El calor de tu cuerpo

El calor que tu cuerpo desprende altera mis sentidos, sale a relucir mis más silenciosos deseos, una tentación difícil de contener y ocultar, una tentación que solo lo provocas tu, logrando así una deliciosa tortura.

Dime¿Yo provoco lo mismo en ti?

Su capa se deslizo por completo, dejando ver su identidad, una identidad misteriosa para otros pero también una identidad esperada para los demás, esperada para mi, su forma de actuar y pensar era el desconcierto de muchos, su forma de comportarse dejaba muchas intrigas.

Impasible es lo reflejaba ahora su rostro, un rostro que a pesar del tiempo y de su seriedad no ha perdido el aire atractivo.

Intimidante es lo provocaba ver esa mirada, que aun conservaba el brillo resaltando aun mas su color esmeralda.

Su voz, áspera y brusca decía más de lo que ha pasado, más de lo que ha cambiado.

Ahora es su voz la única que me dice lo mucho que ha cambiado, sus ojos ya se me hacen imposibles leerlos, descifrarlos, interpretarlos, tal vez fue el tiempo el culpable o quizás soy yo la culpable, tal vez no necesite nadie mas para saber que es lo que oculta o quizás ya tiene alguien mas, alguien que ya no soy yo, tal vez se cierra para no ser visto o quizás yo me cierro para no verlo, lo único que se es que ahora no soy mas que una simple prefecta y su indiferencia me lo demuestra sin lugar a dudas.

Se vuelve a colocar la capa, ocultando a si otra vez su identidad, ya no puedo mirarlo, no puedo analizarlo, no puedo contemplarlo, pero me mira, una rápida mirada hacia mi antes de ocultarse tras su capa, me mira y descubre indiferentemente que no he perdido ni un detalle desde que llego, me mira y me quedo sin aliento…

Todos se colocan en sus posiciones mientras el se dirige junto a ella hacia los otros encapuchados, quienes aun no he visto su rostro y no creo que los haya conocido antes.

Inspeccionó alrededor mío, unos esperan con temor a lo que vendrá y otros solo esperan con impaciencia, unos miran con nerviosismo a su alrededor y otros solo miran sin emoción.

Sigo mirando sin nada nuevo, nada que me sorprenda, nada hasta ahora, cuando note que me miraba, desde lejos, pero lo note, su expresión es indescriptible, por alguna razón había deslizado su capa otra vez, dejándose ver, fue solo un segundo nuestra conexión, pero el suficiente para saber que aun podía interpretar sus gestos, que aun podía leerlo, a pesar de todo no ha cambiado mucho por que sus ojos aun reflejaban aquel temor de perder a sus "amigos", no se necesitaba palabras para saber que es lo que piensa o a quien tiene miedo perder, no se necesita contemplarlo por horas para saber cual es su temor o su preocupación, una mirada a esos esmeraldas es lo único que se necesita, lo único.

Varios gritos nos distraen de nuestros pensamientos, varios hechizos llegan a mis oídos, varios movimientos veo pasar alrededor mío, varios parpadeos doy para darme cuenta que los mortigafos han llegado…

Pero mira a quien tenemos aquí, la rata de la biblioteca, la mugrosa sangre sucia escucho decir de alguien a mis espaldas y sin perder tiempo me enfrento al mortigafo con la varita en alto y mira el poco de mi sorpresa al ver a Draco Malfoy, amenazándome con orgullo y seguridad.

Me dedico solo a sonreír con ligereza mientras sigo conservando mi guardia, al ver que este no piensa hacer ningún ataque por el momento, decido atacar primero.

Expelliarmus!

Petrificus Totalus!

Unos menos murmuro mientras sigo en búsqueda de mas mortigafos, quien aun siguen luchando ferozmente con los encapuchados, estos a pesar de tener varias similitudes de sus capas con los mortigafos, se les puede diferenciar, como el pequeño escudo de un fénix sobre un león, quien se le puede apreciar a varios metros de distancia, sin descansar ni un segundo sigo lanzando hechizos aturdidores, junto a otros, a diestra y siniestra…

…….

Uno que otro rastro de sangre confirmaba el ataque de los mortigafos, uno que otro herido gravemente son una de las consecuencias, ya ha pasado algo de tiempo desde que los mortigafos entraron abruptamente por la puerta, hasta los rastros de sangre, esparcida por el suelo, se encontraba seca.

Harry ha decidido cerrar la puerta del Gran Comedor, dejando a todos adentro una vez mas, al parecer el castillo no esta del todo seguro, no se sabe si es una trampa esta repentina forma de huir.

A pesar de que trata de no preocupar a nadie con los variados hechizos que recibió y mas por los cuatro crucios que sufrió o eso escuche decir de uno de los encapuchados, su forma de caminar y sus gestos lo delatan al hacer cualquier movimiento, le duele bastante, lo veo sentarse en una de las pequeñas mesas que hizo aparecer junto con bastantes camillas para los heridos, yo me ofrecí a ayudar a curar las heridas de los demás, junto con Snape, que este solo preparaba pociones de mala gana, al menos que sean de Slytherin pero estos ni un rasguño tienen y ni es para extrañarse.

Veo como Alyson, la chica que acompañaba a Harry en todo momento y la misma que nos guió a la puerta del fondo, lo mira tiernamente mientras acaricia su mejilla izquierda con mucha devoción, definitivamente mis celos hacia ella no eran sin razón o motivo y ver solo como el ni siquiera impide esa suave caricia… esa escenita no es para nada de mi agrado, todo lo contrario mas bien, por lo que me dirijo a ellos aparentando seguridad, a pesar de sentir mis piernas temblar hasta tal punto que no se si podré llegar a ellos sin tener que caer y después arrastrarme para separarlos.

