By Tenshi Lain & Neko-chan
Notas en tinta verde:
Esta historia está basada en el manga de Wataru Yoshizumi "Somos chicos de menta" (o "Mint na bokura" en japonés) con los personajes de YuYuHakusho (que pertenecen a Yoshihiro Togashi). Ninguna de estas obras me pertenecen, solo hago esto para divertirme (y porque Neko-chan me insistió mucho para que escribiera una parodia con los personajes de YuYu. Puede llegar a ser muy pesada --'). También advierto que habrá un poco de Shonen ai (AMOR entre chicos, NO sexo... mal pensada/os ¬¬')
Reparto de personajes
Noel Minamino: Hiei
María Minamino: Yukina
Ryuji Sasa: Kurama (NdTL: no le pongo su nombre humano porque la liamos ;P)
Miyu Makimura: Maya
Yoshiaki Hirobe: Yusuke Urameshi
Daisuke Sakurai: Kazuma Kuwabara
Kanako Asou: Botan
Karin Tachihara: Keiko Yukimura
Jiro Kuriso (Chris): Kuronoe
Ren: Koenma
Directora Morinomiya: Maestra Genkai
Cap. 5
Llamaron a la puerta del despacho de la directora y aguardaron.
- Adelante.
Los dos entraron y la encontraron sentada tras su escritorio revisando papeles. Levantó la vista y los miró interrogadoramente.
- Buenos días - saludó Yukina.
- Deberías estar en clase.
- Solo será un momento -intervino Kurama con su mejor sonrisa.
- Es por la poción de Hiei...
- Se le ha acabado y no se ha dado cuenta - dijo Genkai con tono reprobatorio sacando otro frasquito y tendiéndoselo a Yukina -. Me han informado de que te has cambiado de habitación con Makimura.
- Si, bueno... es que descubrió a Hiei y se enfadó mucho...
- Supongo que la enfadó más el hecho de que no le dijerais la verdad, que el echo de que Hiei sea un demonio.
- Supongo - dijo Kurama -, aunque lo más probable es que sea una mezcla de ambas...
- Será mejor que se la llevéis cuanto antes, sino tendrá problemas.
- Le aseguro que ya no faltará a más clases... - intervino Yukina.
- No es por eso - explicó Genkai -. Esta poción tiene un pequeño efecto secundario...
- ¿No irá a crecerle un bigote amarillo? - preguntó Kurama intentando ser graciosa. Genkai le devolvió la sonrisa.
- No, pero se quedará sin fuerza espiritual durante veinticuatro horas. Será un demonio indefenso a merced de cualquiera.
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Hiei sintió una suave caricia en su mejilla, pero no le dio importancia. Intentaba seguir durmiendo pero el roce cambió y abrió los ojos asombrado ¿Quién le había besado!
Se volvió rápidamente y él corazón se le paralizó.
- ¿Qué demonios haces en mi habitación Kuronoe! - le gritó retrocediendo y dando su espalda contra la pared.
- He oído que no te encontrabas bien y he venido a visitarte... Aunque no me esperaba esto - dijo mirándolo de arriba abajo.
Hiei en un acto reflejo se cubrió con las sábanas algo sonrojado.
- Te lo advierto o te vas o te vas...
- Así que eres un Youkai también. Ya sabía yo que tenías algo de sobrenatural, pero no tanto... ¿Sabes? - acercó una mano y le sujetó la barbilla - te favorece más el pelo negro, resalta el tono escarlata de tus rojo.
- ¡NIINUUUUS! - exclamó el pequeño sirviente de Hiei interponiéndose entre ambos y soltando una pequeña llamarada, aunque tuvo poco efecto en el otro. Con un rápido movimiento Kuronoe lo cogió y lo atrapó en su puño.
- Vaya, así que este es tu guardián - dijo con una sonrisa socarrona observando al pequeño ser mientras se sacudía intentando liberarse de la mano opresora -. Ahora entiendo porque nunca te encontraba. Hiciste que me siguiera ¿cierto? - sin decir más lo lanzó por la ventana.
- ¡Nunus! Por última vez - dijo Hiei fulminándolo con la mirada - márchate o...
Pero antes de acabar la frase Kuronoe se apoyó en la cama y lo arrinconó. Sus rostros estaban a pocos centímetros y Hiei ya empezaba a asustarse... había algo extraño...
- ¿O que? - sonrió viendo la incomodidad del otro - no te has dado cuenta ¿verdad? - sonrió más ampliamente - Vamos atácame si puedes.
Hiei le dio un golpe en el pecho dispuesto a carbonizarlo, pero eso nunca pasó. Confundido miró su brazo, pero en el no había ni rastro de sus llamas negras. Se concentró intentando que ardiera, pero no hubo forma de conseguirlo ¿Qué estaba pasando?
- Al parecer el pequeño Youkai se quedó sin fuego - dijo burlonamente Kuronoe.
Hiei entró en pánico. Sin sus llamas ni su katana era claramente inferior en fuerza al otro ¿Qué había pasado¿Cómo se había quedado sin fuerza espiritual? Sus pensamientos se interrumpieron cuando se percató de que Kuronoe se acercaba demasiado a él y sus instintos saltaron.
