¡¡Hola!!Ya está aquí el cap correspondiente a esta semana. Pensaba en no actualizar porque el cap anterior estaba aun muy cercano pero me puse a escribir y… salió más rápido de lo que pensé. Eso sí, les advierto que volvió a quedarme cursi, cursi… Pero me temo que no encuentro otra forma de escribir escenas de amor jijijiji Lo lamento… creo que moriré por una sobredosis de azúcar jajajajaja
En fin (y ya que han sido advertidos jijijiji) no me queda más que dedicar el presente cap a las Ron4Ever y en forma muy especial, a mi beta comadre Jany. Amiga, esta es la única forma en que puedo agradecer tu dedicación y paciencia infinita… ¡¡Gracias!!
Y ahora, los reviews:
Alexms: Gracias por tu apoyo…Puedes imaginar cómo me sentí cuando me di cuenta que mi fic estaba borrado… Supongo que nunca van a faltar los ociosos pero... ¡¡no me daré por vencida tan fácilmente!! Jajajajaja Bien, respecto a tus dudas, pues aquí algo viene sobre las conclusiones que Harry sacó y cómo se ha mantenido la relación de Nindë y Sev. Sip, tenía que encontrar alguna forma para que Tonks se quedara en el castillo, muy cerquita de cierto lobito… Y la verdad es que no es un Club de Duelo como tal, sino que más bien se asemeja al ED. ¿Querías saber qué pasaba en Hogsmeade? ¡Pues tus deseos son órdenes! Jijijiji ¡¡Disfruta!! Un beshito!!
Paula Moonlight: Bien, sí fue cortito pero te hiciste presente jijijiji Además, dijiste una gran verdad: ¡¡Cómo es capaz de distraer Severus!! Jajajaja En este cap viene lo que tanto, tanto me habías pedido… Gracias por la paciencia. Espero tus impresiones, ¿eh? Beshitos!!
Maru Snape: Amiga!! Ni siquiera te preocupes por no haber dejado review en el cap anterior. Con el teclado en ese estado pues… jajajajaja hubiese estado algo difícil. Me alegra que te gusten esas divagaciones mentales… en realidad es una forma muy cómoda para mostrar lo que están sintiendo los personajes. ¡¡Sí!! Yo también temblaba de pies a cabeza cuando me encontraba… pues... con él jijijiji De Ron, Herm, Luna, Harry y Ginny sabrás en este cap. Espero sea de tu completo agrado. Si… pobre Sev . Y lo que le queda por sufrir todavía… Bah! Cállate, cállate… XDD Un beshito!!
Indira de Snape: ¿También encontraste corto el cap? Coincidentemente todas se quejaron de lo mismo jijijiji Pero te juro que no es así… es más, cada vez me salen más y más largos… Creo que este cap no te gustará porque Sev no sale nada, nada . Pero el otro día ya te di un adelanto importante, ¿no? Así que espero que eso te ayude a tener paciencia hasta la próxima semana. Y muchas gracias por dejarme aquella frase. Me siento honrada… TQM!! Beshitos!!
Caris: Amiga!! Te digo que no fue corto… ¡¡para nada!! Pero en fin… tú pareces no creerme… Snif, snif… ¡¡Apuesto que serás una de las personas que les encante este cap!! Mira que creo que esta vez seguí al pie de la letra las instrucciones de tu doctor. Así que voy a esperar con ansias tus impresiones jajajaja Con respecto a Sev, Nindë y Remus… al final hay algo… poco pero algo. Y no te preocupes que Sirius, por lo menos en este fic, va a quedar "vivito y coleando"… No creo que "acompañado" pero por lo menos, vivo jijijiji Con respecto a Voldemort… ¡¡no te voy a decir nada!! Lee entre líneas y saca tus propias conclusiones muajajaja Eso es todo. Un beshito, Reina del Twister!!
