Los personajes de esta historia no me pertenecen. Son propiedad de TSR o/y R.A Salvatore

No obtengo beneficio alguno por escribir esto salvo mi propio entretenimiento.

AVISO: Este fanfic es YAOI (y slash), si este género no te interesa o te resulta desagradable no lo leas, comprendo perfectamente esa postura.

Las parejas de este fanfic van a ser Artemis Entreri y otros drows, y Jarlaxle, por supuesto.

Capítulo 2. Maquiavelo

Una sombra cruzaba las calles de Calimport, se movía en silencio absoluto, sus pies ni siquiera movían el polvo de las calles, nadie se percataba de su presencia mientras se deslizaba por las calles de la metrópolis hasta llegar a su objetivo... La Ficha de Cobre. Una seña al centinela bastó para garantizar la entrada y la furtiva silueta entró en el recinto con la seguridad de estar a salvo de ojos escrutadores.

Finalmente en el interior se encontró con la persona que había ido a buscar, Dwahvel.

- Entreri, no te esperaba tan pronto.

Artemis Entreri sintió deseos de agarrar a la mediana y bailar la danza de la alegria¡por fin a salvo! Llevaba días escondiéndose, moviendose furtivamente de un lado a otro, evitando a ciertas personas y procurando mantenerse apartado de todos los asuntos de la cofradia.

Y todo por culpa de dos drows. Rai'gy y Kimmuriel. Aun no habían hecho nada¡pero Entreri sabía que no tramaban nada bueno!


Rai'gy intentó concentrarse en su libro de conjuros.

Era un clérigo de Lloth y un mago mas que competente, su repertorio de conocimiento arcano y divino era sobervio y podía concentrarse en el mas poderoso de sus conjuros en medio de una batalla campal.

Pero en la academia de magia nadie entrenaba para mantener la concentración en ciertas circunstancias. Como por ejemplo tener por amante a un psiónico que daba un uso muy partícular a su telekinesis y telepatía.

- Kimmy, basta.

El psionicista se limitó a mirarle desde el otro lado de la mesa con una sonrisa complaciente.

- Tengo que estudiar mis conjuros.- Insistió Rai'gy.

Kimmuriel hizo círculos en la mesa juguetonamente, y su mente estaba jugando también, lo cual era la causa de la incomodidad de Rai'gy.

- ¡Kimmuriel!

El nombre completo, Rai'gy estaba enfadado. Kimmuriel frunció el ceño molesto y confuso, nunca antes Rai'gy se había mostrado agresivo por sus atenciones.

- ¿Qué ocurre?

- Estoy ocupado, eso ocurre¿por qué no te vas a molestar a otro?

Aquello si que no era habitual. El psionicista se paseó hasta ponerse detrás de Rai'gy y le masajeó cariñosamente los hombros.

- Vamos, vamos... ¿para que irme si tengo aquí a mi pastelito?

- Pues tu "pastelito" piensa que tienes por ahí otros dulces.

Kimmuriel suspiró, Rai'gy y sus celos, no había manera de tranquilizarle al respecto, el clérigo era mas posesivo que la mismísima Lloth.

- Pero tu eres mi pastelito favorito.

- Pues a mi me parece que pasas mucho tiempo detrás de cierto dulce.

- Tonterías¿por qué no dejas un poco esos libros y te demuestro lo mucho que quiero a mi dulce y cremoso pastelito favorito?

Rai'gy hizo morritos enfurruñados.

- Pasas demasiado tiempo alrededor de ese... rivvil.

Sigh. El tema de siempre, Rai'gy siempre estaba enfurruñado con el tema del humano.

- Solo le considero atractivo, y sé que tu tambien.

- Sigue siendo un rivvil, y tu le das demasiada atención.- Replicó Rai'gy.

- Solo son jueeegos, nada más, pastelito, tu Kimmy te quiere solo a ti.

- ¿De verdad?

- De verdad de la buena, te quiero, pastelito.

- Y yo a ti, dulce de azucar.

