Disclaimer: Los personajes de las Guerreras Mágicas no me pertenece, son propiedad del Grupo Clamp, solo la historia es de mi inspiración y no buscó obtener lucro.

AMORES QUE MATAN

Capitulo 1 : Noche fría de Recuerdos

- Es una noche fría. Sin un alma que anhele el soñar con el amor – suspiro - que tonterías pueden pasar por cada cabeza que crea un mundo sin esperanza, que ironía el poder conocer el amor, siendo inalcanzable y dulce a la vez. - cerró sus ojos - sentimientos y pensamientos prohibidos que encerramos en la pasión de nuestros cuerpos. pensaba una linda chica rubia que miraba a través de la ventana un cielo gris que llamaba a una tormenta.

- Es escalofriante¿ no crees ?- dijo un chico de ojos color miel que con suave voz interrumpía los pensamientos de la señorita.

- Paris – musitó la joven mientras dirigía su mirada hacia los ojos del chico.

- Disculpa, no quise asustarte, sólo quería saber como te sientes – dijo el chico tomando en sus manos el rostro de la joven.

- Estoy bien, gracias. No debiste haberte molestado en venir – dijo la chica

- Anais, sabes que te amo y lo único que deseo es tu felicidad, así que jamás vuelvas a pensar que tú eres una molestia para mi – Paris decía estas palabras mientras abrazaba a Anais.

- Perdóname Paris, no quiero lastimarte – dijo Anais mientras su vista se nublaba a causa de las lagrimas que rodaban por sus mejillas sin darle un consuelo.

- Anais, no entiendo tus palabras nadie saldrá lastimado, sabes que te amo, y te repito que lo único que quiero es verte feliz – dijo Paris mientras besaba la frente de Anais y le secaba las lagrimas con sus dedos.

- Lo sé – dijo Anais con una débil voz que trasmitía melancolía a su acompañante.

- Anais, dime algo – dijo Paris mirando nuevamente a los ojos de la joven – ¿ Aún me amas? –.

Anais desvió su mirada hacia el suelo y con voz cortante respondió la pregunta del joven – Yo... no... lo sé –

El rostro de Paris se torno serio y soltándola le dijo – Entiendo, aún estamos a tiempo de romper nuestro compromiso y anunciar que la boda no se llevará acabo -

- No quise que pensarás eso Paris, dame tiempo – dijo la chica reflejando una gran tristeza en su rostro.

- ¿ Tiempo ? – soltó poco convencido - ¿Para qué necesitas tiempo ? – decía el chico mientras con sus manos, tomaba los brazos de Anais.

- Necesito aclarar mi mente, pensar y acomodar mis ideas, sólo te pido unos días, te prometo que no será más de una semana – dijo Anais mientras miraba a los ojos a Paris, como si implorará un poco de misericordia.

- Esta bien, sólo lo hago por que no resistiría perderte; tómate el tiempo que necesites, quiero verdades, no quiero rodeos- le miró buscando sus bellos ojos -Te lo pido Anais, dame una buena respuesta a la pregunta que te hice – dijo Paris.

- Confía en mí Paris, lo último que yo quiero es lastimarte, y al igual que tú quiero verdades, no quiero destrucción. Por que te quiero, también deseo tu felicidad – dijo Anais recargando su cabeza en el pecho del chico.

- Yo no quiero que me quieras Anais; quiero que me ames y deseo que tú seas mi felicidad – dijo Paris mientras daba unos pasos que dieran distancia entre ellos.

Anais guardó silencio después de escuchar las palabras del chico, mientras observaba que este se dirigía a la puerta para abandonar la habitación.

- Anais – abrió la puerta - ya esta la cena, te esperamos en el comedor principal – ya no quiso mirar a la chica que dejaba en esa fría y silenciosa habitación.

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En otra habitación cerca del comedor principal se encontraban 4 chicas que platicaban sobre la boda que pronto se llevaría acabo en Céfiro.

