II

Sigo aquí esperando que el día no llegue para no tener que verte, pero se que los imposibles y los milagros nunca ocurren, al menos no para mí. Me da coraje el recordar tu rostro, y algo arde dentro de mi a la vez que siento algo romperse y desaparecer. Todo en mí ahora me resulta tan confuso y tan doloroso. Todo es tan contradictorio.

Nunca creí verme en este estado, y el sólo pensar que una persona como tu me ha sumido tanto me hiere más. No vales nada, y aún así te permití entrar, deje que en sólo unas cuantas semanas te ganaras mi afecto y mi confianza. No puedo creer que te haya permitido herirme.

Todavía no quiero aceptar que lograste hacerme llorar. Me convenzo de que no fuiste tu. Fueron tus mentiras y tus engaños; tu trato falso. Yo te creí, de verdad te creí. Y casi Aioria, casi logras engatusarme en tus redes.

Es curioso y resulta talvez hasta gracioso, el preguntarme que habría sido de mi si me hubieras enamorado. Si tan sólo con engañarme e ilusionarme, no quiero ver ni hablar con nadie.

Quiero que me dejen solo. Quiero comprender que el mundo sigue y que aunque tu estés en el y te tenga que volver a ver, Camus sigue ahí también.

Si yo fuera menos orgulloso o talvez, si me tomara las cosas menos a pecho, te entendería. Entendería que tu te fuiste de mi, porque nunca me quisiste. Te fuiste, para hacer lo que yo todavía no he podido realizar por temor. Tratarás de ser feliz con la persona que tanto quieres, y me ahorrarás un adiós que me lastime mucho mas. Pero no lo puedo ver así.

Elegiste a alguien más. Preferiste a otro sobre mí. Me dejaste solo, para correr a los brazos de otro hombre. Me ilusionaste, y te fuiste. Mi orgullo y mi dignidad, al igual que mi autoestima, se encuentran por los suelos, pisoteados y hechos añicos. Jamás, nadie había logrado tocar mi orgullo de la manera en la que tu la has hecho, y duele Aioria, duele de verdad. Pisoteaste mis esperanzas de ser feliz sin Camus. Borraste la única oportunidad que tenía, sin palabras, sin tacto, sin nada. Me has dejado sin nada.

Y a pesar de todo lo que he confesado en estas páginas o en este discurso, como ustedes quieran llamarlo, hay algo peor. Algo, que talvez es la raíz de todo mi odio y toda mi rabia. Algo, que puede ser lo que me ha impulsado a maldecir el nombre de Aioria.

Saga y Kanon son ambos la clave de mi más grande sufrimiento y pena. Ellos son, a quienes trato de no odiar convenciéndome de que no han hecho nada malo y es que en verdad no lo han hecho. No encuentro los motivos, y me resulta más fácil odiar a Aioria. Saga es solo mi compañero, pero Kanon alguna vez fue de mis mejores amigos. El tiempo, la distancia, sus actos y los míos nos han separado; nos tienen en la línea de la cordialidad y los buenos deseos. La confianza entre ambos se ha perdido por el pasado, pero aun así le tengo afecto.

Un afecto que me llevó a pedirle alguna vez un favor, por el recuerdo de la gran amistad que un día sostuvimos...

Creo ya haber comentado quien es aquel que provoca mi insomnio. Camus de Acuario. Camus es especial, es único. Su trato con los demás santos es uno cordial. No tiene ninguna relación profunda con nadie, pues prefiere estar solo. Pero, hay alguien quien siempre lo logra hacer reír, que lo mira con ojos seductores, que le habla más que todos y...

- ¿MILO¿Estás¡Soy Shura¡Voy a pasar!

Bien, lo que necesito, otra visita social. Pero antes de amargarme se me ocurre una idea. Nadie sabe mas que Shaka y Mu que he sufrido. Los demás tendrán sus teorías cuando no me vean con Aioria, pero sólo serán eso, teorías. Si me ven "bien" y "normal" tendrán que suponer que la "separación" no me ha afectado y no sabrán de mi herida y mucho menos lo que sufro.

Se me ocurre que fingir es buena idea, pues mi dolor es MI asunto y de nadie más. No pienso mostrarle al mundo mis heridas y mucho menos ahora, cuando todavía están abiertas. Nunca lo he hecho y jamás lo haré, no pienso ser objeto de lástima. La lástima es para débiles y yo no lo soy. ¿Me oyen¡YO NO LO SOY!

