Hola a todos este es mi primer fic de Rurouni Kenshin espero que les guste mucho.... empiezo diciendo que es un UA y es un KenKao por lo menos eso es seguro, de aparecer luego nuevas parejas les informare....... bueno sin mas, espero les guste y también espero sus comentarios, si gustan pueden enviármelos por mail a y si quieren contactarme en l MSN también... Desde ya muchísimas gracias por dedicarle un tiempo a mi fic..
Ups! Me olvidaba de decir que Rurouni Kenshin no me pertenece, solo tomo prestados sus personajes , todos los derechos (de la serie, no la historia) le pertenecen a su autor
Dedico este capítulo a: Ana-chan (Miyuki Kobayakawa), Naoko-chan (Naoko L-K), PAU-chan (Hitokiri battusai 26) y a Paola-chan (Bizcochia U-u)(directas responsabres Amenazadoras de mi persona para que suba rápido )
GALIMATÍA CELESTIAL
Por "Amaterasu Mizuhame"
-CAPÍTULO CUARTO-
"¿SUCESOS IMPORTANTES?"
Kao se encontraba muy contenta... y pese a que el día continuó gris ella no perdió su alegría, realizó algunos "trabajos menores" como tentaciones sencillas sin romper ningún mandamiento de importancia, de esta forma no tendría que sentenciar a nadie y se aseguraba no encontrarse con ningún Ángel, el día había comenzado muy bien, y aunque tenía muchos deseos de ver a cierto Arcángel entrometido, no se quería arriesgar a arruinar el día, que se había arreglado gracias a un desconocido.
Kao decidió tomar un descanso, y se dirigió a una playa donde solía ir cada tanto, cuando necesitaba meditar.
Desde una saliente en un acantilado observa el continuo movimiento de las olas, ese movimiento la tranquilizaba profundamente. Disfrutaba del sol mientras su vista seguía perdida en los sinuosos movimientos del agua.
El viento que jugaba con sus cabellos se inundó con plumas negras, pero ella continuó "impasible" analizando a su nuevo acompañante, la esencia era conocida...
- ¿Qué haces aquí Misao? – preguntó sin voltear a ver a su acompañante.
- ¿Qué una vieja amiga no puede venir de visita? – preguntó Misao sentándose a su lado.
Kao observó de reojo a su amiga, su cabello era negro como la noche trenzado y largo y sus ojos eran verdes azulados. Su piel era blanca como el arroz y una sonrisa adornaba su rostro.
- Sabes que él desertó ¿cierto? – Preguntó Kao a su amiga sin mirarla.
- Si... – sus palabras fueron suaves, un susurro en el viento.
- ¿Sabes que debes cazarlo?
- Si...
- Y sabes que voy a destruirlo ¿cierto? – preguntó fijando sus ojos en su acompañante pero sin girar su rostro.
- Si, lo se – dijo ella – pero esa fue su decisión...
- Aún así Aoshi y tu...
- Eso ya no importa – respondió rápidamente.
- ¿Estas segura?... ustedes estuvieron juntos mucho tiempo... si no crees poder con esto...
- ¡Él nos traicionó! – dijo con furia – Y es mi deber como nuevo demonio general el cazarlo – dijo ella con determinación.
- Bien, porque estoy contando contigo, mas sin embargo, si veo que no puedes con esto, yo misma lo cazaré y destruiré – Kao dijo sin ningún tipo de sentimiento.
- Lo sé... – dijo Misao – por cierto, ¿Por qué me has nombrado Demonio General?
- ¿Yo? – dijo Kao con una sonrisa mientras cerraba sus ojos y disfrutaba del sol – te equivocas, yo solo hice una recomendación.
- ¿Osea que Saito me colocó en este puesto?
- Pues por algo él es el líder de los demonios ¿no?
- Es extraño, pensé que al haber estado con Aoshi todos estos años, él desconfiaría de mí.
- ¿confiar?, él no confía ni en su propia mente – dijo Kao con un dejo de ironía y rencor.
