La noche más larga del invierno (Una canción al Solsticio)
Título: La noche más larga del invierno (Una canción al Solsticio) (1/5)
Autor: C. Dumbledore
Disclaimer: Solo soy un humilde escritor. Lo poco que ves aquí me pertenece. La mayoría de los maravillosos personajes y el mundo en el que residen provienen de la mente de la Diosa JK Rowling. Además de rendir homenaje a la maestría del estimado Sr. Charles Dickens cuyas historias estarán siempre con nosotros.
A/N: A menudo me he preguntado por qué los personajes en el canon celebran las fiestas de una religión cuyas sagradas escrituras incluyen la frase, "A la hechicera no dejarás que viva" De hecho, eso me preocupaba. Y así, con todo respeto, combiné las mentes de dos grandes autores y os presento esta pequeña historia. Fue escrita en Diciembre del 2004, y está dedicada a vosotros, los lectores ¡Felices fiestas!
Advertencia: Esta historia no tiene contenido sexual. Hay parejas del mismo sexo. Si esto es un problema para ti, crece de una vez.
Rating: PG lenguaje esporádico, parejas del mismo sexo
Parejas: D/H – mención de otros
LA
NOCHE MÁS LARGA DEL INVIERNO
(Una canción al
Solsticio)
PROLOGO
De haberse realizado una encuesta entre la población del mundo mágico en la víspera del Solsticio de 2004, cada hombre, mujer y niño hubiera votado a Draco Malfoy como el mago menos popular en las Islas Británicas. En cuanto al joven Sr. Malfoy mismo, le importaba un comino. Estaba dispuesto a admitirlo, había dejado de importarle todo excepto el aumento de su riqueza personal hacía exactamente siete años.
Aquel día, la víspera del Solsticio en su séptimo año en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, magos por toda Gran Bretaña estaban celebrando algo más que el retorno del sol al mundo. Celebraban también la desaparición del Señor Oscuro Voldemort en manos de Harry Potter, El Niño Que Vivió. La guerra que había diezmado pueblos enteros y desgarrado irreparablemente familias por fin había terminado.
La mayoría de sus compañeros estaban celebrándolo en sus casas con los miembros restantes de sus familias, o de juerga en las calles de varias aldeas de magos dispersas por todas las islas. Era una celebración tal que nunca se había visto antes.
Un chico estaba sentado a solas en un dormitorio desierto en la Torre Gryffindor. A pesar de los esfuerzos de sus amigos y de los miles de admiradores que querían estrecharle su mano y ofrecerle el mundo, Harry Potter estaba tendido en su cama, solo, y esperaba a aquel que amaba. Al dar las diez empezó a preocuparse, a las once echaba humo, y a medianoche renunció finalmente a la esperanza. Resignándose a sueños de lo que podría haber pasado, escribió una nota y la colocó junto al pequeño montón de paquetes brillantemente envueltos encima de su cama. Con la cabeza gacha, se dio la vuelta y salió de la habitación con lágrimas silenciosas deslizándose por sus mejillas.
Pero eso fue entonces, y ahora era… bueno, ahora era ahora.
VÍSPERA
DEL SOLSTICIO
21 Diciembre 2004
Mansión Malfoy
Draco Malfoy estaba sentado detrás del enorme escritorio de caoba, sus elegantes manos cruzadas con pulcritud sobre la superficie lisa, sus fríos ojos grises mirando desapasionadamente al hombre que estaba de pie al otro lado del escritorio.
"¿Y por qué, ruego me diga, no efectuó el pago de su hipoteca este mes?"
El otro mago permanecía de pie con la cabeza inclinada, incapaz de encontrarse con aquellos ojos. Sus ropas estaban gastadas y sus manos tenían el aspecto duro y calloso perteneciente a alguien que el trabajo físico no le era desconocido. Su pelo canoso estaba desgreñado y recogido en una sencilla cola, y sus ojos hablaban de preocupación y temor "Lo siento, Sr. Malfoy, de verdad lo lamento. Con la Navidad y todo, nuestros gastos eran más elevados de lo que habíamos previsto. Nuestro hijo mayor empezó el colegio este año y los libros y materiales nos retrasaron en el pago. Entonces nuestra hija cayó enferma, y por supuesto teníamos que conseguir algo para el más pequeño para Navidad, y…"
"¿Sus hijos preferían regalos de Navidad en vez de un tejado encima de sus cabezas, Sr. Prine?" Malfoy arqueó una ceja.
