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Capítulo 5: Confesión a media noche.
Las clases ese lunes habían sido de lo más aburridas y por la tarde tenían Historia de la Magia y Transformaciones. Los chicos no pudieron hacer muchas bromas ese día, todavía estaban un poco convalecientes por las heridas, además de que se habían producido algunas nuevas, así que James y Sirius aprovecharon la hora de Historia para echarse una siestecita que según Sirius les hacia mucha falta, mientras Remus, pobre de él, intentaba no quedarse dormido a la vez de coger apuntes. La clase de transformaciones llego para alegría de los chicos ya que era su clase favorita y además estaban sentados junto a las chicas.
- ¿Sabéis cada una lo que tenéis que hacer? - preguntó Ann de camino al aula de Transformaciones.
- ¿De verdad tengo que hablar con él? - dijo Eli mientras hacía pucheros.
- Si queremos saber lo que estuvieron haciendo la otra noche, si, tienes que hablar con Black y sonsacarle toda la información posible - le respondió Lily.
- Pero... -
- Pero nada,... ¿te crees que a mi me gusta ser amable con Potter? Es por una causa justificada - concluyó Lily mientras fruncía el entrecejo al ver la sonrisa que Ann tenía.
- Anita es la única que disfruta con esto... como se lleva bien con Lupin - dijo Elísabeth de mala gana mientras entraba en clase.
Lily asintió para darle la razón mientras Ann se reía de ellas. Una vez dentro se sentaron con sus respectivas parejas.
- ¿Qué tal, amorcito¿me has echado de menos? - preguntó James.
Lily respiró hondo varias veces y puso su sonrisa más encantadora, la cual dejo perplejo a James, no se lo esperaba.
- La verdad es que... se te ha echado de menos -
Lily se fijo que por debajo de la manga del chico se asomaba una venda, lo que le hizo pensar que estaba herido. James se dio cuenta de lo que Lily estaba mirando e intentó distraerla.
- ¿Te sale el ejercicio? -
- ¿Qué?... Ah... si... si, me sale... oye ¿no me vas a contar lo que has estado haciendo este fin de semana? Lo digo por que como no se te ha visto el pelo por ningún lado ¿no me vas a contar tus batallitas como haces siempre? - Lily intentó que la pregunta fuera lo más casual posible.
James la miró fijamente y se dio la vuelta para continuar haciendo el ejercicio, durante toda la clase no volvió a decir nada. A Lily la actitud del chico le sentó como una patada así que decidió que no le volvería hablar más en su vida.
Mientras en otro lado de la clase...
- Black -
Sirius se giró y se quedo impresionado al ver quien lo llamo.
- Vaya,... ¿qué gran acontecimiento ha pasado para que vuelvas hablarme¿es que acaso me as perdonado? - dijo esperanzado.
- No,... no te creas que hablo contigo por que quiera empezar una amistad,... simplemente... iré directa al grano - estas palabras hicieron que Sirius se entristeciera - ¿qué puñetas habéis estado haciendo este fin de semana? - preguntó Elísabeth directamente.
- No tengo la más remota idea de lo que me estas hablando - dijo Sirius de manera automática.
- OK, seré más concreta - Sirius tragó saliva - ¿qué estabas haciendo la noche del viernes al sábado a las tres de la madrugada? -
- Acostándome con una chica - dijo Sirius rápidamente.
A Elísabeth se le puso cara de estar verdaderamente enfadada, esa contestación no le había hecho ni pizca de gracia.
- ¿Y tus amigos? - volvió a preguntar dejando ver su enfado.
- Durmiendo -
- Mentira -
- Demuéstralo - dijo Sirius intuyendo que la chica se estaba marcando un farol.
Elísabeth se limitó a sonreír y se acercó mucho al chico, lo suficiente como para que él se pusiera nervioso de tenerla tan cerca.
