Este ff esta hecho por Elísabeth y Ana!

Los personajes principales son los de Rowling, los demas son nuestros!


Capítulo 28: Conspiración.

- Mi señor¿me habéis mandado a buscar? - preguntó una voz sensual desde las sombras.

- Dime... ¿qué sabes tu de unas brujas en Hogwarts que dominan los elementos? -

- Ah... esas sosas han adquirido sus poderes a espaldas de todos... son unas niñas tontas, mustias y sosas que no tienen ni la menor pizca gracia - dijo Cris con asco.

- Veo que no te caen demasiado bien -

- Por culpa de una de ellas tuve que salir de Hogwarts... esas desgraciadas deberían morir -

- Y crees que antes de morir... me entregarían sus poderes -

- Me temo, mi señor, que no lo harán... son Gryffindors leales a Dumbledore... no creo que estén dispuestas a colaborar con usted -

- Pues habrá que hacer algo para que estén dispuestas -

- Creo, mi señor, que entre vuestras filas hay uno que conoce mejor que yo sus debilidades - dijo Cris a modo de sugerencia.

- ¿Quién? - preguntó amenazante.

- Mi señor... usted me ha enseñado bien en todo este tiempo... dígame ¿qué obtengo yo a cambio de dar esa información? -

- Vivir - dijo Voldemort apuntándole con la varita.

- Mi señor, soy poderosa y puedo ser de gran ayuda en la batalla... no creo que usted sea tan... tonto... como para prescindir de alguien como yo... - dijo divertida eligiendo cuidadosamente las palabras.

- ¿Y que es lo que deseas a cambio? -

- Poder, mi señor, sólo poder... no más que usted, claro esta... pero si más que los mortifagos que os siguen... tenga en cuenta que yo soy más que ellos -

Voldemort pareció pensárselo unos minutos.

- Esta bien... te daré poder y prestigio entre mis filas... y ahora ¿cuál es ese nombre? -

- Severus Snape, mi señor -

Voldemort se acercó hasta ella, puso su mano sobre la chica y una aura oscura los envolvió a los dos.

- Puedes retirarte -

Cris salió satisfecha con el trato, había obtenido más poder que cualquiera de los insulsos mortifagos que la rodeaban, recordó entonces las palabras de Malfoy.

- FLASH BACK -

- Lucius... quiero que me enseñes para ser la más poderosa de todos -

- No... tu sólo eres una zorrita que satisface mis deseos... nunca podrás obtener el poder para ser más que yo... yo tengo la confianza del Lord Oscuro... tu sólo me tienes a mi de tu lado... y ahora cállate y déjame disfrutar de ti... si no quieres salir mal parada -

- FIN FLASH BACK -

- Con que nunca podría conseguir más poder ¿eh, idota?... ahora yo tengo la confianza del Lord Oscuro... y por lo tanto el poder... pagaras por todas las humillaciones Malfoy - dijo Cris con asco entrando en su cuarto.


No habían pasado ni tres horas desde el ataque cuando ya estaban en el colegio, los aurores los habían transportado rápidamente para su seguridad. Andrew y Maggie estaban estables, con algunas heridas pero sin nada de gravedad.

Nada más llegar los estaban esperando McGonagall y la señora Pomfrey, los ocho chicos fueron directamente a la enfermería para curar las heridas que tuvieran.

- No tenían que haber ido... ya sabia yo que era mala idea... - murmuraba McGonagall de camino a la enfermería.

Pasaron la noche en la enfermería aunque ninguno de ellos tenía nada grave.

Por la mañana fueron a gran comedor para desayunar y allí se encontraron con el resto de alumnos que se habían quedado a pasar las vacaciones en el colegio. Al día siguiente comenzarían las clases y se podía ver a muchos alumnos con los libros junto a la comida.

Todos se sentaron juntos, July con el resto de Gryffindor, para desayunar, al cabo de unos minutos llegaron muchas lechuzas con la edición vespertina del Profeta.

El periódico hizo una edición especial sobre los atentados de Voldemort en España, al parecer habían sido dos, uno en Madrid, en un Congreso de las Naciones Unidas donde estaban todos los dirigentes de los países, y el otro en Barcelona, en la carrera de F1.

Los dos ataques fueron simultáneos y causaron muchos muertos y más heridos. Voldemort hizo aparición en ambos, y cuando estuvo satisfecho con el caos que había montado ordeno la retirada.

Según las noticias, en Madrid, ningún dirigente del Congreso había muerto, algunos guarda espaldas si, pero los que mandaban no, ya que pudieron evacuarlos en cuanto aparecieron los mortifagos. Más de un conservador declaró en las noticias al día siguiente que este atentado, con Franco vivo, no hubiera pasado.

Del atentado de Barcelona se supo que ningún piloto ni jefe de escudería habían muerto, la mala noticia fue que muchos de los mecánicos que estaban a pie de podio si habían sufrido daños.

Todos estaba tristes por el ataque, pero gracias a Dios ninguno de ellos había sufrido más de una herida leve. Cuando terminaron de desayunar se fueron hasta los jardines para pasar tranquilamente el último día de vacaciones que les quedaba.

