Disclaimer: Los personajes de las Guerreras Mágicas no me pertenece, son propiedad del Grupo Clamp, solo la historia es de mi inspiración y no buscó obtener lucro.

Capítulo 3 : Dudas del pasado ... presente ... respuestas futuras

El jardín del palacio era hermoso, los niños corrían por el fresco y verde pasto. De la fuente brotaba agua cristalina, el paraíso ...

Ascot llamaba a sus criaturas para que la estancia en el jardín fuera más amena, la joven de cabellos azules que le acompañaba contemplaba la diversión en el rostro de los pequeños. Cómo había pasado tanto tiempo en Céfiro sin darse cuenta que Ascot era un chico apuesto, tierno, había madurado... ¿ Y si le daba una oportunidad como se lo había sugerido la extrovertida de su amiga Caldina ... ¿sería eso prudente?... Ya que si lo pensaba bien ... Ascot era un joven de 22 años sólo de apariencia, puesto que en verdad tendría 16 años, ella 4 años más grande que él , aunque si lo escuchaban hablar ni cuenta se daban, ya que como lo había dicho había madurado lo suficiente para creer que tenía la edad que aparentaba.

- Que divertido es jugar con tus mascotas Ascot – dijo una niña que se encontraba sobre uno de los amigos del mago, una especie de perro gigante.

Ascot sonrió a la niña mientras dirigía su mirada hacia la dirección de su lado izquierdo, sentía una intensa mirada sobre él, era Marina que le observaba detenidamente, tendría más de 15 minutos en esa posición entretenida mirando las atractivas facciones del joven, él se sonrojo al cruzarse con la mirada de la guerrera mágica. Marina le sonrió y saludó con su mano moviéndola de un lado a otro al verse descubierta por Ascot, lo último que deseaba era asustarlo antes de experimentar una relación sentimental entre ellos.

Mientras los niños disfrutaban de felicidad de estar con sus amigos, se percibió la llegada de tres hombres, que llamaron la atención de la joven de cabellos azulados

- Hola Marina ¿ Cómo has estado? – un joven de ojos miel saludó a la chica que les miraba fijamente a su llegada.

- Hola Águila, muy bien ¿ y tú? – respondió al saludo la joven.

- Igual muy bien, gracias – dijo Águila extendiendo su mano para saludarle al ver que la chica iniciaba con el gesto.

- Cof, Cof, Cof – se escuchó una tos fingida hecha por uno de los acompañantes del comandante.

- Lo siento, señorita Marina, ellos son Geo Metrón y Zaz Torque, tripulantes de mi nave y buenos amigos- dijo el joven al escuchar el sonido y recordar que no se encontraba solo.

- Mucho gusto, soy Marina – dijo la chica extendiendo su mano nuevamente para saludarles.

- El gusto es nuestro señorita – respondieron al mismo tiempo sosteniendo su mano asintiendo.

Ascot al observar la familiaridad con la que los jóvenes se dirigían a Marina, no dudo ni un segundo en averiguar quienes eran y saber el por qué de su confianza, caminó hacia ellos dejando a los niños al cuidado de sus criaturas.

- Buenas tardes¿ se les ofrece algo ? – dijo Ascot interrumpiendo la amena charla que iniciaban los tres caballeros con su querida guerrera mágica.

- Buenas tardes – regresaron el saludo los jóvenes al mago.

- Ascot, mira ellos son el comandante Águila y sus amigos Geo y Zaz, son habitantes del planeta Autosam – dijo Marina presentando a los recién llegados.

- Mucho gusto en nombre de los tres - respondió el comandante y los otros dos chicos asintieron aprobando las palabras de su amigo.

- Si gracias, lo mismo digo – respondió Ascot.

- ¿ Han venido ustedes solos? – preguntó curiosa Marina, su fin era saber si el apuesto príncipe de su amiga Lucy venía con ellos, esto sería la llave de recuperación de Lucy, el saber que Latís había venido a Céfiro le llenaría de energías.

- No, Latís ha venido con nosotros, mmm... no se a donde ha ido. Una vez que Guruclef nos recibió y nos dijo que Anaís y tú se encontraban en el jardín, él tomo otro rumbo, me temo que lo perdimos de vista en el pasillo camino acá – respondió Águila.

- ¿ Latís de regreso ?, es necesario que Ráfaga sea puesto al tanto... – pensó el joven de ojos verdes.

No era común que el joven del misterio viniera después de muchos años de ausencia a su planeta natal, luego de un tiempo que las guerreras mágicas regresarán al mundo místico, no fueron más de dos meses, Latis había desaparecido de Céfiro, la explicación dada por Guruclef fue sencilla, el joven se había marchado a Autosam, sin decir el por qué o para qué, sin embargo tratándose de él debía ser algo importante, o sólo era cuestión de proceso de olvidar. No era un secreto saber que Latís aunque tenía su coraza de hielo era gruesa, sufría por el recuerdo de la muerte de su hermano y la princesa esmeralda, aunque fuera en lo profundo de su ser él que lo supiera.