Llego hacia ellos sin parar, siento sus miradas en mi nuca mientras preparo lo que utilizare para curarlo, bueno solo mojar los paños limpios en alcohol, pero aun así actuó como si estuviera a punto de participar en una cirugía o algo similar, si dejaran de mirarme estaría mucho mas cómoda, pero no, les gusta fastidiarme la vida…

De reojo veo como dejaron de mirarme y siguen con su "interesante" platica, por lo menos ahora puedo escuchar de lo que hablan y yo sigo mojando una y otra vez los pañitos, aunque no sea necesario porque con solo una vez basta, pero en fin….

Como te sientes? Escucho decir cariñosamente Alyson y suelto un bufido apenas percibible, al escuchar la estúpida pregunta.

"Recibió cuatro crucios, como rayos crees que esta?".

Decido tranquilizarme mientras sigo con mi patética "tarea" con el alcohol y los paños.

Podría estar mejor, necesito que junto a los demás verifiquen todo el castillo, hasta las salas comunes, los terrenos, todo…

Ok, eso haremos

Y quiero que duerman en varias salas comunes, solo por seguridad

Tienes razón, no se sabe que puede pasar dice la chica para después irse al mismo tiempo en que yo suelto una sonrisa entre alivio y alegría al ver que se fue, por suerte Harry no se percato de esa sonrisita.

Con actitud impasible me coloco frente a él, mojo el pañito "otra vez" con alcohol y se lo coloco en la ceja izquierda, donde tenía una pequeña herida, pero la condenada no deja de sangrar, aunque no es mucho pero si llama mi atención.

Veo como Harry empieza a inspeccionar a su alrededor, verificando que todo este en orden, pero a mi no me favorecía esos constantes movimientos de la cabeza, de aquí para allá, de allá para acá, tiene que estar bien quieto si quiere que le cure la herida perfectamente, así que sacando valor que ni se de donde, dirijo mi mano izquierda, la que esta desocupada, hacia su barbilla, donde lo sujeto firmemente, una vez que lo hago veo lo que provoque, esta frente a mi, mirándome fijamente, claro yo finjo tener toda mi atención en esa pequeña herida, como si fuera lo mas interesante que he visto, aunque en este momento ojalá lo fuera.

Una vez que termino de limpiar los rastros de sangre de su rostro y curar la herida de su ceja, bajo para poner mi, nuevamente "atención", en esos labios tan sabrosos, los cuales aun me impiden dormir solo por recordar su exquisito sabor embriagador, tratando de contenerme curo la herida de su labio con rapidez, así puedo alejar mi vista de esa deliciosa boca.

Al terminar "o eso creí yo", el ojiverde se quito su capa dejando ver una camisa blanca aunque ahora estaba mas roja que blanca, producto de la sangre de sus heridas, "la huella de los crucios" pensé yo con desagrado y compasión.

Sin perder tiempo, mis manos temblorosas se dirigieron hacia los botones de la "roja" camisa, poco a poco iba desabotonándolos, entre cada botón cada suspiro, supongo que se dio cuenta porque lo vi de reojo sonreír con ligereza.

Cuando la camisa fue totalmente desabotonada, la deslice con cuidado hacia atrás, rozando con sus anchos hombros la deje caer, no pude evitar ahogar un gemido al mismo tiempo en que cubría mi mano con mi boca, en una reacción muy familiar de mi cuando algo me sorprendía o me asustaba bastante y en este caso son las dos, el pecho cubierto por la sangre tenia horribles heridas, muy profundas a mi parecer, al igual que su espalda.

Inmediatamente empecé a limpiar y cuidar con extremo cuidado todas sus heridas, eran bastantes por lo que me tomo varios minutos, quizás una hora en terminar las del pecho, note como sudaba por el intenso calor que sentía, como si fuera pleno verano, lo cual era aun mas extraño por que estábamos apenas finalizando el invierno. En fin, seguí bajando para curar las que se encontraba en sus abdominales, por dicha eran pocas y no tan graves como las de antes, me moví un poco para curar una que se encontraba en sus costillas, al lado derecho, este sin objeción levanto el brazo derecho para tener yo mas comodidad, a lo cual respondí con un simple "Gracias", a lo que el respondió en un suave murmullo "No, gracias a ti", provocando que sienta mi corazón latir a mil por hora, al finalizar con esa herida, di la vuelta para curar las de la espalda, estas si fueron muy pero muy pocas, con costos unas 3 o 4, algo superficiales.

Al terminar recorrí con mis manos delicadamente su tórax y su espalda, asegurándome de que no pasara ninguna herida por alto, pero eso no me impidió admirar el musculoso y ejercitado cuerpo que tanto extrañaba, lo sentí estremecer cuando aproveche esa situación para acariciar con disimulo una que otra parte de su pecho, con cada segundo que pasaba, mas calor sentía, al apartar mis manos del calido cuerpo, sentí casi inmediatamente frió en estas, sin darle mucha importancia limpie un poco el sudor de mi frente pero me estremecí al sentir como Harry me quitaba un paño limpio y húmedo que tenia en el hombro y lo paso alrededor de su cuello y cara, al parecer para refrescarse un poco, mire alrededor mío, viendo a la poca gente que quedaba, ya que algunos se dirigieron a sus salas, note como solo yo y el estábamos sudando del calor que sentíamos, al cambio los demás buscaban un poco de calor corporal del otro, lo que me intrigaba es que yo sabia el motivo por el cual tengo calor, pero el de Harry no, al menos que….