No tenían ganas de bañarse en el lago, así que simplemente se sentaron en el césped a descansar. Ninguno hablaba, estaban demasiado consternados con lo sucedido. James y Lily se lanzaban miradas fugaces, Eli estaba apoyada sobre Sirius, Remus y Ann se recostaron en un árbol y Rodo y July estaban echados abrazados.

- Deberíamos empezar a estudiar ya... falta muy poco para los EXTASIS - dijo Lily.

- Eso es cierto... venga vamos - le secundo Remus.

- Lily siéntate y tu, Ann, calla a tu novio - dijo Sirius sin abrir los ojos.

Pero una gran lechuza se posó encima de Sirius clavándole las garras.

- Quita bicho - dijo Eli dándole un manotazo.

- Me cago en el pajarraco de los cojones - dijo Sirius levantándose la camiseta y revisando los arañazos que acababa de recibir.

- Es para ti - dijo Rodo entregándole la carta a Eli.

La lechuza se fue por donde había venido. Eli abrió la carta y la leyó detenidamente. Mientras leía se formaba en su cara una expresión de incredulidad y cada vez palidecía más.

- ¿Eli¿son malas noticias? - preguntó Ann viendo la cara de su amiga.

Sirius fue a coger la carta para leerla pero Rodo fue más rápido, la cogió y la leyó, y también palideció.

- No me lo creo - murmuró Rodo.

Eli empezó a reír como una loca, Sirius se hartó de no saber que decía la dichosa carta y se la quitó de las manos a Rodo, todos se pusieron alrededor de él para poder leerla.

- ¡Pero este tío esta loco o se ha fumado algo! - gritó Sirius al terminar de leer.

- No puede hacer eso ¿verdad?... ¿puede? - preguntó Lily sorprendida.

- Entre familias de sangre limpia es normal los matrimonios concertados - explicó James.

- Si, pero no con el idota de mi hermano - gritó Sirius furioso.

- ¿Eli¡Eli! Reacciona ¡Eli! - dijo Rodo mientras la zarandeaba.

- Esta loco si cree que me voy a casar con Regulus Black - dijo la chica cuando se le paso el ataque de risa - vamos... que buen chiste -

- ¡Claro que no te vas a casar con él! - dijo Sirius.

- Tranquilo... Sirius... - dijo Eli acercándose y besándolo para tranquilizarlo.

- No me parece correcto que mi futura esposa se ande besando con otros... y menos con él - dijo Regulus con una sonrisa triunfante.

Los chicos sujetaron a Sirius que pretendía lanzarse a partirle la cara a su hermano.

- Mira... niño... no me voy a casar contigo - dijo Eli muy tranquilamente.

- Eso no es lo que dice tu familia - respondió Regulus con una seguridad que impresiono a todos.

- Es que a mi lo que diga el loco de mi abuelo me importa un comino - dijo Eli perdiendo un poquito los nervios.

- Esto del ataque te debe haber afectado... seguro que cuando vuelvas a casa veras las cosas de otro modo... amorcito -

- ¡Pero que estas diciendo¡idiota! - gritaron Sirius y Rodo a la vez.

- Hermanito no tienes nada que hacer... ella se casara conmigo - dijo Regulus acercándose a su hermano como retándolo.

James y Remus tuvieron que sujetar a Sirius y Rodo se quiso abalanzar sobre Regulus pero Eli le detuvo.

- Escúchame atentamente Regulus... ni aun pagándome me casaría contigo... yo quiero a Sirius... si algún día tengo que elegir con quien me caso... lo elijo yo... te queda claro... ni mi padre ni mi madre ni mi abuelo ni Dios que baje y me lo imponga... lo elegiré yo... así que ya te puedes estar yendo antes de que me enfade más y te suelte a estos dos para que te muelan a palos - dijo Eli muy furiosa cogiendo a Regulus del cuello de la camisa para tirarlo al suelo cuando terminó de hablar.

Regulus desde el suelo la miró con odio.

- Te arrepentirás de esto - dijo mientras se ponía de pie y se limpiaba.

- No me mires como si me estuvieras perdonando la vida... por que estas muy equivocado jovencito... -

- ¡Largo! - gritó Sirius liberándose de los que lo tenían sujeto y yendo hacia su hermano.

- Sirius tranquilo - dijo James intentando calmar a su amigo.

- Mejor vamos a la sala común... allí no tendremos que cruzarnos con él - sugirió Ann.

Eli se acercó para abrazar a Sirius y calmarlo. Todos fueron a la sala común menos Rodo que se fue con July a la sala de la chica.


Pasaron los días y la vuelta a la rutina de las clases se hizo constante. Estaban todos en la biblioteca estudiando para los EXTASIS ya que los profesores estaban dando mucha lata con eso de la preparación para el futuro.

Snape miraba fijamente a las chicas desde un rincón oscuro de la biblioteca, llevaba observándolas varias horas, pero ninguna de ellas se percato de su existencia. La presión de los exámenes se hacia notar entre los alumnos, y desde hacia varios días los chicos iban a la biblioteca a estudiar.

