Capitulo XXIV: la velada sin regreso!
La miko abrió sus ojos intentado visualizar la hora de su despertador que marcaba las 7:23 p.m. , ya la noche había cubierto todo con su oscuridad y su frío… deposito un pequeño beso en el pecho del hanyou que la abrazaba con cuidado antes de escabullirse hasta el baño sin hacer el mas mínimo ruido
Las gotas de agua recorrieron todo su cuerpo al igual que la espuma y el jabón con olor a durazno; envolvió su cabello en un toalla para que no mojara sus prendas mientras se bestia… un fino vestido de seda color rojo tapo su piel dejando descubiertos sus hombros, parte de su espalda y gran parte de sus largas piernas
Con el aparato le tomo unos minutos secar su cabello dejándolo sedoso como siempre, los pequeños rizos de sus puntas cayeron sobre el lujoso collar que ocupaba su cuello en donde estaba depositada la valiosa perla de shikon, una labial rojo se impregno en sus labios al igual que el brillo… con unos rojos zapatos camino hasta el armario de donde saco su abrigo negro con el que se protegería del frío, roció su cuerpo con un dulce perfume y camino lentamente hasta la cama donde dormía profundamente su amado
- regresare pronto… - musito después de dejarle marcados sus labios en una de sus mejillas y una gorra roja sobre las mantas, agarro la pequeña cartera roja y salio de la habitación
El taxi se detuvo frente al prestigiado restaurante, la joven pago la suma de dinero que marcaba el pequeño aparato y cuando se disponía a bajar uno de los trabajadores le abrió la puerta del auto
- grazie – pronuncio la miko desabordando el carro, un hombre de cabellos castaños que se encontraba parado en la entrada se acerco rápidamente hacia ella, ofreciéndole uno de sus brazos – puntual como siempre Houjo – dijo sonriendo mientras entrelazaba uno de sus brazos con los del joven, par así entrar al fino restaurante – te extrañe mucho – habían transcurrido varios días sin su gran amigo, ahora el era indispensable para ella…
- y yo a ti kagome… - le respondió dejando un pequeño beso en la mano descubierta de la mujer
- buenas noches sr. Houjo, pasen adelante su mesa ya esta lista – les dijo un señor de edad que se encargaba de las reservaciones
- perdóneme por pedir la reservación tan tarde - se disculpo el muchacho de ojos cafés al llegar a la mesa para dos, cubierta con un mantel color crema y con un arreglo floral a un lado
- no hay problema joven, ustedes son personas muy importantes en este restaurante – les comento entregándoles las cartas y después de un minuto de ojearlas retirarse con los pedidos
- kagome que sucedió en el sengoku? - le pregunto amablemente como siempre lo había hecho con ella, la trataba como si fuese un princesa solo le faltaba su corona…
- al llegar a la época antigua partimos en busca de kikyou, ella se encontraba en las tierras del sureste y el dueño de ese territorio es inuyasha… las serpientes caza almas de kikyou nos encontraron y nos guiaron hasta ella, pero alguien la había atacado gravemente en el hombro y le había robado la perla de shikon; hice todo lo posible para curarla y hasta le entregue parte de mi alma… ella nos pidió que buscáramos a la shikon no tamma y a inuyasha… acepte sus peticiones y salimos en busca de ellos, la noche cayo e inuyasha nos encontró a nosotros – el muchacho solo le prestaba atención a la voz de la joven y a su hermosos rostro – el se quedo para saber la razón por la que nos encontrábamos en sus tierras…. -
El mesero llevo la comida y una botella de vino tinto, la historia siguió mientras ingerían sus alimentos; la sacerdotisa relataba cada detalle y cada sentimiento como lo había hecho siempre con el, no omitió ningún hecho a acepción de la intimidad que tuvo con el hanyou esa tarde
- todo eso sucedió en estos días… - las dos copas de vino estaban a medias, la voz de la mujer tras dos largas horas dejo de escucharse, para dejar que su acompañante le diera su opinión al respecto; ella volvió a recordarle que seguía amando al hombre mitad bestia… no podía negárselo! Eso seria un engaño y lo quería mucho para crear alguna ilusión en su corazón…
- quieres bailar? – la miko acepto la mano que le ofreció el muchacho después de quitarse su abrigo; ambos caminaron hacia la pista de baile que estaba completamente vacía sin ellos dos, una tonada suave los envolvió… ella estaba sujeta a su cuello mientras recostaba su cabeza en su pecho mientras que el chico la rodeaba por la cintura con sus brazos; algunos meseros murmuraban lo bien que se miraban juntos cuando dejaban de atender a las pocas parejas que quedaban – kagome lo que mas deseo es que seas feliz… y con lo que me has dicho se que inuyasha lo hará por siempre……………. Ya no necesitaras más el anillo que llevas en el dedo…. -
El joven levanto el rostro de la muchacha para ver esos hermosos ojos destellantes que intentaban retener las lágrimas que se aproximaban
- Houjo tu eres muy bueno con migo y yo… yo no he hecho nada por ti… - le respondió mientras sentía como las gotas saladas recorrían sus mejillas
- kagome el que permanezcas a mi lado es suficiente para mi, además somos grandes amigos o no? - le pregunto mientras retiraba los cristales con su dedo
- si por supuesto! Te quiero mucho Houjo no sabría que hacer sin ti y sin tu amistad… - la joven lo abrazo y el correspondió al mismo tiempo, quedándose así por unos minutos hasta que la voz de el muchacho se dejo escuchar