- No puedo creerlo, ya tenemos más de 7 años en Céfiro – dijo una chica pelirroja.

- ¡ Vaya , si que tienen tiempo viviendo en este bello planeta, aún recuerdo cuando las vi por primera vez eran unas niñas, ahora son 3 bellas mujeres, que se han robado el corazón de algunos caballeros de este palacio y de otros planetas – decía una atractiva mujer que vestía un traje amarillo que resaltaba su tez morena.

- Una de nosotras pronto unirá su vida con un apuesto príncipe. Lo que nos ha ocurrido es parte de un cuento de hadas – dijo una joven de ojos azules.

- Ustedes tres son una leyenda, las guerreras mágicas – dijo una chica rubia que abrazaba una especie de conejo.

- Presea tiene razón, ustedes salvaron Céfiro de todos sus enemigos y lo libraron del antiguo sistema que condenaba a los pilares a nunca pensar en si mismas - dijo la chica morena.

- Caldina, nosotras no hicimos nada, fueron los corazones de los habitantes de Céfiro que se encargaron de restaurar el planeta – dijo la pelirroja.

- Lucy, tú nunca cambiarás, siempre tan llena de energía y dando crédito a los demás – dijo la chica de ojos azules.

- Marina, es la verdad nosotras sólo ayudamos a los habitantes a confiar en sus corazones -

- Lo sé Lucy, no te enfades, tu rostro se enciende cuando hago ese tipo de comentarios, Céfiro fue salvado por todos aquellos que con nuestros corazones vencimos a Deboner, deseando que el planeta volviera hacer igual de hermoso que antes – dijo Marina mientras jalaba de las orejas de la criatura que la rubia tenía en sus brazos.

- Presea¿de qué esta hecha Nicona? – Marina observaba a la mascota mágica - parece un algodón de dulce -

- ..., no lo sé. Nicona fue creada con magia, pero no tengo idea de como fue hecha, a mi me la obsequio mi maestro – dijo la joven mientras le daba a Nicona una galleta

- Chicas¿ Alguna de ustedes ha visto a Luz? – dijo Lucy con una voz que reflejaba preocupación.

- No – dijeron las 3 chicas a una sola voz.

- No te preocupes por ella, Luz es parte de ti, es una buena chica; debe estar en su habitación o debe andar en los jardines jugando con los niños – dijo Presea intentando dar tranquilidad a Lucy.

En ese momento tocaron a la puerta.

- Adelante – dijo Caldina mirando hacia la puerta para saber quien llamaba.

La puerta terminó de ser abierta y tras está un chico alto de cabello oscuro y mirada fría se dirigió a las chicas y les dijo – Buenas noches – dirigió una mirada a toda la habitación.

- Buenas noches Latís – dijeron las chicas respondiendo al saludo del joven.

- La cena esta lista las esperamos en el comedor principal – dijo el pelinegro en tono serio.

- Ahí estaremos en un momento, gracias – dijo Caldina amablemente.

El chico no dijo más palabras y dando media vuelta salió de la habitación, cerrando con suavidad la puerta.

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En otra habitación se encontraba una chica pelirroja que perdía su mirada en el caer de la lluvia, mientras observaba a través de una ventana rota y vieja, el lugar se encontraba lleno de polvo. Los muebles de la habitación se escondían entre las sábanas blancas que guardaban los recuerdos que encerraban el pasado.

- ¿ Como podré ser feliz, si no puedo dejar de sentirme atormentada por este amor prohibido que siento ¿Acaso tendré que morir para que todo acabe? No quiero conformarme con tener su amistad, no quiero sólo su cariño, lo que quiero es tener su corazón. La vida no tiene sentido si no esta a mi lado, es como una película que pasa lentamente frente a mí y me lleva a recordar la dulce mirada y la bondad que me brindo ese día en que le conocí – se decía para sí misma la jovencita en susurros.

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Un año atrás

- Lucy¿te ocurre algo? Te pusiste pálida - dijo una mujer de ojos azules y mirada cálida.

