CAPÍTULO 2: EL SUEÑO DE HARRY
- ¿Dónde… dónde estoy? – se preguntó Harry muerto del miedo – Todo está muy oscuro… ¡Y ni siquiera tengo mi varita! Calma, cálmate Harry, no eres un bebé – se dijo – Esto parece una caverna… Será mejor que camine, dicen que al final del túnel siempre hay una luz…
Dicho y hecho. El lugar estaba húmedo y hacía frío. Todo era negro, negrísimo, pero al final… al final se veía algo.
- Es… una fogata – adivinó el muchacho – Y se escuchan voces… Me asomaré.
Y lo que Harry vio lo dejó boquiabierto. Sobre la fogata, un gran caldero negro con una sustancia roja hirviendo en él. Dos hombres se encontraban a los lados del caldero, hombres con capuchas negras, conversando y riendo burlonamente. Cerca de ellos, en el suelo, otro hombre de negro, de cabello oscuro y grasoso. Parecía desmayado.
- ¡¿Snape?! – exclamó Harry aterrorizado – Dios mío ¿qué… qué está pasando aquí? Esos hombres son mortífagos. ¡Debo avisarle a Dumbledore!
Estaba por marcharse cuando un dolor intenso lo detuvo en seco. ¡La cabeza le iba a estallar! Era su cicatriz… Entonces… entonces… ¡Voldemort estaba cerca! Temeroso, buscó entre las sombras al ser que más odiaba en el mundo. ¿Dónde estaría ese maldito? ¿¡Dónde!? Todo parecía indicar que no estaba allí.
Entonces la vio. Colgada en la pared, sujeta por unas cadenas, había una mujer. Estaba como muerta, con los cabellos largos y castaños cayéndole por el rostro. ¿Estaría muerta? ¡Debo ayudarla! Pero no alcanzó a hacer nada pues la mujer había abierto los ojos de improviso, causándole aún más dolor en su cicatriz.
A punto de desmayarse por el intenso sufrimiento, Harry pudo ver que aquella mujer lo miraba fijamente, insistentemente… Y lo único que pudo recordar al caer al suelo, fueron esos extraños ojos verdes que lo miraban… esos ojos verdes que lo estaban matando…
Harry despertó sobresaltado. Estaba transpirando, y su sudor era frío e intenso. La cabeza le iba a estallar y tenía ganas de vomitar a causa del dolor en la cicatriz… su cicatriz le escocía y eso solo podía significar una cosa: Voldemort estaba cerca y, seguramente, planeando su muerte. Sabía que aquel asesino no estaría muy contento después de su encuentro del año anterior. Su sangre había servido para que el Señor Oscuro volviera a la vida, para que recuperara su forma humana, pero no lo había podido matar… Con la ayuda de sus padres había logrado escapar de aquel terrible encuentro.
Entonces, se acordó de ella y de aquellos ojos verdes, esos ojos verdes iguales a los de él. Esa mujer ¿sería seguidora de Voldemort también? Sí, así tenía que ser, de lo contrario, la cicatriz no le hubiera dolido tanto. Pero… ¿por qué? Snape, Karkarov y Lucius Malfoy eran mortífagos y nunca le había dolido la cicatriz de esa manera frente a ellos. Entonces… esa mujer… esa mujer era…
- ¿Qué haces sentado en la cama? – le preguntó Ron Weasley, el mejor amigo de Harry.
Harry se puso sus lentes y lo miró preocupado.
- Aún… aún faltan dos horas para que partamos a King's Cross – prosiguió el chico pelirrojo consultando el reloj - ¿No puedes dormir?
- Tuve… una pesadilla…
- ¿No habrás soñado con Quién-tú-sabes? – Ron estaba ahora visiblemente afligido – No puede ser posible que esté cerca, hay muchos magos tras de él. ¿Tú crees que Quién-tú-sabes…?
- Solo olvídalo, Ron – le dijo Harry volviéndose a acostar – En realidad no fue nada, si lo piensas bien, lo que ocurrió el año pasado aún está muy reciente y aunque no quiera, no puedo dejar de pensar que yo… - los ojos de Harry se llenaron de lágrimas al pensar en la muerte de Cedric Diggory.
- Fue una suerte que esos muggles te dejaran venir a mi casa antes de que terminaran las vacaciones. ¿Ya empacaste todas tus cosas?
- Sí… - le respondió Harry desganado – En esta semana en el Caldero Chorreante había logrado…
- Mejor vuelve a dormir – le dijo Ron sintiendo un nuevo escalofrío en su espalda – Mañana nos encontraremos con Hermione en el Expreso y le contaremos de… tu sueño. ¿Qué te parece?
- Ya sabemos cuál será su respuesta Ron… - y se miraron por unos segundos y luego exclamaron a la vez - ¡¡Consulta un libro!! – y se echaron a reír.
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- Bueno Harry, pienso que podrías consultar un libro… - y al instante, Ron y Harry se miraron cómplices tratando de no reír a carcajadas - … o… tal vez…
- Hermione, te pusiste pálida ¿en qué estás pensando? – le preguntó Ron un tanto preocupado.
- No, no es nada, es solo una tonta idea que se me cruzó por la mente.