Tres suspiros largos y Shura ya está en mi cuarto. ¿Podré pretender que soy feliz, que todo está bien y que nada me ocurre? Supongo que lo sabré pronto; este será mi ensayo y mi prueba. Tengo que lograrlo, por mi bien. Si me desmorono frente a Shura será obvio que también lo haré en casa de Shaka y no podría vivir con eso. Sería humillarme frente a Aioria y frente a todos.

- ¡Milo! Por fin te encuentro. - se sienta en la cama algo exhausto. Su agitación es evidente. Me giro dándole la espalda a la ventana para quedar así frente a mi amigo el español.

- ¡Shura¡Que milagro verte! - me acerco con una sonrisa que espero no se vea demasiado falsa.

Y me doy cuenta que lo que estoy haciendo me quema por dentro. ¿Por qué tengo que fingir si yo no he hecho nada¿Por qué tengo que ser yo el que sufro¿Por qué tendré que ser yo el blanco de los chismes del Santuario¿Por qué tengo que ser yo al que le vengan a ofrecer ayuda¿Me veo tan mal¿Tanta lastima inspiro?

El elevar la comisura de mis labios y mostrar mis dientes, me duele tanto... y sin embargo lo logro.

Shura se acuesta en mi cama y cierra los ojos mientras descansa un poco, cosa que agradezco infinitamente.

- Maldita sea Milo. ¿Por qué tenemos que estar tan arriba¿Por qué la casa de Capricornio o la de Escorpión no pueden estar en lugar de la de Aries? O no se, me conformo con estar a la altura de Cáncer. ¡Pero no! Te digo Milo, somos unos salados, nos tenía que tocar en la octava y en la décima casa. Mendigos escalones, cuando me caiga y me muera mientras ruedo, ESE va a ser el día en el que a Athena se le ocurra remodelar y quitar las distancias y los estúpidos escalones. Si, cuando YO ya no viva para contarlo. Y es que ¿A quien fregados se le ocurre construir templos sin puertas y un mundo de escalones? - dice Shura en el tono de quejumbres que siempre utiliza.

Y es que el español desea por sobre todo, tener finalmente una vida cómoda y feliz. No lo culpo. Después de todo el ha sido uno de los que más ha sufrido por el pasado. Utilizado y condenado a matar a su mejor amigo.

Sabe que es hombre de pocas palabras pues muchas veces no sabe que decir o de que hablar, así que cuando encuentra cualquier tema que le llama la atención no lo deja hasta haber explotado todas las posibles pláticas que de el puedan salir. Si hubiéramos estado tan sólo tres semanas atrás, una de dos, me estaría carcajeando de sus ocurrencias o, ya me le hubiera unido en sus replicas.

Y desgraciadamente él lo sabe y me mira extrañado por no obtener ninguna respuesta mía.

- ¿Por qué sonríes tanto y... así? - me pregunta incorporándose y acercándose a mi, como si sufriera de miopía repentina y no me pudiera ver bien.

- ¿Cómo¿Te molesta que sonría? - le contesto abriendo mi boca y viéndolo confuso, como si no entendiera porque me mira así.

Shura se detiene, me mira, se sienta en la cama y me pregunta - ¿Estás bien? Puede que me equivoque pero no se te siento algo raro...

¿Cómo contestar sin echarme a llorar¿Cómo fingir si se me parte el corazón mientras niego encontrarme mal?

- Si estoy bien, bueno es que me levantaste. - rio - Me agarraste a la mitad de una modorra - finjo un bostezo - Ha de ser eso... - me paso los pulgares por mi cabello impidiendo que me caiga en el rostro y luego coloco mis manos sobre mi cuello.

Me mira escéptico porque conoce demasiado bien ese gesto mío. Sabe que cuando mis pulgares se resbalan por mi cabello y luego ocupan mi cuello es mala señal. Sus ojos me dicen que acaba de darse cuenta que estoy nervioso aunque no entiende porque.

- ¿Quieres jugar Xbox? - me pregunta y yo respiro aliviado. Se que lo haces por mí y te lo agradezco con una sonrisa auténtica. Por eso siempre nos hemos llevado tan bien. Tu sabes lo que el sufrimiento es y por ello comprendes mejor que nadie que no deseo hablar.

Después de dos horas de gritarle a la pantalla de mi televisor y de matarnos entre nosotros mismos con espadas (en el juego), Shura se pone de pie y se estira.

