LA NOCHE MÁS LARGA DEL INVIERNO
(Una canción al Solsticio)


SOLSTICIO PRESENTE

- ¿Sr. Malfoy…?

- Vamos, vamos Sr. malfoy, es hora de salir una vez más.

Un ojo gris se abrió - Oh, mierda. No. No puede ser.

- Oh, pero así es, Sr. Malfoy. Cierto que lo es.

A través de su ojo parcialmente abierto, Draco vio los ojos azules brillando por encima de las gafas de media luna. 'Creo que prefiero tratar con Papá Noel'

- Feliz Solsticio, Sr. Malfoy.

- Tonterías, Profesor Dumbledore.

Si el viejo estaba extrañado, no lo mostró - Ahora mi muchacho, me temo que debes salir de la cama. Como el Espíritu del Solsticio Presente, solo tengo este día para propagar alegría y paz por todo el mundo. No debemos perder el tiempo ¿Una rana de chocolate? - Le ofreció, tendiéndole el dulce a Draco, quien acababa de poner sus pies en el suelo.

- Um, sí, gracias, podría usar la energía - Al abrir la cajita, se metió enseguida la rana en su boca. Incluso de niño le gustaba la sensación de las piernas empujando contra su lengua cuando saltaba. Mirando el envoltorio en su mano, sus ojos se agrandaron - ¿Potter tiene un cromo en las Ranas de Chocolate? - Preguntó alrededor del gran pedazo de chocolate en su boca.

- Oh sí. Durante varios años ¿No lo sabías?

- Realmente no estoy al día. De acuerdo, profesor. Iré a por mi ropa.

- Oh, no necesitas molestarte. Se te ve bastante atractivo en seda negra.

Antes de que pudiera siquiera responder había vuelto la niebla y…

Solsticio, 2004 – Número 12, Grimmauld Place, Londres

La reunion del Solsticio en casa de Harry Potter e hijos acababa de empezar cuando llegaron dos invitados ocultos. Los regalos circulaban desde debajo del árbol esperando que los niños los abrieran. Bandejas con tentempiés y bebidas estaban dispuestas en toda superficie plana disponible y los niños estaban en todas partes.

Todos los Weasley vivos, incluyendo algunos pequeños, estaban allí. Bill y Fleur con su hija de siete años, Molly, y los gemelos de cuatro años, Marc y Jean Paul. Charlie y su última novia junto con su hijo de tres años, Matthew, además de Fred y George, con la mujer de Fred y dos parejas de gemelos, una de cinco años y otra de dos y la hija adoptiva de George, Jamie Jordan, hermana de su mejor amigo Lee, quien junto con sus padres habían muerto durante la guerra.

Ron y Hermione estaban con su hijo de cuatro años, Harry, y otra de dos, Minerva, y Ginny estaba allí con su novia, Martha. Cuando Ginebra Weasley anunció que crecer con seis hermanos le había quitado el gusto por los hombres de por vida, nadie había dicho nada.

El marido de Molly Weasley e hijos habían sobrevivido milagrosamente a la guerra, pero la gran matriarca de la familia adoptiva de Harry no. El día de la batalla final, había caído, moribunda, como había vivido, protegiendo a sus hijos. Menos de una semana más tarde, incapaz de afrontar el dolor que había causado a su madre, y sin posibilidad de reconciliación, Percy Weasley se quitó la vida. Arthur simplemente se consumió en menos de un año. El resto de la familia se había recuperado lentamente, y cada año en el Solsticio se reunían en la casa de su hermano adoptivo en parte para celebrar el recuerdo de aquellos a quienes habían perdido.