Después de muchos intentos decidieron estudiar separados, bien por el tiempo que perdían dándose besos o abrazos, o bien por la situación tan incomoda que vivían Lily y James cuando estaban mucho tiempo juntos.

Lily miro tímidamente hacia el chico, el cual se encontraba leyendo un pergamino, noto que estaba muy concentrado, puesto que ni los comentarios de Sirius le hacia salir de sus pensamientos, siguió mirándolo sin temor a ser descubierta, de repente una imagen apareció en su mente.

- FLASH BACK -

El ataque en Barcelona provoco la angustia de los profesores y como consecuencia aumentaron las medidas de seguridad por el bien de los alumnos.

Eli y Ann no podían quedar con sus chicos a solas, puesto que la mayoría de los profesores vigilaban durante todo el día, con el fin de que los alumnos no salieran de sus habitaciones. Por otro lado, Lily apenas decía nada. Ya no estaba asustada de Malfoy ni se sentía triste por su ruptura con James.

Un sentimiento nuevo apareció en su interior, la melancolía le permitía continuar luchando. Se convenció a si misma de que James y ella nunca volverían a estar juntos, y eso, en cierto modo, le tranquilizaba, y no porque no le amara, sino porque no se encontraba preparada para volver a intentarlo, necesitaba estar un tiempo sola.

No terminó de ponerse el pijama, y cuando iba a acostarse noto que algo no iba bien, que en el dormitorio no estaba sola, por un instante se asusto, pero luego recordó que sólo podría ser James, así que se tranquilizo y se tumbó dejándole espacio para que se sentara junto a ella.

- Hola... -

- Hola... ¿qué haces aquí? -

- Necesitaba hablar contigo -

- Yo también -

- Bueno... yo... después de lo que paso... ya sabes... el ataque... bueno yo... me he dado cuenta de que... tu y yo... que yo... -

- Yo también me preocupe por ti, tenia miedo de que te ocurriera algo - dijo abrazándolo - no hace falta que digas nada, en serio -

- ¡Pero quiero hacerlo!.. voy a serte sincero... lo de Malfoy fue un error - dijo mirándola tristemente - pero ¿quién no los comete? yo te quiero... -

- James, no sigas por favor... no puedo escuchar eso ahora -

- Pero... Lily... no te entiendo... yo quiero estar contigo... te quiero... se que tu me quieres a mi... ¿qué es lo que ocurre? -

- No ocurre nada... de verdad... solo que ahora no es un buen momento -

- No se a que te refieres... pero no voy a presionarte, si esto es lo que quieres...bueno... será mejor... que me vaya - dijo dispuesto a levantarse.

- ¡Espera! - dijo amarrándolo - antes de irte... ¿puedes hacerme un favor? -

- Claro -

- ¿Puedes besarme? -

James no respondió a la pregunta, se limito a acercarse y besarle. No fue un beso tan pasional como otras veces, fue un beso calido que permitió a Lily sentirse protegida junto a el. Cuando se separaron se sonrieron avergonzados y James se marcho de la habitación sin preguntarle nada.

- FIN FLASH BACK -


Ann se dirigió a una estantería para coger un libro cuando se dio cuenta de que Snape se encontraba allí sólo. Se acerco sin hacer ruido para comprobar que estaba haciendo. Sin embargo, cuando se sentó junto a el Snape se sobresalto mas de lo normal.

- ¿Qué quieres? -

- Nada... sólo quería saludarte... pero ya veo que no estas de humor... -

- Pues no... no lo estoy... -

- Bueno... pues yo... -

- Si no te importa tengo cosas que hacer -

- Entiendo... - dio la chica levantándose - solo quería decirte que... -

- No tengo tiempo para hablar -

Ante las duras palabras de su amigo, la chica optó por marcharse dolida de la biblioteca. No entendía por que le trataba así, pero en el fondo sabía que desde la traición de Cris el lo estaba pasando muy mal. Deseaba que el chico abriera su corazón y le contara que le estaba pasando, pero sabia que eso nunca iba a ocurrir. Se limpio las lagrimas que sin esfuerzo había soltado, respiró profundamente y se sentó junto al fuego.

- Cariño ¿qué te ocurre? - preguntó Remus entrando donde estaba su novia.

- No sé para que lo intento... yo quiero ser su amiga... pero él se cierra en banda y no hay forma - dijo Ann con coraje.

- Snape es así... ya lo sabías -

- Pero creí que cambiaría - dijo ella exaltada.

- No es tan fácil cambiar a alguien como Snape... -

- Todo es culpa vuestra... tantos años de bromas -

- Sabes que no es nuestra culpa... eran bromas infantiles... lo que pasa es que Snape es un rencoroso - dijo poniendo cara de pena.

Ann lo miró con el ceño fruncido pero al ver su carita de pena se apiado de él.

- Pero algo de culpa tenéis... y ahora pago yo los platos rotos -

- A lo mejor esta así por otras cosas... -

- Pues que no lo pague conmigo - dijo Ann mosqueada.

- Anda... no te enfades - dijo Remus dándole un beso.

- Vale... pero por que tu me lo pides... - dijo ella besándole a él.


