Este ff esta hecho por Elísabeth y Ana!
Los personajes principales son los de Rowling, los demas son nuestros!
Gracias por los reviews! espero que os guste el capitulo!
Capítulo 14: Entre dementores.
Pasaron un par de semanas y las chicas estaban muy ocupadas, todo el día entre la biblioteca y buscando los elementos necesarios para el conjuro.
Uno de esos días Sirius cogió a Ann por banda y comenzó a interrogarla, ya que Remus y él no habían conseguido nada con Eli. A Remus lo esquivaba y a Sirius... bueno... siempre acababan liándose.
- Ann, tenemos que hablar -
Ann se le quedó mirando.
- Te escucho -
- ¡Deja de quemarme! -
- ¿Perdón¿qué has dicho? - dijo Ann atónita.
- Que estés cabreada con Remus, no significa que la pagues conmigo -
- No te entiendo - dijo confusa.
- ¡Joder Ann¡no te hagas la tonta! Me tenéis hasta los... - Sirius la cogió y empezó a zarandearla.
- ¡Tío que me sueltes¡que yo no soy! - dijo soltándose bruscamente.
- Entonces ¿quien? -
- Es Eli, coño que yo se lo pedí -
- ¿Cómo? - dijo atónito.
- ¡Que si! Eli quema los papelitos... yo se lo pedí... le dije que cualquier nota que Remus me enviara que la quemara... -
- ¿Ella? Pero... pero... ¿cómo? - preguntó Sirius sin entender lo que Ann le decía.
- Tío que ella y Lily adquirieron poderes por que yo tengo el poder del hielo -
- ¿Qué tú qué? -
- Eres cortito¿no? ... tío, yo provoqué el iglú aquel día en que nos atacaron para intentar salvarnos -
- ¿Y Lily que...? -
- Lily, electro, puede electrocutar -
- Que fuerte -
- Pero no puedes decírselo a nadie, si lo haces, ten por seguro que nos la pagaras - dijo Ann amenazante.
- OK, no te preocupes - dijo el chaval asustado.
Sirius se dirigió hacia la biblioteca buscando a Eli, ella se encontraba leyendo un libro, ultimando los detalles del conjuro. Sirius se sentó a su lado, haciendo que ésta cerrara el libro bruscamente.
- ¿Qué lees? - preguntó Sirius curioso.
- ... no te interesa... cielín hay cosas que es mejor que tu no sepas... - dijo Eli sonriendo.
- ¿Cómo que tienes el poder del fuego y casi me quemas los pantalones? -
- ¿C"MO? - dijo alzando la voz.
- Que Ann me ha contado que tienes poderes - dijo Sirius tranquilamente pero se le veía que estaba disgustado por haberse enterado por otras fuentes.
- ¡Será puta¡se va a enterar! - dijo levantándose y marchándose con el libro en las manos.
- ¡Eeehhh¡y yo que¡no hemos terminado de hablar! - dijo Sirius mientras veía como Eli salía por la puerta de la biblioteca.
Eli se encontró con Remus en la sala común. Se quedó mirando al chico fijamente y Remus al darse cuenta de la presencia de la chica se acerco a ella.
- ¡Ey, Eli¿qué tal la vida? - preguntó amablemente.
- Bien,... por cierto... ¿has averiguado ya quien provocó el tornado? -
- No... pero me gustaría saberlo... -
- Que conste que no debería decírtelo,... pero... creo que tienes derecho a saberlo... -
- ¿Saber que? - preguntó confuso mirándola incrédulo "¿ella sabe quien fue?"
- Ante todo... prométeme que no te vas a cabrear con ella, a fin de cuentas te salvó la vida -
- ¿Ella¿a quien te refieres? - preguntó sin comprender.
- Ann - dijo fríamente.
- ¿QUÉ¿ELLA PROVOC" EL TORNADO¡CASI ME MATA! - dijo el chico alzando la voz.
- No, casi te matan las bolas de energía y fuego que Lily y yo lanzamos... además por tu culpa provocó el tornado - dijo calmadamente.