- Con el regreso de Voldemort – y Ron y Hermione se quedaron sin aire al oír ese nombre – no podemos desechar una idea por más loca que nos parezca. ¿No creen?
Ron y Hermione miraron a Harry poco convencidos.
- Bien, Harry – prosiguió Hermione - ¿No piensas que tus sueños… que tus sueños pueden ser una especie de… premonición?
Ron soltó una risita.
- A pesar que dejaste la clase de Adivinación hace dos años, estás actuando igualito a Trelawney.
- ¡Ya ves por qué no quería decir nada! – chilló Hermione enojada – Por lo menos hago el esfuerzo de pensar, no como otro.
- ¡Ah no! Si pensara en tonterías como esas…
Harry ya estaba acostumbrado a las constantes peleas de sus amigos. ¿Cómo es que aún no se daban cuenta que tanta discusión era signo evidente de que se gustaban? Entonces, no pudo de dejar de pensar en Cho. ¿Qué pensaría ella acerca de la muerte de Cedric? ¿Lo culparía? ¿Creería que Voldemort de verdad había regresado? Haciendo un esfuerzo, se acordó del año pasado y de un extraño sueño que había tenido con un viejo siendo asesinado por Voldemort. Ese viejo había salido de la varita de él cuando se enfrentaron en aquel cementerio, al igual que lo habían hecho sus padres. Eso quería decir que su sueño había sido real. Entonces… no era tan descabellado lo que Hermione decía.
- ¿Tú conoces a las personas de tu sueño? – le preguntó Ron, comiendo ahora una deliciosa rana de chocolate.
- Me pareció… reconocer a uno…
- ¿Y bien? – le apremió Hermione.
- Creo que era Snape.
- ¡Lo ven! – exclamó Ron – Ese Snape no es de confiar. ¡Él está traicionando a Dumbledore! ¿Cuántas veces se los he dicho?
- ¿Y cuántas veces hemos sospechado de él y nos hemos equivocado? Por eso mismo pienso que es poco probable que esté traicionando a Dumbledore, Ron – le contestó Hermione un tanto hastiada – Si Dumbledore dice que responde por Snape y que confía en él, por algo será – y sin dejarle tiempo de rebatir, agregó – Y a aquella mujer ¿no la conoces?
- No… pero miren, supongo que esto no tiene la importancia que le estamos dando. Mejor vamos a cambiar de tema.
Ron y Hermione accedieron de mala gana.
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- ¡Bienvenidos a Hogwarts queridos jóvenes! – exclamó el director con su habitual sonrisa en el rostro, al dar comienzo al banquete de inicios de curso – Ahora que los nuevos alumnos ya han sido asignados a sus respectivas casas, tengo varias noticias importantes que darles: Como Rubeus Hagrid tuvo que ausentarse del colegio por motivos personales, la señorita Grubbly-Plank tomara su lugar al igual que el año pasado en Cuidado de Criaturas Mágicas.
Hubo un tibio aplauso de recibimiento mientras Ron, Harry y Hermione miraban a Parvati y Lavender agitar sus manos con efusión. Sin duda, ellas eran las más felices con aquel cambio. Y al lado de la profesora Grubbly-Plank estaba… ¡Lupin! ¡¡Así es que Remus Lupin había vuelto a la escuela!! Harry se sintió feliz cuando éste lo saludó desde la mesa de los profesores.
- Además alumnos, debemos darle la bienvenida a nuestro antiguo profesor Remus Lupin, quien este año ha regresado a Hogwarts para retomar su cargo de profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras.
Al contrario de lo que había sucedido con la anterior profesora, el caluroso aplauso que dieron todos a Lupin, dejó bastante en claro lo mucho que lo estimaban, aunque algunos no compartieran del todo ese sentimiento, claro.
- ¡Snape y Draco Malfoy están reventando de ira! – exclamó Ron divertido, a lo que Harry y Hermione respondieron con una sonrisa también - ¡Ahora el banquete me sabrá a gloria!
Y cuando por fin los aplausos se apagaron, Dumbledore volvió a retomar la palabra.
- Finalmente, y antes que se me mueran de hambre, como muchos alumnos de Ravenclaw ya se habrán dado cuenta, el profesor Flitwick también ha debido ausentarse del colegio este año. Es por ello que la señorita Nindë Nólatári se hará cargo de la clase de Encantamientos y será la Jefa de la Casa Ravenclaw.
Fue tal el barullo que los estudiantes de Ravenclaw armaron como señal de recibimiento a su nueva Jefe, que Harry, Ron y Hermione tardaron unos minutos en divisar a la nueva profesora. Y cuando finalmente lo hicieron…
- ¡Es una veela! – exclamó Ron boquiabierto – Ella es… muy bonita ¿no creen?
- No es una veela, Ron – le rebatió Hermione algo celosa – Y la verdad, no tiene pinta de saber mucho de encantamientos.
- Es… ¡ella! – susurró Harry paralizado - ¡Es ella! – y sintiendo nuevamente un fuerte dolor en su cicatriz cuando Nindë lo miró fijamente por unos segundos, Harry cayó sobre la mesa desmayado.
Fin del Capítulo 2