- El viernes a las tres de la madrugada ni tu ni tus amigos estabais en vuestras camas, y lo se por que fui hasta tu habitación... -
- ¿A buscarme? - dijo Sirius sonriendo.
- ... Y vi con mis propios ojos tu cama y la del resto de los merodeadores vacías, así que no intentes mentirme... os buscamos, no estabais por ninguna parte del castillo y dudo que estuvierais en el jardín o en el bosque -
- Ves como me quieres, saliste a buscarme¿fuiste al bosque? -
- Si y casi me matan por ello -
- ¿Cómo? - dijo haciéndose el sorprendido.
- Un licántropo nos atacó, por suerte nos escondimos en una clase y un perro y un ciervo nos salvaron - Sirius intentó poner cara de sorpresa - si ya se que parece absurdo, pero es cierto... así que... ¿donde estabais? - preguntó otra vez Eli mirando directamente a los ojos del chico.
Ella estaba temblando pero no sabía si era de la rabia de que le mintiera, de que de verdad es tuviera con otra o de estar tan cerca de él y no poder besarlo.
Sirius miró a James, el cual hacia su ejercicio si mediar palabra con Lily, después miró a Remus que charlaba animadamente con Ann, lo que le hizo suponer que ninguno de los dos había dicho nada a las chicas.
- Esta bien,... te lo diré - dijo mirándola a los ojos - hay un aula en las mazmorras que esta siempre cerrada, hay que hacer un hechizo muy complicado para entrar, estábamos dentro preparando una poción para una broma que tenemos pensada para Snape, hace un par de años descubrimos como entrar y allí hacemos todas las pociones para hacer bromas - Eli sonrió dándose por satisfecha - ¿contenta por que no te estaba poniendo los cuernos? - preguntó sonriente.
- Para ponerme los cuernos tendríamos que tener algo, y tu y yo no somos nada ni siquiera amigos, no tenemos nada de nada - dijo tajantemente.
- Por que tu no quieres,... ya sabes que si me dieras una oportunidad dejaría a todas por ti... si tu quisieras... -
- Pero no quiero - mentía - escúchame bien no estaba celosa - volvía a mentir - y nunca estaré celosa porque lo único que siento por ti es asco - dijo furiosa y perdiendo los nervios.
- No es eso lo que me demostrabas hace unos días - le dijo muy bajito cerca del oído.
Este comentario hizo que Elísabeth perdiera completamente los nervios.
De repente los folios que Sirius tenía encima de la mesa, los que tenia entre sus manos y sus cuadernos empezaron arder, lo que provocó que todos miraran a la mesa de Sirius, el cual al darse cuenta de que todo estaba ardiendo saco su varita y sofocó el fuego.
- ¿Qué ha ocurrido señor Black? - le preguntó la profesora cuando se acercó al chico.
- Ni idea, todo empezó arder de repente - dijo Sirius que no comprendía lo que había pasado.
En ese momento sonó la campana y todos salieron del aula, cada cual se fue a su cuarto para prepararse para la cena.
- ¿Se puede saber que ha pasado en clase? - pregunto Lily cabreada.
- Nada... las cosas de Black salieron ardiendo - dijo Eli como si tal cosa.
- Las cosas no salen ardiendo por si solas y tu sabes a que me refiero - dijo Lily encarándola.
- Oye si estas cabreada con Potter no la pagues conmigo... además he conseguido sonsacarle algo a Black -
- Yo no he conseguido nada con Remus - dijo Ann intentando calmar la situación.
- Yo tampoco con Potter pero me he dado cuenta de que esta herido en el brazo... ¿y tu que le has sacado a Black? -
- Pues... -
Elísabeth les relato todo lo que Black le había dicho, omitiendo por supuesto lo de los celos y la última parte de la conversación, mientras estaban comiendo.
Los chicos también hablaban sobre el mismo tema.
- ¿Crees que se lo habrán tragado? - preguntó James.
