Capitulo 4: Luna llena
Ya era de noche cuando los chicas pudieron reunirse y hablar.
- Eli¿hablaste con Black? - pregunto Lily.
- No, desde la clase de Transformaciones no he cruzado ni una palabra con... él - dijo rápidamente, como si lo tuviera preparado.
- Fue detrás de ti a la hora de la comida - dijo Ann.
- Pues no me alcanzo - dijo tajantemente.
- Ah - dijeron sus dos amigas.
- Vamos a dormir, ha sido un día muy largo - dijo Eli metiéndose en la cama.
- Si, luces fuera - dijo la pelirroja también metiéndose en la cama.
Mientras en la habitación de los chicos...
- Lunático¿qué puñetas estas mirando? - dijo Sirius mientras Remus daba vueltas alrededor suyo mirándolo por todas partes.
- Estoy buscando... pero no encuentro - respondió el chico unos minutos después.
- ¿Qué buscas? - pregunto Sirius sentándose en la cama y poniéndose el pijama.
- Indicios de que Elísabeth te ha mordido, arañado, golpeado o cualquier agresión física que te haya podido causar - dijo entre risas.
- Ja ja ja - dijo Sirius sarcástico - pues no -
- ¿Entonces no hablaste con ella? - pregunto James desde el baño.
- Si, la alcance, le pregunte que porque estaba cabreada y me mando a la mierda - se encogió de hombros intentando parecer convincente - lo de siempre -
- Ah - dijeron los chicos.
- A dormir -
- Buenas noches -
Pasaron varias semanas y las cosas seguían igual. James seguía molestando a Lily, la cual hacia esfuerzos para no lanzarse a su cuello y matarlo, Ana y Remus hablaban mucho y se llevaban muy bien, y Elísabeth seguía ignorando a Sirius y hacia como si este no existiera, lo cual sacaba a Sirius de sus casillas. Pero se acercaba la luna llena y los chicos tenían que planearlo todo para esos tres días.
Dos días antes de la luna llena, en una de las clases de transformaciones, Ann y Rumus reían por que Sirius estaba coqueteando con una chica y resultaba muy gracioso. Ann se fijó en Elísabeth, la cual miraba con cara de pocos amigos la escenita, entonces Sirius se giró y le dijo algo al oído, por lo que la cara de Eli cambio a cara de odio mientras le daba la espalda al chico.
- Oye¿recuerdas aquel día en el que Sirius se fue tras Eli a la hora de la comida? - preguntó Ann de repente a Remus.
- Si, fue el primer día de clase,... no tardaron mucho en discutir¿verdad? - le respondió el chico mientras se reía.
- Si, eso es cierto - le dijo ella también riendo - ¿os contó Sirius si hablo con ella? -
- Si, nos dijo que la alcanzo y que le preguntó el por que de su enfado... -
- Pregunta tonta - dijo Ann negando con la cabeza.
- Si, ya... y que Eli le mando a la mierda -
- Muy interesante - dijo la chica pensativa.
- ¿Interesante? Si es lo de siempre - dijo Remus sin entender.
- Es interesante por que Eli nos dijo que él no la había alcanzado - Remus la miró con los ojos abiertos de par en par - es obvio que mienten -
- Sirius sería incapaz de mentirnos a nosotros - le contesto el chico frunciendo el entrecejo.
- Pues te ha mentido... ese día paso algo más... si hubiera pasado lo que Sirius os contó, Eli no hubiera tenido ningún inconveniente en decirnos a nosotras "lo mande a la mierda" pero nos dijo que no hablaron... puede ser que Sirius no os haya mentido, sino que simplemente no os contó toda la verdad,... omitió un parte de la historia... - dijo al ver la cara de enfado que ponía Remus - sin embargo Eli a nosotras si nos ha mentido... tengo que hablar con Lily para hacer algo... -
- No la acorraléis, si intentáis interrogarla no hablara - dijo sabiamente el chico.
- Nosotras no vamos hacer nada... y ella nos lo contara todo solita... sin forzarla - dijo Ann con una sonrisa maliciosa en la cara.
