Capitulo XXXIV: mi pesadilla se hace realidad!

- no nos derrotaras! Puños de fuego! – el kitsune fue el primero que inicio el contraataque seguido por la youkai gato, ambos atacaban en diferentes direcciones pero el hechicero mientras esquivaba los ataques de uno detenía con su cuchilla los ataques de del otro, parecía que ya supiera todos sus movimientos con la forma tan sutil que los evitaba

- Hiraikotsu! – el boomerang avanzo a gran velocidad entre los árboles, los dos monstruos saltaron para no interrumpir el ataque de la exterminadora, la agilidad del guerrero era superior a la de ellos y con un brinco hacia el cielo logro fácilmente esquivan el golpe

- lluvia de cortes! – la cuchilla tomo un color rojo y mientras el joven de capucha la movía a gran velocidad, de ella se desprendían ráfagas de viento que hicieron caer varios árboles y grandes grietas sobre la tierra

- viento cortante!- el poder de colmillo de acero cubrió a todos de recibir el ataque directamente provocando ondas expansivas que los lanzaron a unos metros atrás y acompañados de una fuerte explosión

- MONJE MIROKU, SANGO, SHIPPO, KIRARA, INUYASHA! INUYASHA! – desde el interior de la esfera se podían escuchar los gritos desesperados que emitía la miko, quería atravesar esa capa de energía que la rodeaba e ir a ayudar a sus amigos… pero lo único que conseguía era dañar mas sus manos con cada golpe; se sentía tan vulnerable, tan inútil… – INUYASHA!-

- ya era hora de que murieran esas sabandijas – rió sádicamente

- MALDITO! REGRESAME A MIS AMIGOS! REGRESAME A INUYASHA! – ya era muy tarde las lagrimas que habían intentado no salir de sus ojos se derramaban con prisa llevando todo el dolor a cuestas – inuyasha…. -

- murió por ser débil! -

- a quien le estas diciendo débil? – las palabras se escucharon con reproche desde abajo de una gran montaña de nieve que empezaba a derretirse con las llamas de los dos mononokes – no moriré sin antes rescatar a kagome! -

Todos se encontraban a salvo por la gran facilidad que tenían para saber que hacer juntos en momentos desesperados; inuyasha desvió el ataque, miroku los resguardo con un campo de fuerza que se cubrió con nieve y los dos youkais la derritieron después para poder salir

La batalla se hacia cada vez mas extensa sin querer rendirse ninguno de los dos bandos a pesar de sus heridas, cada segundo que transcurría los agotaba mas y disminuía sus energías…. Los pensamientos del hanyou estaban sumidos en una sola persona: su querida kagome, que no solo llevaba su corazón sino también en su vientre el fruto de su gran amor – rayos! – musito retirando la sangre que se escurría por su labio inferior con una de sus manos

- que sucede? Ya se darán por vencidos? – su pecho subía y bajaba constantemente, esos, los que se hacían llamar "amigos" le estaban causando mas problemas de los que esperaba. Ya varias partes de su cuerpo y la capa negra se encontraban decoradas con el espeso color rojo al que llamaban sangre, aunque la verdad eso era lo que menos le importaba ya que aun tenía una carta bajo la manga – porque esto apenas fue el calentamiento -

- que acaso dijo calentamiento? – tartamudeo confusa la exterminadora

- eso es imposible! el esta tan agotado como nosotros – jadeo el kitsune viendo la igualdad de condiciones en las que se encontraban

- creo que se han olvidado de algo – sonrió el hechicero clavando su cuchilla en el suelo, todos estaban confundidos con el acto de el, que era lo que iba a hacer sin su arma? Dudaban que los dejara libres después de tanto alboroto – las heridas de este cuerpo no son nada para mi, recuerden que es tan solo uno mas de mis medios para ganar – se desprendió de la capa que parecía tan solo un trapo viejo con tantos rasguños que tenia, su vestimenta era claramente un traje japonés que se utilizaba frecuentemente en la época actual para los combates (notas de la autora: para que se den una idea es un vestimenta parecida a la que usa ranma)

- acaso tiene pensado huir del combate? – dijo el monje sin darse cuenta; estaba analizando todas las posibilidades que podría usar a su beneficio al actuar de esa forma tan rara

- huir? Y perderme de algo tan interesante jajaja esta vez solo lograra escapar el que salga victorioso – sus manos se unieron como si estuviera rezando, bajo la vista al suelo y murmuro unas cuantas palabras que nadie pudo escuchar, ni siquiera llegaron hasta los agudos oídos del hanyou