Amsp14: Ani!! Ni siquiera te preocupes por lo de los mensajes… No se trata de que cada vez que actualizo, tú tengas que dejar review de inmediato…Además, sabes lo que me gustan tus comentarios así que tómate todo el tiempo que estimes necesario. ¡¡Lo menos que quiero es que te estreses!! Jijijiji Con respecto a tus dudas pues… Ais… no puedo evitar caer en lo tierno (ya verás cómo en este cap me paso con el azúcar de nuevo jijijiji). Al final hay algo de las conclusiones que Harry sacó… Verás, terminaron por afectarlos a todos… Con Voldemort… él ya sospechaba que Sev estuviese enamorado de Nindë, por algo mandó a Lucius al cementerio para advertirle… Y ahora que descubrieron la verdadera identidad de ella pues… terminó de convencerse. Ron, Luna, Herm, Harry y Ginny tienen este cap especial solo para ellos y en él quedan despejadas varias incógnitas que creo tenías. De Tonks, Remus y Nindë… paciencia, paciencia… todo a su tiempo. Beshitos!!
Ya terminé. Entonces, no me queda más que desearles una buena lectura jijijiji ¡¡Diviértanse!!
CAPITULO 24: ¡ALGUNAS VECES, SAN VALENTIN TAMBIEN SE EQUIVOCA!
(¿O no?)
El tiempo pasó a una velocidad alarmante para todos los habitantes del castillo. En un abrir y cerrar de ojos, las vacaciones de Navidad quedaron atrás, dejando tras de sí una cantidad asombrosa de deberes por realizar y una renovada presión por las MHB y EXTASIS que los alumnos de quinto y séptimo año debían rendir, respectivamente. Antes de que pudieran darse cuenta, había llegado Febrero (con un clima más húmedo pero menos frío) y la perspectiva de la segunda excursión del año a Hogsmeade. Con muy poco tiempo para conversar con Cho desde lo ocurrido en el Baile de Navidad, Harry se vio enfrentado, de pronto, a la idea de pasar todo el día de San Valentín junto a la buscadora de Ravenclaw.
Visiblemente menos entusiasmado de lo que se podría esperar, el Elegido se levantó un poco antes que sus compañeros la mañana del 14 de Febrero. Luego de darle demasiadas vueltas al asunto, por fin había tomado una decisión y no pensaba dar marcha atrás. Tomó con sumo cuidado un trozo de pergamino de debajo de su almohada y bajó a la Sala Común. Se detuvo un momento frente a la chimenea, pensando si aquello era realmente lo correcto. Una dulce sonrisa se coló entre sus pensamientos y… terminó por convencerlo. "Vamos, Harry, tienes que hacerlo… Es la única oportunidad que tienes de encontrarte a solas con ella para pedirle… pedirle… eso". Entonces salió por el orificio del retrato y se dirigió a la pajarera de las lechuzas.
Cuando entró en la pajarera, la luz que se colaba por las ventanas sin cristales lo deslumbró. En las vigas de esa habitación circular había posadas cientos de lechuzas, un poco inquietas con las luces de la mañana. Cuando Hedwig divisó a Harry sobre el suelo de paja, extendió sus grandes alas blancas y descendió hasta posarse en su hombro derecho.
- Esta vez no puedo utilizarte, Hedwig, pero te traje algunas golosinas para que no te enfades conmigo – de su bolsillo sacó unas cuantas chucherías para lechuzas y se las ofreció a su mascota – De todos modos, se trata de un viaje corto (cortísimo para ser más exacto) así que no te pierdes de nada. Es un mensaje anónimo, ¿sabes? Y si te mando a ti, ella sabrá de inmediato quién lo envía. Lo entiendes, ¿verdad?
El ave ululó débilmente y miró al chico con cierto reproche. Un minuto después, sin embargo, Harry veía con asombro cómo su blanca mascota hacía bajar (a punta de picotazos) a una lechuza marrón del colegio.
- Gracias – le dijo el ojiverde un poco más animado mientras la observaba engullir las últimas golosinas. Dirigiéndose esta vez al ave que llevaría su encargo, añadió – Tienes que entregarla hoy. Sí, ya sé que no es un viaje largo pero… - y se encogió de hombros – para eso estás aquí, ¿no? Además, te voy a dejar de los mismos dulces que le traje a Hedwig – atando el pergamino a una de sus patas, puntualizó – No esperes respuesta. Solo entrégale el mensaje y vuelve a la pajarera. Aquí tienes las golosinas.
