LA
NOCHE MÁS LARGA DEL INVIERNO
(Una canción al
Solsticio)
SOLSTICIO
PASADO
"¡Despierta Draco!"
Draco dio un salto y se sentó en la cama mirando frenéticamente a su alrededor. En la distancia oyó al reloj dar la una de la madrugada. Oyó mucho más cerca una risa ronca.
Sus ojos buscaron el origen de los sonidos de júbilo y vio a un hombre de pie al lado de la chimenea, con los brazos cruzados y apoyado contra la repisa de ónice.
"¿Zabini?"
"Diez puntos para Slytherin, Malfoy"
"Tú estás muerto"
"Efectivamente"
"¿Qué estás haciendo en mi sueño?"
"Soy el primer espíritu del que habló tu padre. Soy el Espíritu del Solsticio Pasado. Por cierto, no es un sueño"
"Seguro que no. Y, de todas maneras, ¿de qué Solsticio Pasado estamos hablando?"
"De hecho, el de todos. Tengo los recuerdos de todos los Solsticios celebrados"
"De acuerdo, pues. Ahora, ¿por qué no te vas a la mierda y me dejas dormir? Necesito eso mucho más que un viaje por los viejos recuerdos de alguien. Inténtalo de nuevo el siguiente Samhain, puede que para entonces esté mejor dispuesto"
"Lo siento Malfoy, eso no va a suceder. Tenemos poco tiempo y mucho que ver. De hecho, debemos irnos inmediatamente"
"Dije que te fueras a la mierda. No me voy a ninguna parte"
Con un gesto de su mano, el fantasma Zabini retiró la colcha de la cama y levitó a Draco hacia él "Sí que vas a venir. Ahora, aunque nadie será capaz de verte, podrías querer ponerte tu ropa. No quiero tener que verte paseándote alrededor con tu pijama durante la siguiente hora"
"Te haré saber que se me ve bastante atractivo con seda negra"
El espíritu puso los ojos en blanco y con otro gesto de la mano hizo descender al rubio hasta el suelo.
Al ser depositado sin ceremonias junto al armario, Draco hizo de mala gana lo que se le pidió. Abrochándose el cinturón, miró otra vez al fantasma de su antiguo amigo "De acuerdo, continuemos para que así pueda volver a mi sueño habitual ¿Qué hago ahora?"
Zabini sonrió y levantó sus manos – una niebla espesa empezó a ascender mientras la habitación daba vueltas.
Solsticio, 1986 – Mansión Malfoy
Cuando la niebla se desvaneció, se encontraban de pie en el gran salón de la planta baja de la Mansión.
"Estupendo, has hecho que apareciéramos en otra habitación"
"No hemos aparecido, Draco. Mira a tu alrededor"
Sólo fue entonces cuando notó el enorme árbol en la esquina, resplandeciente con luces. Sus ramas más bajas incapaces de cubrir la enorme pila de regalos debajo del árbol.
¿De dónde venía toda aquella decoración? "¿Dónde estamos?"
"La mejor pregunta sería 'cuándo estamos'. Sólo observa"
De repente, un Draco mucho más joven entró en la habitación, sus ojos brillando de alegría y excitación apenas bajo control. Detrás de él caminaban Lucius y Narcissa Malfoy (aunque más lentamente y con tranquilidad)
Con los ojos brillantes y una enorme sonrisa, el Draco de seis años se precipitó tan rápido como se atrevía hacia la pila de regalos y empezó a desatar las cintas con cuidado (como le habían enseñado) Retiró cuidadosamente el papel de colores, lo dobló y lo colocó en una pila ordenada.
Sonriendo con suavidad, el Draco de veinticuatro años dijo "Lo había olvidado. Las cosas eran tan diferentes entonces"
"¿Lo eran?" Contestó Zabini.
Un ligero pop fue oído en la sobrecogedora y silenciosa habitación y una pequeña criatura con ojos saltones y largas orejas apareció cerca del niño. En sus manos había una taza de chocolate caliente "Feliz Solsticio, joven amo Malfoy" Dijo ofreciéndole la taza.
"Feliz Solsticio, Dottie" Respondió alegremente el niño. Entonces, mirando sus regalos, eligió uno (nada de ropa por supuesto, lo sabía bien) y se lo dio a la sorprendida elfina doméstica.
Observando desde su esquina, el Draco adulto se quedó inmóvil y susurró "¡NO! No, no lo hagas"
"¿Qué fue eso?" Preguntó el espíritu de Zabini.