- ¡NO! - gritó dándole un puñetazo en la nariz y aprovechando para escapar.
Pero antes de llegar a la ventana, calló al suelo. Kuronoe le había sujetado el tobillo y lo había hecho caer.
- Oye, eso duele... en compensación quiero un beso - decía Kuronoe inmovilizándole los brazos.
- ¡Suéltame¡Suéltame! - gritaba mientras daba patadas en el aire - ¡Kurama¡ayuda!
Kuronoe le puso una mano en la boca para que dejara de gritar y le sonrió malvadamente. Hiei ya no aguantaba el miedo dentro de él...
De pronto unas pequeñas enredaderas empezaron a brotar de debajo de la cama y a enredarse rápidamente en Kuronoe.
- ¡Pero que...! - exclamó el más alto antes de ser completamente inmovilizado. De los tallos surgieron afiladas espinas que le impidieron cualquier movimiento.
- ¡Hiei! - llamó alguien desde la puerta. Allí estaban Kurama, Yukina y un chico moreno y alto al que vagamente recordaba como al presidente del consejo de estudiantes. Su hermana corrió a su lado y lo abrazó mientras los otros dos iban a por Kuronoe.
- ¿Pero se puede saber que demonios tenías en la cabeza¡Por esto pueden expulsarte del mundo humano! - vociferó Koenma.
Kuronoe no contestó solo lo miró con altivez. Aunque dejó de hacerlo cuando el puño de Kurama se estrelló contra su mejilla. El pelirrojo lo miraba con odio intenso y por unos momentos sus ojos verdes fueron dorados a la vez que algunos mechones de su cabellos se encanecían.
- Kurama, no puedes transformarte aquí - le advirtió Koenma sujetándolo del brazo. Kurama cerró los ojos respiró hondo y sus rasgos volvieron a ser los de siempre.
- Sácalo de aquí - dijo secamente fulminando con la mirada al demonio murciélago.
Koenma cogió a Kuronoe del brazo y lo sacó sin decir más. El pelirrojo respiró hondo un par de veces más y entonces se volvió hacia los mellizos.
- Hiei, Hiei por favor dime algo - casi lloraba Yukina ante la actitud pasiva de su hermano.
Kurama se preocupó por su extraño comportamiento y se arrodilló ante él para poder mirarlo a los ojos. Su mirada escarlata estaba perdida en algún punto inexistente frente a él.
- Hiei... - lo llamó dulcemente.
El youkai de fuego por fin enfocó su mirada en él y sin decir nada se abrazó a él. Kurama se sorprendió un poco ante aquel repentino gesto pero correspondió al abrazo. Acarició despacio el crespo cabello azabache de su compañero. De pronto algo rodó por el suelo y Yukina ahogo un gemido: era una perla negra.
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Ya de noche, Kurama permanecía sentado al borde de la cama de Hiei. El pequeño youkai de fuego ya había recuperado su aspecto de chica y ahora dormía plácidamente sin soltarle la mano. El pequeño Ninus permanecía sentado en la almohada de su amo. Ahora tenía mejor aspecto gracias a los cuidados de Yukina.
En cuanto Genkai les había informado en que consistían los efectos secundarios, habían corrido para encontrarse con Hiei. Un youkai sin su sensibilidad espiritual era como un bebé en plena selva: una presa fácil.
Al llegar a la residencia femenina se encontraron son Koenma, el cual les preguntó que hacían fuera de clase y antes de poder contestar una pequeña figura negra le calló encima al presidente del consejo. Al ver el lamentable estado en el que se encontraba, Yukina los apuró para que fueran a ver a su hermano, puesto que él mismo había puesto a Ninus a seguir a Kuronoe.
Por suerte habían llegado a tiempo, no quería ni pensar en que le hubiera hecho de no ser así. Kuronoe había cambiado tanto en los últimos tiempos... ya casi no reconocía a su amigo de la infancia.
- Deberías volver a tu habitación - dijo Yukina -, si viniera la profesora a hacer la guardia estarías en problemas.
- Ya... - dijo soltando la mano de Hiei y poniéndose en pie.
Hiei se removió inquieto en la cama, pero no se despertó. Kurama lo arropó con cariño y se quedó mirando la pequeña perla negra que descansaba sobre el escritorio. Le había sorprendido mucho ver aquella perla. Desde luego Hiei se había llevado un buen susto, lo mínimo era echar alguna lágrima... y al fin y al cabo era hijo de una koorime...
- Buenas noches Yukina.
- Buenas noches.
Caminó sigilosamente por los corredores hasta salir del edificio sin que nadie lo viera. Mañana tendría una laaarga charla con Kuronoe.
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- Buenos días - saludó alegremente Botan cuando llegó a la mesa en el comedor. A su lado iba Maya, la cual no dijo nada.
- Hola - saludó Yukina con una sonrisa algo forzada. Hiei se limitó a seguir con su desayuno ignorando a la chica de cabello azul.