Como si diez pequeños Weasley no fueran bastante, los cuatro chicos de Harry también estaban allí. Poco después de la guerra, el héroe del mundo mágico había dado un paso más que nadie había esperado y adoptó a los hermanos más jóvenes de cuatro compañeros que habían caido junto con sus familias en manos de mortífagos. Michael Thomas, el hermano de Dean tenía diez años e iría a Hogwarts el año que viene; el hermano de Cedric Diggory, Hawthorne, y el hermano de Michael Corner, David, tenían los dos nueve años; y el hermano de Blaise Zabini, Evan, tenía siete. Sólo Harry Potter sería tan resuelto a la igualdad que adoptaría al hermano de un compañero de cada casa.

Mirando a su alrededor, Draco se preguntó por qué alguien querría tener tantos niños en una habitación, o tantos pelirrojos en ese caso. Dijo para Dumbledore - ¿Sabes? Harry y yo habíamos hablado de tener niños.

- ¿Ah sí?

- Sí. Siempre lo deseó. No me sorprende que los haya adoptado. Inmediatamente después de que ocurriera un pomposo aristocráta me preguntó si creía que lo había hecho sólo para probar que 'hacía lo que decía'

- ¿A lo que contestaste?

- Le pregunté si realmente pensaba que Harry Potter tenía que probarle algo a alguien.

- No está mal, Sr. Malfoy, no del todo. Pero digo, ahí está Harry ahora, hablando con Ronald Weasley donde el piano. No pondría objeciones si les escucharas.

Draco se acercó a los dos viejos amigos.

- Ayer llevé los juguetes al orfanato, Ron. Desearía poder hacer más por ellos. Es realmente triste. Todavía hay cincuenta niños allí, y no hay más hogares para ellos. A veces, cuando les miro parece como si estuvieran desvaneciéndose. Algunos han vivido allí toda su vida y no puedo evitar preguntarme qué será de ellos.

- Sabes quiénes son, Harry. Sabes que nadie los quiere en sus casas.

- Ron, son niños. Niños. Su único 'error' fue haber nacido en las familias equivocadas. Sólo quiero hacer algo por ellos.

- Harry, no puedes hacer más. Mírate. Tú mismo has adoptado cuatro niños. Has tenido que contratar ayuda a tiempo completo sólo para mantenerles en este lugar. Financiaste prácticamente el orfanato entero de tu propio bolsillo. No puedes hacer más, amigo, o irás a la bancarrota, ¿y entonces qué haran tus chicos?

- Ya lo sé Ron, pero todavía estaría bien si se pudiera hacer más.

- Te diré quién podría hacer más. Ese cretino, Malfoy.

- Ron, por favor no.

- Harry, mírale. Es el hombre más rico del mundo mágico, pero está completamente solo en ese mausoleo que él llama casa. A nadie le gusta él. La mayoría le teme. Sinceramente, si se muriera mañana, a nadie le importaría. Bueno, excepto aquellas personas cuyas vidas ha estado chupando hasta dejarlos secos todos esos años.

- Ron…

- Escúchame hasta el final, Harry. Sólo escúchame hasta el final y entonces me detendré. Mira a tu alrededor, Harry. Mira las paredes.

La escena se congeló por un momento.

- ¿Yo hice eso? - Preguntó Draco

- ¿Crees que lo hiciste tú?

- No, creo que lo hiciste tú.

- Muy bien, muy bien. Diez puntos para Slytherin.

- Bonitas palabras, pero ya se han usado esta noche. Así que, ¿por qué detuviste todo?

- Mira a tu alrededor ¿Ves lo que hay en las paredes?

Draco vio que estaban completamente cubiertas por tarjetas y cartas de de todas partes deseándole lo mejor a Harry. Gente que le daba las gracias en este aniversario del fin de la guerra. Gente que le mandaba bendiciones a él y a su familia. Gente que simplemente necesitaba hacer algo por el hombre que les salvó, no importaba lo poco que fuera. Incluso ahora. Incluso siete años más tarde.

- ¿Sabes? - Dijo Draco a su espectral antiguo director - Durante el primer aniversario intentaron hacer de la víspera del Solsticio 'el día de Harry Potter' Todos lo deseaban.

- ¿Realmente lo deseaban?