"No le dejes, er a mí, darle el regalo. Tienes que detenerle"
"Uno no puede impedir aquello que ya ocurrió, Draco. Sólo podemos observar"
"Tengo que hacerlo. Si se lo doy, él…"
Pero ya era demasiado tarde.
Mientras observaban, Lucius Malfoy se levantó de su silla y cruzó la habitación hacia su hijo. Sus ojos se habían estrechado y sus labios formaban una línea apretada "¿Qué crees que estás haciendo?" Dijo con voz grave.
El niño bajó la cabeza y farfulló "Tengo tantos regalos, señor. Quería darle uno a mi amiga"
La cara de Lucius se oscureció "Un Malfoy no se hace amigo de seres inferiores. Un Malfoy no se relaciona con elfos domésticos, sangre sucias u otras criaturas por debajo de su posición social ¿No te lo había dicho ya?"
"Lo s-siento, p-p-padre"
Narcisa estaba sentada, mirando al suelo, con las manos cruzadas en su regazo y dijo en voz baja "Es Solsticio, Lucius"
Sin volverse, el hombre siseó "El Solsticio no justifica el mal comportamiento, Narcissa. No te entrometas"
"Y ahora, Draco" Continuó "Verás la consecuencia de tus acciones. Esta criatura no debe contarles a los demás de tu estúpido desliz, a fin de que no esperen lo mismo"
Con eso, apuntó con su varita a la temblorosa elfina.
"Padre, no, por favor no" Contestó el niño, intentando desesperadamente que su voz no temblara o cayeran sus lágrimas (un Malfoy no llora)
Con dos palabras y un destello de luz verde, la pequeña elfina yacía muerta en el suelo.
El silencio que le siguió fue finalmente roto por una voz tenue.
"Padre, ¿puedo irme ahora a mi habitación?"
"No puedes. Abrirás el resto de tus regalos. Luego irás a tu habitación y copiarás el Código Familiar Malfoy hasta que lleguen nuestros invitados. Para entonces, te unirás a nosotros y te comportarás como se espera que se comporte un anfitrión cortés ¿Comprendido?"
"Sí, padre"
En una esquina de la habitación, una versión más mayor del pequeño rubio luchó contra un nudo en su garganta.
"Fue entonces cuando decidí no ser nunca más agradable con un elfo doméstico. Es lo único seguro que se podía hacer"
"¿Seguro para ti, o seguro para los elfos domésticos?"
"De verdad, no lo sé" Susurró.
Y la niebla ascendió y la habitación empezó a disolverse.
Navidades, 1989 – Número 4 Privet Drive, Little Whinging, Surrey
Draco Malfoy se encontraba en un pasillo estrecho al pie de la escalera, en lo que parecía ser una modesta casa muggle. O al menos lo que imaginaba que podría ser una modesta casa muggle al no haber estado nunca en una.
"¿Dónde demonios estamos?¿Qué es este cuchitril?"
"Paciencia, Draco"
Una mujer con cara de caballo bajó por la escalera, sus pesados pasos resonaban en la silenciosa casa. Al pie de la escalera giró bruscamente y golpeó la puerta de lo que Draco sólo podía suponer que era una alacena "Despierta. Es hora de preparar el desayuno. Y sé rápido, Dudley querrá abrir sus regalos" Luego se giró otra vez y pasó por una puerta hacia la cocina.
Casi inmediatamente, Draco oyó un sonido rasposo de debajo de la escalera y la alacena se abrió, dejando ver un niño pequeño terriblemente delgado y con pelo oscuro alborotado en todas direcciones desde la coronilla. Llevaba una camiseta descolorida que le estaba demasiado grande y pantalones atados a la cintura con una cuerda para evitar que nadara en ellos. Detrás de los cristales rayados de sus gafas de montura redonda y negra sujetas con cinta adhesiva, sus ojos verdes parpadearon dos veces y empezaron a enfocar el mundo. Bostezando, se giró para seguir a donde había ido la mujer.
"Pero qué… éste es Harry Potter"
"Sí. Esto fue antes de que le conocieras, claro"
"Pero, ¿qué está haciendo Harry Potter en una alacena debajo de la escalera?"
"Es donde vivía"
"Eso no es posible. Potter lo tenía todo"
"Potter no tenía nada, Draco. Ni siquiera sabía que era un mago hasta que tenía once años. No sabía nada de su herencia o su destino. Él era, si quieres, un elfo doméstico humano para sus parientes muggles"
Su conversación fue interrumpida mientras un niño más o menos del tamaño de un joven hipogrifo bajó con gran estruendo por la escalera, seguido de cerca por un hombre que parecía más bien una morsa.