- ¿Qué insinúas?
- Yo no insinúo nada, Yo afirmo que él no confía en ti, ni en nadie... no, no, ni siquiera en mí – dijo Kao adivinando la pregunta de su amiga.
- ¿Piensas que ha mandado a más gente...?
- Seguro...
- mm...
- ¿Te preocupa? – pregunta Kao mientras la mira de reojo
- No, es solo... que... no lo sé, supongo que quería venganza.
- Descuida, Saito no enviará a nadie hasta dentro de un tiempo. Podrás obtener tu anhelada venganza, de eso no me preocuparía.
- ¿Crees que si?
- Te lo aseguro. Pero para serte franca, pensé que te costaría atacar a Aoshi.
- No me gusta... quisiera que no se hubiese ido, pero lo hizo y nuestro orgullo quedó manchado por ello... – dijo Misao mientras miraba el mar turbada, su mente giraba rápidamente, los pensamientos se agolpaban, los sentimientos también, amaba a Aoshi y lo odiaba también, se fue sin importarle ella... sin decir una sola palabra - ¿Por qué lo hizo Sumeria?
- No lo sé...
- Pero algo imaginas ¿no? – dijo mirándola, pero Kao no devolvía la mirada – A mí no me engañas amiga, puedo verlo, tu tienes tus conjeturas.
- No creo que quieras o puedas oírlas.
- Por favor – dijo ella mientras tomaba una de sus manos, Kao la miró sin emoción pero analizándola detenidamente – es muy importante para mí...
- Bien... como gustes. Pues es muy extraño que Aoshi siendo un Gran Señor y teniendo una relación estable contigo se haya ido por poca cosa, además, el era muy calculador... lo mas probable es que le hayan ofrecido algo... no se, mas poder tal vez, el poder era su afición. O tal vez lo hayan extorsionado de alguna manera, aunque lo veo poco probable.
- ¿Extorsionado? – Kao observó a su amiga y solo pudo sonreír tristemente ante el brillo luminoso que sus ojos tenía ahora - ¿Cómo no lo pensé antes?
- ¡CAZALO! – la orden fue directa, sin elevar la voz y fría sin ninguna emoción. Misao sintió la realidad golpearla otra vez.
- Pero...
- Él es un traidor – las palabras se clavaron en el corazón de Misao como dagas – Y seguirá siéndolo... a menos que pruebes lo contrario – la mirada de Kao brillaba Azulada y sagaz mientras se centraba nuevamente en el océano.
Misao miró fijamente a su jefa y amiga, por un momento pensó que todo estaba perdido. Pero como siempre su amiga le mostró la salida de una forma sutil, sin comprometerse... muy a su estilo, y sonrió.
- Pues tendré que buscar evidencia... o un prisionero, ¿qué prefieres? – preguntó esta cizañera.
- El prisionero, por supuesto – dijo calmadamente Kao.
- Tu siempre igual – dijo ella con la sonrisa aún en el rostro. Mientras desaparecía entre plumas negras.
- Si, yo siempre igual... – dijo Kao observando fijamente el mar.
Battousai entró en la habitación blanca sin mayor incomodidad o precaución, dentro varios ángeles superiores lo esperaban...
- ¿Mando llamarme señor? – su voz monótona y distante formuló la pregunta fría y rápida llevándose la atención de todos los presentes.
- Si – Katsura lo miraba fijamente, pero los fríos ojos dorados de Battousai no se inmutaban – Me he enterado que has ido a ver a Tokio.
- Sí, yo he visto a la Querubín Tokio hoy – Battousai no mostraba ningún tipo de emoción ante este comentario.
- ¿Con que motivo? – pregunto si ningún reparo o suavidad.
- Fui con la intención de averiguar algún dato sobre Kao que pudiese ayudar en mi búsqueda – Battousai afirmó sin reparo, después de todo esa era la verdad ¿cierto?
Katsura lo miraba fijamente en silencio, tratando de intuír algún tipo de emoción o pensamiento... nada, no tenía ni idea de lo que pasaba por su mente – Bien, ¿y que has averiguado?