- Y yo mas, fresita con nata.

- Yo mas, bomboncito.

- Cuchi-cuchi

- Pocholin

- Churrimimi

- Chirrichumi

Dos horas mas tarde de noñeria inagotable con una combinación de las sílabas Cu, chu, chi, ri y mi casi infinita, Rai'gy encontró a su familiar, un diablillo, colgando miserablemente de la lámpara habiendose suicidado por el metodo de ahorcarse con su propia cola. Rebuscado, pero lo unico que se le había ocurrido ante la terrible subida de azucar en sangre.

Había torturas que un demonio nopodía soportar.


Entreri regresó a la cofradia, aun tenía responsabilidades allí, tenía que estar presente en una reunión al día siguiente, nada aburrido, de hecho le bastarían un par de amenazas para acabar con el parloteo de Sharlotta y ultimar un trato.

Recorrió los pasillos de la cofradia y zas, se dio de bruces con el levemente felino rostro de Kimmuriel, su expresión de gato satisfecho era un cartel de alarma.

Entreri intentó pasar de largo pero sintió en ese momento los poderes telekinéticos del psionicista manteniendo sus pies en el sitio.

- Hola Entreri, me alegra que nos encontremos.

Habla por ti. Entreri permació firme, sabía que el mas mínimo desliz y Kimmuriel empezaría a trastear con su mente, como cuando le había bombardeado con mensajes subliminales para que fuese a la fiesta de los drows (aunque después le había llevado a ella pese al fracaso).

- Tengo asuntos de los que ocuparme, Kimmuriel¿qué quieres?

- Sabes lo que quiero...

Entreri avistó su salvación al fondo del pasillo.

- Buenos días, Jarlaxle.

Inmediatamente el capitán de Bregan D'aerthe acudió con entusiasmo canino a la llamada de Entreri. Kimmuriel masculló una maldición y abandonó sus nada inocentes caricias telekinetikas. No saldría bien parado si Jarlaxle descubría sus tejemanejes con respecto al humano que el capitán consideraba de su propiedad privada, sobre todo despues de lo del anillo. A nadie se le había escapado el detalle.

Y a muy pocos de Bregan D'aerthe le agradaba ver que el humano había aceptado el anillo. Una cosa era pensar que podías tener una posibilidad y otra saber que la frontera se había cerrado. Jarlaxle se había dado buena prisa en hacer saber que Artemis y él estaban prometidos (aunque no se sabía nada de futura boda, conocían a Jarlaxle lo sufuciente para saber que la prepararía con bombo y platillo).

Kimmuriel observó a Entreri marcharse con Jarlaxle siguiendole, esta vez le había evitado, pero el psionicista no pensaba tirar la toalla. Había prometido un regalo de aniversario a su amorcito y no iba a fallarle.


Entreri regresó a la cofradía Basadoni con notable enfado, acababa de tener una conversación con Sha'lazzi Ozoule, un informante de Calimport. El extraño hombrecillo había decepcionado a Entreri, no había conseguido un precio para Garra de Charon. Aquel arma era capaz de anular poderes mágicos y psionicos, pero era propiedad del bajá Soulez, que no pensaba desprenderse de ella.

Había perdido la compostura de pura ira al no poder obtener la Garra de Charon. Necesitaba ese arma. Kimmuriel y Rai'gy, psiónico y mago, no podrían volver a molestarte si la tenía.

Y es que necesitaba imperiosamente equilibrar las tornas con aquellos dos drows. Los lugartenientes de Jarlaxle se volvían mas agresivos por momentos.

Kimmuriel y sus poderes mentales no le daban respiro alguno, persiguiendole con sus insidiosas "manos" telekinetikas y haciendole todo tipo de ofertas mentalmente. Rai'gy no era mejor, de hecho era mas directo aun, en una ocasión le había acorralado con un conjuro de telaraña y Entreri había tenido suerte de haber escapado.