"PERO YO QUIERO ABRIR AHORA MIS REGALOS" Gimió el niño.
"Ahora, Dudders, primero desayunaremos. Ya conseguiste abrir algunos de tus regalos anoche y vamos a necesitar nuestras fuerzas para sobrevivir al resto"
El enorme niño hizo pucheros pero cedió y siguió a su padre a la cocina.
"Bueno, ¿y ahora qué?" Draco no estaba seguro de si quería saber la respuesta a esa pregunta.
"Bien, probablemente deberíamos pasar por esta puerta"
"En caso de que no lo hayas notado, no tengo sustancia. No puedo abrir una puerta"
Suspirando, Zabini sólo puso los ojos en blanco "Draco, no tenemos que abrir puertas para pasar por ellas"
"Oh"
En la cocina, la pareja y su hijo estaban sentados en la mesa, mientras un pequeño Harry se movía con dificultad con tres sartenes que apenas podía levantar, encima de una cocina en la que era apenas lo suficientemente alto como para alcanzarla. Hizo una pausa, sólo la suficiente como para servir café al hombre y a la mujer y servir un vaso de leche de una caja blanca que estaba apoyada contra una pared. Llenó con cuidado tres platos y los colocó delante del trío. Luego, cogiendo un trozo de tostada, se dirigió al fregadero y limpió las ollas y cazuelas mientras mordisqueaba en silencio.
"¿Por qué no come?"
"Está comiendo"
"Quiero decir con los demás. Como los demás"
"Pero no es uno de ellos. Nunca fue uno de ellos. Y no dejarán que lo olvide"
Miraron mientras el niño gordo se zampaba su comida y luego se levantaba bruscamente y anunció muy fuerte "REGALOS, ¡AHORA!"
"De acuerdo, Duddikins" Arrulló su madre "Podéis iros a la sala de estar, yo estaré con vosotros dentro de poco" Luego, volviéndose hacia Harry, ordenó "¡Tú! Limpia aquí dentro y no salgas hasta que hayas acabado" Con eso, ella les siguió a través de la puerta dejando solo a un pequeño Harry Potter.
Lentamente y con un suspiro casi imperceptible, el niño empezó a moverse. Recogió los platos sucios y los llevó al fregadero. Después de lavarlos y colocarlos, revisó para estar seguro de que había limpiado la mesa y la encimera, limpió la cocina y comprobó que no hubiera migas en el suelo. Envolvió las sobras de bacon y pedazos de salchicha que había recogido de los platos en una servilleta y los escondió con cuidado en su bolsillo para más adelante "Espero que nadie lo descubra" Murmuró para sí mismo. Sólo entonces se atrevió a irse a la sala de estar. Naturalmente, no podía ver a los dos hombres que le seguían por detrás.
La sala de estar era un desastre. Había trozos de cinta por todas partes y tiras de papel cubrían todo el suelo. Cajas con juguetes sepultaban el sofá, y en una esquina el ancho culo como un cerdo de un niño sobresalía de debajo de un horrible árbol que parecía estar hecha de papel de aluminio plateado. El árbol (si alguien podía llamarlo así a eso) estaba salpicado de adornos de plástico sin gusto y enrollado con cables que llevaban grandes bombillas de colores chillones. Draco nunca había visto algo parecido como para compararlo con él.
Harry permaneció cerca de la entrada al salón mientras su primo intentaba alcanzar el regalo que quedaba de debajo del árbol "NO PUEDO LLEGAR A ÉL" Gimió el niño.
"Tú, chico" Dijo el hombre mirando a Harry "Saca el regalo de allí. Y ten cuidado con él. No querrás rasgar el papel o algo así"
"Sí, tío Vernon" Contestó moviéndose para hacer lo que se le había pedido. Una vez el paquete culpable había sido retirado, se volvió otra vez hacia el hombre y preguntó en voz baja "¿Me ha traído algo Papá Noel?¿Alguna cosa?"
"Ahora que lo mencionas, claro que sí, Potter. Creo que trajo algo"
"¿De verdad?" El pequeño jadeó, sus ojos se iluminaron por primera vez. Harry parecía excitado, pero los brillantes ojillos y la apretada sonrisa en la cara del hombre que parecía haberle metido por la fuerza en una alacena le decían a Draco que no iba a ser lo que esperaba el niño.