- Nada
- ¿cómo es eso posible? – preguntó Katsura, bastante incrédulo, después de todo Battousai era implacable, el irse sin información, no era siquiera una posibilidad.
Battousai guardó silencio por un momento, momento que se hizo eterno en el corazón de los que se encontraban en aquella habitación...
- Pues nada pude obtener de la Querubín, su percepción de la realidad está muy distorsionada – dijo él mirando fijamente a Katsura, y sintió una gran satisfacción que no supo a que atribuir.
- Ya veo... – Katsura miraba fijamente al "arcángel" frente a él, sin duda alguna era implacable, no podían obtener más información de él sin revelar datos ellos mismos – muy bien, eso es todo, puedes retirarte Battousai.
- ¡¡Está mintiendo!! – La voz elevada del arcángel Miguel irrumpió el gran silencio que acompañaba la retirada de Battousai.
- ¿Tienes pruebas? – Preguntó Battousai, sin voltearse hacia él, pero animado por el enfrentamiento. Silencio fue su respuesta – Eso pensé... – dijo retomando su caminata – Por cierto aún no comprendo que hace un arcángel menor en un citatorio como este...
El frío corrió por la espalda de los presentes mientras Battousai salía lentamente de la sala, se habían olvidado completamente de la presencia del Arcángel Miguel... un ángel nunca está presente en los citatorios de los rangos superiores a menos que fuese citado por el Corión, y eso representaba un asunto de gran relevancia...
El saberse en un error de tal envergadura hizo a Katsura sentir una gran furia que hace siglos no sentía... pero estaba seguro que Battousai no descansaría hasta obtener lo que buscaba.
El sol de media tarde reinaba en el cielo... anaranjado... las nubes iban reduciendo su reinado hasta sitiarlo contra las montañas...
El viento soplaba suavemente sometiendo la vegetación a su caprichoso compás...
Pequeñas aves inundaban el lugar con su particular canto mientras las plantas acompañaban con su melodioso murmullo...
Entre las montañas el valle brillaba verde vivo... la hierva nueva respiraba el aire... Sobre la hierva fresca cae el cuerpo ensangrentado... un joven de corto cabello verde y ojos marrones, que trata inútilmente de levantarse, mientras mira fijamente a una joven frente a él...
- Díme ya mismo ¿dónde puedo encontrar a los rebeldes? – gritó la joven de larga trenza negra y ojos verdes azulados, de uñas largas y filosas cuales dagas, de las cuales sangre oscura caía a gotas.
- De nada te servirá golpearme... – dijo el joven con una gran sonrisa en su rostro mientras escupía sangre oscura como la tierra mojada.
- Pues eso se puede comprobar... – dijo pateando fuertemente su vientre – después de todo... si no me sirves... no te necesito con vida – dijo mientras su sonrisa se tornaba siniestra y sus ojos destellaban chispas verdes.
- Espera... – dijo él mientras se ponía de rodillas – yo soy un demonio, ¿Por qué habrías de matarme?
- ¿Demonio? – preguntó ella incrédula – espero que Kao no te escuche o vas a estar en problemas.
- Kao pronto se unirá a nuestras filas, así como otros ya lo han hecho...
- Si, se que se que cinco de los seis Espíritus Oscuros se les han unido, así como algunos demonios menores, pero nada de importancia – dijo ella sonriendo – Y el hecho de que Kao se una a sus filas es tan posible como que el sol salga por el oeste amigo – dijo ella sonriendo ampliamente.
- Puede ser.... pero ella es una de las demandas que se exige para unírsenos... así que quiera o no ella será parte de esto...
- ¿Qué quieres decir? ¿Quién la quiere? – preguntó ella molesta, pero el demonio se levantó y tomó una espada – Ahh ,¿qué piensas hacer? – preguntó ella cuando éste se le lanzó al ataque.