- Ahhh que bueno que no fui con esos locos... mmmmm

- ¿Ibas a salir? - te pregunto mientras enredo los controles y los guardo.

- Kanon me había invitado a un antro pero me dio mucha flojera y decidí venir a darte una paliza en el juego... - me dice enseñando sus dientes. Shura siempre hace eso, no sonríe sino que junta sus mandíbulas y abre sus labios enseñando totalmente los dientes en una mueca muy graciosa y burlona.

- Debe ser tu sueño poderme dar una paliza y has de estar feliz porque lo has logrado... aunque sea en un juego...

- Sigue hablando bichito y te traigo a toda mi banda para causarle "desmanes" a tu templo eee. - sonrió nuevamente - Sabes que a los gemelos les gusta aventar cosas y rayar las paredes, bueno a Kanon le gusta, pero Saga aunque se haga también lo hace aunque siempre lo niega... - ya no estoy sonriendo tanto, porque presiento a quien vas a mencionar – Y al gato de Aioria que bueno... – Shura ríe pícaramente - Talvez les concedo a los dos tiempo y espacio en tu habitación... Claro si te port...

Mi amigo no termina de hablar porque ve mi rostro. Me resulta obvio que no soy buen actor pero me reconforto al pensar que por lo menos no estoy llorando. No puedo parpadear, no puedo hablar y no puedo dejar de mirar una mancha en la pared opuesta, ignorando completamente a Shura que me mira preocupado.

- Lo supuse cuando vi a Aioria de nuevo con nosotros y, déjame hablar Milo por favor... - supongo que el movimiento de mi cabeza y la palma que estrellé en mi frente fueron movimientos muy violentos - No me importa lo que haya pasado y no vengo a que me cuentes del asunto entre ustedes. No necesitamos hablar. Vengo a ver si estás bien y a estar contigo. Si te molesta mi presencia puedo regresar más tarde. - su voz era sumamente tranquila.

Volví a pasarme los pulgares por mi cabello. - Shura... No... Sólo, no quiero... Quédate pero... no quiero hablar... no ahora... - mi voz se quiebra un poco y comienza a sonar aguda.

- Entiendo Milo, me iré pero regresaré y créeme podemos hablar de otras cosas.

- Shura... Por favor... quédate. - no puedo aguantar más. Corro a sus brazos y le abrazo. Necesito que alguien me de consuelo y aunque extrañamente no puedo llorar me siento más tranquilo. El español un hombre un tanto seco se limita a darme un abrazo parco, pero se que lo está intentando, y así se siente mejor. Talvez lo que necesitaba era el abrazo de un amigo.

Salimos afuera y nos recostamos en el pasto. Después de un rato en el que hablamos de puras tonterías con las cuales logró hacerme reír, no puedo evitar un tema que me duele pero del cual necesito hablar.

- Hay fiesta en casa de Shaka en unas horas... ¿Sabías? - pregunto mirando al frente sin expresión, y arrancando todo el césped que cabe en mis manos en señal de nerviosismo.

- Si... ¿Irás? - me pregunta mirando mi perfil.

- Tengo que... No quiero que piense que me ha devastado... - me sorprendo de lo triste que suena mi voz.

- Tienes razón Milo. Comprendo lo que dices pero... ¿Crees que aguantarás? Si no quieres ir no tienes porque hacerlo...

- Mu vendrá por mí a las siete...

- ¡Mu se puede ir al carajo! - lo miró sorprendido por sus palabras - No me lo tomes a mal pero me extraña que no este aquí contigo y que te quiera obligar a ir a algo a lo que no quieres ir...

Shura siempre me hace reír y más con sus celos. Desde años se viene peleando "amistosamente" con Mu por mí, aunque éste ni se entera.

- Ha estado aquí, sólo que... bueno... básicamente lo corrí... – digo, recapacitando en lo que he hecho.

Shura no puede evitar que una pequeña y verdadera sonrisa aparezca en su rostro. - ¿Lo corriste¿Por qué? - me pregunta MUY sorprendido.

- ... Porque quería hablar y... y yo no... - ahora comprendo que me he portado como un niño cretino.

- Se que sabes, hay que inteligente soy, bueno, se que crees que me da gusto que hayas corrido a Mu y pues si - muestra su "sonrisa" (más bien enseña los dientes) - Si me da algo de gusto pero pese a todo quiero mucho al carnerito porque es muy bueno. ¿No crees que te pasaste un poco?