- Bueno, todos excepto Harry. De hecho el Ministro de Magia fue muy insistente hasta que Harry le dijo que dejaría el mundo mágico si eso ocurría. Eso aguó la fiesta más o menos. Quiero decir, ¿qué sentido tendría?

- Ya veo lo que quiere decir.

- Aunque eso no me sorprendió. Harry nunca quiso la fama. Nunca le gustó demasiado ser El Niño Que Vivió. Nunca deseó la atención.

- ¿Qué crees que quería?

Draco suspiró - Sólo quería ser Harry.

La gente a su alrededor empezó a moverse otra vez.

- Esas personas - Continuó Ron - Harían cualquier cosa por ti. Muchos de ellos tienen contigo una Deuda de Mago porque habrían muerto de haber tomado el control Voldemort. Podrías tener casi todo o quienquiera que desees, y sigues languideciendo por un bastardo quien nunca se preocupó por nada excepto él mismo y el saldo de sus cuentas bancarias.

- ¡Eh! Eso no es verdad. Me preocupaba - Dijo Draco, en gran parte para sí mismo.

- Ya basta, Ron.

- Te dejó, Harry.

- Yo le dejé.

- Eligió el dinero por encima de ti.

Viendo el dolor en los ojos de Harry, Draco se volvió hacia Ron - Lo hice por él, Weasel - Gritó - Lo hice por nosotros. Por Harry y por mí. Para que pudiéramos tener un futuro.

Pero no podían verle. No podían oírle.

- No, Ron - Continuó Harry, luchando por permanecer tranquilo - Conocí a un Draco que tú nunca viste. Era ingenioso e inteligente. Y podía ser tan tierno. Aún creo que tenía miedo y era un poco tímido, aunque nunca lo admitiría.

- ¿Miedo? Malfoy nunca ha tenido miedo a nada.

- Sí que lo era, Ron. Tenía miedo de sí mismo. O más bien, miedo de que no ser él mismo. Había visto que varias de las ideas con las que su padre le había inculcado eran equivocadas, y él sabía que no quería convertirse, no podía convertirse, en su padre. Pero no conocía nada más. Creo que cuando heredó todo ese dinero no quería nada más que asegurarse que siempre estaría seguro y a salvo.

- Bueno, ahora que has aguado mi espíritu navideño, quizás deberíamos pasarnos a la parte de los regalos.

- Lo siento, amigo - Murmuró Ron, pero Harry ya se había apartado y estaba reunendo a todos en el salón.

- Bien, profesor, ¿y ahora qué? ¿O tengo que quedarme aquí y verles darse el uno al otro jerseys hechos a manos atroces y calcetines horrorosos?

Con una mirada triste, el anciano contestó - Nos iremos en su momento, mi muchacho. Sólo una cosa más por ver aquí.

Harry estaba de pie delante del árbol con los demás reunidos a su alrededor. Todos se llenaron un vaso, incluso los niños, y por un momento la habitación estaba silenciosa.

- Mi querida familia - Empezó - Estamos reunidos hoy para volver a llamar al sol y celebrar el retorno de la luz al mundo. Los días se harán más largos y nuestras vidas serán más brillantes. Hoy, celebramos la familia. Entramos en la familia de varias formas. Una es nacer en ella - Dijo, mirando a los hermanos Weasley y Ginny. Entonces, girándose hacia los cuatro chicos de pie juntos a su lado - Algunos la hemos elegido - Entonces hacia Ron y Hermione, dijo - Y algunos nos eligen.

Levantando su vaso, dijo - Por la familia - Luego, volviéndose hacia el retrato de la mujer pelirroja encima de la chimenea, su voz ligeramente quebrada, añadió - Y por Molly Weasley - Mientras todos brindaban, Harry se volvió ligeramente hasta que estuvo mirando directamente al lugar donde estaba Draco y, levantando ligeramente su vaso, murmuró - Y por los amigos ausentes.

Mirando en los ojos esmeralda de Harry, que estaban rebosantes de lágrimas, Draco sintió la sensación de vértigo y vio ascender la niebla a su alrededor.

