Siempre esperando

Que haces aquí, pregunta sorprendidamente Dumblendore, las palabras que distorsionaban el intenso silencio, causando murmullos en cada rincón del comedor, provocando varias dudas a los alumnos y más a los profesores, dudas de cómo sabia su identidad, dudas del por que se sorprendió tanto al ver a ese singular grupo y por que su mirada, en ves de su caracterizada seguridad, demuestra ahora, asombro con una cierta pizca de temor, a pesar del tenso momento su mano se dirigió con sutileza hacia donde se encontraba su varita, oculta tras la desliñada túnica negra, poco a poco se acercaba para estar en contacto con ella, confiado porque los encapuchados no hicieron ningún movimiento que podía afirmar o sospechar que estaban al tanto de sus intenciones siguió con su cuidadosa búsqueda, centímetros antes de llegar a tocar su apreciada varita una voz le hizo detener bruscamente

Ni siquiera lo piense – La voz que le hizo detener causo varios estremecimientos alrededor del Gran Comedor, por su áspero y intimidante sonido, daba mas razón aun de temer a estos distinguidos encapuchados, provenía del aparente "líder" del misterioso grupo – No se lo recomiendo

Otra vez gobernó el silencio, mas espeso que antes, mucho mas espeso, ahora se escuchaba con mas claridad como las ramas de los árboles chocaban ferozmente unas con otras, todos miraban con expectación al Director, que estaba extrañamente perdido en sus pensamientos o eso parecía, unos que otros miraban a los encapuchados, queriendo ver, con un poco de suerte, sus rostros, pero sus capas le hacían imposibles de distinguirles.

Había cierta castaña que su vista no iba de aquí para allá, estaba fija en algo o en alguien, en el primero de esos encapuchados, en el que los dirigió adentro del Comedor, el que hace unos segundos hablo, el "líder", sabia quien era, lo supo justo antes de que entrara, lo supo antes que Dumblendore, lo supo y no sabia por que, al igual que no sabia del por que de su voz, que inexplicablemente le estremeció pero a la misma vez le aterro, nunca le ha tenido miedo, no tanto como ahora, su forma de hablar, su rigidez, su posición con los brazos atrás de la espalda, al igual que los otros, le intimidaba y como podía ver no solo a ella, también a la mayoría de los alumnos y de los profesores, pero no podía explicarse es por que Dumblendore parecía también intimidado hacia el, el mago mas poderoso que se conocía no pudo tocar su varita solo por esa voz, el mago mas poderoso no sabia que hacer y de eso ninguno paso desapercibido a su indecisión y desgraciadamente a su inseguridad.

Quien eres? – Una típica voz vino de la mesa de profesores, su ya conocida forma de arrastrar las palabras sorprendió a algunos, quienes no creyeron que su arrogancia llegara a tanto que parecía no temerle a los encapuchados y al no recibir respuesta alguna volvió a preguntar alzando mas la voz, aunque no era necesario debido al profundo silencio y levantándose de la silla, como en busca de intimidar a alguien – Quien eres?

Severus, Severus, siempre te metes donde no te llaman dijo otra vez la misma voz, nuevamente ocasionando los mismos estremecimientos, ante la envidiosa mirada del mortigafo (o ex mortigafo) , pero este en vez de quedarse callado siguió tratando de averiguar la identidad de estos

Quien rayos eres tu? Quienes son ustedes? pregunto prácticamente gritando

Nuestro querido mortigafo podrías quedarte callado aunque sea por unos segundos o es demasiado pedir respondió sarcásticamente el encapuchado sin dejar, en ningún momento, de mirar al Director.

No te atr…

Severus! Dijo el Dumblendore interrumpiéndolo y Snape no tuvo mas remedio que volver a sentarse mientras maldecía graciosamente entre dientes

Que haces aquí? Pregunto el Director, que al parecer recuperaba un poco de valor

Sabes muy bien por que estoy aquí respondió este sin mover ni un solo músculo

Cuando falta?

Aproximadamente unos 10, tal vez 15 minutos

Ok, que hacemos?
Querrás decir que haremos nosotros, sin ti, por el momento no eres de nuestra utilidad dijo despectivamente el encapuchado antes el asombro de todos y mas aun del Director, pero este sabia que no podía contradecirlo, ya era inútil, ahora ya nada estaba en sus manos, solo de el.