- ¿Cómo vais hacerlo? -
- El chantaje emocional y el sentimiento de culpabilidad es algo que nosotras manejamos muy bien... ella se sentirá tan mal y culpable por su mentira que lo contara todo - dijo Ann con voz de triunfo y un brillo de malicia en los ojos.
- Das miedo - Remus se alejo un poco de ella mientras se reía.
- Je je je... lo se... je je je - ambos rieron hasta el final de la clase.
En un momento en el que Sirius no estaba con ellos, Remus le contó a James su conversación con Ann y ambos decidieron que tenían que sonsacarle la verdad a su amigo y que mejor momento que la luna llena, que era pasado mañana.
Las chicas también pensaron lo mismo, tenían que saber la verdad, Ann había quedado con Remus en que si elles averiguaban la verdad antes se la contarían a ellos y viceversa.
Y así pasaron un par de días y llego la luna llena.
- ¡Bien! Esta noche es luna llena ¡por fin! - dijo Sirius muy contento después de la última clase del día.
- Si, por fin... hay muchas cosas que planear - dijo James también muy contento.
- Tenemos que ir a... por comida para la noche,... a por chocolate para Lunático,... a por algunas vendas y... pociones... por si acaso nos metemos en líos - enumeró Sirius mientras se dirigían hacia la sala común.
- Si, tienes razón, hay que preparar muchas cosas - dijo Remus - voy... -
- No, tu te quedas aquí, dentro de un rato vendrá la señora Pomfrey a por ti,... Sirius y yo nos ocupamos de todo - dijo James decidido - ¿verdad Canuto? -
- Si, nosotros nos ocupamos de todo, confía en mi - dijo sonriendo.
- Gracias chicos - dijo Remus mientras se dirigía a encontrarse con la enfermera.
- Vale, nosotros pongámonos en marcha - le dijo a Sirius, el cual asintió mientras sacaba la capa de invisibilidad de la mochila de James.
Miraron a un lado y al otro y en cuanto vieron que no había moros a la costa se pusieron la capa y se fueron a la enfermería. Aprovecharon que la enfermera estaba acompañando a Remus hacia el árbol para entrar y hacerse con todos lo materiales que necesitaban.
- Vamos rápido,... coge eso... si eso y... -
- Esto también nos servirá -
- Aja,... muy bien... creo que... ya lo tenemos todo -
- Si,... rápido, Cornamenta, cúbrete... he oído pasos -
Pero a James no le dio tiempo de meterse bajo la capa y alguien le sorprendió.
- Potter¿qué haces en la enfermería? -
- Eeeeeeehhhhhhh... qué pasa Evans ¿tanto te preocupa mi salud? -
- A mi tu salud me importa un comino -
- Entonces por que tanto interés - preguntó James sonriente.
- Ahora eres delegado, y... mi intuición... me dice que tramas algo, sólo quiero advertirte, si se te ocurre causar cualquier... -
No le dio tiempo a terminar la frase por que James la silencio dándole un pequeño y dulce beso en los labios.
- No te preocupes, mi princesa, volveré a casa sano y salvo - le dijo al oído.
Dicho esto se marcho corriendo hacia donde creía que estaría Sirius debajo de la capa esperándolo.
Cuando giro la esquina se encontró a Sirius que le esperaba alucinado por lo que acababa de hacer.
- Cuando la fiera pelirroja te coja te va a matar - fue lo único que le pudo decir Sirius mientras corrían hacia la cocina.
- Valdrá la pena morir por un beso suyo - le contesto James sonriente mientras abría la puerta de la cocina.
Allí se abastecieron de toda la comida que pudieron llevar en las mochilas. Se volvieron a cubrir con la capa de invisibilidad cuando estuvieron en la puerta de la cocina.
De allí se dirigieron hacia el sauce boxeador que estaba cerca del bosque, donde habían quedado con Peter. Una vez allí, Peter se transformo en rata (no le hizo falta mucho esfuerzo, ya lo es) para apretar el nudo y que así el árbol se quedara quieto. James y Sirius se despojaron de la capa y se transformaron en un hermoso ciervo y un gran perro negro, respectivamente. Los tres animales se introdujeron en el hueco que había aparecido en el tronco del peligroso sauce boxeador.