- Si no habláis, no podréis arreglar vuestro problema -dijo Botan mirando alternativamente a Maya y a Hiei, pero los dos se limitaron a seguir en silencio. Hasta que Hiei se levantó y se fue sin más.
- Botan... la cosa no va por ahí - dijo Yukina antes de ir tras su hermana. Las otras dos se miraron sin entender.
Las gemelas salieron al jardín. Hiei iba delante a buen paso ignorando el llamado de su hermana.
- Hiei.. Hiei... ¡Hiei!
- ¡Ya calla me vas a gastar el nombre! -le replicó parando por fin. Estaban bastante lejos del edificio.
- Por fin hablas - sonrió Yukina.
- Tsk... - bufó Hiei sentándose en el césped.
- Venga no te pongas así...
- ¿Y como debería ponerme¡tú no sabes como me sentí de inútil¡Nunca había estado tan... tan...!
- ¿asustado? - completó yukina con voz serena.
- Soy un Youkai de fuego, hijo del encargado de las calderas del infierno NO puedo sentir miedo.
- ¡Eso es una tontería! - replicó Yukina - no tiene nada de malo tener miedo y reconocerlo.
Hiei no contestó, Yukina le pasó un brazo por los hombros.
- Venga, ya pasó... Kuronoe ya no volverá a hacerte nada. Kurama y Koenma...
- Quiero volver al Makai - dijo Hiei en tono seco. Yukina se lo quedó mirando en silencio un rato y finalmente recargó su cabeza en la de su hermano y le dijo:
- Como quieras.
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Maya caminaba por los pasillos pensativa. Hiei estaba extraño... y desde luego no era por la discusión que habían mantenido. Había algo más. Pero ahora no estaban en situación de preguntarle. Aun estaba dolida.
Odiaba que le mintieran y le ocultaran cosas, siempre había sido así. Tardó años en saber el verdadero motivo por el que podía ver cosas que los demás no podían. En conocer los verdaderos orígenes de su familia y lo que estos representaban.
Su padre era un youkai que había estudiado en el internado Morinomiya, allí había conocida a su madre, una humana normal y corriente. Se habían enamorado, se habían casado y la habían tenido a ella. En un principio habían pensado en no decirle nada acerca de la verdadera naturaleza de su padre, pero con el paso del tiempo y a medida que se hacía patente su potencial, se lo contaron todo. Fue difícil de asimilar, pero lo hizo. Poco a poco aprendió a controlar su don fue así como conoció a su familia paterna, a su primo Kurama y a sus tíos. Enseguida le gustaron y se alegró mucho cuando ambos entraron en el Morinomiya. Pensaba que ya se habían acabado los secretos y las mentiras... pero entonces llegó Hiei. Detestaba ser la única que ignoraba la verdad...
Un súbito estrépito la sobresaltó y se quedó paralizada. Pero entonces creyó oír voces conocidas y se apresuró a ir a averiguar que ocurría.
- Todo es tu maldita culpa - escuchó gritar a Kurama. Aquello era malo. Su primo nunca gritaba.
Dobló la esquina y enfiló por el siguiente pasillo. Ante la puerta de una de las aulas vio a Koenma observando muy serio hacia dentro. Cuando la vio aparecer se le acercó.
- Es mejor que no entres - dijo el moreno.
- ¿Por que¿Qué le pasa a Kurama¿por qué grita?
- Deja de decir chorradas ¿qué culpa tengo yo de que sea un cobarde? - escucharon replicar a Kuronoe. Un golpe seco se escuchó seguido de un quejido de dolor.
- No vuelvas a hablar así de Hiei - rugió Kurama -¡Es tu culpa que quiera regresar al Makai!
- ¿QUÉ? - exclamó Maya entrando por fin en el aula.
Se quedó bastante sorprendida con la escena. De pie ante ella había un youkai completamente blanco, con el cabello largo hasta la cintura con dos orejas puntiagudas sobresaliendo por arriba, los ojos dorados y una peluda cola detrás. Tardó un poco en reconocer a su primo con su verdadera forma. Al lado estaba Kuronoe amarrado por una especie de enredadera que le impedía moverse libremente.
- ¿Cómo que Hiei se va¿por qué se va? - preguntó un tanto alterada con aquella situación.
- Eso se lo preguntas a... este - dijo Kurama con desprecio.
Los verdes ojos de Maya se clavaron en el youkai-murciélago y este no se la pudo sostener.
- ¿Qué le hiciste?
- Nada... - replicó.
- Al parecer lo suficiente para que se quiera ir ¿no? - dijo Kurama entornando los ojos. Las plantas apretaron más - ¿Por qué te empeñas en hacer daño a todo el que se acerca a mí¿Tanto me odias?
- ¡Claro que no te odio! - rugió Kuronoe - ¡pero estoy harto que te fijes en los demás y no en mí!
Tal respuesta los descolocó a todos por unos instantes, hasta tal punto que Kurama recuperó su aspecto humano.
- Pero... - empezó a decir Kurama.