- Yo creo que si... pero si dices que Lily se dio cuenta de que tienes una herida en el brazo... no se si cuando contrasten información dejaran e creer mi versión - dijo Sirius mientras comía un muslo de pollo.
- ¿Y por que ardieron tu apuntes? - preguntó Remus pensativo.
- No tengo la más remota idea... yo estaba hablando con Eli y de repente empezaron arder -
- ... -
- ¿En que piensas Lunático? - preguntó James intrigado.
- Las cosas no arden por si solas... habrá que investigar -
Sus amigos asintieron y los tres miraron hacia donde estaban las chicas las cuales también los miraron a ellos. Remus y Ann se sonrieron mutuamente, Sirius sonrió a Eli y esta le clavo el cuchillo al pollo como si quisiera matarlo, a lo que Sirius tragó saliva, James también miró a Lily y esta le miró fijamente de manera extraña.
- Mienten - dijo Ann después de un par de minutos sonriéndose con Remus.
- ¿Quien? - preguntó Eli.
- Los chicos... Sirius te dijo eso para que nosotras nos quedáramos contentas -
- ¿Por qué piensas eso? - preguntó Lily - ¿de verdad crees que...? -
- Si... opino como Ann... miró a sus amigos antes de hablar... además... no se... me da que me ha mentido - dijo Eli degollando al pollo.
- ¿Os habéis dado cuenta de que los tres están heridos? - sus amigas asintieron mientras Ann ponía cara de horror al ver lo que Eli hacia con el pollo - Eli... ¿estas cabreada por algo? -
- Yo... no... ¿qué te hace pensar eso? - preguntó poniendo cara de inocente mientras arrancaba las alas al pollo y sonreía.
- Estas descuartizando el pollo - dijo Lily - se me ha quitado el apetito -
- A mi también,... mejor nos vamos a la cama -
- De acuerdo - dijo Eli con alegría.
Las chicas salieron del comedor y se fueron a su cuarto.
- Creo... que... Eli... esta... cabreada - dijo Remus al ver lo que la chica había hecho con el pollo - creo que sabe que le has mentido y pensaba que el pollo eras tu - le dijo a Sirius.
- Lo más seguro bueno... ya lo resolveré después... ahora me ha entrado sueño ¿nos vamos al cuarto? - dijo poniéndose en pie.
- Si vamos... a lo mejor mañana encontramos una solución para que ellas... no descubran nuestro secreto - dijo James siguiendo a Sirius.
Los chicos llegaron al cuarto para caer rendidos en la cama.
Era ya bien entrada la noche cuando Ann se despertó sobresaltada, llevaba ya un rato dando vueltas e intentando volver a conciliar el sueño, pero sin ningún resultado, así que decidió levantarse de la cama y salir a dar una vuelta para despejarse. Cogió si abrigo, su varita y salió por el retrato de la dama gorda. Después de andar un rato por los pasillos sin ningún camino decidido pensó en dirigirse a la cocina.
- Un vaso de leche... eso me hará bien - se dijo a si misma, ya que sabía que eso le ayudaría a dormir después.
Permaneció muy alerta mientras se encaminaba hacia la cocina por si se encontraba a Filch o algún profesor. Llego al retrato del bodegón y cuando se disponía a tocarlo para abrir la puerta algo le dio en la cara.
- Aaaaahhhhh... mierda - dijo la chica sujetándose la nariz.
- Lo siento -
- Remus... ¿qué haces aquí a estas hora? - preguntó mirándose la mano para ver si tenía sangre.
- Lo siento de verdad,... no era mi intención darte... ¿estas bien?... Yo no podía dormir y baje a tomar algo - dijo Remus disculpándose - a ver... déjame que te mire -
Remus le cogió la mano y se la quitó de la cara para poder ver la nariz de la chica. Ella se sonrojo un poco, por que Remus le miraba muy fijamente y empezaba a ponerse nerviosa.