Ascot meditó por unos minutos la idea de ir a comunicarle a Ráfaga lo que sucedía, en silenció, fue interrumpido por las palabras de Marina.

¿ Y se puede saber a que han venido? – preguntó interesada la joven, lo cual no pudo ocultar, su mente esperaba una respuesta como - Latís nos ha pedido que le acompañemos al parecer ha decidido comunicar a Lucy sobre sus sentimientos... - va un simple engaño de su imaginación, la respuesta fue otra y al parecer la incógnita era mayor...

- Eso es un secreto – una sencilla respuesta que desencadenaba la curiosidad de la joven guerrera y del mago que les miraban interesados, claro que la sorpresa de sus acompañantes se hizo notoria entre ellos mismos , pero muy bien disimulada para los dos jóvenes habitantes del planeta que visitaban.

- Bien... ¿ cómo que un secreto?– pensó Ascot, esto desencadenaba un huracán de preguntas sin respuestas, sin incisos a elegir, sin opciones las cuales escoger, había tomado una decisión, mientras más pronto fuera con Ráfaga y le contará lo ocurrido, mejor.

- Ya veo – dijo Marina siguiendo con el juego del comandante – ¿ quieren jugar con los niños ? – preguntó la joven dando por olvidado el tema de su inesperada visita.

- Claro – respondieron los jóvenes.

- Debo retirarme Marina,- miró a la joven por un segundo - con su permiso jóvenes, un placer – Ascot se despidió sin dar oportunidad a la respuesta de las personas que se encontraban en el lugar, sin esperar un sólo segundo salió corriendo en busca del prometido de su amiga, casi hermana Caldina.

OoOoOoOoOoO

Mientras Anais se encontraba en la habitación de la hechicera conversando con Guruclef y Presea sobre lo ocurrido a Lucy... En la biblioteca se encontraba una pareja bailando, que disfrutaba de un cálido momento a solas.

- Que maravilloso es tenerte a mi lado y disfrutar de tu mirada cuando bailamos – dijo una mujer de expresivos ojos.

- Lo sé - respondió el joven que la tenía sujeta por la cintura .

- mmm... las dos grandes cosas que amo en este mundo, las hago en este momento – dijo la joven de tez morena mientras recargaba su frente en los labios del Caballero.

- ¿ Puedo saber cuáles son esas dos cosas que amas ? - el apuesto joven, paró de bailar y besó tiernamente la frente de la chica después de hacerle la pregunta.

- Claro, la primera es estar a tu lado y la segunda es bailar - Caldina terminó de mencionar en tono dulce dichas palabras y besó en los labios al joven que la tenia abrazada .

El beso duro unos segundos , ya que fue interrumpido por un chico de cabello castaño y ojos verdes.

El joven abrió rápidamente la puerta.

- Ráfaga, Caldina. Los comandantes del planeta Autosam y Latís llegaron hace unos momentos – dijo el chico levantando su mirada para alcanzar a ver que ambos se besaban -

La pareja interrumpió el besó al escuchar que la puerta del lugar donde se encontraban se abría súbitamente.

- Lo siento, creo que interrumpí algo – dijo el recién llegado con pena en sus palabras.

- ¡Ascot! - La chica llamó por su nombre al joven con un tono molesto, dejando de abrazar a Ráfaga. Caldina puso las manos en su cintura y acercándose a muchacho le cuestionó con reproche.

- ¿ Qué no te enseñaron buenos modales ? – le miró sumamente molesta - Antes de entrar a una habitación se toca la puerta – dijo la mujer.

- Lo siento mucho Caldina, arruine su atmósfera romántica , pero como Ráfaga es el comandante del ejercito de Céfiro en ausencia de Latís... – el chico hizo una pausa, pensaba si lo que hacía había sido correcto.

Caldina lo miró curiosa al escuchar el nombre de Latís, era poco común escuchar ese nombre en el palacio y mucho más raro si provenía de labios de su pequeño Ascot, tenía que ser importante, después de todo le conocía a perfección, sabía que él nunca hacía algo sin pensarlo dos veces ... Habían pasado varios años desde la partida del ex comandante ... ¿ acaso había regresado ?

- Pensé que era importante que Ráfaga supiera que Latís había regresado y con compañía... – terminó diciendo Ascot temiendo por su vida, sabía sobre el carácter de su querida amiga y no quería experimentar su furia.

Ráfaga se dirigió a Caldina y poniendo sus manos en los hombros de la chica, habló.