- Olvídalo - y sin más Kuronoe se deshizo en una nube negra.
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Yukina estaba guardando la ropa de su hermano en una mochila cuando llamaron a la puerta. Hiei le dirigió una mirada como pidiéndole que abriera ella y siguió guardando cosas en una caja.
- ¿Si? - dijo la koorime al abrir - ¡Maya!
- Hola ¿puedo pasar?
- Claro...
La morena entró y se quedó mirando a Hiei unos momentos.
- ¿Qué querías? - preguntó este al fin con voz fría.
- Hablar - fue toda su respuesta -. Kurama me contó porque te haces pasar por chica y... lo que pasó con Kuronoe.
- Ya...
- Genkai también está enterada y ha dicho que se encargará de mandarle de vuelta al Makai. Así que no es necesario que te vayas...
- No es necesario que le expulsen - dijo cerrando la caja y mirándola a los ojos -, me voy yo.
- Pero él ya no te molestará... - insistió Maya.
- No es por eso - le cortó -. Con mis fuerzas al cien por cien, hubiera sido capaz de vencerle en un segundo. Estar aquí con estas condiciones es una desventaja, soy débil. Y yo NUNCA lo he sido. Por eso voy a dejar de crearme puntos débiles y lo mejor es regresar a casa...
- Querrás decir huir como un cobarde - le espetó Maya. Hiei la miró de mala manera.
- Repite eso ò-ó
- Que eres un cobarde por salir corriendo a la mínima dificultad.
- No te consiento que me hables así - dijo poniéndose de pie.
- Pues demuéstrame que no lo eres - le retó Maya con tranquilidad -, quédate en el Ningenkai.
- Lo haré - dijo Hiei sin pensarlo.
- Muy bien, pues nos vemos mañana en clase n.n - dijo alegremente Maya mientras salía dando saltitos de la habitación.
- ... Creo que me ha enredado --' - murmuró Hiei observando la puerta cerrada.
- Pues va a ser que sí n.n'
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Maya llegó a la recepción de la residencia femenina y vio a su primo sentado en uno de los sillones.
- ¿Y bien? - preguntó ansioso.
- ¡Funcionó! n.n - dijo haciendo el signo de la victoria con la mano - convencerle fue más fácil de lo que creía. Aunque creo que es más apropiado decir "enredarle" :P
- Bueno, el fin justifica los medios. Y el fin es que Hiei no se vaya.
- ¿Pero y si cambia de opinión y decide que no le importa que lo tomemos por cobarde o.o?
- Tranquila yo me encargo de eso. Hablaré con él.
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Koenma entró a su habitación y observó a su compañero de cuarto. Kuronoe estaba tumbado boca arriba con la mirada fija en el techo.
- Vaya forma de declararte - comentó Koenma sentándose en su cama.
- Piérdete... - dijo sin mirarle - No quería que Kurama se enterara así.
- Pues tu método no estaba siendo muy eficaz...
- Ya lo sé... me lo llevas diciendo desde primero ¬¬
- Pero es que es cierto ¿Cómo pensabas inspirarle celos de esa manera? En verdad que los youkais sois retorcidos.
- ¿Y que quieres que haga? Está en nuestra naturaleza, aunque no entiendo de donde sacó Kurama su vena romántica.
- Tal vez de su familia humana...
- Él no tiene sangre humana.
- Pero se ha criado con ellos - le recordó Koenma.
- Tsk...
- Además creo que eso es lo que más te gusta de él XD
- Tal vez... aaah... He metido la pata hasta el fondo ¿verdad?
- Las cuatro diría yo...
Guardaron silencio un rato.
- Mañana regresaré a casa ¿cierto?
- Sí.
- Antes me gustaría despedirme de ellos y... pedirles perdón a Maya y Hiei ¿Crees que me escucharán?
- Puedes intentarlo.
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- ¿QUEEEEEEEEEE¿Cómo que Kuronoe se va del internado¿Por qué! - rugió Botan.
- Dicen que por motivos familiares - contestó Yukina.
- Pero eso no puede ser... T.T
- Vamos, vamos... - intentaba animarla la koorime.
- ¿Qué ocurre? - acababan de llegar Yusuke y Kuwabara dispuestos a empezar el entrenamiento de baloncesto, cuando se encontraron con la llantina de la chica de ojos rosados.
- ¡Lo peor! ToT - seguía llorando Botan.
- Kuronoe Kuriso va a dejar el internado - explicó Yukina.
- En serio - se sorprendió Kuwabara.
- Ahora que lo dices -dijo pensativo Yusuke -, antes he escuchado algo de que faltaría gente en el consejo de estudiantes, pero pensaba que era porque alguien había dimitido...
- Pues no... Kuronoe se va ;-;
- Bueno, sus motivos tendrá - dijo despreocupadamente Yusuke mientras iba a dejar la mochila a los vestuarios.
- Y que lo digas - murmuró Yukina.
- ¿Has dicho algo? - preguntó Kuwabara.
- No, nada n.n
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En el tejado del edificio se encontraba Kuronoe junto con Kurama. Los dos en silencio muy serios.