- Pues... no veo ninguna herida... ni sangre... lo siento de verdad... ¿te sigue doliendo? -
- No... ya se me ha pasado... sólo ha sido un simple golpe tonto - dijo sonrojándose un poco más y sonriéndole tímidamente a Remus, el cual se puso también colorado y sonrió mirando a todos lados.
- Esta bien... y ¿qué haces tu por aquí? - preguntó con una tímida sonrisa.
- Pues yo tampoco podía dormir y salí a dar una vuelta , después se me ocurrió venir a tomar algo -
- Será mejor que entremos aquí podría encontrarnos alguien y castigarnos - Remus seguía mirando a todos lados para asegurarse de que no había nadie más que ellos dos.
- Si, será lo mejor -
Una vez dentro de la cocina los elfos domésticos se deshicieron en atenciones con ellos. Se tomaron un par de bollos de chocolate mientras charlaban animadamente. Al cabo de unos diez minutos decidieron salir de ahí, ya que los elfos se estaban poniendo un poco pesados ofreciéndoles cosas. Ambos cogieron un poco más de comida y salieron a dar una vuelta. Llegaron hasta el jardín y desde allí se divisaba el Bosque Prohibido, se sentaron en la orilla del Bosque, bajo un árbol y se pusieron hablar.
- Remus -
- Si -
- Tu... eres mi... amigo ¿verdad? -
- Cla... claro -
- Y por que me mientes -
- No se a que te refieres - dijo el chico nerviosamente.
- Si lo sabes... no me mientas -
- ... -
- Lo que Sirius le ha dicho a Eli en clase de transformaciones es mentira,... se que lo es,... por lo menos este fin de semana no habéis estado en ese aula haciendo pociones,... no me mientas - dijo ella mirándolo a los ojos.
- Lo siento... pero... no puedo decirte nada -
- ¿Dónde estabais¿Qué hacíais? Nos hemos dado cuenta de que los tres estáis heridos -
- Lo siento... de verdad... pero... no puedo... responder a eso - dijo Remus rehuyendo la mirada de la chica.
- Dime por lo menos que no os habéis encontrado con el lobo,... dime que esas heridas no os la hizo el lobo,... dime por lo menos eso -
Ann se mostraba muy preocupada y le cogió la mano para mirar más detenidamente la herida que Remus tenía en la palma de la mano.
- Yo... no... -
- Estoy preocupada, Remus, de verdad nosotras nos encontramos con el lobo... y nos ataco... casi nos mata... nos libramos por los pelos... estábamos aterradas... y cuando esta mañana vi tus heridas... pensé... que... que... - dijo Ann intentando contener las lagrimas pues estaba muy nerviosa.
- No te preocupes,... no nos encontramos con el lobo,... estábamos en el bosque,.. oímos los aullidos pero no nos topamos con él,... no te preocupes,... al parecer estaba más ocupado con vosotras,... je je,... - dijo Remus intentando tranquilizarla con una sonrisa.
Remus estaba feliz de que Ann se preocupara así por él, eso en el fondo le daba una esperanza pero también le aterraba que descubriera su secreto y que lo rechazara.
- ¿Y por que Sirius dijo eso? - preguntó Ann con el ceño fruncido al cabo de unos minutos, ya más calmada.
- No esperarías que os dijéramos lo que estábamos haciendo a la primera - dijo Remus con una sonrisa.
- Y como se que ahora no me estas mintiendo -
- Yo no te mentiría... no quiero que te preocupes sin motivos... yo no te haría daño - dijo Remus mirándole a los ojos.
- Lo sé - dijo Ann sonriendo, eso le dio valor a Remus para decírselo.
- Ann... yo... -
- ¿Qué? -
- Yo... quería... decirte... algo... - dijo el chico nerviosamente mientras estrujaba y rompía una hoja que había cogido.
- Dime pues - Ann sonreía mientras veía como Remus se deshacía en nervios - tranquilízate, estas demasiado nervioso - dijo mientras se reía.