"No, señor. No. No es lo que quise decir. Es sólo que todo parece estar acumulándose encima nuestro este año y el trabajo ha sido escaso"
"Sr. Prine, no tengo ni el tiempo ni la inclinación para escuchar su triste historia. El pago está atrasado y eso es lo único que me interesa"
"Le prometo que nos pondremos al día después de primeros de año, Sr. Malfoy. Mi mujer ha encontrado un trabajo de ama de llaves y empezará la semana que viene. Por favor, señor. Es la víspera del Solsticio"
"¿Ha oído alguna vez la expresión muggle 'tonterías', Sr. Prine? No, probablemente no. Sólo me importa que ahora es 21 de Diciembre, señor, y que su pago era para el 15. Lo que me importa es que he sido obligado a retrasar mi cena porque vino aquí vía Floo durante el día lo que implica que faltará al trabajo, y últimamente eso sólo serviría para retrasar más su pago" Dios, le encantaba verles sudar. Esperó mientras observaba retorcerse al hombre.
"Muy bien, Sr. Prine" Dijo por fin "Puede hacer un pago doble el 15 de Enero, con un 25 adicional en la parte correspondiente a Diciembre. Pero no se equivoque, si se retrasa, ejecutaré la hipoteca"
Prine dejó salir un suspiro de alivio "Gracias, señor. Gracias. Puede estar seguro de que el pago será puntual"
"¿Algo más, Prine?"
"No señor, nada en absoluto"
"Muy bien, entonces. Puede marcharse" Malfoy dio por terminada la conversación con un gesto de su mano.
Tan pronto como el hombre entró en la chimenea y se fue vía Floo, Malfoy llamó a su secretario. Geoffrey Sparks era un joven brillante. En otros tiempos, habría prosperado en cualquier negocio. Pero éstos no eran otros tiempos. Esto era la Gran Bretaña mágica, siete años después de la guerra con Voldemort y, afortunadamente para Draco Malfoy, había regresado la prosperidad para todos.
"¿Cuántos fueron hoy, Geoffrey?"
"Quince, señor. Cinco hipotecas, siete préstamos familiares y tres préstamos escolares"
"¿Y las excusas?"
"Seis enfermedades, tres despidos, dos gastos navideños y cuatro variados. Aunque la última era bastante única, usando una combinación como ésa"
"Bueno, eso no importa realmente, ¿cierto? Aún así terminaré delante con el 25 adicional ¿Quién habría pensado que esa limpieza-post-guerra habría sido tan rentable?"
Volviéndose hacia el retrato de Lucius Malfoy que colgaba detrás del escritorio, levantó una ceja y sonrió con satisfacción "Oficialmente soy ahora dos veces más rico de lo que fuiste tú alguna vez, viejo bastardo, y sólo tengo veinticuatro años ¿Cómo se siente?"
El retrato parecía furioso pero no dijo nada, gracias a un hechizo silenciador permanente lanzado varios años atrás "¿Qué, se comió el gato tu lengua?"
"¿Sr. Malfoy?"
"¿Sí, Geoffrey?" Dijo, mirando todavía al retrato.
"Si hemos acabado aquí, ¿puedo irme, señor? Mi familia…"
"Sí, sí, lo sé, la víspera del Solsticio. Si acabaste con tu trabajo, puedes irte. Supongo que querrás cogerte el día libre mañana. Con remuneración o alguna tontería semejante"
"Si no es mucho problema, señor"
"Claro que sería un problema, pero es de esperar. Muy bien, vete a casa con tu familia. Pero sé puntual el 23"
"Sí, señor. Gracias, señor ¿Y señor?"
"¿Qué pasa, Geoffrey?"
"Feliz Solsticio, Sr. Malfoy"
"Tonterías, Sr. Sparks, tonterías digo. Ahora, vete a casa"
Cuando por fin estuvo solo, Draco se sentó otra vez detrás de su enorme escritorio y puso en orden sus pensamientos "Bien, viejo, todavía hay correo por revisar y correspondencia que dictar. Eso nunca se acaba, ¿verdad?"
"¡Nobbey!"
Con un suave pop, un pequeño elfo doméstico apareció al lado del escritorio.