- Desde pequeños siempre has sido bueno en todo. Yo te admiraba por eso Kurama. Al igual que muchos otros. Siempre estabas rodeado de gente y pensaba que la única forma de que me hicieras caso era resaltando entre los demás.
- Haciéndome la puñeta...
- El fin justifica los medios. Ese era tu lema ¿no? - Kurama le dedicó una sonrisa torcida - Pero ni así conseguí que me miraras diferente a los demás... Por eso decidí atacar a donde sabía que no serías indiferente.
- A Maya.
- Eso es. Pero de esa manera solo conseguía que me cogieras manía. Quería que me tuvieras presente, aunque fuera a base de insultos. Pero entonces llegó Hiei... y empezaste a mirarle de la forma que yo quería que me miraras a mí. Me puso aun más celoso y... me pasé.
- Bastante - añadió Kurama. Kuronoe lo miró directamente a los ojos.
- ¿Me vas a odiar siempre?
- No, pero tardaré en perdonarte - tras unos tensos segundos le dedicó una sonrisa torcida.
- Ya... En fin, será mejor que me marche ya. Cuídate y dile a tus "chicas" que lo siento.
- Muy bien.
Y Kuronoe desapareció en una ráfaga de viento oscura rumbo al Makai, dejando tras si pequeñas descargas eléctricas.
- Así que solo para que te fijaras en él ¿eh? - Kurama sonrió divertido - Pues ya podría haber pensado en otra cosa.
- ¿Son celos lo que detecto en tu voz? - dijo el pelirrojo dándose la vuelta. Recargado en el marco de la puerta y con los brazos cruzados estaba Hiei mirándolo con mala cara.
- No digas estupideces - replicó dándose la vuelta y empezando a bajar las escaleras. A medio tramo sintió como Kurama lo cogía del brazo y lo hacía pararse.
- Venga, venga... no te enfades.
- ¿Quién ha dicho que estoy enfadado? - replicó sin mirarle a la cara. Kurama parpadeó un par de veces y luego sonrió. Puso una mano al lado de la cabeza de Hiei para cortarle la retirada y le encaró.
- ¿Entonces que te pasa?
- Que me hubiera gustado partirle la cara - refutó.
- Que belicoso... - rió Kurama - ¿Y por que exactamente?
- Por utilizarme para llegar a ti. Si quería algo contigo que te lo hubiera pedido directamente pero que me deje a mí en paz.
- Y si Kuronoe hubiera hecho eso ¿tú que habrías hecho?
- Partirle la cara igualmente - contestó serio.
- ¿Y eso? - se extrañó Kurama.
- Porque si yo soy tuyo, tú eres mío y no dejaré que nadie se te acerque.
Y antes que Kurama pudiera asimilar lo dicho Hiei le besó.
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(Tres meses después...)
El festival cultural se daba por iniciado. Cada clase había puesto su propia parada: un bar, una pastelería, una obra de teatro, un puesto de lectura del futuro, un mercadillo... el internado estaba a rebosar de curiosos y de familiares y amigos de los alumnos.
- ¡Bien venidos! - corearon alegremente Yukina y Hiei (Bueno en realidad solo Yukina, a Hiei le palpitaba peligrosamente la vena de la frente mientras sonreía de manera forzada).
- Esta me la pagas Yukina - susurró Hiei por la comisura de los labios mientras los recién llegados entraban al aula que ahora era una pequeña cafetería.
- No te quejes, además recuerda que me la debes - dijo tajante.
- ¿Y era preciso vestirse así? - dijo hastiado agitando las mangas del yukata que llevaba puesto.
- Por supuesto. Vendemos dulces tradicionales, hay que llevar yukata n.n Además no te quejes, podría ser peor.
- ¿Peor como?
- Al menos no son floreados.
- Mujer, visto así... -.-'
- ¡Hola Yukina! - se volvieron y vieron acerarse por el pasillo a Kuwabara, Yusuke y una chica de cabellos cortos y castaños.
- Hola chicos - saludó alegremente la koorime.
- Permitid que os presente a mi novia Keiko - dijo Yusuke sonriendo de oreja a oreja -, ellas son las hermanas Minamino: Yukina y Hiei.
- Mucho gusto -dijo Keiko.
- Igualmente -dijeron al unísono las gemelas.
- Kazuma ¿cómo sigue tu brazo? - preguntó Yukina observando la escayola llena de firmas de sus compañeros.
- En cinco días me la quitan -dijo levantando el brazo -, tengo buena salud. Pero aun no me explico como me caí en aquella zanja...
- Sí, yo tampoco - dijo Yukina mirando de reojo a su hermano. Hiei se limitó a ignorarla con una leve sonrisa en los labios.
- ¿Y que nos recomendáis? - preguntó Yusuke observando el cartel con la lista de comida.
- Pues tenemos okomoyaki y... - Hiei se cortó al sentir un peso sobre su espalda.
- Si, yo quiero de eso... pero solo si me lo sirves tú n.n
- Kurama no hagas eso - dijo Hiei apartándose de su empalagoso novio.