Severus movía la pluma sin parar, sintiéndose culpable por haberle hablado mal a Ann. Miraba fijamente su libro de pociones hasta que la vista se le nublo y no pudo continuar leyendo. Cerro los ojos y sin tiempo para reaccionar sintió un latigazo en la espalda. Se mordió el labio con tanta fuerza que no pudo evitar que le sangrara. Paso una mano por sus labios y toco con la otra la sangre que el mismo se había provocado.

- FLASH BACK -

- Snape... el Señor Oscuro te llama - dijo un mortifago con asco.

- Si - Snape siguió la mortifago hasta la estancia de su señor - aquí estoy Mi Señor - dijo inclinando la cabeza ante él.

- Ha llegado a mis oídos que tienes información de primera mano sobre unas brujas que hay en Hogwarts muy poderosas - dijo tranquilamente observando la reacción del chico.

Severus se puso nervioso pero lo disimuló.

- Mi Señor no se quien le habrá dado esa información pero no creo ser yo el que tenga lo que usted, mi señor, requiere -

- Ah ¿no?... confió en mi informador... así que... cuéntame... cuales son sus poderes y sus nombres -

Snape lo miró directamente a los ojos, una osadía que no se le permitía a nadie, pero en ese momento quería ver si su señor sería capaz de hacerle daño por conseguir esa información y se dio cuenta de que su señor sería capaz de todo.

- FIN FLASH BACK -

Por mucho que Ann fuera su amiga, ya no podía dar marcha atrás, ahora ya no era su problema lo que les pasara a las chicas.


Pasaron los días y entre tanta presión por los exámenes una pequeña salvación al agobio que todos sentían se deslumbró en el camino, el sábado tenían visita al pueblo.

Ese día sería un respiro para todos pero los que más contentos estaban eran Eli y Sirius pues ese fin de semana acababa el mes de prueba y Sirius había pasado con honores.

Pero antes de eso Eli tenía que hacer algo, fue al despacho del director para pedirle el favor, estaba segura de que le dejaría, y así fue, colocada frente a la chimenea dijo alto y claro el nombre de su casa y asomó la cabeza. Un elfo apareció frente a ella.

- Rápido llama a mi madre - ordeno Eli.

- Si señorita -

A los segundos estaba su madre frente a ella.

- Hija ¿qué pasa? -

- Mamá ¿cómo es posible que me hayáis prometido a Regulus Black? - preguntó Eli indignada.

- Es cosa de tu abuelo... convenció a tu padre para ello... al perecer la señora Black fue la que insistió en juntaros -

- Pero es que yo no quiero casarme -

- Hija... sabes que poco puedes hacer -

- Ya soy mayor de edad... no podéis obligarme - dijo la chica rotundamente.

- Eres una Adams y hemos hecho un trato... no puedes mandar nuestro prestigio a la mierda por un capricho - dijo su madre enfadada.

- Es que habéis hecho un trato con mi vida... y no es un capricho ¡es mi vida! -

- Te casaras con Regulus Black y no hay más que hablar - dijo la mujer cerrando la conversación.

- Mierda - dijo Eli al salir de la chimenea.

- ¿Todo bien? - preguntó el director.

- Quieren casarme a la fuerza... y con el hermano pequeño de mi novio... la vida es un asco -

- Seguro que todo saldrá bien... te aconsejo que vivas el momento y aproveches lo que tienes ahora -

- No me pienso casar con Regulus - dijo Eli tajantemente.

- Muy bien... ese es el espíritu luchador que quiero en mis alumnos - dijo Dumbledore alegremente.


Era viernes por la noche y Eli se asomó al espejo, no pudo evitar sentirse nerviosa. El vestido negro que se había puesto dejaba ver cada curva de su cuerpo, haciendo que se encontrara hermosa. Salió de la habitación lentamente, había quedado con Sirius para cenar, era su primer aniversario y la chica sabía que Sirius de verdad le quería, que sus sentimientos eran auténticos.

Sin embargo, eso no la tranquilizó, se dirigió a la casa de los gritos con el corazón acelerado, intentando imaginar que sorpresa le había preparado Sirius. Puso su mano derecha sobre el pomo de la puerta, vio que sus manos temblaban, igual que el resto de su cuerpo.

Abrir la puerta y entrar significaba estar con Sirius por fin, olvidando todo lo ocurrido en el pasado. Después de dudar unos segundos la abrió. Y allí estaba él, el amor de su vida.

Sirius la esperaba de pie, con una rosa roja en su mano. La miró fijamente, sonriendo, sabiendo con certeza y sin miedo que ella era la única persona a la que había amado, la única mujer que le había dado la oportunidad para conocer el amor. Se fijó que la chica temblaba, así que se acercó y le dio un cálido beso en los labios.

- Feliz aniversario - dijo el chico susurrándole al oído.

- Feliz aniversario - consiguió responder Eli embriagada por el olor del chico.

Sirius la cogió de la mano, invitándole a entrar hasta el interior de la habitación. El chico había decorado la sala con velas, haciendo que la cita fuera aún más intima. En el techo un hechizo dejaba ver las estrellas y la luz de la luna iluminaba la cama que Sirius había hecho aparecer.