"¿Sí, amo Draco?¿Qué necesita el amo, señor?"
"El amo Draco necesita un brandy, un gran brandy, y asegúrate de que esté adecuadamente caliente esta vez. Y, Nobbey, tomaré la cena en mis habitaciones esta noche"
Temblando con el recuerdo de la última reacción de su amo por el brandy a temperatura ambiente, el elfo doméstico desapareció y volvió inmediatamente, colocó la gran copa encima del escritorio y entonces volvió a desaparecer otra vez.
Horas más tarde, y con su segundo brandy, Draco había completado la pila de solicitudes de préstamos, peticiones de regalos, solicitudes de comparecencia y estaba con la carpeta marcada como personal. Sólo contenía dos asuntos. El primero era un pergamino de su padrino, Severus Snape. En adición al usual 'todo va bien aquí' y sus deseos por un feliz Solsticio, además contenía una petición. Una bastante extraña, pensó Draco. Severus le había pedido que considerara sostener a los magos huérfanos. Parecía ser que esas jóvenes víctimas de la guerra contra el Señor Oscuro todavía estaban en necesidad. Bueno, ¿y qué?
Reuniendo pergamino y un vuelapluma, redactó su breve respuesta.
Querido Severus,
Complacido de que estés bien, con tristeza debo declinar tu petición respecto a los huérfanos. A pesar de su desgraciada situación, tienen un tejado sobre sus cabezas, ropa sobre sus espaldas y comida en sus platos. Eso es más de lo que algunos pueden decir. Francamente, estoy sorprendido de que me lo pidieras. Conoces mi opinión. Creo que es desafortunado que las casas para pobres y asilos hayan cerrado siglos antes.
En cuanto a tu felicitación del Solsticio, sólo puedo añadir… tonterías.
DM
La parte final de correspondencia era un sobre de un hermoso rojo intenso adornado con tinta dorada. 'Oh, no, otra vez no'. Pero lo era. Una vez más, era invitado a asistir a la celebración de Navidad en casa del Sr. Harry Potter para sus amigos y familia.
"Dios, Potter" Gruñó "¿Nunca te darás por vencido?"
Abriendo un pequeño cajón, escondido debajo de otros cajones más grandes, Draco puso con cuidado el sobre junto con otros y miró con tristeza la pequeña pila de regalos en miniatura envueltos de verde con cintas plateadas. Suspirando, cerró el cajón y dejó la habitación susurrando "Nox" mientras la puerta se cerraba con suavidad detrás suyo.
Excepto por el hecho de que era la víspera del Solsticio, lo cual, por lo visto, significaba algo para alguien en alguna parte, Draco Malfoy no encontraba ninguna diferencia entre esta tarde en particular y otra cualquiera. Mientras otros cantaban canciones estúpidas, intercambiaban regalos que apenas podían permitirse y bebían cantidades copiosas de ponche, aguamiel y ponche de huevo, él continuaba trabajando. Después de todo, mañana estarían resacosos, cansados y con menos dinero en el banco, y el estaría en mejor forma y aún más rico. No le importaba demasiado que también estuviera solo. Después de todo, siempre había estado solo. Bueno, casi siempre.
Al concluir con los asuntos del día, se retiró a su suite. Se tomó un baño lujurioso, se vistió con un pijama de seda negra y una bata de seda verde larga hasta el suelo, después se sentó a la pequeña mesa delante de la chimenea de su salón para comerse la cena.
Estaba a mitad del entrante cuando las cosas empezaron a tomar un giro extraño. El pato sobre el plato se puso de pie y empezó a moverse. Draco parpadeó con fuerza; tenía que ser una broma. Pero entonces empezó a transformarse en una serpiente, un áspid mortal para ser más exactos. La serpiente empezó a moverse hacia él con más rapidez, y él se apartó de la mesa, volcando la silla mientras tropezaba hacia atrás. Incluso mientras se movía, vio al resto de su comida comenzar a transformarse. Bestias extrañas, de aspecto fiero pululaban sobre la mesa.
Habrán sido las ostras, una de ellas estaba en mal estado. Él estaba envenenado y alucinando.
"¡NOBBEY!" Gritó
Nada.
"¡NOBBEY, VEN AQUÍ!"
Aún nada.
