Ahora se encontraba en tierra firme y por descubrir lo que sería su nueva vida, miró por segunda vez a la chica que estaba a su lado, ella se mostraba segura de sí misma inclusive arrogante, la vio un par de segundos y luego se volteó de nuevo pensando que ella no se había dado cuenta, equivocado estaba.
Bajó del taxi en las puertas de un gran edificio de estilo antiguo, se adentró en él examinando con la vista todos los lugares por los que pasaba, al final llegó hasta la oficina de rectoría y ahí hizo todos los trámites necesarios, luego lo llevaron a su dormitorio.
Entró y vio la habitación fría y algo oscura, nada parecido al cálido lugar que compartía antes con él, se sentó y puso la cabeza entre las manos recargando los codos sobre sus rodillas, qué solo estaba ahora, en un lugar dónde había mujeres extravagantes, donde no estaban ni su padre ni el mounstro, pero donde en especial le faltaba él, la persona a quien más amaba y que ahora estaba a un mundo y varios meses de distancia, ahora sólo esperaba el momento de llamarle, de saber que estaba bien y poder mantener la esperanza de que algún día estrían juntos otra vez y serían tan felices como lo fueron durante toda su vida.
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Yukito estaba sentado a la mesa con la familia Kinomoto, o lo que quedaba de ella en esa casa. Todos guardaban silencio pues el único tema que se les ocurría ahora era Touya pero no querían mencionarlo por temor a poner tristes a los otros… como si no lo estuvieran ya.
- Me alegra que hayas decidido quedarte a vivir con notros, Yukito –interrumpió por fin el papá de Sakura.
- Es un honor que me lo permitan señor. –fingió una sonrisa.
Todos terminaron de cenar y recogieron la mesa sin decir nada más. Yukito fue a la ex-habitación de Touya y se recostó en la cama todavía con su aroma. Sintió la fragancia y su presencia adentrarse en él y esperar a que su querido Touya regresara, sin importar cuánto tiempo pasara siempre lo amaría de la misma forma.
Miró su teléfono celular y no pudo resistirse, una llamada no le haría daño. Lo tomó y marcó a un número que sonaba como "Fuera del área de Servicio". Tal vez no quería interrupciones y lo apagó, lo llamaré luego"- pensó.
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Llegó a su salón de clases, la escuela era igual que todos los días pero se veía diferente, vacía. Entró un hombre alto, de cabellos largos y mirada de hielo que se presentó como Yue, el nuevo profesor ya que el anterior tuvo un contratiempo y había renunciado. Era un hombre bastante indiferente, de esas personas a las que parece que nada les afecta.
Impartió la clase como cualquier otro maestro lo hubiese hecho, al final detuvo a uno de sus estudiantes en particular sin que él supiera por qué.
- Hice algo malo, profesor. –preguntó inocente el chico de lentes.
- No me digas así, llámame Yue, por favor. Noté que estabas muy distraído y como mañana tenemos examen…
- ¿Examen mañana?
- Ja… a eso me refería, no te diste cuenta de que dije eso.
- Bueno, gracias por avisarme… -sonrió- es usted…
- Tú –lo corrigió.
- Eres muy amable, estudiaré para el examen, nos vemos mañana profesor. –luego se fue sin darle tiempo al maestro para que le corrigiera la forma de llamarlo.
- Parece que va a ser un reto… me gustan los retos.
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Se despertó y pronto estaba en su primer salón de clases, miró a sus compañeros y no le gustó darse cuenta de que todos lo observaban expectantes, no le gustaba ser el nuevo.
En la primera clase le fue necesario decir su nombre y país de procedencia, palabras suficientes para que todos notaran lo solitario que era. Tomó el resto de las materias lo más normal y atento que pudo, sin embargo Yuki siempre estaba presente en su memoria.
Terminaron las clases de ese día y fue a la cafetería a comer algo y luego a la biblioteca para hacer sus primeras tareas. Ingresó al lugar bien iluminado lleno de libreros en el rededor y varias computadoras en el centro, también había algunas mesas entre ambos para quien estuviese leyendo, las paredes de color blanco y las escaleras con barandal de metal terminaban el cuadro con un toque muy moderno.
Fue directamente a los estantes y no le costó trabajo encontrar los libros que buscaba, decidió que prefería ir a su habitación y estar solo por lo que fue al mostrador donde estaba la bibliotecaria y al verla se llevó una gran sorpresa.
- ¿Tú?
- Nakuru –sonrió y le extendió una mano para saludarlo que él no aceptó- Vaya que eres difícil, pero ya verás que vamos a ser amigos pronto.
- Me voy a llevar estos libros –se los dejó en el mostrador junto con su credencial de la escuela.
- Jaja…claro –tomó las cosas y empezó a hacer la nota-. Sabes que eres muy apuesto, deberías sonreír más porque tan serio parece que no quieres que te hablen y obviamente no te gustaría estar siempre solo. Firma aquí. –le pasó un papel y él lo firmó, luego le dio los libros. –Si quieres te acompaño porque aquí en realidad no me.
- No quiero -la interrumpió y empezó a caminar, pero eso no la detuvo ya que fue detrás de él.
- No seas así anda mira…
- Vete –a la interrumpió de nuevo- No me interesa que me sigas, quiero estar solo y si no quieres que te reporte y te despidan será mejor que te vayas y me dejes en paz.
- Vaya que eres difícil, más de lo que pensé, pero mañana nos vamos a ver y todos los días desde hoy hasta que seas mi novio, nos vemos. –le dio un rápido beso en la mejilla y se fue dejando a un muy enojado Touya.
CoNTiNuaRá...
Ahora sí... qué tal se ponen las cosas... jaja con las personas que influyen... jajaja.
Ok pues un millónde gracias por sus reviews y por leer este dopado fic. Ya saben se aceptan cualquier tipo de comentarios, golpes, etc...
Byes!