Eli miraba asombrada cada rincón de la habitación, no quería perderse ningún detalle. Desde donde se encontraban, el chico había hecho un pequeño camino cubierto de pétalos de rosas blancas y rojas. Al final de dicho camino se encontraba la cama, por encima de la cual había pétalos rojos colocados de forma estratégica, dejando ver la forma de un corazón.

La chica caminó entre los pétalos del suelo y se acercó al corazón. En su interior, Sirius había puesto una fotografía mágica donde Eli y Sirius salían sonriendo y abrazados, al lado de la foto había un sobre cerrado. La curiosidad de Eli hizo que la abriera sin decir ni preguntar nada.

La chica comenzó a leer y unas lágrimas comenzaron a aparecer en su rostro, al mismo tiempo que ella leía Sirius iba recitándole la carta palabra a palabra, haciendo que la chica se emocionara aún más.

"Querida Elísabeth:

Te amo, te amo desde el primer día que te vi, desde que tus ojos verdes me miraron fijamente tantos años atrás. Te amo, por que con tu amor soy feliz, por que con una sola mirada o palabra tuya mi corazón palpita, por que con saber que tu me amas mi vida cobra sentido.

Te amo, no sólo por como eres, sino por lo que me haces sentir cuando estoy contigo.

Te amo, sí, te amo como jamás he amado a nadie, por que sólo contigo he podido experimentar el amor, por que sólo contigo mi piel se estremece con un simple roce, por que eres mi vida, por que ya no soy nadie sin ti.

Te amo, siempre te he amado, pero el miedo me hizo ser débil, haciendo que no luchara por lo que realmente deseaba. Ahora estoy aquí, enfrente tuya, deseando que en este mes haya podido demostrarte mis sentimientos, demostrarte que mi amor hacia ti es verdadero, pidiéndote una oportunidad para formalizar nuestra relación.

Te amo, podría decírtelo mil veces, aún sabiendo que con una sola palabra tuya me haces el hombre más feliz del mundo.

Siempre tuyo.

Sirius."

Al terminar de oír a Sirius, Eli se le acercó para abrazarlo. El chico la abrazaba fuertemente, dejándole que se desahogara. Cuando Eli se calmó se separó del chico y le besó. El beso era tierno, cálido, como nunca se habían besado. Sus relaciones siempre habían sido muy apasionadas, pero esta vez tanto Eli como Sirius necesitaban que fuera una noche romántica, rozando y conociendo cada parte del cuerpo del otro.

Eli se puso de espaldas a Sirius y él le comenzó a besar el cuello.

- ¿Estas segura? - susurró Sirius al oído acercándose más a ella.

- Más que nunca -

El chico comenzó a bajarle la cremallera del vestido, lentamente con una mano, mientras que con la otra acariciaba suavemente la parte de la espalda que el vestido dejaba ver. Eli cerró los ojos, disfrutando, dejándose acariciar por su chico.

Una vez la cremallera estuvo abierta el vestido cayó al suelo. Eli se encontraba en ropa interior y Sirius pensó que no había visto una mujer tan bella como su novia. Comenzó a lamer su espalda, mientras que Eli se estremecía con cada caricia, cada vez que la lengua rozaba su piel se sentía perdida. Suspiraba mientras Sirius seguía acariciándola.

Le desabrochó el sujetador y lo dejó caer. Acercó su cuerpo a la espalda desnuda de la chica. Tocaba sus senos, mientras que le besaba el cuello. La chica colocó sus manos en la espalda del chico aún cubierta por la ropa. Eli gemía de placer mientras sus manos luchaban intentando rozar la espalda de Sirius, apartando como podía la camisa del chico.

Las manos de Sirius acariciaban suavemente los senos de Eli haciendo que la chica se excitara. Fue bajando hacia su cintura mientras que ahora le besaba el lóbulo de la oreja. Cuando sus manos se iban a colocar en el tanga de la chica, ella lo paró. Se giró y mirándole fijamente, le desabrochó la camisa. Ella también quería conocer a fondo a su chico.

Le quitó la camisa y besó a Sirius. Fue descendiendo, besándole el cuello, lamiendo su torso desnudo. Se acercó, provocando que sus senos rozaran el torso del chico, mientras acariciaba su espalda. Sirius se desabrochó el pantalón y como pudo se lo quitó mientras que Eli le volvía a besar. Ambos se encontraban semidesnudos.

Sirius se agachó acariciando la cintura de Eli, descendiendo mientras acariciaba sus muslos, sus piernas. Eli abrió un poco las piernas para que Sirius pudiera acariciar la parte interior de sus piernas.

Sirius le quitó el tanga a la chica, quedando Eli totalmente desnuda. Sirius la levantó y acompaño a Eli abrazándole hacia la cama, haciendo que se tumbara.

Él se tumbó encima de ella colocando su cabeza a la altura de su sexo. Mientras Sirius le hacia vibrar, Eli le acariciaba el pelo con una mano y se acariciaba sus senos con la otra. Eli gemía de placer rogándole que no parara. Cuando el chico vio que a Eli le faltaba poco para correrse se colocó a la altura de sus ojos, besándole tiernamente mientras la penetraba lentamente. Las manos de la chica ahora estaban situadas en los glúteos del chico, empujándolo, haciendo más intensa la penetración del chico.