- Marina tiene razón Lucy, después de escuchar el sonido de esa trompeta, tu cara ha tomado un color no muy favorable – dijo otra mujer de cabello rubio con preocupación en su voz.

- No se preocupen chicas estoy bien, no sé que me paso, sentí como si algo o alguien dentro de mi quisiera salir de mi cuerpo – dijo Lucy mirando a las mujeres que estaban frente a ella.

- Salir de tu cuerpo ¿Pero qué será? – dijo Marina de modo pensativo tocando su mentón .

- Lucy creo que debemos ir con GuruClef e informarle lo que te ha ocurrido – dijo Anais .

- Ya les dije que estoy bien, no me pasa nada, no veo por que debamos ir a preocupar a GuruClef, les prometo que si me vuelve a ocurrir iré hablar con él – dijo Lucy intentando persuadir a sus amigas de no hablar con el mago.

- ¿Con quién iras hablar Lucy¿ Qué se traman ahora ?- dijo un hombre de ojos color miel que llegaba al lugar donde estaban las señoritas.

- Hola Paris- saludó la peliazul - Aquí nadie se trama nada, sólo hablábamos algunas cosillas – dijo Marina al recién llegado.

- Se te ocurre cada cosa Paris – sonrió la joven - Eso se escucho como si estuviéramos maquinando algo malévolo – dijo Anais dibujando una sonrisa en su rostro

- Es verdad – fingió asombro - Como pude pensar eso de ustedes, si son unos ángeles y lo único que hacen es velar por la seguridad de Céfiro – dijo Paris acercándose a la rubia.

- Me pregunto ¿ Por quién habrá dicho lo de los ángeles ? – dijo Marina mirando a Anais.

- Creo que es Obvia la respuesta, lo dije por mi querida Anais – dijo el apuesto joven.

- Mira Lucy, Anais hasta se sonrojo – dijo Marina a la pelirroja .

- Marina ¡Basta!- dijo la rubia mientras tocaba con sus manos sus mejillas sonrojadas.

- ¡Lucy, Lucy, Lucy! - exclamó Marina tratando de llamar la atención de su amiga.

- ¿Si¿ Qué sucede Marina? - preguntó Lucy regresando a la realidad, volteó a ver a su amiga, con cara desubicada.

- Eso es lo que yo te pregunto Lucy ¿Qué sucede? – le miró preocupada la rubia -Te encuentras muy distante, como si sólo tu cuerpo estuviera aquí, pero tus pensamientos y tu mente, pareciera que se encuentran vagando - dijo Anais.

- Lucy ¿ Te encuentras bien¿ Quieres que te lleve en brazos a tu habitación? – preguntó el príncipe sin perder de vista el rostro de la pelirroja - Te veo desanimada -

- Ya les dije que me encuentro bien. Creo que lo mejor es que me retire a descansar un poco –dijo Lucy

-Estoy muy de acuerdo contigo, eso es lo mejor- secundó Marina.

- Paris podrías hacernos el favor a Marina y a mí de acompañar a Lucy a su habitación – dijo Anais.

- Claro, con gusto – respondió Paris.

- No chicas, ya les dije que me siento bien, no molesten a Paris - dijo Lucy.

- No es ninguna molestia Lucy, es un placer – dijo Paris

- Por favor Lucy , eso hará que estemos más tranquilas, nosotras debemos ir al jardín para jugar con los niños y si estos nos ven preocupadas, no podrán divertirse - Dijo la chica ojiazul abrazando a su amiga.

- Vamos Lucy. Marina tiene razón; Yo puedo acompañarte hasta tu habitación y después irme a tomar mis clases de esgrima con Ráfaga – dijo Paris.

- Chicos no insistan, no quiero que se preocupen por mi innecesariamente – les miró con suplica - Yo estoy bien, y estaré bien, si algo llegará a perturbarme les prometo que se los haré saber, además mi habitación no queda lejos de aquí – dijo Lucy.