- sus heridas están desapareciendo - pronuncio sorprendido shippo

- no! están sanado! – aclaro el houshi

- ese infeliz esta usando de nuevo la técnica ko-ru-yo-to! -

- ya es muy tarde! Jajaja porque no aceptan la realidad! – sonrió yotomi tomando nuevamente su arma, - que es lo que ganas con tantas batallas sangrientas? Acaso antes no luchabas para que desaparecieran?- esa pregunta cruzo su mente, era la voz de Houjo que lo interrogaba desde su interior – aunque ganes no recuperaras a Midoriko, kagome no es Midoriko! Ella ya esta muerta! Muerta!La pesada cuchilla cayó pesadamente en el suelo a causa de que el joven de cabellos castaños se sostenía con firmeza su cabeza – cállate! Cállate! -

Todos observaban sorprendidos como el muchacho iba perdiendo el control, actuaba casi como un loco! Sus pasos se volvían más torpes hasta el punto de enredarse con los mismos y quedar arrodillado en el suelo

- acéptalo ella nunca volverá! Kuro Yotomi debió haber muerto hace ya varios siglos! – volvió a cuestionarlo Houjo en su mente, no sabia la razón pero el estar su cuerpo poseído tanto tiempo y el ser el antepasado de un fuerte espadachín le habían ayudado a viajar hasta en los recuerdos mas profundos del hechicero en algunos instantes mientras su mente se mostraba confusa, creo que ni el mismo yotomi pensó que esto pudiera pasar, pero ahora sabia de el mas que nadie…

Flash back

Una hermosa joven guerrera practicaba muy concentrada con su espada en una amplia pradera, donde se disfrutaba de una fresca brisa que hacían danzar los largos cabellos de la joven y el abundante pasto verde; pequeñas flores hacían el intento de sobresalir para recibir los brillantes rayos del sol que destacaban esa tarde… un muchacho de tez blanca y penetrantes ojos verdes se acerco sin hacer el mayor ruido posible para no interrumpir la calma que desde hacia horas reinaba ese lugar

- Kuro sucede algo malo? – al percatarse de la presencia del hombre la chica envaino su katana y se acerco hacia el con una amable sonrisa – te ves preocupado -

- midoriko… - susurro bajando la mirada, por alguna razón las palabras no salían de su boca, siempre le sucedía lo mismo cuando estaba junto a ella: su corazón empezaba a latir cada vez más rápido y un leve tono rojo adornaba sus mejillas; que irónico, todo era porque la amaba con todas sus fuerzas, quería decirle y expresarle todos los sentimientos que albergaba en su corazón pero sus profesiones no se lo permitían; ambos eran guerreros que luchaban para exterminar a los monstruos y presencias malignas, no se podían dar el lujo de intercambiar sentimientos, ni que sus enemigos se aprovecharan de ellos para chantajearlos… todo era mejor así, se conformaba con ver a esa bella miko feliz y permanecer cada día a su lado

- vamos dime que es lo que te esta molestando… - le pidió con esa delicada voz que lo hipnotizaba a la vez que sentía una de sus manos en sus rojas mejillas, poso nuevamente sus ojos zafiros sobre ella y tomo aire para sacar después un ligero suspiro

- midoriko, no puedes combatir sola con ese centenar de monstruos que se acercan – le reclamo al tomar firmemente la mano de antes se posaba en su rostro – déjame ayudarte! Sabemos que eres muy fuerte y quizás la mas poderosa entre nosotros pero… pero tu sola no los vencerás! – la preocupación que mantenía tenso su cuerpo por fin había recorrido sus labios, no estaría tranquilo hasta saber que el participaría en esa pelea combatiendo a su lado

- agradezco mucho tu preocupación Kuro… pero si no me encargo de esto no solo ustedes continuaran siendo perseguidos por los monstruos sino que también muchas vidas se seguirán perdiendo, tengo que detener este derramamiento de sangre sin importar que pierda la vida en el intento – la joven estaba decidida y nada de lo que le dijeran la haría cambiar de opinión; ya estaba cansada de que las aldeas fueran destruidas sin razón alguna, de que los monstruos mataran sin piedad a personas inocentes y sobre todo despertar cada día sintiendo una enorme aflicción al pensar que algún ser maligno matara a los espadachines, sus amigos que se habían unido a ayudarla, no pensaba que eran una carga… solamente no quería verlos heridos por su culpa ya que se habían convertido en al familia que perdió desde que tenia tan solo 9 años, eran lo único importante que le quedaba en la vida…

- no vuelvas a repetir que perderás la vida… - le dijo tiernamente al oído mientras la rodeaba con sus fornidos brazos y ella correspondía rápidamente al abrazo – no te das cuenta que si tu mueres perderé todo en la vida… eres mas importante para mi que mi propia vida, así que no me pidas que te deje sola… prefiero morir a tu lado, que dejarte luchar sola…-