Y no pensaba seguir escondiendose de ellos y mucho menos tener que esconderse detrás de Jarlaxle, lamentaba profundamente el momento en que se le ocurrió que aceptar el maldito anillo le facilitaría el librarse del acoso de los demas drows. La idea de ser el "prometido" de Jarlaxle... ¿en que había estado pensando?

No podía contar con Garra de Charon, y sabía que no pasaría mucho tiempo hasta que los lugartenientes de Jarlaxle se quitasen los guantes de seda, tenía que librarse de ellos cuanto antes... necesitaba un plan que les quitase la idea de la cabeza para siempre.

Un plan...


Kimmuriel miró a un lado, miró al otro...

Jarlaxle no estaba por ninguna parte, tampoco otros drows, las rutas de escape estaban alejadas... el psionicista se relamió observando a Entreri. El humano estaba solo en uno de los pequeños jardines superiores, absorto en la lectura de un libro.

Perfecto, aquello era lo que llevaba tanto tiempo esperando... con un mensaje telepatico contacto rapidamente con Rai'gy. Al poco rato este se presentó, al percatarse de la situación sonrió maquiavelicamente.

Los lugartenientes de Jarlaxle entraron juntos en el pequeño jardín.

- Buenas tardes, Artemis.

El humano alzó la vista sobresaltado, apartando la mirada del libro, en seguida su expresión se tornó enojada y molesta.

- ¿No teneis nada mejor que hacer?.- Les espetó.

Rai'gy se echó la capa sobre un hombro con gesto teatral, aquella era la última impertinencia que iba a permitir al pretencioso humano, le iba a enseñar cual era su lugar entre sus superiores drows, calladito y docil.

Kimmuriel hizo crujir los dedos de las manos y con un pensamiento cerró la puerta tras ellos. Esta vez nada ni nadie iba a apartarle de sus deseos.

Por fin tendría el menage a trois que había prometido a Rai'gy.

- ¿Por qué tan arisco? Solo hemos venido a tener un amistoso encuentro.

La expresión de Entreri delataba su nerviosismo, el humano apartó el libro a un lado y se levantó, buscando las salidas con la mirada. Pero solo había una, y estaba tras los drows, Kimmuriel se permitió una mirada juguetona a su espalda, para que Artemis se diese realmente cuenta de que estaba a su merced. No tenía escapatoria.

Rai'gy sonrió despectivamente al ver a Entreri tensar las piernas¿correr? No le daría ni la posibilidad. Con un par de gestos preparados, el mago ejerció su poder arcano y unos zarzillos negros surgieron del suelo aprisionando las piernas del humano. Entreri tiró con fuerza sin lograr aflojarlas lo mas mínimo.

- Nts nts... se acabó el huir.- Sentenció Rai'gy.

Los drows se acercaron al humano con la expresión depredadora de dos cazadores que ya tienen a la presa en el cepo.

Entreri les vió venir con el terror escrito en la mirada.


Unos minutos mas tarde la ropa de los tres estaba sobre la hierba arrojada a los cuatro vientos y Artemis Entreri se contorsionaba seductoramente bajo el tormento de dos pares de manos recorriendo su cuerpo.

Kimmuriel lamió juguetonamente el oscuro pezón y se deleitó en el suspiro del humano, Rai'gy no se quedó atrás, besando y mordiendo el cuello, marcando a Artemis al tiempo que sus manos le separaban las piernas.

Era perfecto, Kimmuriel frotó su hombría contra el muslo de Artemis y gimió hundiendo las manos en las morenas caderas. Artemis era todo lo que había imaginado, siempre había percibido auténtica pasión bajo todo aquel control, lo que se había confirmado con Jarlaxle y la fiesta en Bregan D'aerthe, bastaba un empujoncito para tener a Artemis Entreri dispuesto a todo.

Deslizó las manos hacia la zona mas erógena del cuerpo humano y entonces la voz de Entreri le detuvo.

- Yo de vosotros empezaría a vestirme.- Dijo de pronto.