- Vamos Caldina, no te enojes, Ascot hizo lo correcto como espadachín de Céfiro y comandante de las Fuerzas de combate de Céfiro debo estar al tanto de lo que ocurre -

- ¡Vaya! después de todo hice bien – dijo Ascot con alivio en su voz , sonrió – creí que era lo mas prudente puesto que Guruclef se encuentra con Lucy, ya que se sintió mal -

- ¿Lucy esta enferma? Pero ... ¿ qué le ocurrió a esa niña ? – preguntó con interés Caldina.

- Por lo que me dijo Marina como que le hacen falta vitaminas, se sentía mareada y se veía muy cansada. – respondió Ascot , un leve sonrojo se apoderó de sus mejillas al mencionar el nombre de la guerrera mágica.

- Pobre Lucy, es una chica tan llena de vida, muy simpática y tierna. mmm... Pero no debemos preocuparnos – dijo Caldina ante la explicación dada por el joven de ojos verdes.

- ¿Por qué no¿ sabes de algún remedio ? – preguntó con mucha curiosidad el joven, puesto que recordaba la aflicción que el estado de Lucy provocaba en la guerrera mágica del agua , la triste mirada de Marina azotó sus pensamientos.

Si era cierto que existía un remedio y no debían preocuparse, él debía averiguarlo para comunicarle a Marina, así le brindaría paz y felicidad.

- Por supuesto, Lucy es una guerrera mágica y para ella el cansancio no es rival, aparte deja que se entere de que Latís ha regresado, se va sentir como nueva. ¿No crees amor? - respondió Caldina pidiendo el apoyo de su apuesto galán, volteó a mirar a Ráfaga, al cual encontró muy pensativo.

- ¿Ocurre algo Ráfaga? – preguntó Ascot trayendo a la realidad al espadachín.

- No , sólo me preguntaba el por qué del regreso de Latís y lo que más me intriga es por qué trajo con él personas de Autosam. – respondió Ráfaga mirando a su querida damisela.

- No te preocupes por nada Ráfaga, Latís es el caballero del misterio y de seguro sólo vino de visita , a lo mejor sólo quería ver a Lucy y paso a saludarla – dijo Caldina brindando seguridad a su acompañante, aunque no estaba segura de que así sería.

- No lo sé Caldina, es muy extraño ... – Ráfaga dirigió su mirada a un lado suyo para encontrarse con la de una chica preocupada.

Ráfaga continuó hablando teniendo la atención fija de sus dos receptores.

- Latís tiene 6 años que se fue de Céfiro y es seguro que supiera que Lucy regreso del mundo místico poco después de su partida; él nunca regreso aunque sabía que ella estaba acá... y ahora como por arte de magia decide venir de visita. – dijo Ráfaga tocando con su mano su barbilla.

- En eso tienes mucha razón, pero talvez ya se dio cuenta que Lucy es el amor de su vida y viene por ella. – dijo Caldina después de escuchar las palabras de su adorado Ráfaga, no se daría por vencida debía convencerlo de que todo estaba a salvo... sobre todo lo que a él le preocupaba sólo era una mala jugada de su conciencia ... su puesto se encontraba seguro... nada ni nadie le retiraría su titulo de Comandante de las Fuerzas de Céfiro.

El joven de castaña cabellera los miró poniendo cara de signo de interrogación. La plática se había tornado tensionante, una pregunta asaltó sus pensamientos ¿ realmente había hecho lo correcto? ... en ese momento dudó de lo que con anterioridad había pensado era lo mejor.

- Quisiera pensar igual que tú, pero... con Latís nunca se sabe lo que puede ocurrir- dijo el comandante abrazándola, necesitaba sentirla cerca para recuperar la seguridad en sí mismo, estaba consciente que a lado de Latís era un espadachín con buenas habilidades, pero sin menospreciarse, ni exagerar, no existía mejor guardián para Céfiro que Latís, hermano menor del antiguo guardián de la señorita Esmeralda ... el pilar de Céfiro.

- Yo opinó igual que Ráfaga el regreso de Latís es mucho muy extraño, Marina me dijo que Lucy le escribe a Latís y que él rara vez le responde y que es vago en sus cartas y cortante, que es Águila quien le escribe cada semana para contarle como están las cosas en Autosam y lo que Latís hace... – hubo un silencio al sentir la mirada fulminante de la mujer.

Ascot continuo dudoso.

- A mi ... me parece... que quien esta enamorado de Lucy es Águila y es él que viene a declararle su amor. – dijo Ascot terminando de entrometerse en la conversación de la pareja enamorada, sentía la necesidad de reparar lo que él mismo había llegado a inquietar... la atmósfera de paz , romántica de las dos personas frente a él. Sin embargo en lugar de ayudar parecía que al apoyar el argumento del Comandante empeoraba las cosas.

- ¿ Cómo dices ?. - preguntó Caldina poniendo una cara de sorpresa , no podía creer lo que Ascot estaba diciendo - ¿ Estas seguro Ascot ?