Una vez que terminó de digerir la "recompensa" que Harry le había ofrecido, la lechuza salió disparada por una de las tantas ventanas de la habitación. El corazón del muchacho se estremeció al ver al ave desaparecer de su campo visual… En ese pergamino iba una propuesta fruto de, posiblemente, su último arrebato de valentía y coraje.
o o o o o o O O O O o o o o o o
Cuando llegó al Gran Comedor, vio cómo cientos de lechuzas entraban al lugar, volando por las ventanas más altas del Salón. Las aves bajaban hacia las mesas llevando cartas y paquetes a sus destinatarios, provocando aquel característico rugido de cada mañana.
Jugando con los cereales de su plato, Harry divisó a Ron, sentado en medio de la mesa de Gryffindor. Se extrañó de no ver a Hermione junto a él pero decidió no preocuparse por ello. Seguramente habrían discutido una vez más y en uno o dos días volverían a tratarse con la misma familiaridad.
- ¡Hola, Ron! – exclamó el ojiverde mientras se sentaba frente a su amigo. Ya se preparaba una tostada cuando el pelirrojo finalmente le contestó.
- ¿Has visto a Hermione?
- No. ¿Por qué?
- Estuve esperándola en la Sala Común y nunca bajó.
- ¿Y qué hay con eso? Se habrá quedado dormida…
- O estará arreglándose para su "fabulosa" cita – masculló entre dientes.
- ¿Descubriste con quién se va a encontrar?
- No… pero me encantaría saberlo para partirle la cara…
Harry se atragantó.
- ¿Cómo?
- Nada, nada… Es solo que hoy amanecí de muy mal humor.
- Pobre Luna…
- Eso, búrlate… Pero tú no estás en mejor situación que yo, ¿sabes? – le contestó mordaz.
- No veo de qué te quejas, Ron. Si ese día hubieses cancelado tu cita con Luna, hoy estarías feliz junto a Hermione. Esa noche…
- Me faltó coraje – completó el pelirrojo.
- ¡No! Escucha, lo que yo quería decir…
- ¡Oh, vamos! Esa es la verdad, Harry: me faltó coraje… Pero es que cuando desmintió de aquella forma lo de nuestro… "noviazgo", me puse a pensar si de verdad valía la pena confesarle mis sentimientos… ¿Y si ella no me corresponde? ¿Y si pierdo lo único que tengo que es su amistad?
- Pues nunca lo vas a saber si no se lo preguntas.
En ese preciso instante, Hermione hizo acto de presencia en el Gran Comedor. Era evidente que se había esmerado en su arreglo y no solo Ron y Harry se dieron cuenta de ello.
- ¡Buenos días! – saludó la chica animadamente.
- Se te hizo un poco tarde, ¿verdad? – preguntó el ojiverde.
- Mmmm… algo – contestó la morena, tomando un sorbo del jugo de calabazas de Ron.
- ¿No vas a desayunar? – interrogó el pelirrojo de mal talante.
- No. Quedé de pasar todo el día con mi… acompañante y eso incluye el desayuno. De hecho, creo que ya me voy. Lo más seguro es que no nos veamos en Hogsmeade así que les deseo que pasen un muy buen día. ¡Adiós, chicos!
Ron observó fijamente a Hermione hasta que desapareció tras las puertas del Gran Comedor. Parecía tan contenta, tan decidida… Entonces tuvo la certeza de que aquel día debería haberlo compartido solo con ella… con nadie más que con ella.
o o o o o o O O O O o o o o o o
Harry y Cho llevaban un buen rato mirando vidrieras cuando unas frías y gruesas gotas de lluvia empezaron a golpearlos insistentemente en la cara y en la nuca.
- ¿Por qué no tomamos un café? – propuso el ojiverde. La verdad era que la hora estaba acercándose y todavía no hablaba con Cho sobre "ese tema".
- Me parece bien – respondió la joven.
- ¿Vamos a Las Tres Escobas?
- Mmmm… ¿no te parece que ese lugar siempre está abarrotado de gente? Mejor vamos al Salón de Té de Madame Pudipié. Queda cerca de aquí y es muy agradable.