- ¡¡¡Te destruiré!!! – gritó lanzando una estocada al aire – no eres necesaria para nosotros, no importa que me castiguen luego por matarte
- ¿qué te castiguen dices? – dijo ella trabando su espada contra un árbol - ¿quién? ¿quién te castigará?
- No sé de que hablas... – dijo el demonio riéndose estrepitosamente.
Abruptamente fue callado por el puño de Misao, el demonio terminó de caer a varios metros del árbol. Misao giró lentamente hacia él y a paso moderado caminó hacia él.
El demonio miró con recelo a Misao, su espada aún estaba incrustada en el árbol, y ya no tenía la energía suficiente para crear otra... Misao por su parte caminaba monótonamente hacia él con un brillo extraño en los ojos.
Un viento frío corrió por todo el prado mientras las hojas volaban obstruyendo la vista de Misao... el demonio comenzó a desaparecer en una nube negra que había formado con el resto de su energía... su risa inundó el lugar.
- Ja ja, nos volveremos a ver... – el demonio escupió sangre negra... la nube desapareció revelando frente a él a Misao que le sonreía ampliamente mientras sostenía firmemente su espada incrustada en el hombro derecho del demonio.
- Ya lo creo que nos veremos... – dijo sonriente – pero primero tendremos una larga charla...
La lluvia caía copiosamente entre las calles oscuras de la transitada ciudad... los relámpagos ocasionales iluminaban momentáneamente la tierra...
Las luces rojas de los autos eran líneas pasajeras de las autopistas y calles que surcaban la ciudad... la gente caminaba rápidamente por las calles mas transitadas... la noche tenía tanta luz como el día en la ciudad...
Carteles de neón brillaban... la música de los locales se filtraba entre los autos... mientras las bocinas eran el fondo para los cánticos de borrachos y drogadictos...
Pero en la particularidad de esta noche las luces eran carcomidas por la oscuridad mas tenebrosa... y la lluvia torrencial acallaba los gritos de la ciudad, así como los gritos de auxilio emitidos desde una oscura calle interna de la ciudad...
En la oscura calle se escucha como un hombre corre desesperadamente hasta chocar con alguna basura amontonada en la salida trasera de un bar de mala muerte, el hombre cae al suelo y grta pidiendo ayuda... el repicar de la lluvia sobre el pavimento es su respuesta...
Un relámpago iluminó el cielo y la tierra... delineando en la oscuridad de la calle una figura femenina... acercándose...
- Deja ya de correr... – la voz fría y calculadora de Kao se escuchaba claramente a través de la lluvia – de nada servirá... – dijo sonriendo.
- Espera... lo lamento... te juro no lo volveré a intentar – dijo llorando el hombre.
Kao se detuvo frente al hombre y se bajó a su nivel; ella estaba vestida con un pantalón y una top de cuero negro ajustados y un tapado del mismo material. Su cabello era lacio y negro, al igual que sus ojos.
Ella lo miró entre divertida y sarcástica mientras el agua caía por su rostro. Y de ente sus ajustadas prendas sacó una espada... los ojos del hombre dejaban ver su terror...
- Claro que no lo volverás a intentar, de eso me encargaré yo – dijo con una sonrisa macabra en el rostro...
- No, por favor... – rogó el hombre.
- Vamos, tu sabes perfectamente que estoy aquí por que has estado violando mujeres... – dijo mirándolo fieramente – hace un tiempo, no mucho, tuviste un encuentro...mm...algo extraño podría decirse.
- No... eso no fue real... – dijo el hombre fuera de sí.
- O si... – dijo ella rodando el filo de su espada contra el rostro del hombre – claro que fue real... – dijo ella mientras la punta de la espada comenzaba a descender por su cuello...
- Pero... no puede ser...
- "Que la gran señora sea tu juez y tu verdugo" – dijo ella sonriente mientras el rostro del joven se volvía blanco - ¿Te suena? Yo creo que si... – dijo mientras la espada continuaba su camino por el pecho... su abdomen... hasta su entrepierna donde se detiene levemente para mirarlo... un brillo corre por sus ojos y su mano toma impulso...