- Si, eso creo – dijo el chico con seguridad respondiendo a la pregunta de la bella mujer de cabellos rosados.

- Que pequeño es el mundo, el comandante de Autosam enamorado de la guerrera mágica del Fuego, quien lo diría, que injusto es el amor algunas veces, lastima que Lucy sólo tenga ojos para Latís y Latís no sabemos para quien – terminó diciendo Caldina antes de ser interrumpida .

Entró una pequeña hada por la ventana; tenía tiempo escuchando la conversación de los tres jóvenes y se entrometió en la plática con un comentario que a todos dejaría pensando.

- El día que mi Latís se enamore en verdad de una mujer, estoy segura que no la dejara ir, sólo tendrá ojos para ella y su corazón será robado. Latís es un hombre muy serio, callado y reservado, cuando llegue su momento de enamorarse, nadie se dará cuenta, pero algo si les puedo asegurar esa señorita será muy afortunada en tener a un caballero tan bien parecido a su lado, respetuoso, tierno y amoroso –

El hada habló con seguridad , con la confianza de conocer perfectamente al caballero misterioso.

- ¿ Primavera por dónde entraste¿ nos estabas espiando ? – preguntó con una mezcla de sorpresa y molestia la ilusionista.

- Claro que no, sólo descansaba cuando escuche sus voces y al darme cuenta que hablaban de mi Latís, quise opinar – Respondió Primavera ofendida por el comentario de la mujer, de que los espiaba.

- Primavera contéstame algo – miró curioso al hada - ¿ Latís alguna vez ha estado enamorado? – preguntó con sumo interés Ascot.

- Nunca ... supe que por un tiempo se interesó por esa guerrera mágica, la pelirroja que lo acosaba. – respondió Primavera a la pregunta del joven, con el fin de satisfacer su curiosidad.

- Lucy jamás acosó a Latís, estaban juntos por que eran amigos y tenían en común que querían lo mejor para Céfiro. – dijo Caldina en defensa de la chica pelirroja.

- Para mi eso es acoso, no lo dejaba solo, siempre estaba con mi Latís ... bueno ella sólo llamó la atención de Latís por un pequeño tiempo, después de que se fue a Autosam él dejó de sentir algo por la guerrera mágica y para que ella no se ilusionara fue por eso que casi no responde sus cartas y es muy vago en sus respuestas, a parte Ascot tiene razón , Latís sabe que Águila esta enamorado de la pelirroja desde que conoció el interior de Lucy y como amigo del comandante de Autosam Latís no se interpondrá entre ellos – dijo primavera sorprendiendo por completos a todos los presentes.

- Que mal caso, todo un triangulo amoroso, lo siento mucho por Lucy, aunque el comandante Águila no esta nada mal, también haría muy bonita pareja con Lucy, ojalá pueda enamorarse de él, por que algo si es claro Latís no se fijará en ella – dijo Caldina con tristeza , imaginando la cara de la chica al enterarse que su amor no era correspondido.

- Primavera¿ tú sabes a que vinieron Latís y sus amigos ? – preguntó Ráfaga dirigiendo su vista al lugar donde se encontraba el hada.

- Águila vino a visitar a Lucy, Geo vino a conocer Céfiro, Zas quiere estudiar como funcionan los Genios y Latís vino a distraerse un poco, a visitar la tumba de su hermano y a saludar a los viejos amigos, pierde cuidado Ráfaga, Latís no vino a quitarte tu puesto. – respondió Primavera.

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Alanis caminaba lentamente por el pasillo que conducía hacia la cocina, debía hacer uso de sus habilidad de ama de casa, ¿ Qué sería lo más apropiado para cocinar? Los visitantes debían estar cansados y hambrientos, tenía que brindarles un buen trato para que se llevarán a su planeta natal una buena impresión de Céfiro.

La chica siguió su camino hasta que por fin pudo llegar a su destino , la cocina ...

- Manos a la obra, tiene que ser algo suculento, un manjar para su paladar como dice Ascot – mencionó la joven una vez que cruzaba la puerta que le permitía estar en la cocina.

-Buenas noches Señorita Alanis ¿ Qué le trae por aquí? – se dirigió a ella una mujer de edad avanzada.

- Buenas noches Kaede San, hoy me toca preparar la cena. La señorita Presea se encuentra ocupada, así que todo ha quedado en mis manos – respondió la hermosa mujer ante la mirada comprensiva de la anciana.

- Entiendo señorita, entonces no hay tiempo que perder – sonrió la anciana - ¿ ha pensado ya en algo para la cena ? – preguntó nuevamente Kaede San.