"Déjame pensar. Ah sí, está por ahí, detrás de esa silla"
El niño se fue con rapidez hacia la silla y retiró un pequeño paquete envuelto en papel de periódico y ataco con un cordel. Con cuidado empezó a abrirlo intentando que el proceso durara el mayor tiempo posible. Cuando el papel fue retirado, Draco vio caérsele los delgados hombros mientras Harry miraba fijamente un fardo de ropa bastante usada y demasiado grande.
"Gracias tío Vernon, Tía Petunia" Dijo.
Draco sintió que crecía en él la furia. Antes de que pudiera darse cuenta aun de que no había nada que pudiera hacer, su atención fue atraída por la vociferante voz de Dudley Dursley.
"¿QUÉ ES ESTO?" Rugió el niño "¿UNA MUÑECA?"
"Dudders" Dijo su padre permaneciendo tan tranquilo como era posible "Eso es un Robosapien. Es el último grito"
"ES UNA MALDITA MUÑECA Y NO LO QUIERO" Gritó el niño tirando la caja al suelo.
Harry dio un paso adelante indeciso mientras intentaba reunir su valor. Preguntó con timidez "Dudley, si no lo quieres, ¿puedo tenerlo yo entonces?"
"NO, POTTER" Gritó girándose hacia el más pequeño "SI NO LO QUIERO, NADIE LO TENDRÁ" Y entonces lo tiró y pisoteó el brillante juguete, rompiéndolo en varios pedazos.
"Ahora, Duddikins" Empezó la mujer con cuidado "Encontraremos algo más para ti mañana cuando abran las tiendas"
Mientras los dos Dursleys adultos intentaban calmar a su mimado vástago, Harry se deslizó desapercibido por el pasillo y volvió a la alacena debajo de la escalera. Desapercibido excepto para los tristes ojos grises de un hombre rubio a quien no podía ver.
"No sé como estás haciendo esto en mis sueños, Zabini, pero eso fue horrible"
"Cierto, Malfoy" Contestó el espíritu mientras la niebla les sorprendió otra vez y la escena empezó a cambiar una vez más.
Víspera del Solsticio, 1997 – Torre Gryffindor – Hogwarts
Esta vez, Draco supo inmediatamente dónde estaba. La habitación redonda de la torre, con sus cinco camas con cuatro postes con cortinas en rojo y dorado era demasiado familiar, aunque no la hubiera visto en siete años. Los fuegos artificiales podían verse por la ventana, y sonidos de celebración subían de abajo. La habitación estaba desierta excepto por una de las camas. Una figura solitaria yacía encima de la colcha, sus manos entrelazadas detrás de su cuello mientras observaba el dosel. Encima de un baúl a los pies de la cama había una pequeña pila de paquetes envueltos en papel verde y atados con cinta plateada.
"Oh, Dios, no…"
"Entonces, ¿sabes dónde y cuándo estamos?"
"Sí. Por favor, no me hagas ver esto".
"Eso no depende de mí, Draco. Esas imágenes han sido elegidas para ti".
"Está solo".
"Sí".
"Es culpa mía".
"¿Por qué fue eso, Draco?"
"Todos los demás estaban festejando"
"Entonces, ¿estabas fuera festejando?"
"No, yo no. Estaba reunido con mis abogados para revisar los progresos de las operaciones de mis nuevos negocios"
"Eso todavía no explica por qué Harry Potter está tendido a solas en una habitación vacía el día más importante de su vida. Era el día en que derrotó a Voldemort, ¿cierto?"
"Sí"
"Draco, yo ya llevaba muerto bastantes meses para entonces. Tendrás que retroceder un poco"
"¿No se supone que eres el Espíritu del Solsticio Pasado?¿No tienes ya todos estos recuerdos en alguna parte?"
"Sólo lo que ocurrió en el Solsticio, Draco. El resto del año no es mío. Cuéntame"
Con un fuerte suspiro, Draco cerró sus ojos y empezó.