Mientras en otra parte del castillo, una chica pelirroja estaba en estado de shock en un pasillo cercano a la enfermería, seguía mirando al infinito, mientras se rozaba los labios con la yema de los dedos y sonreía tontamente. De repente salio de ese estado y puso una cara de enfado impresionante.
- Potter, como te coja te mato - dijo para si misma.
- ¿As encontrado a los merodeadores? - preguntó Ann que se le acercaba por detrás.
- Si, Potter acaba de salir de la enfermería - dijo muy cabreada.
- Traman algo - dijo Eli mientras se acercaba a donde estaban sus amigas.
- Vamos a buscarles - propuso Ann.
- No - la miraron extrañadas - si piensan hacer algo,... que es lo más seguro,... no lo van hacer ahora,... sino más tarde - dijo Lily convencida.
- Propones que nos vallamos a dormir y luego en mitad de la noche salgamos a buscarlos -
- Si, eso haremos - dijo la pelirroja decidida.
- Pero... -
- Pero nada - se giro y encaró a sus amigas - hacedme caso,... ahora no van hacer nada,... saben que los estamos vigilando... pero mas tarde... fijo que los pillamos con las manos en la masa -
- OK, si tu lo dices - dijo Ann - Vamos -
Las chicas se encaminaron hacia su habitación, una vez en el cuarto pusieron el despertador para que sonara a las tres de la mañana.
- Pero... ¿y si están en su cuarto durmiendo a esa hora? A mi no me apetece despertarme para nada - dijo Eli con el entrecejo fruncido.
- Bueno... pues... vamos al cuarto y si no están, salimos a buscarlos -
- OK, cuando hayáis visto que no están me venís a despertar -
- ¿Y te vas a perder ver a los chicos en pijama?... ¿o sin pijama? - preguntó Ann con sonrisa picara.
- No vamos allí para eso... - dijo Lily nerviosamente mientras se ponía más colorada que su pelo - Díselo Eli -
- Si conseguís despertarme voy a donde queráis - dijo la chica mientras se metía en su cama y dando por zanjada la discusión.
Las chicas se acostaron y a los cinto minutos se quedaron profundamente dormidas.
Mientras ellas descansaban, cuatro animales, un ciervo, un gran perro negro, un lobo y una rata, vagaban libres y felices por las lindes del bosque. Los cuatro animales fueron al pueblo y tanto el ciervo como el perro estaban muy alerta por si aparecía un humano y tenían que contener al lobo. Al rato decidieron volver al bosque.
Ya eran las tres, cuando sonó el despertador, pero no fue Lily ni Ann quien se levanto a apagarlo, fue Elísabeth.
- Las mato, las mato... ¿pero que demonios...? - dijo la chica al darse cuenta de que sus amigas se habían acostado con tapones en los oídos para no escuchar el despertador - bien,... ni modo... ellas lo han querido - dijo con una sonrisa maliciosa.
Con mucho cuidado se acerco a sus amigas para quitarles los tapones de los oídos, cuando lo consiguió cogió su varita he hizo un hechizo para silenciar las camas de las chicas, para que Glory y Cris no oyeran nada. Se acercó a su baúl y cogió su walkman, eligió la canción más ruidosa que encontró, se acercó a las camas de sus amigas y haciendo un conjuro, aparecieron dos pares de auriculares, puso cada uno en cada una de sus amigas. Espero dos segundos y dio al play. Ann y Lily saltaron de la cama y comenzaron a chillar.
- Bien,... veo que ya estáis despiertas - dijo Eli muy bajito con un sonrisa de oreja a oreja.
- Que has dicho,... no te oigo - gritó Lily.
- Creo que estoy sorda,... ¿que ha pasado? - gritó Ann.
Las dos chicas pararon de chillar y se quedaron mirando a Eli que las miraba con una sonrisa de triunfo.
- Eres una... - gritaron las dos a la vez.
Eli saco una libreta y escribió algo.
"Yo gano. Tranquilizaros. El efecto pasara pronto. Volveréis a oír. Don't worry, be happy" acompañado de un dibujo de una carita sonriendo.
Ann y Lily la miraron con cara de odio y empezaron a vestirse, mientras Eli sonreía abiertamente.
- Venga, ya que me he despertado quiero saber si están en sus camas - dijo Eli desde la puerta.