- Pues... aún no, dígame ¿ Qué piensa que sea lo mejor, tenemos visitas , me gustaría impresionarlos – dijo Alanis dirigiéndose a la alacena de donde sacaba un mandil, se lo colocó para no estropear su vestido, amarró una mascada, en sus cabellos, de color negro con diseños bordados a mano con un hilo plateado que resaltaba el gris de sus ojos.

- Tratándose de usted señorita, la cocina no puede estar en mejores manos como ya le he dicho – sonrió la anciana – Después de todo usted tiene un sazón exquisito, siempre lo he pensado y compartido con las otras mujeres, " La señorita Alanis no tendrá problemas en conseguirse un apuesto ejemplar masculino , además de hermosa, bella por dentro, tiene una habilidad única en la cocina para mantener satisfecho a un hombre" -

La anciana miró Alanis continuando con sus palabras de aliento ... e instrucción que las madres decían a sus hijas para dar confianza y esperanza a sus lindas jovencitas. Kaede San conocía muy bien a la joven hechicera desde niña; sabía que desde muy pequeña había perdido a sus padres en una batalla defendiendo a Céfiro de una invasión... se sentía herida, resentida con la vida y abandonada por todo ser querido, sin embargo esto no le quitaba el derecho de amar y ser amada, incluso la anciana conocía la trágica y triste historia de su falsa relación con el joven Zagato y el dolor que ella había sufrido al perderlo... parecía que la felicidad y el amor no estaban destinados para ser experimentados por ella.

- Como decían nuestras mujeres del pasado , no hay como enamorar a un hombre por el estómago y hechizarlo con la dulce mirada , créame señorita usted tiene ambas cosas – dijo la mujer brindando una sonrisa a la joven que se encontraba mirándola sin parpadear, las palabras de la anciana le golpeaban el corazón, haciéndole recordar aquellas otras palabras dichas por su amiga : " Créeme ya encontrarás al chico que aprecie lo mucho que vales, yo no soy buena dando consejos de Amor, pero estoy segura que en algún lugar del universo te esta buscando y no tarda en llegar a ti"

Alanis no sabía que responder, la conversación le había tomado por sorpresa, ella sólo debía dedicarse a preparar la cena y se encontraba hablando sobre sus aptitudes para ser esposa... ¿ Cómo era eso posible? .

- Lo siento señorita Alanis , hablé de más – dijo Kaede al percatarse de lo que habían ocasionado sus palabras en la joven.

- Descuide Kaede San, estoy bien... sólo que me hizo pensar en algo que creí que yo debía olvidar para siempre – respondió Alanis sacando de un refrigerador verduras frescas, empezó a picarlas en trozos pequeños para preparar una ensalada.

- Entiendo señorita ... aunque no comprendo por que dice que usted no debería pensar en formar una familia ... donde pueda atender a su apuesto marido – la mujer sonrió dejando volar su imaginación - Por que ya verá será muy atractivo, y tendrán unos hermosos angelitos, puesto que no he conocido mujer más hermosa en todo Céfiro y me aventuraría a decir que en toda esta dimensión. Así que no ande pensando de manera pesimista, estoy segura que pronto estaremos festejando su boda. – dijo la anciana dando confianza a la joven.

Alanis se ruborizó al imaginarse con una familia, de la manera en que la anciana se lo describía sonaba ser encantador... – ni lo pienses Alanis ese tipo de destino no es para ti – se regaño mentalmente por querer imaginar aquello que Kaede le decía.

- No estoy muy segura de ello Kaede San... – guardó silencio por cuatro segundos y continuo - quiero pedirle que ya no toque más el tema- dijo la chica mirando las verduras cortadas en pequeños trozos - es algo que deseo olvidar... – pensó la joven en silencio - simplemente no esta en mis planes – terminó respondiendo fríamente la joven.

- Si señorita, como usted desee – dijo la mujer con tristeza en sus palabras.

- Otra cosa más Kaede San – la chica clavó su vista en la figura de la anciana - deja de llamarme Señorita Alanis, tú puedes llamarme Alanis, eres como mi abuela no hay persona en todo Céfiro que me conozca mejor que tú ... ni Guruclef que fué mi maestro, por favor llámame con la confianza con la que lo hacías cuando era una niña – la pelinegra sonrió recodando su infancia - sabes que no soy mayor, aunque la mayoría crea que uso magia para mantenerme joven, piensan que tengo más de 500 años – una risita se escapó de los labios de la joven – la verdad es que me siento muy orgullosa de mis 24 años.

- Si mi niña Alis – la mujer asintió - así será, nunca más le llamaré como si fuéramos dos completas extrañas, muchas gracias – dijo la anciana se sentía conmovida por la confianza que Alanis le brindaba, después de algunos años se daba cuenta que la jovencita frente a ella, había madurado. La niña que había consolado tras la muerte de sus padres había crecido para convertirse en una mujer madura. Sin embargo, autocastigadora, el hecho de escuchar que ella misma se privaba de la oportunidad de amar, le ponía muy triste ... estaba preocupada por la que en el pasado había sido su pequeña princesita. Una hermosa muñeca de porcelana como solía llamarla su padre.