- Es que me encanta verte con las mejillas sonrojadas - dijo Kurama con su mejor sonrisa.
- Zorro idiota... - masculló entre dientes el youkai de fuego.
- Bueno nosotros vamos pasando - dijo Yusuke sonriendo divertido ante la escena mientras pasaba un brazo por los hombros de Keiko.
- Ya os atenderé. Hiei tu puedes tomarte un descanso.
- Diviértete cuñada ; ) - dijo Kuwabara con una gran sonrisa.
- Pero que... - antes de que Hiei pudiera replicarle, los cuatro entraron dejándolos solos en el pasillo -. Argh... estúpido cabeza de tupé. A la próxima lo tiraré a algo más profundo que una zanja...
- Entonces si que fuiste tú el que lo hizo caer - dijo Kurama arqueando una ceja.
- En realidad fue Ninus - comentó evasivamente.
- Ve con cuidado, o al final te meterás en un buen lío ¿Qué haré yo si te expulsan? - dijo abrazándolo cariñosamente. Hiei se sonrojó ante tal muestra de cariño pública.
- Suéltame Kurama - pidió intentando soltarse, pero no había manera. La gente ya empezaba a mirarlos y sonreír mientras cuchicheaban.
- Si, me prometes que dejarás de hacer tonterías -le dijo seriamente.
- Vale, vale... lo prometo. Pero suéltame ya.
- Muy bien - dijo soltándolo, pero antes de que se alejara le cogió de la mano y se lo llevó rumbo a las escaleras -. Vamos a dar una vuelta aprovechando que tienes un rato libre...
- Pero no puedo dejar a Yukina con ese...
- Yusuke y Keiko están con ellos, así que tranquila mi amor n.n
- No me llames así ¬/¬
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Maya estaba sentada sobre un gran cojín, sobre su cabeza un velo de tejido vaporoso de color azul oscuro y una toga del mismo color que hacían resaltar sus ojos verde esmeralda. Ante ella una mesa baja con un tapete de terciopelo oscuro y adornando con una bola de cristal, una baraja de Tarot y varias piedrecitas con runas grabadas.
- Veo dificultades en tu camino - le decía con voz mística a una chiquilla de primero que escuchaba atentamente -. Debes tener cuidado con los animales... sobretodo con los cerdos.
- ¿Los cerdos? - repitió asombrada la chica.
- Eso es, y también veo un chico...
- ¿De verdad? - dijo más entusiasmada.
- Ajá... estate atenta a los cruzados rojos.
La chiquilla frunció el ceño y salió de la oscura habitación rumiando lo que había escuchado.
- ¿Cerdos peligrosos y chicos con cruces? - preguntó Hiei alzando una ceja.
- Una indigestión y un enfermero simpático - concluyó Kurama.
- Algo así - sonrió Maya -, pero dicho de esta manera es más interesante ¿Queréis que os lea el futuro a vosotros también?
- No, gracias. Prefiero la sorpresa - dijo Kurama.
- ¿Y tú Hiei?
- No, lo único que me interesa ya lo sé.
- ¿Y que es? - preguntó Kurama curioso.
- Que el cabeza de zanahoria no llegará a su próximo cumpleaños - la sonrisa de victoria de Hiei ponía los pelos de punta.
- Pues siento desilusionarte... - empezó la morena barajando las cartas distraídamente - pero antes ha venido con Yusuke y su novia. Y según su predicción, Kuwabara será centenario y tendrá al menos cuatro hijos...
- ¿QUE¡Por encima de mi cadáver! - bramó Hiei sacando fuego por la boca.
- Os veo muy animados por aquí - en la puerta acababa de aparecer un sonriente Koenma.
- Buenos días señor presidente del consejo - dijo Maya chistosa.
- Maldito cabeza de tupé subdesarrollado... - seguía rumiando Hiei ignorando al recién llegado.
- Mejor nos vamos, a ver si así se le pasa el disgusto. Hasta luego - dijo Kurama llevándose a su querido Youkai antes de que prendiera fuego a las telas que adornaban la sala.
- ¿Quieres alguna predicción?
- Si ¿por qué no? - se sentó ante la morena y esta empezó a repartir cartas boca abajo.
- ¿Qué quieres saber: estudios, fortuna, amor...?
- Amor.
- Ah... así que tienes a alguna en mente ¿eh? - dijo guiñándole un ojo.
- La verdad es que ya hace tiempo, pero no me atrevo a dar el siguiente paso.
- ¿Temes que te rechace?
- La verdad es que sí.
- Pero tú eres muy buen chico, no me imagino que alguna chica te rechace... Vamos a ver - Maya empezó a darle la vuelta a las cartas y frunció el ceño - Esto no está bien - las recogió todas, las volvió a barajar y las repartió de nuevo. Sin embargo obtuvo el mismo resultado.
- ¿Ocurre algo?
- No sale nada, está mal... No lo entiendo, nunca me había pasado esto en una predicción. Salvo...
- ¿Salvo qué? - preguntó curioso.