- gracias kuro… - pudo decir apenas, se sentía tan bien entre los brazos del chico que no quería que nadie los interrumpieran, así pasaron unos minutos y después los dos se acostaron en el abundante pasto a descansar y disfrutar de la compañía de ambos, esa linda se escena era presenciada tan solo por una pequeña gatita de tres colas que siempre seguía a la miko

Dos días de entrenamientos y concentración transcurrieron velozmente; miles de monstruos habían llegado al lugar donde antes se mantenían un pequeño campamento, el cielo se había tornado negro y un fuerte olor a sangre que provenía de las garras de las bestias se iba impregnando en el lugar. La mitad de los guerreros yacían muertos en el suelo con grandes heridas que les quitaron la vida, la pelea se trasladado a una gran cueva llena de rocas donde solo podían entrar unos cuantos rayos solares por un agujero en el techo de esta… la batalla continuo durante cuatro días y cuatro noches pero los únicos que seguían con vida era la fuerte sacerdotisa midoriko, el valiente espadachín kuro yotomi, y el mononoke que luchaba fuera de la cueva ; los dos jóvenes se encontraban igual de cansados, no sabían la razón por la que aun se mantenían en pie, quizás era que se tenia mutuamente para protegerse y apoyarse

- kuro! – un grito desesperado se escucho entre el bullicio de los youkais, el chico la había protegido de un repentino ataque por la espalda y ahora se encontraba tendido en el suelo, la miko formo un campo de fuerza que tan solo los protegería por unos segundos de los insistentes ataques por parte de los monstruos – resiste por favor! Tu no puedes dejarme! -

- no me importa morir ahora si este es mi destino… y mas si fue por protegerte mi amada midoriko - sonrió acariciando suavemente el lizo cabello de ella – te amo… - fue lo ultimo que dijo antes de quedar inconciente mientras la sacerdotisa se aferraba a el con mas fuerza

- no te dejare morir aquí, no a ti mi amor… - lo dejo recostándolo en una roca y se puso de pie mas decidida que nunca, como si todas sus fuerzas hubieran regresado a su cuerpo; tras varios movimientos con su mano y el rezo apropiado una brillante luz envolvió al muchacho espadachín, esa esfera de energía espiritual no solo lo protegería hasta que ella muriera sino que también ayudaría a que su herida sanase, lentamente pero sanaría…

La batalla prosiguió durante tres días y tres noches más hasta que la formación de la valiosa perla de shikon se llevo a cabo, todo por fin fue cubierto con el manto del silencio hasta que la voz ronca, desesperada y entrecortada del joven resonó por todo el lugar – midoriko! Midoriko! – la seguía llamando sin entender porque había preferido morir y salvarlo, comprendió la razón causante de su muerte por el agujero que quedo en su pecho… sin duda alguna intento purificar las almas de todos los monstruos pero al ser demasiados no solo ellos perecieron sino que ella también…

Tras varios días de lamentos decidió salir en busca de la perla que llevaba las almas de su amada, en su largo recorrido le relato a varias personas la gran pelea que había llevado a cabo la miko y el resultado de esta; pero después de un tiempo se dio cuenta que la necesitaba para sobrevivir, necesitaba de su compañía! Empezó a investigar acerca de poderosos conjuros que utilizaban los hechiceros y las brujas para intentar revivir a una persona, no le importaba convertirse en un ser maligno si se trataba de revivirla; pasaron varios años y ya se había convertido en uno de los hechiceros mas poderoso que existían, pero por mas que intentaba encontrar la perla esta parecía haber desaparecido por completo!

Los años siguieron transcurriendo y sin las almas de midoriko que se encontraban en la perla no podría revivirla, la loca obsesión de revivirla no lo dejaría en paz! Hasta que llego a sus manos la técnica que haría que su alma siguiera en este mundo…

Fin flash back

- que le sucede? – pregunto el kitsune al ver la actuación de desesperación del joven de cabellos castaños

- tenemos que aprovechar esa oportunidad! Hiraikotsu! -

- déjenme en paz! – el boomerang termino en dos pedazos al ser cortado con la cuchilla del guerrero, estaba fuera de control y como un animal salvaje se lanzo contra la exterminadora – corte divino! -

- SANGO! – el monje y el mononoke se movieron con gran agilidad hasta la joven de cabellos cafés para protegerla, pero como el arma de ella el báculo del houshi quedo destrozado! El corte divino era un ataque muy parecido a la danza de las cuchillas que solía utilizar kagura pero mucho mas poderoso, fue tan fuerte el impacto que los dejo inconcientes al instante y con varios cortes en sus cuerpos