- No tienes por que dar las gracias Kaede. Soy Yo la que te agradece tus cuidados, tu cariño y tus consejos – dijo la joven abrazando a la anciana, un cuadro tierno, ese abrazo le confirmó a la anciana la necesidad de afecto y confianza que la joven experimentaba, aparentaba ser una chica fuerte, fría e indiferente, pero la verdad era otra , eran mascarás y sombras del pasado que le atormentaban, era un hecho palpable que la joven hechicera, una de las mujeres más hermosas de Céfiro para ella la única, seguía atrapada en los recuerdos dolorosos del pasado.

- Mi niña, no estas sola, estoy segura que nunca más lo estarás – dijo la anciana.

- Lo sé Kaede , te tengo a ti – susurró - Tú siempre estas conmigo cuando me siento perdida – hubo un corto suspiro - aunque he sentido últimamente que no encuentro el camino – Alanis dejó correr las lagrimas por sus mejillas. No podía más, las palabras de Presea sobre su oportunidad de amor vagando en el universo en busca de ella, el perdón que supuestamente había recibido de las guerreras mágicas y habitantes de todo Céfiro incluyendo a los habitantes del palacio , la idea de ser correspondida por el amor y formar una familia como la anciana le había dicho minutos antes y lo más amenazante para ella el hecho de no poderse perdonar, era algo que le tenía al filo del desquicio... había perdido las ganas de vivir, de amar y de perdonarse a sí misma.

- No habló sólo de mi Alis, tienes muchas personas a tu alrededor que te aprecian y lo único que desean es verte feliz – dijo la mujer que le seguía abrazando.

-... Si...- dijo la chica asintiendo.

- La señorita Presea y el joven Guruclef están preocupados por ti, deja que te ayuden mi niña. No te encierres en la crueldad que tú misma te has encargado de dar a tu alma, atormentándote día y noche por un pasado , que sólo es eso, pasado – dijo Kaede.

Alanis se soltó del abrazo de la anciana que le brindaba paz a su alma y corazón. Sus palabras eran ciertas, necesitaba liberarse pronto de la crueldad creada por ella misma, ahora se daba cuenta que no podía hacerlo sola, necesitaba permitir a su maestro y ¿amiga? Sí, Presea era su amiga, talvez la única en todo el planeta, ellos dos le ayudarían. Lo primero que debía hacer era perdonarse a sí misma...

- Gracias Kaede San , ahora manos a la obra debemos seguir preparando la cena, nos comerán vivas si no la tenemos a tiempo – dijo Alanis sonriendo.

- Así es mi niña, Eres más bella cuando sonríes ... – dijo la anciana.

- Kaede San tiene razón, se ve preciosa señorita Alanis... más humana – dijo un joven de cabellos verdosos que entraba a la cocina.

- Lo tomaré como un cumplido, gracias joven Paris – respondió la chica ante el cometario del recién llegado.

- Creo que sonó muy atrevido... – guardó silencio clavando su vista en las Iris grisáceas de Alanis - , pero no pude resistir ni un segundo en hacerlo saber – dijo el chico de ojos color miel, con leve sonrojo en sus mejillas. Alanis siempre lograba avergonzarlo, era una chica que imponía con su belleza, su elegancia y su sofisticación.

- No hay problema – respondió la joven que seguía con su labor de preparar la cena, la ensalada estaba lista, la carne era cortada en finos pedazos para disfrutar más de la suavidad y así no fuera toda una odisea comerlos, la crema de elote estaba casi lista.

La anciana Kaede se había encargado de mezclar algunos granos de elote para que fuera irresistible probarla, la salsa que acompañaría la carne era una receta secreta que su madre le había enseñado a Alanis, deliciosa eran los comentarios que había recibido de todos los que alguna vez tenían la fortuna de haberla probado...

- mmm... huele delicioso no puedo esperar a que sea hora de la cena. Cuando usted cocina es todo un banquete, lastima que rara vez lo haga - hizo un cara de tristeza fingida - Deberíamos votar para que la cocina quede a su cargo. Estoy seguro que muchos me apoyarían – dijo Paris mientras respiraba el olor de la comida que cada vez más se iba impregnando en la cocina y lo mejor se iba colando por los pasillos llamando a las personas que estaban en los alrededores.

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Tres hombres y una linda joven caminaban conversando animadamente por el pasillo que conducía al comedor principal, donde por lo general se reunían todas la noches para compartir juntos la cena. Habían jugado por treinta minutos con los niños en el jardín después de que el joven de cabellos castaños se retirará, les había dado hambre y el delicioso aroma no les ayudaba en nada en calmar su feroz apetito, caminaron hasta entrar a la habitación del comedor para tomar asiento.

