Los personajes de esta historia no me pertenecen. Son propiedad de TSR o/y R.A Salvatore

No obtengo beneficio alguno por escribir esto salvo mi propio entretenimiento.

AVISO: Este fanfic es YAOI (y slash), si este género no te interesa o te resulta desagradable no lo leas, comprendo perfectamente esa postura.

Las parejas de este fanfic van a ser Artemis Entreri y otros drows, y Jarlaxle, por supuesto.

Capítulo 4. Promesas cumplidas

Las cosas iban mal... y bien.

Artemis Entreri observó los preparativos con mas interes del habitual. Al día siguiente la cofradia Basadoni, y por tanto la banda de Bregan D'aerthe, asaltaría el oasis de Dallabad, el hogar del bajá Soulez. Allí estaba el tesoro tras el que iba Entreri, el infame guantelete que atrapaba y redirigía la magia y quizá la psiónica. La Garra de Charon.

Jarlaxle había manifestado un nada sano deseo de levantar una torre, una réplica de Crenshinibon, el poderoso artefacto mágico que poseía. Entreri no estaba de acuerdo con la idea, pero había sabido torcerla en su beneficio indicandole cual era el lugar mas adecuado para hacerlo.

De modo que pronto tendría en su poder el arma que le permitiría apartar para siempre de su camino a las dos serpientes que eran los lugartenientes de Jarlaxle, Rai'gy y Kimmuriel, que ultimamente le trataban como a un criado. Pero pronto terminarían las humillaciones e igualaría las tornas.

Esas eran las buenas noticias, pero había otras malas.

Jarlaxle parecía demasiado afectado por el artefacto mágico, Crenshinibon empezaba a ser una mala influencia sobre él, haciendo que se precipitase. Y Entreri ya había notado el cambio de actitud de los drows respecto a su jefe, los mercenarios de Bregan D'aerthe empezaban a estar incómodos en la superficie y se notaba en el ambiente hosco.

Y luego estaba el tema de Sharlotta...

Sharlotta, aquella mujer... nunca le había caido bien, la consideraba una aprovechada, una mujer que prefería usar su cuerpo a su inteligencia, cambiaba de bando como el viento, sin lealtad alguna y sin pararse a pensar en las consecuencias a largo plazo. Se había colgado del brazo del mas poderoso toda su vida sin importarle un comino con quien tuviese que acostarse.

Ahora Entreri podía reducir su descripción de Sharlotta a una zorra, perra arrabalera, puerca, desperdicio, escoria, furcia de berbena...

No había mas que verla, con sus vestiditos de seda translucida y sus contoneos, paseándose por la cofradia y restregándose a todas horas contra Jarlaxle...

¡Maldita mujer! A Artemis se le ponían los pelos como escarpias cada vez que veía a Sharlotta inclinándose sobre Jarlaxle con una sonrisa o hablandole con ese rentintin meloso.

Al principio aquello había sido una molestia, nada mas, le irritaba la familiaridad que se tomaba con el drow... hasta que un día había sorprendida a aquella repugnante criatura sentada comodamente en el regazo de Jarlaxle, y lo peor, lo mas asqueroso era que el drow sonreía y le acariciaba los muslos desnudos.

Ahora entendía Entreri porque habían dejado de batirse en duelo y porque había tenido tantos días sin visitas de Jarlaxle a su dormitorio ni los coqueteos habituales. ¡El muy desvergonzado ahora estaba beneficiandose a aquella perra!

Artemis Entreri echaba humo de furia, esa Sharlotta debía creerse la mejor, debía sentirse muy satisfecha de su misma ahora que se había metido en la cama del jefe, y ese Jarlaxle, ese traidor mentiroso, mucho anillo y muchos besos pero mirale ahora, agarradito a la facilona del barrio¡a esa se la había pasado por la piedra todo Calimport!

Muy bien. A él le importaba un comino. Pensaba coger su anillo y hacerselo tragar a ese drow hortera, y despues mandaría a Sharlotta al quinto infierno.

No le importaba lo mas mínimo.

Antes de darse cuenta había reducido a jirones la inocente camisa que tenía entre las manos. Necesitaba otra charla con su psicoanalista, o sea con Dwahvel.


- ¡Y ahora se acuesta con esa $&&¨&$·"!#!

Dwahvel se horrorizó ante las palabras soezes y se recuperó como bien pudo para poder aconsejar a Entreri adecuadamente, el humano estaba martirizando uno de sus cojines y había empezado a destriparlo y tirar el relleno por todas partes.