- Está bien – concordó, encogiéndose de hombros – Como quieras…
Cho guió a Harry por una calle lateral a La Casa de las Plumas, hacia un negocio pequeño y caluroso donde todo parecía estar decorado con volados y moños.
- ¡Qué lindos adornos! – exclamó la buscadora mientras se sentaban en la única mesa libre de quedaba – Obviamente es con motivo del día de San Valentín. Esos querubines de la entrada son adorables, ¿no te parece?
- Eh… sí, claro – mintió el muchacho.
- ¿Qué les traigo, queridos? – preguntó una mujer muy robusta, peinada con un negro y reluciente moño. Seguramente se trataba de Madame Pudipié.
- Dos cafés, por favor – pidió Cho – No habíamos tenido mucho tiempo para conversar después de lo del Baile de Navidad, ¿cierto?
- Sí… y aprovechando la oportunidad, yo quisiera…
- Me angustié tanto cuando me dijeron que te habían llevado a la Enfermería… Desde lo de… Cedric, tengo la permanente sensación de que en cualquier momento puedo perder… a un… ser querido – y se ruborizó violentamente.
- Gra… gracias – balbuceó el ojiverde, sintiéndose algo incómodo con semejante revelación. Eso lo hacía todo aun más difícil…
Un tenso silencio los envolvió a ambos hasta que Madame Pudipié volvió junto a ellos, llevando lo que habían pedido.
- Bueno, pero no estamos aquí para hablar de cosas tristes… - afirmó Cho una vez que la mujer abandonó su mesa. Y mirando alrededor, añadió – Este año vino mucho más gente…
- ¿Viniste el año pasado?
La chica asintió mientras bebía un sorbo de su café.
- Con alguna de tus amigas, supongo. ¿Con… Marietta, tal vez?
- ¡Oh, no! El que me trajo fue… Cedric. Y Roger Davies me invitó hace algunas semanas. Sí, Roger. Pero yo le dije que no. ¡No podía dejarte plantado sabiendo lo que esta cita significa para ti! Porque… hay algo que quieres pedirme, ¿verdad?
Harry comenzó a sentirse molesto y lo peor es que no sabía muy bien el por qué.
- Bueno… sí quiero… decirte algo pero me temo que no es…
- ¡Lo sabía! – exclamó la ravenclaw con actitud triunfante – Marietta me aseguró que no te atreverías nunca a… ¡Pero si es evidente desde que nos conocimos hace dos años!
- ¿Ah, sí? – aquellas palabras habían herido su orgullo propio. ¿Qué era lo tan evidente? La molestia estaba dando paso al enojo...
- Pues… verás… es que… ¿sino por qué otra razón me invitarías al Baile y a salir contigo? Mira, Harry, yo preferí a… a Cedric porque teníamos la misma edad pero… eso no significa que tú… la verdad es que tú siempre… ¡Bah! Pero no quiero quitarte el privilegio de…
Y el enojo dio paso a la ira…
-… así que te escucho. A… adelante, ya no voy a interrumpirte más, lo prometo.
- ¿Sabes una cosa, Cho? Es cierto, no te equivocas: hay una chica que hace tiempo me gusta y… y tienes que saber que… que no eres tú.
- Así es, mi padre es el director de El Quisquilloso. Él publica historias importantes que cree que el público debe conocer. No le importa ganar dinero.
- Eso explica el artículo sobre Fudge, el Aplastaduendes – le dijo en forma mordaz.