Se encaminaron hacia el cuarto de los chicos.
- Shhhhhhh, no hagáis tanto ruido - dijo Ann.
- ¿Y oyes bien? - preguntó Eli divertida.
- Si,... ya oímos bien,... por cierto... muy buena la broma,... pero sabes que quien ríe el ultimo ríe mejor - dijo Lily en plan malicioso.
- Si, ya me sabia ese refrán... pero no veo a que viene ahora - dijo angelicalmente.
- ¡Callaos las dos! Hay que ver si están en su cuarto - las silencio Ann.
Las chicas caminaron por el pasillo y pronto llegaron a una puerta en donde vieron algo.
- "Cuarto de los inteligentes y guapos Merodeadores (Sirius, James, Remus,... Peter) y del imbécil y estúpido de Clarky" - leyó Ann.
- Son idiotas - dijo Lily negando con la cabeza.
- No... bueno... si... lo que ocurre es que son hombres - dijo Ann mientras se reía.
- Fijo que esto es idea de Black - añadió Eli abriendo la puerta.
Las chicas se acercaron a una de las camas y abrieron las cortinas, lo que vieron les dejo sin palabras y les hizo reír mucho. Clark dormía placidamente con un pijama de los osos amorosos y abrazado a un gusiluz.
- Nunca me habría imaginado esto de Clarky - dijo Ann atónita.
- Esto se merece un recuerdo - dijo Eli mientras sacaba una cámara de fotos del bolsillo.
- ¿Qué haces? - preguntaron sus amigas a coro.
- Pues... inmortalizar este momento... ¿te crees que voy a venir al cuarto de los chicos sin una cámara de fotos¿y si están desnudos? No sabes lo que pagarían algunas por ese tipo de fotos... y con esto vamos a chantajear a Clarky... en caso de que fuera necesario - dijo mientras sacaba fotos del chico.
Lily se acercó a otra cama pensando que en el fondo, muy en el fondo, su amiga tenía razón. Cuando abrió las cortinas de las cuatro camas restantes se quedo alucinada.
- No están - dijo Ann viendo las camas vacías.
- Yo tenía razón... están tramando algo - dijo la pelirroja con un extraño brillo en los ojos.
- Si tu siempre tienes razón... ¿vamos a buscarlos o que? - dijo Eli.
Salieron de la habitación y fueron hasta la sala común. Miraron hacia todos lados para asegurarse de que nadie estaba despierto a esas horas. Dieron vueltas por todo el castillo, con las varitas en guardia por si acaso, pero no encontraron nada, y decidieron salir a los jardines a buscarlos.
En la periferia del bosque un lobo y un perro jugaban mientras un ciervo con una rata en su lomo observaban, de repente el lobo se irguió en sus patas traseras y comenzó a olfatear el aire.
Se quedo quieto durante un segundo, aguantando la respiración y fijando sus pupilas en un punto del horizonte, y salió corriendo hacia el castillo. El perro y el ciervo tardaron apenas un par de segundos en reaccionar y salir corriendo tras él, pero ya era tarde, el lobo les sacaba mucha ventaja. En la puerta del colegio que daba a los jardines se encontraban tres chicas y una de ellas puntaba con la mano a un animal que se les acercaba velozmente.
- ¿Qué es eso? - dijo Ann señalando al gran lobo que corría hacia ellas.
- Parece... parece... - dijo Eli intentando averiguar que era ese animal.
- Un lobo - concluyó Lily que lo distinguía ya perfectamente.
- ¿Y lo que viene detrás es un ciervo y un perro? - preguntó Eli extrañada al distinguir los animales.
- Si - dijo asustada - entremos... creo que ese lobito no tiene buenas intenciones - dijo Ann mientras cogía a sus amigas por el brazo y las arrastraba hacia el interior del castillo.
Entraron en una de las clases que había cerca, cerraron la puerta con un hechizo y apilaron todas las sillas que pudieron contra la puerta. Una vez creyeron estar seguras se alejaron de la puerta y se acercaron las unas a las otras.
Hubo un minuto de silencio y de repente un golpe seco contra la puerta... y otro... y otro... y otro. Se oía una y otra vez al lobo golpeando y arañando al otro lado de la puerta.