Corrió aterrado hacia la puerta y agarró el pomo. Se negaba a moverse, no importaba cuán fuerte girara el pomo o se lanzara contra la puerta, simplemente no se movería.
Después probó con las ventanas. Ninguna se abría. Incluso cuando lanzó una silla contra una de ellas, simplemente rebotaba en el cristal dejando el panel intacto.
Mientras permanecía de pie al lado de la ventana intentando planear su siguiente movimiento, algo le golpeó en la espalda; era un cajón de su aparador. Entonces una silla voló hacia él. Cuando las llamas de la chimenea rugieron de repente y salieron disparados hacia la habitación, se aterrorizó.
"¿Dónde puñetas está mi varita? Maldición, está en el estudio. Ahora qué…"
Se agachó para evitar otra colisión mientras más muebles empezaron a volar por toda la habitación.
Entonces el tumulto cesó tan rápidamente como había empezado y la habitación estaba envuelta en silencio, el pato a medio comer estaba de vuelta sobre su plato. El mobiliario estaba en su lugar, y el fuego crepitaba alegremente en la chimenea.
"¿Nobbey?" Dijo en voz baja.
Aún nada.
Permaneció quieto por un momento, decidiendo que sin duda estaba sufriendo de envenenamiento de comida. Entonces, mientras se sacudía para librarse de su estupor, escuchó un ruido que provenía del pasillo fuera de la habitación. Era como si unas cadenas estuvieran siendo arrastradas por el suelo de mármol, y los pensamientos de Draco empezaron a acelerarse.
'Alguien (o algo) está en la Mansión ¿Qué demonios voy a hacer? Menudo mago eres, dejándote tu varita fuera de alcance. Bueno, las cosas no pueden empeorar más, ¿verdad?' Sabía que era un error en el momento que lo pensó, porque por supuesto que podían empeorar.
La puerta empezó a inclinarse hacia dentro, crujiendo fuerte contra sus bisagras. Entonces retrocedió, sólo para inclinarse otra vez como si estuviera respirando. Justo mientras pensaba que la madera iba a astillarse, una tenue niebla blanca empezó a filtrarse por la madera misma. Una bruma que lentamente empezó a tomar forma, y la forma era uno de los únicos dos hombres a quienes temió alguna vez.
Lucius Malfoy.
Lucius Malfoy, o el fantasma de Lucius Malfoy, flotó por la habitación. Parecía casi esquelético, sus ropas de entierro andrajosas a su alrededor. Un montón de cadenas le envolvían alrededor de su cuerpo, arrastrándose varias yardas detrás de él. Y al final de las cadenas había bolsas de oro y cuerpos en descomposición de niños.
Draco se sentó pesadamente en el baúl a los pies de su cama y le miró boquiabierto, el terror fluyendo a través de su cuerpo.
Por fin, la aparición se detuvo y le miró.
"¿Padre?" Se atragantó.
El alto espectro sonrió ampliamente, revelando unos dientes amarillentos fracturados y una lengua tan negra como carbón "Sí, hijo mío, ése soy yo, hasta cierto punto"
"Pero, estás muerto. Y no se te ve como otros fantasmas que haya visto alguna vez. Los fantasmas… bien, normalmente tienen el mismo aspecto que en el momento de su muerte. Y tú – um, pareces estar en estado de putrefacción. No lo entiendo"
El espectro se estremeció y miró fijamente a su hijo "No soy un fantasma que ha escogido quedarse en este mundo ni un espíritu que ha fallecido para pasar al otro lado. Estoy encadenado a un lugar vacío. Un lugar que resuena con los gritos de aquellos que torturé y las maldiciones de aquellos que maté. Encadenado por la riqueza que pensé era tan importante en mi vida. Incapaz de seguir adelante e incapaz de volver para deshacer mis actos"
"Aún… aún sigues aquí ¿Por qué?"
"Estoy aquí para ayudarte, Draco. He venido con la esperanza de que no sigas tu camino. Es el momento de que te deshagas de las cadenas que ya has adquirido, y elegir no forjar unas nuevas"
Mirando por encima de su hombro, y entonces de vuelta a la fantasmagórica imagen de su padre, los ojos de Draco se estrecharon "No tengo cadenas, viejo ¿De qué estás hablando?"