- Eres terca Lucy, sin embargo, confiaré en lo que me dices- dijo Marina mirando a Lucy.

- Paris te agradezco tu gentileza. Pero, Yo puedo irme sola, deberías correr para que no llegues tarde a tus clases de esgrima, ya te quitamos mucho tiempo – dijo Lucy.

- No te preocupes Lucy, Ráfaga entiende, jamás llegó tarde y una vez no creo que sea para tanto – dijo Paris.

- Es un hecho que a Ráfaga no le va a molestar tu llegada tarde, pero a Caldina si, ya sabes que es muy celosa del tiempo que ellos dos pasan juntos y si tú llegas tarde él se va a tardar para ir con ella y si eso ocurre su tiempo juntos se reduce – dijo Marina.

- Eso es muy cierto Paris, mejor date prisa, no queremos a una Caldina molesta en la cena – dijo Anais.

- Jeje. Tienen razón chicas, ya me voy , Lucy espero que el descanso te recargue de energía. – dijo el chico mientras corría por el pasillo - ¡Cuídense! -

- Chicas ustedes también deben ir con los niños para que puedan jugar con ellos como lo prometimos, me disculpan con ellos , en especial con Lira. – dijo Lucy

- Cuídate Lucy. – dijo Marina acercándose a su amiga y la abrazó.

- Cualquier cosa no dudes en llamarnos – dijo Anais

- Gracias chicas, lamento preocuparlas – dijo Lucy.

- Descuida – le obsequió una sonrisa- Lo hacemos con gusto, te queremos mucho Lucy – dijo Anais.

- Sabemos que tú harías lo mismo por nosotras Lucy, anda ve y descansa - dijo Marina animándola.

Las dos guerreras mágicas se dirigieron al jardín central para encontrarse con los niños mientras que la pelirroja iba camino a su habitación.

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La guerrera mágica de elemento Fuego se encontraba sin fuerzas, ensimismada en sus pensamientos que en un momento sin darse cuenta la llevaron a una habitación. Era la habitación donde alguna vez hacia ya tiempo había entrado para convertirse en pilar de Céfiro. La chica volvió en sí y al darse cuenta donde se encontraba, lo único en lo que ella pensaba era la forma en como había podido llegar a la habitación de la Tiara que elegía al pilar de Céfiro.

- Mi querida Lucy, puedo leer tus pensamientos, ¿ así que quieres saber como llegaste hasta este lugar?. Es una respuesta muy fácil; es él deseo de tu corazón. Tú nunca quisiste acabar con el sistema del pilar de Céfiro. Al contrario Lucy, siempre deseaste ser el Pilar de este Planeta para poder tener el control de los corazones de los habitantes de Céfiro – se escuchó la voz fría de una mujer.

Después de escuchar esa voz, hubo un profundo silencio de 30 segundos. Sin embargo, este fue interrumpido por una nítida voz .

- Lucy, no hagas caso de esas palabras, tú siempre deseaste lo mejor para Céfiro, luchaste para ver un planeta restaurado, lleno de vida, para que los habitantes pudieran vivir seguros y llenos de paz– dijo una voz en tono suave como el de una niña.

- ¿Qué es esto¿ De quiénes son esas voces?– se preguntó la chica a sí misma vagando en sus pensamientos como si estuviera viviendo en un sueño, la pelirroja se encontraba suspendida en un abismo donde lo único que se podía observar era ella y la oscuridad del vació.

Unos instantes después de que Lucy escuchará esas voces, una chica de cabello largo y oscuro, que vestía de negro llegó al lugar.

- Creo que fue aquí donde sentí esa presencia maligna – La chica hablaba consigo misma.

- Debo tener cuidado esa presencia me era familiar, fue escalofriante - la chica se acercaba a la entrada de la habitación de la tiara de Céfiro. Ella guardó silencio mientras intentaba sacar un cetro para defenderse por si tenía que pelear.

- Este lugar esta muy tranquilo, pero podría jurar que sentí la presencia de... - La chica tapo sus labios.