Eli abrió los ojos y pudo ver el rostro de Sirius iluminado por la luz de la luna, mientras Sirius le sonreía y le susurraba infinidad de veces que la amaba. Ella respondía de igual manera, diciéndole lo que sentía, besándolo y haciendo el amor con él como nunca antes lo habían hecho, vibrando con cada caricia, con cada roce, con cada penetración.

La pasión de los dos amantes hizo que hicieran más de una vez el amor esa noche, cada vez más apasionada, hasta quedar exhaustos, quedándose dormidos abrazados.


Lo que nadie sabía es que el sábado sería un día de sorpresas, unas buenas y otras no tan buenas.

Remus respiraba entrecortadamente, su cuerpo se movía al compás de la música, sin embargo, se percato de que no estaba soñando. Noto una de las manos de su chica acariciándole el pelo, y eso hizo que despertara dándose cuenta de la realidad de la situación. Esperaba encontrarse con la sonrisa de su chica al despertarle, pero no la encontró. Mientras levantaba la cabeza para verla se mordió el labio con pasión, y una nueva sensación le obligo a volverse a tumbar. Cerro los ojos y disfruto del momento.

Una cabellera rubia se dejaba ver entre las sabanas, moviéndose de arriba abajo. Se separo unos milímetros del cuerpo de su chico para coger aire. Lo miro y comprobó que estaba disfrutando. Volvió a mirar el miembro de Remus y sacando la lengua la posó con cuidado en la punta. Comenzó a lamerla despacio mientras acariciaba el torso desnudo de su novio. Aumento la velocidad mientras Remus, aun con los ojos cerrados, comenzó de nuevo a moverse excitado. Introdujo su pene en la boca y con cuidado para no dañarle lo saboreo hasta que noto que Remus iba a correrse. Se separo y continuo dándole placer con la mano, hasta que por fin Remus acabo lo que ella había empezado. Se incorporo y dándole un beso en la mejilla se tumbo a su lado.

Después de eso bajaron a desayunar para ir rápido al pueblo y así descansar de las presiones.


Pasaron una mañana tranquila de un lado para otro todos juntos, riendo y pasándolo bien, extrañamente no se toparon con ningún Slytherin y no habían vuelto a encontrarse con Regulus desde el día que estaban en el lago, lo cual era muy sospechoso.

Después de haber pasado la hora del almuerzo todos alegremente, por lo menos cuatro de ellos, ya que Lily y James no se motivaron demasiado en este sentimiento, comiendo en Las Tres Escobas decidieron que pasarían la tarde separados haciendo sus respectivas compras.

Las chicas iban por la calle hacia una de las tiendas de moda a comprar ropa charlando animadamente cuando una señora que caminaba delante de ellas cayo al sueño de repente. Se aproximaron ha la mujer que yacía muerta en el asfalto, levantaron la vista y vieron una veintena de encapuchados con sus varitas listas para atacar, sin pensarlo dos veces salieron corriendo hasta uno de los edificios para guarecerse detrás.

- Mortifagos -

- Habrá que avisar a Dumbledore -

- Y a los chicos -

- Lo mejor será separarnos... yo avisare a Dumbledore, vosotras id a por los demás - dijo Eli.

Ann, Lily asintieron mientras agarraban con fuerza su varita y se disponían a salir del escondite.

- Cúbrenos - dijo Ann a Eli.

- Hecho... protego -

Las tres chicas se separaron para tomar caminos diferentes. Eli se dirigió a la salida del pueblo para ir al colegio, Ann y Lily fueron a la parte sur del pueblo, donde estaba Zonko, para avisar a los chicos y a todos los alumnos que se encontraran por el camino.

Si las chicas pensaban que sería fácil librarse de los mortifagos se equivocaron. Nada más salir de su escondite, Lily y Ann se encontraron con los mortifagos. Intentaron correr y esquivar las maldiciones aturdidoras y mortíferas que les lanzaban y casi lo consiguen, sobre todo por que algunos compañeros que estaban por la zona también intentaban defenderse del ataque, pero una de las maldiciones dio de lleno en Lily, con la consecuencia de que cayera al suelo, Ann que iba por delante no se dio cuenta de lo que había pasado hasta unos metros más hacia delante, donde giro la cabeza para ver a su amiga, pero cuando la vio, Lily estaba tumbada en el suelo y un grupo de mortifagos rodeándola, se acercó para ayudarla.

- Expeliarmus - gritó Ann a los mortifagos.

Mala idea debió de pensar cuando varios de ellos se giraron para atacarla, y no tuvo otra opción que salir corriendo para hacer que le siguieran y así quitarle algunos de encima a su amiga.


Lily todavía estaba consciente y se aferró a su varita para poder defenderse. Lanzó un par de Expeliarmus pero no surgieron el efecto deseado ya que uno de los mortifagos le lanzo un Crucio. La chica sintió un dolor muy fuerte que le quemaba por dentro, se retorció en el suelo y sobre todo intentó no gritar, no le daría la satisfacción a esos de verla gritar.