- Eeeehhhh si... ya... no... te rías, por favor -
- Lo siento - dijo poniéndose seria - que me ibas a decir -
- Pues veras... yo... -
- Tu -
- Si yo... eeeehhhh... -
- Ve directo al grano,... suéltalo ya -
- Es que no se como decirlo -
- Pues lo diré yo -
- Eh -
- Me gustas - dijo ella rápidamente.
Remus se quedo helado, no sabía que decir, ella le había quitado las palabras de la boca.
- Se que todo esto cambia las cosas... que ya nuestra amistad no será la misma de antes... pero tenía que decírtelo... ahora la pelota esta en tu tejado,... tu decides - dijo Ann, poniéndose de pie, dispuesta a irse.
Cuando había dado un par de pasos, Remus la cogió de la mano y la giró para mirarla a la cara. Remus acercaba sus labios a los de ella, dispuesto a besarla, ambos cerraron los ojos y se acercaban lentamente el uno al otro, ese instante se hizo eterno, pero cuando estaban a punto de besarse, pues ya casi sus labios se rozaban, se oyó un ruido.
- ¿Qué ha sido eso? - dijo Ann asustada separándose de Remus.
Remus seguía acercándose lentamente, no se había dado cuenta de que Ann se le había escapado y miraba asustada a todos lados, abrió los ojos y se vio besando el aire, se quedó un poco cortado e intentó mantener la compostura.
- ¿Sientes eso? - volvió a preguntar Ann más asustada.
- ¿El que? - dijo él que no comprendía por que Ann se había alejado.
- No se... es como si no pudiera volver a sentirme feliz - Ann no paraba de dar vueltas mirando hacia todos lados.
- ¿Cómo si no pudieras volver a ser feliz¿cómo si estuviera aquí un...? -
Remus no pudo acabar la frase por que Ann emitió un chillido al ver un par de figuras que emergían del bosque en dirección hacia donde ellos estaban.
- Dementores - consiguió decir la chica cuando hubo terminado de chillar.
- Vamos... salgamos de aquí - dijo cogiendo del brazo a Ann que se había quedado como petrificada - vamos - volvió a decir sacándola del trance en que se encontraba.
Los chicos salieron corriendo mientras los dementores los perseguían. Cuando estaban a medio camino para llegar al castillo, un ser encapuchado apareció delante de ellos, saco una varita y los apunto dispuesto a maldecidles, Remus viendo las intenciones del encapuchado empujó a Ann al suelo y el hechizo le dio de lleno. Ann vio como Remus caía al suelo y quedo conmocionada, miro al encapuchado que volvía a levantar la varita, esta vez apuntándola a elle, pero antes de que pudiera decir una palabra ocurrió algo: se empezó a formar un muro de hielo que rodeaba a un inconsciente Remus y a Ann, dicha barrera se unió sobre la cabeza de los chicos. Ann cayo al suelo, quedando sin sentido, cerca de donde estaba Remus.
Remus se despertó al cabo de cinco minutos aturdido, gracias a dios el hechizo no era para matarlo sólo para dejarlo fuera de combate. Miro hacia todos lados sorprendido al ver el muro de hielo que se había formado alrededor, era como estar en un iglú y entonces se dio cuenta de que a su lado se encontraba Ann sin sentido.
Rápidamente Remus se acerco a ella.
- Ann... Ann... Ann... reacciona - decía una y otra vez mientras intentaba despertarla.
Paso su mano por la cara de la chica y se dio cuenta de que estaba congelada.
- Oh... dios... esta fría -
Se percato de que Ann no respiraba y decidió comprobar su pulso.
- Mierda... no tiene pulso... ¿qué hago?... ¿qué hago?... si, eso es -
Una idea paso por su mente y decidió llevarla a la practica. Se acercó, echo la cabeza de Ann hacia atrás, abrió su boca y exhalo varias bocanadas de aire, a continuación se acercó al pecho de la chica y con las manos unidas presiono repetidas veces en el tórax, le estaba haciendo la respiración boca a boca.