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- Listo la cena esta lista – se escuchó decir a Alanis una vez que empezaba a servir la comida en los platos, Paris sonrió al escuchar el comentario de la linda joven.

- Perfecto, justo a tiempo, mis lombrices se comían entre ellas – dijo el joven, obteniendo una pequeña risa de las dos mujeres que se encontraban en la cocina.

- Me alegra que se haya podido evitar – dijo Kaede palmeando la espalda del joven de ojos color miel.

- Igual yo – sonrió Paris.

Alanis se quitó el mandil una vez que terminó de servir la comida. Todo estaba listo Kaede se había encargado de llevar la crema de elote a las personas que se encontraban ya sentadas en el comedor, los platos hondos estaban listos para ser rellenados con la exquisita crema, se encontró con la cara conocida de la guerrera mágica, pero le llamo la atención ver a los tres jóvenes que le acompañaban, ahora entendía ellos tres eran los visitantes a los cuales se les daba la cena especial preparada por Alanis.

- Me voy a sentar señorita Alanis – dijo Paris observándola sentada en un banquillo alto.

- Adelante Paris, que disfruten de la cena – dijo la joven, espontáneamente siéndose en confianza le guiño un ojo, acto que no paso desapercibido para el joven y atrajó su atención.

- ¿ Ocurre algo?- preguntó Alanis al darse cuenta que Paris le miraba insistentemente con algo de sorpresa.

- No nada, sólo observaba lo hermosa que es – dijo Paris logrando que Alanis se sonrojara – Bien me voy, espero que hoy si nos acompañe en la cena, tiene semanas que lo hace sola en su habitación, pero como hay visitas no tiene pretexto – terminó diciendo el joven, dejando sin palabras Alanis.

- Joven Paris – la chica dudo – espere -

Paris se detuvó – Dígame – soltó clavando su vista en ella.

- Llámame Alanis – dijo sin perder de vista su rostro – Háblame con más confianza, quiero decir de tú - él dibujó una sonrisa complacido por la mejoría que palpaba en relación a su trato con la hechicera – por favor – Alanis se sonrojó – no soy tan mayor, no tanto como ustedes creen -

- Lo sé – respondió Paris sin desvanecer la sonrisa – Ascot me dijo que tenías alrededor de 23, 24 años -

Alanis no supo que más decir, el príncipe Paris era el hermano menor de la princesa Esmeralda. La idea de que él le odiará por haber traicionado a su hermana, por no haber cumplido con su papel, la perseguía constantemente.

- Me da gusto que podamos ser amigos – el chico la miraba con ternura – Ascot no deja de hablar, mejor dicho, no se cansa de decir lo maravillosa que eres y la verdad es una lastima que los demás no podamos decir lo mismo por el hecho de no conocerte a fondo – guardó silencio – Por cierto, Tú debes dejar de decirme joven Paris y decirme Paris a secas -

Alanis asintió en silencio convenciéndose a sí misma de ir por buen camino.

Paris salió de la cocina dirigiéndose al comedor para saludar a los visitantes, había visto por la ventana la nave estacionada frente al palacio, debían ser los chicos de Autosam, los amigos de Lucy - ¿ vendrá Latís con ellos¿ Cual será el motivo de su visita?- se preguntó así mismo sin percatarse de ello.

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En el comedor Marina conversaba amenamente con los jóvenes, cuando la presencia de Paris llamó su atención.

- Paris ¿recuerdas a Águila? – preguntó al joven que les miraba desde la entrada.

- Claro, hola Águila , un saludo también a tus compañeros – dijo Paris alzando su mano derecha a la altura de su frente, copiando un saludo militar.

- Un placer volver a verte – respondió Águila respondiendo de igual manera el ademán del joven – ellos son mis amigos Geo y Zaz – terminó presentando a los jóvenes sentados a su izquierda.

- Mucho gusto chicos – respondió Paris.

- El gusto es nuestro – respondieron los dos acompañantes del comandante.

- ¿ Y Latis, cómo esta¿ Vino también a Céfiro? – preguntó Paris.

- Esta bien, igual que siempre. Vino a Céfiro, pero no sabemos a donde fué – respondió Águila.

- Ya veo no ha cambiado nada, característico de él- dijo Paris.

- Así es – dijo asintiendo Águila.

- Bueno ... ahora regreso debo avisar a Anaís, Presea y Guruclef que la cena esta lista – dijo Paris dando media vuelta para seguir su camino.

Paris llegó hasta la habitación de Alanis, llamó a la puerta esperando que le permitieran el acceso a está.

- Adelante – se escucho la voz masculina del interior de la habitación.

Paris abrió la puerta entrando en el lugar ...