- Bueno... meditemos sobre esta crisis de pareja.- Pidió la mediana.

- ¿Crisis¡¡La sienta en su regazo¡¡La acepta en la cama¡¡Me ha cambiado por esa fulana!.- Exclamó Entreri rompiendo en dos otro inocente almohadón.

Dwahvel aguardó prudentemente a que el ramalazo de furia asesina terminara y por fin pudo bajar de su refugio en lo alto del armario y volver a su butacón, al llegar, Entreri había estado tan alterado que la había zarandeado como a una muñeca y por poco no la había desnucado.

- Bien, Entreri, relajate y ahora pensemos en lo que ha podido causar esto.

- ¡Que Jarlaxle tiene la bragueta suelta¡Y es un mentiroso, y un salido, y un casanova¡Y por supuesto que Sharlotta es una ligera de cascos y una aprovechada!

- Aja...- Dwahvel se mordió el labio y meditó sobre como ofrecer su opinión sin que Entreri le rebanara el cuello.- Pensemos racionalmente.

Entreri se cruzó de brazos con un mohín que tenía un parecido perturbadoramente familiar con un enfurruñamiento entristecido.

- Sharlotta debe haber despertado el interes de Jarlaxle prestandole mucha atención y haciendo avances seductores y continuos¿no es así?

- Si intentas decirme que se lo ha ganado pegándose a él como una garrapata, si, estas en lo cierto.

Dwahvel tomó aire y se la jugó a una carta.

- Creo que Jarlaxle ha encontrado en Sharlotta unas atenciones que tú no le proporcionas.

Entreri se quedó mirándola como alelado.

- ¿Qué¿Qué quieres decir con eso?

- Quiero decir que es posible que Jarlaxle se desilusionara de vuestra relación porque... bueno, no obtiene muestras de afecto de tu parte.

- Pero... pero... ¡pero si eramos amantes! Mas afectuoso que eso...

Era realmente cabeza dura, Dwahvel suspiró, Artemis Entreri tenía la perspicacia sentimental de un enano rompebuches.

- Me refiero a que siempre es él quien realiza los avances, quien va a tu dormitorio, quien inicia todos los acercamientos... y desde que dejasteis de batiros en duelo creo que no habeis tenido... eeeh... relaciones.

- ¡Hay otras cosas importantes que organizar en la cofradia!.- Se defendió Entreri.

Dwahvel se limitó a mirarle con recriminación hasta que Entreri gruñó algo que sonaba a "como odio que tengas razón".

- Bien, ahora que sabemos la causa de la crisis¿qué debemos hacer?.- Preguntó Dwahvel con su tono de profesora de parvulario.

- ¿Arrancarle la cara a Sharlotta y quitarla de en medio?.- Aventuró Entreri.

Definitivamente tenía la delicadeza de un orco borracho, no cabía duda de que aquella situación le afectaba muchísimo, de otro modo habría sido mucho mas agudo.

- Noooo.- Respondió pacientemente.- Sharlotta piensa que tiene a Jarlaxle para ella sola y que su situación no corre peligro¿cómo podríamos darle una leccion al tiempo que recuperamos el afecto de Jarlaxle?

Dwahvel esperó mientras animaba con gestos a Entreri a dar con la respuesta que ella ya conocía. El humano la miró con escepticismo un buen rato y finalmente su expresión se tornó sorpresa.

- Un momento... ¿no estarás sugiriendo...? Pero... yo no tengo ni idea de cómo...

- Es facil.- Replicó Dwahvel.- Sigue tu instinto, despues de todo no hiciste nada para que Jarlaxle se fijase en ti por primera vez¿no es así?

El asesino no parecía muy convencido, frunció el ceño poco seguro de la idea. Pero Dwahvel sabía como darle el empujoncito que necesitaba.

- Y creo que a todos nos gustaría ver la cara de Sharlotta cuando la dejen de lado como la doñanadie que es.

Inmediatamente Entreri sonrió.


Jarlaxle estaba en la sala de reuniones con Sharlotta, que compartía asiento con él en el mullido sillón, la hermosa mujer hacía circulitos con el dedo en su pecho mientras le susurraba al oido todas las ganancias que podían conseguir con la conquista del oasis de Dallabad.