Cuando el hechizo terminó uno de los mortifago se acercó para cogerla y llevársela, pero Lily no se iba a dejar agarrar tan fácilmente. Cuando estuvo en pie, saco fuerzas para pegarle una patada en la entrepierna al que la sujetaba, el hombre se encogió de dolor, mientras que otro mortifago la sujetaba para que no escapara.

- Maldita zorra, te vas a enterar - dijo con voz aguda el mortifago adolorido.

El hombre se puso de pie y le pego tan fuerte como pudo a Lily, ella no pudo hacer nada y se desmayó del golpe, los demás mortifagos se rieron y se la llevaron a la vez que mataban a algunas personas más que pasaban por allí.


Eli llegó a la salida del pueblo con bastantes dificultades, por el camino se había encontrado con más de un mortifago al que pudo esquivar y atacar con bolas de fuego. Cuando se disponía a entrar en el camino que llevaba a Hogwarts unos brazos se lo impidieron, alguien la estaba abrazando por detrás.

- ¿A donde vas amorcito? -

- Black suéltame -

- Me temo que no... aquí tengo a unos amigos que quieren saber de ti -

Regulus la giró para que se quedara cara a cara con cinco mortifagos que la apuntaban con la varita.

- ¿Por qué haces esto Regulus? - preguntó mirando con temor a los mortifagos.

El chico la tenía cogida de tal forma que no podía crear ninguna llama para defenderse, aunque ella intentaba soltarse, pero Regulus nunca le contesto y si lo hizo no pudo oírlo ya que los cinco mortifagos lanzaron distintas maldiciones de aturdimiento para dejarla sin sentido. Eli cayó inconsciente en los brazos del pequeño Black que beso sus labios.

- Por fin mía -


Ann se encontraba acorralada entre tanto mortifago, no sabía que hacer, y era consciente de sus limitaciones en cuanto a sus poderes. Salió corriendo hacia Las Tres Escobas para socorrerse en la taberna, cuando se encontró con la persona que más odiaba.

- Vaya, vaya, vaya... nos volvemos a ver... Anita -

- No me llames así, zorra -

- Uy... veo que no estamos de humor... ¿tal vez miedo de que te vuelva a vencer? - dijo Cris mientras sacaba su varita.

- Nunca me has vencido -

- Prepárate a morir -

Cris comenzó a lanzar maldiciones y Ann hábilmente los esquivaba, a la vez que le devolvía unos cuantos hechizos.

- ¿No crees que deberíamos dejar las niñerías y mostrar de lo que verdaderamente somos capaces? - dijo Cris empezando a mostrar su parte veela.

Ann sabía perfectamente que una pelea con Cris transformada en veela no sería igualada, pero no podía evitar el enfrentamiento.

La veela se abalanzó hacia Ann, que pudo esquivar una de las garras, pero no la otra que le produjo un arañazo bastante grave en el pecho. Ann se acurruco en el sueño para guarecer la herida mientras Cris le atacaba.

Cris la cogió y la lanzó contra la pared, quedando Ann semiinconsciente y de espaldas a la veela, Cris aprovecho para rajarle toda la espalda a base de arañazos profundos y de difícil cicatrización.

Ann no sabía que hacer, estaba indefensa y casi inconsciente ante los ataques de Cris, pero tenía que hacer algo. Mientras su oponente se deleitaba marcándole la espalda, Ann pudo reunir algo de fuerzas para contrarrestar todos los ataques.

Se giro, sorprendiendo a Cris de que todavía estuviera viva, y lanzó la más grande bola de fuego y electro que podo hacer. Al estar tan cerca de la veela, esta, no pudo evitar la colisión, y se retorcía del dolor ya que estaba ardiendo y el electro le estaba provocando sacudidas.

Cris estaba de rodillas en el suelo, retorciéndose en el fuego, Ann también de rodillas en frente de ella respiraba entrecortadamente por el dolor de las heridas, estaba exhausta y no podía ver bien, uno de los cortes que Cris le hizo fue en la cara y la sangre no le dejaba ver, pero distinguió la figura de Cris alzándose en frente de ella.

- Muy bien hecho, la verdad me ha sorprendido, pero no has acabado conmigo - dijo la veela mientras volvía a empuñar su varita.

Cris tenía la cara y el cuerpo quemado y ensangrentado totalmente a causa del fuego y del electro, el pelo calcinado y las ropas todavía en llamas.

Ann no se lo podía creer, no había podido acabar con ella, y estaba casi vencida, ya no tenía esperanzas y las pocas que le quedaban se desvanecieron al oír el hechizo que la veela le lanzó.

- Avada Kedavra -

Pero la muerte nunca llegó, todavía estaba viva, todavía sentía el dolor de las heridas, entonces ¿que había pasado, alzo la vista y vio caer el cuerpo inerte de Cris.

Poco a poco fue viendo a su salvador, a aquella persona que le había salvado de una muerte segura. El hombre se arrodillo ante el cuerpo de Cris y lo abrazo atrayéndolo hacia él.