Las chicas se abrazaron con fuerza y las lagrimas ya empezaban a salir por sus ojos, estaban demasiado nerviosas para hacer algo, simplemente se abrazaban y miraban fijamente a la puerta con inquietud.
Se oyeron más ruidos... un animal al galope... y... ladridos. Los dos animales habían por fin alcanzado al lobo e intentaban calmarlo y devolverlo al bosque, pero fue en vano, ya que el lobo arremetía con más fuerza contra la puerta. Se oían los alaridos del perro y como el ciervo intentaba arremeter con su cornamenta contra el lobo pero en vano ya que también fue herido por el fiero animal.
Las chicas sólo pensaban que al otro lado de la puerta se estaba librando una batalla campal y que todo esto no acabaría en nada bueno, sobre todo para el pobre perro y el ciervo.
De repente se hizo el silencio, las chicas esperaron unos minutos atentas a los ruidos del exterior, al ver que no se oía nada se calmaron un poco y Elísabeth decidió acercarse a la puerta para escuchar mejor.
- No la abras, puede que todavía estén ahí fuera - suplicó Lily todavía nerviosa.
- No pensaba abrirla - dijo la morena mientras se acercaba más y ponía su oreja en la puerta - no se oye nada -
- Ya ha amanecido - dijo Ann señalando a las ventanas exteriores que daban al jardín - si era un licántropo se habrá transformado en humano y habrá huido -
- ¿Abro? - preguntó Eli a sus amigas.
Ambas chicas asintieron, se pusieron y se acercaron a su amiga mientras esta habría la puerta.
Efectivamente no había nadie en el pasillo, pero si habían quedado manchas de sangre de la pelea, Lily hizo un conjuro con su varita y las manchas de sangre desaparecieron al instante.
- Volvamos al cuarto -
- Si, vamos -
Las chicas se dirigían hacia su cuarto y en cuanto llegaron se tumbaron en sus camas y se quedaron profundamente dormidas. Menos mal que era sábado y no había clase al día siguiente, así que podían dormir y descansar hasta que repusieran fuerzas. Ya habría tiempo de hablar de lo que había sucedido esa noche y de donde estaban los chicos cuando se despertaran.
Mientras tanto en la casa de los gritos un chaval se desplomaba sobre la cama llorando.
- Que he hecho... que he hecho... - decía una y otra vez con lagrimas en la cara.
- No has hecho nada... - dijo Sirius muy bajito.
- ¿Cómo que no he hecho nada?... casi les muerdo - gritó desesperado Remus.
- Pero no lo has hecho... ellas están bien - dijo James tranquilamente.
- Pero podía haberles hecho daño... y... a vosotros... os lo he hecho - dijo volviendo a llorar.
- ¿Esto? - Sirius señalaba un gran corte que tenía en el pecho - no es nada... heridas de guerra.. je je - dijo intentando reírse pero acabo haciendo una mueca de dolor.
- No te rías... podía haberos hecho mucho daño... -
- Pero no lo has hecho y no habido más consecuencias que estas heridas así que... tranquilízate - dijo James un poco molesto por que se había echado una poción para sanar una de sus heridas y le escocia demasiado.
- Pero... - volvió a decir Remus.
- Pero nada - dijo Sirius tajante - o dejas de culparte y me ayudas a curarme y curarle las heridas o dejamos de ser tus amigos - dijo sonriendo.
- Esta bien - dijo Remus mientras se secaba las lagrimas - pásame ese frasco... y... quitaos las camisetas -
- No creo que nuestra relación sea tan seria como para desnudarme delante de ti - dijo Sirius imitando la voz de una chica.
- Yo no creo que me quiera lo suficiente como para quererme por mi mismo y no por mi cuerpo - dijo James imitando a su amigo - cuando veas mi torso desnudo te vas a desmayar - rió y se quito la camiseta.
- Si del susto... je je je je... parad ya con las bromas - dijo mientras se acercaba a ellos poniéndose un poco de poción en una herida que tenia en el brazo.
- Lo que no entiendo es que hacían esas tres locas a esas horas fuera del colegio - dijo Sirius haciendo una mueca de dolor.