- ¿QUÉ? - dijo alzando más la voz.
- Baja el tono conmigo si no quieres salir mal parado... - dijo con tono amenazante - además ella hizo que se detuviera... te sacó del tornado cuando te vio dentro, así que deberías estar agradecido por que te salvo la vida -
- ¿Qué debería agradecerle? - dijo Remus sin poder creer las palabras de Eli.
- Si, agradecerle, y no me discutas que me enfado - dijo la chica moviendo la mano para hacer una bola de fuego.
- Pero... entonces... tu... los papelitos... ¿eras tú? -
- Si, ordenes de Anita... pero... todavía pueden pasarte cosas peores... - dijo yéndose hacia su cuarto.
En la habitación de los chicos.
- Oye ¿habéis visto mi capa de invisibilidad? - preguntó James abriendo por quinta vez su baúl.
- Qué va... -
- Es que no la encuentro -
- Ya aparecerá -
- Vale - dijo echándole un último vistazo al baúl.
En el cuarto de las chicas.
- Ann¿por que le has dicho a Sirius que yo tengo el poder del fuego? - dijo una enfadada Eli al entrar Ann por la puerta.
- Por que me estaba acusando a mi de querer quemarle con los dichosos papelitos - dijo Ann.
- Pues que sepas que le he dicho a Remus que tu provocaste el tornado -
- ¿QUÉ¿por qué has hecho eso? - preguntó Ann alucinada.
- Por que así los dos ya saben nuestro secreto - dijo con tono triunfante.
- Por mi vale mientras no sepan que yo puedo electrocutarlos - dijo Lily saliendo del baño.
- Lo saben - dijeron Eli y Ann a la vez.
- Mierda - dijo Lily haciendo una mueca de disgusto.
- ¿Y que dijo cuando supo que yo provoque el tornado? - preguntó Ann.
- Se cabreo -
- ¿Qué? Encima se cabrea, fue su culpa, si el no me hubiera puesto los cuernos no me habría cabreado tanto... -
- El no te puso los cuernos... - dijo Lily sabiamente.
- ... me puso los cuernos y punto en boca - dijo Ann mirándola con cara de odio.
- No te preocupes... se va arrepentir de todo con lo que le tenemos preparado va a desear no haberte... ¿puesto los cuernos?... - Ann le miró con odio - bueno ya estamos en paz, ellos lo saben - dijo Eli.
- ¿James también? - preguntó Lily.
- ¿Tanto te interesa si James sabe o no que eres un contenedor de electricidad humana? - preguntó Eli picaramente.
- Yo creo que Lily tiene demasiada confianza con James desde que enterramos el hacha de guerra con los chicos - dijo Ann picaramente.
- A... mi... me... da... - intentó decir Lily.
- Si, si lo sabemos te da igual que lo sepa - dijo Ann negando con la cabeza.
- Sabes bonita... eso no te lo crees ni tu - dijo Eli seriamente.
- Lo que tu digas - le dijo Lily saliendo de cuarto.
- Ya - dijo Eli mientras se reía.
Ann también se rió de lo ocurrido.
Las chicas se habían reunido esa noche, era la elegida, la noche para hacer el conjuro. Ellas lo tenían todo preparado, el caldero, la serpiente, los ingredientes y habían dibujado una estrella de cinco puntas en el baño de las chicas de segundo curso.
Lily comenzó a explicarles todo lo referente al conjuro.
- Bien, necesitamos concentración, es un conjuro muy difícil y si saliera mal... -
- ¡No seas negativa! - le dijo Eli con el ceño fruncido.
- El conjuro original fue hecho por una antigua bruja muy poderosa que controlaba los elementos. Fue abandonada por un muggle del que estaba enamorada y quiso vengarse -
- Aaaammm - dijeron todas.
- Bueno al final todo se arregló y acabaron juntos -
- Aaaammm - dijeron todas.
- Eso me suena... ¿no será...? - dijo Ann pensativa.
- Posiblemente - le contestó Lily.
- Uff... la historia se repite - dijo Ann.