- Lo siento, Cris, lo siento - repetía mientras derramaba alguna lagrima y hacia esfuerzos por no romper a llorar.

- ¿Severus? - preguntó Ann sorprendida.

- Snape, no es momento de sensiblerías, suelta a esa zorra y trae a la chica - gritó Malfoy acercándose.

Ann comenzaba a perder el sentido cuando dos hombre encapuchados le cogieron y definitivamente lo perdió cuando uno de ellos le lanzó un hechizo aturdidor.


Unas calles más abajo, los chicos salían de Zonko con material de bromas para todo un mes, cuando vieron a gente correr y gritar.

- Atacan el pueblo -

- Mortifagos -

Por la mente de los tres merodeadores paso el mismo pensamiento, que a las chicas les hubiera pasado algo, corrieron calle arriba soltando las bolsas que habían comprado, pero cuando llegaron ya no había ningún mortifago o los que había estaban aturdido y atados por los aurores.

La zona estaba acordonada y no permitían el paso a nadie, aun lado estaba el hospital provisional que habían hecho aparecer para atender a los herido, los chicos corrieron a entrar allí para buscar a las chicas.

- ¿Dónde están las chicas? - preguntaron a McGonagall que llevaba una lista con los nombres de los alumnos heridos.

- No están entre los herido, es muy posible que... - contestó la mujer tristemente.

Los chicos no quisieron seguir escuchando a la profesora y salieron de allí para buscarlas.

- ¡Sirius! -

El aludido se volvió rápidamente esperanzado.

- ¿Qué? -

- No están ni en la zona de heridos ni en la de cadáveres - dijo Rodo cuando llegó a él.

- ¿Estas seguro de que no están...? -

- Segurísimo -

El chico hizo una mueca de dolor, tenía el brazo roto y lo llevaba en un cabestrillo, y algunos rasguños por el cuerpo.

- ¿Y July? -

- En la zona de heridos, tiene una herida muy fea en la cabeza, se la llevaran a San Murgo -

- Vamos a habar con Dumbledore para ver si saben donde están las chicas, tu quédate aquí por si aparecen - dijo James preocupado.

- Vale -

Rodo se acercó a la profesora para ayudarla con el recuento de los heridos.

- ¿Dónde estarán? - preguntó Remus impaciente.

- No lo sé, pero mientras no sea en esa zona me conformo - dijo Sirius señalando a donde se encontraban los cadáveres.

Miraron por los alrededores para encontrarlas entre los escombros, había muchos cadáveres, algunos estudiantes y otros de gente que vivía en el pueblo o simplemente que habían ido a pasar el fin de semana.

- ¡Mirad! - dijo James señalando a un cadáver.

- Dios, es Cris - dijo Remus.

Se acercaron con cuidado y examinaron el cuerpo, ya que les parecía extraño que todos los demás cuerpos estuvieran intactos y el de Cris calcinado.

- Esta muerta - corroboró Sirius tomándole el pulso.

Remus sonrió al ver las heridas de la medio veela.

- Esto a sido obra de Ann, ha sido ella -

- Posiblemente, por lo menos nos queda claro que Ann salio ganadora del duelo -

- Eso significa que esta viva - dijo Remus esperanzado.

- ¿Pero donde? -

Siguieron buscando pero no encontraron nada, simplemente más muertos. Volvieron a la zona de heridos para ver si había alguna novedad.

Las chicas seguían sin aparecer por ningún lado lo cual tenía preocupados a los merodeadores. Todos los alumnos que habían salido ese día de visita al pueblo estaban ya ubicados, menos las tres chicas.

- Me temo que tengo malas noticias - dijo Dumbledore acercándose a los chicos.

- ¿Más? - dijo Rodo exasperado.

- Al parecer los mortifagos se han llevado a tres chicas que coinciden con las características de Ann, Lily y Elísabeth -

- ¿Ellos las tienen? -

- Hemos organizado una partida de aurores para buscar posibles lugares donde Voldemord podría esconderse -

- ¡Pero no es suficiente! - gritaron los chicos.


Muy lejos de allí los mortifagos brindaban con champán por el triunfo obtenido en el ataque, su señor les había recompensado con no matarles ni torturarles ya que habían conseguido traer a las chicas.

- Nott ve ha vigilarlas -

- Están atadas Malfoy, no se van a escapar - dijo Nott mientras bebía de la botella.

- ¡Te he dado una orden y la cumples! - dijo Lucius cogiendo a Nott y lanzándolo fuera de la habitación.

El mortifago fue a regañadientes a las mazmorras de la casa, se paseó por las tres habitaciones riéndose de las tres chicas.

Cada una estaba en una habitación, encadenadas a la pared y con las ropas rotas.


Información adicional:

Eli dice "he de inclinarme ante Ana puesto que esta asombrosa noche de pasion entre Eli y Sirius es producto de su brillante imaginación, así pues un aplauso para ella por que ha sido precioso!" y "Gracias Cris y Vane por haberme puesto de malas aquella tarde... así ha sido mas fácil escribir esta muerte!"


Continuara...

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