Solsticio, 2004 – Hogar Mágico de Huérfanos de Guerra

El edificio era viejo y había visto días mejores. Parecía ser que había sido en un principio un convento o monasterio muggle, convertido mágicamente para su presente uso. Como con la mayoría de semejantes edificios, los muggles sencillamente se habían olvidado de que estaba allí. Las habitaciones comunes eran utilitarias y bien equipadas, las clases parecían tener todo lo necesario para dar clases, incluso la enfermería estaba impecable y contenía equipo actualizado. Los dormitorios eran pequeños pero limpios y funcionales.

Draco miró alrededor del gran comedor. Parecía tener cabida para doscientos, pero sólo cincuenta niños estaban sentados desayunando. Un gran pino cubierto de adornos mágicos y bombillas de colores ocupaba una esquina de la habitación, y aunque había regalos debajo de sus ramas, parecia que cada niño recibiría sólo un regalo este año. La comida parecía sana, aunque sencilla y presentada en suficiente cantidad. Draco no podía ver de qué se habían estado quejando Harry y Ron. Todo parecía estar bien para él.

- Así que esto es el orfanato mágico, ¿no? No veo qué está mal. Tienen comida. Tienen cobijo. Puede que no sea Hogwarts, pero parece que no les falte de nada.

- Claro que estás en lo cierto. Estoy seguro de que los Srs. Potter y Weasley no estaban pensando con claridad.

Dumbledore siempre daba más a entender que lo que decía, y Draco se preguntó qué se estaba perdiendo.

Observando a los niños, notó lo callados y pálidos que estaban. Una habitación con cincuenta niños no debería estar así de silenciosa. Era un poco inquietante.

Y no era tanto la edad del edificio lo que atrajo la atención de Draco, sino más bien el lúgubre ambiente institucional. Subyacente a todo el equipo moderno había un olor de decadencia y una atmósfera imbuida de desesperanza. No había campo de Quidditch aquí, ni jardines por donde pasear o lago donde nadar. Era más como una prisión que un hogar.

Miró a su alrededor, notando que algunos de los niños le parecían bastante familiares, especialmente un trío de niños fornidos apiñados al final de la mesa.

Al levantarse la directora de su lugar en la mesa principal, las pocas conversaciones que había se detuvieron completamente - Buenos días, niños y niñas - Empezó la mujer - Feliz Solsticio a todos - Un murmullo de Feliz Solsticio corrió por la habitación - El programa de hoy será como sigue. Naturalmente, no habrá clases. Podéis pasar el día en vuestras habitaciones o en las zonas comunes como mejor os parezca. Si deseáis salir de las instalaciones, primero tendréis que pedir permiso a vuestro supervisor de planta. Aunque dudo que lo recordéis de años anteriores, es poco probable que hoy tengamos visitantes además la mayoría de voluntarios están pasando tiempo con sus familias.

Como el banquete de Navidad será servido a las 5, habrá sólo un ligero tentempié a mediodía. Como un regalo especial, el Sr. Harry Potter ha arreglado para que veamos películas muggle esta tarde en la sala de recreo. La asistencia es obligatoria. Es posible que el Sr. Potter mismo esté aquí y se espera que sea recibido con adecuado respeto y aprecio. Al fin y al cabo, es debido a sus esfuerzos que hay regalos para todos.

Hablando de regalos, hay suficientes debajo del árbol para que cada uno de vosotros tenga uno. No hay nombres en ellos. Los regalos envueltos en verde son para los niños y aquellos en rojo para las niñas. Una vez elijais un paquete, será vuestro. Podréis intercambiarlos, pero no quitarán los regalos de otros - Haciendo una pausa para mirar a la mesa de los tres jóvenes apiñados, añadió - Eso va especialmente por vosotros - Uno de los chicos hizo una mueca, y la directora le miró - Sr. Goyle, si prefieres pasar la tarde en detención, eso se puede arreglar.