- Bueno... ¿y a quien le importa¡vamos a sacarle el veneno a la serpiente¡Puede servirnos para posibles venganzas! - dijo Eli emocionada.
- ¡Que burra eres! - dijo Ann negando con la cabeza.
- Ay... pero si todas pensáis lo mismo que yo - dijo Eli haciendo pucheros.
- Tienes razón... Lily electrocuta a la serpiente para que se calme - dijo Ann.
- Ves... yo tengo razón - dijo Eli feliz.
- No te acostumbres... ese hecho no se volverá a repetir -
- Je je je je je - rieron todas menos Eli que las miraba con cara de odio.
- ¿A que me voy? - dijo levantándose.
- No te enfades ¡era broma!... además sin ti no podemos llevar a cabo la venganza... me vas a dejar sola en esto... - dijo Ann haciendo pucheros mientras le cogía del brazo para que Eli se sentara otra vez.
La serpiente estaba en una cesta, nada más abrir la tapa mostró sus colmillos, Lily movió la mano produciendo una pequeña descarga y la serpiente quedó aturdida.
Las cinco chicas se pusieron de rodillas alrededor del caldero, que estaba en el centro de la estrella dibujada en el suelo.
Eli cogió una navaja e hizo un corte en el abdomen de la serpiente. Cada una tenía que realizar un corte en el animal y verter unas gotas de sangre en el caldero. Mientras Lily vertía los demás ingredientes las chicas continuaban, Ann era la última. Cogió el animal y estaba dispuesta a realizar el corte, pero Lily la frenó.
- ¿Estas segura? -
Ann se quedó pensativa, mirando al animal, sopesando los pro y los contra de realizar su venganza, dirigió la mirada hacia sus amigas y se quedó mirando a Lily, la cual le suplicaba con la mirada que parara, que no lo hiciera, pero una voz la sacó de sus pensamientos.
- Corta - Ann miró a la voz que hablaba, era Eli - ¿quieres putearle¡corta! -
Ann no se lo pensó dos veces, quería hacerlo y lo hizo, cortó a continuación vertió la sangre de la serpiente en el caldero, mientras Lily añadía más ingrediente.
Eli les pasó un papelito en el cual estaba el conjuro, ella misma había modificado el conjuro inicial para obtener el resultado deseado.
Lily les pasó un ingrediente más, el cual tenía que ser añadido mientras se recitaba el conjuro.
Para que en esta noche
y durante 24 horas,
Remus sufra.
Para que los dementores
estén alrededor de él.
Para que cuando despierte
no recuerde lo que ha sido
pero si el dolor vivido.
Para que le dolor
se pague con dolor.
no queremos consecuencias,
no queremos que enloquezca,
no queremos que pierda sus poderes,
no queremos que cambie,
sólo que se de cuenta del dolor causado.
Recitaron todas las chicas mientras alargaban sus manos y vertían el ingrediente.
Entonces Ann cogió de su bolsillo el último ingrediente, unos cuantos pelos de Remus, los sacó de donde los tenía metidos y los introdujo en el caldero, ese era el toque final.
Una vez introducido el último ingrediente la poción empezó a tomar un color negro como la noche y un humo negro empezó a salir y a inundar la estancia, las chicas estuvieron tentadas de levantarse pero Eli se lo impidió.
- No os levantéis, si lo hacemos el conjuro puede salir mal, muy mal, tanto para nosotras como para Remus - dijo Eli tranquilamente.
El humo desapareció de repente y entonces Lily dio por terminada la sesión. Cada una se fue a su casa sin mediar palabra, y se durmieron.
La mañana siguiente amaneció con un esplendido sol, Sirius fue el primero en despertar y después de pasar un rato pensando mirando al techo, decidió despertar a sus amigos, meditó si llevar a cabo la venganza que tenía pendiente con James, y al final decidió que no era el momento para hacerlo.
- No, todavía no, ahora no es el momento, pero... prepárate pequeño Cornamenta por que me las vas a pagar - dijo Sirius mirando a la cama de su amigo de forma maliciosa.
Sirius se acercó a Remus para despertarlo primero, cuando se acercó a la cama Remus abrió los ojos de golpe.