- Cuando coja a Evans la voy a matar,... por su culpa ha pasado todo - dijo James también haciendo una mueca de dolor - Lunático, esto duele -
- Ya se que duele - dijo él también con cara de sufrimiento - ellas no saben que éramos nosotros... así que... haceos los locos -
- ¿Qué? - dijeron los dos a la vez poniéndose de pie.
- Si no lo saben y preguntáis que hacían ellas ahí, levantareis sospechas y acabaran sabiéndolo todo,... - puso cara de pena - si lo saben, cosa que dudo, haceos los locos, así por lo menos ganaremos tiempo - dijo mientras vendaba a Sirius.
- Pero... -
- Pero nada James... y que no noten que estáis heridos,... que os vean lo menos posible este fin de semana,... sino se darán cuenta y preguntaran como os hicisteis las heridas -
- Esta bien - dijeron los dos a la vez.
- Como odio cuando tiene razón - dijo Sirius con el ceño fruncido mientras Remus sonreía.
- Ahí esta... la sonrisa de triunfo - dijo James sonriendo y provocando la risa de todos.
- Será mejor que os valláis ya - dijo mientras recogía las vendas que habían sobrado.
- OK, nos vamos, vendremos esta noche - dijo Sirius saliendo por la puerta.
- No desesperes, volveremos - dijo James siguiendo a su amigo.
Salieron por el sauce y se dirigieron hacia el castillo. A mitad del camino a Sirius le abordó una duda.
- ¿Qué hacemos si a las chicas se les ocurre salir esta noche? -
- Pues... no se... supongo que tendremos que pasar esta luna llena en la casa encerrados -
- Uuuuffff... que mierda... bueno... ni modo... nos quedaremos encerrados - dijo con un deje de tristeza a lo que James sonrió - ¿qué¿de que te ríes¿no me digas que te hace ilusión estar encerrado? -
- No, por supuesto que no,... es que... has dicho "ni modo" - dijo sonriendo.
- ¿Y? - preguntó Sirius sin entender.
- Es una expresión que utiliza mucho Elísabeth -
- Aaaaahhhhh, no me había dado cuenta - dijo como quien no quiere la cosa.
- ¿De verdad te mando a la mierda aquel día? - preguntó parándose en frente de su amigo.
- No se de que me hablas - le contestó Sirius desviando la mirada.
- El primer día de clase cuando fuiste tras ella - James prefirió ir directo al grano.
- No paso nada... me mando a la mierda - dijo con voz dudosa.
- ¿En serio? -
- ... - Sirius desvió la cara para no mirar a su amigo a los ojos.
- Sirius - James lo miraba seriamente a los ojos.
- Ya te contare,... ahora no es el momento,... ni siquiera yo he asimilado lo que ha paso ese día... ni lo que pasa... ni lo que siento -
- ¿Te gusta Elísabeth? - preguntó James directamente.
- No lo se... no es como las demás... no se que siento por ella... estoy confundido... cuando me aclare te lo contare todo - dijo seriamente mirando a James a los ojos - ahora vamos antes de que se despierte alguien y nos pillen aquí... no tengo ganas de dar explicaciones de esto - dijo señalando su ropa rota y yendo hacia el castillo.
- Vamos pues - James siguió a su amigo.
Llegaron a su cuarto sin problemas y se echaron a dormir, no tardaron en conciliar el sueño.
En la habitación de las chicas...
- Vamos despertad bellas durmientes - grito Glory desde la puerta - son las tres de la tarde - dijo mientras salía de la habilitación.
- No me puedo creer que os hayáis perdido el desayuno y la comida,... menos tu, Eli, con lo tragona que eres - dijo Cris sentándose en la cama de la chica.
Elísabeth simplemente se dio la vuelta y ni siquiera abrió lo ojos.
- ¿Qué hora dices que es? - preguntó Lily incorporándose.
- Las tres de la tarde - Cris se había levantado y se dirigía hacia la puerta - tengo deberes que hacer me voy a la biblioteca - dijo mientras salía - ah... Lily, la profesora McGonagall dice que quiere veros a ti y a Potter en su despacho - y cerró la puerta.