- ¿Goyle?¿Goyle? Qué… - Draco se encontró mirando con más cuidado a los niños de la habitación. Por supuesto, el trío-sabía que había algo familiar en ellos. Eran los hermanos pequeños de Gregory Goyle, Vincent Crabbe y Pansy Parkinson. Ése era el por qué le parecían tan familiares. No les había visto desde que eran pequeños. Pero, ¿por qué estaban aquí? No podía ser… pero mirando las otras caras en la habitación, de repente lo comprendió.

- Todos ellos son hijos de mortífagos, ¿verdad? - Preguntó al anciano espíritu.

- Sí, tienen eso en común.

- ¿Qué ocurrió con el dinero de sus familias? Ninguno de sus padres era tan rico como el mío, pero pocos de ellos eran pobres de hecho.

- Ellos eran menores de edad y el Ministro asumió el control de sus herencias. La mayor parte del dinero fue utilizado para reparar lo que destruyó la guerra.

Draco fue incapaz de ocultar su indignación - ¡Pero esto no es justo!

- ¿No era justo? ¿Y qué era justo, Sr. Malfoy? ¿Era justo que Harry Potter fuera criado con una alacena como dormitorio? ¿Era justo que niños cuyos padres no estaban de acuerdo con las creencias de Voldemort, o niños cuyos padres no eran sangre pura, se encontraran aquí? Sólo porque los otros fueron adoptados y ésos no, no significa que sus situaciones fueran más justas.

- ¿Cuántos hijos de mortífagos fueron adoptados? - Preguntó Draco.

- Sólo uno.

- Oh.

Draco no pudo evitar pensar que de haber nacido aquellos niños en familias no mortífagas, su suerte en vida sería un poco más justo que en la actualidad. Por otro lado habría sido menos probable que sobrevivieran - Pero, ¿qué será de ellos?

- El futuro es imposible de predecir con certeza, mi muchacho. Sin duda algunos irán a Hogwarts pronto. Sin embargo, es posibe que, si nada cambia, la mayoría serán abandonados para hacer lo que quieran una vez lleguen a la mayoría de edad o incluso antes. Algunos empezarán pronto a salir a hurtadillas por la noche para meterse en el mercado negro o venderse ellos mismos para proveerse de lo que esperan tener de otra manera.

- ¿Qué? ¿Quieres decir prostitución? ¡Sólo son niños!

- En algunos círculos, Draco, los niños son bastante deseables, y pueden alcanzar un precio extremadamente alto. Incluso ahora están aquellos que esperan con ansia meter a esos jóvenes en sus "negocios" como mensajeros, prostitutas callejeras, o como esclavos para ser vendidos al mejor postor. Sin duda nada de esto te sorprende.

Eso era cierto. Había visto bastantes fiestas de mortífagos en la Mansión como para saberlo - ¿Pero no se puede hacer nada?

- Desgraciadamente, no soy un vidente. Estoy aquí sólo por un día, entonces mi existencia como el Solsticio Presente termina, no obstante, creo que la cuestión no es que se pueda hacer algo sino más bien, ¿se hará algo?

Mientras hablaban, se desencadenó una pelea entre algunos de los niños que estaban peleándose por los regalos. Uno de los niños más grandes, creía que era Crabble, quería un regalo elegido por un frágil niño pequeño. Lo había cogido y el más pequeño estaba intentando recuperarlo encarnizadamente. Sin previo aviso, el más grande le dio un revés al otro y le hizo ir rodando por el suelo contra algunas sillas. Incluso mientras la directora y dos hombretones que parecían más unos guardias que cuidadores infantiles se precipitaron para separarlos, el pequeño se levantó y se giró para alejarse. Mientras lo hacía, Draco vio la cara del niño; el labio partido, la nariz sangrando, y en sus ojos ardían el odio y la humillación.

Y la habitación empezó a desaparecer.