- Tío, que susto, si estabas despierto avísame - dijo Sirius con la mano en el pecho mientras con la otra mano le golpeaba con la almohada.
Remus empezó a chillar y temblar como un loco antes de que Sirius le diera.
- Vale, vale, no intentare volver a despertarte, no hace falta que te pongas así - le dijo acercándose más.
Pero cuando Sirius lo tocó Remus empezó a moverse más violentamente, y Sirius empezaba a asustarse.
- ¿Remus¡Remus¿Qué te pasa¡James, despierta y ve a buscar a la profesora¡Remus esta mal! - gritaba Sirius.
James se levantó de un brinco, cogió algo de ropa y salió corriendo en busca de la profesora McGonagall. Clark también se levantó sorprendido por lo que estaba pasando.
- ¿Qué le ocurre? - le preguntó a Sirius.
- No lo se, pero no esta bien, ayúdame a intentar sujetarlo para que no se haga daño - le dijo Sirius a Clark.
El chico se acercó y entre los dos intentaron sujetaron.
Remus lloraba, temblaba, tenía las manos en la cabeza, se apretaba con fuerza la sien y gritaba cosas incomprensibles, que nadie entendía.
- Sirius, amor, buenos... - dijo Eli mientras entraba por la puerta.
La chica se quedó perpleja al ver la escena, Remus había conseguido liberarse de sus captores y había empezado a hacerse daño a si mismo.
"Hostia, que hemos hecho... que he hecho..." pensaba una y otra vez mientras intentaba alejar a los chicos de Remus.
- Sirius déjalo solo, déjalo ven conmigo - dijo Eli cogiéndole el brazo.
- ¿Pretendes que deje solo a mi amigo? - dijo Sirius mirándola perplejo.
- No... solo... pienso que posiblemente se ponga mejor si... lo dejamos solo - dijo mientras hacia esfuerzos por alejar a los chicos de Remus.
- Yo no voy a dejar solo a mi amigo - dijo testarudamente zafándose de las manos de la chica e intentando que Remus dejara de hacerse sangre.
- Sirius... por favor... ¡hazme caso! - insistió Eli.
- ¿Por qué tanta insistencia? - le pregunto Clark.
- Por que... - dijo Eli con intención de contar lo que le pasaba al chico.
En ese momento entró la profesora McGonagall seguida de James. Se acercaron a Remus y éste te desmayó por que se dio un golpe en la cabeza contra la pared, de su nuca salía un hilo de sangre. Se lo llevaron a la enfermería, Sirius, James y hasta Clark lo acompañaron, mientras Eli salió corriendo hacia su habitación para contarles a las chicas lo que había ocurrido.
- ¿Qué ha pasado¿lo has visto? - preguntó Ann nada más verla entrar.
- Ann, creo que nos hemos pasado - dijo entre sollozos.
- ¿A que te refieres? - preguntó Lily algo asustada por que se imaginaba la respuesta que iba a recibir.
- No será para tanto,... eso es que tu eres una exagerada - dijo Ann intentando quitarle importancia al asunto.
- ¿No has oído sus gritos? - le dijo Eli.
- Si... pero no creo que fuera para tanto ¿no? - dijo Ann poco convencida.
- ¿Qué no es para tanto? - gritó Eli - ¡Estaba chillando como un loco, temblaba, los ojos se le salían de sus orbitas, se hizo daño a si mismo y eso sólo cuando Sirius se le acercó para despertarle! -
Ann palideció.
- Ha dejado de chillar por que se ha dado un golpe contra la pared... estaba sangrando... podemos matarlo... ¿es esa la venganza que querías? - le dijo mientras la cogía de los brazos.
- Vamos a verlo... - fue lo único que dijo Ann la cual estaba más pálida de lo normal.
James y Sirius estaba en la puerta de la enfermería, la señora Pomfrey no les dejaba pasar. La puerta estaba entreabierta y las chicas llegaron en ese momento.
- ¿Cómo esta? - preguntó Lily.
Eli se asomó por la puerta para ver lo que pasaba dentro.