- Y eso no es todo. Se dice que, además, utiliza el Departamento de Misterios para fabricar pociones terribles que hace beber a todo el que no está de acuerdo con él. Y luego está su umbugular slashkitter…
- Sí, sí, ya entendí la idea – replicó el pelirrojo en tono cansino. ¿Qué hacía allí, en Las Tres Escobas, con la chica más chiflada de todo Hogwarts? Había pensado que Hermione y su "misterioso" acompañante estarían allí (como la mayoría de los estudiantes del colegio) disfrutando de aquel maravilloso día de San Valentín pero… se equivocó. ¡Demonios! ¿Quién era el chico que pretendía seguir los pasos de Viktor Krum en el corazón de su amiga? ¿Y dónde podrían estar ahora? ¡¡Y por qué no podía sacársela de la mente!! Miró a Luna Lovegood y sintió remordimientos. No estaba haciendo ni el más mínimo esfuerzo por conocer a aquella ravenclaw y ella no tenía la culpa de que él fuese tan… necio - ¿Quieres otra tacita de alhelí? – preguntó un poco más resignado de su suerte, interrumpiendo una "deprimente" plática sobre el supuesto ejército privado de heliópatas que mantendría el Ministro de la Magia.
- Oh, no, gracias – contestó la chica a la vez que mojaba la cebollita de cóctel en su bebida – Mejor, ¿por qué no me cuentas algo de ti? No sabía que eras tan bueno para el Quidditch... ¡Si te luciste el otro día cuando jugaron contra Hufflepuff!
- Bien… yo… gracias – balbuceó, visiblemente apenado. "Tal vez esta cita no resulte tan mal como lo pensé..."
- ¿Sabes? Para tu próximo partido conseguí un gorro con forma de cabeza de león. Es de tamaño natural y ruge de una forma extraordinaria cuando le das unos golpes con la varita. Ya lo verás… ¡te parecerá genial!
El pelirrojo imaginó a Luna llevando el gorro precariamente sobre su cabeza mientras se acercaba a la mesa Gryffindor con claras intenciones de infundirle ánimos.
- "No, no es tan malo… ¡es peor de lo que pensé!"
En ese instante, Hermione pasó caminando frente a una de las ventanas de Las Tres Escobas, con un gran ramo de rosas rojas entre sus manos. Y Ron la vio y no pudo contenerse. Ofreció a Luna una muy precaria disculpa y salió con rapidez del local, dispuesto a dar alcance a la morena. Una fina llovizna caía en ese instante sobre Hogsmeade.
- ¡Hermione! ¡HERMIONE!
La chica volvió tras sus pasos y le sonrió inocentemente.
- ¿Sí, Ron? ¡Vaya! Pensé que estarías en tu cita con… Luna.
- Y lo estaba pero… ¡Argh! ¡¡Eso no es lo importante!! ¿Quién te dio esas flores?
- ¿Perdón? Creo que eso no es asunto tuyo.
- ¿Cómo que no? ¡SE SUPONE QUE SOY TU NOVIO!
- Así que novios, ¿eh? Pero resulta que cuando eres tú quien sale con otras chicas ¡ni siquiera lo recuerdas! Eres imposible, Ronald Weasley.
- ¡Me estás haciendo quedar en ridículo, Hermione!
- Y qué crees que estoy haciendo yo ¡¡cuando todos los demás me ven pasar sola el día de San Valentín mientras tú coqueteas descaradamente con esa… con esa… Luna!!
- ¡¡Yo no he estado coqueteando con na…!! ¡Un momento! ¿Dijiste sola? ¿Sola? ¿Y esas flores? ¿Y tu supuesta cita?
La morena puso los ojos en blanco y reanudó la marcha. Entonces Ron la detuvo por un brazo y…
- Espera, Hermione.
- ¿Qué quieres ahora? – le espetó malhumorada.
- Yo… - "Vamos, díselo hombre" – Yo quiero que sepas… - "Eso, díselo…" – Hermione… - "¡Díselo ya!" – Me… ¡me gustas mucho y quisiera que fueses mi novia!
Cho no se lo había tomado muy bien que digamos… En fin, eso no era lo importante ahora. Se le había hecho tarde y era posible que ella…
- "No, no, ¡no! Ella va a estar ahí, esperando saber quién fue el chico que la citó… ¿Cómo reaccionará al verme? ¿Se decepcionará? ¿Se… enfadará? De cualquier manera, lo hecho, hecho está y…"
Los pensamientos del ojiverde se detuvieron de golpe al ver a la pequeña Weasley sentada en un tronco, cerca de la Casa de los Gritos.
- Gi… Ginny – murmuró. Tenía la boca seca.