"Aunque no puedas verlas, algunas de tus cadenas ya son tan pesadas como las mías, Draco. Al fin y al cabo, eres dos veces más rico de lo que fui yo alguna vez si oí correctamente antes"
Si es posible, Draco palideció aún más, comprendiendo que el espectro posiblemente había oído todas las cosas desagradables que había dicho "Pero no he matado a niños" Fue todo lo que pudo conseguir balbucear.
"¿No lo hiciste? Un niño que necesita pociones sanadoras con padres demasiado pobres para poder pagarlas ciertamente puede morir"
Draco no dijo nada, intentando en vano hacer la conexión.
"Y si a sabiendas escoges no evitar esa muerte, ¿no eres responsable por ello?"
"Técnicamente, supongo que uno podría aceptar algo de culpa"
"Tecnicismos no tienen lugar en el reino de los espíritus, Draco. Una cosa es o no es"
"Pero yo…"
"¡SILENCIO!" Rugió el espíritu "No estoy aquí para consentirte, Draco. Ni estoy aquí para reanudar tus temores infantiles hacia mí. Estoy aquí en un intento de salvarte y con ello salvarme a mí mismo"
"Imaginé que se trataría de ti" Dijo Draco arrastrando las palabras.
"¡Terminarás ya con tu sarcasmo inútil, Draco! Es una pérdida de tiempo, y ni yo ni nadie más está haciendo el tonto. Sólo tengo esta noche para mostrarte el error de tu camino y ponerte en una senda mejor. Si tengo éxito, es posible que se me permita irme de este reino en el cual estoy atrapado"
"¿Y cómo, te ruego me digas, planeas hacer eso?¿Manteniéndome despierto haciendo sonar tus cadenas toda la noche?"
"No estás prestando atención" Dijo con fiereza el fantasma de Lucius mientras se elevaba por el aire y quedaba suspendido en el aire a varios pies sobre Draco. Con ojos relampagueantes, miró al joven sentado sobre el baúl "Ésta es tu última esperanza. Y posiblemente la mía también. Tres espíritus te visitarán esta noche. Tres espíritus, todos ellos conocidos tuyos. Llegarán cada hora, dentro de una hora. El primero llegará a la una en punto. Te mostrarán cosas, cosas largamente olvidadas y cosas por venir. Ve con ellos, hijo mío. Escucha cuidadosamente, observa, y aprende como si todo dependiera de ello, por lo que pueda pasar. No fui un buen padre para ti en vida, pero no deseo para ti que experimentes lo que he sufrido yo cada día desde mi muerte" Mientras el fantasma empezaba a desvanecerse, sus palabras también se desvanecían hasta que sólo podía oírse un susurro "Sálvate, hijo mío. Todavía no es demasiado tarde"
"¿Padre?" Pero no había nadie allí.
Por supuesto que no.
Habían sido las ostras en mal estado al fin y al cabo. 'Chorradas y tonterías. Salvar mi alma, sí claro'. Pensó, deslizándose en la gran cama de cuatro postes. Mientras cerraba sus ojos oyó el reloj de su padre en el vestíbulo de entrada de abajo empezar a repicar. Las doce en punto. El Solsticio había llegado por fin. A alguien en alguna parte probablemente le importaría.
Notas de la traducción:
"A la hechicera no dejarás que viva", Éxodo 22-18, Sagrada Biblia.
Falta poco para la Navidad, ya se empieza a respirar el ambiente navideño, las luces en las calles, las decoraciones navideñas en tiendas y casas… y por encima de todo eso, una de mis historias favoritas, "Cuento de Navidad" de Charles Dickens, sobre todo si lo protagoniza mi pareja favorita. Espero que os guste esta historia tanto como a mí el haberlo leído y traducido para vosotros.
Son cinco capítulos en total y se postearán cada domingo, de forma que el último lo podrán leer en Navidad. Para los más impacientes, lo podrán encontrar aquí: http // www . thehexfiles . net / viewstory . php?sid 202
Ahora me gustaría proponeros un pequeño juego de adivinanzas, como podrán ver, los próximos tres capítulos aparecerá un espíritu del Solsticio, y serán personajes conocidos para nosotros, sobre todo los del presente y futuro, je je. Ahí va la pregunta para el próximo capítulo, ¿quién es el espíritu del Solsticio Pasado?
Espero que os guste, de verdad.