- No diré su nombre que tal que si lo digo la invoco– pensó la chica llegando hasta la entrada de la habitación de la Tiara y su rostro cambio a uno de sorpresa cuando vio a una chica Pelirroja inconsciente en la entrada, la chica corrió hasta donde estaba la joven.

- No es posible – se dijo mentalmente la joven tomando en brazos a la pelirroja y la volteo de frente para ver quien era.

- Es la guerrera mágica de Fuego ; Lucy, la protegida de Rayearth – La chica hizo uso de su magia para poder llevarla hasta su habituación. Ya estando allí la recostó en la cama y telepáticamente se comunicó con Presea.

- Presea ¿Dónde estas¿Puedes escucharme? – habló mentalmente la chica de cabellos negros.

La Rubia se encontraba en su habitación acomodando unos libros.

Estoy en mi habitación¿ qué ocurre Alanis? – respondió Presea con unos libros en sus manos.

- Me alegra encontrarte cerca de aquí ¿Puedes venir a mi habitación ? - preguntó la pelinegra.

- Claro que si, voy para allá. Pero, podrías decirme ¿ Para qué me necesitas?- Dijo Presea mientras se dirigía a la puerta.

- Si - asintió la joven observando a la guerrera recostada en la cama - lo que pasa es que tengo a la guerrera mágica de Fuego acostada en la cama de mi habitación. La encontré inconsciente y no sé me ocurrió otro lugar a donde llevarla que aquí – contestó Alanis.

- Entiendo, voy para allá – Dijo la rubia mientras intentaba comunicarse con Guruclef de la misma manera en que lo había hecho Alanis con ella.

- Guruclef, Guruclef. – concentró su mente- Necesito de tu ayuda – Decía Presea en su mente mientras se dirigía a la recamara de Alanis.

- Si dime¿ qué ocurre? – preguntó el joven que se encontraba en el bosque del silencio cerca de la Fuente Eternidad.

¿ Estas ocupado?– cuestionó la Rubia.

- No , estoy por terminar la lección de magia de Ascot ¿ Dime en que puedo ayudarte? – dijo el mago.

- Voy a la habitación de Alanis. Es sobre Lucy. Ella la encontró inconsciente y la llevó a su recamara y como no sabía que hacer me buscó a mi, pero, creo que lo mejor es que tú vengas a verla – La chica mencionó estas palabras mientras tocaba a la puerta de la habitación de Alanis.

- Adelante... , pasa – dijo la joven de cabello oscuro.

- Voy para allá Presea – dijo Guruclef.

- Acá te esperamos entonces – dijo Presea mientras entraba a la habitación de Alanis.

- Eres muy rápida, no tardaste nada en llegar – Dijo Alanis mirando a la recién llegada.

La rubia se acerco a Lucy.

- Mi habitación no esta muy lejos de la tuya – afirmó la rubia mientras tocaba la frente de la joven que se encontraba en la cama.

- Esta bien, no tiene signos de estar enferma, no tiene fiebre y su pulso se encuentra estable – dijo Alanis mientras miraba de reojo a la pelirroja.

- Entiendo, ahora sólo debemos esperar a Guruclef para que él la cheque- dijo Presea

- Esta bien, eso me pone más tranquila – dijo Alanis mientras se acercaba a la ventana..

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Mientras tanto en el bosque del silencio estaba Guruclef terminando la lección de magia que acostumbraba a dar a Ascot.

- Tengo que irme Ascot. La lección ha terminado por hoy – dijo Guruclef

- ¡Vaya!- exclamó descansado - Terminamos quince minutos antes – suspiró - que bien, así podré ir a jugar con los niños y encontrarme con Marina - dijo el joven dibujando una enorme sonrisa en su rostro.

- Me alegro que esto te haya ayudado en algo – dijo Guruclef.

- Disculpa mi intromisión ¿Ocurre algo malo Guruclef? – preguntó curioso el joven- después del mensaje que te dieron del palacio te pusiste más serio de lo que es normal en ti – dijo Ascot.