- La tía Shiori me dijo que una predicción no sale cuando tiene que ver con uno mismo... - lentamente las mejillas de Maya se volvieron rojas y clavó sus grandes ojos esmeralda en los de Koenma.
- Pues lo cierto es que no pensaba decírtelo de esta manera pero ya que se ha dado la ocasión... Maya, me gustas mucho. Desde siempre para ser francos - agachó la cabeza completamente sonrojado mientras se rascaba la nuca en un acto reflejo -, pero como estabas tan agobiada con Kuronoe no me atrevía a decirte nada...
- Cobardica... - río Maya y ante la sorpresa del más alto le cogió por la pechera de la camisa y lo acercó hasta que sus labios se encontraron.
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Botan estaba mortalmente aburrida en la parada del mercadillo. Hacía más de media hora que no vendía nada. Si, mucha gente se acercaba a mirara, pero ya está, nadie compraba nada.
- ¿Cómo van las ventas? - preguntó Kurama con una sonrisa.
- Ni van, ni vienen - se lamentó - por suerte deben de estar a punto de venir a relevarme. Por cierto ¿no tendrías que estar en la clase, Hiei?
- Se ha quedado Yukina con el estúpido de Kuwabara, maldito... - y siguió remugando cosas que nadie entendió.
- Hoy está de peor humor que de costumbre.
- Es que Maya le hizo una predicción que no le gustó mucho.
- Ya... por cierto ¿tienes noticias de Kuronoe?
- ¿Por qué preguntas por ese? - dijo Hiei aun de peor humor (si eso es posible).
- Bueno, como Kurama le conoce desde hace tiempo -dijo la chica de pelo azul algo sonrojada mientras hacía chocar las puntas de sus dedos índices - pues... pensé que tal vez sabría algo...
- La verdad es que no sé nada, pero tranquila, que seguro que está bien.
- ¡Hola Botan¡Aquí está el relevo! - dijo una chica acercándose por el camino.
- Kurama, volvamos a la clase - pidió/ordenó Hiei - no me fío de ese. Es mejor no dejarle solo mucho tiempo con mi hermana...
- Vale, vale... hasta luego chicas - se despidió con aquella sonrisa que hacía sacar corazones a todas las mozas -. Por cierto Botan - se le acercó y le dijo bajito - yo que tú me pasaría por el pinar.
Y tras estas palabras y un guiño la pareja se retiró.
Botan no comprendía las palabras del pelirrojo, pero como no tenía nada más que hacer, decidió seguir su consejo. Lo cierto era que en el pinar se celebraría el tradicional baile de fin de festival (todos los alumnos bailarían alrededor de una hoguera en la que tirarían papelitos con sus deseos escritos), pero a aquellas horas solo estaba la aun intacta pira.
- Es más alta que la del año pasado - se dijo a si misma admirando la torre de madera.
- Ya lo creo... - dijo una voz a sus espalda sobresaltándola.
- ¡Kuronoe¡por Dios, que susto! - dijo la chica de pelo azul con una mano sobre el corazón.
- Ja ja... lo siento, no era mi intención.
- ¿Qué haces tú por aquí? No tenía ni idea de que vendrías al festival.
- Si, bueno, lo decidí a última hora... además que no tenía ganas de encontrarme ni con Hiei ni con Maya.
- ¿Aun estáis peleados?
- Dudo que lleguen a perdonarme...
- Ya...
Se quedaron en silencio un rato observando la pira.
- Será mejor que me valla, se me hace tarde. Me alegro de haberte visto Botan - el youkai-murciélago empezó a encaminarse hacia la salida del recinto.
- ¡Espera Kuronoe! - llamó Botan armándose de valor - ¿podría... podría escribirte?
- ¿eh? O.o?
- Si, bueno... como ahora has vuelto a tu pueblo y ya no vas a estudiar en la capital... (Kuronoe: Vaya excusas se inventa la vieja Genkai --') pues, eso ¿te importaría cartearte conmigo/
Kuronoe la vio tan apurada que no tuvo valor para negarse, pero ¿cómo se las arreglaría para que le llegaran las cartas al Makai? (N-C: Eso me pregunto yo... o.o?)
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- Son deliciosos - felicitó Keiko - ¿Los habéis hecho vosotras?
- La clase se dividió en dos grupos unos hicieron los dulces y los otros nos encargamos de venderlos - Contestó Yukina con amabilidad. Lo cierto es que Keiko le había caído muy bien.
- Mejor no le des más Yukina, o se pondrá como una vaca - rió Yusuke inconsciente de lo que dicho comentario acarreaba.
- ¡Idiota! - le gritó Keiko lanzándole un directo en el centro de la cara.
- Veo estrellitas... . - murmuraba Yusuke desde el suelo mientras Keiko bebía té tranquilamente.
- Eso es amor - comentó socarrón Kuwabara.
- ¿No se habrá hecho daño? - preguntó Yukina preocupada.
- Tranquila, Yusuke está hecho a prueba de bombas. Eso no es nada - dejó la taza de té que tenía en las manos sobre la mesa y se volvió hacia la koorime -. Yukina, yo tengo algo importante que decirte.
