Malena.- ¿Qué dicen, a qué personaje le doy el protagónico? ¿O prefieren que deje a la imaginación de cada uno sobre quién estamos hablando?
Magdalena.- Yo prefiero que no hagas ninguna y dejes de torturar a las pobres mentes de los inocentes lectores con tus depresivos fics.
Marilen.- En su defecto, termines "Lindas Torturadoras" o al menos le cambies el título, es horrible.
Malena.-Ustedes sí que me levantan el ánimo, eh U�
María Elena.- Como no mencionó nada de Beyblade aún, ni siquiera hace falta el disclaimer.
Malena.- ¡Tragate esa, Aoki! nn
Magdalena.- Dudo que le importe demasiado.
Marilen.- Esto se está haciendo más largo el chap, ¿qué les parece si terminamos acá?
MaE/Mal/Mag.- Oki.


Eligiendo caminos, fic por miyod.

Capítulo II
Aviso en verso

(-¡Córrase, por favor!- gritó alguien a sus espaldas
CRACK, TUMP; se escuchó casi inaudible por el ruido de las gotas golpeando el suelo. El hielo que caía sobre algo, algún cuerpo encontrando cobijo en el suelo.)

-¡(censurado)!- maldijo el protagonista con agresividad, dirigiéndose al accidental autor del empujón que acababa de recibir.

Siguió caminandoentrecerrando los ojos para intentar ver a través de esa gruesa cortina de agua y hielo.

Llegó a su hogar, colgó su abrigo, encendió la calefacción. Se cambió de ropa y se sentó en su posición usual sobre su sillón predilecto, mirando por la ahora empañada ventana.Casi sin darse cuenta, su mente revivió el incidente, buscando respuestas.

-'Sería lógico quese estuviera apurando para llegar a refugiarse en algún sitio' -pensó, con calma, mientras sentía como el ambiente se calentaba- 'tal vez estaba corriendo. Es probableque no me haya visto debido al mal clima...' -continuó con su razonamiento- '...cuando por fin advirtió que yo estaba en su camino, frenó. ¿Pero por qué no se det...? Claro, el hielo sobre la veredda debe haberle hecho resbalar' -concluyó-. ¡Pero qué imprudencia! -murmuró, notando que su enojo revivía como una llama a la que le han devuelto el oxígeno- ¡Culaquier persona con un par de neuronas se daría cuenta delo estúpido que es corrersobre una superficie cubiertapor una capa de hielo! -dijo ya con enojo. Respir´´o un par de veces, y cerró los ojos, con cansancio.

TAC, TAC, TAC; golpearon tres veces el vidrio de la ventana. Dirigió su mirada hacia el cristal empañado, pero no notó nada extraño. Aunque…

Forzando su vista, cayó en cuanta de que una nota estaba enganchada al marco de madera, del lado exterior. Se levantóapuradamente y concuriosidad abrió la ventana. El viento helado plagado de gotas entró con apuro a la casa, mezclándose con el amigable aire cálido de la estufa. Apenas pudo agarrar la pequeña hoja ansiosa por escaparse y seguir la voluntad del arrogante viento, pero sus manos y vista ganaron al papel; inmediatamente cerró la helada abertura y se dispuso a examinar el mensaje de letra cursiva.

Las manos del destino
habían escrito tu epitafio.
Mas la suerte ha sido bondadosa contigo,
pero el Gran Verdugo no es ingenuo.

Debes pagar por el favor involuntario
del mártir por azar,
el Juez tomará
la decisión final.