"Casi al final de nuestro sexto año, Harry y yo nos unimos cuando comprendí que no podía seguir por más tiempo los pasos de mi padre. De hecho reunirse con Voldemort fue el detonante. Eso y saber que iba a ser marcado el día que cumpliría diecisiete años. Así que me encontré en el otro bando y, naturalmente, justo en medio del otro bando estaba Harry Potter"
"Harry era tan diferente de lo que siempre había imaginado. Era bastante tímido y tan amable. Claro que ya sabía de su valentía y lealtad, pero había mucho más de lo que había visto alguna vez"
"Poco a poco llegamos a comprender que estábamos atraídos el uno al otro. Por supuesto, probablemente el hecho de que nos gustaran los tíos y no había muchos alrededor tuvo algo que ver, pero había mucho más que eso. Me tomó un poco de tiempo ganarme su confianza, como puedes imaginar, pero una vez la conseguí, comprendimos que siempre nos habíamos atraído el uno al otro. Sospecho que sucedió desde el primer día que nos conocimos en la tienda de Madame Malkin, Ropas para todas las ocasiones. La mayor parte de lo que habíamos hecho el uno al otro habían sido estratagemas para llamar la atención del otro. Como niños diciendo 'Mírame' "
"Hablábamos mucho. No demasiado sobre el pasado. Ninguno de nosotros quería. Tampoco demasiado sobre el presente. El presente era un poco atemorizante entonces. Generalmente soñábamos sobre el futuro. Nuestro futuro, una vez la guerra hubiera acabado"
"No sé cómo ocurrió, y sospecho que él tampoco pero de repente estábamos muy enamorados. Oh, la parte en que éramos dos chicos adolescentes hormonales fue…" Se estremeció "Bueno, digamos que lo fue y dejémoslo así, pero estaba el cogerse de las manos, hablar en el lago y echados en los brazos del otro cuando podíamos salir a escondidas durante la noche"
Al otro lado de la habitación, Harry se bajó de la cama y se fue a la puerta. Abriéndola, miró dentro de la habitación, luego la cerró otra vez y volvió a la cama. Con los hombros caídos, se sentó en el borde del colchón mirando al suelo.
Draco apartó la mirada, su voz era apenas un susurro "No puedo cambiar esto, ¿verdad?"
"No. El pasado debe permanecer tal como sucedió"
Se quedó callado un momento antes de continuar "De todas maneras, aquel verano fue difícil porque Harry tenía que volver con aquellos horribles parientes en primer lugar. Luego se iba a la Madriguera y los Weasley todavía no me tenían mucho cariño así que no le visitaba allí. Una o dos veces a la semana nos encontrábamos en el Callejón Diagon y pasábamos el día juntos. A veces pasábamos la noche en el Caldero Chorreante con el aspecto cambiado y bajo nombres falsos. Los dos habíamos cumplido diecisiete años y éramos adultos legales en el mundo mágico, así que no había mucho que pudiera hacer alguien de todas maneras, pero sentíamos que el mundo no estaba preparado. O quizá no lo estábamos nosotros"
"Entonces mi padre murió durante una tentativa de los mortífagos para liberarle a él y a otros prisioneros de Azkaban. La fortuna Malfoy pasó inmediatamente a mis manos como su único heredero. Como tenía diecisiete años, no había necesidad de un fideicomiso. Se constituyó un fondo para mi madre para proporcionarle unos generosos ingresos mensuales y se fue al sur de Francia. Nunca tuvo mucho trato con Voldemort y decidió que un cambio de lugar estaba en orden"
"Me volví maniático, intentando recrearme como yo mismo. Tenía miedo de convertirme en una versión más joven de Lucius Malfoy. De alguna manera, reconocí que cuando terminó la guerra, lo cual sentía que sería pronto ahora que comprendía lo poderoso que era Harry Potter, todas aquellas familias cuyas casas y vidas habían sido destruidas necesitarían a alguien que pudiera prestarles dinero para empezar de nuevo. Era una epifanía. Tenía un propósito, algo que podía hacer. Así que empecé a reunirme con asesores, banqueros y abogados. Gringotts no suponía un problema, porque la mayoría de la gente a quienes prestaría dinero no cumplía los requisitos para pedirles dinero a ellos. Supongo que fue cuando empezó a cambiar otra vez. Los abogados me recordaron que puesto que estaba prestándoles dinero a clientes de alto riesgo, podría cambiar por un porcentaje más alto. En lo único que podía pensar era en lo mucho mejor que sería nuestro futuro si teníamos más dinero"
"Algunas veces no podía estar con Harry porque estaba en reuniones. Sabía que él estaba triste por ello porque una vez a la semana ya no era suficiente pero no había otro remedio, y siempre me lo perdonaba"
"Luego el colegio empezó otra vez y nos veíamos más a menudo. Por lo menos nos veíamos en clase. Harry procuraba que los asuntos de la Orden no interfirieran con el tiempo que planeábamos pasar juntos, y pensé que era imprudente porque, al fin y al cabo, la guerra era lo más importante en nuestro mundo. Yo, por otra parte, tenía claro que mis planes para nuestro futuro pesaban más que algunas noches de placer o una tarde hablando en un lugar privado. Sabía que Harry se estaba cansando de estar esperándome cuando no aparecía. Pero, maldición, eso era importante ¿Por qué no podía verlo?"