- No... - dijo Sirius intentando que Eli no mirara lo que le estaba ocurriendo a su amigo, no quería que la chica se impresionara y se asustara por lo que iba a ver.
Pero fue en vano pues todos pudieron ver el estado en el que se encontraba Remus, la puerta se abrió de par en par. Remus estaba nervioso, colérico, dando botes en la cama, los ojos los tenía blancos y chillaba como un poseso. Madame Pomfrey no podía sujetarlo y el director tuvo que ayudarla.
- Albus, si esto sigue así... -
- Lo sé, Poppy, si esto sigue así la única solución será San Murgo... -
Al oír esto Ann salió corriendo, no sabía a donde ir, sólo quería salir de allí. Todos los que estaban en la puerta se quedaron paralizados y Sirius se acercó al pomo para volver a cerrar la puerta antes de que se dieran cuenta de que estaban allí.
La única que se dio cuenta de la huida de Ann fue Eli, que salió corriendo tras ella, tenía que hacer algo. Eli la alcanzó, la cogió del brazo y la introdujo en una clase que estaba vacía. Ann empezó a llorar mientras se abrazaba a Eli, las dos estaban llorando.
- Ann... tenemos que pararlo... - dijo Eli entre sollozos - una cosa es la venganza, pero esto ya se pasa de cruel... -
Ann no dijo nada, comenzó a llorar más fuerte.
- Yo no quiero verlo muerto... y se... que tu tampoco,... se que lo quieres,... que aunque te haya hecho daño,... lo quieres,... estas llorando por él... y eso es... también por que... ni tu conciencia ni la mía nos permiten ser... tan crueles... déjame detenerlo... - dijo haciendo que Ann la mirara a los ojos.
- ¿Cómo? - dijo Ann saliendo del trance.
- Hay un hechizo... ¿no te acuerdas que la bruja esa se arrepintió de lo que hizo?... déjame detener esto... déjame realizarlo... ayúdame a realizarlo... depende de ti... - dijo Eli suplicando a su amiga con la mirada.
- Esta bien... vamos... -
Eli y Ann se dirigieron hacia donde estaban sus amigas pero a medio camino se encontraron con Lily y Glory que las estaban buscando.
- Glory, ve a buscar a Mery y tú Lily tráeme del cuarto el libro del hechizo - dijo Eli con autoridad.
- ¿Qué vais a hacer? -
- Detenerlo... yo no sé vosotras pero yo no puedo soportar verlo así... y eso que es sólo mi amigo... - dijo mirando a Ann.
- Yo tampoco... - susurró Ann entre sollozos.
Eli y Ann se dirigieron al cuarto de baño a esperar a las demás. Una vez estaban todas reunidas volvieron a realizar el ritual y recitaron el conjuro para detener lo que habían comenzado. Volvió a aparecer el humo negro que las rodeó y desapareció de la misma forma en que apareció.
En la enfermería Remus dejó repentinamente de temblar y se quedó dormido profundamente.
- Parece que está bien - dijo la enfermera asombrada.
- Eso parece... dejémosle descansar - dijo el director yendo hacia la puerta.
En la tarde Remus despertó y se encontró allí a sus amigos, que lo miraban preocupados.
- ¿Estás mejor? - preguntó James.
- Nos has asustado... - dijo Sirius abrazándolo.
James se unió a su amigo y también lo abrazó.
- Si... estoy bien - dijo con la mirada perdida.
- ¿Qué ha pasado? - preguntaron sus amigos cuando se separaron al cabo de un rato.
- No sé... es como... si volviese a vivirlo... -
- ¿El qué? - preguntó Sirius.
- El lobo... Ann... todo... -
- Si nos lo cuentas puede que te sientas mejor - dijo James mirando a su amigo con ternura.
Sirius miró a Remus y asintió dándole a entender que esa era una buena idea.