- Creo que Eli no tiene intención de levantarse - dijo Ann metiéndose en la cama de su amiga - y yo tampoco... cuando vuelvas nos cuentas - sentenció antes de quedarse dormida otra vez.
Lily refunfuñaba mientras se vestía, salió de la habitación y se encontró con Potter esperándola en la sala común.
- Vaya, creí que tendría que ir a despertarte -
- Estarás muy cansada¿no? - preguntó James picadamente.
- ¿Cómo dices? - Lily no entendía a que venía la pregunta.
- Lo digo por que has estado toda la noche dando vueltas por mis sueños... y menudos sueños - dijo con su sonrisa más seductora.
Lily se quedó perpleja y salió de la sala común sin decir nada e intentando asimilar lo que el chico le había dicho. James la siguió riendo.
- Vamos, amorcito, no te enfades,... he soñado contigo... y lo que he soñado te gustaría que pasara en realidad - dijo encarándola.
- ¡No jodas¿as soñado que te ibas a morir? Por que eso es lo único que yo quiero que pasa - dijo enfurecida retomando el paso.
- ¿De verdad quieres que me muera? - la voz de James sonaba triste.
El chico se había quedado mirando como Lily se iba con la mirada triste. Lily se sintió culpable por haber dicho eso e intento arreglarlo.
- Vamos Potter... todos sabemos que bicho malo nunca muere... así que voy a tener que soportarte durante mucho tiempo - dijo mientras se reía.
Eso animo bastante a James, no sólo el comentario de que ella lo soportaría durante mucho tiempo sino también el verla reír.
Horas más tarde en la habitación de los chicos.
- ¿Qué quería la profe? -
- Nada... nos ha echado el rollo sobre la responsabilidad de ser delegado - dijo James tumbándose en la cama - y vosotros ¿qué habéis hecho? -
- Nada... dormir y recuperar fuerzas - dijo Sirius con desgana.
- Pues yo me apunto a ese plan,... si bajáis a la cocina traedme algo de comer... y procurad no toparos con las chicas... por si acaso - dijo mientras cerraba las cortinas y se metía en la cama.
- OK, volvemos en un rato... oye ¿Evans no te ha interrogado? - dijo Sirius desde el marco de la puerta.
- No,... - asomando la cabeza - es raro, pero no me ha preguntado nada sobre lo de anoche,... da igual, pasaremos todo el fin de semana encerrados en la habitación y en la casa de los gritos - James finalmente se recostó en su cama dispuesto a dormirse.
Mientras tanto en la habitación de las chicas
- ¿As podido interrogar a Potter? - preguntó Ann a Lily cuando salía del baño.
- Que va... no he encontrado el momento... - dijo acercándose a la cama de Eli - ¿no se ha despertado aún? -
- Si,... hace un rato... para echarme de la cama - dijo Ann enseñándole la pierna que estaba colorada de las patadas que Eli le había pegado - mañana fijo que tengo cardenales... déjala - mirando con odio hacia la cama de la chica - ya despertara cuando tenga hambre o ganas de hacer pis... - Lily reía ante los comentarios y la mirada asesina que Ann lanzaba sobre el cuerpo dormido en la cama de Elísabeth - me voy a comer... ¿si me topo con los chicos...? - preguntó desde el marco de la puerta.
- Déjalos, creo que será mejor que dejemos pasar este fin de semana... si nos volviéramos a topar con ese lobo... -
- Si, creo que es lo mejor,... me voy,... vuelvo luego,... bye - terminó diciendo desde el pasillo.
Lily se fue hacia su cama y se durmió enseguida.
Pasaron un fin de semana muy tranquilo cada grupo por su lado.
Los chicos encerrados en su habitación por el día y por la noche, escapándose furtivamente y con mucho cuidado para llegar sin levantar sospechas, a la casa de los gritos y de allí no salían en toda la noche.
Las chicas también encerradas, pero ellas haciendo algo productivo, como decía Lily, los deberes y durmiendo en la noche, después del susto que habían pasado no tenían ganas de ir en busca de nadie a media noche, lo cual puso muy contenta a Elísabeth.
Casualmente ese fin de semana ninguno de ellos se toparon cuando iban por los pasillos y así llego el lunes y la vuelta de Remus, pues ya había pasado la luna llena.
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