Sharlotta estaba en su elemento, Jarlaxle era apuesto, rico y poderoso, puede que no pudiese llegar a manipularle como podía hacerlo con otros hombres, pero seguía siendo muy provechoso poder tener un puesto de honor a su lado para poder hacer sugerencias y conseguir sus caprichos. Sharlotta no tenía preocupaciones en la vida, si Jarlaxle caía por el motivo que fuese, una traición o un ataque rival, se arrimaría al siguiente en la linea de poder, los lugartenientes de Jarlaxle o Entreri, u otro bajá. Tanto daba, el poder era lo importante.

La puerta se abrió y Sharlotta alzó la vista molesta por la intrusión, estaba tratando de convencer a Jarlaxle de que le comprase una casa en Memmon y unos cuantos anillitos de oro blanco y diamantes.

Artemis Entreri entró en la habitación.

Sharlotta abrió los ojos como platos al fijarse en el aspecto del bajá oficial de la cofradia Basadoni.

Entreri entró casualmente, con andar relajado, tenía aspecto de haber venido directamente de la sala de entrenamiento de la cofradía. En vez de su oscura y sobria armadura de cuero llevaba unos sueltos pantalones de tela holgada atados con una simple cuerda en un nudo, de hecho parecía que le quedaban algo anchos y colgaba de sus caderas como si fuesen a caerse en cualquier momento. Llevaba el musculoso torso desnudo, con una camisa colgada dejadamente de sus hombros como una capa, su esculpido pectoral y abdominales estaban cubiertos por una leve película de humedad, resaltando su perfecta definición. Tenía el pelo negro mojado y echado hacia atrás con descuido, algo alborotado y dejando caer algunas gotas de agua que resbalaban tentadoramente sobre el torso.

Sharlotta se descubrió a si misma ruborizada al percatarse de lo atractivo que podía ser aquel maldito témpano de hielo que era Artemis Entreri.

Entreri se adelantó tranquilamente y se apoyó relajadamente contra una columna.

- Jarlaxle, he pensado que deberías traer algun diseñador drow para las salas de entrenamiento. Las trampas y recorridos de esta cofradia se han quedado un poco anticuados.

Sharlotta miró a su protector y se quedó de piedra al verle con una cara de idiota espectacular... ¡Jarlaxle tenía las miras puestas en ambas aceras!

Aterrada, Sharlotta se abrazó a Jarlaxle tratando de recuperar su atención pasandole la mano por la cara interior del muslo.

- ¿Anticuados?Si, modernizarlos sería una buena idea, ya lo diseñaremos más tarde¿verdad, Jarlaxle? .- Respondió Sharlotta por Jarlaxle, tratando de acelerar la marcha de Entreri.

Ante esto, Entreri se limitó a encogerse de hombros despreocupadamente, fue a marcharse cuando de pronto pareció cambiar de idea y se acercó hasta ellos, Sharlotta tragó saliva y oyó a Jarlaxle hacer lo mismo, Artemis Entreri parecía la encarnación de algún semidios de la carnalidad que hubiera venido a tentar a los mortales con su simple presencia.

Artemis cogió la copa de licor que Jarlaxle había estado bebiendo y tomó un trago.

- Casi me olvidaba¿tienes mas de este licor?

- Eh... ah...- Jarlaxle boqueó un buen rato, atolondrado.- Sssi... creo... si...

- Me gusta, no te importará que te quite un par de botellas¿no?

Sharlotta hizo de todo, acariciarle, besarle el cuello, e incluso pellizcarle disimuladaente, pero Jarlaxle seguía idiotizado mirando a Entreri, que se había inclinado sobre él para hablarle cara a cara y practicamente estaba haciendo salivar al drow, que asintió torpemente.

- Perfecto.- Entreró semisonrió.- Y ya que tienes aquí esta botella... tengo muchas cosas de las que hablar contigo.

- Ah... aja...

- A solas.

Inmediatamente Sharlotta se tensó y apretó los dientes con furia, deslizó una mano por la camisa de Jarlaxle, acariciandole tentadoramente el musculoso torso.

- Mmmmh, mejor que vuelvas mas tarde, estaba a punto de dar a Jarlaxle un buen masaje para ayudarle a relajarse.-Ronroneó.

Jarlaxle no lo dudó un instante, apartó a Sharlotta, la levantó, la empujó fuera de la habitación y cuando esta se resistió la largó de la habitación de una patada en el culo.

Jarlaxle se volvió a Entreri con una inmensa sonrisa y acudió a su lado rapidamente.