- Yo tenía siete u ocho años,... no lo recuerdo muy bien,... estaba atardeciendo y yo jugaba en el parque que había al lado de mi casa. Cerca había un bosque muy oscuro, en el cielo se veía una clara luna llena, inmensa... me quedé embobado mirando al interior del oscuro bosque. Algo me atrajo hacia allí, no sé que era, pero quería entrar... y lo hice. Cuando llevaba un rato caminando vi algo que brillaba en medio de tanta oscuridad, me acerqué un poco más y los vi, eran dos ojos, amarillos y con un verde intenso en el centro y... entonces lo vi... de cuerpo entero, en ese momento no sabía que era lo que había delante de mi pero ahora lo sé, era un licántropo, intenté correr pero no podía moverme, se abalanzó sobre mi... y me mordió,... yo gritaba pero nadie venía en mi ayuda, y mientras... el animal hundía más sus colmillos en mi carne. Se oyó un aullido y el licántropo me soltó de repente y se marchó. Llegué a duras penas a mi casa después de un tiempo de estar tendido en el suelo del bosque y mis padres se horrorizaron al verme, al ver lo que me había ocurrido,... al ver la mordedura... - relató llorando y sus amigos le abrazaron mientras se palpaba el lugar donde había sido mordido.
- Venga... tío... intenta olvidarlo... - dijo Sirius.
- ¿Olvidarlo dices¡C"MO¡es mi maldición, eso no se puede olvidar! - dijo saliendo del trance y mirando a sus amigos con los ojos llorosos.
- No te preocupes, nosotros estamos aquí contigo - dijo James mientras lo volvía a abrazar.
- Eso es un consuelo - dijo devolviéndoles el abrazo.
- Y... ¿qué más veías? - preguntó Sirius tímidamente.
- ¿Te parece poco lo del lobo? - chilló James.
- No importa... también veía a Ann... el día aquel que me dijo que no querría volver a verme... el día que me dijo adiós definitivamente... - dijo amargamente.
Remus pasó un par de días en la enfermería, la señora Pomfrey no se fiaba de que estuviera del todo bien.
Cuando llegó a la habitación, después de horas incansables de disputa con la enfermera para que le dejara salir, se tumbó en la cama. Sus amigos se abalanzaron sobre él cuando le vieron.
- ¡Por fin estas de vuelta, Lunático! - gritaron Sirius y James a la vez.
- Si... si... ya se... que me queréis... mucho... pero... quitaos de... encima... que... no... puedo... respirar... - después de un rato cuanto sus amigos quitaron de encima de él - ¡sois unos pesados! -
- ¿A si? Pues este pesado no te va a contar la información que ha conseguido - dijo Sirius haciéndose el interesante.
- ¿Información sobre que? - preguntaron sus amigos curiosos.
- Sobre Anita... - dijo canturreando.
- Cuenta - le ordenó Remus.
- Lalalalala - canturreó Sirius pasando olímpicamente de su amigo.
- ¡Sirius! - dijo Remus.
- Lalalala -
- ¡Sirius! - volvió a decir Remus empezando a mosquearse.
- Lalalala -
- Lalalala -
- ¡Sirius joder¡deja ya de tocarme las pelotas! - dijo Remus algo cabreado.
- Lo siento Lunático... yo no haría eso... no eres mi tipo... no estas tan bueno... - dijo el chico con mirada picara.
- ¿Eli si es tu tipo no¿Ella si esta buena, verdad? - le preguntó James picaramente.
- Eeeehhhh... - dijo Sirius colorado.
- ¡Basta!... ya sabemos que te gusta Eli... no os desviéis del asunto principal... ¿qué sabes de Ana? - dijo Remus encarando a Sirius.
- OK, lo que averigüe fue que... - comenzó a hablar.
- ¡Dilo! - gritó Remus.
- No te impacientes -
- ¡Sirius! - dijo amenazándolo con la varita.
- Eli me ha dicho que Ann lloró al verte en ese estado en la enfermería, bueno en verdad lloraron todas, pero que Ann llorara por ti significa algo¿no? - dijo Sirius rápidamente ante la amenaza de su amigo.
- Al fin lo dices... eso es bueno... si... puede que ahora este más receptiva... intentaré hablar con ella - dijo pensativamente.
Continuara...
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