Los personajes de esta historia no me pertenecen. Son propiedad de TSR o/y R.A Salvatore

No obtengo beneficio alguno por escribir esto salvo mi propio entretenimiento.

AVISO: Este fanfic es YAOI (y slash), si este género no te interesa o te resulta desagradable no lo leas, comprendo perfectamente esa postura.

Las parejas de este fanfic van a ser Artemis Entreri y otros drows, y Jarlaxle, por supuesto.

Capítulo 3. Psiquiatra.

Entreri se estiró en la cama, haciendo crujir su espalda, Jarlaxle estaba despatarrado a su lado, el drow dormía igual que vivía, dando vueltas y moviéndose todo el rato, podía acostarse hecho un ovillo y despertarse vuelto del reves y sin mantas.

El humano se peinó un poco con los dedos, se había acostado con Jarlaxle... otra vez.

Es la ultima vez, no pienso volver a hacerlo, se prometió.

Por supuesto era lo mismo que se había prometido las cuatro veces anteriores.

Y todo por esos duelos que ahora disputaban. Jarlaxle había salido con la idea repentinamente y se enfrentaban en combate regularmente.Y no fallaba, despues de un duelo siempre acababan en el dormitorio de Jarlaxle. Entreri se puso los pantalones el tirón mientras meditaba sobre ello, era la maldita testosterona, el fragor de un buen duelo, los comentarios burlones de Jarlaxle, su figura esbelta e increiblemente agil...

Oh si, increiblemente agil...

Entreri sacudió la cabeza sacudiendo los pensamientos y se concentró en vestirse. Vale, ahora podía afirmar que tenía una... ¿una relación? Le sonaba rarísimo.

Necesitaba una charla para aclarar ideas.


Dwahvel se acomodó en la butaca y dejó sobre la mesilla su manual de "Psicología para principiantes". Estaba convencida de que en un par de días podría pasar a Psicología avanzada.

Mientras tanto eso tendría que servirle a Entreri, que ya estaba acostado en el divan, indolentemente reclinado y mirando la vitrina de la ventana con el ceño fruncido en concentración.

- ¿Entonces no estas seguro de tu relación con Jarlaxle?.- Continuó la halfling.

Entreri se removió incómodo por la pregunta pero consciente de que él la había provocado.

- No estoy seguro de llamarlo relación...

- Pero está claro que teneis una, sois socios y os acostais juntos.

- Bueno... no tanto...

- Por lo que me has contado ya es algo regular.

Dwahvel esperó pacientemente a que su pacien... estooo, amigo, ordenase sus pensamientos.

- ¿Y que se supone que somos? No estoy seguro de cómo llamarnos.

- ¿Amantes?.- Aventuró Dwahvel.

- Suena furtivo.

- ¿Pareja?

- Ya te he dicho que lo del anillo fue por conveniencia.- Gruñó Entreri.

- Entreri, creo que tienes miedo a una relación estable.

Entreri la miró como si se hubiese vuelto loca.

- ¿Qué¡Yo no tengo miedo!

Dwahvel repasó sus notas unos minutos.

- Pues manifiestas un claro caso de pánico a las ataduras de una relación estable.

- ¿Qué que qué?

- Veamos.- Dwahvel releyó las notas de unos días atrás.- Admites que te agrada pero no quieres pasar tiempo con él, te acuestas con él pero prefieres tener una mentalidad victimista al respecto...

- Dwahvel...- Comenzó Entreri en un tono amenazador que acalló a la halfling.

La mediana suspiró y aparcó el tema prudentemente, era realmente dificil psicoanalizar a Entreri si este sacaba la daga y trataba de matarla cada vez que no le gustaba el diagnóstico. ¡No era justo! Ella estudiaba psicología por él y no recibía mas que amenazas de su único paciente.

- Además las primeras veces si que era contra mi voluntad.- Refunfuñó Entreri.

Dwahvel enarcó una ceja con cierto escepticismo.

- De haber querido podrías haberlo evitado...

Entreri se cruzó de brazos con aire enfurruñado.

- De hecho confirmo que tu actitud frente a los avances sexuales denota un leve resentimiento al acercamiento masculino desde la infancia debido probablemente a...

- ¡Como vuelvas a salirme con esas guarradas del sindrome de Edipo te juro que abro otro ombligo!.- Exclamó Entreri asqueado.

Dwahvel miró con un suspiro su edición firmada del libro del psicoanalisis de Freud. Sus teorias no estaban teniendo aceptación en esa habitación.

- ¿Aceptas al menos tu necesidad de... digamos tener la presencia de Jarlaxle en un radio de proximidad?

Artemis Entreri miró largamente a la pequeña pero sabia halfling mientras trataba de traducir al común el extraño lenguaje que utilizaba cuando se sentaba en ese butacón, no tenía ni idea de que era todo eso de la psicología pero sonaba rarísimo y traducirlo llevaba su tiempo.

- Veamos... necesito a Jarlaxle para que me proteja de Rai'gy y Kimmuriel.

Dwahvel puso los ojos en blanco, sabía que era lo mas cercano a "si, le necesito" que iba a sacar de aquella roca emocional.

- Entonces el anillo es mucho mas que...

- ¡Cambiemos de tema!.- Exclamó Entreri, ya bastante nervioso.

- Bueeeno... hablemos de tu hostilidad hacia las mujeres.

Entreri se quedó boquiabierto y se sentó en el diván en vez de tumbarse.

- ¿Mi que? Yo no soy hostil con las mujeres.

- Pues manifiestas cierto rechazo hacia ellas, vease tu desprecio por Catti-brie, las drows, Sharlotta, las prostitutas...

- ¡Tengo mis motivos!

- ¿Sabes que esa hostilidad puede deberse a una lactancia prolongada?

Aquello ya era el colmó, Entreri quitó a Dwahvel el libro de entre las manos y hojeó el extraño tratado de psicología con cara de poker... cuando no era incomprensible era absurdo...

- Dwahvel, será mejor que nos olvidemos de la psicologia y los divanes.

- Pero...

- Volvamos a la mesa, las sillas y las copas de licor donde yo hablo y tu escuchas¿vale?

Dwahvel suspiró lamentado el fin de su breve carrera como psicóloga.

Nota de la autora: El capítulo mas corto que he escrito jamas. Pero bueno, es que tampoco quería extenderme mucho con ese detalle de las charlas de Entreri y Dwahvel en plan gabinete de psiquiatra. Hasta la próxima.