Repitió varias veces los pasos a seguir, hasta que una de las veces que le estaba dando aire sintió como unas manos rodeaban su cuerpo y lo empujaban hacia el de Ann, también se dio cuenta de que la chica lo estaba besando pues notaba la lengua de ella dentro de su boca. Remus no perdió tiempo y correspondió al beso, era un beso dulce, apasionado e intenso.
Mientras se besaban, Ann metió sus manos por la camiseta de Remus, acariciando así su espalda, en ese momento habían dejado de besarse en los labios y habían pasado a saborear el resto del cuerpo del otro.
Remus había bajado hasta el cuello de Ann, mientras ella recorría el camino desde el cuello hasta el hombro del chico una y otra vez.
El ambiente se estaba caldeando y los chicos se estaban dejando llevar por los sentimientos y las hormonas, tal era así que Remus ya se estaba quitando la camiseta para dejar que Ann lo besara por todo el cuerpo, ella sonrió de oreja a oreja y se acercó a él para comenzar a besarlo, Remus estiró sus manos para quitarle la camiseta a ella y poder hacer lo mismo. En ese momento se dio cuenta de que había un par de personas alrededor de ellos mirando.
Remus se quito de encima de ella y estiró su brazo para coger su camiseta y ponérsela rápidamente, Ann no comprendía por que el chico se separaba de ella y se tapaba pero se dio cuenta de que los estaban mirando y se puso muy colorada al verse descubierta.
Dos de las personas que observaban sonreían abiertamente e intentaban aguantarse al risa, esas personas eran James Potter y Sirius Black.
Ann intentó incorporarse pero se llevo la mano a la cabeza y no pudo ponerse de pie, todavía estaba mareada. Dumbledore se acercó a ella y le ofreció la mano, la cual aceptó, Remus que estaba de pie se acercó por el otro lado y la ayudo también a incorporarse. James y Sirius empezaron a reírse al ver lo colorados que estaban Ann y Remus, pero la profesora McGonagall les lanzó una mirada de desaprobación y ellos cesaron en su cometido.
- ¿Se puede saber que esta pasando aquí? - preguntó la profesora cuando Ann estuvo de pie.
- Pues... vera profesora... nosotros... - empezó a decir Ann pero Remus la interrumpió.
- Hemos sido atacados -
- ¿Atacados¿por quien? - volvió a preguntar la profesora.
- Un par de dementores y un encapuchado,... estábamos dando una vuelta,... porque no podíamos dormir y aparecieron de repente los dementores,... salimos corriendo,... entonces apareció el encapuchado que me lanzó un hechizo para dejarme sin sentido,... cuando desperté un muro de hielo nos rodeaba y... -
- ¿Y? Continué por favor - dijo Dumbledore.
- Ann estaba sin pulso... así que... le hice el boca a boca... - dijo mirando al suelo y totalmente colorado, lo que hizo que James y Sirius e incluso Dumbledore sonrieran.
- Bien... será mejor que ustedes dos pasen la noche en la enfermería -
- Pero profesora... -
- Pero nada señor Lupin,... han sido atacados y aunque ahora se encuentren bien, quien sabe las lesiones internas que pudieran tener... no señor Lupin dejarles ir sería una irresponsabilidad por nuestra parte - aclaró McGonagall.
Y así empezaron el camino hacia la enfermería, en cabeza iban el director y la profesora, detrás Ann, que no paraba de mirar de reojo a los tres chicos que iban detrás de ella.
- ¿Se puede saber que hacéis aquí vosotros dos? - dijo Remus mirando como Ann los miraba disimuladamente.
- Sin duda lo que hacemos nosotros no era tan divertido como lo que hacías tu - dijo Sirius mientras ponía su brazo sobre el hombro de Remus.
James se tapaba la cara para que su amigo no lo viera reírse.