Kimmuriel alzó la vista con prepotencia ante aquella ridiculez y la sonrisa se le heló en la cara al ver la expresión de maligna satisfacción de Entreri, que sonreía como solo un auténtico drow debía ser capaz.

Rai'gy, que no había alzado la vista, se limitó a pellizcarle una nalga y reirse.

- ¿Y que te hace pensar que deberíamos?

- Que es obvio que os he tendido una trampa y habeis caido como idiotas.

En ese momento, antes que ninguno de los dos drows pudiese reaccionar la puerta del jardín se abrió y Jarlaxle entró con andar tranquilo.

- Ya estoy aquí, Artemis¿qué era lo que querías hablar con...?

Jarlaxle se quedó con la boca abierta y acto seguido empezó a sufrir espasmos nerviosos mientras su cerebro registraba la escena de Kimmuriel y Rai'gy haciendo un sandwich con su prometido. Y todos ellos desnudos...

Kimmuriel y Rai'gy se precipitaron sonbre sus ropas, visitiéndose a la velocidad del rayo y al final acabaron visitiendose el uno con la ropa del otro, de modo que Rai'gy llevaba una tunica ajustadísima que no podía abrocharse y Kimmuriel llevaba unos ropajes que le colgaban por todas partes.

Los lugartenientes miraron a su capitán con sonrisas nerviosas y Jarlaxle les fulminó con una mirada asesina digna de una gorgona.

- Kimmuriel Oblodra, Rai'gy Teyachumet, id a nuestro cuartel.- Dijo con frialdad aterradora.

- Pero...- Empezó Rai'gy, aturdido, nunca había visto así a su capitán.

- ¡AHORA!.- Tronó el drow.

Los lugartenientes salieron por la puerta perdiendo el culo.

Un par de días despues Artemis Entreri sonreía cada vez que los lugartenientes de Jarlaxle le dirigían miradas de puro odio.

Jarlaxle había sido sorprendente, Entreri no había esperado obtener una reacción tan feroz, incluso él había sentido un profundo respeto por la fria furia que había manifestado el mercenario al verles. Cuando los dos lugartenientes se hubieron marchado, Jarlaxle le había ayudado a vestirse sin decir una sola palabra, y cuando había tratado de decirle algo, el mercenario le había abrazado y le había besado con tanta pasión y dominante arrebato que hizo que le temblaran las rodillas.

Acto seguido Jarlaxle se había marchado dejandole anonadado.

Y al día siguiente Rai'gy y Kimmuriel habían aparecido visiblemente apaleados, y a juzgar por el modo en que andaban y evitaban sentarse, Entreri sospechaba que Jarlaxle les había castigado a la antigua usanza, azotaina en el trasero.

Doloroso, sin repercusiones graves y sobre todo, humillante. Si Entreri estaba muy, muy contento con el resultado de su arriesgado plan.

Bueno, ahora Rai'gy y Kimmuriel le odiaban y probablemente deseaban matarlo... pero era el precio a pagar...

Ahora si que necesitaba algo con lo que enfrentar magia y psionica... nts.

Nota de la autora: Y aqui va mi versión malevola de porque Rai'gy y Kimmuriel estan tan mosqueados con Entreri durante el Siervo de la Piedra, y es que ya era hora de que Artemis tomase cartas en el asunto, que ya les ha cogido el truco a los tejemanejes drows.

Muchas gracias por el apoyo recibido en el primer capítulo, los reviews me avisan de si he conseguido hacer reir a alguien, que es el objetivo de un fanfic de humor, me rio muchísimo cuando los leo, de verdad. Que salero hay por ahi.

Ysabella: Animo con tu fanfic, y gracias nuevamente por los links, tienen muchos spoilers del nuevo libro, así que esperaré a tenerlo y leerlo para empezar a dejarme caer por ellos y escribir. Pero no pasará mucho tiempo, porque es probable que lo encargue y lo lea en ingles.

¡Hasta otro capítulo¡Saludos¡Y se acerca la Navidad!