- MIROKU! SANGO! KIRARA! – el youkai zorro corrió hasta ellos para darse cuenta que solo habían perdido el sentido, inuyasha movió su espada listo para dar un nuevo contraataque pero no encontró al guerrero con la vista

- SHIPPO! CUIDADO! – la advertencia de la miko fue en vano ya que el filo de la cuchilla atravesó sin delicadeza el estomago del muchacho – NOOOO!-

- MALDITO!VIENTO CORTANTE! - la energía de colmillo de acero paso muy cerca del kitsune pero no le toco ni un solo cabello, se acerco de inmediato a el mientras que el hechicero se recuperaba lentamente a lo lejos – shippo! -

- inu.yasha.. Perdó..name no te he ayu.dado en nada.. - pronuncio al cubrir la herida con su mano derecha

- cállate enano! Ahora solo descansa – le ordeno dejándolo acomodado en el suelo junto con los demás; esa era la forma de preocuparse del hanyou con palabras rudas y con el ferviente deseo de protegerlos – observa el espectáculo! – sonrió alejándose de ellos para no causarles mas daños

- por favor deténganse… Shippo! Sango! Miroku! Kirara! - susurraba la sacerdotisa de cabellos azabaches, arrodillada el la fría esfera que la seguía aprisionando

- morirás inuyasha… - afirmo yotomi al ponerse de pie, paso su lengua por uno el hilo de sangre que tenia en sus labios y hacerlo desaparecer para después formar una satisfecha sonrisa con ellos – TU SERAS EL PRIMERO EN MORIR! -

- VIENTO CORTANTE!-

- LLUVIA DE CORTES!-

La pelea estaba a otro nivel de la que se había llevado a cabo antes, la energía sobre natural de las dos armas era sorprendente, lo que antes era un bosque tupido de árboles y nieve se había convertido en un desierto lleno de cráteres y grietas en el suelo, ya nada quedaba en pie mas que unas rocas que en cualquier momento se convertirían en polvo con algún ataque

La nieve había dejado de caer sobre ellos como si evitara acercarse a la zona de batalla, las explosiones dejaban segados a cualquiera por unos segundos y las ráfagas de viento desordenaban mas sus cabelleras; los pechos de los dos peleadores subía y bajaba agitadamente, las miradas de odio que se intercambiaban entre ambos hubieran paralizado a cualquiera en otras circunstancias

- Bakuryuha! -

- corte divino! -

Los grandes remolinos que produjeron la espada absorbieron tras su paso las ráfagas de viento que viajaban hacia el, inuyasha creyó por unos segundos que lo destruiría pero este se protegió con uno de sus campos de fuerza como el que aprisionaba a kagome

- jajaja esto ya termino! Ko-ru-yo-to! – como antes lo había hecho las heridas que cubrían su cuerpo desaparecieron en milésimas de segundos, los ojos del hanyou se abrieron a mas no poder y un escalofríos recorrió toda su espalda, el hechicero se encontraba tras el amenazándolo con la cuchilla – no solo he recuperado mis fuerzas sino que también mi velocidad, es hora de que te despidas de este mundo -

- garras de acero! - se giro rápidamente sobre sus pies pero no solo yotomi esquivo el golpe, también le dio una fuerte patada en el estomago que lo hizo perder su espada – rayos… - exclamo viendo a colmillo de acero a varios metro de el

- acéptalo estas acabado! - dijo triunfante

- feh! Esto todavía no se termina cobarde! – las palabras de hanyou irritaron mas al guerreo y sin dudarlo se abalanzó con su cuchilla hacia el con intención de cortarlo en dos!

- la funda… - susurro sorprendido al ver que el muchacho detenía el avance de su arma con la funda de la espada - déjate de tonterías!- una nueva patada golpeo el rostro de inuyasha haciéndolo perder también su único medio de salvación – LLUVIA DE CORTES! – el cuerpo del hombre mitad bestia recibió el ataque directamente proporcionándole mas heridas que hicieron rápidamente un charco de sangre bajo el

- inuyasha! Deténganse por favor… inuyasha! -

-suéltala… - le ordeno el hanyou poniéndose de pie a duras penas, el amor que sentía por kagome era tan grande que se pondría de pie las veces que fuera necesario

Esas palabras y esa escena era la misma que había soñado antes de que todo empezara, su corazón empezó a latir frenéticamente y volvió a golpear con todas sus fuerzas la barrera que la cubría – INUYASHA! NO LO HAGAS INUYASHAAAAAAAA!

- muere hibridoooo! -

Continuara…