- ¡¡¡NO!!! – grita el hombre a todo pulmón...
- ¡Alto! – al mismo tiempo una voz femenina interviene junto con su flecha... las plumas blancas acompañaban la llegada de la joven desconocida...
Kao salta hacia atrás para evitar el disparo... y con gran destreza qudó perfectamente parada sobre sus tacos de diez centímetros sobre el pavimento mojado...
- ¡¿Qué diablos haces aquí Tomoe?! – dijo Kao reteniendo la ira que inundaba rápidamente su cuerpo...
- El dijo que lo lamentaba – dijo Tomoe desafiante.
- Estúpida Ángel... tú ya no tienes jurisdicción en este caso – las palabras fueron escupidas con ira velada en un tono tan bajo que rozaba la amenaza... sus ojos brillaban de furia... y Tomoe tembló.
Tomoe miró fijamente a Kao, había algo diferente en la miraba de ella... por alguna razón no creía que pudiera salir bien librada de este enfrentamiento, pero estaba completamente segura que si pasaba lo peor Battousai llegaría para protegerla...
- Todos merecen una segunda oportunidad – dijo Tomoe tomando con fuerza su arco – No puedes negársela.
- Él ya tuvo su oportunidad... ¡Y la desperdició! – dijo elevando la voz mientras tomaba con fuerza la empuñadura de su espada de acero – Ahora yo intervengo...
- No, haré que se le dé una tercera oportunidad – dijo ella fuertemente.
- No se ha movido, sus ojos fijos en los míos... puede verme aún tras los lentes... la lluvia nos golpea pero no es molesta... no puedo decirle nada... no logro articular palabra... solo puedo hacer esto – Battousai ofrece su brazo derecho a la joven.
Kao lanzó la espada de acero con fuera a un costado, quedando incrustada en la pared de un edificio... su larga espada negra de doble filo rojo vivo apareció en su mano, por un minuto se quedó mirando el brillo de su hoja fijamente... Cuando levantó la vista, la clavó en Tomoe y sin titubear comenzó a caminar hacia ella...
- Sabes... me estoy cansando de tu intervención continua... – dijo ella fríamente mientras empuñaba fuertemente su espada.
- ¿Qué piensas hacer? – dijo Tomoe mientras sus ojos revelaban su temor.
- Oh... cometiste varios errores hoy estúpida ángel – dijo Kao con una sonrisa macabra en su rostro – primero que nada... hoy no es un buen día para molestarme...
Kao caminaba fijamente paso tras paso... sus tacos marcaban el paso de un tiempo tan corto y tan largo que desesperaba a los presentes... y el agua que escurría por sus prendas de cuero producía un sonido único... diferente al resto del agua... tétrico...
- Segundo... no tienes orden del Corión para intervenír... – dijo mientras sus sonrisa se intensificaba y sus ojos adquirían mas brillo.
Sus pasos resonaban en la oscuridad de la noche... Tomoe sujetaba con fuerza su arco pero el temor lo tenía incrustado en sus huesos... la mirada helada de Kao la asustaba hasta un punto que jamás pensó sentir...
- Tercero... interviniste antes de que comenzara mi juicio, por lo que Battousai no se enterará de esto, entonces... la pregunta del millón es...
Kao toma la espada entre sus manos... y roza con su nariz la hoja de la misma para luego mirar a Tomoe con un brillo azul intenso en el mar negro de sus ojos.
- ¿Quién evitará que esta vez... ¡Te degüelle! – gritó mientras se abalanzaba contra ella con la espada fieramente sujeta.
CONTINUARÁ....
Desde ya MUCHÍSIMAS GRASIAS a TODOS por tomarse cinco minutos para LEER mi FIC, y dejarme un REVIEW. Y los que no pudieron gracias igual. paso a responder.
Gracias a las siguientes personas que en su momento me dejaron reviews ... no espero que lo vuelvan a hacer... pero me gustaría que siguieran leyendo