- Que bien , todos se encuentran aquí, ya me veía buscándolos – dijo Paris posando su mirada hacia la cama donde se encontraba la chica pelirroja - ¿cómo sigue? – preguntó el joven con interés.

- Está mejor, ahora duerme – respondió Presea que tocaba su frente.

- Que bien, mi Anaís se encontraba muy preocupada por ella – dijo Paris mirando fijamente a los ojos de la rubia.

- Paris, ya estoy más tranquila, no digas esas cosas – dijo Anaís sonrojada por el sentido de pertenencia que tenían sus palabras.

Guruclef sonrió ante el comentario de los jóvenes, era obvio el profundo amor que ambos sentían.

- Chicos, poca charla y más acción, la cena esta lista y créanme Alanis cocina riquísimo, así que no hagamos esperar a nuestros estómagos ¿quieren? - dijo Paris esperando la respuesta de las personas que estaban en la habitación.

La rubia le miró curiosa – ¿ Alanis ? – soltó incrédula.

- si ella hizo la cena – respondió confiado el joven de ojos miel.

- No me refería a eso – dijo la rubia sin apartar su vista de sus ojos.

- Se a que te refieres – dijo Paris sonriendo – luego te cuento, ahora a comer¿si? -

- Esta bien – dijo la rubia acomodándose sus lentes.

- Vamos – dijo Guruclef .

- Pero... ¿y Lucy? – dijo Presea preocupada.

- Ella va estar bien, debe descansar, si seguimos aquí le quitaremos la vitalidad que esta recuperando, vamos ya que la cena de Alanis nos espera – dijo Guruclef mirando a Presea.

- Si – asintieron las dos chicas dirigiéndose a la puerta seguidas de los dos apuestos jóvenes.

Los cuatro jóvenes caminaron hacia el comedor , Paris le comentaba a Anais sobre la llegada de los habitantes de Autosam y Latís, una extraña visita, que al parecer aún era un misterio para algunos.

- Por fin llegaron , nos estamos muriendo de hambre – dijo una mujer que de cabellos rosados de tez morena.

- Hola Caldina – dijo Anais saludando a la mujer.

- Buenas noches chicos – saludó Ráfaga a la llegada de los cuatro jóvenes.

- Buenas noches – respondieron el saludo.

- Que gusto me da verlos Águila, Geo, Zaz – dijo Anais sonriendo a los visitantes.

- No tenía idea de que conocieras a los acompañantes del comandante – dijo Paris separando una silla para que la guerrera mágica tomará asiento.

- Si, los conocí en una visita que tuve de relaciones exteriores, cuando acompañe a Lucy – respondió Anais.

- Entiendo – dijo Paris.

Ya todos los jóvenes se encontraban sentados en la mesa del comedor, ya se habían hecho las presentaciones necesarias, sin embargo ninguno de los jóvenes allí presentes dijo el motivo de su visita, secretamente Ráfaga, Caldina y Ascot lo sabían, ya que la hada que acompañaba a Latís les había dicho la razón.

La cena empezó una vez que Kaede disculpase a Alanis por su ausencia. Ella había dicho que la joven ofrecía una disculpa por no poder acompañarles, ya que la cena le había dejado exhausta aparte de que había tenido un extenso y pesado día de trabajo, era razonable, los presentes lamentaban que la linda mujer no se encontrara presente para agradecerle y felicitarle por la exquisita cena que les había preparado. Todos se encontraban ocupados halagando y disfrutando de la cena que habían olvidado la ausencia de una persona más. El caballero del misterio aún no llegaba, se había perdido de una cena en compañía de los viejos amigos...

OOoOoOoOoOoOoO

Continuará...

Hola Chicas ¿ Qué les pareció este capítulo, intente que quedará largo y lo antes posible, agradezco sus comentarios y reviews, espero seguir recibiéndolos, si tienen sugerencias prometo tomarlas en cuenta, seguiré procurando actualizar lo antes posible.

Sobre las parejas, ya estarán imaginando como van a quedar algunas, sólo les puedo decir que daré muchas sorpresas y que si juntaré aquellos personajes que nunca se imaginaron y otras que son clásicas en las historias de otras autoras... Sólo espero que ese detalle no sea motivo para abandonar la lectura de mi historia, pero entenderé y respetaré su decisión. Espero que la personalidad de los personajes si se asemeje a la que se vio en la historia, talvez algunas variables que permita flexibilidad en algunos aspectos.

Agradecimientos especiales a Ceres, Fairy Umi, Kuu y Luna, sigan leyendo ... onegai

Notas de la autora: Acá esta el capítulo 3 corregido y tomé la libertad de aumentar una escena para que tomará forma para lo que viene. Realmente espero ofrecer calidad, como dicen " la práctica hace al maestro". Un beso a todos y agradezco su comprensión y paciencia. El capítulo 5 esta en camino.

Alis chan.