- Bueno no lo corrí, o sea si le dije que se fuera pero... pues el se tele transportó a su casa después de todo... - digo con aire de inocencia.

Shura ríe - Entonces ¿Vas a ir? - me vuelve a preguntar.

Antes de que pueda responder ambos giramos nuestras cabezas hacia mi templo que no se encuentra tan lejos. Hemos oído pasos y una cosmo energía que me está llamando. Shura abre su boca en sorpresa y me mira sonriendo; y yo, yo no puedo terminar de creer mi suerte.

- ¡CORRE! - me grita Shura ante mi falta de reacción pues sigo sentado junto a él con mi rostro contraído en una expresión de incredulidad absoluta.

No necesito más para correr hacia la salida de mi templo (léase la parte trasera que da a sagitario). Me detengo frente a la salida y me limpió la cara con el dorso de mi palma. Ruego a todos los dioses que puedan existir que por favor no tenga tierra en la cara, ni rastros de césped en mis ropas, y que por favor mi pelo esté bien, por favor cabello mío no te esponjes. Me limpió los ojos por si hay rastros de lágrimas o lagañas. Me cepillo mi melena con mis pulgares, me muerdo los labios, me limpió las manos por si están sucias y doy una repasada a mis uñas. ¡Maldición¡Tienen rastros de tierra¿Por qué se me tenía que ocurrir jugar con el césped?

Mientras trato inútilmente de sacarme la mugre de las uñas noto que tu cosmos se está alejando y maldigo mi torpeza antes de echar a correr. Lo único que me falta es arruinar la oportunidad que se me da de verte.

Voy como rayo, y te diviso justo cuando vas a salir de mi templo. Me cepillo nuevamente con mis pulgares, y dejo de correr, para caminar altivamente o por lo menos espero no hacerlo encorvado. Estoy pisando más fuerte de lo que debiera con la intención de que oigas el sonido de pisadas y te gires. Gracias a Dios, perdón a Athena, lo haces.

Dulces cabellos lacios y suaves de un tono que todavía no puedo descifrar pero que se erigen como monumento de una batalla entre el verde y el azul; ojos cual zafiros que siempre brillan aunque sea indiferentes y ajenos a su propia belleza; una nariz deliciosamente fina y recta; y labios cual carmín.

Parpadeas al verme aparecer y no puedo dejar de verte pues tus largas pestañas me han hipnotizado con su movimiento. Comienzas a caminar hacia mi, acto que rompe mi embeleso pero que comienza a sumirme en un nerviosismo irracional.

- Camus... ¿Me buscabas? - pregunto, tratando de que mi dolor no se sienta, que mi nerviosismo no me haga tartamudear, y que mi lengua fluya para poder retenerte el mayor tiempo posible.

Me miras como siempre y como a todos pero, sin embargo, no puedo dejar de derretirme.

- Si, bueno es que tenía una duda pero no encontré a nadie en mi camino. Afrodita no está y Shura tampoco, es por eso que te estoy molestando...

¡NO¡Tu NUNCA serás una molestia!

- No, como dices eso. No me molestas. Bueno y es normal que no te hayas encontrado a nadie - sonrío y me miras como si de verdad me estuvieras escuchando. ¡Me estás poniendo atención¡Y estamos solos! - Digo, Afrodita debe estar rondando a Death Mask para que acepte públicamente su relación...

- ¿Cómo? - abres tu boca en total sorpresa y tus cejas partidas se alzan. Te ves tan gracioso.

- ¿No lo sabías? - pregunto muy sorprendido. Después de todo, TODOS lo saben. Digo, Dita no lo esconde mucho por no decir NADA.

Comienzas a reír y yo no puedo creer lo que estoy viendo. ¡Estás riendo¡NO¡Te estás carcajeando¡Y estás haciéndolo conmigo, no con Kanon!

No vayan a creer que Camus es un ser frío y sin sentimientos. ¡Nada que ver! Bueno si es frío, pero yo pienso que es porque nunca ha sentido algo grande por nadie. Creo que nunca ha experimentado sensaciones fuertes como odio, amor y rencor, y eso es lo que lo convierte en una persona que simplemente no tiene mucho que expresar.

- ¿Es en serio? - me preguntas sonriendo.

- ... Si...

