco a poco y con esfuerzo no siento el frió suelo tocar mi piel, mis pasos ya son pasos, me dirijo a la pieza sobre la cama, a la carta, las sabanas chocan con mi uniforme, extiendo mi brazo para así tocar uno de los causantes de mi sufrir, de mi aun sufrir, la acerco mas a mi, tanto que mis lagrimas caen involuntariamente en ella, constantes del dolor que siento, constantes de mi debilidad, de mi derrota.
Mi mano temblorosa me impide abrirla, impide leer el contenido del cual hace unos minutos creí que no era de mi inconveniencia, de mi incumbencia, pero ahora que decido leerla no puedo o me opongo a cualquier método leerla y lo hice por medio de un ligero, si es que se le puede llamar ligero, temblor.
Doy media vuelta dejando la carta caer sobre la cama, un paso he dado cuando me detengo, cuando razono que la cobardía ha decidido apoderarse de mi y solo por una carta, solo por unas palabras, solo por un papel y un poco de tinta, solo por eso.
Segundos, tal vez minutos quede inmóvil, quede ausente, perdida en mis pensamientos, perdida en mi dolor y en mi cobardía, aun ausente, aun perdida las lagrimas siguen cayendo constantemente, como puedo derramar tantas lagrimas sin control alguno, como puedo seguir manteniéndome en pie aun cuando las fuerzas ya no me caracterizan, como puedo leerla.
¿Como?
Un solo movimiento y otra vez estoy frente a ella, frente a la cama, frente a la carta, ahora mojada, una vez mas estiro mi brazo para sentir nuevamente como mi mano empieza a temblar, como resiste a la idea de leerla, pero no, no le doy esta satisfacción, abro con lentitud el papel, con gran lentitud, como queriendo desaparecer las palabras que fueron escritas por el, las palabras que terminaran de destrozarme, de eso estoy segura, la acerco aun mas a mi, a pesar de la oscuridad de la habitación puedo ver que las palabras están ahí, cierro los ojos, no puedo afrontarlo, no puedo enfrentarlo, el dolor es tan grande que creo morir en el, creo perder en el.
Mi mano aun tiembla, mis ojos siguen cerrados, mi dolor sigue presente, mis lágrimas aun corren, mi corazón sigue desgarrándose, mis sospechas golpean aun con más fuerza, mi voz sigue sin escucharse, mis fuerzas se desvanecen y el frió suelo se acerca mas, chocare con ella, golpeare con ella, lo siento pero no veo…
"Callas porque estas ausente, no estas aquí, distante y dolorosa como si hubieras muerto"
