CAPÍTULO 4: EL ÚLTIMO DE LOS TRES ESPÍRITUS

El fantasma asintió sin emitir sonido alguno. Y de la misma forma lo tomó por el hombro y lo guió a una calle en la que se encontraban algunos hombres hablando.

Sr. Goyle: No creo que nadie vaya a su "funeral".

Sr. Crabbe: Eso es muy seguro. Porque aunque tenía muchos seguidores, casi nadie lo estimaba.

Sr. Zabbini: Yo iría. Pero solo si hubiese comida o repartieran sus bienes.

Sr. Goyle: Acerca de sus bienes lo dudo mucho, según escuché ya entraron a saquear la casa y no dejaron más que las paredes.

Sr. Zabbini: Parece que el viejo tacaño no dejó testamento.

Sr. Crabbe: Ni siquiera un centavo para su único familiar.

Sr. Goyle: Enhorabuena que murió.

A Voldemort casi le dio un infarto cuando el fantasma, el último y al que más temía, lo tocó por el hombro para indicarle que debían seguir otro camino.

Voldemort: ¿De qué pobre diablo hablaban?

Al no recibir respuesta siguió hablando solo.

Voldemort: Sé que la descripción se asemeja a la mía, pero yo ya aprendí mi lección y quiero cambiar…

Se calló al reconocer el lugar al que habían llegado. Era el cementerio y había una tumba reciente rodeada por 9 personas de luto. Junto a la lápida se podía apreciar una escoba muy vieja a manera de adorno.

Voldemort: No me digas que es… Harry.

El fantasma solo asintió e hizo que Voldemort lo siguiera hasta una tumba recién cavada. Voldemort se acercó para distinguir la inscripción de la lápida. ¡Era su tumba!

Voldemort: No… no puede ser, ¿es qué acaso no merezco otra oportunidad? Pero…

Voldemort se quedó petrificado al leer el epitafio completo:

"Aquí yace Lord Voldemort luego del "beso".

Enterrado vivo… pero sin alma"

Voldemort se volteó hacia el fantasma lleno de pánico, y cual no fue su sorpresa cuando vio que la capucha había caído sobre los hombros de su guía para mostrar que no era un fantasma, sino un dementor.

Voldemort: ¡Nooo! ¡Piedad!

Trató de huir pero sus piernas no le funcionaron, y cayó sentado, indefenso mientras la horrenda boca del dementor se acercaba para robarle su alma.