- ¡No lo puedo creer! Digo, Afrodita es tan... - vuelves a sonreír - Y Death Mask es tan... ¡Si son tan diferentes! Wow, no creí que a Death Mask le pudieran gustar los hombres...

- Bueno, pues es que si te pones a pensarlo Afrodita no es TAN hombre...

Vuelves a reír. - Tienes razón. ¿Cómo no me di cuenta? - preguntas mirando al techo.

Yo se la respuesta mejor que nadie, pero no se si te guste oírla. Pero después de todo tu preguntaste ¿no? Y cualquier cosa que me ayude a retenerte aquí, es válida. - Bueno Camus, es que casi no acudes a las reuniones que se organizan. - tu rostro se enseria un poco así que decido cambiar la dirección de la plática un poco - No sabes las cosas que ocurren ahí. ¡Son muy divertidas y ves cada espectáculo¡No hay nadie que se haya salvado de protagonizar una escena vergonzosa¡Hasta a Shaka le ha tocado!

Te rascas el cuello con tu dedo índice izquierdo antes de contestarme viéndome directamente a los ojos - Fui a una reunión hace mucho tiempo, cuando Saga todavía era el Patriarca y la verdad es que me resultó muy estúpida. - me sorprendo, porque no recuerdo tal reunión - Parecía como si todos hubieran ido obligados. Nadie hablaba y lo único que hacían era tomar cerveza. Ya deberás saber que soy algo torpe para hablar y bueno, aunque hubiera querido no hubiera podido hacerlo. Todos nos veíamos como enemigos y pues no me gusta nada la cerveza...

- ¡Pero ya no son así! Ahora todos nos llevamos bien. Entonces las cosas eran muy diferentes... - añado con algo de tristeza - ¿Sabes qué¡HOY hay una reunión en casa de Shaka!

- Sí, lo sé. Por eso vine. Afrodita me mencionó algo ayer pero salió corriendo y no me dijo la hora. - dices no muy convencido.

- Es a las siete. En serio te recomiendo que vayas. ¡Te vas a divertir mucho! Y no tienes porque tomar, yo tampoco lo hago. - te miro casi pidiéndote que vayas.

- No sé Milo. Se que tienes razón, todos nos llevamos bien, pero por eso mismo no se si me sentiría cómodo. – dices mirando distraídamente a tu derecha.

- No te entiendo...

- Ja... Ni yo lo hago... Pero a lo que me refiero es que bueno ustedes ya todos son amigos, y pues yo me llevo bien con ustedes pero... no es lo mismo y pues no quiero terminar solo en un rincón.

- ¡Hay Camus! No sabes la alegría que a todos nos dará si decides ir. Te aseguro que no te dejaremos solo... - te noto todavía algo reticente - Mira, Dita no te va a soltar en toda la noche. – ríes - Para estas horas Death Mask ya lo ha de haber rechazado, y como tu eres el único al que no le ha contado, no dudes que si vas te tendrá arrinconado diciéndote lo mucho que ama a su mascarita.

Te vuelves a carcajear - Discúlpame Milo - mis ojos se iluminan al oír decirte mi nombre por segunda vez. Se siente tan bien. - Es que todavía no termino de creerlo.

- Entonces ¿Irás? - pregunto muy ansioso. Tu lo notas y me sonríes.

- Pues, no se. A lo mejor me animo, pero... - trato de poner mi cara mas tierna para convencerte. - No me hagas eso Milo, no me mires así. – me dices sonriendo y yo, yo me siento en el cielo. Me sonríes a mí, nada más a mí. Sonríes por mí. - Digamos que talvez, porque no me gusta decir que si. ¿Estamos?

Asiento mi cabeza y me doy cuenta que aunque trato de no sonreír estúpidamente no puedo evitarlo cuando estoy frente a ti.

- Bien, gracias por todo Milo. Supongo que "talvez" nos veremos en un rato. - me encanta que te pongas tan nervioso por una simple reunión.

Camus pasa por mi lado y se marcha hacia su templo. Y yo, Athena, yo sólo puedo pensar en robarle unas flores a Afrodita y ponerte un altar por lo que me has concedido. Te juro que si Acuario va a la reunión yo... yo te rezo todas las noches y le presto a Shura mi Xbox por una semana.

CONTINUARA...

Bueno grax a todas las que me leen, y grax a las dos personitas que me dejaron reviews, porque de verdad me animaron mucho a seguirle. Espero que sea de su agrado. Besos :)