Zabini solo le observó.
"Harry y yo planeábamos estar juntos la víspera del Solsticio. Era un día importante para nosotros dos, como nunca habíamos pasado las vacaciones juntos y nos considerábamos como nuestra nueva familia. Sabíamos que un gran ataque había sido planeado por Voldemort; Snape y otros espías habían conseguido esa información. Incluso sabíamos dónde sería y la Orden tenía sus planes. Citando a Snape 'Tiene la intención de interrumpir las vacaciones y causar estragos entre aquellos demasiado inmersos en la alegría como para verlo venir'. Pero ya que el objetivo era una ciudad muggle, pensábamos que sería en Nochebuena, no la víspera del Solsticio. Pensábamos que teníamos tres días más"
"Estaba reunido con abogados y se habían presentado ante mí con nuevos planes que supondrían más beneficios aún. No tuvimos noticias sobre la batalla hasta después de que hubiera terminado. Nos enteramos de que Harry había acabado con la vida de Voldemort. También oímos que había sido mucho más rápido de lo que pensaron todos y que Harry salió ileso. Planes para grandes celebraciones se pusieron en marcha. Quería creer que Harry se vería envuelto en medio de ello. Era, en parte, una celebración en su honor al fin y al cabo. Pero de alguna manera debería de haberlo sabido… quizá lo sabía, que escaparía de las multitudes y de sus amigos y me esperaría en su dormitorio como habíamos planeado, como prometimos. Debíamos encontrarnos a las nueve. No dejé a los abogados hasta después de medianoche"
"Así que, ¿lo que estamos viendo es a Harry esperándote?"
"Sí"
Mientras observaban, oyeron al reloj de la sala común dar las doce. Harry Potter se levantó y fue hacia su escritorio. Tomando una pluma, escribió una nota y la colocó con los paquetes encima de su cama. Mirando a su alrededor una última vez, abandonó la habitación y dejó que la puerta se cerrara con suavidad detrás suyo.
"Y así es como encontré más tarde la habitación aquella noche. Estaba tan seguro de que lo entendería. Lo estaba haciendo por nosotros. Por nuestro futuro"
"Lo estuviste entonces"
Observaron la habitación vacía.
"¿Sabes? Todavía los tengo"
"¿Tener qué, Draco?"
"Los regalos"
"¿Los tienes?"
"Bueno, eran míos al fin y al cabo"
"Sí, claro"
Silencio.
"Si no te importa que te pregunte, ¿qué eran?"
"¿Qué eran qué?"
"Los regalos ¿Qué te ha regalado?"
"Oh. Nunca los abrí"
"Ya veo"
"¿Podemos irnos ya? No creo que pueda soportar esto por más tiempo"
La ya familiar sensación de vértigo vino con la niebla, y repentinamente se encontró en su habitación, en su cama. Eran casi las dos.
'Debe de haber sido un sueño', pensó mientras se dio la vuelta y cerró sus ojos, dejándose llevar por el sueño.
Samhein, 30 de Abril y 31 de Octubre (aunque otras tradiciones prefieren celebrarlo el 1 de Noviembre) Es el año nuevo del Wicca. Un tiempo para la meditación y el recuerdo de los que ya no están, coincidente con el fin de las cosechas. Una fecha considerada tradicionalmente como excelente para realizar augurios y adivinaciones y en la que se dejan ofrendas en los umbrales y alféizares para las almas de los muertos. En este Sabbat se festeja la muerte del Dios, y la promesa de su renacimiento en Yule.
N/T: No sé vosotros, pero la parte de la visita del espíritu de las Navidades Pasadas (o Solsticio en este caso) me deja con ganas de llora, sobre todo las navidades de Harryr, lo sé, soy una tonta sentimental.
Para aquellos que adivinaron o se acercaron a la respuesta sobre quién era el espíritu del Solsticio Pasado, mi más sincera felicitación, sois demasiado inteligentes, mejor dejo la historia, ¡es broma! Seguro que acertarán con el del Solsticio Presente, es un personaje entrañable para nosotros.
Muchos besos a todos y gracias por vuestros ánimos, ¡felices preparativos navideños!
