Capitulo XXVIII: la batalla entre hermanos

Cinco días de arduo entrenamiento y un largo viaje habían llevado al hanyou y a la sacerdotisa hasta los bosques prohibidos, ese nombre se había ganado porque todo aquel que entraba en el no salía con vida; la nieve había cubierto grandes porciones de este, sin embargó en su recorrido no los habían alcanzado

- que tan cerca están las presencias? – pregunto el hanyou enfrente de la joven con su espada ya transformada

- están a unos 75 metros, una de ellas es muy poderosa y la otras es…es de un simple humano – le respondió preparando una de sus flechas – se están acercando…. -

- un humano aquí? – pronuncio algo confundido, dos sombras aparecieron a lo lejos siendo iluminadas lentamente por los rayos del sol que se escurriera entre las montañas, sin darse cuenta que en aproximadamente veinte minutos caería el sol – sesshoumaru! Y una mujer! - dijo apoyando su espada en el suelo cuando las figuras fueron visibles

- esa mujer se me hace conocida… - intento recordar la sacerdotisa, tenia que buscar en sus recuerdos para reconocerla

- conocida? – pregunto el hombre mitad bestia viendo a su protegida y después a la chica que estaba frente a su hermano mayor

- ella… ella es la niña que acompañaba a sesshoumaru! – recordó al fin la miko

- aquella pequeña… - busco en su mente en joven con orejas de perro, logrando visualizarla aquel día en que esa niña estuvo a punto de morir por el pequeño exterminador

- bienvenidos a estas tierras – hablo la muchacha acercándose hacia ellos

- lamentamos haber entrado en este territorio pero estamos buscando a alguien – comento la chica de ojos cafés mientras guardaba su flecha y colgaba su arco en su espalda

- no tienen porque molestarse más… porque ya lo encontraron – les aclaro la doncella con kimono

Después de pronunciada esas palabras el youkai tomo el cuello del hanyou aprisionándolo contra un árbol, sin darle opción de liberarse de sus garras venenosas; su poderosa espada colmillo de acero estaba aun a unos metro de el, incrustada entre la tierra… acaso el haber entrado en el territorio de su hermano mayor sin permiso lo había hecho enfurecer a tal punto? Bueno eso no era algo que le sorprendiera mucho, ya que desde pequeños nunca se había llevado bien

- que estas tramando sesshoumaru… - logro preguntar el joven mientras con ambas manos sujetaba las muñecas de su contrincante, haciéndolas retroceder lo suficiente para no sentir ese ardor que magullaba su piel

- inuyasha! – grito la miko corriendo hacia el

- detente sacerdotisa – la joven detuvo su paso y se giro lentamente hacia la muchacha que la había llamado, reconociendo la mirada de odio que la cubría

- entonces has tomado el cuerpo de una inocente joven, yotomi! – le dijo la sacerdotisa preparando su arco y su flecha nuevamente

- sesshoumaru estas ayudando a ese maldito? - le pregunto el chico de vestimentas rojas haciéndolo retroceder unos metros de el

No hubo respuesta mas que un gruñido por parte del monstruo con una luna en su frente, el saber que estaba bajo las ordenes de alguien lo hacia enfurecer; toda la culpa la tenia su medio hermano inuyasha, si el no hubiese retado a ese hechicero no estaría involucrado en ninguno de estos absurdos problemas y mucho menos ella… la niña que había visto convertirse en una mujer, su pequeña Rin

- el gran lord no tiene otra opción jajaja quien iba a pensar que bajo esa apariencia tan fría y temida, palpitaba un corazón con sentimientos – se burlo la muchacha poseída

- eres un cobarde! Solo los estas utilizando a ambos! – grito la miko apuntándolo con una flecha sagrada

- adelante sacerdotisa, dispara y esta mujer perecerá… - le advirtió con una sonrisa en su rostro

Lo tenia todo planeado, rayos! No podía lanzar su flecha, tenia que encontrar otra opción, otra forma de detener el combate… inuyasha hizo un movimiento rápido y tomo su espada nuevamente pero su hermano hizo lo mismo desenvainando a toukijin

- kagome yo te protegeré – le dijo firmemente el joven que se había puesto en posición de combate a un lado de ella

- ríndete inuyasha y entrégame a esa mujer – le advirtió el hechicero

- antes tendrán que derrotarme! Y eso nunca sucederá! – el la protegería a toda costa! No dejaría que ese imbecil se la llevara y además todavía tenia que arreglar cuentas pendientes con el

- eso lo veremos… sesshoumaru mátalo… -

Con movimientos rápidos el choque de las espadas se escuchaba por todo el lugar, provocando estruendos y varios estallidos a sus alrededores; la pelea estaba pareja, las arduas batallas que había enfrentado el hanyou lo habían vuelto más poderoso y ágil

- has mejorado inuyasha – exclamo el youkai en el instante en que se detuvieron para preparar el contra ataque

- y tu poder no ha disminuido sesshoumaru – pronuncio el hombre mitad bestia retirando un poco de sangre que broto de su labio inferior

- tengo que hacer algo, no puedo quedarme observando… - pensó la chica de cabello azabache apretando el arco que sostenía con sus manos

- elimínelo sesshoumaru o no liberare a la dama – dijo seriamente la mujer haciendo que el guerrero de largo cabellos plateados aumentara sus fuerzas

Las energías malignas de la espada toukijin chocaron contra el poderoso viento cortante que utilizo inuyasha para protegerse, el demonio con otro movimiento rasgo el brazo derecho del joven con orejas de perro haciéndolo perder un poco el control de su arma; las miradas de ambos peleadores se cruzaron haciendo un silencio mortal en el ambiente… el sol se oculto en el horizonte dejando visibles las primeras estrellas de la noche, pero la única que se encontraba ausente esa noche era la luna

- mis fuerzas… colmillo de acero… - susurro el humano de cabellos negros que sostenía en sus manos una vieja espada – hoy… hoy es luna nueva! – se dijo a si mismo buscando la esfera blanca en el cielo

continuara…