- No tiene gracia - dijo quitándose el brazo de encima y dándole un codazo a James para que parara de reír - en serio ¿qué hacéis aquí? -
- Nos dimos cuenta de que no estaba y salimos a buscarte - dijo Sirius.
- ¿Y? -
- Nos encontramos con los profesores luchando contra unos dementores frente a una especie de iglú, cuando los vencieron, nos vieron y nos interrogaron - respondió James.
- Como haces tu ahora - aclaró Sirius.
- Después Dumbly descongelo el iglú y nos encontramos con... bueno tu ya sabes como os encontramos - terminó de decir James con una sonrisa picara.
Remus se puso colorado ante el comentario de su amigo, Ann que también estaba escuchando se puso colorada también, lo que provocó la risa de James y Sirius.
- Ya... paren de reírse - dijo Ann que se había puesto cara a cara con ellos cuando escuchó las risas.
- Señor Potter, Señor Black pueden irse a su cuarto, ustedes dos entren, la señora Pomfrey los atenderá enseguida - dijo la profesora.
Remus y Ann entraron en la enfermería.
La señora Pomfrey examinó a los dos chicos para ver si tenían alguna fractura o herida significativa.
- Buen... parece que no tienen nada grave... tómense esta poción -
- ¿Qué es? - preguntó Ann recostándose en una de las camas.
- Una poción para dormir sin soñar... tómesela señorita Cooper... y usted también señor Lupin -
- Pero yo estoy bien no necesito dormir - dijo Remus intentando zafarse de tomar la poción.
- Tómese la poción y cállese - dijo la enfermera lanzándole una mirada de odio.
Tanto Ann como Remus hicieron como si se tomaran la poción, se recostaron y cerraron los ojos, Remus incluso hizo como si roncara, hasta que la enfermera salió del cuarto.
- Ann - dijo Remus poniéndose de pie y acercándose a la cama de la chica.
- Si -
- ¿Estas despierta? -
- Evidentemente¿no? -
- Si... ya... pregunta tonta, lo siento... yo quería... -
- ¿Continuar la conversación que teníamos hace un...? - dijo Ann acercándose a él.
Pero Remus no le dejo terminar la frase pues le estaba besando de una forma muy apasionada y dulce. Se dejaron llevar durante unos minutos hasta que tuvieron que separarse para tomar aire. Los dos estaban colorados hasta más no poder, y no sabían para donde mirar, cada vez que sus miradas se cruzaban empezaban a sonreírse como tontos.
- Eeeehhhh... bueno... yo... debería ir para mi cama - dijo Remus todo cortado.
- Si... claro... como no... - dijo Ann arropándose con las sabanas.
- Buenas noches -
- Buenas noches -
Mientras en otra parte del castillo.
- ¿Crees que esos dos estén juntos? -
- Pues... por lo que hemos visto... yo diría que si - dijo James con una gran sonrisa.
- Nunca había visto a Lunático tan colorado - dijo Sirius también sonriendo.
- Es que... les hemos encontrado en una situación que... - James reía al recordar lo que había pasado esa noche - mañana cuando nos cuente lo que paso nos vamos a reír mucho -
- Si - dijo Sirius mientras entraban por el retrato - mira eso - señaló al sofá, donde estaban Elísabeth y Lily durmiendo - ¿las despertamos? -
- ¿Y que nos muerdan por despertarlas y después nos sometan a un interrogatorio? - dijo James mientras se sentaba al lado de Lily.
- No - dijo Sirius sentándose al lado de Eli y poniendo su brazo alrededor del cuello de la chica.
- Eso pensaba yo - dijo mientras miraba a Lily - ¿a que se ven bonitas así? -
- Si, sobre todo por que podemos estar cerca de ellas sin que nos muerdan - dijo Sirius provocando la risa de su amigo.
Ambos intentaron contenerse para no reír muy alto ya que las chicas podían despertarse y no era el plan. Al cabo de un rato ellos también se quedaron dormidos.