- No es nada Ascot – el mago guardó silencio unos segundos pensando si decirle a su discípulo de que se trataba - Presea me pidió un Favor, así que iré haber como puedo ayudarla – dijo Guruclef seguro de que pronto el castaño se enteraría de lo que ocurría a Lucy.

- ¡Ahh! Ya veo – soltó con sorpresa el joven - Así que se trata de la señorita Presea. Debe ser algo importante, ella rara vez pide ayuda para algo – dijo Ascot.

- Si, es algo importante- dijo el joven mirando a la dirección donde el palacio se encontraba.

- Entonces ya no te detengo más- Ascot observaba a su maestro - Creo que ya han pasado los minutos que me quedaste a deber de lección – dijo Ascot

- Descuida- dijo el mago clavando su vista en el muchacho- Puedo teletrasportarme hasta la habitación Principal – hizo una pausa - Tú eres él que debe correr o ya no alcanzarás a jugar con los niños y ver a Marina, recuerda casi es hora de la cena – dijo Guruclef.

- Es verdad – dijo el joven recordando un asunto pendiente - Por cierto, Guruclef ¿Cuándo hablaremos de mi visita a Ciceta? Las princesas llegan mañana , vienen de visita para fortalecer nuestras relaciones de amistad- dijo Ascot.

- Que te parece después de la Cena – respondió Guruclef.

- Perfecto, después de la cena te buscaré para conversar sobre mi visita - dijo Ascot.

Guruclef desapareció y Ascot empezó a correr en dirección al castillo, mientras corría miró al cielo y pudo observar como una nave llegaba a Céfiro.

Que raro – pensó el castaño - Lucy jamás mencionó que los comandantes de Autosam vendrían de visita – dijo el joven mientras invocaba a una de sus criaturas para llegar más rápido a su objetivo.

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En el Jardín se encontraban varios niños jugando. El lugar era hermoso, el pasto verde se veía adornado de lindas flores de colores que eran rociadas por el agua de la fuente que se encontraba en medio del lugar, los niños interrumpieron su juego y voltearon a la entrada del jardín para ver llegar a las guerreras mágicas. Una niña corrió a su encuentro.

- ¡Marina, Anais! - gritó una niña de alrededor 11 años, ojos miel, cabello corto café claro saludó a las dos chicas levantando su mano derecha mientras corría hacia donde ellas estaban.

- Hola Lira ¿ Cómo has estado? – saludó Marina a la pequeña que paraba su camino justo enfrente de ella.

- Muy bien ¿ y ustedes ? – respondió la pequeña.

- Muy bien, gracias – respondieron al unísono las dos guerreras mágicas.

- De nada, - dijo Lira volteando hacia ambos lados detuvo su mirada en la entrada como si esperara que alguien más llegara - ¿ Dónde esta Lucy? – preguntó la niña una vez terminada su inspección a todo el lugar.

- mmm... Ella se quedó a descansar un poco en su habitación – dijo Anais.

- ¿Lucy esta enferma? – preguntó Lira cambiando su semblante en uno de preocupación, su sonrisa se desvaneció de su rostro.

- Claro que no – dijo Marina bajando a la altura de la niña asiéndola de los hombros.

- Lucy es una chica muy saludable, sólo que esta un poco cansada. Ha estado muy ocupada en los entrenamientos; es por esto que esta agotada – dijo Anais acomodándose los lentes, con un aire intelectual.

Un joven de cabello castaño llegó al jardín y al escuchar las palabras de la guerrera mágica, agregó.

- Anais tiene razón Lira, Lucy es una chica muy fuerte y no debemos preocuparnos por ella, al contrario debemos estar llenos de energía para que cuando ella regrese de su descanso estemos listo para jugar con ella -

- Buenas noches Joven Ascot. Entonces me iré a jugar con los demás, creo en las palabras de ambos, así que ya no me preocupare mas por Lucy – dijo Lira que se dio media vuelta, se acercó a Anais, que estaba con los niños jugando con un poco de magia.