- Y... ¿de que quieres hablarme?

- Sentemonos.- Indicó Artemis con una sonrisa triunfante.

Jarlaxle regresó a su sofá y para su sorpresa Entreri no se sentó a su lado sino que se acomodó con toda naturalidad en su regazo, recostandose contra él y mirándole a apenas unos milimetros de su cara. A Jarlaxle se le escapó un gemido cuando su henchida hombria se frotó con el apetecible trasero de Artemis.

Los ojos grises de Entreri se clavaron en los suyos y el humano le pasó los brazos por el cuello.

- Jarlaxle...

Jarlaxle no cabía en sí de gozo, Sharlotta no valía ni para limpiarle las botas comparado con lo que tenía en su regazo hablandole con la voz ronca de deseo.

- Jar-lax-le...- Continuó Artemis con una sonrisa tan lasciva que era casi orgásmica.

- Mmmmh?

En ese momento Entreri deslizó la mano entre sus cuerpos hasta acariciar el duro bulto de los pantalones de Jarlaxle, deslizándose sobre la tela con promesas de lujuria.

Jarlaxle se adelantó para juntar sus labios y de pronto los dedos de Entreri descendieron y agarraron con fuerza sus testículos.

El capitan de Bregan D'aerthe sintió que se contraía la garganta, un sudor frio se extendió por su cuerpo y un agónico dolor subió desde sus apresados cascabeles.

- Jar-lax-le.- Repitió Entreri con voz helada y una sonrisa cínica.- ¿Sabes que llevo el anillo que me diste, verdad?

Un apretón puntualizó la pregunta y dejó a Jarlaxle sin aliento, que solo pudo asentir con la cabeza mientras trataba de respirar.

- Bien, y tambien sabes que ese anillo me vincula a tu persona como una promesa¿no es cierto?

- Agh... si...

- Puesto que ha quedado claro ese concepto deja que te aclare otro... lo que tengo en las manos ya no es solo tuyo, ahora tambien es mio. Como vuelvas hacer carantoñas con alguien consideraré que estas usando mi propiedad¿vas entendiendo?

- Iiiiih... siii... ahg...

- Así me gusta, de modo que presta atención, esto.- Entreri dio otro apretón al dolorido escroto para acentuar sus palabras.- Ya no es solo tuyo, tengo derechos sobre él y no pienso compartirlo con nadie.

Finalmente Jarlaxle se vió liberado pero Entreri permaneció en su regazo, mirándole con expresión impebetrable. El drow respiró profundamente y, aunque no se había recuperado del ataque a sus partes nobles, al menos recuperó la voz.

- Artemis... te juro por mis doloridas joyas familiares, que no volveré a estar con nadie mas que contigo...

En ese momento Entreri le sonrió y le besó la nariz en un gesto tierno totalmente nuevo en el adusto asesino. Jarlaxle se quedó totalmente asombrado, y despues, con una inmensa sonrisa, abrazó a Entreri contra sí.

- Mmmh, y ahora... ¿me he ganado unos mimitos?

Entreri siguió sonriéndole.

- Te has ganado la salvación de tus genitales, si vuelves a tocar a Sharlotta te los arrancaré de cuajo. Ya veremos si mas tarde te has ganado esos mimitos.

Jarlaxle miró anonadado como Entreri se marchaba dejandole sentado en el sofá con un dolor de huevos que provenía ahora de dos motivos.


Esa noche, cuando Jarlaxle entraba en su dormitorio con expresión alicaida, se encontró con Artemis Entreri esperándole en la cama. El drow sonrió como un niño con zapatos nuevos y corrió hasta la cama haciendo el salto del angel.

Había valido la pena acostarse con aquella fulana de Sharlotta y pagar a Dwahvel aquella pequeña fortuna.

Nota de la autora: Este Jarlaxle piensa en todo, esta hecho todo un pillín. Y Entreri se ha puesto celoso total, lógico, la verdad. Sharlotta es el ejemplo de tipica desgraciada a la que todas y todos deseamos matar y en este fanfic me he desquitado.

Capitulo largo para consolar el hecho que de que llegando la navidad no voy a escribir en unos cuantos días, pueden pasar un par de semanas, no lo sé. Feliz Navidad, espero que lo paseis muy bien, si no puedo subir mas pronto, tambien os deseo un Feliz Año Nuevo, que lo disfruteis y que hagais buenos propositos.