- ¿Harry? – preguntó la pelirroja, extrañada. Lentamente se puso de pie y se acercó al muchacho - ¿Qué… qué estás haciendo aquí? Acaso ¿fuiste tú quien…?
Harry asintió.
- Entonces… no entiendo. ¿Para qué querías verme a solas? ¿Y por qué no firmaste el mensaje?
- Porque pensé que si sabías que era yo pues… no vendrías.
La joven no dijo nada pero sus mejillas se sonrojaron con asombrosa facilidad. El ojiverde carraspeó, nervioso.
- Ginny… - y la tomó cariñosamente de las manos – Yo sé que es difícil de creer y… y es posible que no sientas lo mismo pero… pero tú… tú… me gustas… me gustas desde hace tiempo…
Un incómodo silencio los embargó. Harry quería salir corriendo pero sus piernas no le obedecían.
- ¿Y… Cho? – preguntó finalmente la pelirroja.
- Bien… - y se encogió de hombros – No se puso muy contenta cuando se lo dije pero…
- ¡Se lo dijiste! – exclamó sorprendida.
- Pues… sí… - confirmó Harry, sintiendo sus propias mejillas enrojecer violentamente – No podía… no podía pedirte que… que salieses conmigo si ella aun…
- ¡Oh, Harry! – y lo abrazó con dulzura – Tenía… tenía tanto miedo de volver a fijarme en ti que…
El chico esbozó una sonrisa mientras correspondía al abrazo tímidamente.
- ¿Qué… qué dijiste? – preguntó Hermione totalmente anonadada. Las bonitas rosas que sostenía en sus brazos ahora se deshojaban en el piso junto a la suave llovizna que caía sobre ellos.
- Lo… lo que escuchaste. Sé… sé que hace tiempo debí habértelo dicho pero… no me atrevía por si tú… no sentías lo mismo…
- ¿Por eso… por eso no soportas a Viktor?
- ¿Por qué piensas en Vicky justo en este momento, Hermione?
La morena sonrió. Ron no pudo dejar de notar lo bonitas que se veían sus mejillas con ese color carmín.
- ¿Y qué pasa… con Luna?
- ¿Luna? Yo… yo solo acepté salir con ella para… para…
- ¿Darme celos?
El pelirrojo estaba tan colorado que no cabía ninguna duda de que así había sido.
- Ron… - murmuró y lo abrazó tiernamente – Yo pensé que tú… que tú me querías solo… solo como a una amiga…
- Bueno… eres una amiga muy, muy especial pero yo… yo quisiera que fueses… algo más… - su voz se había ido apagando hasta convertirse en un murmullo.
- ¿Estás… seguro?
- Demasiado… - aseguró con un hilo de voz – Tú… tú quisieras…
- Tú… tú también me gustas… y mucho… por lo que mi respuesta… es… sí.
- ¿De verdad? – preguntó emocionado – Entonces… entonces…
La morena asintió, se puso en puntas de pie y lo besó en la mejilla. Luego lo tomó de la mano y lo instó a que caminasen juntos de regreso al castillo.
- Hermione…
- ¿Qu…?
La chica no pudo terminar la pregunta. Cuando se vino a dar cuenta, Ron ya la rodeaba con sus brazos y posaba sus labios sobre los de ella, en un beso tierno y tímido.
- Entonces, ¿fue por eso que este año comenzaste a hablarme? – preguntó Harry a la pelirroja sin deshacer el abrazo que los unía.
- Pues… sí – admitió Ginny, acomodando su cabeza sobre el hombro del ojiverde – Me convencí de que nunca te… te fijarías en mí así que… traté de conocer a otros chicos hasta que… me invitaste al Baile de Navidad. Entonces supe… supe que aun me… gustabas y que… que siempre sería igual.
- Entonces… ¿aun te intereso? ¿No se trató de un… de un enamoramiento pasajero?
La pequeña Weasley se separó de él y frunció el ceño.
- ¿Enamoramiento pasajero? – repitió - ¿Quién te dijo eso?
- Ron.
- ¿Ron? ¿Qué tiene que ver mi hermano en todo esto?