Solsticio, 2004 – Callejón Knockturn

Mientras la niebla desaparecía otra vez, Draco se encontró en un escenario familiar ¿Cuántas veces había venido aquí de niño con su padre? En años recientes no se había acercado a ese lugar. Demasiada gente le debía dinero aquí. Demasiados odiaban su nombre.

Miró a la gente a su alrededor. Hombres adultos, algunos con extremidades desaparecidas, estaban en esquinas pidiendo limosna a los transeúntes. Niños apenas más mayores que áquellos en el orfanato se ofrecían a hombres más mayores. Y mujeres llevaban cestas de cualquier cosa y todo que alguien podría querer comprar, mientras no les importara mucho de dónde venían. Grupos se apiñaban alrededor de fuegos mágicos en barriles vacíos pasándose botellas de whisky de fuego barato, susurrando y riéndose toscamente.

- Y yo que pensé que este lugar no podía ir más cuesta abajo.

- Ah, mi muchacho, la guerra se llevó a muchos.

Draco sintió un escalofrío mientras una pareja le atravesó completamente - ¡HEY! Mirad por dónde vais.

- Draco, ellos no pueden…

- Verme u oírme, lo sé. Espera un minuto, conozco a ese hombre. Estuvo en mi estudio anoche. Prine, Albert Prine. Llevo su hipoteca ¿Qué está haciendo aquí? Pensé que estaría en casa dándoles a sus pequeños sus regalos, que son más importantes que el pago de su casa.

- Bueno, vamos a averiguarlo, ¿no?

- Albert, es Solsticio - Decía la mujer - Acabemos con esto y volvamos con los niños. No hemos visto a Simon desde que se fue al colegio en Septiembre y no es justo que esté cuidando de los demás mientras está aquí.

- No es justo, Alicia. No podemos seguir así no importa cuán duramente lo intentemos.

- Nos las apañaremos, Albert. Nos tenemos el uno al otro y tenemos a los niños. Y gracias al Sr. Malfoy tenemos un tejado sobre nuestras cabezas.

- No te tendré dando gracias a ese bastardo, Alicia. Si no fuera por sus métodos despiadados, no éstaríamos en peligro de perder ese tejado cada mes.

- Pero no se lo quedó, ¿verdad?

- No, pero está llevándose todo lo demás. Una vez un hombre se lleve tu dignidad y tu orgullo, queda poco que sea preciado. El hombre es como un dementor, Alicia. Succiona tu alma y te deja vacío.

- No hablemos de él ahora. Tenemos que conseguir la poción para Ellen. Su tos está empeorando y no podemos pagar un Medimago.

- No que no podamos, podemos ¿Y por qué? Porque él se lo está llevando todo. Ni siquiera podemos permitirnos comprar una poción en un boticario normal en el Callejón Diagon; tenemos que venir aquí. Sólo Merlín sabe lo viejos que serán los ingredientes. Si perdemos a nuestra Ellen por su culpa, no sé lo que haré.

- Tenemos que recordar que los Diosa nos bendicen. Tenemos que tener fe.

- Porque no tenemos nada más.

La mujer tomó el brazo de su marido y se lo llevó. Draco podía ver el miedo y la tristeza en sus ojos.

- Profesor, si un hormbre puede hacer algo para salvar la vida de un niño y no lo hace, ¿cree que él es responsable de esa vida?

Pero la niebla estaba ascendiendo y el anciano ya no estaba allí. Draco estaba de vuelta en su cama. La Mansión nunca había parecido tan silenciosa.

N/T: No me lo puedo creer, con eso sólo faltan dos capis para acabar, y eso significa dos semanas para que sea Navidad, cuando empecé me parecía tan lejana entonces.

Espero que os guste este capítulo, y sobre todo Albus Dumbledore como espíritu del Solsticio Pasado ¿Quién será el espíritu del Solsticio Futuro? Sólo os diré que no es un personaje tan entrañable, más bien da miedito.

¡Felices preparativos navideños! ¡Que no falte nada para Navidad!