Contestó el celular reconociendo el número del que provenía la llamada.
- Si –la voz del otro lado tardó en responder.
- Yuki…
- Toya… estás en Japón…
- Sí… necesito verte ahora, voy a tu casa.
- Está bien, nos vemos ahí en una hora.
- De acuerdo.
Terminaron de hablar y Yukito fue a la biblioteca de la casa a buscar a Yue, le dijo que iría a casa de los Kinomoto y el otro lo despidió como siempre, con beso fugaz en los labios. El chico de lentes salió de la casa sin saber que era observado por unos ojos furiosos y concientes de la mentira.
Llegó a su antigua casa, que obviamente conservaba aunque algo descuidada, y entró arreglándola un poco para él, a cada instante resistía menos los nervios y la ansiedad por volver a verlo, por saber que quería decirle y por tener que confesar la relación que sostenía con su profesor.
Miró aquel lugar que tan bien recordaba y notó que la reja estaba abierta "Seguramente también la puerta lo está, siempre fue muy distraído" –pensó. Tal como lo predijo no le constó ningún trabajo ingresar hasta la sala quitándose los zapatos en la entrada.
- Yuki… -lo llamó al verlo de espaldas en la cocina con algunas bolsas que contenían bebidas y bocadillos.
- Touya –se giró mirándolo a los ojos expectante.
Se quedaron así en silencio sólo observándose mutuamente, redescubriendo todos los sentimientos y sensaciones enterrados por tanto tiempo, un par de minutos de estar juntos fueron suficientes para tener de nuevo todas las cosas que los unían antes.
- Hace mucho tiempo… -interrumpió Yukito al fin con un dejo de melancolía.
- Han pasado muchas cosas.
- Sí, tenemos mucho de que hablar, ahora te sirvo algo, toma asiento.
Touya obedeció y notó los pequeños detalles que obviaban el abandono de la casa.
- Tú… ¿Sigues viviendo aquí?
- No, hace tiempo que me mudé – respondió con un extraño tono cortante, luego llegó con la bandeja recién preparada.
- Gracias –obtuvo una cálida sonrisa que lo puso nervioso, lo demostrara o no- ¿Por qué te mudaste?
- ¿No te dijeron Sakura y tu padre? –la pregunta era inútil pero fue un intento desesperado porganar tiempo.
- No
- Bueno… después de que nosotros… terminamos… encontré a alguien y… ahora vivo con él. –sus palabras fueron pausadas y dolorosas para ambos, luego hubo un largo y pesado silencio.
- Me alegro por ti.
- Gracias… y tú… ¿Vas a quedarte?
- No, sólo estaré aquí por un mes, tengo una buena oferta de trabajo para un crucero en el Caribe.
- El Caribe… - "Es demasiado lejos, pero supongo que nuestra distancia no podría ser mayor que ahora", pensó- Debe ser increíble, te felicito.
- Gracias…
El resto de la conversación fueron frívolos comentarios de sus alejadas vidas cotidianas. Empezaba a anochecer cuando se escuchó alguien entrar y llamar a uno de los dos chicos.
- ¡Touya! –en cuanto lo vio en uno de los sillones corrió a abrazarlo. -¡Te extrañé!
El moreno no mostró reacción alguna, sin embargo no hizo por quitarla de sus piernas hasta que ella misma tomó la iniciativa para presentarse con el muchacho de lentes que tan bien conocía por referencia.
- Tú debes ser Yukito, mucho gusto soy Nakuru, la novia de Touya. –extendió la mano y él la tomó con cordialidad, también sonrió algo pero sólo miraba a su amigo sin dar crédito de la chica, nunca imaginó algo así. Touya sólo permaneció inexpresivo. – Me han hablado mucho de ti –continuó Nakuru. Deberíamos salir a cenar los tres y claro, invita a alguien, sería muy divertido ya que ustedes se llevan tan bien… Así continuó hablando demasiado y de más recibiendo sólo frases cortas y monosílabos como respuesta del chico de lentes mientras el otro no dijo nada el resto de la reunión que por obra del destino los llevó a una nueva cita más tarde esa noche, sólo irían a cmbiarse y… y por Yue.
Los dos hombres llegaron a un bar que llevaba por nombre "El Gato Azul" y tenía un felino celeste junto a la puerta principal, entraron preguntando por la reservación hecha, uno de los dos estaba bastante nervioso y notablemente triste mientras que su profesor y pareja aparentaba tranquilidad y sentía furia.
Se sentaron en la mesa designada donde otra pareja con una chica alegre y un muchacho serio pero tan nervioso como el chico de lentes los esperaban. La conversación empezó con la presentación de Yue y continuó entre continuos ataques de Touya y él mismo.
En un momento Yukito fue al baño y poco antes de que regresara el moreno fue a alcanzarlo ante la mirada asesina del de cabellos largos.
- ¿Qué crees que haces con ese tipo? –le preguntó arrinconándolo contra una pared.
- Lo mismo que tú –hubo un silencio en el que Touya no supo qué decir.- Tratar de olvidar lo que perdimos. –la mirada del otro se suavizó y soltó un poco su brazo.
- Yuki… no…
- No digas nada, sé que las cosas cambiaron, se ve que esa chica te quiere mucho…
- ¿Sabes por qué te busque hoy? –le preguntó acercándose mucho a su rostro.
- No…
- Por que puedo quedarme aquí a vivir, pero tú eres la única razón que tengo para hacerlo, dime que me quede, que me quede contigo y me olvide de todo, tú olvídate de ese tipo, aún podemos recuperarlo que tuvimos. –terminó de hablar en tono intimidante de regaño y sus ojos brillaron cristalinos. Yukito alzó la mirada para posarla en los ojos del otro y sonrió como siempre dándole una esperanza al moreno, sin embargo otra figura masculina detrás los interrumpió.
- ¿Te encuentras bien? –se dirigió a su pareja, él lo miró desprendido pero de inmediato entendió que lo que estaba a punto de hacer no era correcto después del gran apoyo que siempre tuvo en su maestro.
- Sí, claro, hay que regresar con la señorita Nakuru. –se soltó del otro que lo detenía y regresó acompañado o más bien custodiado por su pareja.
Terminaron la noche de la misma forma tensa en que empezó sólo que Yukito estaba cada vez más confundido.
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- Ya no digas que eres mi nova, no lo eres –le dijo mientras conducía hacia el hotel donde se hospedaba.
- Sabes que tu opinión no me importa –rió alegre- además ahora lo dices porque quieres recuperar a Yukito, es más competencia de la que pensé, pero no importa, igual eres mío.
- No soy de nadie.
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- Te ves cansado –susurró en su oído al tiempo que le daba un masaje.
- Sí, estoy cansado –cerró los ojos intentando relajarse.
- ¿Te encuentras bien? Me alegra haber llegado a tiempo… se veía algo… enojado –murmuró mientras comenzaba a besar las orejas y cuello del otro.
- Sí, estoy bien… gracias por los del bar, fuiste un gran apoyo. Buenas noches.
Se puso de pie y se marchó a su habitación luego de haber mentido por segunda vez en el mismo día a la persona que suponía amaba, tal vez las cosas no eran así.
CoNtiNuaRá...
Primero, mil graicas por todos sus reviews! jaja y desde luego que por leer la historia tmb, ya sabees que es de uds.
Ahora sí, disculpen la tardanza... y ojalá que les haya gustado... byes