- ¿El qué? - preguntó inocentemente. Kuwabara puso cara de determinación tomó aire y empezó a hablar.
- Verás desde que te conozco, creo que eres la chica más encantadora del mundo. La estrella que más brilla en el cielo... - le cogió las manos gentilmente - Lo que te quiero decir es que tú a mí... ¡AAARGH!
De golpe la mesa que Kuwabara tenía delante se volcó misteriosamente sobre él. Keiko y Yusuke dejaron de discutir al escuchar el estruendo y se quedaron mudos al ver tan extraña escena.
- ¿Cómo demonios has hecho eso? - preguntó Yusuke.
- ¡Yo no he hecho nada de nada, que te enteres!
- Definitivamente eres un manazas - dijo una voz socarrona. En la puerta estaba Hiei con los brazos cruzados y mirando con superioridad al pelirrojo que aun seguía en el suelo.
- Hiei... - dijo con tono de advertencia Yukina. En la mesa aun habían rastros de la magia de su hermano.
- ¿Sí? n.n - preguntó con fingida voz cándida.
- Eres imposible --' - suspiró derrotada la koorime.
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A las ocho y media se prendió la pira. Todos los alumnos y visitantes se congregaron a su alrededor observando y arrojando sus deseos a las llamas. Muchas parejas se unían al círculo que bailaba a su alrededor y se dejaban llevar por la atmósfera.
- Vaya birria de hoguera - se quejaba Hiei mientras permanecía recargado en un árbol a cierta distancia de la multitud.
- Para no contener magia esta muy bien - razonó Kurama mientras sonreía a su prima Maya que en aquellos momentos pasaba bailando por delante de ellos junto a Koenma.
- Tsk... ¿Dónde está Yukina? - dijo de golpe al ver que su hermana ya no estaba con Botan y las otras chicas de clase. Sus ojos rápidamente se fijaron en el círculo de bailarines y no tardó mucho en reconocer una cabellera anaranjada. Ya se iba a lanzar en persecución de Kuwabara, cuando los brazos de Kurama se posaron en su cintura.
- Bailemos nosotros también - sonrió el kitsune.
- ¿Qué¡No¡Yo no bailo!
- Tranquilo, yo te enseño - le susurró sensualmente en el oído ¿Por qué demonios tenía que desarmarlo de esa manera?
Hiei se dejó guiar olvidándose (momentáneamente) de su hermana y Kuwabara. Era agradable estar así con Kurama abrazándolo por la cintura con un brazo y sujetando su otra mano con firmeza. Ojalá el tiempo se detuviera.
- Hiei... - llamó el pelirrojo con voz suave.
- ¿Sí...? - el youkai más bajo giró la cabeza para encarar aquellos ojos esmeralda, pero antes de poder reaccionar sintió los labios cálidos del pelirrojo sobre los suyos.
- Parece que a tu hermana le va bien con su chico - rió Kuwabara.
- Yo diría que sí - sonrió la koorime al ver como su otra mitad desviaba la cabeza sonrojado -. Por cierto ¿Qué querías decirme antes?
- Pues... - Kuwabara se aclaró la garganta y con determinación dijo - Me gustas desde hace mucho tiempo y me preguntaba si querrías salir conmigo.
Yukina parpadeó sorprendida un par de veces y finalmente asintió con la cabeza completamente ruborizada y una sonrisa cándida. Kuwabara se sintió el hombre más feliz del mundo. Se inclinó con la intención de regalarle su primer beso a su ahora novia, pero entonces...
- ¡Aaaaaaaay¡ay¡ay¡ay!...
Por alguna razón desconocida se le había prendido el bajo de la chaqueta. Los encargados de la pira se apresuraron a acercarse con extintores para apagar las llamas preguntándose, como diantres se había prendido fuego si estaba a más de cuatro metros de distancia.
- Hiei... - dijo Yukina fulminando a su hermano con la mirada cuando este se detuvo a su lado.
- ¿Qué? n.n - preguntó con una sonrisa maliciosa.
- Eres lo peor...
FIN
¡Feliz Navidad! Aquí os dejamos este último capítulo a modo de regalo (aunque en nuestra casa siempre hemos celebrado los reyes...). Espero que os guste este final.
Neko-chan: el del cómic es una birria . no me gusta NA-DA. Por cierto, si habéis visto él anime de Card Captor Sakura, entenderéis de donde salió eso de bailar en torno a la hoguera.
Tenshi Lain: Es que no se me ocurría otra forma de ponerlos melosillos :P y no me apetecía montar un concierto... En cuanto a Kuronoe y Botan... la idea original era que acabaran como pareja (pero ya me estaba cansando y estos dos han quedado un poco en el aire). De esta forma todos están emparejados: HieiXKurama, YukinaXKuwabara, YusukeXKeiko, MayaXKoenma... y a nadie le toca bailar con la escoba.
Neko-chan: sin comentarios u.u
Gracias a:
¡Feliz Navidad y Prospero Año Nuevo!
Ja ne!