Entonces, que harán?

Seria inútil dejarlos salir para que se dirijan a sus respectivas salas, no habrá tiempo, tendremos que dejarlos aquí, al igual que ustedes, algunos de nosotros están esparcidos en el castillo en alerta a que entren, ellos nos informaran cuando están aquí. Yo daré las órdenes aquí y tienes que seguirla impecablemente, al igual que los alumnos y los profesores ¿Esta claro?

Si respondió el Director ante la sorpresiva y aterrada mirada de todos

Levántense todos, ahora! Ordeno el encapuchado y sin espera alguna todos le obedecieron.

Con un ligero movimiento de la mano, el extraño hizo desaparecer todas las mesas, llevándose así las sillas y los restos de la comida, dando media vuelta se situó en el centro del Comedor, seguido de los otros y dando una mirada alrededor hablo.

Los prefectos, demuéstrense!

Con temor los prefectos salieron de la apretada multitud, quienes se ajustaban contra la pared, alejándose lo más posible de esos encapuchados, entre ellos estaban Hermione y Ron, quienes iban igual de asustados que los demás, aunque Hermione era la más calmada.

Estos ya estaban reunidos veían como el misterioso "líder" hablaba con otro encapuchado, quien de lejos se podía ver que era mujer por sus movimientos al caminar. Segundos después de explicarle, lo que dedujeron al ver como este solo hablaba y la otra asentía cada pocos segundos, la mujer se dirigió hacia los prefectos y el otro se dirigía donde los profesores y al parecer también les daba indicaciones al mismo tiempo en que señalaba a los prefectos y a la puerta del Gran Comedor, mientras los otros tres encapuchados restantes vigilaban la misma puerta.

Va a haber un ataque, no pueden esconderse, no habrá tiempo, los llevare al lugar donde haya menos peligro, no quiero ver a ninguno de los alumnos involucrarse en el ataque o tratando de ser un héroe, quiero que los controlen ¿Entienden? Dijo la encapuchada mujer, que con su tranquila voz relajo un poco a los asustados prefectos

Quienes atacaran? Ustedes están de nuestro lado? Pregunto un prefecto de Ravenclaw con visible preocupación y asombro

Los mortigafos atacaran junto con Voldemort – Todos se estremecieron, a excepción de Hermione, quien ya estaba acostumbrada escuchar y decir ese odiado nombre – Y si, estamos de su lado, ahora síganme y llamen a los demás

La mujer guió a los prefectos y los alumnos hacia una pequeña puerta a la izquierda, que se encontraba casi al fondo, fácilmente podía pasar desapercibida pero aun así sabían que los mortigafos registrarían todo el castillo, dentro de la puerta se encontraban diversos objetos, al igual que el primer encapuchado, con un ligero movimiento de su mano todo desapareció, dejando ver un gran espacio apenas suficiente, uno por uno entraron, quedando bastante ajustados, los prefectos debían quedarse afuera, algunos debían vigilar la puerta y otros debían ayudar a los profesores.

Ron sin pensarlo se ofreció a vigilar la puerta junto a otros tres, mientras los demás, quienes entre ellos estaba Hermione, se dirigían a donde los profesores, que aun hablaba con el primer mortigafo, la mujer encapuchada también iba con ellos, al llegar todos callaron al instante, incluso el encapuchado, quien miro a cada uno de los prefectos, deteniéndose un poco mas en la castaña.

Los alumnos ya están seguros, no tuvieron mucho problema en entrar, cuatro prefectos vigilan la puerta y los otros están aquí informo la mujer encapuchada al otro, quien aun seguía evaluándolos.

Este sin decir palabra llevo sus manos al principio de la capa, donde deslizaba lentamente hacia atrás con las intenciones de revelar su identidad, seguido de la mujer, la castaña sentía su corazón palpitar precipitadamente, cada segundo que pasaba le era una eternidad, solo quería verlo, una vez mas después de casi tres meses y se dio cuenta que aunque pretendiera odiarlo o olvidarlo, siempre lo estuvo esperando, siempre.