- Hola Ascot, no pensé que pudieras venir hoy a jugar con los niños, como ayer me dijiste que tenias que salir al planeta Cizeta por causa de asuntos políticos y – la joven le miraba con interés - aparte en la tarde tenias entrenamiento con Guruclef¿no? – dijo Marina al joven de mirada esmeralda.

-Hola Marina – respondió el chico sin prestar atención a todo lo que la peliazul le decía. Se acercó a ella y besó su mejilla.

La guerrera mágica se sonrojo por el beso recibido de Ascot y tocó la mejilla que había sido besada. La guerrera mágica miró al joven sorprendida .

- ¿ Y esto¿ Por qué fue el beso Ascot ? – preguntó curiosa la jovencita.

El joven agacho la cabeza y mencionó con timbre nervioso.

- Lo siento Marina, no quería incomodarte- su voz tembló - Te ofrezco una disculpa por mi atrevimiento, te prometo que no volverá a suceder –

Marina se acercó al joven y haciéndose a un lado de Ascot buscó su rostro, que avergonzado por su acto mantenía la mirando al suelo.

- No te preocupes Ascot, a mi me pareció muy lindo detalle de tu parte , fue tierno, pero te hice esa pregunta, ya que jamás lo habías hecho – Dijo la chica

El chico de ojos verdes levantó rápidamente su rostro.

- ¿ En serio, te pareció lindo Marina ? – preguntó ahora con entusiasmo

La chica obsequió una sonrisa al joven y asintió con su cabeza, para mostrarle que lo que había hecho más que incomodarle le había agradado.

- Bueno y me vas a decir ¿el por qué ? del tierno beso en mi mejilla – dijo Marina mientras cortaba algunas flores del jardín.

- Lo que pasa es que te noto triste y pues de alguna forma pensé que ese beso podría traer una sonrisa a tu lindo rostro. – respondió Ascot esas palabras mientras ayudaba a Marina a recortar flores.

- ¡Vaya! - dijo en susurro Marina dejando de cortar flores, ya que cuando escuchó las palabras que Ascot le decía, las ultimas específicamente "Lindo Rostro", se lastimó con una espina. Ascot volteó al escuchar la expresión de la joven

¿Vaya?- repitió el joven volteando a ver a Marina.

- Lo que pasa es que me espine – dijo Marina, sostenía su mano derecha de la que brotaba sangre a causa de la espina.

-Marina déjame ver eso – dijo el joven preocupado, tomando la mano de la joven de cabello azul.

- No es nada Ascot, estoy bien – dijo Marina intentando esconder su dolor para no preocupar más al joven que estaba a un lado de ella.

- No es verdad, debes curarte, ven vamos a la fuente para lavarte y poder sacar esa espina – dijo Ascot. Se acercó con Marina a la fuente y le lavó la parte que sangraba.

El chico observaba detalladamente la mano de la joven.

- mmm..., sólo fue un rasguño, no tienes nada, ahora debemos vendarte y listo– decía Ascot para si mismo, sonrió para dar tranquilidad a Marina y sacando de su pantalón un pañuelo empezó a vendar la mano de la guerrera mágica.

- Muchas gracias Ascot, quien lo diría, eres bueno en dar primeros auxilios- dijo Marina.

- Fue un placer - dijo Ascot

- Ascot podrías soltar mi mano – dijo Marina mirando a los ojos al joven.

- OH, s... si , lo... lo siento Marina – dijo Ascot en estado nervioso, mientras soltaba la mano de la Joven...

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Continuará...

Notas de la autora: Acá estoy corrigiendo algunas cosas de este fic, errores de ortografía que me tenía cuando principiante, no soy perfecta en ella, pero he mejorado y quiero presentarles calidad. He cambiado el formato para que sea más fácil la lectura.

Muchas gracias por su apoyo, en corto tiempo ya tendrán el capítulo 5 en red, lamento mucho la demora.

Al chan