Harry lo pensó un momento y sonrió. ¡Así que a eso se refería cuando le dijo: "Sencillamente me acabo de dar cuenta que existen hombres más ciegos que yo"!
- ¿Harry?
- ¿Eh? No, no es nada importante… olvida lo que dije, ¿sí? Mejor… me gustaría que me dijeras si… si aun te interesa conocerme y… salir conmigo…
- ¿Tú… tú que crees? – preguntó la pelirroja, arqueando una ceja.
- Bien… - y sintiéndose algo abochornado, se acercó a ella nuevamente -… supongo entonces que…
- ¿Que…? – apremió Ginny, acercándose también.
- Yo podría bes… – a esas alturas, podía contar todas las pecas que tenía en la nariz.
- Sí porque… tú también… me gustas mucho… Harry.
El ojiverde se perdió un momento en la profundidad de los ojos de Ginny, para luego unir sus cálidos labios a los de ella en lo que sería su primer beso de amor.
o o o o o o O O O O o o o o o o
Nindë se dirigía, con cierta parsimonia, hacia sus habitaciones privadas. La mayor parte del día se había dedicado a corregir unas composiciones de los chicos de tercer y cuarto año. En honor a la verdad, tendría que haber planificado también las clases de los cursos más avanzados pero "algo" rondaba su cabeza insistentemente, impidiendo que se concentrara lo necesario en sus labores. Y ese "algo" se llamaba Remus y la conversación (nada grata, por cierto) que tenía pendiente con él.
La elfa frunció el entrecejo, preocupada. Cada vez que intentaba abordar el tema con el licántropo, éste salía con una excusa de quién sabe dónde y se marchaba dejándola más angustiada. Y mientras más tiempo pasara pues… No sabía por qué, pero tenía la ligera impresión de que el profesor de Defensa sospechaba lo que ella tenía que decirle y por eso la evadía intencionalmente. Llevaba más de un mes comportándose en forma extraña y los comentarios e indirectas de Sirius no hacían más que ratificar sus impresiones. Hasta Harry parecía haber cambiado con ella…
Suspiró. Por lo menos las cosas con Severus marchaban… mejor. O eso parecía. Desde aquella plática, no habían vuelto a tocar el tema de "sus sentimientos" ni él tampoco le había dado una respuesta, sin embargo, había algo... algo que cambió la relación de ambos para siempre. Claro, estaba consciente de que para el mago oscuro era difícil y doloroso tomar una decisión con respecto a su "posible futuro en común" (y más cuando ella podía correr con el mismo destino que Florence Snape) pero la verdad era que no tenía prisa. Es más, le encantaba esa complicidad que ahora parecían compartir… Esas miradas que la dejaban sin aliento, las sonrisas sarcásticas que se dibujaban en su rostro cuando se encontraban por los pasillos, los besos robados al final de alguna clase particular… Sí, definitivamente las cosas marchaban mucho mejor.
Una sonrisa se asomó en sus labios pero se desvaneció con la misma facilidad que había aparecido, cuando vio la puerta de su cuarto abierta. El corazón se le aceleró de golpe. ¡Demonios! ¿Sería posible que ellos hubiesen entrado en el castillo? Seguramente habrían estado registrando sus cosas, esperando encontrar el Antyw… ¿Y si todavía estaban allí, esperándola? Sacó la varita y la sujetó con fuerza en su mano derecha. Entró despacio y aguzando el oído…
- Lumos… - susurró. Entrecerró los ojos, todo parecía estar en orden…
La varita de Nindë cayó al suelo con estrépito cuando unos fuertes brazos se cerraron alrededor de su cintura. Alguien estaba sujetándola por detrás y, por la fuerza de sus movimientos, quedaba claro que se trataba de un hombre. Presa del pánico, trató de pedir ayuda pero fue en vano: su grito se vio ahogado por una de las manos de su atacante, quien bruscamente cubrió su boca antes de que algún sonido saliera por ella. Se sintió desfallecer. ¡Estaba perdida! Totalmente perdida…
Fin del Capítulo 24.
¿Y? ¿Qué les pareció? jijijiji Tengan una buena semana. ¡¡Muchos beshitos!!
Clau de Snape.