- quiero enseñarte algo… - la miko acepto con la cabeza y tomo el brazo del hombre, pasando antes por sus abrigos para terminar en el balcón que se encontraba al otro lado de las ventanas
- es hermoso! – las estrellas se reflejaban en el pequeño estanque que estaba a unos metros de ellos, en el jardín que los guiaban una amplias gradas… el cielo estaba completamente despejado de las blancas nubes, era como si por un momento se hubieran transportado al sengoku; la pequeña parte que se miraba de la luna alumbraba a medias los rincones del lugar – nunca habíamos salido a la parte trasera del restaurante – le sonrió al muchacho que estaba sosteniendo su brazo
- si, tienes razón… - le confirmo al devolverle la sonrisa, el viento hacia mecer el vestido de la joven al igual que sus cabellos haciéndola lucir mas hermosa – kagome… tu eres como esas estrellas, a pesar de que están rodeadas por la oscuridad no dejan de perder su brillo; nunca te rindas ante nada porque yo siempre te estaré apoyando - Houjo saco una pulsera de oro de su saco y se lo coloco a la sacerdotisa en su mano derecha, en el brazalete estaban grabadas las palabras "eres mi tesoro" – ya no tienes porque llevar ese anillo en tu dedo – susurro mientras lo sacaba de su dedo para después arrojarlo en la laguna – kagome… eres como mi hermana y te quiero como tal… -
La miko estaba sorprendida con las palabras y acciones tan calidas que había tomado su acompañante… mientras tanto el hombre mitad bestia empezó a abrir sus dorados ojos y buscar rápidamente a la mujer que anteriormente tenia junto a su pecho
- kagome… - susurro mientras miraba la gorra roja sobre las sabanas y recordaba en donde debía estar ella; frunció un poco sus cejas y se sentó a la orilla de la cama para poder volver a colocarse sus prendas y la gorra - donde estas pequeña… - musito después de salir de la casa por el balcón para subir de un salto al techo y empezar a olfatear los distintos aromas de la ciudad – esto será mas difícil de lo que pensé – el hanyou tendría que esforzarse para capturar nuevamente el perfume de su hembra y así poder encontrarla
El auto rojo recorría la autopista a altas horas de la noche ya que el restaurante se encontraba a unos kilómetros de la ciudad para que la tranquilidad y la belleza del paisaje fuera unas de las cosas que lo hicieran único... las luces alumbraban completamente el pavimento, pero súbitamente el carro tuvo que detenerse al encontrar un obstáculo en su camino
- que… que es eso? – pregunto el hombre mientras colocaba el freno de mano
- es una persona! Que le habrá sucedido?- dijo la chica mientras ambos salían del auto dejando las luces prendidas para que los alumbraran
- no tiene ningún golpe – observo el joven mientras buscaba algún daño en el cuerpo del señor que estaba en el suelo
De repente el hombre abrió los ojos y le lanzo un fuerte puñetazo a Houjo en la cara haciéndolo caer en el pavimento, el bandido se paro rápidamente y empujo a kagome haciendo que su pie hiciera un mal movimiento y cayera como su acompañante
- auch! – se quejo la miko mientras agarraba con una de sus manos su tobillo
- entrégame todo el dinero que traigas preciosa! – le ordeno el sujeto mientras se acercaba lentamente hacia ella – dámelo! – le grito al tomarla de la mano libre fuertemente y jalarla hacia arriba
- no la toques! – Houjo golpeo al tipo en el estomago para que soltara a la muchacha, el hombre se llevo sus manos a sus costillas y se arrodillo adolorido – kagome estas bien? -
- creo que me lastime el tobillo – se quejo al ser ayudada por el chico de cabellos castaños que la cargo hasta la parte delantera del auto – cuidado Houjo! Atrás de ti! -
Dos hombre mas salieron de los arbustos, los tres parecían ser entre 28 y 32 años; uno de ellos se quedo parado en la banqueta para observar la situación, el debía ser el jefe de los vándalos… el joven de tacuche reacciono a tiempo para detener los golpes que empezaba a propiciarle el otro sujeto
Mientras tanto en el techo una casa el hombre mitad bestia pudo captar el aroma de la mujer que mantenía siempre en su mente, saliendo al instante en dirección a su exquisito perfume; dando grandes saltos por los tejados de las viviendas y edificios
- Con que sabes artes marciales… - comento el segundo de los sujetos que había atacado a Houjo mientras sacaba una navaja de su bolsillo – que harás ahora? -
- esto! – el muchacho le dio una patada en la mano haciendo que el pequeño cuchillo cayera al suelo, las artes marciales que había estado entrenando desde los 5 años le habían brindado una gran ventaja en esta situación, ahora solo faltaba uno de los asaltantes… pero este estaba sonriendo, porque lo hacia? Volteo su mirada hacia la joven que estaba a unos metros de el, ella estaba paralizada… viendo horrorizada al hombre que le apuntaba con una pistola mientras se mantenía hincado en el suelo
- kagome! –
El sonido del arma se dejo escuchar, un grito de horror se disperso rápidamente por los oídos de todos… gotas de sangre empezaron a caer al suelo, formando grandes manchas oscuras sobre la tierra…
- huele a sangre… kagome! – el hanyou apresuro el paso mientras su corazón palpitaba a mayor velocidad; un mal presentimiento se apodero de su ser, que era ese dolor en su alma?
Continuara…
